por Anthony Esolen
Supongamos que se le hicieran las siguientes preguntas a un antropólogo, apartado del ruido y furia de la política actual: ¿cuáles serían los signos de una cultura moribunda, o de una cultura suicida? ¿Qué respondería de acuerdo a la naturaleza humana y a los términos de la propia pregunta? ¿Qué podría advertir en nosotros mismos?
Tal cultura se preocuparía más por la muerte que por la vida; y esa preocupación se manifestaría en varios modos. Promovería el derecho a morir según la propia voluntad, pero no el derecho a vivir, sino tan sólo el permiso de vivir, mientras uno posea ciertas cualidades que la gente reconozca como útiles o aceptables en el redil; y cuáles sean esas cualidades y cómo deban ser reconocidas cambiaría con las exigencias políticas y los sentimientos. La vida no es un don, sino meramente una cosa, para ser tirada a voluntad, como la basura. Nada es sagrado -ni el cuerpo, ni el alma, ningún lugar, ningún objeto, ningún nombre, ninguna persona humana, no lo es la historia, ni las canciones, ni Dios.
Aun así, esta voluntad de morir no es ni valiente ni generosa. El joven audaz que guarda su puesto en el campo de batalla está dispuesto a morir, no porque esté cansado de su vida sino porque está tan lleno de vida, y tan conmovido por sentimientos de camaradería por sus hermanos de armas que puede entregar su vida en la trinchera. Los soldados que quieren morir ya han perdido. Cuando un anciano o un enfermo dice “No va más” da su negativa, como decía Chesterton, a todo el universo. Generalmente, corre hacia la muerte porque tiene miedo al sufrimiento, lo que en una cultura moribunda ya no tiene sentido. Nada es sagrado. Una persona así se estremece ante los inmensos hospitales-máquina en los que los hombres son entregados para morir; así huye de la máquina y se arroja al abismo, a la nada.
En una cultura moribunda, los que no se suicidan, no ven mayor belleza en la vida humana, ni siquiera en lo que el poeta ciego Milton dijo que más extrañaba: “el divino rostro humano”. Un artículo reciente identificaba como una fotografía del siglo pasado, la foto de un pequeño bebe en el útero, de apenas dieciocho semanas, pero la autora se apresuró a asegurar a sus lectores que sería un error usar esa fotografía como un argumento contra los “derechos reproductivos” de las mujeres. Los eufemismos, el sentimentalismo calloso, y las abstracciones saludan a los portones de la muerte: Abtreibung Macht Frei (El aborto os hará libres). Que la fotografía mostrara un ser de sobrepujante y misteriosa belleza, un don, un objeto de asombro, incluso un ser hecho a imagen de Dios, no podía imaginarlo la autora, o acaso, le resultaba inconfesable. Nada es sagrado.
Semejante gente, podríamos esperar, olvidaría el alma y estaría obsesionada con el cuerpo, pero no el cuerpo como poseedor algún significado intrínseco. Trabajarán el cuerpo, lo golpearán, lo agujerearán, lo plastificarán, garabatearán grafitis sobre el cuerpo, y en general lo reducirán a una herramienta del hedonismo o a un pobre intento de auto expresión en un mundo en el que no habrá nada importante que expresar. Nada es sagrado. Su arte no habitará amorosamente en el rostro humano o en la natural gracia y expresividad de las posturas humanas. Será carne por la carne misma y rostro por la carne misma. Hablarán del cuerpo como de una máquina y se referirán con escasa sinceridad a su “rendimiento”.
En materia sexual también, no habrá asombro, ningún sentido de lo que son los sexos, ninguna gratitud del hombre hacia la mujer ni de la mujer hacia el hombre. La ingratitud, la impaciencia y la renuencia a soportar los defectos del sexo opuesto se manifestará en la esterilidad voluntaria, asumiendo tres formas. Primero, un odio o temor por la propia fertilidad, que llevará a la esterilización voluntaria, porque la esterilidad, es, antropológicamente, vecina de la muerte. Segundo, un rechazo al matrimonio, o una completa falta de interés por él, sea el matrimonio ordinario del hombre y la mujer o el matrimonio espiritual que se abraza como religioso; la fiesta de bodas a la que Jesus compara el reino de Dios ya no tiene atractivo. Nada es sagrado. Tercero, una adhesión a un falso matrimonio por medio de una falsa unión sexual; la deliberada y sacrílega perversión de las propias aptitudes sexuales, tal como arrojar la semilla de la vida a una cloaca, el lugar de los residuos y la decadencia.
