por el Padre Ducadelia
Mandar a pasear el episcopado y esforzarse por repetir concienzudamente las verdades de siempre es un camino más fácil. No es sin embargo el que dejó nuestro Señor. Tal vez porque si sólo se repiten las verdades dejan de ser las de siempre y dejan también de ser verdades.
Por ejemplo, centenares de monjes de Palestina repetían las fórmulas con que el gran Cirilo había defendido la divinidad de Cristo. Su celo los llevó a rechazar el concilio de Calcedonia y expulsar de la sede al obispo que había firmado -atacando la villa y masacrando a los defensores-. Lo que no querían aceptar era que Cristo tenía dos naturalezas, una divina y otra humana… porque San Cirilo había dicho que tenía una naturaleza, la del Verbo de Dios.
Wanderer dijo en una entrada ya vieja para la velocidad digital que muchos fieles pueden encontrarse en un cisma jurídico y no ontológico. Se mantienen en la fe de siempre y se distancian en algunos aspectos más bien legales. Están unidos a la Iglesia por el deseo de permanecer fieles y en comunión con ella, aunque no obedezcan ciertas formalidades. De este modo la unidad propia de la Iglesia (porque la Iglesia es una) queda asegurada cuando se tiene la misma fe y se rompe cuando se la adultera.
Por supuesto que cuando se cambia la fe se rompe la unidad, pero no es el único modo de rasgarla. La fe debe obrar por la caridad y es ésta la que logra la paz de la unidad, al menos así lo piensa Santo Tomás, para no ir a San Agustín que cansó la otra vez. Esa caridad obra ordenadamente, obra sujeta a los legítimos pastores. La autoridad y la ley no son externas a la sociedad, no se agregan a un todo ya hecho. La autoridad y la ley emanada de ésta fundan las sociedades y permanecen siempre como su alma, como su forma. Separarse de ellas es dejar de pertenecer a esa sociedad, es amputarse. El adolescente participa de su familia acatando la autoridad y los mandatos de su padre, no obedecerá si le ordena escupir a su madre, pero seguirá respetándolo y uniéndose al resto de la familia en su gobierno.
San Basilio se esforzó hasta la extenuación en mantener la unidad del Ponto. Combate contra los obispos arrianos y contra los sabelianos que reaccionaban en sentido opuesto. Sufre también la desconfianza y ataque de los que sostienen la misma fe y sin embargo forman partidos para socavarle la autoridad: “En cuanto a la profesión de fe, la mayoría de nosotros estamos unidos pero de hecho no actúan conmigo ni siquiera en los asuntos más ínfimos”. Y cuando la costa del Ponto se separa de Cesarea acusándola de hereje, Basilio se les queja diciendo: “Resulta empero que nosotros -hijos de los padres que han decretado que las pruebas de nuestra comunión, por medio de breves notas, sean publicadas desde un extremo al otro de la tierra, y que ente nosotros, todos debemos ser ciudadanos y familiares-, nosotros ahora nos separamos del resto del mundo, sin avergonzarnos de nuestro aislamiento y sin temor a que nos caiga aquella terrible profecía del Señor: “Por causa de la desobediencia que abunda, se enfriará el amor de muchos”. Desde occidente tampoco encontraba mucho apoyo, a pesar de que lo requería constantemente al papa. San Dámaso quería una condena a la herejía demasiado rigurosa que habría terminado por alejar hacia el arrianismo a muchos otros obispos. Además exigía que se reconociese como obispo de Antioquía (había tres) uno que, si bien era el único que defendía el credo niceno, no había sido ordenado según los cánones y que además no gozaba de prestigio en la zona. Se opuso Basilio a ambas presiones, pero jamás rompió con el sucesor de Pedro.
¿Por qué este esfuerzo de San Basilio por la comunión con el resto de los obispos y con Roma? Porque la Iglesia es una y es apostólica, y se sostiene por la fe en el misterio de Cristo, misterio que testimonian los apóstoles y sus sucesores. El Verbo hecho carne es visto, tocado y creído por los que están con Él desde el principio. El Verbo se hace historia y permanece en la historia por el testimonio, también histórico, de los que creyeron y creen. Ellos y el Espíritu Santo son los testigos del Señor.
La sucesión apostólica es la consagración por la que se recibe el envío de Jesucristo a través de los obispos que recibieron la potestad de Él, y de la cual dependen también los sacramentos. Pero la sucesión hacía referencia en primer lugar a la procedencia desde los apóstoles, así la entiende San Ireneo. Las diócesis poseían listas con los obispos que las habían ocupado remontándose hasta los apóstoles. Esa procedencia desde los apóstoles y las cartas de comunión a las que hace referencia San Basilio eran las que permitían discernir la ortodoxia de las enseñanzas. Las verdades que administra el obispo de Bitinia son las de Jesucristo porque ese obispo las recibió desde los apóstoles y porque son las mismas que sostienen los de las otras sedes que también fueron fundadas por aquéllos que vieron al Señor y recibieron su potestad. El misterio del Señor no ha sido encomendado a un libro, los Evangelios o el Denzinger, sino a un pueblo y dentro de ese pueblo a hombres enviados con autoridad.
Por última vez San Basilio: “Lo bueno sería ser juzgado, no por uno o dos de los que no andan correctamente en la verdad, sino por todos los obispos del mundo que a mí están unidos por la gracia de Dios. Preguntad a los de Pisidia, Lycaonia, Isauria, las dos provincias de Frigia… los de la parte sana de Egipto y lo que de sano queda en Siria, todos los cuales me envían cartas y a su vez de mí las reciben. Quien rompe la comunión conmigo, él mismo se corta de toda la Iglesia”.
