La Iglesia ha pasado por situaciones difíciles varias veces en su historia, y como tal eran percibidas por muchos católicos de esas épocas. Para no irnos tan lejos en los tiempos, traigo a colación un párrafo que escribía Joris-Karl Huysmans a fines del siglo XIX: “La buena nueva debe realizarse, ha dicho San Mateo, cuando ‘en el lugar santo se compruebe que llegó al colmo la abominación’. ¡Y ya ha llegado! Observen ese papa miedoso y escéptico, franco y retorcido [se refiere a León XIII], ese episcopado de simoníacos y de cobardes, ese clero jovial y muelle. Observen hasta qué punto están roídos por el satanismo, y díganme si puede caer más bajo la Iglesia” (La bas, c. XX). Han pasado casi ciento cincuenta años desde que fueron escritas esas líneas ¡y vaya si la Iglesia no ha caído más bajo! Hasta el mismo Huysmans se escandalizaría, y eso que no era hombre fácil de escandalizar.
Y reflexionando sobre esta cuestión, surge un punto interesante para analizar en la situación que nos toca vivir: ¿por qué son tan pocos los que ven lo evidente? ¿Por qué son tantos los que no ven la profundidad de la crisis y colaboran, con mayor o menor empeño, en continuar cavando el hoyo? No se trata de entrar en argumentos autocomplacientes que hacen referencia a los “pocos elegidos” o al “pequeño rebaño”. Dios sabrá quiénes y cuántos serán; no es tarea nuestra escudriñar esos misterios. Veamos más bien cómo es posible que obispos y sacerdotes que conservan la fe pueden aún seguir embarcados en la deriva demencial en la que hoy se encuentra la Iglesia.
Una primera respuesta creo que tiene que ver con algo que hemos hablado en varias ocasiones en este blog: la abdicación del pensamiento. “Ojos que no ven, corazón que no siente”, dice el dicho popular, y en este caso podríamos agregar: “y posición que no se pierde”. Porque lo cierto es que muchos conocemos a un buen número de sacerdotes que por alertar sobre lo que ven, y consecuentemente, juzgar, son perseguidos por sus obispos y terminan privados de cualquier carga pastoral, inducidos a abandonar el ministerio y arrojados a la pobreza. Obispos con estas valentías son poquísimos, y todos arrinconados y lógicamente temerosos de recibir las misericordias pontificias.
La opción de no ver, entonces, parecería que no es más que la manifestación de una cobardía más o menos inconsciente. Pero no siempre es así. Creo yo que la inmensa mayoría no ve simplemente porque no está capacitado para ver. Tienen el ojo enfermo, y quien tiene el órgano de la vista enfermo, o no ve, o ve mal. Pero, ¿cuál es la enfermedad que puede afectar de tal modo la vista de la mayor parte de los católicos?
Probablemente no sea la única, pero ciertamente la más relevante creo que es la ideología del progreso, que ha calado hasta el último rincón de los huesos del hombre contemporáneo. Que todo debe progresar y que, necesariamente, el fruto de ese progreso, que es lo nuevo, es mejor que lo viejo, es una verdad indiscutible y campea en todos los ámbitos, desde la política a la educación, y desde la literatura hasta la música. Pareciera, entonces, que ese criterio también debe adoptarse en la teología y, en última instancia, en la fe. Desde el nacimiento de ese movimiento informe al que se llamó modernismo a fines del siglo XIX hasta nuestros días, fueron muchos los que buscaron atar a la Iglesia a esta dinámica. Y fueron exitosos.
En las verdades de la fe católica hay ciertamente un desarrollo. En el cenáculo de Jerusalén o en la casa de Priscila en Atenas, los apóstoles no discutían sobre las hipóstasis trinitarias, sobre las dos naturalezas de Cristo o sobre la concepción inmaculada de María. Todas estas son verdades que fueron floreciendo con el tiempo, desarrollándose en el seno de la Iglesia, merced a la dynamis o potencia del Espíritu Santo. Y fueron los concilios ecuménicos y, en los últimos tiempos, las definiciones dogmáticas las que las esclarecieron, más allá de que ya se encontraban in nuce en las primeras enseñanzas apostólicas. Es esto a lo que Newman llama el “desarrollo armónico de la doctrina cristiana”.
