por Rubén Peretó Rivas
3. Segunda etapa del Movimiento litúrgico (2)
El Movimiento litúrgico en esta segunda etapa no se concentró tampoco en tierras francesas. En Austria surgió el movimiento de Klosterneuburg como opción a la escuela alemana de María Laach, que era un tanto aristocrática y erudita y había elaborado una teología de la liturgia en la línea tradicional de los Padres, cuyos aportes, para algunos, quedaban solamente en los ámbitos intelectuales. Es por eso que el P. Pius Parsch y su más cercano colaborador Josef Casper, comenzaron a hablar de la Volksliturgie, término con el que querían expresar que la liturgia era obra y cosa del pueblo. Se fundó también una gran editorial, Volksliturgisches Apostolat, que publicaba la revista Bibel und Liturgie, una notable colección de los oficios de cada semana y manuales de toda clase.
En Alemania habían tenido lugar apenas terminada la Segunda Guerra Mundial algunos cambios muy perceptibles en la celebración de la Santa Misa, alentados todos ellos por los obispos y autorizados por el papa Pío XII. Se establecieron los siguientes “tipos” de misa: Gemeinschaftmesse o Misa dialogada, en la que los fieles respondían junto a los acólitos al sacerdote; Bet-undsangmesse, que era una misa acompañada de oraciones y de canto, Hochmesse, misa mayor gregoriana, que era poco practicada, y la Deutsche Hochmesse, misa mayor alemana, donde todo el kyrial era cantado en alemán.
Cuando se leen las memorias de quienes protagonizaron esta segunda etapa del Movimiento litúrgico resulta claro que en la mayor parte de ellos existía una evidente intención de reformar la liturgia y, para hacerlo, sabían que el único modo era la presión. En este sentido, fueron de gran importancia los congresos que se realizaron periódicamente. Por ejemplo, el de Francfort de 1950 concluyó solicitando a la Santa Sede la extensión del permiso para celebrar la Misa vespertina durante toda la semana y no sólo los domingos y, consecuentemente, la reducción del ayuno que pasó progresivamente de la medianoche del día anterior, a tres horas y, finalmente, a sólo una hora. Todo había comenzado por concesiones otorgadas por la Santa Sede desde 1947, con motivo de la mala salud de la población a causa de la guerra y, también, para facilitar que los “curas obreros” franceses pudieran celebrar misas después de finalizar su jornada de trabajo. Diez años después, el 19 de marzo de 1957, Pío XII autorizaba con el motu proprio Sacram Communionem la celebración de la misa de tarde para todos los días y fijaba el ayuno de tres horas para los alimentos sólidos y una hora para las bebidas.
En el mismo congreso de Francfort se pidió que las lecturas de la misa pudieran leerse en alemán luego de la lectura en latín. Y el congreso de Munich en 1955, que tuvo dos mil participantes, había emitido dos “deseos”: la renovación de toda la Semana Santa y la lectura solamente en lengua alemana de la epístola y del evangelio. El Santo Oficio, un año después, aprobó un leccionario para Francia en lengua vulgar, permitiendo leer la epístola y el evangelio de los domingos en francés, luego de la lectura en latín. Y veremos más adelante lo que ocurrirá con la Semana Santa.
Quienes manejaban los hilos del Movimiento litúrgico, sabían que aún contando con las simpatías del papa Pacelli, cualquier iniciativa de reforma iba a ser detenida por la Sagrada Congregación de Ritos, y esperar a que los miembros de este dicasterio cambiaran, llevaría mucho tiempo. Es así que se decidieron a preparar en privado proyectos de reforma y presentarlos en Roma a través del episcopado de los diferentes países. De esta manera, se ejercería una fuerte presión en la Curia Romana y en el mismo Sumo Pontífice que finalmente concluiría con la aceptación de las reformas. Esta estrategia surgió conjuntamente del Centro de Pastoral Litúrgica de París y del Instituto Litúrgico de Tréveris. Para ponerla en práctica, se organizaron reuniones estrictamente privadas a la que no asistía ningún representante de la jerarquía y a las que accedían solamente quienes habían recibido invitaciones personales.
