sábado, 12 de febrero de 2022

¿Las vísperas?

 


Durante la semana pasada hemos asistido al proceso de lapidación del Papa Benedicto XVI por parte no solamente de los medios de comunicación sino también, y esto es lo más triste, de los obispos alemanes, con la anuencia del Vaticano y el silencio de la enorme mayoría de los obispos del mundo. Nunca le perdonaron que él, el teólogo más brillante que dio Alemania en el siglo XX, haya sido conservador, haya criticado la reforma litúrgica y haya sido un hombre piadoso y de fe católica. Ellos preferían a Rahner, a Küng o a Lehmann, pero el que brilló fue Ratzinger, y ahora, anciano y enfermo, se lo están haciendo pagar. Un buen resumen de lo ocurrido puede verse en este informe del P. Santiago Martín.

Lo que me ha llamado poderosamente la atención es la especial virulencia de la prensa contra el Papa Benedicto, desde Google que ya no lo llama “Papa Emérito” sino “Ex Papa”, hasta las cadenas televisas más pretendidamente serias. Un buen ejemplo puede verse en este breve informe preparado por la Deutsche Welle. Quizás sea mi imaginación, pero el odio que hay detrás no es humano; es un odio más profundo y ancestral. Y de un modo descarado, estos representantes de Mordor se ponen al servicio del cardenal Marx —casi un nuevo Saruman— que exige un profundo cambio en las estructuras de la Iglesia, cambio del que Benedicto XVI —casi otro Gandalf— es aún y a pesar de sus años, el principal dique de contención.

Me da la impresión que estamos a las vísperas de una persecución muy fuerte de la Iglesia en la que sus instituciones sufrirán mucho, y muchas de ellas ciertamente desaparecerán. La Iglesia como institución tal como la hemos conocido y como existió durante mucho más de un milenio está en un proceso de disolución y no falta mucho para que quede reducida casi a la nada. Permanecerá, claro, la Iglesia como cuerpo místico de Cristo; los creyentes que logren conservar la fe y cuya esperanza no desea destrozada por aquellos mismos cuyo oficio era alimentarla.

Es oportuno volver a la profecía pronunciada en 1969 por el Dr. Joseph Ratzinger, profesor de la Universidad de Ratisbona, ciudad en la que él y todos sus enemigos creían que iba a terminar sus días:


No necesitamos una iglesia que celebre el culto a la acción en las “oraciones” políticas. Eso es muy superfluo, y en consecuencia, se derrumbará por sí misma. De la crisis de hoy surgirá también esta vez una iglesia del mañana, que habrá perdido mucho. Se quedará pequeña y, en gran medida, tendrá que volver a empezar desde el principio. Ya no podrá llenar muchos de sus edificios que fueron construidos en tiempos de prosperidad. Debido al número de sus adherentes, perderá muchos de sus privilegios en la sociedad. Diferentemente a como fue en el pasado, se presentará con mucha más fuerza como una comunidad opcional, a la que sólo se puede entrar por decisión propia. Seguramente encontrará nuevas formas de labor pastoral y ordenará como sacerdotes a cristianos de confianza, que también tendrán otros trabajos. Pero, como antes, también serán imprescindibles los sacerdotes a tiempo completo.

El futuro de la Iglesia no vendrá de los que sólo siguen las recetas. No vendrá de aquellos que sólo quieren elegir el camino fácil. De los que evitan la pasión que engendra la fe y llaman a todo lo exigente falso y obsoleto, tiránico y legalista. Para ponerlo de un modo positivo: el futuro de la Iglesia, esta vez como en todas las crisis anteriores, será modelada y renovada por los santos. Por personas que no se quedan en meras palabras; personas que serán modernas pero tendrán profundas raíces en la plenitud de la fe.

Pero a pesar de todos estos cambios que podemos imaginar, la Iglesia decididamente encontrará de nuevo lo que es su propia esencia en lo que siempre fue su corazón: la fe en el Dios Uno yTrino, y la fe en Jesucristo. Será una iglesia hacia dentro, que no se empeñará en cuestiones políticas, y no coqueteará ni con la izquierda ni con la derecha. Redescubrirá su propio ser en la fe y en la oración y volverá a experimentar a los sacramentos como un servicio divino, y no como un problema de diseño litúrgico. A la Iglesia todo esto le costará mucho trabajo, porque el proceso de cristalización y clarificación cuesta mucho esfuerzo. Se convertirá en una iglesia pobre, una iglesia de la gente pequeña.