A partir del Vaticano II y del espíritu posterior que lo interpretó, la Iglesia se ató no ya a un desarrollo de la doctrina, sino a un progreso de la doctrina, cuya dynamis la proporciona no el Espíritu Santo, sino el espíritu del mundo. Y si alguien piensa que exagero, es cuestión de ver los intereses de los teólogos de más relumbrón que parlotean en el universo bergogliano: el sacerdocio a las mujeres y el cambio de la moral sexual en relación al matrimonio —lo cual ya se logró— y a la homosexualidad. Si la Iglesia cambiara su doctrina en estos asuntos, ¿podríamos hablar acaso de “desarrollo”? ¿Surgirían estas novedades movidas por el Espíritu de Dios? ¿Se encuentran escondidas en el Depósito de la fe? Evidentemente, no es el caso. Por eso mismo, la potencia o dynamis que impulsa estos cambios es la ideología del progreso que impuso el feminismo y el homosexualismo en el mundo y la Iglesia, atada a esa ideología, que es el nuevo espíritu que la mueve, corre a adaptarse a él. Aquí no hay desarrollo armónico; hay progreso suicida.
Volviendo a la pregunta inicial, creo que la gran mayoría de católicos son incapaces de ver el abismo al que nos están conduciendo nuestros pastores desde hace varias décadas, aun cuando el deterioro sea evidente, sencillamente porque la ideología del progreso inevitable y superador los ha atrapado, como atrapó a toda la cultura occidental. Y todos aquellos que se resisten a dejarse a atrapar por ella, son calificados de reaccionarios, o tradicionalistas, o fundamentalistas. Con eso es suficiente para confutarlos, silenciarlos e invisibilizarlos. No existen; son un puñado de locos.
La iglesia se ató al carro triunfal del espíritu del mundo. Y creo que el único Alejandro capaz de desatar ese nudo es Dios. Habrá que ver si utiliza el mismo método drástico que utilizó el Macedonio en Gordias.
Wanderer, yo aportaría otra causa, o concausa junto con las demás ya anotadas: a nadie le gusta pensar que se ha equivocado, y menos si debe reconocer que ha estado equivocado toda la vida, pongamos unos 50 o 60 años, pero lo mismo vale si son 40, 30 o 20. De modo que hay una resistencia interior a eso, inconsciente casi siempre, que yo creo que es el íncubo del liberalismo, la vacuna con la cual hemos sido todos inoculados.
ResponderEliminarEn los clérigos esto se hace desesperante, porque reconocer que han estado equivocados tantos años, y que incluso todo su ministerio "está mal", muchos tendrán la secreta intuición de que nunca debieran haber sido ordenados (y tendrían razón).
Sumado a las cosas que ya ha usted mencionado, se arman de una coraza impenetrable, que ni deja entrar la luz, ni les deja a ellos ver fuera de su burbuja.
Andreas. Son las dos tinieblas en las que hemos nacido por culpa del pecado original: la ignorancia (a la que alude el artículo) y el pecado (la soberbia a la que alude ud.)
EliminarSí, Don Pelayo, es perfecto su resumen.
EliminarEvidentemente ninguna de las causas que se puedan mencionar son nuevas, todas han existido en la historia de la humanidad desde Adán. Sólo que ahora la conjunción de las causas, su presencia férrea en la gran mayoría, y el cúmulo de injusticias no reparadas ("una injusticia no reparada es una cosa inmortal", decía Castellani) que aplasta a la humanidad, nos han llevado a una situación inédita, por su extensión y por su intensidad.
Hablando de Castellani, él dijo entre otras cosas que era muy probable que el estado de la Religión verdadera en tiempos de la Parusía sea el mismo que en tiempos de la Encarnación: es decir, la Religión verdadera sepultada por el fariseísmo, con toda su retahíla de preceptos humanos, trampas legales, hipocresía, crueldad y fanatismo, etc.