Agustín, Basilio, Cirilo, Atanasio han dado esta batalla y en ella debe encontrarnos el Señor cuando vuelva. Unidos a los pastores que unidos entre sí defienden el depósito, testimonian y comunican el misterio de Cristo. Ese cisma difuso seguirá secando ramas del árbol. Es deber nuestro discernir para no ser arrastrados por él, deber nuestro seguir bebiendo de canal separando la basura. ¿Habrá buenos pastores hasta el final? Estarán porque Jesús es el Buen Pastor y no abandona su rebaño. Estarán porque el Señor lo ha prometido, porque el Señor ha orado por Pedro y aunque el demonio va a zarandearlo será confirmado, y él nos confirmará. Y en tiempos apocalípticos será mucho más difícil pero no será otra la Iglesia y no será otra la fe.
¿Y monseñor Lefevre? “¿Quién soy yo para juzgarlo?” Sí me parece claro que la Fraternidad perseverará en la Iglesia Católica tanto cuanto sienta como un mal la separación actual y tienda con fuerzas a la plena comunión con el resto de los obispos en unión con Roma, si por el contrario se instala en su posición de emergencia o peor aún se considera el resto fiel en medio de una apostasía general se parecerá cada vez más a esos monjes palestinos que aún hoy conservan la sucesión pero han perdido las cartas de comunión.
¿Qué hacemos con los obispos que nos han tocado? Cada uno que se tape con su poncho, que bastante corto tengo el mío. El consejo de San Atanasio a las quejas que recibía constantemente contra los obispos de otras diócesis era: “Traten de entender rectamente lo que dicen torcido”, o algo así. Hoy como siempre hay que estar despiertos para no perderse con sus errores ni ser aplastados por su autoritarismo. Y ya que me metí a consejos de cura, digo también que hay que estar más atentos a la viga del ojo propio. Se debe mantener muy viva la fe y activa la caridad porque con mechas humeantes no se va a poder discernir, ya no se discierne.
La teología que expone el P. Ducadelia es teología católica y no puedo más que estar de acuerdo con él.
ResponderEliminarSin embargo, el problema es que falla en el diagnóstico. Él dice que la fe en el misterio de Cristo se sostiene “por el testimonio de los apóstoles y sus sucesores”. La evidencia que no puede ser negada a no ser que alguien consienta en la amputación de su inteligencia, es que la enorme mayoría de los sucesores de los apóstoles en nuestros días no testimonian el misterio de Cristo, sino que más bien lo niegan. Y huelgan los ejemplos.
Y más adelante escribe: “El Verbo se hace historia y permanece en la historia por el testimonio, también histórico, de los que creyeron y creen”. Dígame el P. Ducadelia quiénes son los que hoy creen y profesan la misma fe de los apóstoles. ¿Los obispos, o los fieles?
La comparación con las disputas teológicas del siglo IV no me parecen apropiadas. En esos momentos el dogma católico y el armado teológico de la fe no estaban definidos, y fueron necesario Éfeso, Nicea, Calcedonia y Constantinopla para hacerlo. Mil seiscientos años después, no es lo mismo. Nuestra fe ya está enmarcada y discutida, y no hay lugar ahora para seguir buscando adhesiones doctrinales.
En las ventosas regiones del sur de Mendoza hay un sacerdote, referente del conservadurismo políticamente correcto y que ejerce de corepíscopo de esas alejadas zonas, que conoce muy bien los episodios de La Vandée. Le recomendaría al P. Ducadelia que le consultara acerca de lo ocurrido en esos años: los sacerdotes y fieles que se levantaron en armas contra la revolución, lo hicieron contra al parecer de numerosos obispos que habían juramentado la constitución civil del clero de 1790.
Y si nos venimos más cerca, los cristeros se levantaron en México contra la opinión de la casi totalidad de sus obispos y del mismo nuncio apostólico —es decir, de Roma—, que condenaban a los levantiscos por desobedientes y batifonderos. ¡Rompieron la comunión con los sucesores de los apóstoles! ¡Qué sotretas estos franceses y estos mexicanos!
Quiero decir con estos ejemplos a los que podrían sumarse otros, que en otras ocasiones los fieles se levantaron contra sus obispos, incluso con las armas, y no se trató de un “rompimiento de la comunión” y las otras lindezas teológicas de las que nos habla el post de hoy.
Si se estira un poco el argumento del P. Ducadelia, resultará que hoy está muy bien que los adúlteros puedan comulgar y que las parejas homosexuales puedan convivir con reconocimiento del Estado. Quienes nos oponemos a esos cambios, estaríamos ocupando el lugar de los revoltosos monjes palestinos. Desobedientes, no somos capaces de caer en la cuenta que el Espíritu se sigue manifestando en la Iglesia con estos novedosos cambios doctrinales que nos presentan los obispos. Las sorpresas de Dios que tanto le gustan al Papa Francisco.
Me parece a mi que el P. Ducadelia se encuentra cómodo en una suerte de oficialismo de derecha, o de fundamentalismo de la obediencia.
Los memoriosos recuerdan que el corepíscopo al que yo hacía referencia más arriba, cuando era joven sacerdote, denunció ante su arzobispo a uno de los vicarios de la parroquia donde estaba asignado porque celebraba a escondidas la misa tradicional, y junto al pobre cura, denunció también a un buen número de sus amigos más cercanos, con terribles consecuencias para todos ellos. Y tal vileza la hizo en nombre de la misma “comunión” episcopal y sometimiento a los sucesores de los apóstoles que reclama el P. Ducadelia.
Cuidado. La protesta de obediencia y el recurso a florituras teológicas puede esconder actitudes viles como la del corepíscopo o posturas cómodas y conformistas… como las del P. Ducadelia.
Bueno que repetir las verdades de siempre y mandar al episcopado a pasear cuando enseña mentiras es una verdad difícil del Señor y un camino difícil no hay ninguna duda de ello. Lo contrario parece enseñar Ducadelia que dice que si alguno de los apóstoles o descendientes de los apóstoles enseña un evangelio diferente entonces no sea anatema sino hay que seguirlo hasta el final y luego salta a embarrar la cancha con no sé que casos de monjes. Poco serio como católico y es posible que lo sea The wanderer con estos artículos en los que cercena los comentarios porque no creo que exista una sola respuesta a este artículo de Ducadelia es más merece de los católicos una respuesta tajante. Le faltó poner que la inocencia te valga a The wanderer y a Ducadelia no le dan los números para hacer teología. Saludos en la Santa Virgen María y en Cristo Rey
ResponderEliminarParece que este 28 de diciembre hay muchos sitios católicos en busca de decir que la inocencia te valga un ejemplo más es el "artículo" ¿Ovejas sin pastor? II en The Wanderer de Ducadelia que dice de manera explícita: que mandar a la jerarquía a pasear y esforzarse por repetir a conciencia las verdades de siempre es un camino fácil pero no el que dejó nuestro Señor.