Ellos que aplastarían, desmembrarían, o freirían en sal a ese niño asombrosamente bello en el útero de su madre, seguramente no tendrán escrúpulos en invadir el refugio de la bendita inocencia de un niño, durante el tiempo en que sus deseos sexuales están dormidos o latentes, ese largo tiempo en que los chicos necesitan aprender quienes son y qué son, destinados a crecer para ser maridos y padres, esposas y madres confidentes. Jesús tiene palabras duras para referirse a aquellos que escandalicen a los pequeños, pero, puesto que nada es sagrado, la gente de esta cultura moribunda estará ansiosa para unir a los niños a su corrupción y hedonismo sin sentido adornado como siempre con eufemismos, como lápiz labial y pelucas en una calavera. Una horrenda drag queen instruyendo a pequeños niños sobre cómo plegar sus testículos dentro de sus cuerpos y anudarlos allí — la muerte jactándose de la muerte.
La gente de una cultura moribunda no produce ningún arte digno de ese nombre. El aburrimiento se entroniza pesadamente en el alma. Nada es sagrado. Los poetas románticos del siglo diecinueve, a menudo residualmente cristianos a lo sumo, creían que el impulso para el gran arte, la música y la poesía debía ser divino. ¿Qué los inspira? Aquellos que pierden lo divino pierden también lo humano. Es como dice Jesús, que a aquéllos que buscan el reino de Dios, les serán dados todos los bienes de la tierra. La inversa es también verdad: a aquéllos que tienen poco, a aquéllos que buscan sólo los bienes terrenos, incluso lo poco que tengan les será quitado. El arte de la cultura moribunda no sólo pierde su excelencia. Desaparecen variedades enteras de artes; a nadie le importan ya; a nadie le interesa aprender con gran paciencia y muchos errores, o apreciar, lo que también requiere paciencia, o preservar. Muchas de las habilidades que el verdadero artesano requería, a menudo habilidades sin nombre, conocidas por su mano, su ojo o su oído, se han olvidado. Los artistas y arquitectos se vuelcan a lo horrible, lo brutal e inhumano.
El pueblo de una cultura moribunda no sólo ahoga su futuro en el vientre. Asesina también a sus ancestros. Mira con envidia a los grandes hombres de su pasado, hombres que, como todos los hombres, fueron imperfectos, pero que construyeron no sólo para sí mismos sino para su posteridad. Se burla de esos grandes hombres y disfruta “desenmascarando” sus leyendas. Nada es sagrado. Caen las estatuas en las plazas públicas, porque ya han caído en los corazones de los hombres. Y no es un hombre en particular el que debe ser pisoteado en el polvo. Todo el pasado del pueblo debe pisotearse; tal vez incluso, todo el pasado de la humanidad, no recibido como un don sino borrado como una carga. Abundan los esquemas utópicos, incluso aunque el decadente arte de la época no ve más que vastas redes de miseria humana por venir. Porque las torres utópicas están cimentadas en el odio por lo que es.
Todo el humor de la cultura moribunda es gris. La acedia es su pecado dominante, manifestada en la inacción espiritual y en el trabajo incesante por el trabajo mismo, o el trabajo por fines bajos. No hay alegría en su humor. La trivialidad es su nota característica, la risa de los aburridos, lo super-sofisticado, lo mundano y cansino. Los niños no llenan las calles con sus alegres juegos y risas. Las iglesias están vacías. Las instituciones básicas de la sociedad son débiles -especialmente la familia. La confianza social ha desaparecido. La tradición, que es una forma de confianza social, la unión entre generaciones, es vituperada u olvidada. Nada es sagrado.
