martes, 27 de abril de 2021

La comunión en la mano, ¿el triunfo de la desobediencia?

 

Acaba de publicarse hace un par de semanas en Francia un libro de autores varios sobre la comunión en la mano (Jean-Pierre Maugendre y otros. Bref examen Critique de la Communion dans la main, Contretemps, 2021). Los autores analizan en sendos capítulos aspectos históricos de esta práctica en diversas épocas y su situación jurídica en tiempos de pandemia. Todo este material ayuda a comprender diversos aspectos de este tema en un momento en el que, en muchas partes, constituye motivo de malestar entre los fieles.


Querríamos llamar la atención en especial sobre el texto de Mons. Nicola Bux con el que el libro concluye[La Communion dans la main, une désobèissance autorisée. Pp.149-164.], pues en él se tratan con claridad algunos temas vinculados con la historia reciente que habitualmente son mal conocidos o se comprenden de modo errado, y a veces hasta opuesto a la verdad de los hechos. En efecto, oímos decir con frecuencia que la comunión en la mano fue autorizada por san Pablo VI por medio de un documento llamado Memoriale Domini en 1969 y que este uso fue confirmado por san Juan Pablo II y luego aceptado sin problemas por el Papa Benedicto XVI como uno de los dos modos normales de recibir la comunión. Habría así actualmente dos posibilidades ofrecidas por la Iglesia para recibir el sacramento: en la boca o en la mano, así como hay dos posturas del cuerpo igualmente posibles: de rodillas o de pie.

Sin embargo, Mons Bux, apoyado en las dos obras monográficas que se han publicado sobre el tema (el libro del obispo argentino Juan Rodolfo Laise y la tesis doctoral del sacerdote italiano don Federico Bortoli), muestra cómo Pablo VI, lejos de autorizar o introducir el uso de la comunión en la mano, confirmó formalmente su prohibición, exhortando a obispos, sacerdotes y fieles a «someterse escrupulosamente a esta ley nuevamente confirmada». Sin embargo -y aquí nos hallamos frente a uno de los mayores puntos de la confusión arriba mencionada- previendo que algunos sectores no estarían dispuestos a obedecer esta ley, decidió disponer un mecanismo jurídico que permitiera a los obispos en cuya diócesis hubiera una resistencia masiva e inflexible a la prohibición papal, indultar a los desobedientes, si así lo veían necesario su conciencia y su prudencia. Esta última posibilidad, claramente limitada, la concedió el Papa no sin gran reticiencia y aprensión, pues temía que el hecho de recibir la comunión en la mano pudiera ir debilitando la fe de los fieles en la presencia real.

Años más tarde, cercano ya al fin de su vida y ante la confirmación de estos temores, intentando detener el desmesurado uso que se estaba haciendo del indulto, mandó que se implementaran medidas para suspender la concesión de nuevos indultos y también que se dejara en claro que, aun donde el indulto había sido concedido, la práctica de la comunión en la mano debía ser desaconsejada. Sin embargo, esa orden no fue obedecida. Meses después, recién elegido papa, san Juan Pablo II confirmó la decisión de su predecesor y ordenó que no se autorizara en más países el uso de la comunión en la mano, suspensión que se mantuvo por un lustro y que le valió presiones y hasta algunas expresiones impertinentes por parte de algún obispo. Los textos que transcribe Mons. Bux sobre esta desobediencia y resistencia frontal son realmente impresionantes.

Por último, el papa Benedicto XVI dispuso que en las misas que él celebrara los fieles recibieran la comunión únicamente en la boca. Más tarde explicó así la medida: «Al hacer que la Comunión se reciba de rodillas y se administre en la boca, quise dar un signo de profundo respeto y hacer un llamado de atención acerca de la Presencia real … Quería dar una señal fuerte; esto debe quedar claro: ¡Se trata de algo especial!».

Mons Bux muestra luego cómo los colaboradores más estrechos del Papa alemán en materia litúrgica reflejaron en diversas ocasiones el pensamiento de éste sobre el modo de dar la comunión, que coincidía plenamente con el de San Pablo VI, expresando en alguna ocasión la posibilidad de que se volviese a la práctica legalmente en vigor en detrimento de la indultada.