Agrego aquí un dato histórico relevante: en la primera de estas reuniones que tuvo lugar en Maria Laach en 1951, se trató la reforma de la misa con la asistencia de los dos mejores especialistas de su historia: el P. Jungmann y dom Capelle. Consideraban que había que reformar fundamentalmente dos partes: el Canon Romano y el ofertorio. Jungmann era el más interesado en la reforma del Canon, pero la férrea defensa que hizo dom Botte de esta plegaria, evitó que se tocara. Sus argumentos eran que se trataba del núcleo en torno al cual se había formado el ordinario de la misa entre los siglos IX y XIII, pero que el núcleo como tal era mucho más antiguo pues había sido fijado a fines del siglo VI en tiempos del papa San Gregorio Magno. Aunque no fuera un texto inspirado, siempre se lo había tratado con sumo respeto, y no podía ni siquiera considerase que una anáfora que durante trece siglos había estado en el centro de la piedad cristiana de Occidente y se había mantenido intacto en medio de las controversias teológicas, sucumbiera finalmente bajo una reforma litúrgica. Los asistentes a la reunión consideraron que todas las propuestas de reforma al canon lo desfiguraban, y se decidieron consecuentemente que debía mantenerse sin cambios. Notemos que no surgió en este momento propuesta alguna de agregar nuevas plegarias eucarísticas.
Otro de los puntos que se discutió en esa reunión, y sobre el que no se llegó a un acuerdo, fue la integración del acto penitencial a la misa. En el ordinario de la misa tradicional, el celebrante y sus ministros comienzan con la confesión que, en el espíritu de la liturgia latina, atañe solamente a ellos: se trata de una preparación privada que no interesa al pueblo, que mientras tanto canta el introito y el Kyrie. Sin embargo, por influencia del Movimiento litúrgico, se había extendido por varios países la “misa dialogada” en la que la mayor parte del “diálogo” entre el celebrante y el pueblo se daba justamente en el acto penitencial que no formaba parte estrictamente de la Misa. Si no se lo integraba a ella en la nueva “misa reformada”, el pueblo se quedaría sin una parte importante de participación. Como sabemos, finalmente la reforma del Vaticano II cedió a esta pretensión y en el novus ordo, el acto penitencial es parte integrante de la misa.
Apostilla del dueño del blog: Estos datos históricos muestran que la misa tradicional que se celebra en la actualidad, en la enorme mayoría de los casos --incluida la SSPX-- se hace incorporando las innovaciones que se proponían en los años '50: misa dialogada, lecturas en lengua vulgar, misas vespertinas, acto penitencial del que participan todos los fieles y en muchos casos incluso la Semana Santa reformada.
No me parecen mal ninguna de estas modificaciones, excepto la reforma de la Semana Santa, y creo que fueron logros razonables y beneficiosos del Movimiento Litúrgico. Me pregunto, sin embargo, hasta qué punto los tradicionalistas somos conscientes de que hemos adoptado las posturas más radicalmente progresistas de los años '50.
Somos bastante conscientes de estos cambios. La FSSPX aceptó la liturgia tal como estaba antes del CVII, por qué? Porque el gran cambio se da con este concilio. De él nace el Novus Pedo.La FSSPX no se siente con la necesidad, ni autoridad para rechazar cambios anteriores al CVII respecto de la liturgia. Esto, los sacerdotes se lo explican a los fieles, me consta. Pero noto, con cierta pena, que este blog aprovecha cualquier ocasión para criticar duramente a los sacerdotes y fieles de la FSSPX sin conocerlos de verdad o generalizando lo que alguno de ellos ha dicho o hecho como si fuera doctrina o práctica de todos. Sé que con esto no lo voy a evitar.
ResponderEliminarSaludos
Mariana Calderón
Estimada Mariana, la apostilla final no es una crítica a la FSSPX. Es simplemente una reflexión que atañe a todos los fieles tradicionalistas, que no se reducen a la Fraternidad. El mundo tradicionalista es mucho más amplio. Usted sabe tanto como yo que la Iglesia cuenta con muchas opciones "tradicionales", aunque en Argentina sea la Fraternidad la que tiene una presencia mucho mayor, y que cada vez, a Dios gracias, es más numerosa e influyente. Pero este no es un blog escrito exclusivamente para lectores argentinos. De hecho, más de la mitad de los mismos son de fuera del país.