Dante con perspicacia identifica el carácter del infierno como la pérdida de la esperanza, esa virtud teologal que confía en las promesas de Dios. La cultura moribunda podrá usar la palabra “esperanza”, pero nadie cree ya en ella, como lo demuestra espantosamente su fracaso en reemplazarse a sí mismo con los hijos. Nada es sagrado. El optimismo, sonriente y con dentadura de oro, hace su entrada para ocupar el lugar de la esperanza, no apoyando el perdón, la redención y el renacer, sino un juicio inmisericorde contra el pasado, y disertando sobre el cambio, vago y sin dirección definida, sobre algún cambio, cualquier cambio, como el cambio que busca una persona enferma en su cama sacudiéndose y girando tratando de encontrar un alivio que no llega. Los impacientes y enfermos están secretamente asustados de la esperanza, como lo están de la fe y del amor. Así están preparados para comprar cualquier confianza que se les quiera vender: seremos salvados por la tecnología o por cualquier novedosa maquinaria política. Dennos libertad para alimentarnos y aburrirnos y llenar nuestras horas vacías como queramos, pero quítennos toda libertad que nos requiera exigencias, la verdadera libertad de un alma humana luchando en gracia para acercarse a Dios.
¿Quién puede respirar la vida en semejante estado a fin de que pueda volverse un alma viviente? Sólo Dios puede, pero el pueblo prefiere creer en mentiras, que no hay nada sagrado, en vez de asumir los abundantes deberes y dones de la vida. Quiera Dios insuflar vida en nosotros, lo queramos o no.
(Fuente: Crisis Magazine. Traducción: Beltrán María Fos)
"Nada es sagrado", ese parece ser el signo más elocuente de una cultura moribunda.
ResponderEliminarEsa fue la causa de la caída de los grandes imperios y también lo será de esta civilización que alguna vez fue cristiana, porque el apogeo de la democracia es la cultura de la muerte que con ojo avizor nos advirtió Juan Pablo II.
Esta madrugada el Congreso y sus alrededores fueron escenario de los festejos por la media sanción del aborto con una vigilia de abrazos y hasta llantos de alegría para celebrar el asesinato de los niños en el vientre de sus madres.
Y la muerte de los niños por nacer se celebra igual que la eutanasia de los que quieren dejar de vivir, porque en un mundo sin Dios la mujer es dueña de su cuerpo y el hombre-dios decide quién debe vivir y quién debe morir.
En este mundo paganizado que avanza alegremente por una autopista de veinte carriles sin imaginar que termina en el abismo, la iglesia de Bergoglio se ha sumado a la fiesta anunciando con bombos y platillos el "capitalismo de inclusión", una idea del papa argentino para que el gran capital aplique en sus negocios principios éticos en favor de los más vulnerables y desposeídos. Todo sea por el paraíso en la tierra.
Las grandes multinacionales respondieron al llamado del papa y sellaron en el Vaticano su compromiso por un mundo más humano y mejor.
En 2013 Francisco anunció que ahora la Iglesia incursionaría en la "alta política". Y la puso en práctica para acercar a Cuba a EE.UU., a Colombia a las FARC y a Maduro a la oposición. Y así le fue, los resultados a la vista no pueden ser peores.
¿Podrá ahora liderar un capitalismo que se compadezca de los pobres? Porque los dueños del gran capital con los que se fotografió alegremente son los grandes defensores del aborto, la eutanasia, la transexualidad y la ideología de género que la Iglesia condena.
Bergoglio sabe todo eso, pero por lo visto no le importa. ¿Por qué lo hace entonces? La respuesta es la que nos da Anthony Esolen: porque ya nada es sagrado...
Perdón, con los apresuramientos no recordaba que lo que usted escribió no fue Wahrheit, sino Abtreibung. Corrijo, por tanto: Abtreibung wird euch frei machen, el aborto os hará libres. La senectud está ya abrumándome.
ResponderEliminarUn apregunta, fuera del tema del post, pero dentro del tema actual. En diversas ocasiones sea el actual Santo Padre que varios Obispos y sacerdotes han convocado jornadas de ayuno. Recientemente la Conferencia de Obispos de España ante el tratamiento de la eutanasia.
ResponderEliminarSin embargo las palabras del Señor son taxativas: en Matt. 6, 18 leemos que nadie debería notar nuestro ayuno, para que el Padre que todo lo ve nos recompense.
Cómo conjugar ambas situaciones?
Muy fácil, el que se apunte a este ayuno o a cualquier otro no debe ir pregonando que está ayunando.
EliminarCuáles son las consecuencias prácticas de esto?
ResponderEliminarEstá bien evadir impuestos ahora que el gobierno va a financiar infanticidios? O se le da al Caesar lo del Caesar? (El Estado Romano que financiaba peleas de gladiadores tampoco era muy moral)
Rezamos para que Dios le tenga misericordia a nuestro país? o merecemos ser castigados?
Qué hacer?