Mons. Bux cita una serie importante de textos de estos colaboradores, testigos de la posición del papa Benedicto, pero entre éstos deberíamos añadir al propio autor del escrito; en efecto: Mons. Bux ha tenido una larga relación personal con el cardenal Ratzinger, gracias a quien fue nombrado consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe y perito para los trabajos preparatorios del Sínodo mundial de los Obispos sobre la Eucaristía. Al comenzar el Sínodo, ya convertido en Papa, Benedicto XVI lo nombró adiutor secretarii specialis del mismo; más tarde lo hizo consultor de la Oficina de las celebraciones litúrgicas del Sumo Pontífice y de la Congregación para el Culto Divino. Esta larga colaboración coloca a Mons. Bux entre los testigos privilegiados del pensamiento litúrgico de Benedicto XVI.

Todo el material por él presentado en el texto que comentamos no hace, en su conjunto, sino confirmar la conclusión a la que Mons. Laise había llegado en su libro: «Por todo esto creemos poder afirmar que la introducción y difusion por todo el mundo de la práctica de la Comunión en la mano constituye la más grave desobediencia a la autoridad papal de los últimos tiempos».

Para finalizar, permítasenos notar que resulta asombroso que este uso, que fuera impuesto por medio de una actitud de desobediencia frontal y desafiante al mandato papal en los años 60, actitud muy semejante a la que en este momento están tomando los obispos alemanes con respecto al documento de la Congregación de la Doctrina de la Fe sobre la bendición a las parejas homosexuales, sea ahora impuesto a los fieles que durante más de 50 años han seguido fielmente no sólo los deseos y disposiciones de san Pablo VI, san Juan Pablo II y Benedicto XVI, sino también la reiterada confirmación de la misma posición por parte del Prefecto de Culto Divino que el papa Francisco nombró a poco de asumir el pontificado: el cardenal Robert Sarah, retirado hace pocas semanas por haber llegado al límite de edad, quien escribió: «el modo en el que la práctica de la Comunión en la mano se difundió aparece como algo que ha sido impuesto de un modo que no es según los caminos de Dios».

La paradoja hoy es que se acusa a estos fieles nada menos que de «desobediencia» justamente por no querer acogerse a un uso que no sólo ha sido desaconsejado permanentemente por los Papas, sino que no es más que tolerado por medio de un indulto que se otorgó a quienes desobedecieron de modo frontal la autoridad papal. La situación actual parecería indicar que la desobediencia finalmente ha triunfado; confirmar este triunfo con medidas draconianas adoptadas contra los que no desobedecieron transformándolos así súbitamente en «desobedientes», es el colmo de la paradoja y contiene un mensaje implícito muy peligroso: la desobediencia es el camino, con tal de que sea inflexible.

El texto de Mons. Bux que comentamos y que puede leerse entero en español aquí, había sido publicado originariamente con ocasión del primer aniversario de la muerte de Mons. Juan Rodolfo Laise, el obispo argentino que obedeció el deseo de Pablo VI de mantener la prohibición de dar la comunión en la mano.


Fuente: Infocatólica.

43 comentarios:

  1. Parece que lo que triunfó fue la cultura del prohibido prohibir o del laissez faire, desapareciendo toda autoridad de la jerarquía. Los papas dijeron o escribieron esto o lo otro pero en realidad nunca ejercieron dicha autoridad. En esta Iglesia ganan los militantes ideologizados, como en la sociedad en general (por ahora).

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  2. otro defecto mas del cambio de rumbo de la praxis moderna.

    Resulta que todos estaban en contra y es una gran desobediencia el comulgar con la mano. Pero los reclamos son tan debiles y las acciones correctivas casi nulas, que acabamos por tener la practica primero difundida y luego impuesta.

    Y encima corren rios de tinta y se venden interesantes libros que explican como los responsables querian pero no pudieron, desearon pero no lograron, aconsejaron pero no fueron escuchados, sufrieron grandes dolores por no ser comprendidos....

    Tengo gran estima por los escritores, pero no logro comprender una actitud sumamente permisiva y hasta "justificante" con cosas que al sentido comun le dicen que deberían haberse aplicado con mas rigor o al menos tener condenas mas explícitas.

