martes, 24 de mayo de 2022

El cardenal Erdö y el catolicismo de la Mitteleuropa



 

por don Pío Pace

El cardenal Péter Erdő, de 70 años el 25 de junio, es arzobispo de Esztergom-Budapest y primado de Hungría. Políglota, canonista de formación, administrador vigoroso, se le considera una figura destacada, aunque discreta y casi tímida, de la tendencia “neoconservadora” dentro del Sagrado Colegio. Es un buen representante de los líderes de las iglesias de Europa del Este oprimidas bajo la dictadura soviética.

Con poca simpatía, Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de Sant'Egidio, presenta en su libro La Chiesa bruscia [Laterza, 2021], el tema de la nación ligado al catolicismo, que le gusta cultivar, como un resurgimiento de un nacionalcatolicismo sospechoso. Considera que las iglesias polaca y húngara se equivocan al reivindicar una “teología de la nación”, defendida por Juan Pablo II a partir de su experiencia polaca de salida del comunismo, porque el papa actual se muestra muy abierto a las cuestiones migratorias y al “bien común global”.

En cualquier caso, el jefe de la iglesia magiar se mostró de acuerdo con la posición del primer ministro Viktor Orbán de oposición a las invasiones migratorias, aunque se encargó de asegurar al Papa Francisco su fidelidad. Se trata claramente de una fidelidad en la diferencia, como habíamos visto en la asamblea del Sínodo sobre la Familia de 2015, donde Péter Erdő había defendido la posición moral tradicional: la liberación del pecado de adulterio condiciona el acceso a la absolución sacramental y a la Eucaristía.

Existe, pues, una ósmosis entre las posiciones adoptadas a favor de la familia por los episcopados de Polonia y Hungría, y las políticas de refundación tradicional aplicadas por los gobiernos de estos países: moral familiar, enseñanza del catecismo en las escuelas. Estamos en la Europa del grupo Visegrád (Polonia, Hungría, Eslovaquia, República Checa), con la también Eslovenia de Janez Janša, cercana a Viktor Orbán (pero Janša acaba de perder las elecciones), que es muy contraria a acoger las oleadas migratorias que están a punto de llegar.

Una Europa diferente a la que Ucrania está cerca. Un episodio interesante, dentro de los complejísimos acontecimientos de interpretación de la guerra en Ucrania, fue la visita a Kiev, el 15 de marzo de 2022, de los primeros ministros de Polonia, Eslovenia, República Checa y Hungría (este último, Orbán, sustituido por el viceprimer ministro de Polonia, Jaroslaw Kaczynski, líder del partido gobernante en Polonia). Esta visita, realizada teóricamente en nombre de la Unión Europea para garantizar a los ucranianos su apoyo, puede haber sido un hito para que la Ucrania de la posguerra vuelva a formar parte del grupo de democracias no liberales del Este, frente a las muy liberales de Occidente.

Pero también en Ucrania, como en Polonia y Hungría, la Iglesia es, si se quiere, "antiliberal".  La Iglesia greco-católica agrupa a la mayoría de los católicos ucranianos y representa el 8% de la población del país. Esta Iglesia conserva un vivo recuerdo de los numerosos mártires que sufrió bajo el régimen comunista. El gran testigo de este período terrible y glorioso fue Josyf Slipyi, nombrado cardenal in pectore (en secreto) por Pío XII, permaneció al frente de la Iglesia greco-católica ucraniana durante cuarenta años, dieciocho de los cuales los pasó en campos y cárceles. Terminó sus días en Roma, donde mantuvo relaciones a veces tensas con Pablo VI, a cuya Ostpolitik consideraba demasiado complaciente con el poder comunista. En 1977, dio muestras de su independencia consagrando, según el derecho de su Iglesia, a obispos sin mandato pontificio, (entre ellos el futuro cardenal Husar que se convirtió en su segundo sucesor como arzobispo mayor, después del cardenal Lubachivsky). Su tercer sucesor es Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, Arzobispo Mayor de Kiev y Galizia, de 52 años, oriundo de la antigua Galizia austrohúngara, como lo fue Karol Wojtyla. Ahora es el jefe de la mayor de las iglesias orientales unidas a Roma, con seis millones de fieles. Como cabeza de la mayor iglesia no latina, es en cierto modo el segundo jerarca de mayor rango de la Iglesia universal después del Papa (aunque muy por detrás, claro, en cuanto al número de sus seguidores). Si no es patriarca, es porque Roma se resiste a hacerlo para no ofender a las iglesias ortodoxas, y si no es cardenal, es porque sus posiciones morales (y en general eclesiales), que no pueden ser más tradicionales, son notoriamente distintas a las de Amoris Letitia.