ResponderEliminarDice que "tal vez" o sea que duda "si sólo se repiten las verdades de siempre dejan de ser verdades" (enseñanzas monstruosa de un sacerdote que luego intenta justificar con ejemplos) verdadera maniobra de Satanás en manos de un ministro y un sitio católico qué más decir sino expresar la enseñanza verdadera de Cristo sin el "tal vez" la verdad que debe ser enseñada siempre: si alguno de nosotros (de los apóstoles y de sus descendientes) enseña un evangelio diferente entonces sea anatema o sea mandenlo a pasear sin más preámbulo. Saludos en la Santa Virgen María y en Cristo Rey
Pregunta: qué diferencia práctica hay, para un fiel católico de a pie hoy, en seguir o no a su obispo, sea bueno o malo? No es esta una discusión irrelevante, al menos para los laicos?
ResponderEliminarG.
El p. Ducadelia se traga la tesis de la "comunión imperfecta"; un invento del Vaticano II, difuso y confuso, muy bien refutado por el P. Barthe.
ResponderEliminarYo le respondo a don anónimo de las 10:37 que pregunta la diferencia práctica en seguir o no al obispo sea bueno o malo con lo que está pasando en San Rafael y la comunión en la mano. Estamos viendo desde que empezó todo este jaleo como muchos fieles que jamás hubieran comulgado en la mano ahora lo hacen, se que hay curas que de frente o a escondidas siguen sin obedecer al indocto Obispillo y continúan dándola en la boca arriesgándose a sanciones y entredichos ( la última amenaza de Taussig es poner en entredicho no solo a los sacerdotes sino a las parroquias enteras). No voy a entrar en la discusión de si es o no pecado comulgar en la mano, pero si creo que estamos de acuerdo en que es una imposición inaceptable.
ResponderEliminar¿A qué voy con esto? Que muchos fieles por obedecer al obispo han dejado de ir a misa (recordemos que sigue vigente el decreto por el cual se establece la no obligatoriedad de participar de la Santa Misa) y cuando van comulgan de una forma mucho menos digna teniendo la oportunidad de hacerlo de otra manera.
La obediencia al obispo ha generado un decaimiento y una relajación en la vida cristiana de la Diócesis.
¿Que dirá el P Ducadelia? ¿Sigamos asi, pero no rompamos con el asesino de vocaciones? No sé a ustedes pero a mi muy católico no me suena....
PD. Pregunto desde la ignorancia ¿Es posible poner en entredicho una parroquia?¿Que efectos prácticos tendría?
El carbonero
Carbonero, le agradezco la respuesta. Yo también pensé en San Rafael como ejemplo que responde mi duda. Sin embargo, creo que se ajusta a lo que describe la opinión del post. Alcanza con ignorar la orden (que es, cuando menos, injusta por ir contra derecho) y punto. No quiero meterme en el caso particular, ni si correspondieron las manifestaciones o no, pues no conozco el caso de cerca. Sólo señalo que si bien para los curas y seminaristas el tema fue grueso, y la cuestión de la obediencia, grave, para los fieles alcanzaba si lo deseaban con buscar un cura que de la Comunión en la lengua, y basta.
EliminarEs decir, si hoy el caso más relevante fue el de Mons. Taussig, entonces me parece que ponerse a discutir a muerte si hay que sacarse de encima obispos malos o no es una discusión que no tiene asidero en los problemas reales de la Iglesia.
Los malos obispos son un problema, sí. Pero una solución como la planteada allí no es realista.
Los saludo a todos.
G.
De acuerdo con el comentario de W. aquí, en esta sección. Y me apoyo en el Apóstol, quien afirma «...si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema», Gálatas 1, 8. El asunto primordial de la religión es la Caridad, ciertamente, que es el amor a Dios y por concomitancia, a Su obra. Y el camino es la Fe. Por lo tanto si alguno se interpusiera en el camino por el cual la Fe lleva al amor de Dios ¡sea anatema! Obispo, papa, simple cura o sacristán de retintín, como la regla suprema es la salvación de las almas, cualquier cosa que se le oponga puede ser apartada.
ResponderEliminarAunque sea obispo de San Rafael.
Quisiera saber si el obispo Taussig con el apoyo de la Conferencia Episcopal Argentina y del Vaticano cerró un seminario por dar la comunión en la boca y no en la mano qué va a hacer el obispo Taussig, la Conferencia Episcopal Argentina y el Vaticano con los políticos argentinos que promovieron el aborto.
ResponderEliminarSi el obispo Taussig le quitó el ministerio a un sacerdote por según afirma él y dos de los suyos intentar agredirlo físicamente qué va a hacer con los políticos argentinos católicos que aprueben el aborto y si a Antonio Caponnetto lo excomulgó y sancionó por escribir "la Iglesia traicionada" qué va a hacer ahora con los políticos católicos argentinos que apoyen el aborto.
Quisiera saber qué va a hacer la Conferencia Episcopal Argentina y el Vaticano con los políticos católicos que promueven el aborto si va a existir alguna sanción como la que tuvieron con el seminario de San Rafael por la comunión en la boca.
Saludos en la Santa Iglesia Católica y en Cristo Rey
Qué lástima que firma como p.Ducadelia, arruina el nombre del personaje del P.Castellani,no hay derecho a llamarse así y a su vez decir tonterías.