    La accion de B. XVI no es ejemplar, ni lo fue.... es otro signo mas del mundo moderno. La autoridad no legisla, sino que dice "vean como hago y si quieren me imitan porque esto lo considero bueno, si hacen todo lo contrario no va a pasar nada"

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  3. Un indulto para los rebeldes... La verdad no veo cómo se puede compaginar el pedir cumplir "escrupulosamente" una ley y, al mismo tiempo, dar un indulto para los rebeldes. El mensaje implícito es que si eres rebelde la ley se acomodará a tí. La ley es inflexible, a menos que seas un rebelde. Bastará juntar un grupo de sacerdotes revoltosos para imponer la comunión en la mano. Sencillamente las dos cosas son incompatibles. Por eso, la conclusión lógica del accionar de sPVI es que la mal llamada comunión "en la mano" era sencillamente aceptada.

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  4. Propongo la siguiente rebelión antisistema (antiperseguidores de la ortodoxia). Quienes deseen recibir la comunión de acuerdo a la doctrina papal auténtica, se guardan la hostia (recibida en la mano) en una cajita o estuche metálico, como los que encierran la forma consagrada que se lleva a enfermos y moribundos. Al terminar la misa, salen fuera de la iglesia (porque si lo hicieran dentro es seguro que el párroco llamará a la policia o los echará a gritos y patadas); allí, en la plaza, uno de ellos, vir probatus o mulier probata, recoge las cajitas e imparte la comunión en la boca a los fieles arrodillados (si sabe latín, que diga: Corpus Domini Nostri Iesu Christi custodiet animan tuam in vitam aeternam. Amen). Luego, meditación, acción de gracias y todos a casa bien reconfortados. Esta rebelión será edificante e irá ganando auge, antes de que desde el obispado y Roma sean todos excomulgados por malos y pelagianos. Pero merecerá la pena.

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    1. A ver si entendí: agarrás la hostia con la mano, la guardás en un pastillero y te la llevás afuera. Ahí la volvés a agarrar y se la pasás a una "ministra de la Eucaristía" de facto para que te la de en la boca.
      ¿Es ironía o perdió la cabeza? Un progre no podría haber imaginado el cuadro tan completo.

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    2. Es un escenario un poco fantasioso, por no decir totalmente imposible. Aún en la heterodoxia más dura jamás te dejarían salir del templo con el Cuerpo de Cristo; ya sea solo en la mano o con un porta viáticos (llamados Teca). La única forma de salir del templo con la Eucaristía es que seas sacerdote,(en casos extremos religiosos). Los famosos ministros de la Eucaristía solamente pueden impartir la Santa Forma en la Misa; y después deben guardarla en el Sagrario inmediatamente. De hecho la Eucaristía debe consumirse en el momento, en frente del ministro/sacerdote. En más de una ocasión he visto ministeros revisando la cartera de las feligresas porque comieron la Eucaristía cuando estaban volviendo a su lugar.

      Dicho de otra manera; la única forma es que los sacerdotes despierten y den la Comunión como Corresponde.

      Es un pequeño aporte. Afirmo que estoy totalmente en contra de la comunión en la mano. Y que debe volver la comunión de rodillas y en la boca.

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    3. Según usted, don Anónimo de las 15:53, "Los famosos ministros de la Eucaristía solamente pueden impartir la Santa Forma en la Misa; y después deben guardarla en el Sagrario inmediatamente."
      Pues permítame decirle que no es lo que acontece. Estos "ministros", andan vagando por las calles portando la Sagrada Forma de casa en casa: sea de enfermos o de ancianos. Mientras leía su comentario pensaba en una persona laica que me consta que lo hace. Pero al ponerme a escribir esto vinieron traídas por la memoria otros laicas que también lo hacen. Y no hablo sólo de ahora, sino de hechos que se remontan a mediados de los '80.
      No soy partidario de la comunión en la mano y jamás la he recibido de ese modo.

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  5. Wanderer, con su permiso voy a copiar un link para ver un video de youtube de una "Misa de Entronización de Su Santidad el Papa Benedicto XVI" donde se puede ver a Benedicto dando la comunión a los fieles de pie (02:34:35). Además, dentro de la misma ceremonia, es decir, en presencia de BXVI (por lo que podríamos inferir que con su consentimiento) hay otros sacerdotes (esperemos que lo sean) repartiendo hostias en la mano, como si fueran figuritas, a fieles de pie (02:37:33).
    No queramos tapar el sol con la mano por favor.

    https://www.youtube.com/watch?v=07y7z8MdeTA

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    1. La explicación: se estila que el Papa nuevo vista los ornamentos de su antecesor y que continúe por un tiempo más algunas de sus prácticas, sobre todo litúrgicas. Luego, con el tiempo, marca su propio estilo; al punto de cambiar de sastrería y de ceremoniero. Por eso a BXVI se lo podrá ver con esas casullas espantosas diseñadas para JPII por encargo de Piero Marini y unos años más tarde con esos fenomenales ornamentos pontificales. Le sugiero vea la última Misa de canonización presidida por BXVI.