El proceso será largo y difícil. Pero después de la prueba de este dejarse llevar, brotará una gran fortaleza de una iglesia que se ha tomado en serio lo que es y que se ha simplificado. Porque los habitantes de un mundo totalmente planificado se sentirán indeciblemente solos. Cuando Dios haya desaparecido de en medio de ellos, sentirán toda su terrible indigencia. Y entonces descubrirán la pequeña comunidad de creyentes como algo completamente nuevo. Como una esperanza que echa raíces en ellos, como la respuesta que siempre han estado buscando en secreto, como un hogar que les da vida y esperanza más allá de la muerte.

Joseph Ratzinger, Glaube und Zukunft (Munich: Kösel-Verlag, 1970).


44 comentarios:

  1. Odian a Benedicto porque su mera existencia les perturba el sueño y la digestión. Dejando aparte a los simples cínicos, están aquellos que creen que hacen con la iglesia lo único que se puede hacer en estos tiempos...y Benedicto les recuerda con su mera presencia que hay otra posibilidad aparte del pensamiento líquido que da por buenas todas las ocurrencias de los tiempos. Frente a esa iglesia en la que creen (?) cuyo futuro (suponiendo que tenga alguno) es una asamblea de obispesas lesbianas bendiciendo el aborto como derecho humano inalienable, se opone otra iglesia que no es la de los que , como dice Benedicto "llaman a todo lo exigente falso y obsoleto, tiránico y legalista". Deben destruirle porque, como Jesús en su día, su mera existencia les perturba, incluso si guarda silencio como dice el evangelio que hacía Jesús.

    ResponderEliminar
  2. Entonces, ¿Cristo vuelve, o no vuelve?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A Anónimo 14 de febrero de 2022, 5:26

      Vuelve, claro que vuelve. Y falta menos de lo que faltaba cuando el “Cura Loco” lo preguntaba.

      Quizás algunos debamos encontrarnos con Él antes de que regrese, cosa que no hay que olvidar. O quizás no, ¿quién puede saberlo?. Lo cierto es que está cada vez más cerca, como que la propia Iglesia vivirá su propia Agonía y su propio Calvario (lo cual parece haberse iniciado y acelerado).-

      Que Dios se apiade de nosotros, de nuestros hijos y nietos; y, por su Gracia, la muerte nos encuentre confesados y comulgados.-

      Eliminar
    2. completamente estas en lo cierto, el que tenga oidos que oiga, y que tenga ojos que vea y deje esconderse como la avestruz con la cabeza en la arena.

      Eliminar
  3. Gracias.
    ¡Ven Señor, Jesús!. A rezar..., penitencia, penitencia, penitencia.
    "Para los que creen, todo es para bien"
    Newmantino

    ResponderEliminar
  4. Siento discrepar pero Benedicto XVI ha sufrido muchas críticas y maltratos, cierto; pero también ha sido defendido por muchos obispos, no por una minoría, por muchos y si quiere le puedo poner ejemplos, y el propio Vaticano no se ha puesto precisamente de parte de quienes le han criticado así que seamos serios.

    ResponderEliminar
  5. Siglos de reformadores vienen avisando que esto iba a pasar y era necesario que pase. Tiene que separarse la iglesia romana del fantasma imperial romano. El espéctro de julio cesar debe alejarse del obispo de roma, ya ese imperio se desplomó por su corrupción, no es justo que su enfermedad lastime a la sede que fundaron San Pablo y San Pedro.

    Giovanni

    ResponderEliminar
  6. Me parece demasiado optimista este pensamiento de Ratzinger. Veremos.