ResponderEliminarEs conveniente agregar ciertos elementos teológicos que puede servir para la defensa de la fe al laico católico frente a la pretensión de obediencia no debida a obispos en contra de la defensa de la fe de siempre.
ResponderEliminarLos argumentos son los siguientes y quisiera que los tuvieran presentes todos los católicos si la conciencia invenciblemente errónea obliga porque si no se la sigue es pecado lo que será si un católico no sigue su conciencia invenciblemente cierta sobre lo que está bien y lo que está mal, en ese sentido, un católico no puede apelar al argumento de obediencia al obispo o a los obispos para pecar por palabra, obra y omisión sobre lo que con conciencia invenciblemente cierta sabe que está mal como promover o dejar promover el aborto, la ideología de género, el adulterio, etc.
La obediencia a Dios supera la obediencia a una jerarquía de la Iglesia terrenal, la Iglesia terrenal es creatura y debe ordenarse a Dios si no se ordena a Dios la Iglesia terrenal en su parte jerárquica como la Iglesia de Laodecea adultera la religión y prostituye la fe llevando a la apostasía universal y no debe ser seguida en ello sino combatida en ello en lo que la Iglesia terrenal se desvía del Bien Común que es Cristo para ordenarse a otra cosa que no es Cristo y que es un mal común ello debe hacerse como con todas las herejías.
Teniendo presente que dentro de la Iglesia terrenal están la ciudad de Dios y la ciudad de Satanás según San Agustín, esos actos pecaminosos de una jerarquía o parte de la misma son propios de la ciudad de Satanás o de los que según San Pablo están con nosotros pero no eran de los nuestros o los que se llaman el Partido del Mundo en la Iglesia (Bojorge), Iglesia de la Publicidad o Iglesia adulterada (Castellani), la Iglesia profunda (Viganó), la contraIglesia o antiIglesia (Virion, Meinvielle), etc. enfrentada con ella se encuentra la Santa Iglesia dentro de la Iglesia terrenal, o sea, la verdadera Iglesia terrenal, un rebañito en los últimos tiempos que deberá tomar distancia y ser llevada al desierto.
De la otra, la Mala Mujer se dice que se sentará sobre la Bestia para servirse de ella pero la Bestia le dará muerte y se distribuirá sus vestidos en distintas Iglesias nacionales católicas o neocatólicas reformistas separadas ejemplos son el sínodo alemán y el acuerdo secreto con China además del acuerdo con los guardianes del Planeta el 10/12/20 en el Vaticano momento en que se aprobaba la media sanción del aborto en Argentina y la eutanasia en España.
Miren una cosa es ser ingenuo y otra que todos los días a uno le digan que la inocencia te valga.
Con lo que el católico debe seguir lo que indica su conciencia invenciblemente cierta sobre lo que está bien y está mal y sobre lo que es pecado y evitarlo incluso cuando el que se lo proponga como norma de comportamiento sea un obispo, una jerarquía como dijimos si los sucesores de los apóstoles enseñan un nuevo evangelio sea anatema como señalamos en varias ocasiones el católico debe ser astuto como palomas no le es permitido escudarse bajo el argumento de una inocencia fingida que no es sino pereza y acedia.
Saludos en la Santa Iglesia Católica y en Cristo Rey
El seudónimo de Castellani, Pío Ducadelia, no está bien usarlo para escribir algo que probablemente Castellani no hubiera subscripto.
ResponderEliminarUn poco de contexto local: Aquí en Chile, al menos desde unos dos años, los casos de abuso reventaron la paciencia de todos cuando se destapó el historial de violaciones y hasta aborto del fallecido jesuita Renato Poblete, famoso recaudador de fondos para obras sociales y en su momento aceptado transversalmente por toda la elite política y empresarial. Desde esa época, la jerarquía episcopal pasó a la más completa irrelevancia, a tal punto de que escasas declaraciones públicas -con ocasión de los ataques a templos y el proceso Constituyente- no han tenido resonancia alguna, ni siquiera para atacarlas, cosa impensable solo hace 10 años.
ResponderEliminarEn tal escenario, casi no es tema el seguir o no a los obispos, pues prácticamente no dicen nada. El clero chileno está en desbandada y vamos a ver que pasa cuando las normas sobre asistencia a templos se atenúen. ¿Volverán a misa los fieles?
El mundo “tradi” ha permanecido en gran parte ajeno a esta cienaga -con alguna que otra excepción- pero la pandemia ha inflado las ánimos más delirantes y, en vez de discernir los signos sobrenaturales tras los sucesos de este año y fortalecerse en la Fe (y la Caridad), hay muchos más preocupados de hallar tramas conspirativas que en nada de diferencian de las “profecías mayas” del 2012.
Lo anterior no es menor, pues refleja que no pocos “tradis” entienden por “fe católica” un ropaje religioso y sofisticado para sus pulsiones ideológicas previas: nazis que nunca dejaron de ser nazis, sectarios de alma con la necesidad de estar un grupo “de elegidos”, etc.
La ortodoxia en Chile es un cuento aparte. Es un tema que cada colonia (árabe o rusa) ve puertas adentro.
Don Wanderer, habiendo leído tanto el post de hoy como su comentario al mismo, me parece que hay dos principios básicos que esclarecen bastante este asunto y que no han sido tenidos muy en cuenta.
ResponderEliminarPor un lado, la autoridad del obispo tiene límites muy concretos: sus súbditos quedan obligados en conciencia sólo en cuanto a las leyes/decretos que promulga, en la medida en que legisle sobre algo que cae bajo autoridad, y en tanto lo mandado no se oponga de modo manifiesto al orden de lo justo y el bien de sus súbditos (y, obviamente, en tanto no se aparte de la Fe y la moral).
Por otro lado, por más malo que sea un obispo en cuanto a su doctrina y su praxis, sólo pierde su autoridad episcopal si cae en herejía formal y se separa por ello del cuerpo de la Iglesia. Y sin negar en absoluto la gravedad de darle la comunión a los divorciados o de afirmar que el estado debe reconocer las uniones de homosexuales de modo análogo al matrimonio, no se ha probado que sostener estos errores implique ipso facto y necesariamente caer en herejía formal.
