Una de las visitas obligadas en Madrid es a la librería Neblí, en la calle Serrano. Allí estuve a fines de enero, en una mañana de frío y lluvia, y encontré que habían agregado un sector -isla, creo que le llaman- dedicado a todas las publicaciones de las ediciones Homo Legens, editorial que recomiendo vivamente. Y me alcé con varios tomos, entre ellos la traducción española del monumental libro de Roberto de Mattei Concilio Vaticano II. Una historia nunca escrita, que acaba de ser publicado. Es un libro que debe ser leído, especialmente por sacerdotes y obispos. Un libro imprescindible. Con una documentación masiva, el autor demuestra lo que en realidad fue el Vaticano II, y así se explica fácilmente la crisis terminal por la que está atravesando la Iglesia.
En diciembre de 2016, publiqué aquí mismo una larga reseña del libro escrita por Jack Tollers que recomiendo releer. Por mi parte, agrego algunos comentarios:
En diciembre de 2016, publiqué aquí mismo una larga reseña del libro escrita por Jack Tollers que recomiendo releer. Por mi parte, agrego algunos comentarios:
1: De Mattei demuestra clara e irrefutablemente y con recurso a documentos oficiales, que el Vaticano II fue manejado por un reducido grupo de obispos y sacerdotes hiper progresistas, con el apoyo tácito de Pablo VI, que no dejaron matufia por hacer para lograr que se aprobaran sus proyectos. Pero, reconocido esto, no podemos dejar de reconocer que en muchos de los veintiún concilios ecuménicos de la Iglesia, se dieron matufias similares. Recordemos algunos a vuelo de pájaro:
a. Constantinopla I: las matufias de macedionianos y egipcios, forzó la renuncia a la sede de Constantinopla y a la presidencia del Concilio, nada menos que del gran San Gregorio Nacianceno, el Teólogo.
b. Éfeso: las matufias de San Cirilo de Alejandría lograron que se condenara a Nestorio apenas iniciado el Concilio, antes de que llegara el acusado y que tuviera posibilidad de defenderse, como corresponde por el derecho y como había sido la orden del papa Celestino.
c. Constantinopla II: las matufias a las que varios Padres echaron mano a fin de que las condenas a algunas proposiciones consideradas origenistas fueran aprobadas entre gallos y medianoche.
d. Vaticano I: las matufias del cardenal Manning y otros varios, apoyados por Pío IX, que lograron forzar la aprobación de la infalibilidad pontificia a pesar de que la tercera parte de los Padres se retiraron del aula conciliar y una buena parte votó en contra o iuxta modum. Y si no me creen, pregúntenle al cardenal Guidi su opinión y su experiencia, y siendo como era el representante de la escuela tomista en al Aula conciliar.
2: De Mattei identifica y describe acertadamente los dos bandos: la Escuela Romana, que era la postura conservadora, y los progresistas, que no eran más que los herederos del Modernismo, y la enorme mayoría de Padres en el medio, que se pasaron el Concilio en Babia y votaron las propuestas que tenían mayor poder de presión o de marketing, sin entender mucho de lo que se trataba. Sin embargo, De Mattei no cae en la cuenta, o no quiere admitir, que los integrantes de la Escuela Romana eran sólo un poco menos modernos que los modernistas, pero de ninguna manera encarnaban la Tradición. Ellos mantuvieron las posturas que se elaboraron en Roma en la segunda mitad del siglo XIX, al calor del larguísimo pontificado de Pío IX, y que tuvieron por objetivo fortalecer desmedidamente el papado romano ad intra, a fin de compensar la pérdida de los Estados Pontificios y la influencia de la Iglesia católica ad extra.
3: Esta postura ultramontana terminó jugando una pésima pasada a los Padres más conservadores, que el mismo de Mattei, a pesar de su confeso ultramontanismo, no puede dejar de reconocer: gran parte de su falta de resistencia e incluso de su conducta errática, se debe a la veneración casi latréutica que tenían por el Papa, fruto del Vaticano I y la inoportuna declaración del dogma de la infalibilidad, es decir, de los frutos de la Escuela Romana. Los mismos protagonistas declaraban que no podían ir hasta el final votando contra, o tratando de boicotear un documento que era querido por el Papa, aunque éste fuera Montini. Así se explica, por ejemplo, que el cardenal Siri siempre se haya “cortado solo” y haya rechazado toda actividad coordinada con el resto de los conservadores (nunca fue parte del Coetus) a fin de no caer en una posible “confabulación”, como si todo el Concilio no hubiese sido más que una confabulación de los progresistas, o que Mons. Lefebvre y varios epígonos más de la posición tradicional, hayan terminado votando positivamente la Dignitatis Humanae, el documento más nocivo de todo el Concilio.
a. Constantinopla I: las matufias de macedionianos y egipcios, forzó la renuncia a la sede de Constantinopla y a la presidencia del Concilio, nada menos que del gran San Gregorio Nacianceno, el Teólogo.
b. Éfeso: las matufias de San Cirilo de Alejandría lograron que se condenara a Nestorio apenas iniciado el Concilio, antes de que llegara el acusado y que tuviera posibilidad de defenderse, como corresponde por el derecho y como había sido la orden del papa Celestino.
c. Constantinopla II: las matufias a las que varios Padres echaron mano a fin de que las condenas a algunas proposiciones consideradas origenistas fueran aprobadas entre gallos y medianoche.
d. Vaticano I: las matufias del cardenal Manning y otros varios, apoyados por Pío IX, que lograron forzar la aprobación de la infalibilidad pontificia a pesar de que la tercera parte de los Padres se retiraron del aula conciliar y una buena parte votó en contra o iuxta modum. Y si no me creen, pregúntenle al cardenal Guidi su opinión y su experiencia, y siendo como era el representante de la escuela tomista en al Aula conciliar.
