lunes, 10 de julio de 2023

Sobre la pastoral de la diversidad sexual

 


Me llegó un largo comentario que aquí publico como artículo. Para pensar. 


Estimado Wanderer,

Soy sacerdote de la Arquidiócesis de Nueva York. Siempre leo tu blog, como lo hacen muchos amigos sacerdotes, y quiero agradecerte por los servicios que prestas a la Iglesia. Dios te recompensará.

Sin embargo, quiero hacer una corrección, no tanto a usted, sino a algunos de sus comentaristas que, me parece, no hacen las distinciones necesarias cuando se trata del tema del "ministro de la diversidad sexual", y se cometen grandes injusticias. Usted sabrá si es apropiado publicar este comentario.

Dejo completamente fuera los casos de personas homosexuales que tienen esta inclinación por elección. Estas son personas que están aburridas de las relaciones sexuales convencionales, heterosexuales y están buscando nuevas experiencias. O las feministas que, porque odian tanto a los hombres, se convierten en lesbianas. No se puede decir mucho de estos casos.

Pero hay otros casos, quizás más numerosos, de personas que no eligieron esta condición. Cuando comenzó su despertar sexual, comenzaron a ser atraídos por personas del mismo sexo. Hay varias teorías sobre las causas y no soy un experto. Lo que es seguro es que es un problema de identificación de roles en la primera infancia: en resumen, la madre se apropia del niño y el padre no le enseña a ser varón. A medida que el niño crece y comienza a interactuar con sus compañeros, se siente alienado del mundo de los varones y se genera curiosidad sobre este mundo al que no siente pertenecer, aunque debería por su sexo. En la pubertad, esta curiosidad se convierte en atracción sexual: le atraen los varones por lo que él no es y debería serlo. Es una combinación de vergüenza y pérdida de apego que acompaña sus vidas; una cruz pesada.

Esto siempre ha existido en la humanidad porque el pecado original ha afectado a toda nuestra naturaleza. Pero hoy se acentúa a niveles altísimos. Y eso tiene sentido: las familias, incluso las más católicas, a menudo son disfuncionales, y en un mundo hiper-sexualizado, lo que podría haber sido una predisposición rápidamente se convierte en realidad.

En estos casos, como usted comprenderá, ni ayer ni hoy hay responsabilidad por parte de la persona. Un número de factores se juntaron y sucedió, como tantas situaciones infelices, tantas enfermedades, tantos accidentes. Y también, por alguna razón misteriosa, Dios lo permitió suceder. 

Muchos de estos adolescentes, jóvenes y adultos con tendencia homosexual son católicos sinceros que sinceramente quieren vivir una vida cristiana, y es muy doloroso e injusto para ellos ver a sus hermanos burlándose de ellos, lastimándolos y rechazándolos. Esto no es cristiano. La Iglesia debe guiar a estos hermanos y hermanas. Y no hablo de personas que llevan vidas sexuales desordenadas; estoy hablando de católicos prácticos y piadosos, que viven castamente y, sin embargo, sienten permanentemente el juicio y la reprensión de sus hermanos.

Insisto. La Iglesia debe acompañarlos. Aquí en Nueva York, el padre John Harvey fundó Courage International en 1980, que todavía existe en varias partes del mundo. Como su nombre lo sugiere, valentía o coraje, allí se busca ayudar a las personas con tendencias homosexuales a vivir castamente en un mundo que busca por todos los medios sumergirlas en la miseria del pecado y la muerte. Esto se hace en parte al aconsejarles, dándoles oportunidades de hacer amistades para ayudarles a llevar su cruz. Y los resultados son muy buenos. Todo lo que tienes que hacer es leer los testimonios.

El problema es que en la misma época, muchos sacerdotes católicos comenzaron un enfoque pastoral diferente. Esta es la teología de Marciano Vidal, James Martin, el obispo Tucho Fernández y, temo, la del Papa Francisco también. La teoría del gradualismo: porque la vida de castidad y continencia exigida de los homosexuales es un ideal muy alto, no podemos esperar que se logre de inmediato. Debe ser un viaje gradual: primero debe apartarse de una vida promiscua y desordenada y enamorarse de alguien a quien serle fiel, de una manera similar al matrimonio; tener una pareja. Entonces, con el tiempo, se verá si pueden alcanzar el ideal de continencia total. 