A la luz de estos dos principios, la situación actual la entiendo yo de la siguiente manera: hay muchísimos obispos de muy mala doctrina y praxis, pero que al no ser herejes manifiestos, conservan su autoridad. Por ellos debe seguir rezando en el canon y se les debe obedecer cuando legislan según el orden de lo justo. Por otro lado, suelen enseñar doctrina al menos dudosa, y en no pocas ocasiones promulgan leyes injustas (pienso por ejemplo en el cierre del seminario de San Rafael). En tales casos se les debe resistir sin dudarlo.
A la vez, creo que en no poco tiempo, si esto sigue así, veremos nuevamente "obispos" que nieguen explícitamente verdades de Fe (pienso en el "camino sinodal" alemán y la conferencia episcopal de amazonia). A los pobres fieles y sacerdotes que estén en esos territorios sí que no les quedará más remedio que desconocer la autoridad del pseudo-obispo de turno y pasar a la clandestinidad. Pero me parece que incluso en tal situación, siempre se debe buscar estar de algún modo bajo la autoridad de un obispo fiel que "confirme en la Fe" y asegure la unión con la totalidad del cuerpo eclesial. Algo análogo a lo que está pasando en China.
En resumen, se trata de dos situaciones distintas (teológica y eclesiológicamente distintas, aunque evidentemente relacionadas), y creo que la vastísima mayoría de los fieles nos encontramos más bien en la primera. Lo segundo podría darse prontamente en ciertos lugares... dependerá del accionar del Sucesor de Pedro el cómo se desarrolle esa próxima (inminente?) crisis.
N.B.D.
Por cierto, es de loar la actitud del Wanderer que cede el espacio de este blog a quien opina distinto y manifiesta su propio desacuerdo en los comentarios, permitiendo que el lector juzgue los argumentos por su propio peso.
ResponderEliminarCreo que se equivocaron en la firma de este artículo, por el estilo en que está escrito corresponde a Monseñor Panchampla y no al Padre Ducadelia.
ResponderEliminarEl artículo no cita fuentes.
ResponderEliminarEs más simple de lo que parece: "Mis ovejas conocen mi voz" Estamos obligados a seguir a los pastores buenos,a los que al hablar tienen la voz de Cristo,si no NO. Y dicho obispo puede estar en mi diócesis o a mil kilómetros de distancia,ahora se puede.
ResponderEliminarSecundo la observación de Adolfo Jesús Astinza. El mismo panchamplismo neocón de "nebulosidades" y cosas indefinidas que solo demuestra cómo aquel vicio que Castellani detectaba en el catolicismo hispánico (reemplazar la teología por el derecho canónico) sigue vigente y se degrada a niveles inimaginables. En este caso, se trata de reemplazar/confundir a posta la teología con los "feelings" pastorales. Así, ya no basta para "estar en comunión perfecta" (concepto novísimo y falso también) tener la misma fe, creer las mismas cosas o mencionar al ordinario en el canon. No: sino estar "en sintonía" no sabemos cómo pero posiblemente con un "cuchi-chuchi" sensiblero de "hacer creer" a los obispos que todavía nos controlan o, quizá peor aun, poner todas nuestras iniciativas privadas y públicas bajo el control de los Apostólicos Señores. Todo lo demás "conduce al cisma". Y así se justifican comparaciones descabelladas como la de creer que por la ausencia de tal "sintonía" o "cuchi-cuchi" los fieles y sacerdotes de la FSSPX (que hasta donde yo sé profesan los dogmas católicos en su integridad) acabarán convertidos en herejes (como los miafisitas que rechazaron Calcedonia) y -con la boca pequeña- en potenciales asesinos (como los ídems mencionados en la analogía). ¿Qué clase de formación se da en los seminarios, par diez?
ResponderEliminarEl Babuino de Babilonia
Se mete en un lío Wanderer al citar como ejemplo La Vendee y la guerra cristera. Porque tanto en uno como en otro, la Iglesia toda no acompañó las rebelión popular y la declaró como imprudente. Más allá de las leyendas y las fantasías tradis, no son exactamente el ejemplo de lucha cristiana. Quizás por estar las das muy mezcladas con las contingencias políticas.
ResponderEliminarY eso que la Iglesia que no acompañó fue la de antes. La de la misa tridentina y los papas ortodoxos. ¡Que se le va a hacer!
PD 1: Al carbonero y al anónimo G. que siguen diciendo que la medida es contraderecho, parece que todavía no se enteraron que la Santa Sede ya explicó que perfectamente el obispo puede limitar el modo de comulgar por un factor externo superior (como la pandemia). Así que a no ser que ellos se crean infalibles, tenemos un problema.
PD 2: para NBD. En casi todo de acuerdo con su comentario. Solo señalo que la existencia de un seminario en una diócesis es, segúl el Derecho Canónico, una decisión que le compete al obispo y a la Santa Sede. Así que es difícil califcar la decisión como "injusta", al menos si se quiere señalar con eso que es contraderecho.
Estimado anónimo, le agradecería que me indique la fuente donde se refiere lo que ud dice. Me ayudaría mucho. Yo tengo entendido que en el caso de la pandemia de la gripe porcina del 2010 la Santa Sede, por la congregación del culto, indicó mas bien lo contrario.
EliminarSaludos.
G.
Quizás en teoría pueda ser acertado lo que dice el artículo. El problema se plantea cuando vamos a la realidad de las cosas y el obispo deja de ser pastor y se transforma en mercenario (Mas el mercenario, el que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, viendo venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa. Lucas X, 12) ¿Qué hace el fiel que advierte la ausencia de pastor y en su lugar hay un mercenario?. Esto no está solucionado en la nota y obviamente la obediencia no es solución.
ResponderEliminarUna pregunta, a propósito de lo dicho por uno de los comentaristas: ¿es verdad que "sigue vigente el decreto por el cual se establece la no obligatoriedad de participar de la Santa Misa"? Y en tal caso, ¿es así en todas las diócesis argentinas?