2: De Mattei identifica y describe acertadamente los dos bandos: la Escuela Romana, que era la postura conservadora, y los progresistas, que no eran más que los herederos del Modernismo, y la enorme mayoría de Padres en el medio, que se pasaron el Concilio en Babia y votaron las propuestas que tenían mayor poder de presión o de marketing, sin entender mucho de lo que se trataba. Sin embargo, De Mattei no cae en la cuenta, o no quiere admitir, que los integrantes de la Escuela Romana eran sólo un poco menos modernos que los modernistas, pero de ninguna manera encarnaban la Tradición. Ellos mantuvieron las posturas que se elaboraron en Roma en la segunda mitad del siglo XIX, al calor del larguísimo pontificado de Pío IX, y que tuvieron por objetivo fortalecer desmedidamente el papado romano ad intra, a fin de compensar la pérdida de los Estados Pontificios y la influencia de la Iglesia católica ad extra.
3: Esta postura ultramontana terminó jugando una pésima pasada a los Padres más conservadores, que el mismo de Mattei, a pesar de su confeso ultramontanismo, no puede dejar de reconocer: gran parte de su falta de resistencia e incluso de su conducta errática, se debe a la veneración casi latréutica que tenían por el Papa, fruto del Vaticano I y la inoportuna declaración del dogma de la infalibilidad, es decir, de los frutos de la Escuela Romana. Los mismos protagonistas declaraban que no podían ir hasta el final votando contra, o tratando de boicotear un documento que era querido por el Papa, aunque éste fuera Montini. Así se explica, por ejemplo, que el cardenal Siri siempre se haya “cortado solo” y haya rechazado toda actividad coordinada con el resto de los conservadores (nunca fue parte del Coetus) a fin de no caer en una posible “confabulación”, como si todo el Concilio no hubiese sido más que una confabulación de los progresistas, o que Mons. Lefebvre y varios epígonos más de la posición tradicional, hayan terminado votando positivamente la Dignitatis Humanae, el documento más nocivo de todo el Concilio.
4: De Mattei no puede dejar de mostrar a cada paso su pertenencia a la TFP y, entonces, introduce aquí y allá citas de Plinio Correa de Oliveira, al que casi casi convierte en protagonista de la primera sesión del Concilio. A la vez, le otorga una importancia quizás exagerada a algunos obispos brasileños, como Proenca Sigaud que era parte de ese grupo. En el mismo sentido, vuelve una y otra vez sobre las cuestiones del comunismo y los mensajes de Fátima, dos de los núcleos delirantes de la TFP, dedicándole más espacio del que merecía.
Gracias Wanderer por la reseña. Había leido muy buenas referencias del libro por su documentación pero me temía fallas como las señaladas por Ud., y se entiende pues como reza el bolero, un viejo amor no se olvida ni se deja.
ResponderEliminarY es atinada la observación porque en dichas fallas pillamos algunas de las taras fundacionales del tradicionalismo posconciliar, y que aún no se remedian, como el desprecio por la Patrística en beneficio de los manuales; la mezcla de la teología con tópicos políticos, la fijación por las revelaciones privadas; el cristianismo como “religión de los Papas”, etc. Es comprensible que la primera generación de la “resistencia” al posconcilio se haya aferrado al paradigma contrarreformista porque era lo viable, pero el tiempo debía llevarnos a entender mejor las causas profundas de la decadencia eclesial, y los lugares comunes del ultramontanismo no sirven.
Así es, Lefe Estepario.
ResponderEliminarSan Luis Orione escribía:
"Nuestro Credo es el Papa, nuestra moral es el Papa, nuestro camino es al Papa, nuestro amor, nuestro corazón, la razón de nuestras vidas es el Papa; para nosotros el Papa es Jesucristo: amar al Papa y amar a Jesús es lo mismo; escuchar y seguir al Papa es escuchar y seguir a Jesucristo; servir al Papa es servir a Jesucristo; ¡dar la vida por el Papa es dar la vida por Jesucristo!". (Lettere, Roma, 1929, vol. II, p. 44).
Don Oriene fue un santito; de eso no hay duda, pero eso no lo salvó de caer en el enorme disparate de identificar prácticamente al Papa con la divinidad. Era cuestión de que el Papa cambiara de signo, como efectivamente ocurrió a partir de Pablo VI, para que todo se viniera abajo.
Por algo fueron tantos, entre ellos Newman, los que advirtieron de los peligros de la proclamación de la infalibilidad pontificia. No se equivocaron.
Con este gran santo Luis Orione, que realmente lo es! Intentaron licuar mi conciencia --y muchísimos la tienen-- con la infabilidad papal y obediencia a ciegas al papa; no solo a mí, sino también a muchos Sacerdotes, religiosos y laicos; varios citan sus escritos sosteniendo la "obediencia ciega".
EliminarDon Orione completa sus dichos de divinización y infabilidad papal diciendo esto ó algo similar: "Si estuviésemos en altamar con el Papa y él dijese arrojense del barco, yo lo haría sin dudar un instante".
Comenté este dicho a un Sacerdote neoconservador y nos dijo que Don Orione vivió en época donde el Papa era creíble...Pero he aquí, que cuando llegaron los nuevos nombramientos episcopales francisquistas para la Diócesis de este Sacerdote, como una babosa repugnante (sin ofender a las raposas) se arrastró y sometió a las nuevas normas de la simpatía, pluralidad, acogida, inclusión, aceptación del pecado...así es, un verdadero panqueque.