Esto es lo que la mayoría de los seminarios católicos han estado enseñando durante décadas, y por lo tanto la bendición de las parejas homosexuales, que también se ha hecho discretamente durante decenios, es el resultado más lógico de esta moralidad gradualista.

Por lo tanto, creo que todos los buenos católicos deben oponerse a este enfoque pastoral gradualista a la diversidad sexual. Oposición cerrada a esta pastoral. Pero eso no significa que la Iglesia, los sacerdotes y los laicos adopten un comportamiento de rechazo, ridiculización y crueldad hacia sus hermanos y hermanas que sufren de la cruz de la homosexualidad. También ellos deben ser guiados y ayudados en la respuesta del Evangelio: la vida de la virtud, que es, en última instancia, vida de libertad para los hijos de Dios, porque es vida de liberación del pecado y de la muerte. 

Espero que usted y sus estimados comentaristas no interpreten mal estas palabras de mi experiencia pastoral.

Que Dios os bendiga a todos.

Fr. Hugh


15 comentarios:

  1. Pues es una verdad de perogrullo, ¿no?
    Aunque tal vez no viene mal un recordatorio, porque pertenece a esas verdades de sentido común que hoy es el menos común de los sentidos.
    De paso, ayuda a darse cuenta del terrible daño que provocan los malditos herejes como James Martin (por nombrar al actualmente más representativo): no sólo tuercen la doctrina, sino que eso tortura a las almas que se esfuerzan en la virtud. Rendirán cuentas por eso. Y también todos los mentecatos que no se levantan virilmente a defender la Fe y las almas, teniendo el oficio, el deber, y sobre todo la gracia de estado para hacerlo. Y no podrán decir que "estaban esperando la oportunidad" de oponerse sin ser perseguidos.

    ResponderEliminar
  2. Tiene toda la razón el hombre. Hoy la homosexualidad es una epidemia, pluricausal, imposible ubicar su génesis en una o dos razones. A eso hay que sumarle la enorme propaganda ideológica, que ha hecho mucho daño en especial en las mujeres, y la pornografía que por si sóla puede llevar a un varon por ese camino. Pero me parece necesario hacer una distinción conceptual. No es cierto que la "homosexualidad" existiera desde siempre. Lo que ha existido siempre es la actividad sexual entre varones y entre mujeres; el mismo San Pablo lo cita. Pero siempre se ha tratado de una actividad que hacían varones y mujeres entre ellos; se miraba de la cintura para abajo. Hasta que un pícaro, a fines del siglo XIX, inventó los entonces neologismos "homosexual" y "heterosexual". A partir de allí no se mirá más de la cintura para abajo, esto es el "qué", y se empezó a mirar al rostro del "quién". De allí aparece, compasión y otras yerbas mediante, la calidad de "enfermedad" que calificó al ser humano con actividad sexual con el mismo sexo -o simplemente AMS (atracción al mismo sexo)- como un enfermo y estuvo en lista de patologías psiquiátricas hasta la década del 70, cuando fue retirada por presiones de activistas. Luego surgen las justificaciones genéticas, el "ser" así al "Dios te hizo así" y otras similares. Por eso es importante distinguir entre AMS y el -o la- homosexual activo. Padecer AMS no es pecado de ninguna manera, sólo la actividad sexual. Ahora bien, y aquí hay algo importante, si por "homosexual" se entiende no sólo al que tiene AMS sino también al activo, es un grosero error en algunas Biblias más modernas el haber cambiado "sodomita" por "homosexual" ya que este último incluye a quienes tienen AMS pero no son activos y por ende no son pecadores camino a la perdición. En Courage saben mucho de esto. En lo coloquial es "homosexual" tanto quien tiene AMS como el activo por eso esas biblias debieron ser cuestionadas y obligarlas a volver a "sodomita", término que se entiende perfectamente. Para alguien que tiene AMS hoy y quiere mantenerse fiel a Cristo, la postura de los Martin y Cía, que incluye -parece evidente- al Santo Padre, los deja fuera del rebaño y menosprecia, ya que ni se los tiene en cuenta, tal como los que no son heterodoxos doctrinales. A los homosexuales activos, todo el cariño, a los otros, verdaderos héroes castos quizás, ni se los menciona. En fin, tiempos recios. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué tontera decir que hasta fines del siglo XIX la actividad sexual entre gente del mismo sexo era única y exlcusivamente genitalidad hasta que a alguien se le ocurrió plantear un neologismo. Basta con haber leído un poquito sobre la antigüedad para darse cuenta que había tanto genitalidad (promiscuidad) como afectividad. El emperador romano Trajano tuvo su amante varón que era mucho más que un ser humano con el que tenía relaciones sexuales.
      Decir que un homosexual sólo mantiene relaciones sexuales por pura genitalidad y desprendido necesariamente de toda afectividad es ante todo irrazonable.