Brillante, es exactamente lo que dice Rafael Gambra en "El silencio de Dios"
ResponderEliminarEl mito del progreso ha destruido la capacidad de la intelección de la realidad en el hombre occidental; y eso especialmente después de Hegel.
EL devenir por encima del ser.
Gracias por su reflexión, debe ser por lo que usted dice: "la ideología del progreso inevitable y superador los ha atrapado, como atrapó a toda la cultura occidental", la razón por la cual los padres conciliares en la Constitución Sacrosanctum Concilium decidieron: "adaptar mejor a las necesidades de nuestro tiempo las instituciones que están sujetas a cambio" y para ello creyeron "que le corresponde (al Concilio) de un modo particular proveer a la reforma y al fomento de la Liturgia."
ResponderEliminarY al día de hoy, enceguecidos por esa ideología, son incapaces de ver que no se logró "acrecentar día en día entre los fieles la vida cristiana", que era el primer propósito de dicha reforma. Por el contrario, como decía ya Huysmans, estamos asistiendo a la abominación de la desolación en el lugar santo.
Mary Poppins
Permiso Wanderer ! Me he enterado y lo divulgó que el próximo jueves 1° de septiembre estará el P. Ramiro Sáenz en Buenos Aires y dará una conferencia sobre: "De las dos ciudades de San Agustín a la redención por la historia" (Teleogía de la historia y modernidad). Organizado por FORUM será a las 19.30 hs. en el Teatro de los Círculos Católicos de Obreros sito en Junín 1063, entre Av. Santa Fe y Charcas. El padre Ramiro ve lo evidente ...
ResponderEliminarEl p. Ramiro ve lo evidente y sin embargo traicionó a sus cofrades en San Rafael cuando fue el asunto del cierre del Seminario.
EliminarVenga, que hay muchos que ven hasta donde quieren ver, también.
Ve bastante, pero hay cosas evidentes que no las ve.
EliminarGRACIAS POR EL DATO!
EliminarEl padre Ramiro es justamente un sacerdote que no quiere ver lo evidente. O peor aún lo ve, calla y le hace el juego a quienes quieren terminar de finiquitar lo que ha quedado del clero sanrafaelino.
EliminarA Avopeac, a don Pelayo, al Anónimo de las 15.12 ... Por Dios ... !!! que "embromados" son ... más humildad ... no sé dan cuenta de quiénes estan en la misma trinchera ... !!!
EliminarDisculpe, Anónimo.
Eliminar¿Acaso la humildad es hacer la vista gorda ante las grandes traiciones, sólo porque la persona en cuestión gusta de posar como afín a los grupos tradicionalistas?
Estamos hartos de los conservadores que hacen el juego a la revolución, e impiden la restauración posible.
Disculpe Avopeac.
EliminarMe puede instruir, por favor, qué está haciendo Ud. concretamente para la "restauración posible" ? ... así podemos imitarlo ... gracias.
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ResponderEliminarEl Paraíso terrenal no era ni por lejos un lugar más santo que una iglesia donde está el Santísimo, vamos.
EliminarLa "abominación de la desolación" evidentemente se refiere a una perversión del culto supremo a Dios, es decir, de la Sagrada Eucaristía, y todo lo que la rodea.
Alasochoencasa...Me parece que su problema es ser autodidacta. Muy enrevesado lo suyo.
EliminarNo hay que filosofar mucho para saber cómo será la abominación de la desolación del futuro, porque tenemos un modelo muy claro de eso en el pasado.
EliminarCuando en los evangelios mencionan a la Abominación de la Desolación, hacen referencia a la Abominación de la Desolación del libro de Daniel, que a su vez hacía referencia la profanación del templo de Jerusalén por parte de Antíoco IV Epifanes para realizar sacrificios paganos a sus dioses ahí.