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  6. Wanderer, disculpe que siga pero lamentablemente hay ejemplos por todos lados. Hoy nadie resiste un archivo. Creo que ni siquiera vale la pena el comentario anterior viendo este video donde el mismo Benedicto XVI da la comunión en la mano a fieles de pie.
    Le reitero mis disculpas por traer otro link pero las imágenes hablan por sí solas.

    https://www.youtube.com/watch?v=oDNGNvVQLP4

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    1. ¡Qué mala leche tienes, Cleto! En este, encima, se ve (min. 0:53) cómo le da la Comunión (en la mano, por supuesto) a un conspicuo protestante: el «hermano» Roger Schutz, fundador de Taizé. Lo podría aducir como precedente inspirador mons. Bonnemain: el numerario de la Prelatura y flamante obispo de Coira que se ha estrenado repartiendo la Comunión a unos cuantos calvinistas.

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    2. Hubo una evolución gradual entre lo que estaba permitido o tolerado durante JPII y lo que marcó BVXI en su cancha. Cuando el emérito tomó las riendas se acabó la comunión en la mano. Incluso había directiva de la Oficina de ceremonias para que los sacerdotes y diáconos que dieran la comunión en la Plaza de San Pedro lo hicieron exclusivamente en la boca, aunque la gente estirara la mano.

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    3. Schulz se convirtió al catolicismo en 1972. No lo hizo público pero asistia a misa en privado en el Vaticano

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    4. Y porque tenía que ir a hurtadillas a una misa... por favor que ridículo defender a esa gente.

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  7. Termino de leer a Bux y surge del texto que si bien JPII dispuso no dar nuevos indultos en realidad se siguieron dando. Me hace acordar un viejo chiste respecto a que Moises, al leer los mandamientos, cuando llegó al "no desear la mujer de tu prójimo" se armó tal revuelo en el pueblo masculino que afirmó: "esperen, esperen, eso dice la ley, vamos a ver que dice la jurisprudencia". Pues bien, nos llenamos la boca con lo que dice la ley y termina imponiéndose el hecho consumado aceptado por la "jurisprudencia" de la monarquía vaticana. En situación así todo termina en simple consejo del abuelito. Algún día, espero que más pronto que tarde, deberán desaparecer las conferencias episcopales, si Dios quiere.

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  8. Parece que el Anónimo de 11:43 y 11:51 tiene graves problemas de comprensión de textos.

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    1. Anónimo de las 13.36, soy el anónimo que publicó los links de youtube más arriba. Para hacer más comprensible un eventual intercambio puede llamarme Cleto.
      No veo dónde estaría mi falta de comprensión de textos.
      Publico esos links justamente porque estoy en desacuerdo con la tesis de que Pablo VI, JPII y BXVI, hayan estado en contra de la comunión en la mano. Podrán encontrar algunas declaraciones de ellos contra esa práctica, pero como es muy común en los papas postconciliares, borraban con el codo lo que escribían con la mano.
      Para que le quede claro lo que digo (por si es usted el de la mala comprensión) todos los papas postconciliares favorecieron la práctica de la comunión en la mano.
      Por ese motivo público los links, para aportar evidencias a mis afirmaciones.

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  11. El manco discriminado29 de abril de 2021, 18:56