Y...por todo el revuelo de dichos y hechos que están sucediendo en las siete colinas sodomitizadas; conversando con un religioso perpetuo, y masticando tales situaciones, me dijo: "La obediencia es sagrada, si yo me enterase que mí superior es un come niños, continuaría en este monasterio sin dudarlo, por voto de permanencia"...olvídense de acercar a niños en acogida...terrorífico.
FT
Excelente, el artículo y los comentario de Lefe Estepario y Wanderer.
ResponderEliminarNo se puede, a esta altura del partido, combatir al Modernismo sin combatir al voluntarismo, semipelagianismo o devotio moderna, que le preparó el camino vaciando o agotando en la Religión la mística sobrenatural en favor de una devoción individual.
Excelente critica Querido Caminante!
ResponderEliminarAun con las fallas o pequeños deslices de parcialidad hacen faltas más libros que traten sobre los "detrás de cámara" del Concilio. Personalmente de joven, cuando intentaba leer Nostra Aetate sin sentir nauseas, me preguntaba ¿Como se hizo este documento tan espantoso?¿Como obispos en tierras de misión le dieron visto bueno a tan horrendas letras? Esperemos mas libros así.
En cuanto a la Papolatría, madre de todos estos desastres ("Destruyamos el rito de la Misa...pero porque el Papa así lo quiere"). No recuerdo donde lo leí, pero durante el Vaticano I (si, existió un Vaticano I) algunos "devotos del San Pedro vivo" tomaban himnos y textos de la Liturgia y se lo aplicaban al Papa, como por ejemplo el Veni Sancte Spiritus, hermosa Secuencia de Pentecostes, dejandole así:
A Pío IX, Pontífice-Rey:
Padre de los pobres,
Dador de las gracias,
Luz de los corazones.
Consolador óptimo,
Desde el cielo, envía un rayo de tu luz.
Y vayas tonterías más que rozan la blasfemia. Y resurgen hoy en las torcidas apologías y melosos aplausos a cada barbaridad dicha en Roma.
Beato John Henry Cardenal Newman
Ora pro Nobis!
No coincido con la idea de que la declaración del dogma de la infalibilidad papal haya resultado inoportuna. Más allá de que en específico eso lo sabrá el Espíritu Santo (si era conveniente o no en ese momento), pienso que el dogma limitó el poder del papa.
ResponderEliminarCon o sin dogma, estimo que la papolatría se habría impuesto en el siglo XX, y sin el dogma que especificaba cuando el papa no erraba, el bodrio hubiera sido mayor (más papolatría y más sedevacantismo).
Alfonso Jesús Vivar
Lástima que a de Mattei le dé tanto por la TFP y por Plinio porque eso a los ojos de muchos, le resta autoridad. Autoridad que tiene justamente ganada con muchos trabajos serios.
ResponderEliminarYo dejé a medias la versión en inglés de este libro porque en ese idioma me resultaba agobiante la tarea de consultar las citas al pie y volver al texto. Es un enorme trabajo de consulta documental el que hizo.
Hilbert
GASTON: Urge estudiar y divulgar contenidos del Nuevo Testamento como el llamado "incidente de Antioquía", recalcando que San Pablo no sólo le cantó las cuarenta a San Pedro sino que además lo escribió, con las consecuencias que esto iba a tener -que el hecho de enfrentarse al primer Papa pasara a formar parte del contenido de la Escritura canónica-. Y San Pablo lo escribió en su Carta cuando, estrictamente hablando, podría haberse limitado a corregir a San Pedro en aquel problema concreto y nada más.
ResponderEliminarAdemás hay situaciones muy ilustrativas al respecto como lo que del Papa de su tiempo tuvo que sufrir San Atanasio. Y creo que no es el único caso a lo largo de las controversias cristológicas.
Aunque ya no sirva para corregir disparates como el de Don Orione -santo a pesar de su papolatría y no gracias a ella- si sería muy eficaz para preparar la reconstrucción.
Wanderer, me sorprendió ese texto, y me estoy encontrando con otros del autor en similar tenor. Me imagino a cualquier Padre de la Iglesia muerto de la risa.
ResponderEliminarLa paradoja del tradicionalismo es que para actuar en resistencia no pueden sino romper con el paradigma papolatra que feliz aplicaría hasta Pio XII. Para la resistencia al modernismo la eclesiología ultramontana no sirve.
Es difícil ponerle el cascabel al gato, máxime cuando a pesar de las observaciones anteriores, suponiéndolas acertadas, no se vislumbran feligreses y un clero de acuerdo con ellas y más saludable que el que no lo está, o más saludable por el hecho de estarlo.
ResponderEliminarDaría la impresión que haber visto la génesis del actual problema de la Iglesia en el ultramontanisno y no en el modernismo no mejora nada en los veedores.
No digo que la discusión sea abstracta, lo que digo es que conociendo a varios, no se traduce de este punto de vista una regeneración o virtud superior.
No sé bien por qué. Tal vez porque este tiempo es el que es y los matices no llegan a tener trascendencia más allá de las ideas de laboratorio.
Muy marcadamente se nota esto en lo específico de la devotio moderna que consiste en un entrevero con uno mismo a diferencia de la forma de piedad tradicional, más enfocada a un anonadamiento del sujeto que reza ante la inmensidad de Dios y, no obstante, a los tipos más santos que conozco les gusta el Kempis y los santos franceses del XVIII y XIX, lo que hace que este tema nunca encuentre, al menos en mi, mayor importancia. Pero tal vez la tenga, no digo que no, sólo digo que no se nota (hay uno -fue maestro mío- que de tan anti-devotio moderna, iba a la misa nueva con tal de no ceder ante lo que decía notar en los lefes... tanto estudio para llegar ahí... se hubiese dedicado a ser albañil, magalúrgico o carpintero y ganaba más...).