    ResponderEliminar
  7. "Es importante volver a lo que, para simplificar, yo llamo la “experiencia de Benedicto XVI”: Summorum Pontificum, que ha de entenderse bien a la luz de la “hermenéutica de la continuidad”, el eje principal del pontificado de Benedicto XVI. A la Misa Tridentina se le concedió entonces un derecho mucho más amplio, y esto permitió que muchos sacerdotes la descubrieran, y al celebrarla –hay que reconocerlo– muchos de ellos comenzaron a replantearse su sacerdocio y a preguntarse sobre el Concilio y la nueva Misa. Es precisamente este proceso el que ha asustado al Vaticano. Pero la perspectiva de aquel motu proprio, que se mantuvo tambaleante, se basaba en un error: dos formas de un mismo rito y, sobre todo, añadiría yo, la ilusión de mejorar algo en la crisis actual sin cuestionar las causas de la crisis. Tal fue el error de Benedicto XVI y el límite de aquel motu proprio: no podía funcionar. Podría funcionar por un tiempo, pero tarde o temprano tenía que conducir a lo que ha pasado. Los errores no pueden corregirse si no se los reconoce como tales y si no se los rechaza. Esto es crucial. La hermenéutica de la continuidad ha tratado de “superar” y de cortocircuitar estos problemas. La Iglesia tiene aquí una lección para el futuro. ¿Cuántas veces también nosotros nos planteamos la pregunta de cuándo se corregirá el Concilio? ¿Habrá que rechazar el Concilio? ¿Se lo podrá olvidar? ¿Se podrá salvar todo lo que es bueno en el Concilio? Porque el Concilio no contiene solamente errores... Aquí tenemos que ser realistas. Es verdad que el Concilio no contiene sólo errores, pues es metafísicamente imposible. El error siempre se mezcla con la verdad. Pero seamos honestos y realistas. Lo que hizo el Concilio y lo que constituye la columna vertebral del Concilio –el verdadero Concilio– es el Concilio de la nueva Misa, el Concilio del ecumenismo, el Concilio de la dignidad humana y el Concilio de la libertad religiosa. Estos elementos y errores son los que han cambiado a la Iglesia. ¡Tal es el verdadero Concilio real que ha trastocado a la Iglesia! Todo lo demás en los documentos conciliares –simplificando un poco–, todas las citas de los Padres de la Iglesia y las citas de concilios anteriores son más bien un encuadre –en los bordes– de todos estos elementos que son los centrales. Hemos de ser honestos: hay que rechazar este Concilio real. La Iglesia no puede regenerarse si no rechazamos esto. Ya tenemos la experiencia de Benedicto XVI, que no puede tener éxito: poner la verdad junto al error, poner las dos Misas una al lado de la otra para que una pueda “fertilizar” a la otra, “la reforma de la reforma en continuidad” ... Se trata de una ilusión. Lo sabemos. Conocemos estos principios teórica y especulativamente, y tenemos aquí una prueba concreta extremadamente útil para el futuro" Don Davide Pagliarani

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que manía con el Concilio.

      Sin el Concilio estaríamos igual de mal.

      La Iglesia ya estaba en una crisis bestial antes del Concilio.

      Eliminar
    2. Perfecto y esencial análisis de Don Davide que ubica, con argumentos históricos y teológicos, a Ratzinger como parte central del problema y no como una incipiente solución perdida.
      Sr. Dresden

      Eliminar
    3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
    4. Así que el P. Pagliarani, un sacerdote que por muy venerable que sea, tiene estudios que se reducen a la pobre teología aprendida en los seminarios de la FSSPX, "ubica" a un teólogo como Ratzinger.
      Es esta la soberbia y la ceguera que hace insufribles a todos los miembros de esa Fraternidad.

      Eliminar
    5. https://fsspx.news/es/news-events/news/mantener-la-tradici%C3%B3n-y-transmitirla-71503

      Eliminar
    6. Sr München, ¿por qué en vez de vertir gratuitamente argumentos ad hominem no refuta lo sostenido por Pagliarani?
      Tenga cuidado con sus juicios, no vaya a ser que al final sea usted al que le quepa el sayo.
      Julian T.

      Eliminar
  8. El mas grande teologo y Papa, puede ser el ultimo.

    ResponderEliminar
  9. No puede ser una "Iglesia hacia adentro", porque el catolicismo se ha convertido en el chivo expiatorio de los soros.

    Porque no pensará que lo que está pasando obedece a la casualidad.

    ¿También las sectas neopaganas en Grecia, Alemania, Noruega, las "naciones indias" de norteamerica?

    ¿Los que rezan al dios del sol y de la luna realmente creen en ello?

    Lo único que vale es dejar de colaborar con ellos, rearmarse espiritualmente y dar la batalla.

    En caso contrario estamos condenados a la extinción. Son 2000 años de odio que, diga lo que diga Bergoglio, no van a perdonan. Saben que es ahora o nunca.

    Además eso de la "Iglesia interior" es la continuación del Concilio de los errores.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimado, daría la impresión que usted conoce poca y nada del pensamiento, profundo pensamiento, de Ratzinger, y por eso mismo no tiene la más remota idea lo que significa "Iglesia hacia adentro". Usted se limita a repetir clichés.

      Eliminar
    2. Ahora o nunca?
      Eso penso el diablo en el huerto de los Olivos.
      Ahora o nunca?
      Eso pensaron y piensan los enemigos de Cristo a lo largo de la historia!
      Las puertas del infierno no prevalecerán,o se olvidan que Yo soy un Dios todopoderoso que ya venció al mundo!
      Cada uno en el lugar donde el Salvador lo puso y en el estado de vida que cada uno asumió,recupere o restaure o renueve la fe en la divinidad del carpintero de Nazaret que fue crucificado en tiempo de Poncio Pilatos.
      Y una vez renovado su corazón con la contricion y la penitencia,reciba los sacramentos y sin miedo lancese al mundo a proclamarlo!
      Las puertas del infierno no PREVALECERÁN!!