La abominación de la desolación del futuro tiene que ser algo parecido a eso. Tal vez con respecto a la misa, o tal vez algo igualmente grotesco que veamos en la Basílica de San Pedro, o tal vez simplemente que los judíos reconstruyan su templo y retomen los sacrificios, lo cual sería una abominación, y muchos cristianos protestantes creerían que ése es el templo de Dios.
Si el paraíso del que habla el concilio de Trento no es Edén, no sé cuál va a ser. Qué punto más accesorio para darle tanta importancia.
EliminarEl dilema era inevitable, una vez que la cultura dejó de ser cristiana: o reafirmar la identidad o adaptarse al mundo. Para lo primero se requiere básicamente fortaleza y fe.
ResponderEliminarYa sabemos qué se eligió.
Lo mejor de todo es que como el progresismo implica la negación progresiva de la noción de naturaleza humana y de toda tradición, estamos asistiendo a la regresión más espectacular de la Historia, que es acompañada de cerca por los primos progresistas cristianos. ¿Qué diferencia hay entre la diatriba en el 18 de Brumario de Marx contra la tradición, "la tradición de todas las generaciones muertas oprime el cerebro de los vivos" y las permanentes invectivas de Bergoglio contra el pasado? ¿Qué diferencia entre los cultos tellocentricos y la Pachamama? ¿Y la disolución sexual, ya no de las costumbres sino de los sexos mismos vista crecientemente con comprensión por eclesiásticos? Occidente se encamina a formar un conglomerado de tribus tatuadas y drogadas, poli y gino gámicas, de cientos de géneros, adorando un palo pintado. Realmente la Iglesia está desempeñando un papel simétricamente opuesto al fin del Imperio Romano.
ResponderEliminarMuy bueno, Wanderer. Algunos tienen que cuidarse de decir "todo lo nuevo es bueno". Otros tenemos que cuidarnos de decir "todo lo nuevo es malo".
ResponderEliminarExcelente reflexión esta que hoy nos plantea don Wander. Entre tantas verdades rescato esta que me parece esencial: "¿por qué son tan pocos los que ven lo evidente? ¿Por qué son tantos los que no ven la profundidad de la crisis y colaboran, con mayor o menor empeño, en continuar cavando el hoyo?"
ResponderEliminarCreo que a nadie escapa que la inmensa mayoría de los católicos del mundo se anota en el segundo grupo, esos que no ven la profundidad de la crisis y siguen cavando el hoyo. ¿Por qué?
La respuesta es sencilla, como bien dice el Evangelio, el espíritu está presto pero la carne es débil (Mateo 26:41). Todos queremos la salvación, pero la mayoría cree que igual se puede lograr estando bien con Dios y con el diablo. Es el drama que se ha desatado con mayor énfasis desde el Vaticano II.
La gente quiere disfrutar los placeres del mundo y cree que el Evangelio se puede acomodar a los tiempos que vivimos. La semilla cayó entre las piedras y no echó raíces, con el primer sol se secó. Los que piensan así son legión.
Hoy es la fiesta de San Juan Bautista, mártir de la fe. Hoy los mártires no son bien vistos porque no eran tolerantes. Juan el Bautista pudo salvar su vida y hasta lograr un puesto encumbrado, Herodes lo admiraba, ¿por qué esa fijación con Herodías, la mujer de su hermano con la cual se había casado y que al final lo llevó a la muerte?
Juan el Bautista no es un buen ejemplo para los católicos de hoy, tolerantes con el aborto, la homosexualidad, la ideología de género, el colectivo LGTB y tantas cosas más. El mundo ha evolucionado, dicen, las cosas ya no son como hace dos mil años, es preciso ir al diálogo con los no católicos. Y eso es lo que piensa la mayoría de los obispos, todos ellos tolerantes y amigos del diálogo con los poderosos de turno.
Ese es el panorama que pinta hoy y que primará de cara al Sínodo de la Sinodalidad que el Papa inaugurará en Roma en octubre de 2023; mucho diálogo y mucha misericordia con los enemigos de Dios y de la Iglesia y mucho látigo para los intolerantes como San Juan Bautista, culpables de todos los males que hoy vive la Iglesia. ¿Qué saldrá de todo esto? Un cisma gigantesco, por supuesto, y ese sólo será el principio de los dolores que vendrán después. ¿Alguien espera otra cosa?