Wanderer: es muy temerario afirmar que Mons. Lefebvre votó a favor de la declaración Dignitatis Humanae, cuando en realidad se trata de un asunto que está por demás discutido.
ResponderEliminar1°) Es sabido que la figura de Monseñor fue maliciosamente ensuciada por la prensa posterior al CVII, que actuaba en connivencia con el ala progresista de Roma. No sería extraño entonces que quisieran confundir a sus seguidores con instringulis como este.
2°) Monseñor negó en numerosas entrevistas haber aceptado la declaración. El reconoce que firmó un documento en donde los signatarios declaraban simplemente haber participado en las discusiones de DH.
3°) Y en el hipotético caso, que por algún extraño motivo, la hubiera firmado (cosa que creo improbable), no quita el rechazo posterior al concilio que tuvo para con aquellos documentos.
Me parece importante aclarar para no confundir. Saludos
Anónimo 18:30. La votación positiva de Mons. Lefebvre a la Dignitatis Humanae está registrada en las Acta Apostolicae Sedis IV/7, p. 809 y 823. Esa es la documentación oficial que lo atestigua. Es un hecho histórico documentado.
ResponderEliminarMás aún, en la biografía oficial del prelado, escrita por Mons. Tissier de Mallarais se escribe: "La adhesión de Mons. Lefebvre y de Mons. de Castro Mayer [a la Dignitatis Humanae] quedó quedó oficialmente registrada en las Actas del Concilio. Si, posteriormente, Mons. Lefebvre afirmó varias veces no haber firmado la libertad religiosa ni la Gaudium et Spes, lo hizo impelido por la lógica de su anterior y posterior oposición a la promulgación de la libertad religiosa, engañado por su memoria o por algún error". (pp. 357-360).
Yo reitero mi opinión: Mons. Lefebvre votó afirmativamente esos dos documentos nocivos, a pesar de la ardiente oposición que había manifestado en los días previos, por obediencia y reverencia al Papa, que era uno de los "amores blancos", el infalible soberano de la Iglesia; es decir, por su postura ultramontana.
Aflojen un poco con Dignitatis Humanae, por favor. Que los poquisimos gobiernos católicos que en 1958 todavía prohibían el culto público o el proselitismo de otras religiones hayan dejado de hacerlo no ha sido la causa de ninguno de los problemas graves de la Iglesia o del mundo.
ResponderEliminarEspaña es el país paradigmático en ese sentido, y allí la caida en la práctica y la profesión de la fe católica, la legalización del aborto, etc. no se deben a la concesión de libertad religiosa a evangélicos, etc. El mayor problema que esa concesión debe haber traido fue probablemente el puñado de Testigos que murieron por rehusarse a recibir transfusiones. En cuanto a las sectas idolatricas, tipo umbanda, su prohibición está de acuerdo con DH porque ésta habla de libertad de dar culto a Dios, lo que abarca solamente religiones monoteistas.
Lo mismo va para Argentina. Los feligreses evangélicos no eran católicos practicantes que fueron seducidos por la herejía. Si no se hacían evangélicos seguirían la cultura del rock o la new age o serían delincuentes o cualquier cosa.
La inmigración musulmana desde mediados de los 70 sí conducirá a la islamización de Europa occidental en tal vez 100 años, pero ese es otro tema.
Terminaba de leer este excelente post de Wanderer, fui a mirar algo en el Facebook y encuentro un post de ACI titulado: ¿Alguna vez te has preguntado qué se siente cocinar para dos papas?
ResponderEliminarEl ultramontanismo en su máxima expresión,sólo que del lado progre.
El 16.
Una reseña bastante flojita con un final que demuestra la falta de rigor y análisis. Con su reseña uno se hace una idea de sus ideas sobre matteo más que del libro.
ResponderEliminarAnónimo 23:21, tiene razón. Pero hay un detalle que usted no ha tenido en cuenta, y es que yo aclaro al inicio que lo mío son apenad algunos comentarios porque la reseña al libro, escrita por Jack Tollers, ya fue publicada hace más de dos años en este blog.
ResponderEliminarPregunta de buena voluntad: si el Papa puede fallar y enseñar Error, y si un Concilio Ecuménico puede fallar y enseñar Error, entonces, ¿a qué hace referencia la Promesa de 'Non praevalebunt'?. ¿De qué manera específica nuestra Fe está más y mejor protegida que la de la Iglesia Ortodoxa Rusa?.
ResponderEliminarNo creo que fuera innecesaria la Pastor Æternus. Si lo miramos en el contexto histórico, con la amenaza de un galicanismo, jansenismo y frebronianismo renovados en un mundo político liberal-masónico, y además con la amenaza de la invasión de las tropas italianas, está más que justificado. El problema es que no se condenó las posturas ultramontanas, quizá por incipientes o por ser percibidas como favorables.
ResponderEliminarSin embargo, conviene tener en cuenta que, aunque poco conocida, la Declaración Colectiva del Episcopado Alemán contó con doble ratificación pontificia del propio Pío IX: en «Carta Apostólica» a los obispos alemanes aprueba el contenido de la declaración y el 15 de marzo de 1875 en el consistorio vuelve sobre el tema y lo ratifica de nuevo. El valor teológico de la declaración es estrictamente dogmático.