      El cautivo

      Eliminar
  10. Comparto plenamente, don Wander. Por alguna extraña razón, la prensa ha decidido atacar cada vez con mayor virulencia a Benedicto XVI como si lo que él representa fuera el gran obstáculo que impide consolidar de una vez por todas el triunfo de la contraiglesia, esa nueva religión única mundial que debería unificar a todas las religiones como paso previo a la instauración del Nuevo Orden Mundial que acabará con todas las soberanías nacionales.
    En este blog hay distinguidos comentaristas que no creen que el Papa sea el obstáculo que según San Pablo es preciso remover para la aparición del Anticristo. Y mucho menos que ese obstáculo sea Benedicto XVI. Aún así, no se puede negar que la apostasía de la que también nos advirtió San Pablo hoy es una dolorosa realidad que junto con la pústula de la homosexualidad -ampliamente tolerada- se esparcen por toda la Iglesia desde las altas cumbres del Vaticano.
    En vista de eso, todo indica que el escenario está listo para la entrada triunfal del inicuo en el mundo y no son pocos en la Iglesia los que con gusto lo esperan para extender a sus pies la alfombra roja como serviles bufones.
    Si a eso le agregamos que a punto de cumplir 95 años Benedicto podría morir en cualquier momento, no sé si será él el obstáculo profetizado, pero que las coincidencias son muchas es más que evidente.

    ResponderEliminar
  11. Don Wander; Gracias por recordarnos este texto profético.Uno lo lee con emoción y los ojos llenos de lágrimas.
    Gracias!

    El ruso blanco cautivo.

    ResponderEliminar
  12. Una parte no menor de los males de la iglesia actual la acarreó la renuncia al papado de BXVI. Una decisión cada mas difícil de entender y digerir.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No hay duda que muchos de los dolores que hoy padece la Iglesia pueden ser consecuencia de la renuncia de Benedicto, aunque para estar seguro de eso tal vez ya tendría que haber muerto.
      Digo esto porque mientras viva, algún día podríamos tener la respuesta a esa pregunta.
      No quiero ser misterioso, pero creo que no sólo su renuncia es lo que no se entiende, hay muchas cosas suyas que no se entienden.
      En efecto, ¿por qué BXVI inventó la figura del Papa emérito, algo que nunca existió en la Iglesia?
      ¿Por qué sigue vistiendo de blanco?
      ¿Por qué en vez de encerrarse a rezar lejos del mundo en un monasterio perdido de Alemania se quedó en Roma a pocos metros de Francisco? ¿Acaso quiere marcarle la cancha?
      No sé, pero creo que estamos ante un Papa santo. Es cierto que Benedicto cometió muchos errores, pero todos los santos cometieron errores y fueron pecadores. Y nosotros mucho más que ellos. ¿Quién podría tirar la primera piedra entonces?
      Digo esto porque ante lo incomprensible de su renuncia pero en el caso de que estemos ante un hombre santo, ¿habrá sido esa renuncia una decisión exclusivamente suya?
      Sería imposible que haya tenido algún sueño o visión que le ordenó renunciar porque Dios le tiene reservada otra cosa?
      Creo que nadie tiene respuestas para estas preguntas.
      Y siendo nosotros testigos perplejos de la crisis más terrible que la Iglesia jamás conoció en dos mil años de historia, ¿a quién le podría sorprender que en una semana de siete años viéramos también un cisma espantoso, la aparición del Anticristo, la persecución final y la Segunda Venida de Cristo para derrotar al inicuo y enviarlo al lago de fuego y azufre junto con el Falso Profeta?
      No niego que para ver todo eso podrían faltar otros dos mil años, pero si vemos que las condiciones están dadas porque la increíble apostasía y la gangrena de la homosexualidad que sacuden a la Iglesia están en perfecta consonancia con el aborto, la eutanasia, la ESI, la transexualidad, el lenguaje inclusivo y la ideología de género que desde la ONU y las grandes potencias se imponen a cachetazos por el mundo, ¿por qué no podríamos estar a las puertas del fin?
      En ese escenario dantesco, BXVI podría jugar todavía un rol decisivo que explicaría muchas cosas que ahora no entendemos.
      Soy consciente que todo esto podría no ir más allá de un conjetura loca. ¿Pero quién sabe?
      De una cosa estoy seguro, hoy por hoy nadie puede asegurar lo contrario.

      Eliminar
    2. A Fuenteovejuna 15 de febrero de 2022, 21:03

      Lo que suceda, sucederá “pronto”, en el sentido de acelerado.