Habrá que ver para creer, falta poco, de Dios no se burla nadie.
Recién escribí un comentario que por error salió como anónimo, creo que de las 4:55.
ResponderEliminarEl gran pecado de hoy es la apostasía, la pérdida de la fe que nos traerá el castigo y la purificación, único remedio para tanta hipocresía, un final que estaba escrito y cuya incógnita era la fecha que nadie conocía.
Hoy ya la conocemos, es aquí y ahora, y es la respuesta a las preguntas de don Wander: "¿por qué son tan pocos los que ven lo evidente? ¿por qué son tantos los que no ven la profundidad de la crisis y colaboran, con mayor o menor empeño, en continuar cavando el hoyo?
Estamos a las puertas de grandes acontecimientos y la inmensa mayoría se niega a verlos. Faltan otros 2000 años, dicen, o 10000. No quieren que sea ahora. El mundo todavía ofrece mucho para disfrutar. Un poco más y verán qué era lo que esperaban disfrutar.
Está todo dicho y hace bien en recordarlo don Wanderer: "Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y NO ENTENDIERON hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre."S. Mateo 24:38-39.
ResponderEliminarPrimero lo que ocurrió es que Galileo sacó a la tierra del centro del universo y la colocó en un rincón poco significativo. Luego Darwin sacó al hombre del centro de la creación y lo convirtió en un eslabón más de una cadena que comienza en el ARN primitivo y está formada por organismos que seguirán evolucionando mientras haya vida. Luego Freud y las ciencias del comportamiento sacaron a la conciencia racional del centro de la mente. Si hay infinidad de condicionantes de la conducta, desde las hormonas a los traumas infantiles, dónde están la libertad y el pecado, p.ej. en el caso de tener una cierta tendencia sexual. También, la ciencia económica nos enseña que ciertos comportamientos inmorales como la avaricia, adecuadamente encauzados, llevan a que la sociedad tenga menos pobres en vez de más, es decir cierto grado de psicopatía es funcional al progreso humano.
ResponderEliminarFrente a este desmantelamiento del pensamiento místico medieval el hombre moderno se ha vuelto furiosamente práctico, como dicen los políticos, quiere una religión que "resuelva los problemas de la gente". ¿Jesucristo y su doctrina, resuelven los problemas de la gente? No, todo queda para después, aquí y ahora valle de lágrimas, cargar la cruz y aguantar. Bueno, eso ahora no interesa, el progreso trajo abundancia de bienes y servicios, no para todos, pero aun así el más indigente tiene a su alcance una alimentación y tratamientos médicos que ni el más encumbrado rey medieval podría ni soñar y, sobre todo, tiene esperanza de alcanzar un nivel de consumo en esta vida que le dé alguna parte de la felicidad global.
La Iglesia sabe que si quiere vender tiene que ofrecer una religión que dé soluciones a la gente que se quiere divorciar, controlar su natalidad, vivir su sexualidad etc. Y está en proceso de elaborar este nuevo producto, que se resume en una espiritualidad que le permita al hombre gozar de esta vida y simultáneamente, con mínimos requisitos, esperar una continuación luego de la inoportuna muerte.
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EliminarLo paradójico es que una religión mística sería más funcional al progreso que la religión practicista que nos han enchufado.
EliminarYa lo decía Chesterton, cuando las cosas andan mal es necesario el místico, no el hombre de acción.
Lo de que el mayor indigente de hoy en día tiene a su alcance alimentos y medicamentos que no lograría ni un rey medieval es una verdadera simpleza. La mitad de la población mundial vive en condiciones de indigencia extrema o cercana a ello. Por lo demás, los indigentes medievales también tenían a su alcance mejores medios materiales que los faraones y eso no es lo que justifica a la edad media frente a la del Bronce. El progreso técnico ha sido, con muy escasas excepciones, la constante de la historia de la humanidad. Nada tiene que ver con el modernismo, que es corriente filosófica.