«¿El Papa es un monarca absoluto? (2)»
https://info-caotica.blogspot.com/2017/12/el-papa-es-un-monarca-absoluto-2.html
Los puntos que se destacan son:
— Lo injustificado del «supuesto de que la posición del Papa ante los Gobiernos ha cambiado totalmente a través del concilio Vaticano y de sus dos más importantes decisiones sobre la infalibilidad y la jurisdicción»;
— «las decisiones del Concilio Vaticano no ofrecen ni el más remoto motivo para la afirmación de que a través de las mismas se ha convertido el Papa en un [...] monarca absoluto»;
— «el campo sobre el que recae la potestad eclesiástica del Papa es esencialmente distinto de aquél sobre el que se proyecta la soberanía terrena del monarca; en ninguna parte se niega por los católicos la completa soberanía de los príncipes en una vertiente estatal. Pero prescindiendo de esto, no se puede usar la expresión de absoluto monarca con respecto de los asuntos eclesiásticos, con relación al Papa, porque este se encuentra bajo el ángulo del derecho divino, dependiente de las disposiciones adoptadas por Cristo para su Iglesia»;
— «no es precisamente en la Iglesia católica donde tiene acepción el principio inmoral y despótico de que el mandato del superior despoje incondicionalmente de la propia responsabilidad».
Y este es muy importante:
«En contraposición con el legislador terreno que puede modificar una constitución estatal, el Papa no puede cambiar la constitución dada a la Iglesia por su legislador divino. La constitución eclesiástica se funda en sus puntos capitales sobre la disposición divina y se substrae a toda arbitrariedad humana. Por virtud de la misma disposición divina —en la que se funda el Papado— existe también el episcopado: también tiene él por disposición divina sus derechos y sus deberes y el Papa no tiene ni derecho ni poder (Macht) para cambiarlos.»
Como vemos, el problema es que se ha olvidado y traicionado completamente, y si sobre todo con Pablo VI ya la cosa empezó a tambalearse (cambio del juramento de los cardenales según Caffarra: defender al papa hasta la última gota de su sangre en vez de decir siempre la verdad, etc.) con Francisco se ha llegado al papa-caricatura-pesadilla de cualquier anglicano o protestante, para colmo para traicionar la Fe Católica: la Iglesia una secta y el Papa su gurú para rendirla al mundo.
Anónimo @23.00:
ResponderEliminarEso no es ultramontanismo, es ñoñería y meapilismo en estado puro nada más.
Por cierto, D. Wanderer, ¿es DH peor que Nostra Ætate? Creo que con esta última se tocó fondo, y es la madre de todas las ecumanías habidas y por haber.
ResponderEliminarAnónimo de las 18:30, estoy de acuerdo con ud, y no estoy de acuerdo con Wanderer.
ResponderEliminarTampoco estoy de acuerdo con Wanderer, cuando en en el punto 1 de su artículo usando como argumento , a,b,c,d. relativiza el libro.
Es inválido ese argumento de las matufias, solo sirve para que sepamos a,b,c,d.
Tampoco con el tono general del comentario, que es etiqueteador en exceso, y que si bien comienza diciendo que el libro “DEBE SER LEÍDO Y ES INFORMACIÓN MASIVA “, después lo critica sin tino.
Las etiquetas , si son certeras , a veces son útiles para sintetizar, pero deben evitarse.
Cuando uno etiqueta a menudo, pierde la objetividad.
Leí el libro, me pareció muy bueno y objetivo en si mismo, lo compré en argentina, por correo.
Lo de las votaciones de Lefevre en el concilio, me tienen sin cuidado, porque Lefevre no era Dios, lo mismo que San Pedro.
Los dos , que siempre fueron buenos, terminaron siendo MÁS BUENOS.
Es duro, y estimo que este comentario no será publicado , asistir desde el lado “bueno” ...a la falta de sentido común.
Estimado. Lamento su prejuicio con el Sr. Wanderer. Yo no soy cura, ni profesor, ni catequista, simplemente un auditor que se defendio como pudo contra las mafias enquistadas en la Iglesia. Sin embargo este buen hombre tuvo mas caridad pastoral que varios curas (que se escondieron por no salir en los diarios) y me respondio consulta a consulta que le hice. Es mas ni se quien es. Pero si se que responde, que confronta, que piensa y que ama a la Iglesia aun en el estado de prostitutez en la que esta.
EliminarSdos.
Lucardo, ¿a quién le falta sentido común? Como digo en negritas, el libro es muy bueno y debe ser leído, pero trato de ser una persona pensante, y hay algunos detalles del libros -y concederá que mis observaciones son sobre detalles y de ninguna manera sobre cuestiones sustanciales- con las que no estoy del todo de acuerdo.
ResponderEliminar¿Esa disidencia es falta de sentido común? ¿Será el que sentido común es asentir masivamente a todo lo que dice o escribe alguien del palo, por el solo hecho de que "defiende la causa"?
Si usted tiene tanto sentido común, por favor indíqueme por qué motivo es inválido el "argumento" de las matufias. ¿No será que el que está etiquetando es usted, y pega el rótulo de "Inválido" sin argumentar esa invalidez?
En cuanto a Mons. Lefebvre, no puedo estar más de acuerdo con usted. Monseñor Lefebvre fue uno de los más valientes defensores de la fe durante el Concilio, y junto a otros hizo todo lo que pudo para frenar el desastre que se vino, pero todo esto de ninguna manera justifica negar la verdad histórica.
Y mientras discutimos y discutimos, el otro aprovecha y avanza.
ResponderEliminarAunque sabemos y sabe que será derrotado, en el mientras tanto va llevando presas para su guarida.
Martín Hierro, el hermano que no quiere ser devorado por los de afuera.