EliminarLa FSSP y el ICRSP han encarado la restauración de la Semana Santa sin complejos.
EliminarY hay muchos autores tradicionalistas que están haciendo valiosísimos aportes sobre estos asuntos. Yo quisiera que la FSSPX les prestara atención, aunque no sean "de los suyos".
Mons. Lefevbre primero comenzó usando el Misal híbrido de 1965, luego "retrocedió" hasta el Misal de 1962, el "de Juan XXIII", ¿por qué no fue más "atrás"? Pues, las causas seguramente fueron prudenciales, y se pueden discutir; es sabido que Mons. Lefebvre tampoco era un experto en liturgia, y por tanto puede que no haya notado los defectos modernistas de la reforma del '55, y haya confiado ciegamente en Pío XII. No lo juzgo. Pero hoy ya se ha echado suficiente luz sobre eso como para "quedarse" con el '62 por no "sentirse con autoridad" o, peor, por no "sentir la necesidad" de rechazar cambios anteriores.
Si se quisiera ser tradicionalista no habría que aceptar en el Misal Romano los cambios introducidos en 1955 e incluso los de 1920. Tampoco en el Breviario los cambios de Divino afflatu de 1911. No se debería volver a la liturgia tridentina genuina de San Pio V en 1570 si queremos celebrar la misma y el oficio "de siempre". ¿Porqué unos cambios sí y otros no?. ¿Porqué los cambios de Pio XII en 1955 sí y los de Juan XXIII en 1962 no? ¿Porqué la reforma del oficio divino conforme a Divino afflatu se acepta? (El oficio monástico, en este sentido, se mantuvo al margen de estos cambios e incluso el oficio cartujano —aún luego del Concilio Vaticano II— se mantiene exactamente igual al de la época de san Bruno). No sé cómo están en este tema las diversas corrientes tradicionalistas que señala don Wanderer. Lo que hace la FSSPX (aunque Lefebvre haya oscilado en el tiempo) es lo más conocido. ¿Qué hacen otras vertientes tradicionalistas? ¿Alguien sabe?
EliminarWanderer, yo creo que doña Mariana tiene razón. No se puede tomar la parte por el todo. Hay miembros --sacerdotes y laicos-- de la Fraternidad que tienen opiniones que no pueden tomarse como si fueran la opinión de todo el grupo.
EliminarHay muchos miembros de la FSSPX de Argentina que se consideran los únicos depositarios y exclusivos intérpretes de la tradición, y consideran que todo el resto no son más que unos pobres intrusos y arribistas. Pero esa no es la posición oficial de la Fraternidad ni mucho menos la actitud de sus miembros en otros países, como Alemania, Francia o Estados Unidos.
Sugiero que, para formarse una opinión sobre la Fraternidad fundada por Mons. Lefebvre, no se guíen por el caso argentino. Es muy particular, y casi único.
Anónimo de las 14:11
Eliminar"¿Por qué unos cambios sí y otros no?"
Para responder a esa pregunta, hay que estudiar los "cambios" y ver, en cada caso, las razones, los principios teológicos, además de la mera exterioridad del "cambio", y la adecuación o no de todo eso con los principios del desarrollo orgánico de la Liturgia.
Al respecto, yo personalmente le sugiero que lea los excelentes post del Dr. Peter Kwasniewski.
¿Peter Kwasniewski? Según tengo entendido, esta persona no es miembro de la FSSPX, por lo tanto no es de fiar. No es de doctrina segura.
EliminarAnónimo 17:10
Eliminar¿Está hablando usted en serio?
¿No es de la FSSPX y por tanto no es de fiar ni de doctrina segura?
Vaya, hombre, a vueltas con la mentalidad sectaria y ridícula.
Tal vez Mariana Calderón tenga algo que decir, pues lamentaría mucho saber que los miembros de la FSSPX piensan en general como usted. Aunque no me sorprendería, tampoco.
¿No se sienten con autoridad para rechazar cambios antes del CVII pero si para cargarse un Concilio universal, la nueva liturgia y (lo más grave) la realidad misma de más de medio siglo de posconcilio)? (Ni hablo del vetus ordo celebrado por novusordistas, que también se lo cargan)
EliminarAngelitos de Dios...