Hay que añadir que estas preocupaciones morales, que caracterizan al catolicismo de Europa del Este, convergen en algunos temas, por ejemplo la lucha contra la legalización del “matrimonio” homosexual, con las del Patriarcado ortodoxo de Moscú. Se recuerda el sorprendente encuentro organizado en Cuba en febrero de 2016 para el papa Francisco y el patriarca Kirill, también criticable, con el fin de intensificar las relaciones entre Roma y Moscú. De hecho, muchas voces ortodoxas abogan por una especie de ecumenismo civilizatorio, de resistencia al ultraliberalismo de la cultura occidental. Y la guerra dactual no suprime una comunidad de puntos de vista entre los cristianos orientales contra las amenazas que plantea este ultraliberalismo a los fundamentos morales de la vida social y familiar, y contra la discriminación que opera contra los cristianos en la sociedad moderna.

En este contexto, el cardenal Péter Erdő, que también fue presidente del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas (CCEE) en 2006, es un prelado que debería contar cuando finalice el actual pontificado.


Fuente: Res novae

12 comentarios:

  1. Una vez más nuestra mirada y esperanzas se posan al oriente,donde se desarrolla un combate contra lo peor de la corrupción occidental enquistada en el régimen de Zelensky,y llevada como ariete contra los pueblos eslavos.
    Francisco este punto como en otros muchos acierta al guardar silencio,y a la vez denunciar una guerra provocada por los ladridos de la OTAN.
    En esta mirada al oriente uno podría preguntarse,si no seria factible,en el espíritu de Soloviev,invitar,y proponer seriamente,desde Roma,a los grandes patriarcas de Oriente sumarse a la eleccion de un nuevo sucesor de Pedro.
    Pienso en Constantinopla,Moscú,en los los coptos de Egipto y Etiopia,en los patriarcas de Rumania,Armenia,Georgia, Bulgaria,Serbia y en las demás Iglesias escindidas de Oriente.
    Que nadie diga que soñar no cuesta nada...sino mejor decir con Santa Teresa,que el primer paso a la unión con Dios y entre nosotros es aspirar a grandes cosas.

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  2. Hay dentro del texto una frase que me parece llamativa y que puede pasar por alto. Esta perla dice así: "(Andrea Riccardi) considera que las iglesias polaca y húngara se equivocan al reivindicar una “teología de la nación”, defendida por Juan Pablo II a partir de su experiencia polaca de salida del comunismo, porque el papa actual se muestra muy abierto a las cuestiones migratorias y al “bien común global”.
    ¿La dicha "teología de la nación" (a todo hoy se le llama teología cuando los Padres griegos la reservaban sólo para estudio de Dios en sí mismo) es errónea PORQUE el actual papa defiende otras cosas (más del gusto de esta persona, obvio)? ¿Debemos cambiar de "teología" como de vestido porque cambien los papas y sus manías (con lemas de pontificado parecidos al de los partidos y gobiernos) y no porque no se basen en la verdad, en la Revelación o porque sean erróneas per se? Por no hablar que Bergoglio no tiene ni idea del fenómeno migratorio en Europa y sus graves problemas, muy diferentes al que vivió Argentina o el de Hispanoamérica por lo que sus opiniones no valen ni un ardite.
    Relativismo puro de San Gil, me temo y extendido a gran parte de la Iglesia.