EliminarTampoco conviene confundir la ciencia con el método científico. Este último no está para responder a las grandes preguntas del hombre, y pretenderse apoyar en él para crear una filosofía materialista y atea es totalmente falaz. Es una herramienta que no está pensada para eso.
Hace poco más de cien años había místicos en el cristianismo. La combinación de prosperidad material y filosofía liberal-hedonista es la que ha provocado la pérdida de la fe. Pero en el fondo esto no es más Epulón actualizado.
Por cierto, Galileo vivió y murió como católico
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EliminarExcelente!
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ResponderEliminarEstimado Alasocho, le agradezco el elogio, pero en realidad yo no soy más que un discípulo bastante malo de muchos maestros.
EliminarAlsocho, esos que usted ha nombrado no fueron "autodidactas", sino discípulos del Maestro interior.
EliminarIgual el asunto no pasa por ser enseñado o enseñarse a sí mismo (aunque pongo en duda esto último), sino en qué se aprende.
El problema de los autodidactas es que suelen tener un maestro bastante estúpido.
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EliminarQue usted crea que hablar del "Maestro interior" es newage lo retrata entero, Alasocho.
EliminarEstimado alasocho: usted está disfrazando de misticismo una confusión conceptual profunda. Mezcla papas con bananas, y quiere hacer ensalada. Quiere hacer de Galileo "el padre de la Ciencia", le hace decir cosas que no dijo, se mete con Trento. Bah, una paparruchada total.
EliminarDeje de decir pavadas, y sobre todo deje de creer que son producto de su santidad. Son producto de su ignorancia y posiblemente de su aversión a los libros.
Y por las dudas, llamar "maestro interior" al Espíritu Santo es lo más común del mundo, desde tiempos patrísticos acá.
G.
Alasocho: mejor hágale honor a su NIck y quédese en casa. No salga a internetear al divino botón. El Gran Hermano
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EliminarAlasocho, hágase un favor y deje de escribir.
EliminarCada vez que lo hace confunde más.
En serio. Debe usted repasar bien los sus fundamentos.
Si vamos a dejar de usar palabras por haber sido apropiadas por doctrinas erróneas, directamente tendríamos que dejar de hablar del todo o inventar un lenguaje por completo desconectado de todos los lenguajes existentes, cosa imposible. La expresión "maestro interior" es perfectamente ortodoxa, que se pudran los sectarios. Los Padres de la Iglesia no han quedado olvidados, qué dice, hombre, ¿no se da cuenta que escribir eso es ponerse en ridículo?
Usted considera a Galileo el "padre de la ciencia" porque " fue la primera persona que fue capaz de enunciar una ley física en clave matemática, con solo fórmulas". Con eso demuestra que no sabe qué es la ciencia, o que tiene de ella un concepto moderno, reduccionista. Usted está infectado por el matematicismo y el positivismo científico. Se ve que no sabe nada o muy poco de buena filosofía.
"Tengo una profunda y total aversión a los libros que no son inspirados, y por tanto no los leo. Desde hace más de veinte años, solo leo a los místicos." Válgame Dios, y no se da cuenta de la contradicción. Aclare qué entiende usted por "inspirados", pues equiparar la inspiración de la Sagrada Escritura con la de los místicos (y qué místicos, además) es una cosa de locos que los místicos rechazarían como demencia. Además los místicos no pueden leerse sin una buena base de filosofía y un acompañamiento de buena teología, pues el lenguaje de los místicos es con frecuencia oscuro, confuso, y varios de ellos eran casi analfabetos, así que de su lectura imprudente puede sacarse, y se han sacado, disparates y herejías, hasta blasfemias. Leer a los místicos no es para todos, mal que les pese a tantos que creen que empacharse de "lectura espiritual" es el mejor camino.
En su último párrafo parece que se atribuye una capacidad de discernimiento poco menos que milagrosa, un carisma extraordinario que, si fuera verdadero, haría de usted poco menos que uno de los Dos Testigos que han de venir antes de la Parusía. Lo dudo mucho.
