Ya no lo decimos solamente nosotros desde este blog. Lo dice el cardenal Müller:
El cardenal Gerhard Müller, ex titular de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), tuvo la amabilidad de facilitar a LifeSite una copia de sus reflexiones sobre la reforma de la Curia que se está aplicando mediante el documento papal Praedicate Evangelium, firmado por el papa Francisco el 19 de marzo. Müller tenía la intención de presentar su declaración al Consistorio de cardenales que se reunió a finales de agosto en Roma, pero debido al limitado tiempo asignado para hablar en la reunión, no pudo entregarla.
En su declaración, el cardenal alemán, que fue destituido por el Papa Francisco de forma repentina en junio de 2017, deja claro que ve una tendencia preocupante que se está produciendo actualmente en la Iglesia. Se opone al fuerte papalismo que socava la autoridad de la enseñanza sacramental de cada obispo individual, y también al debilitamiento del oficio y la autoridad de los ministros ordenados al delegar en los laicos los puestos de liderazgo en la Curia Romana y en las diócesis.
"No es un progreso en la eclesiología", escribió, "sino una flagrante contradicción con sus principios fundamentales, si toda la jurisdicción en la Iglesia se deduce de la primacía jurisdiccional del Papa. También la gran verborrea del ministerio, la sinodalidad y la subsidiariedad no puede ocultar la regresión a una concepción teocrática del papado."
El prelado alemán insistió en que la autoridad del Papa se basa en que Cristo mismo le ha dado la autoridad, y nadie más. "Pedro actúa con la autoridad de Cristo como su Vicario. Su autoridad para atar y desatar no es una participación en la Omnipotencia de Dios", insistió Müller. Continúa diciendo que "la autoridad apostólica del Papa y de los obispos no es de derecho propio, sino sólo un poder espiritual conferido para servir a la salvación de las almas mediante el anuncio del Evangelio, la mediación sacramental de la gracia y la dirección pastoral del Pueblo de Dios peregrino hacia la meta de la vida eterna."
Es decir, la autoridad del Papa está vinculada y limitada por su deber de conducir a las almas a la salvación del modo en que Cristo mismo lo ha ordenado. No es independiente del mandato de Cristo.
Por lo tanto, "una Iglesia totalmente obsesionada con el Papa ha sido y es siempre la caricatura de la 'enseñanza católica sobre la institución, la perpetuidad, el significado y la razón del sagrado primado del Romano Pontífice'", explicó el cardenal.
Basándose en el principio relativo a los límites de la autoridad del Papa, el cardenal Müller deja claro que el Papa no puede cambiar el orden jerárquico y sacramental de la Iglesia nombrando a laicos como jefes de una diócesis o de una curia. "El Papa tampoco puede conferir a ningún laico de forma extrasacramental -es decir, en un acto formal y legal- el poder de jurisdicción en una diócesis o en la curia romana, para que los obispos o sacerdotes actúen en su nombre", escribió el prelado.
La publicación de esta declaración del cardenal Müller es la segunda intervención de un cardenal que no pudo pronunciarse en el reciente Consistorio. El cardenal alemán Walter Brandmüller, historiador de la Iglesia, tampoco pudo pronunciar sus palabras, por lo que Sandro Magister las publicó en su blog. En esta intervención, el cardenal Brandmüller lamentó que bajo el pontificado del papa Francisco la libre discusión de los cardenales con el Papa haya dejado esencialmente de existir. "En la antigüedad esta función de los cardenales encontraba una expresión simbólica y ceremonial en el rito de la 'aperitio oris', de abrir la boca", escribió el cardenal, que significa "el deber de expresar con franqueza la propia convicción, el propio consejo, especialmente en el consistorio." Luego añadió que esta necesaria franqueza "está siendo sustituida por un extraño silencio".