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  3. Tal vez Péter Erdö podría ser el Papa que necesitamos, pero lejos de verlo como el Papa que le devuelva a la Iglesia el esplendor de sus mejores días, en todo caso lo imagino como el bombero en emergencia que viene a apagar el incendio, el piloto de tormentas que llegará justo a tiempo para salvar al pequeño resto del naufragio que se avecina. Hubiéramos querido otra cosa, pero no debemos engañarnos, esta vez la herida es muy grande porque el enemigo está adentro.
    Si la Iglesia es el cuerpo místico de Cristo, ya sabemos que antes de la pascua de resurrección tendrá que vivir su dolorosa pasión, esa que se asomó tímidamente hace ya mucho tiempo y hoy se ha convertido en este huracán de apostasía que desde las altas cumbres de Roma controla y persigue a sus mejores hijos por todo el mundo.
    Sospecho que todavía no tocamos fondo, creo que lo peor está por venir porque el cisma alemán es inevitable. Ese momento podría llegar en pocos meses cuando Francisco levante el telón del Sínodo de los sínodos. Ahí los alemanes -que no se echarán atrás- pondrán sus cartas sobre la mesa y arderá Troya.
    Lo que venga después sólo Dios lo sabe, estamos viviendo días inéditos que la Iglesia nunca antes conoció.
    Tal vez en nosotros pensaba Cristo cuando les dijo a sus Apóstoles: "cuando veáis estas cosas levantad vuestras cabezas porque se acerca vuestra liberación..."

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    1. Días que nunca la Iglesia conoció?? Mira vos...
      Y la traición de Judas y la cobardía de los once? Y Arrio y su tiempo? Y las invasiones bárbaras? Y la herejía musulmana? Y el cisma de Oriente? Y el cisma protestante?
      Ay,mi Jesús dulce y bueno! Que los hombres te ven venir cada vez que las papas y los Papas queman!!

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    2. Estimado Ruso blanco
      La Iglesia está viviendo una crisis terminal, si bien todas las crisis anteriores que usted menciona fueron terribles, terminal quiere decir que la purificación que le espera será algo mucho peor que todo lo antes vivido.
      Lamento que no coincidamos en ese punto, pero en caso de que ambos tengamos oportunidad de verlo y sobrevivir, con la venia de don Wander le propongo que después lo comentemos acá a ver quién tenía razón. ¿Qué le parece?

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  4. No sé si la Iglesia Grecocatólica ucraniana es antiliberal. El que fue su Arzobispo Mayor, Cardenal Husar, desde luego, no lo era y formó parte del grupo o mafia de San Galo.

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  5. Evidentemente el catolicismo es transnacional, esto es, que no está limitado o centrado en ninguna nación, pueblo, raza o lengua. Y esto desde el mismo principio, porque entre los primeros seguidores de Jesús hubo gentiles y estos de diversos orígenes.

    Lo que sucede es que en la formación de los paises europeos e hispanoportugueses el catolicismo ha sido el elemento esencial, por encima incluso de la lengua.

    Incluso en paises como Irlanda, el catolicismo ha sido el elemento de resistencia frente al invasor inglés tras la reforma anglicana.

    (para ver como influye la religión en un pais no hay más que comparar un inglés y un irlandés. Los irlandeses se encuentran como en casa cuando están en un pais católico, como Italia, aunque no hablen la lengua; cosa que no sucede cuando están en Inglaterra, aunque compartan la misma lengua)

    Por tanto es normal que un sacerdote católico, para interesar en el catolicismo a alguien de un pais católico le recuerde que el catolicismo no es una religión más, sino la religión de su pais, la de su grupo étnico (luego, que es mejor ser católico que abandonar la fe, porque se abandona el grupo)

    Esto tiene sin embargo un problema:

    Tarde o temprano se vincula el catolicismo con el nacionalismo, esto es, con una idea política que no comparten todos y que es excluyente (y por tanto anticatolica)...

    Al vincularse catolicismo con nacionalismo, el catolicismo está promoviendo el nacionalismo...sin darse cuenta que cualquier ideología se comporta como una religión y que incluso puede sustituirla (nazismo, comunismo...)

    De hecho en España el catolicismo conservador (en reacción a la turbulenta historia de ese pais provocada por políticas masonicas y que llegó a producir 4 guerras civiles en 100 años y un genocidio católico en 1936) tiende a ser regional; y el regionalismo, al convertirse en nacionalismo, a una unión entre catolicismo y nacionalismo.