ResponderEliminarEstimado Mr. Wanderer, acerca del post podemos decir que it was bark without much bite.
ResponderEliminarEn cualquier organización se puede otorgar una determinada jerarquía a una persona.
Y si esa persona no reúne las condiciones necesarias-espirituales, etc- para ejercer su autoridad será fuente de conflictos y atraerá sobre sí el desprecio y rechazo de sus subordinados sea o no justo lo que ordene.
Interesante tema que merecería un desarrollo más detenido y profundo.
Que el buen Señor lo proteja y bendiga y nos lo conserve con buena salud.
Y Feliz año nuevo para toda esta ilustre cofradía.
B.W. Wooster
¿Quien es : " Fr. Mikel Armarria "..?
ResponderEliminarLa idea del Padre Ducadelia descansa en argumentos muy conocidos por nosotros y que nos permiten identificar aquello que hemos dado en llamar " línea media". Se trata de una suerte de fariseísmo por el cual se privilegia la obediencia a la estructura visible y se cree que con ello ni la fe ni la moral tradicionales serán quebrantados y, si lo fueran, Dios no nos pediría cuenta de ello pues estaríamos justificados por la obediencia a la estructura. No sé cómo ni cuándo surgió esta posición, pero en la Argentina confundió a muchos de los " buenos" y, para peor, muchos de los que no eran tan buenos no fueron confundidos por semejante argumento. Esta posición hizo y hace mucho daño a la Iglesia, pues gana la voluntad de muchos que quieren ser fieles a Cristo y son engañados con esa falsa fidelidad exterior. El Papá Francisco los desprecia y los está haciendo sufrir mucho, porque sabe que están con él exteriormente pero que no lo están en espíritu y los considera farisaicos. El argumento de la obediencia externa no resiste un examen profundo, pero, hasta ahora les ayudó a mantener puestos y privilegios. Hasta ahora.
ResponderEliminarAcá tiene G.
ResponderEliminarhttps://infovaticana.com/2020/12/13/roma-da-permiso-a-un-obispo-americano-para-prohibir-la-comunion-en-la-boca/
Estimado (presumo que es quien antes había referido esta indicacion de la Santa Sede). Si lee la nota de Infovaticana con un poco de atención notará que es más que dudosa la legalidad de esa respuesta de la Cong para el Culto. Primero porque es del segundo a cargo, y no del Prefecto. Segundo porque contradice una respuesta de hace tan sólo 10 años. Y tercero porque el propio Prefecto la contradijo hace pocos meses.
EliminarNo digo que no tenga ningún peso. El argumento en sí no es absurdo: en tiempos excepcionales hay lugar a medidas excepcionales. Sin embargo para abrogar un derecho de los fieles con tanto peso en la Tradición debiera haber un pronunciamiento más alto, y más fundamentado.
G.
Estimado: no hay ninguna duda de la legalidad de la decisión. Es claro que si el prefecto no comparte esta decisión ya tendría que haberse pronunciado en contrario. Ademas la posición de la congregación va en consonancia con la carta anterior, si firmada por el prefec
EliminarEstimado: no hay ninguna duda de la legalidad de este documento que ya lleva varias semanas sin que el prefecto se pronuncie en contrario. Ademas va en consonancia con la carta anterior firmada por Sarah (y no en contradicción). Además tambien va en consonancia con la decidido por la mayoría de los episcopados del mundo y en especial la Conferencia Episcopal Italiana en la cual el papa elige al presidente directamente y de la cual, en alguna medida, forma parte.
Eliminaranónimo 20:09, tiene razón en lo que dice: tanto La Vandée como los cristeros tuvieron también motivaciones políticas.
ResponderEliminarLa cuestión es que todas las discusiones teológica en la historia de la Iglesia han tenido también motivaciones políticas, y más fuertes que las de los franceses o los mexicanos.
Éfeso fue altamente político; las iglesias que se separaron de la ortodoxia después de Calcedonia lo hicieron más por motivos políticos que teológicos; las condenas del Constantinopla II estuvieron teñidas de política, como lo estuvo la resistencia de los monjes palestinos junto a la sede de Antioquía que menciona el P. Ducadelia.
Anónimo 20:09: usted es el más claro ejemplo de fariseísmo legalista. Va a la letra, no al espíritu. Lea San Pablo
ResponderEliminarEsto parece el monólogo ser o no ser de Hamlet. Pero es mas simple, Nuestro Señor ya da recomendaciones para el caso. ¿Que hace con los fariseos y escribas? ¿que les dice a los enviados del Templo, a Caifas etc? ¿Que actitudes tiene en el Templo?¿Que hace con las leyes de Dios y con los preceptos de los hombres?
ResponderEliminarWanderer es verdad que casí todas las discusiones teológicas tienen un trasfondo político. Pero no siempre ese trasfondo político tiene la misma intensidad. La Vendee y la Guerra Cristera son la reacción contra dos grandes revoluciones que de hecho marcaron profundamente la historia de Francia y México. Nada parecido hay en la discusión entre los monofisitas y los difisitas...
ResponderEliminarNo es del todo cierto lo que se refiere en los comentarios, ya que Ducadelia, en su escrito, no propone una obediencia ciega. Lo deja en claro en algunos extractos como el siguiente:
ResponderEliminar"deber nuestro seguir bebiendo de canal separando la basura"
Ahora bien, quisiera pedirle a Ducadelia que por favor responda de manera clara y concreta a su propia sugerencia de: "Unidos a los pastores que unidos entre sí defienden el depósito, testimonian y comunican el misterio de Cristo".
Cual o cuales son esos obispos a los que debemos unirnos?
La prudencia, tiene en cuenta las circunstancias, y en las nuestras (Argentina, Diciembre 2020) cuales son dichos obispos?
Ducadelia, nombreme al menos 1 obispo católico en nuestro país por favor.