    De acuerdo con los diversos comentarios, y creo que es lo que a todos nos viene a la cabeza al ver la sucesión de los hechos en los que se que confirma la ley y luego indulta a los desobedientes. Pero creo que no tenemos que quedarnos con el mero análisis “histórico” de si se hizo bien o mal y cómo se hubiera hecho mejor. Es cierto que a cada uno le llaman más la atención las cosas que tienen que ver con su situación vital concreta y tal vez a los comentaristas el tema no los toca tan de cerca. Pero para los que estamos sufriendo las presiones de un Tausig, creo que saber esto nos viene muy bien, no para pasárselo a él, que no va a cambiar su posición aunque se le apareciera el fantasma del mismísimo Pablo VI para explicárselo, sino para la gente sometida a sus “catequesis” con las que quiere sacar a tantos curas y fieles “mal formados” del error. Resulta que nuestro padre y hermano nos dice que quiénes somos para no aceptar algo que fue “autorizado por San Pablo VI, San Juan Pablo II y aceptado por Benedicto XVI” nada menos que “dos santos y el Papa más docto del siglo XX”, y el argumento hace tambalear a algunos fieles y aún entre los que no ceden hay sin embargo un repliegue a la retaguardia: la línea de defensa es entonces “los derechos de los fieles”, es decir: la iglesia me ofrece dos modos de recibir la comunión y yo soy libre de elegir y mi derecho debe respetarse. Pero la réplica a esto es que ceda “por un tiempo” a “mi derecho” por “cuidar” a mi hermano. Total el uso está autorizado, no puede ser algo malo, hacelo por un tiempo y después seguirás con tu preferencia. Pero resulta que leyendo esto (y sobre todo lo de Bux entero que se baja pinchando al final), se ve que el que está desinformado es el padre y hermano: porque resulta que ni “san Pablo VI” ni “san Juan Pablo” recomendaron esto sino que se opusieron, por más que haya sido ineficazmente. Idem Benedicto y esto contado por nada menos que por Bux que conoce el pensamiento de éste último mejor que Tausig, creo yo. En definitiva, si ponemos las cosas como son, entonces ya no es “lo mismo” comulgar de un modo u otro porque no hay "dos usos aceptados por la iglesia" a los cuales los fieles "tienen derecho" sino uno y un modo es el legítimo que es el que se recomienda como el mejor y el otro es el que débilmente se les concedió a los rebeldes, pero que fue considerado peligroso para la fe y la piedad ¿Con qué derecho me quieren obligar ahora a adoptar el modo de los rebeldes indultados y prohibirme el legítimo que fue recomendado como el más adecuado para el mayor provecho de mi alma?

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    1. Señor Don Manco Discriminado: ¿y qué me dice del otro vídeo dónde el mismo reparte la comunión en la mano y de pie?
      No se puede negar lo evidente.
      Cleto

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  12. Al comentador Cleto, uno de los videos es de la entronización, antes de que decidiera dar la comunión en la boca y de rodillas. Después tomó esa decisión y la puso en práctica. Ya sabemos que de varios lustros a esta parte, no se aplican sanciones, salvo en contados casos. Pero tratemos de hacer valer el derecho que está vigente, y no le demos cuerda a los que lo violan. Que los papas hayan adoptado una actitud de no condenar, etc., habrá sido por diversos factores, clima de la época, etc. Pero si usted se toma el trabajo de leer el libro de Federico Bortoli verá que no se puede afirmar sin más que los papas conciliares estaban a favor de la comunión en la mano. Si actuaron creyendo que se atrae más con una gota de miel que con un tonel de vinagre, y después los hechos no parecen haberles dado la razón, es otro asunto. Pero yo creo que realmente pensaban que con razonamientos y de modo amable, podrían hacer entrar en razón a los de buena voluntad. A los de mala voluntad, evidentemente no, y por eso toleraron la práctica de los desobedientes mediante el indulto, dejando a la conciencia y prudencia de cada obispo la decisión última.

    En fin, tratemos de serruchar la rama sobre la que estamos sentados, es decir, las disposiciones vigentes, aportando a la interpretación sesgada que hacen los desobedientes.

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    1. Disculpe, pero la autoridad no está para atraer con gotas de miel, sino para dictar leyes justas y hacerlas cumplir.
      Dejar de sancionar es defeccionar del deber, y eso no se arregla aduciendo que se intentó la táctica de la gota de miel.

