Thomas Hobbes dedica la cuarta parte de su Leviathan a realizar una severísima crítica a la Iglesia católica basada en la conocida mitología que utilizan sus enemigos cuando quieren atacarla. Sin embargo, no todo lo que dice son mentiras. Cuando se refiere a las universidades y seminarios católicos afirma que allí no se enseñan más que oscuras teorías basadas en el aristotelismo y que, si alguno de los estudiantes pretende levantar la cabeza por encima de la media, la institución se las arreglará para hallarlo culpable de pactos diabólicos. Trescientos cincuenta años después de esta afirmación, los católicos daríamos rendidas gracias al cielo si nuestros sacerdotes se formaran en el aristotelismo. El problema que tenemos es que no se forman en nada y que muchos pactos siguen vigentes. Y este no es un problema reciente.
El escritor francés Huysmans, escribía en una de sus novelas a fines del siglo XIX: “Ya no existe sacerdote alguno que tenga talento, al menos para los libros; son los laicos los que han heredado esa gracia tan extendida en la Iglesia en la Edad Media. […] La ignorancia del clero, su falta de educación, su carencia de inteligencia de los ambientes, su desprecio por la mística, su incomprensión del arte, le han privado de toda influencia sobre el patriciado de las almas. No influye ya más que en las mentes infantiles de las beatas y camanduleros; y es sin duda providencial, es sin duda mejor así, ya que si se adueñara, si consiguiera alzarse y vivificar a la desoladora tribu a la que dirige, ¡sería la tromba de la estupidez clerical abatiéndose sobre un país, sería el final de toda literatura, de todo arte…” (En route, II parte, c. 1).
Cincuenta años más tarde, el teólogo Louis Bouyer decía lo mismo, como ya comentamos en este blog. Y nuestro Leonardo Castellani desarrolló largamente el tema en su Seis ensayos y tres cartas.
¿Por qué traigo nuevamente la cuestión a la discusión? Porque a mi entender, la situación se ha agravado aún más, lo cual parecía ya imposible. Sin embargo, siempre puede hacerse daño, y es lo que está ocurriendo con el pontificado de Bergoglio. No estoy diciendo que hayan bajado órdenes vaticanas para hacer tal o cual cosa, sino simplemente que el gobernante -y en este caso, gobernante absoluto- es arché o principio y, al gobernar, enseña a sus súbditos. Y así como durante el pontificado de Benedicto XVI, por ejemplo, poco a poco comenzó a recuperarse la solemnidad y devoción en la liturgia en muchas iglesias y parroquias de todo el mundo, en el actual, están aflorando las peores truhanes dedicados a destruir.
Si el Sumo Pontífice, desde su cátedra, menosprecia a los teólogos y aconseja que sean deportados a una isla para que continúen allí con sus discusiones inútiles, mientras los pastores con olor a oveja se dedican a hacer el bien al Pueblo de Dios sin injerencias teóricas, ¿qué actitud podemos esperar de los obispos con respecto a la formación de sus seminaristas? Si el Sucesor de Pedro adhiere a así llamada “teología del pueblo”, según la cual el amorfo “pueblo” es lugar teológico y, en cambio, las grandes obras teológicas no son más que ejercicios dialécticos, y si cuenta entre sus “teólogos” de confianza a impresentables tales como Juan Carlos Scannone, Tucho Fernández y Carlos Galli, ¿qué podemos esperar de la preparación y solvencia de los profesores de seminario?
En Argentina, hace años ya que se está viendo está nueva degradación. Un caso concreto y reciente ha ocurrido en la arquidiócesis de San Juan de Cuyo, en cuyo seminario, si bien nunca fue de excelencia -era más bien calamitoso-, sus estudiantes hacían los cursos de filosofía y teología siguiendo la ratio acostumbrada en la Iglesia. Pero en el último año ha sufrido una transformación lamentable. Nombrado arzobispo Mons. Jorge Lozano, uno de los bufones favoritos de Bergoglio, se ha dedicado a desmantelar todo lo que de formación seria podía tener, despidiendo a los sacerdotes que poseían títulos académicos y priorizando de forma exclusiva la pastoral. Pareciera que lo que la Iglesia necesita son pastores, y éstos no necesitan saber filosofía y teología. Les basta con las últimas encíclicas pontificias, con los documentos de la Conferencia Episcopal y, por supuesto, con el documento de Aparecida.
