lunes, 22 de septiembre de 2014

Don Gabino y el hombre del balandrán

Las paredes blancas de la habitación apenas se veían, cubiertas como estaban de bibliotecas. Muchos de los baldos estaban ocupados por libros, pero otros muchos aún permanecían vacíos, aunque en el piso de madera, un rimero de volúmenes grandes y pequeños, viejos y nuevos, aguardaban mejor ubicación.
Hacia el fondo del amplio cuarto, y separado del resto por un biombo despintado, se adivinaba una alcoba, y hacia el frente, junto a una gran ventana, había un escritorio con otra balumba de cajas, libros, lápices, tintas y estampas religiosas. En medio, un antiguo y enorme globo terráqueo, montado en una base de madera, servía de pie a una lámpara coronada con una gran pantalla roja que cubría, al menos, un cuarto de la mesa. El hombre del baladrán se movía entre el desorden con su hábito negro empolvado y con lamparones y recosidos varios.
-¿Va queriendo don Gregorio?- preguntó don Gabino asomando la cabeza a través de la puerta.
- Va queriendo don Gabino, pero alcaldarse lleva tiempo, así que, paciencia. Pase y tómese unos mates.
Don Gabino no era muy del mate, aunque cuando era amargo y se lo cebaban, lo aceptaba con gusto. Se sentaron ambos en dos sillas, luego de desocuparlas de libros y cajas.
- Y van llegando nomás – dijo don Gabino luego de un rato de silencio compartido.
- ¿Qué cosa? ¿La cellisca? –respondió el cura mirando por la ventana los nubarrones negros que habían comenzado a soltar una escarchilla finita que el viento arremolinaba contra el vidrio.
- No. Los curas perseguidos.
- Y –dijo don Gregorio- somos muchos… -y se quedó pensativo y tristón mientras terminaba su mate.
- Y lo peor es que no los persigue la Bestia…
- Nos persiguen los obispos, que son más crueles todavía. Es cosa de no creer la saña a la que pueden llegar. Castellani tuvo que vérselas, hace cincuenta años, con obispos sandios. Nosotros,  con obispos crueles. La semana pasada nomás me encontré con un amigo con veinticinco años de cura a sus espaldas. Desde hace más de veinte está prestado a una diócesis y se ha pasado la vida en pueblitos de la pampa argentina predicando el evangelio y haciendo el bien, con más cruces que gozos, pero perseverante en sus promesas. Y no quiera creerlo, pero resulta que el nuevo obispo lo llama y le dice: “Para mí sería mejor que vos volvieras en tu casa”. Como lo escucha. Después de más de veinte años de servicio y entrega, lo echa.
- Pero vuelve a su diócesis de origen, ¿no? –preguntó don Gabino con la certeza de que, al final, tan grave no era la cosa.
- Claro que vuelve. Es su derecho. ¿Pero sabe cómo lo espera su obispo? Como el Coyote esperaba al Correcaminos: cuchillo y tenedor en manos y servilleta atada al pescuezo. Y así está el pobre, viviendo en el aire, con el corazón en la boca y la sonrisa en el rostro.
- La pucha que son malos los obispos –dijo don Gabino sin asombro, porque ya conocía la cosa desde hace tiempo.
- Malos y peores. Conozco uno de por acá cerca que no tiene remilgos en recibir dineros por más sucios que sean, tiene rabón, que no rabona, y se aprovecha de las debilidades de un puñado de sus clérigos, sea la ambición, las polleras o el cash, para perseguir con crueldad inaudita a cuanto cura o laico ose siquiera contradecirlo. Por eso, don Gabino, le agradezco de nuevo el refugio que me ha dado.
- Para eso lo tengo. Y todavía quedan dos habitaciones grandes como están por si algún otro cura amigo tiene necesidad de guarida. Y sin contar la que destiné para oratorio, para que allí recen ustedes tranquilos sus latines y misas. Por eso compré esta casa grande, que a mí me sobra por todos lados, porque yo me huelo que los primeros perseguidos van a ser los curas, y me parece que la persecución ya comenzó.
- Y para curas perseguidos, no veo yo más que dos soluciones. Una, la que tuvieron que agarrar los religiosos exclaustrados por la desamortización española del siglo XIX: cada uno se la rebuscó como pudo, alquilando una piecita y viviendo pobre de la caridad de sus amigos, casi como hizo por aquí el cura Castellani. La otra, y la que usted nos ofrece, es la solución que encontró Ronald Knox: la hospitalidad de una amiga que se lo llevó a vivir con su familia a su casa de campo. Y la suya no será una manor house, pero se está muy bien aquí.
- Y somos varios los laicos que nos estamos preparando. Tengo unos amigos chilenos que se han construido cerca de su casa, en medio de un paltal, una linda capilla con casa para el capellán, y están esperando nomás que algún cura agarre viaje. Y, llegado el caso, mis amigos que usted conoció la otra noche…
- ¿Los avejorros?  - preguntó don Gregorio.
- Esos mismos. No tendrían problemas, le decía, en refugiar a curas perseguidos.