Por ello, el prelado alemán consideró que los consistorios bajo el Papa Francisco son poco eficaces y útiles. "Se distribuyen formularios para solicitar un tiempo de intervención, seguido de comentarios obviamente espontáneos sobre cualquier tipo de tema, y eso es todo", describió los consistorios pasados. "Nunca ha habido un debate, un intercambio de argumentos sobre un tema concreto. Obviamente, un procedimiento completamente inútil".
El último Consistorio en el que los cardenales de la Iglesia católica aún pudieron hablar libremente fue el de 2014, en el que el papa Francisco invitó al cardenal Walter Kasper a presentar su propuesta sobre la admisión de los divorciados vueltos a casar a la Sagrada Comunión. Como informó entonces el vaticanista italiano Marco Tosatti, un gran número de cardenales se opuso a la iniciativa del Papa Francisco. Desde entonces, el pontífice argentino no volvió a permitir que se surgiera una discusión libre durante un Consistorio. Estos dos cardenales alemanes son dignos de elogio por asegurarse de que esa discusión parcial pueda tener lugar en público ahora.
Don Wander:
ResponderEliminar“En su declaración, el cardenal alemán, que fue destituido por el Papa Francisco de forma repentina en junio de 2017, deja claro que ve una tendencia preocupante que se está produciendo actualmente en la Iglesia. Se opone al fuerte papalismo que socava la autoridad de la enseñanza sacramental década obispo individual, y también al debilitamiento del oficio y la autoridad de los ministros ordenados al delegar en los laicos los puntos de liderazgo en la Curia Romana y en las diócesis” (Cardenal Müller).
Tiempos raros estos. Tiempo atrás, se veía en la figura del Papa a la inamovible piedra angular sobre la que se apoyaba la fe de toda la Iglesia. Hoy, es el mismo Papa, el que, acaso para sortear el disenso de otros con autoridad episcopal, apela al testimonio del laico para hacer lo que quiere hacer. Y en opinión del cardenal Müller, ése no parece ser el mejor camino para corregir el rumbo de la Iglesia, pues, no se trata de dar ciego cumplimiento a la voluntad de los hombres, sino, de responder fielmente y de la mejor manera posible a la sabia voluntad del Señor: “la voluntad del Papa -sigue diciendo Müller- está vinculada y limitada por su deber de conducir a las almas a la salvación del modo en que Cristo mismo lo ha ordenado. No es independiente del mandato de Cristo”.
¡Señor guía a tu Iglesia! ¡Alabado sea Jesucristo!
Francisco fue enviado por Dios para acabar con la pantomima conservadora y poner blanco sobre negro los problemas eclesiales escondidos bajo la alfombra por tanto tiempo ya.
ResponderEliminarEnhorabuena por el Cardenal Müller y los demás que levanten su voz contra el hiperpapalismo.
No es el único problema, pero es uno de los principales.
La historia es maestra para comprender los aparentes escándalos de este papa. Y la historia de la Iglesia es maestra de escándalos que nos advierten que no todo tiempo pasado fue mejor. Una breve referencia, y la historia de la iglesia latina está llena de datos y hechos escandalosos en lo que atañe la vida de los papas y del clero. Tenemos la tendencia de juzgar los tiempos actuales como si el papado romano a partir del siglo XI no estuviera lleno de escándalos. Recordemos por ejemplo como las asignaciones eclesiásticas en el siglo XI dependían estrechamente de la influencia de señores feudales y reyes en la determinación de los cargos religiosos. El siglo XI en occidente fue el dominio de determinadas familias. Benedicto VIII y Juan XIX eran hermanos de los condes de la familia <> (el dato lo tengo en inglés). Benedicto XIX llegó al papado a la edad no canónica de los doce años, reemplazando a su primo Juan XIX. Fueron tiempos en que el papado se trasmitió por línea hereditaria. El periodo entre el año 900 y 1050, la iglesia latina 35 papas, con un promedio de 4 años. Contrasta este dato, con los 15 patriarca que tuvo la iglesia de Constantinopla. Por aquellos días, cosa sorprendente, la iglesia de Roma tenía serios problemas con los monarcas de Alemania, y con los jerarcas de alemanes!. Los papas, caso de del papa Juan XII, eran vasallos de los monarcas, es el caso de Juan XII, de Otro I. Hoy Francisco es vasallo de la ONU y de la agenda globalista. Lo que todos los escándalos que vive Roma y que de manera tan sistemática y rigurosa de recogen en este blog, nos lleva siempre al mismo denominador: el papado, como problema central de la iglesia romana. Un papado que se ha distorsionado con los siglos y que no guarda ninguna relación con el mensaje evangélico. Theodidacta
ResponderEliminarPara corregir las imprecisiones del comentario:
Eliminarhttps://ec.aciprensa.com/wiki/Papa_Benedicto_IX
Alguien sabe qué es la Ecoparroquia que Colombo visitó en Mendoza?