    El imprevisible resultado ha sido que han educado a los católicos a ser nacionalistas, para luego olvidarse de que son católicos; por lo que el catolicismo se ha desplomado en las zonas nacionalistas hasta el punto de que están entre las zonas con más población musulmana de toda Europa.

    En Irlanda ha pasado una cosa parecida una vez que el pais se independizó (es decir, cuando desapareció la amenaza inglesa) y, especialmente, tras la ola de prosperidad económica que se produjo tras la unión de Irlanda a la Unión Europea, donde lo único que importaba era ganar dinero y aparentar...

    Sin embargo, cuando Andrea Riccardi defiende lo contrario es por las mismas razones que Bergoglio:

    En el cambio de paradigma de las izquierdas, al desaparecer el proletariado y con ello las razones de su existencia, pone ahora el acento en la emigración masiva, a ser posible musulmana a paises cristianos entre otras (woke, feminismo, ecologismo antioccidental...)

    De ahí que Riccardi y Bergoglio, que se consideran "de izquierdas" favorezcan exactamente lo mismo que lo que promueve el multimillonario SOROS, aunque por otras razones.

    A esto hay que añadir otro problema:

    En Europa te pagan por no trabajar. Incluso te pagan si no eres un nacional; muchos son extranjeros. También te pueden dar casa para vivir.

    Esto está creando grandes comunidades de extranjeros, que literalmente viven del trabajo de los nacionales. Muchas de estas comunidades son musulmanas.

    Pues como el dinero siempre está contado y cuesta ganarlo, tarde o temprano habrá resentimiento contra esos extranjeros, a los que consideran unos parásitos sociales.

    En Bruselas (Bélgica) y Paris (Francia) hay barrios musulmanes donde la policía no se atreve a entrar y que tienen sus propios tribunales musulmanes donde aplican una justicia paralela basada en la sharía (los dichos y hechos de Mahoma codificados como ley divina, que no se pueden interpretar ni desarrollar, sino solo aplicar)

    Esto es más o menos la situación y la relación religión-nación, que es más complicada de lo que a primera vista parece.



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  6. Por lo que se ve en la foto, Erdö no usa amito para celebrar la Santa Misa. En eso Bergoglio es más tradicional.

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    1. Evidentemente el amito, como el resto de las vestiduras, tiene un significado oculto:
      significa la "defensa contra las tentaciones del enemigo y la moderación en las palabras"...

      Sin embargo su utilidad práctica residía en evitar que el cuello del sacerdote, que como toda piel tiene sebo y sudor, tocase la casulla, que entonces estaban hechas de materiales preciosos y no se lavaban nunca.

      ¿Que Bergoglio usa amito?

      ¡vaya ocurrencia!

      Seguro que será un amito s.j. con olor a oveja.

      Si usted quiere asombrarse con los usos litúrgicos del porteño, espere a verle con manipulo (significado: "el dolor que acompaña al trabajo de las buenas obras y el fruto de éstas")

      No caerá esa breva.

      Tal vez Erdö use planetas sintéticas y tenga lavadora automática en la sacristía. El progreso, que no para.

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  7. “Del aborto es un tema del cual no opino, porque yo soy especialista en moral social y no bioética. La derecha te frena con temas morales. La derecha te lleva al campo de buenos y malos, no de lo que es justo o injusto” (diciembre de 2019)
    Esto es lo que opina Emilce Cuda sobre la “defensa y promoción del valor de la vida humana”

    Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, ha sido nombrada por el Papa Francisco como miembro de la Pontificia Academia para la Vida. Así lo informó este jueves 19 de mayo la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