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  13. Es cierto, la batalla aquí y ahora es contra los obispos tiranos que aprovechan la pandemia, no contra los Papas del pasado por mas que merezcan críticas por su debilidad.
    Hay que dejar claro que no hay "dos usos aceptados por la iglesia", es una mentira y con ella torturan la conciencia de los fieles. Obvio que es un disparate dar un indulto para los desobedientes (me hace acordar a cuando Juan Pablo II ("San Juan Pablo" si quieren) cerró el Seminario del Verbo con fecha de cierre y todo y cuando el día llegó y ellos siguieron tan tranquilos, Roma les prorrogó la fecha varios meses "para ayudarlos a obedecer" me acuerdo que así decía el ridículo decreto). Pero por más debilidades y contradicciones hay algo que queda en claro: la ley sigue vigente, y, sobre todo, el desobediente por más que esté posteriormente "indultado" no deja de tener una culpa moral, aunque no lo penen. Por eso debe decir Sarah que "no es según los caminos de Dios". Y después de concedido el indulto, el que sin saberlo lo hace de buena fe, porque le dijeron que era un uso autorizado, no comete obviamente una falta, pero el que hace el engaño, tuerce las cosas y obliga con amenazas es difícil creer que no peque, aunque sea por ignorancia culpable de lo que debería conocer. Entonces no vale decir que el tolerar el incumplimiento signifique que la cosa está aceptada, pues de ese modo deberíamos decir que en los largos períodos en que los sacerdotes tenían, en número escandaloso, sus barraganas, de modo descarado sabido por todos y con vista gorda de las autoridades, la Iglesia "aceptó", no el matrimonio, pues no se casaban, sino peor: el concubinato clerical. Y sin embargo decimos, y con razón, que la ley del celibato estuvo vigente de modo ininterrumpido (no son únicamente los últimos Papas los que han sido débiles para detener desobediencias) pero eso, gracias a Dios, nunca hizo perder de vista cuál era la ley del celibato vigente, una y otra vez confirmada por Papas y obispos.

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  14. Don Wander: “La introducción y difusión por todo el mundo de la práctica de la Comunión en la mano constituye la más grave desobediencia a la autoridad papal de los últimos tiempos”.
    Citamos un pasaje de la Instrucción Redemptionis Sacramentum emitido por la Congregación para el Culto divino y la disciplina de los sacramentos, Sobre algunas cosas que se deben observar o evitar acerca de la Santísima Eucaristía. Capítulo IV, 2:
    “[92.] Aunque todo fiel tiene siempre derecho a elegir si desea recibir la sagrada Comunión en la boca, si el que va a comulgar quiere recibir en la mano el Sacramento, en los lugares donde la Conferencia de Obispos lo haya permitido, con la confirmación de la Sede Apostólica, se le debe administrar la sagrada hostia. Sin embargo, póngase especial cuidado en que el comulgante consuma inmediatamente la hostia, delante del ministro, y ninguno se aleje teniendo en la mano las especies eucarísticas. Si existe peligro de profanación, no se distribuya a los fieles la Comunión en la mano.
    [93.] La bandeja para la Comunión de los fieles se debe mantener, para evitar el peligro de que caiga la hostia sagrada o algún fragmento”. Roma, 25 de marzo de 2004.
    Luego, el Magisterio de la Iglesia Católica da prioridad a la recepción de la Comunión en la boca, y señala los peligros de la recepción en la mano: la profanación, y que “caiga la hostia sagrada o algún fragmento”.
    Y, claro, en un tiempo en que todo es puesto en tela de juicio, se terminaría por entender todo al revés. Y así, lo que era un signo de profunda reverencia a la dignidad del sacramento, terminó por dejar su lugar a la afirmación del hombre: “La paradoja hoy es que se acusa a estos fieles nada menos que de ‘desobediencia’ justamente por no querer acogerse a un uso que no sólo ha sido desaconsejado permanentemente por los Papas, sino que no es más que tolerado por medio de un indulto que se otorgó a quienes desobedecieron de modo frontal la autoridad papal”.
    Esto me recuerda la decidida actitud libertaria y autosuficiente de los hombres de la Ilustración, quienes veían en los prejuicios un límite a su libertad, cuya base principal es de orden religioso: “La base de todos los prejuicios son las ideas falsas, los conceptos erróneos que han sido enseñados a las gentes en materia de religión”.
    ¿Hace falta señalar que ese deseo de recibir la Comunión en la mano bien puede responder a un ya inconsciente deseo de tomar distancia respecto de todo sentido de subordinación a la voluntad de Dios?
    ¡Dios salve a la Iglesia! ¡Alabado sea Jesucristo!

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  15. No tengo claro los recuerdos por mi edad. Pero primero se comenzó con la comunión de pie en la boca y luego se pasó a la mano. Si así fue creo que la comunión de pie llevó a la comunión en la mano. Para revertir el camino hay que comenzar por comulgar de rodillas. Que los parrocos busquen, en algún lugar deben tener todavía las balaustras del altar. Un sacerdote con un monaguillo administra la comunión asi en el mismo tiempo que el y tres ministros de la Eucaristía. Nos libramos de ellos y de tres copones extras.