Alasochoencasa...no me refiero a la santidad, sino a la estructura intelectual. Esa estructura sólo lo da el estudio de los maestros. Y el que estudia y se educa puede pasar a ser un maestro o un mero repetidor pero no tiene nada que ver con "copia y pega"
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EliminarAlasocho, hombre, de modo que su defensa es "sé qué es un místico y quién es un místico y comprendo a los místicos como nadie porque yo soy místico, y sé que soy místico porque sé qué y quién es un místico y comprendo a los místicos como nadie porque soy místico"... y ha recibido usted una "iluminación".
EliminarVaya rollo.
Y luego dice que hay que hablar inequívocamente.
Nada más.
Nomás agregar que su caso, Alasocho, es un ejemplo claro del daño del antiintelectualismo "tradicional" herencia de la devotio moderna, muy presente en el Kempis a pesar de todas sus virtudes.
EliminarY ya que menciona a San Agustín, vea si el Doctor de Hipona dejó la filosofía cuando se convirtió, o al contrario, se sirvió de ella para creer mejor y evangelizar.
Si usted fuera un místico verdadero, no estaría comentando aquí, en fin, pues los místicos no se meten en menudencias.
Eliminar"¿Entendió la mujer adúltera el consejo que Jesús le dio, ese de “vete y no peques más”? Me temo que no" No me diga.
Magical mystical tour
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EliminarLa tesis central desarrollada en este libro sostiene que la novedad considerada como valor se niega a sí misma, y, en consecuencia, un mundo fundado sobre el valor de lo nuevo, un mundo que tiene la novedad como supremo valor, acaba, necesariamente, en alguna forma de nihilismo. Estos diez ensayos rastrean la lógica de lo nuevo y la evolución de nuestra cultura hacia el nihilismo en diferentes autores y obras, desde Dante a Leopardi, desde las primeras vanguardias hasta la poesía argentina de los años '90. «…la novedad considerada como valor destruye todo otro valor, ya que el valor se convierte en tal solamente por el hecho de ser nuevo. Así, no se puede decir que un poema es perfecto, bien construido, bello, pues ni la belleza, ni la construcción, ni la perfección son valores nuevos. En todo caso, hay que buscar una belleza, una perfección, una construcción aún desconocidas (es decir, nuevas); y aquí se cae en otra paradoja, pues si esos valores son aún desconocidos no se los puede utilizar como criterio de juicio. Armar, por ejemplo, que un poema es bello de una belleza desconocida implica formular una proposición que se destruye a sí misma». «Si "lo moderno es el fin de la ilusión antigua", entonces podemos decir que nuestra época estaría signada por la ilusión de haber creído que los valores descubiertos y formulados en el pasado fueron ilusorios». Del libro "Las paradojas de la novedad" (2018), de Mariano Pérez Carrasco.
ResponderEliminar"Mi pueblo perece por falta de conocimiento"
ResponderEliminarParafraseando a Gómez Dávila, no sentir la putrefacción en la Iglesia es indicio de contagio. (expresión del nombrado: «no sentir la putrefacción del mundo es indicio de contagio»). También escribió el colombiano: En el seno de la Iglesia actual, son "integristas" los que no han entendido que el cristianismo necesita una nueva teología y "progresistas" los que no han entendido que la nueva teología tiene que ser cristiana.
ResponderEliminarGracias don "Alasochoencasa" por sus palabras y gracias "Wanderer" por darle espacio a este ilustre comentador. Voy a leer su blog. Gracias por su ejemplar serenidad para contestar a sus impugnadores.
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EliminarEl Evangelio habla de Reino de Dios, conversión. Salvación,. Alma. ...