      Todo lo que Ud. describe, es efecto querido de ciertas políticas, no de la casualidad; y, del mismo modo, la apostasía general es el resultado de largos años de pretender liberar al hombre de todo vínculo -con lo sobrenatural primero y con el Creador en defintiva-. La ciencia es la nueva religión. El hombre es su propio Dios, que se autopercibe, se deconstruye y se construye a sí mismo.

      Lo que omite, quizás porque es imposible enumerar todo en un comentario, es la actual situación geopolítica internacional. Los precios internacionales del petróleo y sus derivados, así como de alimentos y productos diversos, no parecen sufrir un incremento derivado de una casual inflación global.

      Cualquier guerra, en el actual contexto, por el armamento y la tecnología con que se cuenta, no será una guerra entre soldados, sino una guerra nuclear o termonuclear. Que, posiblemente, sea seguida de infantería o caballería, pero luego que la gran destrucción se haya producido. La guerra trae destrucción, además, de todas las cosechas.

      En Europa puede “despertar” o movilizar células musulmanas que tienen dentro de su propio territorio y que pueden causar daño sobre lo ya dañado. Nadie detendría a los nuevos invasores (mucho menos en Europa, sin espíritu y dependiente del gas ruso), salvo aquél que debe manifestarse, poner fin a la guerra, así como restaurar la economía, poner fin a las pestes y garantizar una precaria paz, todo bajo el paraguas de una religión universal.

      No se necesita una guerra prolongada, basta una guerra súbita y suficientemente agresiva. La completa comunización vendrá luego (nadie será dueño de nada, ni necesitará nada, conforme el titular del Foro Económico Mundial), pues los hombres aceptarán lo que sea con tal de sobrevivir.-

      Todo lo que se observa y se vive, demuestra que las brevas están maduras. Israel volvió a su tierra, como Estado Nacional, hace ya 74 años; puso fin, así, a la Diáspora iniciada en el año 70.-

      Las muertes y las guerras, no son negocio; lo saben quiénes negocian, pues encarece los costos. Pero, se llegó a un punto en que no están en juego sólo negocios humanos. Se juega el dominio global y el corazón del hombre, pues -detrás de todo- hay un odio teológico.-

      No soy profeta, ni disfruto pretendiendo ser agorero, pero lo que se observa, de llegar a producirse, hará que las diferencias y cuestionamientos que nos hacemos, queden reducidos a la nada.-

      Por supuesto, no tengo la bola de cristal; y, ojalá me equivoque.-

      Eliminar
    3. En lo personal, creo que Benedicto quiso renunciar y Cristo no lo dejó. Como a San Pedro, cuando quiso huir, lo mandó de nuevo a Roma.

      Tirosa Laire

      Eliminar
  13. El Dr. Ratzinger no es tradicionalista. Pero quedó como referente del pre-bergoglismo. Y la decisión de aniquilarlo, junto con cualquier remanente tradicional, está tomada. No entiendo porqué les preocupa tanto... hora de levantar tiendas e irse a otro lugar donde "subsista" la Iglesia de Cristo. Creame que los hay.

    Oriental

    ResponderEliminar
  14. Está persecución solo nos hace creer más en santidad de nuestro querido Papá Emérito Benedicto XVl!! Estamos con con él,santo hombre de Dios que defiende la pureza de la doctrina. Dios siempre puede mas!!! Tal bajeza lo que hacen. Desde Lima mi oración y cariño.

    ResponderEliminar
  15. Tal vez, don Wander, tal vez así sea. De todos modos, si agarra un mapamundi y revisa país por país, o regiones, verá que la persecución está a la orden del día. Miles y miles de católicos la sufren a diario (China, India, norte y centro de África, en todo Occidente mediante artilugios de totalitarismo suave al decir de Deher, etc, etc) Es más fácil decir donde no la hay que donde existe. A todo esto se agrega la persecución interna, que es mucho más grave. Quizás tenga razón Fuenteovejuna, serían las vísperas del Anticristo. En fin, voy a llenar mis lámparas de aceite, por las dudas, empezando por una buena confesión general. Saludos.

    ResponderEliminar
  16. Se nota que el mismo grupo que lo volteó quiere desprestigiarlo, seguramente no lo van a canonizar como a los otros postconciliares...Bueno, lo menos que necesita nadie es que Babilonia te canonice.
    No estoy de acuerdo con la visión de Benedicto de la Iglesia del futuro, me parece que se contradice con las profecías de las Escrituras sobre los últimos tiempos.

    ResponderEliminar
  17. ¿No será Benedicto el Katejón?