Herodes está actuando a nivel planetario con le diferencia de que las propias "madres" le entregan alborozadas sus hijos. Que Nuestro Señor Jesucristo no demore su venida!!!
ResponderEliminarTony Esolen es un grande de los de verdad. Y esto es buenísimo. Gracias al traductor y a Wanderer.
ResponderEliminarEstoy muy cansado de que los católicos defiendan al peronismo y le sigan dando chances o apoyo.
ResponderEliminarIncluso quitando al Papa de la ecuación, hace unos días Centurión en twitter decía que el aborto es un capricho gorila, burgués, citando a Evita. Ayer el peronismo aportó más de 82 votos a la media sanción, son los principales responsables de esto, el 70% votó a favor del aborto. En la oposición, que tampoco me gusta, la proporción fue 60-40 en contra del aborto (con variaciones, en el PRO 77% votó en contra, en la UCR sólo el 39%).
Los católicos tratan de disputarle el peronismo a la izquierda y después quedan pedaleando en el aire haciendo el ridículo y habiendo sido colaboracionistas de algo terrible. No se puede decir que los peronistas de izquierda sean falsos peronistas porque tienen la legitimidad de los votos, porque Perón los dejó entrar, y porque el peronismo también es lo que pasó en el 55, o hablar maravillas del socialismo, Mao y Fidel, desde la España de Franco.
Necesitamos crear un partido como lo que fue el Zentrum en alemania contra la kulturkampf de Bismarck
El centro católico en Argentina se intento con la Democracia Cristiana.pero fracaso por que cayó en manos de la izquierda
EliminarDon Wander: ¡Gracias por esa justa denuncia, según la cual, en la civilización de la muerte, "nada es sagrado". Me hace acordar al siempre vigente axioma de Fedor Dostoyevski, en "Los hermanos Karamazof", en las proféticas palabras de Ivan, uno de los hermanos: "Si Dios no existe, todo está permitido", Sin duda, porque la acuñación de este perverso axioma, "nada es sagrado", que forma parte necesaria de los dogmas de esta nueva religión, constituida por los negadores de Dios, supone también la sistemática negación de la verdad y de la vida. Y, sí, lamentablemente, hoy, en la Cámara Baja del Parlamento argentino se ha consumado el abominable crimen de la media sanción de la ley del aborto libre. Ciertamente, esto es una cabal prueba de que las tenebrosas furias del averno ya se han desatado sobre el desafortunado pueblo argentino, y, como no podía ser de otra manera, lo hace cobrándose la vida de las criaturas más inocentes e indefensas del planeta: los niños por nacer. Yo me pregunto: para que esto haya podido ocurrir en el bendito suelo argentino, ¿cuántas bocas, que debieron hablar "a tiempo y destiempo", permanecieron en criminal silencio? ¿Por qué no ocurrió esto, en tiempos de Juan Pablo II, y sí ocurre hoy, en tiempos del actual pontificado? ¿Es que, para muchos parlamentarios, que se dicen creyentes, aunque no todos, "nada es sagrado", por al decir de Nietzsche, dentro de su corazón, Dios, ya hace mucho que ha dejado de existir? ¿Es que esto mismo ya está ocurriendo también, en el corazón de muchos cristianos, aunque no en el de todos, sean estos laicos, sacerdotes u obispos, que hoy permanecen callados, como dos mil años antes, otros lo fueran, aunque no todos, ante la injusta condena de Cristo, por parte de los miembros del Sanedrín, aunque no todos? ¿Por qué salvo honrosas excepciones, nadie denuncia este brutal atropello contra el derecho a la vida, constituido por la criminal y cobarde legalización del abrto, que, en rigor, no es otra cosa que el peor de los genocidios posibles? Si, hoy es un día de riguroso luto para la Patria. No obstante, el Plan de Dios no dejará de cumplirse. Y lo hará por la vía de la fidelidad de sus seguidores, y, por lo mismo, por el paso de la Cruz. De modo que sólo cabe musitar con secreta esperanza: ¡Ave Crux, spes unica! ¡Alabado sea Jesucristo!
ResponderEliminarLo sagrado termina siendo lo satanico. Lo notable es que hay libre albedrio para ello.