La verdad es que lamentablemente no hay ninguno. Y si alguno más conservador había ha renunciado sin al menos dar un grito cuando salió corriendo, que hubiera servido para dejar en claro a las ovejas más débiles de que el Papa, si bien sigue siendolo, actúa como lobo, y que desde su renuncia el lobo quedaba a cargo del rebaño. Esto entiendo que no lo hizo por las mismos problemas que Ducadelia, la virtud de la obediencia mal entendida.
Ducadelia, queda claro que en el fondo si está lo referido por varios comentaristas sobre una mala concepción de la obediencia. Revise mejor y detenidamente este punto.
Por último, respecto a otro apartado:
"¿Habrá buenos pastores hasta el final? Estarán porque Jesús es el Buen Pastor y no abandona su rebaño."
Sin duda que así será.
Off topic:
ResponderEliminarhoy votan el aborto para todos y todas en el senado. Nuestros Obispos manifestaron pobremente una oposición diciendo que no es momento, que los villeros quieren hijos, etc. Ninguno habló de crimen abominable.
El Papa habló de los descartados.
La oposición no supo ni siquiera hacer frente al gobierno.
Nadie quiere quedar como "perdedor".
Oremus
Ducadelia pateó el avispero y dejó desnudo a más de uno: debajo de la fachada de ortodoxia y defensa de la tradición se huele el tufo del espíritu anárquico.
ResponderEliminarEntre los lefes y tradis, hay algunos más modernos y protestantes de lo que se imaginan. Se espantarían de verse frente al espejo de la realidad. Ducadelia les hizo la caridad de acercarles uno y he ahí las consecuencias: saltan a la yugular.
Cruzados de la milicia digital, cuyos miembros pueden devenir en caudillo, maestro, obispo ...y hasta papa, con solo imaginárselo.
La ortodoxia se vuelve un anillo roto que se ajusta a cualquier indocilidad y presunción, y de la cual se creen con el derecho de blandirla sobre la cabeza de cualquier mortal que no se ajuste a sus opiniones.
A falta de argumentos, siempre quedará el recurso de humillar al rival con categorías ideológicas: neocon, liberal, novusordistas, modernista, conciliar, etc.
Lo que se dice una “secta” ideologizada, que cree que su pequeña verdad es más grande y valiosa que cualquier otra.
No estoy tan seguro de que Castellani no hubiera esbozado una sonrisa al ver a Ducadelia vapulear tan oportunamente “aquello” que él tanto detestó...ustedes ya lo conocen. No me hagan recordárselo.
Exacto. Por muy agradecido que muchos estemos de la FSSPX y su labor por preservar la liturgia y la doctrina de siempre, muchas veces se llega a sentir un agobio por esa tendencia al sectarismo que lleva a alejarse incluso de laicos y sacerdotes de doctrina correcta y vida más que sana, pero que son “culpables” de los pecados imperdonables de no investigar todas las teorías sobre el tercer secreto de Fátima, hablar bien de Benedicto XVI o no ser rosista, franquista o pinochetista (según el país).
EliminarEs lo que pasa cuando uno se encuentra con amigos católicos que le ganan a varios tradis en caridad con el prójimo e incluso en castidad. Y uno se pregunta legítimamente ¿No será que -parafraseando al Evangelio- los neocon nos adelantarán en el Reino de Dios?
Para Picheto: Que, ante todo, se defina que es "estar unidos". Si estar unidos quiere decir mencionar en el Canon, pues creo que hasta el cura que golpeó a Taussig o los sacerdotes de la FSSPX que resisten están "unidos" a los obispos. ¿Hacer siempre lo que digan los obispos? A nadie se le puede pedir eso, porque, como la historia -y la reciente- lo enseñan, los obispos pueden pedir cosas contrarias a los mandamientos y pueden ser desobedientes a Dios. Y el que obedece a un desobediente, desobedece. Así que nos diga por favor fray Ducadelia a qué se refiere con estar "unido a los obispos".
ResponderEliminarEl Babuino de Babilonia
ResponderEliminarEs pecado rezarle a Dios para que castigue a los que votaron esto? Como en los salmos imprecatorios? Es considerado "acto de maldecir"?
De golpe me siento un no ciudadano, expulsado de la vida civil. Cómo podemos ser parte de la misma nación si ni siquiera somos parte de la misma civilización? No se puede votar a ninguno de los dos partidos grandes con la conciencia tranquila.
Bueno, mi comentario llega tarde, espero alguien lo lea.
ResponderEliminarEvidentemente el q escribió el post en un Sacerdote que se reserva la identidad, pues este comentario va dirigido hacia el.
No hay que confundir obediencia con denuncia. Tomemos el caso de Jesús, en numerosas ocasiones denunció a los sumos sacerdotes, a los escribas, hasta al propio Pedro denunció con Vade retro Satanás!! Por consiguiente, el que escribió el post hubiera denunciado a Jesús de desobediente?? Es muy probable que si. Bergoglio con sus numerosas herejías queda excomulgado ipso facto, así que nos ahorra un paso, el de la obediencia. Pero el que quiera ser obediente a Bergoglio que lo denuncie. En este blog el promedio de edad calculo somos mayores de 40 años, en mi caso 50, conozco más de una veintena de sacerdotes, tuve de director espiritual al Padre Cayetano Bruno sdb, Grupo de oración con Monseñor Puyelli, amistad con sacerdotes que han trabajado con Bergoglio en la Curia, con sacerdotes que tuvieron cruces con Bergoglio, conozco la historia de Monseñor Podestá de primera mano, así que no me canso de denunciar a Bergoglio. El tema de la obediencia es para tener el rebaño tranquilo. Espero estás lineas sean publicadas y ayuden, viva Cristo Rey!
"Se mete en un lío Wanderer al citar como ejemplo La Vendee y la guerra cristera. Porque tanto en uno como en otro, la Iglesia toda no acompañó las rebelión popular y la declaró como imprudente. Más allá de las leyendas y las fantasías tradis, no son exactamente el ejemplo de lucha cristiana. Quizás por estar las das muy mezcladas con las contingencias políticas."