Quizás algunas de esas innovaciones deberían ser revisadas: me refiero al acto penitencial. Desde que son dialogadas no sólo es que participen los fieles sino que se repite otra vez al incorporarse el ritual de la comunión dentro de la misa.
ResponderEliminarRespecto a la lectura en lengua vulgar estoy viendo en bastantes sacerdotes que la lectura en vulgar la hacen de manera diferente a la latina sin hacerla en el ambón. Inconscientemente ven la latina como parte fundamental del rito y no la mezclan con la vernacula y a la vez ven la santidad del Evangelios en vulgar para hacerla como parte del sermón. Quizás sea hora de restaurar los dos púlpitos tradicionales españoles (uno de sermones y otro del Evangelio). Ya dirá el tiempo, la fe de la Iglesia y la Providencia como se integran sin confundirse las lecturas sagradas y las catequéticas.
Quitando estas cosas y el desastre de la Semana Santa las veo positivas porque no fueron en contra de la liturgia sino un desarrollo armónico, añadía y no quitaba y honraba a Dios.
El problema es que muchos veces ven la Tradición como una mera repetición de lo que se hacía del pasado. La mayor prueba de que esas reformas fueron en línea con la tradición está precisamente en que la mayoría no se dan cuentan de lo modernas en el tiempo que fueron. No chocan, no cantan y si desaparecieran se notaría el hueco como una pérdida.
No entiendo por qué no se podrían cuestionar los cambios introducidos antes del CVII, si fueron producto de las elucubraciones de eruditos -que manejaban los estudios y fuentes accesibles en esa época, confirmados, aumentados, puestos en duda, retractados, etc., con posterioridad por la investigación más reciente- ideologizados con el sello del papa, lo mismo que la producción post CVII. En un caso, habría una papolatría Pío X, Pío XI, Pío XII que estaría bien, y qué no se sabe por qué no aplica a la producción-fabricación litúrgica con el impuslo y el sello de Paulo VI. No es muy lógico.
ResponderEliminarPor otro lado, ni la misma FSSPX se rige a rajatabla por el misal de 1962 y las prescripciones sobre las rúbricas de 1960. Recordemos también que hubo una evolución en la liturgia que se regulaba por la costumbre, luego una cierta regulación por parte de los obispos para la liturgia de su diócesis y finalmente, a partir del Concilio de Trento, los obispos entregaron al papa la autoridad de legislar en materia litúrgica.
En los países de la órbita inglesa, la misa rezada no es contestada por los fieles, creo, si me atengo a mi limitada experiencia (y reconozco que es más afin con mi sensibilidad, cada vez me es más difícil tolerar el coro a destiempo de los fieles, pero es una cuestión subjetiva). En gran cantidad de las aún pocas comunidades dependientes de diócesis, o de los institutos antes llamados Ecclesia Dei, se ha retomado la Semana Santa pre reforma 1955 y también, en muchos se recupera la Vigilia de Pentecostés, u octavas eliminadas inconsideradamente por 1962, o el último Evangelio que varía en algunos casos, o la bendición final distinta en las misas de Cuaresma cuando no hay Gloria, etc. Lo que muestra que es una liturgia viva, por muy minoritaria que sea, animada por un verdadero espíritu tradicional.
En cuanto a las lecturas proclamadas en lengua vulgar, es un tema que ha abordado, por ejemplo, la FIUV, y no considero que sea oportuna. En primer lugar, la epístola y el evangelio tienen un carácter de epifanía, y no de instrucción para el pueblo. Con el mismo criterio, habría que rezar las oraciones y el propio de cada misa en lengua vulgar. Esto para las misas rezadas. Porque en las cantadas y más aún en las solemnes, deben ser cantadas. Al comenzar el sermón, el sacerdote puede leerlas, si es que los fieles no cuentan con hojitas con las traducciones.
Me parece que si la gran masa de sacerdotes y fieles adoptó tan rápidamente la misa nueva, es porque no vivía el espíritu de la misa y de la liturgia y los sacramentos, y que por lo tanto, es muy saludable que ahora se trate de buscar ahondar en la comprensión y la vivencia del espíritu de la liturgia, empezando por el estudio amoroso y serio, y el culto en espíritu y en verdad, en la medida de las pobres posibilidades humanas, contando con el auxilio de la gracia divina.