Se quedaron los dos amigos un buen rato en silencio, sorbiendo despacio los mates mientras el viento silbaba en el jardín y seguía estrellando la escarcha contra el vidrio.

15 comentarios:

  1. Don W. cuando quiera le dice a don Gabino que me mande a los curas perseguidos a la capilla del campo.¡Bravo Wanderer!
    Beatrice

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  2. Ay, no sé cuántas palabras tuve que buscar en el diccionario, no porque no se entendiera el texto, sino para enriquecer mi vocabulario, como decía el Selecciones. Pero ¿no es balandrán?

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  3. Tiene razón. Se me escapó una a. Ya está arreglado.

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  4. Hace unos dias, se me ocurrio decir que habria que ir guardando viveres para que podamos resistir cuando nos repleguemos en "pequeños rebaños",por lo que se viene, y mas de uno me critico´con fiereza.
    ¿ A alguien le quedan dudas que muchisimos obispos y demas jerarquia superior,ya estan trabajando a destajo para la bestia ?.
    Que Maria Santisima nos cubra con su manto....

    El catequista salvaje

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  5. No quiero darme manija porque me hace mal anímica y espiritualmente. Pero conozco casos así de persecucion episcopal a buenos curas. Y me temo que van a ir multiplicándose. No estoy tan seguro de mi fortaleza, ese es el asunto.
    Un cura argentino

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  6. Señor catequista salvaje, hay que ir guardando víveres porque los gobiernos van a apretar a los pueblos antes de lo que se viene....leyes de abastecimiento y descontrol de precios de por medio. Ud. guarde, y no se enoje por los que lo critican.

    Un amigo

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  7. Un off-topic: sé que la Argentina no es el mundo pero, después de todo, el Papa es argentino. Y yo veo cierto paralelismo entre la decisión de la Provincia de Buenos Aires de eliminar los aplazos en la primaria, y el impulso en la Iglesia para aflojar las exigencias sobre moral sexual en general, y para bendecir las nuevas uniones de divorciados en particular. Porque no hay -en ambos casos- ningún debate teórico riguroso, y si lo hay no se lo ve. Lo que hay -en ambos casos- parece ser lo siguiente: "la gente no está a la altura de las reglas, esto es un hecho. Si insistimos con las reglas vamos a dejar a todo el mundo afuera. Y como somos demagogos, dejar a todos afuera queda muy feo, y, a la larga, pone en duda nuestra continuidad laboral. Así que cortémosla con las reglas".

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  8. La idea de vivir en paz, cumpliendo con la tradición y ajeno al poder lejano del obispo de Roma no se aplica para el presente.
    No podemos ya sustraernos a la globalización, pero sobre todo nos enfrentamos al Fin de los Tiempos. La llegada del anticristo es cuestión de meses.
    En la Edad Media los papas y antipapas no significaban nada para las personas sencillas, porque las disputas se referían al poder temporal, no a la doctrina. Ahora no es ese el caso, porque el actual obispo de Roma avanza en el cambio de la Iglesia.
    No hay escapatoria.

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  9. Anónimo de las 2:56. Creo que está mezclando los planos.