    ResponderEliminar
  18. Don Wander:
    “Durante la semana pasada hemos asistido al proceso de lapidación del Papa Benedicto XVI por parte no solamente de los medios de comunicación sino también, y esto es lo más triste, de los obispos alemanes, con la anuencia del Vaticano y el silencio de la enorme mayoría de los obispos del mundo”. (The Wanderer).
    Me pregunté por un momento por el sentido del título de spot. Y esta pregunta
    me fue contestada de inmediato. Se trata de la impiadosa persecución de que podrá ser objeto la Iglesia por parte de sus enemigos de siempre. Con el doloroso detalle de que los ataque no sólo provienen de los enemigos de fuera de la Iglesia sino también de los de dentro. Una persecución que, a imitación de la que fuera realizada en sus mismos orígenes, tuvo por blanco inicial a la persona de nuestro Señor Jesucristo, el santo de los santos, y luego se continuó cuidadosamente sobre olas de sus seguidores inmediatos, dando lugar a la enorme legión de mártires que pueblan la Iglesia gloriosa.
    El llamado de atención de The Wanderer es que hoy esa terrible persecución tiene por objeto la descalificación moral del representante de mayor prestigio de santidad, nuestro querido Papa Emérito, Benedicto XVI. El demonio sabe elegir sus blancos. Algo que quizás haya tenido su manifestación más temprana con el doloroso anuncio del Papa Paulo VI, cuando, a propósito del creciente proceso de secularización que sufría la Iglesia, con la consiguiente secuela de división interna que aquélla traía aparejada, dio el grito de alarma. Aunque quizás, cuando lo dio, ya era demasiado tarde:
    «…Diríamos que, por alguna rendija misteriosa – no, no es misteriosa; por alguna rendija, el humo de Satanás entró en el templo de Dios. Hay duda, incertidumbre, problemática, inquietud, insatisfacción, confrontación».«Ya no se confía en la Iglesia. Se confía en el primer profeta pagano que vemos que nos habla en algún periódico, para correr detrás de él y preguntarle si tiene la fórmula para la vida verdadera. Entró, repito, la duda en nuestra conciencia. Y entró por las ventanas que debían estar abiertas a la luz: la ciencia».
    ¿Qué duda cabe de que, entre quienes mejor supieron responder al angustioso pedido de auxilio del Papa precedente, fue, precisamente, quien luego habría de acompañar al Papa Juan Pablo II durante todo su largo pontificado, asumiendo con fortaleza y sabiduría los cargos de mayor responsabilidad?
    Todo lo cual permite que pensar que, acaso, desde ese fatídico 29 de junio de 1972 hasta el día la fecha, y por algún tiempo más, el Papa Emérito haya sentido, y siente y seguirá sintiendo, sobre su ya lastimada espalda, los feroces latigazos de los enemigos de Jesús.
    Sepamos, entonces, valorar y acompañar con nuestra oración y acción personal el enorme y callado testimonio de heroicidad y sacrificio que, por amor a la Iglesia de Cristo, nos está dando hoy nuestro Papa Emérito Benedicto XVI.
    ¡Dios proteja a la Iglesia! ¡Alabado sea Jesucristo!

    ResponderEliminar
  19. Benedicto XVI. El Katejon. El Obstáculo. El único papa verdadero. Cuando se nos vaya, se desencadena todo y del todo. El otro?: el falso profeta.

    ResponderEliminar
  20. ¿Qué argumentos pueden darse par afirmar que B XVI es el Katejón profetizado? ¿Acaso alguien piensa que un hombre ya anciano, que renunció diciendo que lo hacía porque ya no tenía fuerzas para gobernar, está actuando como obtáculo de algo? No tiene poder ni jurisdicción, casi no publica nada. Entiendo el cariño que se le pueda tener, y la admiración. También que su situación inusual (elegida por él mismo) invite a que la imaginacón vuele. Pero no hay motivos concretos para esas especulaciones.
    El querido Fuenteovejuna sugiere que quizá renunció siguiente órdenes divinas. Evidentemente no es posible demostrar lo contrario, como él dice. Pero nada indica que así haya sido: ni el lo dijo, ni nadie de su círculo. Ni su conducta posterior indica que esté desarrollando alguna tarea distinta de la que explícitamente dijo que iba a desarrollar: orar por la Iglesia y su alma a la manera de un monje. Hipótesis podemos proponer infinitas, cada una calzando con nuestros prejuicios y gustos como se nos cante.

    G.