La experiencia nos muestra, dolorosamente, que cuando se privilegia la pastoral, las ovejas votan con los pies y se van. Para no acudir a un pasado mitificado, veamos lo que sucede en las iglesias orientales. No hay hojitas, por más que en la mayoría de los casos se usa una lengua litúrgica diferente de la vulgar, ni misales, y los fieles continúan yendo. Y si vamos a los rusos ortodoxos, creo que los fieles no entienden mucho más que "Señor, ten piedad" y el Gloria, y solo cantan el Credo y el Padre Nuestro, y sin embargo, luego de 70 años de comunismo, están volviendo lentamente a las iglesias, sin necesidad de recurrir al ruso moderno ni a traducciones. Busquemos el reino de Dios y el resto se nos dará por añadidura: busquemos el culto más digno, perfecto y centrado en Dios, y Dios, amante de los hombres, convertirá nuestras almas a Él.
Los conocemos de sobra Mariana.
ResponderEliminarEse es el problema…
Señores: donde puse Novus Pedo, quise poner Novus Ordo, no fue ex professo. Pero mí corrector es aún más integrista que yo.
ResponderEliminarLa cuestión era, para la frater, dónde se hacía el corte y se decidió hacerlo hasta donde fuera aceptable, aunque no fuera lo optimo.había que luchar por lo esencial, no por los accidentes.
Mariana Calderón
El problema está en definir qué es lo esencial y qué es lo accidental. ¿Le parece a usted que la reforma de la Semana Santa aprobada por Pío XII y realizada por los mismos personajes que quince años más tarde harían la reforma de la Misa es algo accidental?
EliminarCon ese criterio, se podría decir que el Novus Ordo contiene sólo reformas accidentales de la Misa; en efecto, las palabras de la consagración se mantienen, y se mantiene si el celebrante quiere, también el Canon Romano.
Estimada Mariana, si el problema era dónde "se hacia el corte", la decisión de la frater no dejó de ser prudencial; y como tal, sujeta a error y a la endeblez de lo opinable.
ResponderEliminarEl problema es que la cuestión de la "defensa" litúrgica preconsiliar (discutiblemente "esencial" bajo cierto aspecto) engendró una forma mentis en la frater (definitivamentr cuestionable y "accidental", desde todo punto de vista) que enturbia siempre cualquier discusión al respecto. El "estado de necesidad", elevado al nivel de principio supremo y permanente, devino en la supuesta "necesidad esencial" que tiene la Iglesia universal de aceptar la visión de la frater sin chistar, a riesgo de quedar fuera de la ortodoxia y la Tradición.
De nuevo: el problema principal para la frater no es la liturgia; seria honesto exponer de una vez el verdadero núcleo de la cuestión que subyase siempre en estas discusiones,a saber: si se debe aceptar o no la hipótesis de que la única y verdadera Iglesia Católica subsiste en la frater (pequeño resto fiel) y si la pertenencia a la asi llamada "iglesia conciliar", la "gran prostituta", es clara señal de heterodoxia y pecado.
Pareciera que...Extra FSSPX nulla salus.
Si este es el punto, cualquier discusión litúrgica es irrelevante
Anónimo, usted ha dado en el clavo. Esa es la gran cuestión con respecto a la Fraternidad. ¿La Iglesia católica subsiste en la FSSPX, y todo el resto, aunque se proclame católico, no lo es? Yo creo que la Fraternidad no tiene una opinión unánime al respecto. Si le pregunta a un argentino, lo más probable es que afirme que, efectivamente, el único modo de ser católico en la actualidad es ser miembro de la Fraternidad. Si le pregunta a un alemán, a un francés o a un americano, en cambio, tendrán una opinión mucho más mesurada.