Recordando lo que enseñaron los Padres apostólicos:...".Sé que algunos, llevados de piadoso afecto hacia el apóstol San Pedro, interpretan este pasaje, diciendo que Pedro negó al hombre, no a Dios; y que el sentido es éste: no conozco al hombre, porque conozco a Dios. El lector prudente comprende cuán frívolo sea esto; porque si éste no negó, mintió el Señor cuando dijo: "Me negarás tres veces" ( Mt 26,34)(san Jerónimo)
ResponderEliminarDecimos que no sólo niega a Cristo quien dice que no es Cristo, sino que también quien siendo cristiano niega serlo.(Rábano)
En sentido místico, son designados por la negación antes del primer canto del gallo aquéllos que, conturbados por la muerte del Señor, no creían antes de su resurrección que El fuese Dios; por la negación después del canto del gallo son designados aquéllos que yerran acerca de la naturaleza del Señor ya como Dios, ya como hombre. Por la primera criada se designa la avaricia y por la segunda la delectación carnal; por los que allí estaban se entienden los demonios, pues ellos son los que arrastran a los hombres a la negación de Cristo.(San Agustín)
Tres veces negó Pedro. El error, pues, de los herejes acerca de Cristo, se formula de tres maneras, pues yerran en cuanto a su Divinidad, o en cuanto a su humanidad, o en ambas cosas.(San Agustín)
En esta negación de San Pedro, decimos que no sólo fue negado Cristo por el que dice que no es Cristo, sino también por aquel que siendo cristiano niega que lo es.(Beda)
ResponderEliminar¿Cuántos Católicos fueron perseguidos a muerte por Calvinistas , Anglicanos y Luteranos acusados de ser " Papólatras "...?
Cuidado los acusadores .
Anónimo 11:28: NINGUNO, sencillamente porque la "papolatría" comenzó en la segunda mitad del siglo XIX.
ResponderEliminarA los católicos que usted menciona se los perseguía por ser "papistas", y con eso se quería indicar la fidelidad a la sede romana y la no adhesión a la Reforma. Pero es un grueso error identificar "papismo" con "papolatría".
Coincido con sus anotaciones-comentarios sobre Libro del Prof. Mattei, D. Wanderer. De Mattei tiene autoridad, pero su adhesión a la "Sociedade Brasileira de Defesa da Tradição, Família e Propriedade" le impide darse cuenta de que los Concilios y el Papado mismo, estaban seriamente dañados desde mucho antes del CVII. Creo que es imperioso volver a la Tradición Apostólica que los Padres de la Iglesia nos legaron. La tenemos tan olvidada que cualquier cantamañanas nos engaña con facilidad.
ResponderEliminarTom,
ResponderEliminarsi están dañados los Papas y los Concilios, ¿qué es lo que nos hace específica y distintivamente católicos romanos?. ¿Qué nos diferencia de los Ortodoxos Serbios, o de la Iglesia Ortodoxa de Antioquía?.
En su día me permití señalarle a Mons. Tissier de Mallerais, avocado a concluir la Biografía del Mons. Marcel Lefrebvre, que el hecho de encontrarse su firma en las Actas conciliares no significaba en absoluto su voto conforme al de la mayoría, sino exclusivamente su presencia en el lugar y asistencia a la votación, a la manera en que un acta de asamblea societaria o de consorcios de cualesquier especies contienen las firmas de todos los asistentes, sin indicarse particularmente el sentido de su votación, salvo en los casos que esta deba ser nominal. En el concilio vaticano II la votación no fue nominal, sino siempre por simple recuento de votos.
ResponderEliminarPor desgracia, desatendiendo lo que le expresé tanto como a la afirmación de Monseñor Lefebvre, de quien no tenía por qué haber dudado cuando afirmaba haber votado en contra de ciertas declaraciones conciliares, supuso que la firma del fundador de la Fraternidad SPX indicaba y demostraba claramente su aceptación de la doctrina finalmente aprobada.
Esto supuso a mi juicio un grave error, acarreado por el desconocimiento jurídico de ciertas prácticas que son universales a cualquier reunión asamblearia y se aplican de manera semejante en toda la tierra, aunque los registros de la asistencia consten a veces en la propia acta del evento u otras o en un libro separado, llamado por eso mismo "libro de asistencia". El error fue asignarle a estas firmas un sentido que, claramente, no se seguía concluyentemente de los registros disponibles, los cuales como queda dicho únicamente demostraban la presencia consciente y libre del individuo en cuestión, a los actos referidos en las actas.
Para su información le remito lo presente.
LMSS
La verdad es que la Librería Neblí tiene una buena selección de libros católicos. Creo que pertenece a una franquicia que se llama Troa y me huele que está el Opus Dei detrás.
ResponderEliminarAllí he podido encontrar el libro de Oraciones y Devociones del P. James Socías, para mis amigos conservadores. Tiene bastantes partes de oraciones bilingües castellano-latín. Y el Ordinario de la Misa nueva bilingüe también. No es perfecto, pero es un comienzo :)
Wanderer, relativamente cerca tiene la Iglesia Nuestra Señora de la Paz, donde el Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote celebra la Misa tradicional todos los días a las 20h. Puede que en su estancia en Madrid haya estado allí y yo sin poder saludarle.