    ResponderEliminar
  21. Estimado G.
    Tiene usted razón, no hay pruebas de que Benedicto sea el katejon del que nos habló San Pablo, pero convengamos que tampoco hay pruebas de lo contrario.
    También es cierto que "hipótesis podemos proponer infinitas, cada una calzando con nuestros prejuicios y gustos como se nos cante".
    Pero aún así, en medio de la tormenta de la apostasía desatada por los enemigos de adentro y los impiadosos ataques de los enemigos de afuera, resulta sumamente sugestivo comprobar que Benedicto sea el blanco predilecto sobre quien se concentran los dardos envenenados que lanzan los que alguna vez fueron de los nuestros y los que nunca fueron de los nuestros.
    Eso es precisamente lo que destaca don Wander cuando menciona los ataques de los obispos alemanes que se sumaron a la diatriba de una falsa acusación montada por un bufete de abogados financiados por el Cardenal Marx y luego publicada en las primeras planas por la prensa cómplice de todo el mundo.
    ¿Por qué ese ataque contra Benedicto XVI?
    La respuesta no parece difícil de encontrar: descargan toda su artillería contra él porque como Papa emérito es el principal obstáculo que se opone a los planes de la contra-iglesia que quieren imponer y que Francisco nunca termina de concretar.
    Es cierto que el hecho de que BXVI sea el principal obstáculo para la realización de esos planes no quiere decir, de ningún modo, que sea el katejon que mencionó el Apóstol, pero a mi me deja muchas dudas porque se le parece mucho. ¿A usted no?
    Y le digo más, esta ofensiva brutal contra la Iglesia en la persona de Benedicto a la que los fieles católicos asistimos perplejos, se me hace que no es obra de una guerra nacida del ingenio maléfico de unos cuantos obispos y cardenales que ya conocemos muy bien; no, a mi juicio es la última etapa de la guerra sobrenatural entablada por las postestades del infierno contra Cristo y su Iglesia desde hace dos mil años. Y creo que esto no tiene vuelta atrás, esta guerra irá en aumento hasta la aparición del Anticristo y todo lo que ya sabemos que viene después.
    Esta crisis terminal de la Iglesia está ligada a la crisis terminal que también sacude el mundo y cuyo desenlace no parece estar lejos porque se percibe a través de los tambores de guerra que retumban en Ucrania, Taiwán y Medio Oriente, para no hacer tan larga la lista.
    Si a eso le sumamos los efectos de una extraña pandemia que ha herido gravemente a la economía mundial llevando a la quiebra a infinidad de empresas y dejando a millones de obreros en la calle, deberíamos pensar que algo extraño está pasando en la Iglesia y en el mundo, porque guerras hubo siempre, crisis económicas hubo siempre y crisis en la Iglesia también hubo siempre, pero todas juntas y de la magnitud que vemos ahora, nunca las hubo.
    Nuestro Señor nos advirtió que debemos aprender a ver las señales de los tiempos, pero no hay caso, el hombre es un bicho raro de dura cerviz porque igual que Santo Tomás necesita ver para creer. El problema es que cuando vea tal vez será demasiado tarde. ¿No será eso lo que estamos discutiendo en este post sobre Benedicto?

    ResponderEliminar
  22. Pienso igual que el anónimo de las 17.30. Baste ver cómo BXVI mantiene los signos externos del Papado y, de forma práctica, lo que pasó en el sínodo de la Amazonia cuando BXVI reventó la ordenación de mujeres y casados. Por cada zancadilla que BXVI pone a los planes de Bergoglio, éste responde con una nueva maldad contra su antecesor, de ahí las filtraciones sobre los abusos sexuales.
    Por otro lado, los signos del final de los tiempos están a la vista de todos. Además, y quizás esto sólo sea un wishfull thinking, pero se me hace muy cuesta arriba pensar que esto puede durar mucho tiempo, con generaciones enteras educadas en la homosexualidad, el transhumanismo, la inmoralidad y toda esta cultura woke que nos invade y que está empeñada en arruinar la vida de tantos infantes inocentes y adolescentes inermes. Antes mirábamos a Roma y, aunque pecadores, teníamos la certeza de que el Papa daba testimonio de la verdad, y que la nave de la Iglesia estaba anclada sobre una roca firme. Ahora no creo que se pueda decir lo mismo: Bergoglio se empeña en seguir los dictados del mundo y el resto le baila el agua.

    R.

    ResponderEliminar
  23. Si afirmar que Bergoglio es el falso profeta es excesivo, denominar a su antecesor "El Katejón" también lo es. En mi opinión, es una historia de mezquindad y corrupción la de los últimos 40-50 años en Roma. Pero no es ni por lejos el anti-cristo y la anti-iglesia. Tengan en mente que argentino no lo sigue el género humano... la Plaza de San Pedro luce vacía cuando va a hablar. Lamentablemente, creo que ni siquiera son un versículo del Apocalipsis. Quizá de la lista de San Malaquías. Acá la clave es que hacemos frente a esta situación. ¿Más voluntarismo a ojos cerrados o nos planteamos que quizá lo actual es posible por cosas que vienen mal hace rato? El Sanhedrin que juzgó ilegítima e ilegalmente a Nuestro Señor era heredero de los jueces perversos que condenaron a Susana (Libro del Profeta Daniel). Pasó el tiempo y el mal ese olo creció, y al punto de que todo -inclusive el Templo de Jerusalem- tenía que ser destruido. Entonces surje la Iglesia para reemplazar esa carcaza pútrida... y ahora, creo, estamos viviendo lo mismo. Quizá el precio, como entonces, sean las ruinas de la capital religiosa: Roma.