EliminarEl problema es que ahora hay escisiones de la FSSPX como la de la Resistencia del obispo Williamson que justamente se consideran ellos y no la FSSPX la verdadera iglesia, y reprochan a la FSSPX ser demasiado blanda con la Santa Sede. Y Williamson ha ordenado obispos nuevos, como en su momento hizo Lefebvre. O los diferentes grupos sede-vacantistas que consideran que la sede está vacante o impedida. En fin, creo que el mejor tradicionalismo es el que se mantiene en comunión con el Papa y con el resto de la Iglesia y no ha ordenado obispos en forma "canónicamente irregular" (por decirlo de algún modo) como los de la Fraternidad Sacerdotal San Pedro (FSSP) o los de Le Barroux o el Institutum Boni Pastoris o los de St. John Cantius de Chicago.
ResponderEliminarSólo una acotación.
Eliminar"Sede vacante" y "sede impedida" son cosas muy distintas. Sólo la afirmación de lo primero configuraría una especie de sedevacantismo, sea del sedevacantismo "puro" o de la versión sedeprivacionista que retuerce el tomismo para decir que la Sede está vacante pero no está vacante, y termina afirmando que ya no hay Obispos con jurisdicción en el mundo, ni posibilidad de elegir a un nuevo Papa.
Afirmar la Sede impedida no es el mismo caso, no hay, que yo conozca, grupos organizados que lo hagan, ni hacerlo constituye una intención de cisma (en realidad, afirmar la Sede vacante, de suyo, tampoco es automáticamente cisma, pero estamos hablando de los grupos sedevacantistas que es más que eso).
Por cierto, en estos últimos días (por lo menos) la Sede estuvo impedida, mientras Francisco estaba hospitalizado.
He conocido FSSPX norteamericanos: son más cuadrados que los argentinos cuadrados. Son un dado directamente. Hay excepciones que son las que ustedes leen en internet; pero el católico tradicionalista promedio americano es un red neck con fe católica, seguro, pero que ha agregado algunos artículos al Credo.
ResponderEliminarNo es un bolazo, es la pura verdad: sacerdotes del a FSSPX negaban a absolución a personas que se confesaban con sacerdotes que no fueran de la Frat, aunque celebraran también misa tradicional. Y muchos disparates más.
La expulsión de Williamson fue una verdadera bendición para la Frat en EEUU. Ahora están mucho mejor... Igual les falta un trecho todavía.
Los de Alemania no los conozco, lo de Francia muy poco. Y en Argentina han mejorado enormemente.
Estimado Wanderer, ante todo deseo expresarle mi gratitud por esta serie de artículos compartidos tan esclarecedores. Francamente me parece que el tema litúrgico (Novus -Vetus Ordo) da para mucha leña, personalmente pienso lo mismo que el Prof. Peretó Rivas, las innovaciones litúrgicas, de los '50 son aceptables salvo la reforma de la semana santa que me parece horrible y el caballito de troya de Bugnini y compañía para el desastre que introducirian años más tarde. Así mismo me parecen bastante esquizoides las disputas de algunos " tradis" de ver cual es la reforma más lícit o epurea y por tanto desechable, algo así como querer pelar un alguacil, si nos ponemos a hilar finito hasta de S. Pio X podemos afirmar que contribuyó a la destrucción de la liturgia introduciendo reformas prescindibles.
ResponderEliminarEstimados: cuadrados hay en todos lados, necios también, no es privativo de ninguna institución. Los yanquis son cuadrados en todo, aún los tradis, porque son yanquis, no porque son católicos. Lo s tradis franceses son antipáticos, porque son franceses, no por tradis.
ResponderEliminarPor otro lado, si no distinguen las diferencias esenciales y accidentales entre las modificaciones anteriores al N.O. en la liturgia y las que introdujo el N.O. es porque no entendieron nada del problema litúrgico. Tomense un tiempo y comparen el misal de 1962 y el del N.O. Si no notan cambios esenciales es porque andan cortos en doctrina.
Por otro lado, si alguien dice que la Iglesia subsiste en la FSSPX es un tonto, un necio o un bromista.
De todos modos, agradezco al señor Wanderer la publicación de mis opiniones y la lectura de las mismas por parte de un grupo tan entusiasta en la discusión.
Mariana Calderón
Estimada Mariana.
EliminarNo puedo sino recomendarle lo más enfáticamente posible que revise las conferencias sobre el tema del Dr. Kwasniewski, y de paso, que revise el blog New Liturgical Movement. Precisamente verá que no todos los estadounidenses son yanquis ni cuadrados, y podrá aprender más (con gente de veras estudiosa) sobre esas diferencias esenciales y accidentales en la Liturgia.