ResponderEliminarLa oscuridad comenzo fuertemente a cubrir a la Argentina, acompañando a los procesos mundiales para el surgimiento del anticristo. Y a pesar de que ya fue avisado, la mayoria de la cristiandad catolica cierra sus ojos. El aborto no pasa por cualquier excusa humana o biologica, no pasa por un tema de derechos humanos o un problema psicologico. El aborto es un pecado que clama al cielo. Se crea o no se crea en Cristo el aborto es el camino directo al infierno. La ignorancia de no creer no libra a una persona de las consecuencias que le traera esto, no es solo una persona que se gana el infierno, es un alma que le da un triunfo a satanas. Es una profunda herida a Cristo y por ende una perdida total del Temor a Dios. La Iglesia, en gran numero, (tanto laicos como todo tipo de sacerdotes)abandono el discurso divino, nos presento un dios new age y en muchos casos dejo de creer en lo sagrado, en lo santo y esta es la consecuencia. Un discurso en contra del aborto sin Dios no tiene futuro, ya que el unico que puede cambiar el corazon es precisamente Dios.
Con el mayor de los respetos, no existe ninguna civilización donde nada sea sagrado, ni siquiera las moribundas o ya fenecidas. Lo sagrado se pierde por confusión no tanto por abandono. Siempre habrá cosas sagradas. El problema es cuando no son las verdaderas, como la sacra democracia, la sacra mayoría parlamentaria o cualquier otra sacra basura al uso. Donde el sentido mistérico de lo sacro se transfiere a la mística del mal que, siendo causa defectiva y cuanto quieran, hiende profundo en el ser social hasta dejarlo exangüe. En todo caso, he notado que uno de los síntomas más agudos de la descomposición de un ya cadáver social, es la mutua y recíproca desconfianza, la creencia que nuestro semejante es más un delator que un compatriota y que el estado es el enemigo número uno del hombre concreto, para quien representa una amenaza básica y no un ejecutor ni administrador del bien común. Cuando tiene uno todo eso junto, cabe la desacralización de lo sagrado y la sacralización de lo satánico, ya está... apagá y vamos.
ResponderEliminarY cuáles son los signos de una Iglesia moribunda?
ResponderEliminarY desde cuándo se dan esos signos en la Iglesia?
Capitán Ryder
Digresión (o no tanto): han visto el pesebre del Vaticano?
ResponderEliminarNo es ninguna sorpresa lo del aborto, lo que sorprende es que haya tardado tanto, Argentina es una república masónica desde el inicio. Parece que este trago estaba destinado para el momento en que hubiera un "Papa" argentino, como un signo mas para los ciegos voluntarios.
ResponderEliminarEsta no es una cultura moribunda, es una cultura muerta por suicidio.
ResponderEliminarWanderer,
ResponderEliminarel artículo de Esolen es excelente.
A mi siempre me resulto escalofriante cómo describe -al detalle- la sociedad actual el libro 'Brave New World' de Aldous Huxley, de 1932. Quiere decir que en ese momento ya todo estaba ahí, para quien quisiera -y pudiera- verlo.
Usualmente no se pierde el sentido de lo sagrado sino que se lo transfiere a lo profano. Es el caso del ecologismo. Que tiene que ver con el tema de suicidio pero a un nivel muy basico, puramente biologico: una especie que se preocupa por la supervivencia de otra especie que es depredadora de ella es un error de la evolucion (de la evolucion cultural en este caso). Ejemplo: los que ponen el grito en el cielo porque el derretimiento del hielo artico podria provocar la extincion del oso polar.
ResponderEliminarYo no dudaria en abatir a balazos al ultimo oso polar, simplemente porque el oso no dudaria en comerme.
Recomiendo leer esta nota de hace 2 años sobre los diputados y senadores que se dejan convencer por sus hijos (principalmente hijas)
ResponderEliminarhttps://www.infobae.com/sociedad/2018/08/06/populismo-parental-el-caso-de-los-legisladores-que-votaron-el-aborto-convencidos-por-sus-hijos/
Algunas citas
......Él, por formación católica, siempre tuvo una postura contraria a la interrupción del embarazo. Se negaba incluso a dar la discusión -decía el artículo-." Pero, seguía el relato, "desde hace semanas su esposa y su hija lo llenan de argumentos, números, estadísticas, razones para que vote a favor. La más chica se enoja mucho. Le dice que no puede entenderlo. Lo presiona. (…) Él se confiesa honestamente abrumado". La historia no tiene final pero se insinúa que el legislador estaba en vías de cambiar su posición......