      Eliminar
    2. Lo de Pampeano no se sostiene de ninguna manera. En la literatura antigua, medieval, moderna y contemporánea se menciona la homosexualidad como una cuestión de orientación afectiva. es cierto que con la psicología como disciplina el tema se distinguió más claramente de la actividad genital consecuente. Pero no apareció recién entonces esa noción.

      Eliminar
  3. Estimado fraile, usted tiene toda la razón. Llevar la cruz de la homosexualidad debe haber sido en otras épocas algo muy difícil y ¡qué bueno que haya una pastoral para ese problema! Ahora bien, por lo menos en la Argentina lo que observamos es la lenta difusión de la visión gradualista, que usted señala, que acepta a prima facie la homosexualidad tal como puede deducirse del seminario organizado por una universidad católica, en una provincia de la Argentina. Y uno se da cuenta por el lenguaje utilizado que elude el problema moral de fondo. De manera accesoria, me pregunto si una universidad es el espacio para encarar ese tipo de problemática; si la universidad no está mutando de un espacio dedicado a la producción y transmisión del conocimiento científico y las Humanidades hacia otra cosa; aunque es muy probable que esté equivocada, y que haya que aceptar este cambio y que la actividad científica y de reflexión rigurosa pase a otros espacios institucionales.

    ResponderEliminar
  4. Mis respetos para las personas con inclinación homosexual que ponen a Dios por encima de todo. Estamos todos en la misma batalla desde trincheras distintas.

    Como dice San Pablo en romanos, deseamos el bien, pero algo de nosotros lo aborrece. Dicen que con la gracia de Dios se ganan las batallas, pongámoslo a prueba (a Dios).

    ResponderEliminar
  5. Lo indicado por este sacerdote neoyorquino nada tiene que ver con la "Pastoral de la diversidad sexual", PADIS + acá en Chile. Esta no busca la conversión, sino la "inclusión" de los pervertidos. O sea, que ellos y su conducta nefanda sean aceptados tal como son.
    En cambio, lo que indica este sacerdote es lo que ha hecho la Iglesia siempre, desde su fundación.

    ResponderEliminar
  6. El gran problema que yo veo es la enorme cantidad de sacerdotes y luego también de obispos/ cardenales que son homosexuales y que por ende extienden un exagerado manto de piedad sobre una problemática que excede las mejores consideraciones humanas porque está muy claramente tratada en las Sagradas Escrituras.
    Si no hay una conciencia clara de que la actividad sexual entre varones y también entre mujeres ofende a Dios --igual que la actividad sexual entre heterosexuales fuera del matrimonio u otras prácticas sexuales desordenadas-- entonces estamos ante una realidad pastoral donde el centro no es la búsqueda de la amistad íntima con Dios sino la acogida y empatía superficial, filantrópica, de personas sufrientes y heridas.
    Y lamentablemente la acogida y empatía por el otro es un paso apenas preliminar (si bien necesario) para el anuncio del Evangelio. De otra manera es un engaño donde deseamos recibir al herido pero le ocultamos que el verdadero tratamiento exige cierta praxis y régimen, aplicando paliativos que nunca terminan de sanarlo. Es en otras palabras, falsear el Evangelio, y el riesgo más grande detrás de esto no es el de ser deshonesto, ocultador o mentiroso, sino la condenación eterna de ese alma que fue predestinada a la feliz contemplación eterna de Dios.