Creo que nadie niega que entre el Misal del '62 y el NO hay un abismo.
El problema es que también hay un abismo (más pequeño si quiere, un "abismito") entre el Misal del '62 y el anterior a las reformas del '55. Si quisiera resumir brutalmente el asunto, diría que las reformas de Pío XII fueron diseñadas con la misma mentalidad que el NO (no sé por qué las aprobó Pío XII, siendo tan contrarias a los principios que él mismo había fijado tan bien).
Mariana Calderón:
EliminarEn tu envío de 15 de Julio de 2021, se lee: “…Pero noto, con cierta pena, que este blog aprovecha cualquier ocasión para criticar duramente a los sacerdotes y fieles de la FSSPX sin conocerlos de verdad o generalizando lo que alguno de ellos ha dicho o hecho como si fuera doctrina o práctica de todos….”
Por otro lado, en tu nuevo envío de hora 20:37, entre otras cosas, agregás: “…- Por otro lado, si alguien dice que la Iglesia subsiste en la FSSPX es un tonto, un necio o un bromista.-…”. Y, esto me llama la atención.
Dejando de lado lo señalado por Anónimo de 15 de julio de 2021, 13:53, así como el peculiar comentario de Anónimo15 de julio de 2021, 17:10, sin entrar en calificaciones, descalificaciones ni adjetivaciones de ningún tipo, no pretendiendo opinar sino clarificar, te pregunto:
¿No hay una contradicción entre lo que señalaste en primer término y lo que concluís en hora 20:37 –todo transcripto supra-?.
Pregunto para tratar de entenderte. Si es parte de mi cuadratura, lo siento. “Lo que Natura no da, Salamanca no presta”, según el dicho. Pese a todo, a riesgo de candidez, entiendo que estamos entre gente de una misma fe.-
Gracias!.
Mariana, vos seguí defendiendo una liturgia mutante. Por ahí podés contemporizar con el misal amazónico, donde se adoran ídolos aborígenes. Todo un ejemplo de gente abierta y tolerante. Solo falta el mantel arcoiris para el altar.
EliminarFocio
Nadie dijo que no haya diferencias evidentes entre el vetus y el novus.
ResponderEliminarEn fin, lo dicho: si no aceptamos lo que la frater decreta es que andamos "cortos de doctrina" como la buena Mariana nos amonesta.
Dejando de lado el tipico argumento "ad hominem", el nudo de la cuestión sigue sin ser respondida: "son o no son el resto fiel".
Cualquier observador con un mínimo de honestidad sabe que una gran mayoría lefe vive su fe sobre este supuesto pero sabe tambien que no se animan a expresarlo en público (aunque a algunos se le escape en privado) Y no es que se ande juzgando intensiones: basta con ver las acciones.
En eso son mas consecuentes los sedevacantistas.
Aquí se nos acaba de dar un claro ejemplo: ya no solo la potestad del carnet de ortodoxia tiene quien se la arrogue sino también el de sensatez y sanidad mental.
El problema no es la liturgia; es mucho mas profundo que eso estimada Mariana: es si, aún tullido y corto de doctrina como muy bien me lo recuerda, usted me considera miembro o no de "su" mismo Cuerpo Mistico aunque no lo sea de "su" querida fraternidad.
Mientras que no se discuta sobre este punto con toda honestidad, lo litúrgico y cualquier otra tema (aún la debacle posconciliar) es irrelevante
Perdón, ¿hay algún problema más profundo que la cuestión de la liturgia?
EliminarNo está de más citar el conocido Lex credendi Lex orandi. Si la posición particular de algunas personas (que no de la entera fraternidad), causa resentimiento en algunos, ante la terrible situación de la Iglesia eso pasa a ser una nimiedad. Visto con una mirada elevada, la obra de Mons. Lefebvre ha tenido y tiene la virtud de mantener viva la Liturgia de siempre, y está abierta a todos los que acudan a ella, como da fe la cantidad de fieles que se han acercado últimamente, los cuales reciben la solícita atención de sus sacerdotes.