....Un caso confirmado de influencia filial fue el del diputado del Frente Renovador José de Mendiguren. Incluso una de sus hijas lo explicó: "Mi papá vive su fe, va a misa y ha asistido a retiros espirituales", explicó Belén. Ella practica budismo y dice compartir con su padre la creencia de que la vida empieza con la concepción pero su hermana abogada la convenció de que el problema era la clandestinidad. "Lo bueno de mi papá fue poder dejar sus creencias de lado y legislar para un montón de personas, lo cual es su deber". En cuanto a su madre, "al principio dijo que no pero después no dijo nada".....
Otro que decidió dejar de lado sus creencias religiosas y votar a favor de la ley, convencido por su hija y amigas de su hija, fue el diputado Fernando Ascencio, del Frente Renovador.
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Se parece tanto a lo de Eva y la manzana que temo estar volviéndome un poco misógino. Eso sí, es obvio que odian al relato del Génesis porque las delata y expone, no es una estigmatización injusta.
Buenas fuentes me dicen que la cúpula de la CEA desestimó la idea de realizar una encuesta en los seminarios y en ambos cleros acerca de la vida sexual de sacerdotes y seminaristas. Si bien el proyecto se planteaba como de respuesta anónima y con el objetivo de aportar elementos para encarar alguna acción al respecto, no convenció.
ResponderEliminarArturo
Anónimo del 12 de diciembre de 2020, 17:00;
ResponderEliminaryo creo que todo eso que dicen esos diputados -que dudan, que las hijas los convencen (como en el caso también de Cristina)- es todo absolutamente mentira. Nunca estuvieron convencidos de nada. Nunca les importó nada. Siempre fueron una panda de cínicos enfermos de poder y riqueza. Fueron anti-abortistas por default, porque las parecía la posición políticamente más rentable en la Argentina. Ahora ven que la posición más rentable es ser abortistas, y buscan una coartada elegante para justificar su cambio (y usan de coartada a sus propias hijas, que en el fondo tampoco les importan nada).
El Aborto en sí jamás les importó un belín.
Sagrado hoy en día? Maradona, 30.000 desaparecidos, las "madres" - "abuelas" - "hijos" - "nietos" (nueva nobleza argentina) Cristina K y el IFE.
ResponderEliminarFiel descripción de nuestra sociedad
Sebastian M.S.
Me parece que sí hay algo sagrado para nuestra civilización: el Hombre. El Hombre como Idolo. El Hombre Divinizado.
ResponderEliminarY ese Hombre Divinizado sólo quiere experimentar su Plenitud. Y lo logra a través del Placer. Y entiende que al Placer se accede con Juventud, Belleza, Dinero y Poder. Ahí está todo lo que es Sagrado para nuestra civilización. Esas cosas son Sagradas e Idolatradas. Por ellas se mata y muere.
Y cuando se carece de ellas, la vida no merece ser vivida. Es mejor morir. Es mejor la Eutanasia.
Y el Aborto se explica por lo mismo. No es admisible que el acto cumbre del Placer, el Sexo, -que es un Derecho Absoluto y Necesario para poder alcanzar esa Vida Plena- desemboque en la Mujer esclavizada a otro Humano. Entonces a ese 'otro' Ser -a ese Intruso- se lo debe poder destruir. Porque si no es lícito destruir a ese Intruso, entonces se estará privando a la Mujer -la mitad de la población- del acceso al Sacramento del Placer, necesario para dar sentido a esta vida.
Si, pero usted olvida una cosa:
ResponderEliminarQue no está pasando por casualidad (de hecho esta subvencionado por los politicos)
Y que si se está destruyendo o desestabilizando sociedades cristianas es porque quien está detrás no es cristiano
Si se están tomando tanto interés es porque es vital para ellos y para sus hijos: la Historia es la Historia.
Lo que habría que preguntarse entonces es por que los políticos no defienden los intereses reales de sus electores, y como es que se ha creado una ideología que impide al ciudadano pensar y defender sus legítimos interes.
La ilustración abrió las sociedades y quito la religion. Pero esto no hizo a los ciudadanos más libres, más racionales ni más prosperos.
Simplemente les hizo presa de grupos egoístas mejor organizados y más audaces.
En vez de seguir una religión verdadera estamos obedeciendo una ideología laica.
En vez de ser ciudadanos libres nos hemos convertido en súbditos de nuestros enemigos jurados.