En respuesta a Anónimo 9 de abril de 2019, 22:17
ResponderEliminara) Que haya Papas y Concilios dañados no quita un ápice de santidad a la Iglesia. Tan sólo evidencia que no todo lo que sale de las estructuras eclesiales parte de Dios. A veces, incluso se puede ver que el maligno las utiliza sabiamente para generar separación, maltrato y dolor entre nosotros.
b) Ser Católico conlleva elementos fundamentales, como tener como referencia el rito latino, creer que el Papa es signo de unidad y defensor de la fe y que el Magisterio eclesial merece respeto y sincera predisposición a seguirlo.
c) ¿Qué nos diferencia de los ortodoxos serbios, etc? Rito, instituciones eclesiales, entendimiento del magisterio eclesial y sobre todo, nuestra voluntad de ser una única Iglesia, santa y apostólica. Personalmente no necesito a autoafirmarme desde las diferencias con los demás. Con la ayuda de la Gracia, intento ser fiel a Cristo y la Tradición Apostólica. Para mi eso es suficiente.
Que tengan un día lleno de bendiciones
A los anónimos de 8 de abril de 2019, 23:55 y 9 de abril de 2019, 22:17.
ResponderEliminarLos magisterios que están protegido indefectiblemente son: el pontificio extraordinario, el conciliar (ecuménico) extraordinario, y el universal ordinario.
Los magisterios pontificio ordinario y conciliar ordinario son falibles.
El ejemplo más patente de lo segundo es un tema al que Mons. Athanasius Schneider dedicó un párrafo en su reciente artículo "Sobre la cuestión de un Papa herético":
"Hubo un período en la Iglesia en el que hubo, por ejemplo, una opinión teológica común objetivamente errónea que afirmaba que la entrega de los instrumentos era la materia del sacramento del Orden, una opinión, sin embargo, que no podía invocar la antigüedad y la universalidad, aunque tal opinión fue, por un tiempo limitado, apoyada por un Papa (por el decreto de Eugenio IV) o por libros litúrgicos (aunque por un período limitado). Sin embargo, esta opinión común fue corregida posteriormente por Pío XII en 1947."
http://www.infocatolica.com/?t=opinion&cod=34473
Ampliando lo que Mons. Schneider escribió, el decreto en cuestión fue el "Decreto para los Armenios" del Concilio Ecuménico de Florencia promulgado por Eugenio IV en la bula "Exultate Deo", por lo que estamos ante un acto de magisterio conciliar ordinario (el cual es siempre también un acto de magisterio pontificio ordinario, porque todo documento de un concilio ecuménico debe ser promulgado por un Papa). El párrafo en cuestión está en el Denziger:
"1326 Dz 701 El sexto sacramento es el del orden, cuya materia es aquello por cuya entrega se confiere el orden: así el presbiterado se da por la entrega del cáliz con vino y de la patena con pan; el diaconado por la entrega del libro de los Evangelios;"
http://www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/ffn.htm
La doctrina correcta, que la materia del sacramento del orden es la imposición de las manos por el obispo consagrante, fue definida, esta vez infaliblemente, por Pío XII en la constitución apostólica Sacramentum Ordinis.
https://www.academia.edu/101446328/Sobre_la_materia_del_sacramento_del_Orden_err%C3%B3_el_Concilio_Ecum%C3%A9nico_de_Florencia_R_Garrigou_Lagrange_O_P_
EliminarAnónimo de las 16:31 hs.,
ResponderEliminarMuy interesante información. Pregunto desde la ignorancia: ¿entonces el Magisterio del Papa que estaría protegido es únicamente el de sus pronunciamientos Ex-Cathedra?. ¿Y cuál sería específicamente el Magisterio Extraordinario de un Concilio?. Porque parecería que los Documentos del Vaticano II -que habría enseñado Error- no son parte de ese Magisterio Extraordinario.
Anónimo de las 13:13 hs.,
ResponderEliminara) La Iglesia de Cristo ha recibido una promesa específica que no puede fallar. La promesa de "Non praevalebunt". Y yo necesito saber a qué se aplica específicamente esa promesa de Nuestro Señor.
b) Ser católico no tiene nada que ver con el Rito Latino. La Iglesia Católica tiene algo así como veintitrés iglesias de Rito Oriental. Un católico siro-malankara es tan católico romano como usted.
Respecto de "..creer que el Papa es signo de unidad y defensor de la fe y que el Magisterio eclesial merece respeto y sincera predisposición a seguirlo...". estoy de acuerdo. ¿Usted piensa seguir lo que el Papa enseña en Amoris Laetitia?.
c) Ni los Ritos, ni las Instituciones eclesiales, ni nuestra voluntad, son marcas ciertas de estar en la Verdad. Lo único que hace que sigamos al Papa de Roma y no al Patriarca de Moscú -ambos tienen sucesión apostólica- es que Francisco es el sucesor de Pedro. El problema se nos plantea cuando -como ahora- el sucesor de Pedro, de modo deliberado y sistemático, enseña Error.
Excelentes definiciones, afirmaciones y preguntas a/b/c...Serian iluminadoras y necesarias buscarle respuestas.
EliminarOpino lo mismo. Es vital para mi paz y creo que para la de muchos de nosotros, en estos momentos de zozobra eclesial, poder responder claramente a los tres puntos: a, b y c. Wanderer, ¿se anima con un post exclusivo de eso? Se lo rogamos... Gracias.
ResponderEliminarAnónimo de las 21:51, soy el de las 16:31.
ResponderEliminarEl magisterio extraordinario de un concilio ecuménico son sus definiciones solemnes, usualmente en forma de cánones que anatematizan la posicion contradictoria de la definida.
Pero cuidado que lo que está protegido por el Espíritu Santo es el concepto de esas definiciones y no su letra. El mejor ejemplo es el sentido del término hipóstasis, que en Nicea fue usado como sinónimo de ousía, substancia, anatematizando a quienes afirmasen que el Hijo es "de otra hipóstasis o ousía" que el Padre, y a partir de Constantinopla I fue usado, a instancias de los Padres Capadocios, como sinónimo de prosopon, persona. Por lo tanto el anatema original de Nicea es válido en su concepto pero no en su letra en cuanto al término hipóstasis.