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  8. Creo que el nacionalismo-católico es riesgoso porque es fácil terminar viendo al catolicismo como un epifenómeno de la identidad nacional de los Estados Nación nacidos del liberalismo. Algo así como folklore nacional.
    Desubica a la religión del rol que debería ocupar, especialmente cuando el primer mandamiento es Amar a Dios sobre todas las cosas, no algo subordinado a otra cosa.
    Imagino que muchos políticos peronistas como Chiche Duhalde defendían posiciones católicas cuando tenían la impresión de que eso querían sus votantes (una clase social para bien o para mal identificada como el pueblo y la nación, a los argentinos nos parece que el votante del peronismo o hincha de boca es más pueblo que el "gorila" o el de river), pero cuando "el pueblo" cambió de opinión, esos valores volaron por la ventana. Además se corre el riesgo de terminar como sociólogos comunistas judíos que sin embargo recuerdan a Moisés cuando celebran su pascua, o como los patriarcas de los llamados ortodoxos que obedecen sin chistar al gobernante local como si fueran una oficina Estatal.
    Lo apropiado al catolicismo es ser internacional e independiente de todos los Estados. Fue religión en el/del Imperio Romano y del Feudalismo muchos más tiempo que religión de Estado Nación. Los cristianos fueron bastante dóciles con el Imperio Romano, al contrario de los nacionalistas judíos que se alzaron en armas para lograr la independencia nacional y fueron reventados por Tito y Adriano.

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  9. En mi opinión, la totalidad de los cardenales han perdido todo prestigio excepto los supervivientes de las Dubia de 2019

    1. Bergoglio lleva 7 años sosteniendo la herejía de la comunión y absolución de los adúlteros concubinos impenitentes en Amoris laetitia y el rescripto de 5 de junio del 2017 (AAS 7.10.16) que lo eleva a falso magisterio auténtico. Además deja inmunes a los obispos que lo han implementado: Roma, Las Marcas, Piamonte, Sicilia, Malta, Fátima, Lisboa, Braga, Oporto...

    2. La segunda herejía es que ha aceptado los actos morales luteranos bonum imperfectum et incompletum, y ha derogado los actos morales católicos malum in se o intrínsece malum per sempre et pro semper in omnibus locis: el adulterio y la homosexualidad son virtudes salvíficas si contienen algún elemento positivo o bien posible como pueda ser el respeto, los cuidado mutuos o el amor, o bien existe una circunstancia atenuante o eximente de cualquier tipo, sea cultural, psicológica o sociológica.

    3. El efecto es que tanto los comisores, Bergoglio, cardenales y obispos implementadores, como los omisores en no defender la verdad de Fé, el resto de cardenales y obispos pasivos, según el derecho canónico, son heresiarcas excomunicados latae sententiae non declarata, con sede impedida (pontificia, cardenalicia y episcopal; cc. 412-415 y 335 CDC), con sede limitada al ejercicio de las potestades de orden y jurisdiccionales que sólo tengan justa causa (c. 1335 CDC), y con su sede bajo prohibición de innovación.

    4. Esto lo saben los obispos del camino sinodal alemán, pues al haber aceptado Bergoglio los actos morales luteranos bonum imperfectum et incompletum en Amoris laetitia para los adúlteros concubinos, tanto da que Bergoglio no acepte el aborto y la eutanasia, dos actos morales intrinsece malum, pues los obispos alemanes del camino sinodal sólo hacen que extender los actos morales luteranos a toda la moral católica. Por eso Seifert dijo que Amoris laetitia era la bomba atómica dirigida por Bergoglio contra la moral católica.

    5. Por imperativo del sacerdocio bautismal y confirmacional, feligreses y consagrados pueden negarse a obedecer todo mandato de estos excomulgados que afecten a una materia grave y causen perjuicio grave, o ejercen sus potestades sin justa causa, efectúen innovaciones o atenten contra la verdad de Fé y la Tradición: Amoris laetitia, Traditionis custodes, pasajes de Fratelli tutti, Querida Amazonia...

    6. Lo cierto es que el próximo cónclave no va a solucionar la crisis de legitimidad del papado que ha destruido Bergoglio con sus actos ilegales, sino que lo va a empeorar todo, pues si es elegido un obispo o cardenal que ha omitido su deber de emitir la debida decisión en defensa de la Fé, entonces su elección puede ser legítimamente no aceptada por una parte del Pueblo de Dios fiel y por lo tanto, ser un antipapa debido a su subyacente herejía y excomunión por omisión; la única solución que tendrá el próximo Papa es la derogación inmediata de todas las normas ilegales de Bergoglio, empezando por Amoris laetitia y Traditionis custodes...

    Así de grave está la situación de la Iglesia Católica según una línea de interpretación.

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