ResponderEliminarCreo que eso es lo importante
No sé si es un off topic absoluto o algo tiene que ver con la polémica a partir de los comentarios de Alasocho. Pero leyéndola recordé este, a mi parecer, formidable texto del P. Pinckaers en su Las fuentes de la moral cristiana:
ResponderEliminar“Para santo Tomás como para los Padres, las relaciones que la naturaleza establece entre los hombres y con los seres del universo son una prolongación y una participación de los vínculos, que cabría denominar sobrenaturales, que unen al hombre con Dios como con la fuente de su naturaleza y de su ser por la sabiduría y el amor creadores. Por ello el hombre experimenta un amor natural hacia Dios y un deseo de conocerlo, tan primitivos que vencen al amor espontáneo a sí mismo, y decimos esto sin tener en cuenta la influencia del pecado. El primer mandamiento corresponde, por tanto, a una inclinación supremamente natural en el corazón y en el espíritu del hombre. La caridad, lejos de suplantar estas aspiraciones, las retomará, las librará del pecado y las asumirá para procurarles un cumplimiento que sobrepase la naturaleza creada. La caridad forma entre el hombre y Dios unos lazos supremamente naturales con una participación directa en la espontaneidad y en la sabiduría del Espíritu Santo. Estas relaciones son rotas completamente por el nominalismo.”
Por si alguien tiene interés en indagar, aquí dejo el enlace al libro citado:
Eliminarhttps://traditio-op.org/biblioteca/Pinckaers/Las_Fuentes_de_la_Moral_Cristiana,_Fr._Servais_Pinckaers_OP.pdf
Gracias Don Anonimo! Me lo descargue...
EliminarLa captura de la mentalidad contemporánea por parte de la ideología del progreso es evidente también en otro plano, en sí estrictamente temporal, pero que viene a cuento mencionar como comentario de este artículo porque es muy probable que en el corto plazo la realidad física propine un golpe a la sociedad contemporánea en ese plano que la sacará de su estupor progresista en ese plano y en los otros.
ResponderEliminarEl plano en cuestión es el de la energía que la sociedad contemporánea requiere para funcionar, y el inminente golpe de la realidad NO es el cambio climático sino el resultante de la conjunción de los siguientes hechos:
1. Desde hace aprox. 200 años la civilizacion se hizo cada vez mas dependiente fisicamente de los combustibles fósiles - primero el carbón, luego el petróleo y finalmente el gas natural - para sus funciones básicas.
2. La cantidad extraible de esos combustibles (y también de uranio) es finita.
3. Las fuentes renovables de energía (solar, eólica) no pueden cuantitativamente reemplazar a los combustibles fosiles GLOBALMENTE en un grado importante.
Por un tiempo es probable que muchos conserven su fe en el progreso y echen la culpa de la escasez de energía a Putin, o a las sanciones a Rusia, o a la falta de inversion en mineria de combustibles fósiles por culpa de la falsa ideología del cambio climático, o a una combinacion de los anteriores. Pero el punto es que esos factores pueden haber adelantado a lo sumo unos pocos años los inevitables pico (peak en Chile) y subsiguiente descenso en la cantidad extraida anualmente de combustibles fosiles.
Si alguien cree que con fuentes renovables se podrá generar toda la energía electrica que hoy se genera con combustibles fosiles para los usos presentes de energía electrica MAS la energía electrica para los nuevos usos, incluyendo la nueva flota de autos electricos, tiene muy serios problemas con la matemática y la física. Y si cree que hay materiales en cantidad suficiente para construir dicha flota, tiene tambien problemas con la geología.
..."Desde hace aprox. 200 años la civilizacion se hizo cada vez mas dependiente fisicamente de los combustibles fósiles"...
EliminarYo diría más bien que desde hace aprox. 200 años la civilización cambió y dejó de ser lo que había habido desde la llamada "revolución neolítica" para ser otra cosa muy distinta: la civilización industrial o capitalista que a su vez ha evolucionado en la "civilización del consumo".
Si esto ha traído cambios positivos, como oportunidades laborales, también ha traído la deshumanización de la sociedad, el rompimiento de las familias, el alejamiento de Dios, las prisas... y reacciones naturales, como la envidia del comunismo.
"El lenguaje debe ser unívoco", dice el Místico. Bue.
ResponderEliminarG.