    ResponderEliminar
  7. El problema del comentario publicado en el artículo es que se traga como camello por el colador el concepto moderno de "orientación sexual", constructo ideológico del estado liberal para reconfigurar la biopolítica, tal como lo explica Foucault: el sodomita (que era hasta entonces cualquier persona que cometiera abominaciones sexuales) pasó a otro plano y nació una nueva especie; el homosexual.
    Recomiendo urgentemente la lectura de este brillante artículo de First Things que refuta de una vez por todas la existencia de la homosexualidad (y de la heterosexualidad también) y hace un llamado por la recuperación de la Ley Natural.
    https://www.firstthings.com/article/2014/03/against-heterosexuality

    EL papotas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas Tardes.
      Cómo usted sugiere evangelizar a estos pecadores ?
      Cómo ayudarlos a la conversión ?
      Los Laicos y Cura fieles al magisterio, la Tradición y la S.E estamos flojos de papeles en el tema de las adicciones.
      Esto lo digo con un dolorosa experiencia familiar de adiciones a las drogas.
      De paso una nota de color, el sábado fui a un cumple de 15, bastante normal la fiesta, los padres pusieron muchos criterios de orden natural, me llamo la atención que entre los 40 adolescentes de 14 años, tenían a 2 con clara tendencia homosexual, el resto de los adolescentes lo toma como al natural y normal. Cómo ayudarlos, uno le llega a decir algo, te hacen una denuncia por acoso o pedófilo.
      Cómo ayudarlos ?

      Eliminar
  8. Sobre el tema de la homosexualidad recomiendo el libro de Richard Cohen "Comprender y sanar la homosexualidad". En general es un tema bastante desconocido ya que por un lado hay un estigma social que viene de antaño, pero por otro, los grupos LGTBI lo han manipulado y tergiversado de una forma alarmante.
    Hoy en día los expertos no se atreven a investigar a fondo las causas de este problema, ya que si las conclusiones no son del agrado de la mafia rosa, son tachados en seguida de homófobos. No hay libertad de pensamiento ni de expresión en este tema, y una censura brutal a la gente que quiere dejar de ser gay, porque no se les permite acudir a profesionales que les pudieran ayudar.
    El problema religioso viene cuando los clérigos mundanos pretenden bendecir el pecado, y que cualquier actividad sexual fueran del matrimonio, deje de ser pecado.

    ResponderEliminar
  9. Algunos acá, sin la más minima empatía, se van por las ramas.
    El cura está hablando sobre una realidad concreta y real:
    Hay una homosexualidad totalmente involuntaria que padece mucha gente y debe ser tratada de forma humana y cristiana.

    Richard

    ResponderEliminar
  10. Cuando primero leí el post, me dije: "claro, tiene razón". Pero luego se me presentó otro problema: ¿Por qué tiene que haber una "pastoral" específica sobre este tema? ¿Acaso los demás, los heterosexuales, no tenemos problemas (¿los heterosexuales solteros no deben guardar castidad, los heterosexuales casados en muchos casos difíciles y que existen, y un largo etcétera?)? ¿Vamos a hacer "pastorales" para todos los posibles problemas (algunos muy graves) que existen? Todos tenemos que sobrellevar cruces y Ntro. Señor no creó un apóstol por cada tipo de cruz que existe. ¿No estaremos cediendo al discurso hegemónico al hacer creer que "pobrecitos" los homosexuales tienen problemas más serios que el resto y por lo tanto merecen una "pastoral" específica?

    ResponderEliminar
  11. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  12. Recibí dos comentarios sobre este artículo en los que me decían que no encontraban sentido publicar algo tan básico: el abc que conoce cualquier católico con cierta formación.
    Pues parece que no es así por el resto de comentarios que recibí y debí eliminar.
    Ante un tema tan delicado, entonces, prefiero cerrar los comentarios.

    ResponderEliminar