Otro ejemplo: cuando Calcedonia define que el Hijo es consubstancial (homoousios) al Padre según la divinidad y consubstancial a nosotros segun la humanidad, el segundo consubstancial no tiene el mismo sentido que el primero, porque si usamos consistentemente el término substancia/ousía en sentido particular y no universal y el término consubstancial/homousios en el sentido de identidad numérica y no de identidad cualitativa, Ud y yo no somos consubstanciales sino equisubstanciales (isoousios).
Al punto b) del de las 22:13, agrego que el mejor ejemplo es el rito antioqueno, atestiguado en las liturgias de la catequesis 23 de San Cirilo de Jerusalén y del libro 8 de las Constituciones Apostólicas, ambas de la segunda mitad del s. IV, de las cuales se derivaron las liturgias de San Basilio y de Santiago del rito bizantino. Considerar esta tradición litúrgica como de segunda clase frente al rito latino sería un disparate.
ResponderEliminarAnónimo de las 13:25,
ResponderEliminarle agradezco sinceramente la información, que es muy interesante. Me queda la impresión de que poder saber qué es el Magisterio Extraordinario de un Concilio (o sea, la parte protegida de Error por la Promesa de Cristo), no es cosa para nada fácil. Parece requerir conocimientos técnicos muy sólidos en teología.
13:25 por favor expláyese un poquito más sobre el tema.
ResponderEliminar17:29, ¿cual tema? ¿cómo identificar el magisterio extraordinario de un concilio ecuménico? ¿la definición original de Nicea? ¿el cambio en el sentido asignado a la palabra hipostasis a instancias de los Padres Capadocios? ¿la definición de Calcedonia? ¿la cuestión de si ousía/substancia es usado en sentido particular o universal? ¿la cuestión de si homoousios/consubstancial es usado en sentido de identidad numérica o meramente cualitativa?
ResponderEliminarNeblí es una librería del Opus Dei, las mujeres que la atienden son numerarias o supernumerarias. Una de las mejores librerías católicas -con libros en español- del mundo.
ResponderEliminarCruzar su puerta, después de pasear por Serrano, es volver a una vieja Madrid que ya no existe. Más sana que la de ahora. El carácter “retrógrado” de la librería atrae desde la vidriera con sus libros católicos, de tauromaquia y sobre el “management” de familias numerosas.
Estuve la última vez el año pasado y justamente compré este libro sobre el Concilio que se comenta, y una preciosa edición bilingüe de la poesía completa de Chesteron que regalé a un amigo.
Saludos,
Con respecto a esta cita: «San Luis Orione escribía:
ResponderEliminar"Nuestro Credo es el Papa, nuestra moral es el Papa, nuestro camino es al Papa, nuestro amor, nuestro corazón, la razón de nuestras vidas es el Papa; para nosotros el Papa es Jesucristo: amar al Papa y amar a Jesús es lo mismo; escuchar y seguir al Papa es escuchar y seguir a Jesucristo; servir al Papa es servir a Jesucristo; ¡dar la vida por el Papa es dar la vida por Jesucristo!". (Lettere, Roma, 1929, vol. II, p. 44)», creo hubiera sido conveniente aclarar que figura en el libro objeto del post. Puede ser que no sea preciso indicar de qué libro saca uno la cita que cita otro libro (con perdón de la mala redacción), pero creo que en este caso lo amerita, porque en el apartado sobre las causas de la derrota conservadora se lo trae a colación como ilustración de una de ellas. Precisamente, dice que generaciones de sacerdotes habían sido formados en una ilimitada obediencia al Romano Pontífice, en el siglo que siguió al Concilio Vaticano I. Salvo que hayas leído el original, en cuyo caso, retiro este comentario, que envío, no para ser publicado, sino porque estoy leyendo el libro ahora, y me acordé de este post publicado al respecto, y antes de leer la cita en el libro, pensé que era aportación tuya, pero veo que es de de Mattei.
Por otro lado, no sé si de Mattei reconoce esta causa a pesar de su confeso ultramontanismo. Tampoco digo que a causa de ella. Pero me parece que existen distintos grados y matices en el ultramontanismo, y que no le cuesta nada reconocer esa papolatría, que es una deformación total de la doctrina católica, más allá de la postura política que represente el ultramontanismo. Seguramente, la lamente, ya que está en el origen de graves desviaciones.
Y por último, no me parece que insista demasiado en el tema del comunismo, porque quién sabe si el CVII hubiese lo hubiese condenado, no se habrían evitado muchas de las criminales consecuencias que tuvo la teología de la liberación y el terrorismo en nuestra patria y en tantos países de Iberoamérica. Además del apoyo que habrían sentido todos los católicos, cristianos y hombres de buena voluntad que estaban subyugados por ese horrendo régimen inhumano. Y los que lo siguen estando. Fue un "negacionismo" que, moralmente, debe de haber dolido a sus víctimas más que la misma tiranía comunista. En fin, dado que la Iglesia se abría al mundo con simpatía, y la mitad del mundo era marxista y una buena parte de la otra, filo-marxista, había que sonreír y rendirse también ante ese Leviatán, como ahora ante la pseudoecología, etc. Y aun cuando no hubiera tenido ningún efecto práctico, creo que era un deber de justicia para con todos los mártires víctimas del comunismo ateo.
Tal vez no sean más que observaciones que surgen de mi núcleo delirante, sobre todo que he andado un poco afiebrada estos días.
Algún día, o no, on en discute.
Trinidad