El caso de San Juan de Cuyo no es el único. Como hemos dicho varias veces, la anhelada partida a la casa del Padre de Jorge Bergoglio dejará en la Iglesia argentina tierra arrasada.
Cuando la cabeza se pervierte, el cuerpo entero se enferma.
ResponderEliminarAsí ocurre en clínica médica y también con las sociedades.
Si la cabeza no funciona o anda a los golpes, a los golpes andará también el pobre cuerpo maltrecho.
El drama del pontificado de Bergoglio es que ha finiquitado, con su enfermedad mental, lo poco que quedaba sano en el cuerpo eclesial.
De Huysmans hay que leer mi magnifica historia; la historia de gloria, caída (y que caída!) y redención de G. de Rais en “Là-bas”.
Pocos han cabalgado con Juana de Arco y con el mismo Diablo en ancas, para morir en la hoguera después de haberse arrepentido.
Y eso falta al mundo moderno, magnificas excomuniones para que la reincorporación a la Iglesia sea la de un hombre nuevo lavado por la gracia. Pero claro, nuestra sociedad no cree ni en la gracia, ni en la fuerza de la justica.
Solo migrantes y más pastoral. Y dale fuerte con el bombo que somos los muchachos de Panchito.
Pensaba que el clero de San Juan se formaba en Filosofía y Teología en Mendoza
ResponderEliminarNo es una mala idea aunque seria un duro golpe a la soberbia sanjuanina. La mente del sanjuanino es la de un isleño. Tal vez estar rodeados de desierto los hace asi.
EliminarEs muy cierto que cuando Bergoglio deje la Silla de Pedro la Iglesia argentina será tierra arrasada, pero lo de los seminarios es de vieja data. Hace muchos años, un viejo presbítero me dijo que el Padre Mugica hubiera sido un buen sacerdote si no fuera porque el Padre Vernazza -rector del Seminario del Villa Devoto y destacado militante del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo- le pudrió la cabeza.
ResponderEliminarY desde entonces para acá todo fue de mal en peor. Y eso sin contar lo que todavía nos espera...
¡Francisco lo hizo! ¡Un aplauso para él!
Francisco en realidad "hizo" muy poca cosa. El.daño viene de lejos, por la.cerrazón de Pío XII, la idiotez buenista de Juan XXIII, la maldad perversa de Pablo VI, la mala praxis de Juan Pablo II ("SAN"¿?), la debilidad de Benedicto XVI que nos entregó atados de pies y manos a este lobo rapaz...Pancho I es sólo el fruto maduro, no es el único responsable.
EliminarHilbert
¡Gracias Wanderer!
ResponderEliminarSi me permite: sentada la decadencia filosófica y teológica del clero -y con muy pocas posibilidades de levantarse-; me conformaría con una espiritualidad sencilla pero auténtica, y esa sabiduría divina que proviene de la inteligencia de las Sagradas Escrituras.
Nuestra patria y laaarga y ancha. Hay muuuuchas universidades, estatales y privadas. También muuuuchos seminarios, porque cada obispo quiso tener el suyo. Ya sabemos todos que hay de más de lo que seriamente se puede hacer en la Argentina. PERO: sería muy bueno poder tener un mapeo del estado de la filosofía y la teología en seminarios y universidades de todo pelaje. Una descripción valorativa. Cuando Caturelli convocaba sus congresos, mas o menos se reunía un muestreo y se compartía información de lo presente y de lo ausente en esas reuniones. Así se podía tener una idea bastante realista de la situación. También era posible juntar y unir soledades, con alguna fecundidad. Ahora parece que nadie tiene ese panorama. Pregunto si esta página podría ser el ámbito adecuado. Por ejemplo que empiece con un informe de lo que sepan los redactores de la página, averigüen y actualicen con sus contactos, y luego, sobre lo publicado, se vayan sumando aportes para ir completando. Con la consigna de ser objetivos y respetuosos: hace falta informar, obviamente con criterio que caracterice lo informado, pero no que agravie. Digamos: que valga seriamente como información intelectual católica. VALE ? . El reparo de que un mapeo así puede servir para entregar información a los que nos quieren mal no me parece un óbice. Ellos ya lo tienen. Lo que pasa es que no me lo van a dar.