    Gavrilo

    ResponderEliminar
  24. Algunos obispos (y episcopados) parecen haberse convertido en algo similar a la mersa libelistas de Grub Street...

    ResponderEliminar
  25. El Apocalipsis tampoco afirma de forma explícita que el falso profeta tenga que ser popular ni mucho menos inteligente. Evidentemente los asiduos a la plaza de San Pedro no son el público más propicio para seguir a un pseudo-profeta, de ahí la soledad de Francisco y el consiguiente golpe para su enorme ego. Pero, dicho esto, hoy día vemos cómo hay multitud de "católicos", muchos de ellos muy influyentes, que hacen escarnio de la religión y la moral católicas con la complicidad, cuando no el apoyo explícito, del porteño. Y estos pseudo-católicos sí que tienen influencia sobre el mundo. Pongo por caso a Biden o Pelosi, pero los hay en todas las esferas de la vida pública, no sólo en la política. ¡Cuántas veces oímos a un popular periodista, actor, religioso (la Caram o la Forcades sin ir más lejos) o lo que sea diciendo "soy católico, pero estoy a favor del aborto o del divorcio o de cualquier otra barbaridad anticatólica"! Ése es el croar del pseudo-profeta. Y eso lo vemos a diario. Por otro lado, los signos de los tiempos dan que pensar que el fruto está maduro y la cosecha pronta.

    Saludos

    R.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si el falso profeta no tuviese seguidores, no habría mucho motivo para las plagas apocalítpicas y el final de la historia. De allí podría deducirse que:

      1) Las catástrofes apocalípticas son porque sí.
      2) En realidad no hay escatología, es una mala lectura hace 2.000 años. Ahora hay esperanza y alegría... yupiiii

      Fito

      Eliminar
  26. Un poco de claridad conceptual con el tema del katejon, por favor. El término es participio activo presente, por lo que el katejon debe ser una entidad que ya estaba actuando cuando S. Pablo escribió 2 Tesalonicenses en 51-52 y que desde entonces ha seguido actuando ininterrumpidamente hasta ahora, o a lo sumo, para quienes piensen que "ho anthropos tes anomias" ya ha sido revelado, hasta no hace mucho tiempo atras.

    En mi humilde opinion, el mejor candidato no es el imperio romano y sus sucesores cristianos sino el ministerio de los sucesores de los apóstoles en comunión con el sucesor de Pedro. Cuando éste último deja de ejercer su ministerio propio de alimentar las ovejas con la verdadera doctrina y de confirmar a sus hermanos en la fe, podemos pensar que el katejon ha sido sacado del medio.

    ResponderEliminar
  27. Crecí viendo videos-documentales de los protestantes llamados evangelistas sobre el apocalipsis en los que Gog y Magog eran la Unión Soviética o Rusia y estacaban al Estado de Israel, cosas así. Por eso no me gusta hacer predicciones de la inminencia del fin del mundo.

    Pero cosas como la legalización del aborto, del matrimonio entre homosexuales, o que los Estados nacionales químicamente bloqueen la pubertad de menores de edad corrompidos, básicamente castrándolos, lisiándolos y dejándolos dependientes de drogas de por vida, con vidas acortadas, y que los Estados de occidente apoyen eso y persigan a los que se oponen, me hace pensar que tal vez estemos en el final de los tiempos.
    Los avances de la ciencia, que en Sillicon Valley la religión general sea el transhumanismo que intenta lograr la inmortalidad del hombre a través de la ciencia, que a esos hombres les agrade la idea de fusionarse con máquinas y otras aberraciones así, o que la ingeniería genética permita a los padres editar de antemano a sus hijos, son escenarios como el de la Torre de Babel, el hombre actúa como Dios. Y eso es siempre duramente castigado.

    Me pregunta si el katejon no podría haber sido el matrimonio, cuando se legalizó el matrimonio entre homosexuales fue como si se hubiera derrumbado una muralla, como una represa que reventó y ya no hay nada que frene al agua.

    El único escenario que imagino en el que éste no es el fin de los días, es que el castigo sea la autodestrucción de occidente.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los rusos sostienen lo opuesto. Los protestantes-CIA siempre consideraron profético al Pentágono.

      Luther

      Eliminar