    Con un rosario en la mano y un cura que administre los sacramentos se puede llevar la cosa. Mantenerse católico, en la ortodoxia, en la verdadera fé.

    Sufriendo por la implosión de la Iglesia Institucional -que no es de ahora-, y rezando por ella.

    Hay como una especie de desesperación en algunos, que trasladan el derrumbe general al plano particular.

    Y por ello sienten la necesidad de hacerse sedevacas, o en el mejor de los casos de cualquier orga que les preste un techito.

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  10. Cardinal McCarrick es amigo del IVE, mismo discurso, caer bien sin mirar a quien.

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  11. anónimo 2:56 ¿será que ya nació ese que ud mencionó??

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  12. El Cardenal McCarrick esta encargado , desde varios años por la Santa Sede , de las relaciones con paises islamicos . Esta en permanente relaciones con estos paises .


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  13. Esta entrada y la anterior sin duda hubiesen sido del gusto del P. Roger Calmel OP, quien dijo alguna vez: "que cada uno de nosotros cumpla con su deber según su estado de vida y tome parte en construir una red de pequeños fuertes de la Fe, cada una con un sacerdote que asegure los sacramentos, pero de ahora en adelante sin inaplicable teología de la Iglesia, ni imposible de obtener aprobación canónica, ni con muros de separación caducos en cuanto que la Fe habrá podido fluir sobre ellos. Estos fuertes estarán unidos por la Verdad y tendrán contactos mutuos de caridad. El resto está en las manos de Dios".

    Es la visión inteligente y realista del mundo y la Iglesia actuales, tan ajenas a la progresía como al tradicionalismo, a pesar que este último se diga tomista.

    Se trata de obviedades tan claras para Calmel como para el viejo Don Gabino, quienes en sus años han visto el tiempo perdido en quimeras y sus costos.
    Pero no es tan obvio hasta cierta edad, salvo para los peronistas, para quienes no lo será nunca. Ellos son hombres de acciones grandes.

    Pienso en tantas rencillas que ya viejos, en algunas décadas, no existirán entre nosotros. Ellos no nos reconocerán que tuvimos razón, al menos esta vez. Nosotros no lo exigiremos tampoco. Daremos por descontada la buena fe de todos y no habrá reproches, pues aquellos que supieron tener horizontes más amplios, en su mayoría, tampoco descuidaron lo mínimo perjudicándonos a todos.
    Ya más viejos y más sabios todos, quedará implícito que supimos ver mejor, pero que en el algún punto ninguno fue dañino, cuando las diferencias no fueron más que verbalizaciones de distintos puntos de vista del presente y su consecuente acción, pero no en las mínimas obligaciones de estado que nos hubiesen perjudicado a todos.

    "No viene el Reino de Dios ostensiblemente, ni podrá decirse helo aquí o helo allí, porque el Reino de Dios está dentro de vosotros" (Evangelio de San Lucas).

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  14. Don Gabino va a ir bien mientras tenga un solo sacerdote en casa y los otros a lo sumo lleguen para recibir un rato de calor de hogar.
    El cura aporreado, que no pudo más que terminar vago, se pone chusco, osco y desconfiado.
    De tanto sufrir tiene por más el cariño de la servidumbre y de la señora de la casa que le sirven un plato caliente y le preguntan si necesita algo más, que la conversación inteligente con colegas o amigos.
    La Iglesia que es maestra fijó ciertas pautas que venían del Traditum y otras porque la experiencia demostró que ciertas verdades psicológicas eran mejor encausadas. Entre éstas está la de siempre darle al sacerdote un destino y un marco.
    Estos, tratados como perros, no lo tienen, y los comprendemos.

    Pregúntenles a las señoras que cuidaban a Castellani cómo era el trato del viejo sacerdote.

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  15. Si habrá quedado chúcaro Castellani luego de tantos palos, que me contaron días atrás que de viejo lo invitaron a dar una conferencia sobre la educación argentina en no sé qué teatro. La cosa es que dijo "la educación en Argentina no existe". Y no dijo nada más. Hubo un silencio incómodo por unos minutos. Hasta que un asistente le preguntó qué soluciones le veía, y ahí se mandó flor de conferencia.

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