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    1. Cierto.
      Es además muy inusual que alguien que comulgue en la mano, lo haga de rodillas (aunque los hay).

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  16. Es curioso que los partidarios de la comunión en la mano son bastante insistentes hasta el enojo con el tema cuando uno les dice que no quiere comulgar de esa manera, incluso más que con la comunión de rodillas.

    Pareciera como que saben que están haciendo algo mal y que se quieren autoconvencer violentando las conciencias de sus fieles. Es un mecanismo psicológico-espiritual interesante.

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  17. Eppure...https://youtu.be/oDNGNvVQLP4

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  18. Al Anónimo29 de abril de 2021, 19:47: El seminario ordenó cerrarlo el Comisario Pontificio, obispo Delgado, no el Papa personalmente. Lo que sí hizo JPII fue mantenerlo abierto "para salvar las vocaciones". Así que eso de cerrar seminarios llenos en lugar de encaminarlos, no es nada nuevo.
    Para el zurdaje y los progres de toda laya, indultos. Para nosotros, palos y bien duros. No nos equivoquemos: la "jerarquía jerárquica" de la Iglesia, de momento, la tienen ellos en todos los niveles. Nos guste o no.

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  19. Hace unos años un párroco me contó una historia insólita, fue a bendecir una casa y en el "cuarto del nene" había un cuadro que decía "Recuerdo de mi primera comunión" en el que se encontraba pegada la forma transustanciada del cuerpo del Señor.
    El día de su comunión, luego de recibir la comunión en la mano en lugar de llevársela a la boca se la llevó a la casa y los padres la pusieron en un cuadro.
    Lo lamentable, además del episodio, es la prácticamente nula preparación para el sacramento que esto evidencia.
    Todo deja claro que si nos salvamos, (nosotros primero que todo, los que nos creemos más ortodoxos), siempre será por pura misericordia del Señor.
    Atte.,
    Costia

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    1. Sería bueno saber qué hizo el párroco de la historia insólita.
      Eso daría un buen ejemplo de parresía o dejadez, según el caso.
      Espero que no se haya ido sin más de esa casa luego de la bendicioncilla requerida.

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  20. La desobediencia general de los obispos de casi todo el mundo autorizando la comunión en la mano en contra del Magisterio de la Iglesia, ¿será la señal de la apostasía que precederá la venida del Anticristo a la que se refirió San Pablo en su segunda carta a los tesalonicenses?

    Fuenteovejuna

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  21. Para Cleto y Gelfand, Benedicto XVI reintrodujo la Comunión en la boca y de rodillas en la liturgia papal a partir de la solemnidad de Corpus Christi de 2008, como recuerda Mons. Bux en el artículo cuyo enlace se publica en este post. En dicho artículo se transcribe además la explicación que dio el papa Benedicto XVI:
    «Benedicto XVI explicó esta elección de la siguiente manera: "Al hacer que la Comunión se reciba de rodillas y se administre en la boca, quise dar un signo de profundo respeto y poner un signo de exclamación acerca de la Presencia real ... Quería dar una señal fuerte; esto debe quedar claro: “¡Es algo especial! Aquí está, es frente a Él que caemos de rodillas. ¡Prestad atención! No es un rito social cualquiera en el que se puede participar o no” (Luce del mondo. Il Papa, la Chiesa e i segni dei tempi. Una conversazione con Peter Seewald (Luz del mundo. El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos. Una conversación con Peter Seewald), LEV, Ciudad del Vaticano 2010, p. 219).»

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  22. Parece que hay que repetirlo una y otra vez, porque o no se entiende o se hace caso omiso:
    Está muy bien todo eso de las palabras lindas y dar "señales fuertes" y exhortar a la reverencia a la Eucaristía. Pero cuando se tiene la autoridad eclesiástica, quedarse en eso es defeccionar del deber propio, de la misión de la autoridad, y de la gracia de estado que Dios concede parejamente. Y ese es uno de los problemas: la autoridad eclesiástica está defeccionando casi continuamente desde el famoso discurso de Juan XXIII, y un poco antes también.