ResponderEliminarMezcladas de política estuvieron las luchas de Israel contra los filisteos, o las de los Macabeos contra los reyes macedonios, y bien que se cantaron y exaltaron como luchas por la honra de Dios en las Sagradas Escrituras. No digamos la cruzada de liberación en España contra el gobierno marxista del Frente Popular en el 36-39. En todas ellas, como en la Vandee o los cristeros, hubo odio a la fe y persecución del pueblo fiel, en ocasiones con gran crueldad. Y naturalmente que se mezclaron otras razones y no meramente la defensa de los cristianos (la monarquía en el caso de la Vandée, el falangismo o el carlismo en el de la guerra civil española, etcétera).
Lo que sí parece haber es una idealización de la lucha cristiana: el ideal del caballero cristiano persiste, está claro, pero en toda lucha por una causa justa se han cometido atrocidades, también en las cruzadas como las descritas. Esos actos indignos serán responsabilidad de quien los haga, pero no cuestionan la legitimidad o no de la propia lucha, que depende de las motivaciones y los medios, no de la perfección de la santidad de sus combatientes.
En el caso de la Vandée, los obispos estaban coaccionados por el poder republicano (amén de los juramentados traidores que se uniesen a la constitución masónica de corazón, con lo cual perdían la comunión con el papa); y sospecho que algo parecido, aunque en menor medida, ocurriría en México. En España, los obispos no incitaron ni organizaron la rebelión armada contra los comunistas, pero posteriormente la aprobaron.
No caigamos en el puritanismo político, que no es doctrina católica.
¡Qué porotazo se acaba de anotar Bergoglio!.
ResponderEliminarDurante el reinado del Papa argentino, y con un gobierno Peronista, la Argentina aprobó la Ley del Aborto.
Imagino que se sacará fotos sonriente y cariñoso con Alberto, con Vilma Ibarra y con Ginés.
Seguro lo recuerda, pero no está de más repetirlo, por si cae un despistado: Cuando murió Emma Bonino, Pancho primo declaró que había muerto "una de las grandes de Italia". Bonino era la abortera italiana que se ufanaba de haber fabricado, a partir de un inflador de bicicleta, una máquina para succionar al bebé. Un primor, la vieja malnacida.
EliminarAnonimo del 29 de diciembre de 2020, 17:40
ResponderEliminarDe acuerdo con lo que decis.
Hay que contemplar la realidad serenamente, la propia y la ajena.
Y dejarse "interpelar" por las verdades incomodas.
Y ser sobrio, me gusto lo de la "milicia digital". Muchos somos o fuimos muy bravos atras de un teclado, pero no aparecemos nunca por nuestra parroquia del Conurbano para dar testimonio de la Verdad.
O, cuando se presento esa ocasion, caimos en la IRA MALA, en la IMPACIENCIA, y nos guardamos en nuestras casas.
Hay que estar en esta Iglesia de hoy que nos toca, con estos obispos que hoy nos tocan, estos curas, este Papa, dando humilde testimonio de la Verdad.
Juancho de Marmol.
Me solidarizo con usted. El único que muestra caridad y compasión. Veo lo que le contestan. Por eso me decidí a responder. No lo podrán entender. Viven una superstición.
EliminarJuancho de Mármol: quédese con estos curas, con estos obispos y con este papá dando humilde testimonio. Pregunto :de qué verdad? Creo que ud se queda con ellos porque le gusta esta herejía, no porque quiera dar testimonio de nada.
ResponderEliminarJuancito de Marmolito: habla en serio?
ResponderEliminarla argumento de p. Ducadelia parece al de un obispo conservador "misericordiado" pero continua conservando sus prebendas.
ResponderEliminarTenía dudas si Castellani hubiera reprobado la caritativa pateadura que propina Ducadelia al orgullo de los "Denzinger digitales de la estricta observancia"; por el contrario, creo que la aplaudiria a rabiar y, con una mueca cansina, rememoraría lo que alguna vez escribió:
ResponderEliminar"En lo religioso, cuando una asociación se cierra sobre sí misma se vuelve una secta: puede mantenerse enteramente ortodoxa y protestar de una perfecta fidelidad a la cabeza de la Iglesia; pero ha dejado de ser "católica". Sus lazos con la cabeza se vuelven puramente externos.
Cuando un organismo empieza a crecer "para adentro", eso se llama cáncer...
Es mala seña para un cuerpo social que la preocupación por la “unión” se sobreponga a la preocupación por la "finalidad".
(Quizás sea por esto que el cura no es muy querido en algunos reductos de la fraterlandia)
Unión , no es sinónimo de unidad .
ResponderEliminarJesús dijo " sean uno " no dijo ( ahí ) " sean unidos ."
Tiene razón este periodista?
ResponderEliminarhttps://jorgefernandezdiaz.cienradios.com/jorge-fernandez-diaz-bergoglio-ideologo-padrino-internacional-engendro-que-nos-gobierna/
El periodista Jorge Fernández Díaz acusó a la Iglesia católica de ser “complaciente con el oficialismo” y de “haber hecho una alianza partidaria y vergonzosa con este gobierno peronista”.
Sólo decir que adhiero a todo lo que responde el Wanderer en su respuesta primera. De hecho, si acá obedecieramos al Obispo dejaríamos de ser católicos ipso facto.
ResponderEliminarEl P. Ducadelia está muy cómodo, parece, con los travestis en los colegios católicos, con el nuevo "privilegio" que tienen los sodomitas, y con la Comunión para los adúlteros. ¡Qué cómoda resulta la obediencia! Los Mandamientos han sido derogados! Qué genialidad.
El escrito de Don Ducadelia parece una defensa a la iglesia de la publicidad, no debe conocer la realidad de San Rafael y de su obispo; o debe ser un hijo pródigo de este.
ResponderEliminarAquí se cerró el seminario, se persigue a los sacerdotes por dar la comunión en la mano y quieren que se obedezca a este déspota indocto. Aquí se dicen cosas son decir nada, menos citas y más claridad. Un saludo.