ResponderEliminarAcá lo explica un cura: https://youtu.be/pkm4OptEK3c
EliminarGracias.
EliminarVi el vídeo. Un mamarracho
EliminarEstoy plenamente de acuerdo con lo que dice Müller, "Pedro actúa con la autoridad de Cristo como su Vicario, (pero) su autoridad para atar y desatar no es una participación en la Omnipotencia de Dios".
ResponderEliminarPor tal motivo, con buen criterio Müller marca todas las cosas que Francisco no debería hacer. El problema es que Francisco igual las hace. ¿Entonces qué? ¿Alcanza con señalar lo malo que hace el Papa? ¿Con eso el Cardenal puede dormir tranquilo porque ya cumplió con su deber de denunciar lo que el Papa no debería hacer?
Creo que está muy bien lo que denuncia Müller, pero me parece que con eso no arreglamos nada, Francisco sigue haciendo un zafarrancho de la doctrina y todos se quedan en el molde. ¿Hasta cuándo?
¿Qué pasará en el Sínodo del año que viene cuando los obispos alemanes pongan sobre la mesa todas las herejías que llevarán prolijamente escondidas en un portafolios para que la Iglesia las adopte como propias? Lo más probable es que Francisco las pondrá a votación, y si la mayoría de los obispos está de acuerdo, él no tendrá ningún problema en firmar todo porque se lavará las manos como Poncio Pilato. ¿Qué harán entonces Müller, Burke, Bradmüller y todos los buenos aunque pocos obispos y cardenales que gracias a Dios todavía nos quedan?
No es hora de mirar para otro lado, debemos darnos cuenta que se nos viene encima un espantoso alud de piedras y barro bajando de la montaña y que pronto arrasará con todo lo poco que todavía queda en pie.
El futuro de la Iglesia de Cristo dependerá entonces de la actitud valiente de estos pocos obispos y cardenales que todavía quedan para defenderla.
Los fieles estamos mirando a esos pocos pastores buenos a ver qué hacen ante la jauría de lobos que se apresta a devorar a las ovejas. ¿Los buenos huirán como mercenarios o darán la vida por ellas? No hay tiempo que perder, alguno de ellos tendrá que hacer punta y gritarlo con voz potente. Y más vale que sea pronto porque el tiempo se acaba.
Pienso que el Papado siempre ha sido un problema en la Iglesia, empezando por Pedro que recibe las llaves y un minuto después Jesús le dice apártate Satanás, pasando por las negaciones, la corrección de Pablo en Galatas, etc. Para no hablar de la historia de los Papas...Siempre dando problemas, parece que es más lo malo que lo bueno. Quizás esa era la Idea desde un principio, hacer una institución tan pecadora (que no lo digo yo, lo dijo Pedro: "apártate de mi...") que se evidenciara que el sostenimiento del tinglado solo podía ser obra del Espíritu Santo.
ResponderEliminarEl papado no es el problema, sino los papas. Se supone que deberia llegar al papado, gente santa, preparada, con mucha fe y humildad, pero resulta que llegan trepas.
EliminarEl poder corrompe y el poder eclesiástico también.