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    1. Para ser precisos, desde 1914, desde Agosto de 1914, desde el día que el vetusto martirologio romano celebraba la deposición de aquel Bernardo de Claraval que tanto bien hizo a la Iglesia con su doctrina y con su vida, el 20 de Agosto. El médico dice que fue pasado un cuarto de la una de la madrugada.
      Y para que vean que además de precisión hay también otras cosas importantes que tener en cuenta, recordaré que he leído no hace muchos días de una vieja que se convirtió gracias al concilio del Juan ese que mencionó don Andrés; una cosa es que la viuda de Perón te cuente que toma el café con Cleopatra y otra conversiones de éstas, hubiese llorado de risa de no haberme parecido que la vieja hablaba en serio. Muy en serio.

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  23. La comunión en la mano el triunfo de la desobediencia...

    UN SI GRANDE COMO UNA CASA.

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  24. Andreas, en lo que hay que insistir ahora, como fieles y sacerdotes que no queremos la Comunión en la mano, ante obispos y sacerdotes y fieles que la promueven, imponen, o cuando menos, la aceptan, es en lo que dice El Manco Discriminado más arriba.

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    1. La táctica de "los derechos de los fieles" tiene el problema que menciona El Manco Discriminado, y además otro: es tributaria del antropocentrismo.
      Está muy bien reclamar lo que se le debe en justicia, pero aquí, primero, están los derechos de Dios y nuestros deberes para con Él, o sea, la virtud de la religión. Si no se parte desde ahí, pasa lo que pasa.
      A nuestros enemigos debemos perdonarles y ponerles la otra mejilla.
      A los enemigos de Dios hay que guerrearlos.

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  25. Don Wander: “Nadie comete un error más grande que aquél que no hace nada porque sólo podría hacer muy poco. Para que triunfe el mal sólo es necesario que los buenos no hagan nada” (Edmund Burke).

    Esta nota va en agradecimiento a la labor de Wander con respecto a la necesidad de permanecer fieles al Depósito de la fe. Y entiendo que, como lo atestiguan los testimonios de los papas mencionados –Pablo VI, Juan Pablo Segundo y Benedicto XVI- ciertamente la recepción de la Comunión en la boca es un claro reconocimiento de la dignidad del Sacramento que se quiere recibir.
    En este sentido, me parece que recibir la Comunión en la mano, es dar un significativo paso hacia atrás, respecto del debido reconocimiento a dicho Sacramento. Porque, ¿qué duda cabe de que no es lo mismo, recibir la Sagrada Hostia en la mano y de pie, que recibirla de rodillas y en la boca? Lo primero supone un profundo acto de reverencia hacia Dios, lo segundo, aunque pueda no negarlo, lo disminuye ostensiblemente.
    Y esto no es, un detalle menor, pues, algo parecido ha sucedido con la celebración Navideña que, al poner en primer plano la figura de un anciano de gruesa figura, cuyo objetivo no parece ser otro que el de promover el consumo de bienes materiales, terminó por hacer pasar al olvido la principal razón de dicha celebración. Con lo cual, en la práctica, se terminó por paganizar una fiesta que tenía el sello cristiano.
    ¿Quién se iba a imaginar, en efecto, que la incorporación de la simpática figura de Papa Noel, como ocurriera con el relato del “caballo de Troya”, terminaría por marginar –sino abandonar- el recuerdo del nacimiento del Redentor de la humanidad? Pero, el hecho es que eso ha ocurrido.
    Y mucho me temo que ocurra otro tanto con el mismo Sacramento Eucarístico, fundamento mismo de nuestra fe católica. Cosa que, de hecho, lamentablemente ya está sucediendo cuando, desde las más altas esferas de la Iglesia Católica, hoy se alienta la posibilidad de que los divorciados vueltos a casar reciban la Comunión.
    En lo que concierne al modo de recibir la Comunión, ¿no es suficientemente catastrófico que, desde hace un buen tiempo a esta parte, los obispos y sacerdotes de nuestras diócesis se hayan empeñado en que se reciba el sacramento en la mano y no en la boca, e incluso se haya llegado el exceso de que uno de nuestros obispos, terminase por cerrar un Seminario, por el noble hecho de que sus integrantes, resistiéndose al expreso mandato de su obispo, poniendo la mirada en la majestad de la Persona que se hace presente en la Sagrada Hostia, persistieran en su empeño de seguir recibiendo la Comunión en la boca?
    ¡Dios salve a la Iglesia! ¡Alabado sea Jesucristo!

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