ResponderEliminarMapeo de seminarios.
ResponderEliminarSan Luis mejorando.
San Rafael (diocesano) demasiado bien con el obispo persecuta que tiene. El único seminario al que mandaría. Y donde se respira el depositum fidei y la sana tradición todavía.
San Rafael IVE (formatea la cabeza del chico... siguen igual.
Leí una crítica de un "ex simio" profesor sobre el libro los riesgos de la vida religiosa del gran prior de la cartuja que realmente es una autodefensa ridícula)
San Juan famoso por lo "amanerado" de sus seminaristas.
Mendoza salvo algún cura nuevo filo benedicto, nada bien.
Anónimo de 14.47. ¿Podría precisar cuando se refiere a la “cerrazón” de Pío XII?
ResponderEliminarGASTON: El de la foto de esta entrada es el jesuita P.Tiburcio Arnaiz, benemérito misionero popular en los campos de Anadalucía. No sé muy qué pinta aquí.
ResponderEliminarBuena idea lo del mapeo.
ResponderEliminarDon Wanderer, recoja el guante.
Usted ha de poder sistematizar información y hacerlo con criterio.
El obispo de San Juan no sabe donde se metió. El que si sabe es el concesionario de Toyota. El clero diocesano esta en otra. Autos, departamentos y viajes a Europa.
ResponderEliminarTodavía quedan honrosas excepciones afortunadamente, pero es cierto que la preparación y la inquietud teológica del clero ha bajado terriblemente, lo que se nota en sus sermones y su adhesión a causas "políticas o humanitarias" que nada aportan al crecimiento espiritual de los fieles cristianos que tienen encomendados. Por eso suele gustarles el Papa actual.
ResponderEliminar...anhelada partida a la casa del Padre de Bergoglio...quién es su padre???
ResponderEliminarBueno, en una Iglesia en salida, se requiere salir de la teología, de la lógica, del sentido común y también de las reglas establecidas por el fundador.
ResponderEliminarY si la salida deja con olor a ovejas o sudor de colectivo en verano a la vuelta mejor.
Ígnaro Salsipuedes, en busca del turco perdido en la niebla,
La Iglesia en salida, se ha convertido desde hace tiempo en salida de la Iglesia. No formalmente, pero si realmente.
ResponderEliminar"¡Oíd la palabra de el Señor,
ResponderEliminaroh hijos de Israel!
Pues Dios entra en juicio
con los habitantes del país,
porque no hay verdad ni misericordia,
y no hay conocimiento de Dios en la tierra.
Perjuran, y mienten,
matan, roban y adulteran,
hacen violencia, y un homicidio sigue a otro.
Por esto el país está de luto,
y desfallecen cuantos en él habitan,
juntamente con las bestias del campo
y las aves del cielo.
Hasta los peces de la mar desaparecen.
Pero nadie se ponga a contender
y nadie reprenda;
porque tu pueblo es como aquellos
que se querellan contra el sacerdote.
Tropezarás en pleno día,
y también el profeta
tropezará contigo de noche;
y Yo haré perecer a tu madre.
Mi pueblo perece por falta de conocimiento.
Por haber rechazado tú el conocimiento,
Yo te rechazaré a ti
para que no seas mi sacerdote.
Por haber olvidado tú la ley de tu Dios,
me olvidaré Yo de tus hijos.
Cuanto más se multiplicaron,
tanto más pecaron contra Mí;
por lo cual trocaré su gloria en ignominia.
Comen los pecados de mi pueblo,
y las iniquidades de éste le gustan.
Por eso el pueblo y los sacerdotes
tendrán la misma suerte.
Los castigaré por su conducta
y haré recaer sobre ellos sus obras"
Oseas IV,1-9
Como siempre la Sagrada Escritura tiene palabras exactas para estas cuestiones...
¿Algún sacerdote leyendo?