Y finalmente pasó: https://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2021/07/16/0469/01014.html
ResponderEliminarY fue peor de lo que pensábamos.
Hablando de movimiento litúrgico...
ResponderEliminarEs muy interesante para analizar psicológicamente la carta enviada por Bergoglio a los obispos explicando lo que le motivó a dictar el motu proprio publicado el día de hoy.
PD: lamento que como efecto colateral de esto, muchos tomarán a BXVI como el guardián de la tradición que en realidad no fue. Al respecto es muy interesante leer el artículo de Peter Kwasniewski explicando los defectos del Summorum https://adelantelafe.com/993165-2/
Don Wanderer, tiene tela para cortar hasta el 2050...si es que llegamos.
Pepe Onguito
Creo que el nuevo motu proprio de Francisco está ven consonancia con lo que en realidad viene ocurriendo en la mayoría de las diócesis. Además, no se podía esperar otra cosa de Bergoglio, que muestra en cada uno de sus actos el odio visceral a la tradición
EliminarSalve, la crueldad que campea en Roma parece no tener límites. El nuevo motu proprio lo recontra confirma. A mí entender, claro
ResponderEliminarNo soy para nada versado en liturgia, así que agradezco todos los comentarios porque estoy aprendiendo mucho. Tan es así, que traté de saber algo más y me encontré con esto de San Pío V que me dejó perplejo.
ResponderEliminarUstedes me dirán cómo es posible que su Misal haya sufrido tantas modificaciones, cuando ordenó con toda su autoridad que debía ser conservado para siempre sin cambiarle ni siquiera una coma:
"Nos lo decretamos y Nos lo ordenamos a perpetuidad (el Misal), bajo pena de nuestra indignación en virtud de nuestra constitución. (...)
Y aún por las disposiciones de la presente y en Nombre de nuestra Autoridad Apostólica, Nos concedemos y acordamos que este mismo Misal podrá ser seguido en su totalidad en la misa cantada o leída en todas las iglesias sin ningún escrúpulo de conciencia y sin incurrir en ningún castigo, condenación o censura, y que podrá válidamente usarse libre y lícitamente, y esto a perpetuidad.
Y de una manera análoga, Nos hemos decidido y declaramos que (...) no pueden ser obligados a celebrar Misa de otra manera a como Nos la hemos fijado, y que jamás nadie, quienquiera que sea, podrá contrariarles o forzarles a cambiar de misal o a anular la presente intrusión o a modificarla sino que ella estará siempre en vigor y válida con toda su fuerza.
Que absolutamente nadie, por consiguiente, pueda anular esta página que expresa Nuestro permiso (...) y Nuestra prohibición, ni ose temerariamente ir en contra de estas disposiciones. Si, sin embargo, alguien se permitiese una tal alteración, sepa que incurre en la indignación de Dios Todopoderoso y sus bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo".
San Pío V, bula Quo Primum Tempore
¿Qué diría hoy el Papa santo si viera que lo que dispuso para siempre sus sucesores lo tiraron a la basura?
Fuenteovejuna
El asunto ha sido tratado, por ejemplo por el New Liturgical Movement, sobre si San Pío V quiso (y podía) prohibir cualquier modificación al Misal por él promulgado. Dado que hubo varias, y no sólo a partir de Pío XII sino también antes, la cuestión tiene su importancia relativa.
EliminarBásicamente, se trata de que no, que las rúbricas no son texto inspirado y un Papa no puede obligar a sus Sucesores a dejar "inmóvil" el Misal... no se podrían agregar nuevas fiestas de Santos, por ejemplo.
Modificar el Misal "de San Pío V" es una cosa, y otra muy distinta lo que se hizo con el Novus Ordo, o sea, arrojar el Misal antiguo (todo el rito en realidad, no sólo el Misal) y fabricar uno de las peregrinas ideas (por decir lo menos) de un comité que, hoy sabemos gracias por ejemplo a Louis Bouyer, no tuvo la más mínima consideración por la decencia ni la honestidad intelectual.
A propósito de la comprensión del desarrollo litúrgico, como siempre, recomiendo los artículos de Kwasniewski, en especial sobre el "desarrollo litúrgico orgánico" y sus principios.
Gracias, Andrés.
EliminarFuenteovejuna