por Dan Hitchens
En una secuencia de acontecimientos ya familiar, el Vaticano publicó el lunes un documento que causó confusión al instante. “El Papa dice que los sacerdotes católicos romanos pueden bendecir a las parejas del mismo sexo”, anunciaban los titulares. Los apologistas católicos optimistas dijeron que los medios de comunicación habían malinterpretado el documento, que no permitía tal cosa. Los apologistas católicos pesimistas dijeron que, por desgracia, los titulares eran correctos y que el Papa se había equivocado. Los ultramontanos a tiempo parcial dijeron que el documento sólo podía leerse de forma conservadora y que era un insulto indignante al Papa pensar lo contrario. Los ultramontanos a tiempo completo decían que el documento sólo podía leerse como un “desarrollo de la doctrin” y que era un ultraje al Papa pensar lo contrario. Los liberales se alegraron, con un ligero matiz de impaciencia. El mundo se interesó brevemente, y llegó a la conclusión de que la Iglesia estaba haciendo algunos lentos progresos, luego bostezó un poco y pasó al siguiente titular.
He pasado lo que parecen años analizando estos documentos vaticanos tan debatidos, comprobando la traducción exacta de las palabras italianas, pidiendo comentarios a doctos canonistas y teólogos, comparando unas frases con otras. Y para ser sincero, estoy pensando en retirarme del juego. Porque en la era del Papa Francisco, esas declaraciones “controvertidas” suelen ser menos declaraciones que agujeros negros.
Un agujero negro, según la NASA, es “una gran cantidad de materia empaquetada en un área muy pequeña: pensemos en una estrella diez veces más grande que el Sol comprimida en una esfera de aproximadamente el diámetro de la ciudad de Nueva York”. Eso exagera ligeramente la densidad del texto de cinco mil palabras de Fiducia supplincans, pero lo importante es el resultado, que, como explica la NASA, “es un campo gravitatorio tan fuerte que nada, ni siquiera la luz, puede escapar”.
Lo mismo ocurre con la Fiducia supplicans. Normalmente se puede arrojar luz sobre un documento preguntándose qué ha dicho la Iglesia antes. En este caso, el propio documento cita la última declaración del Vaticano sobre el tema, emitida en 2021. Aquel texto decretaba, con la aprobación firmada del Papa Francisco, que “no es lícito impartir la bendición a relaciones o parejas, incluso estables, que impliquen una actividad sexual fuera del matrimonio... como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo. La presencia en tales relaciones de elementos positivos ... no puede justificarlas y hacerlas objetos legítimos de una bendición eclesial”.
Pero unos miles de palabras después de invocar el documento anterior, este nuevo anuncia de repente que: “En el horizonte aquí trazado aparece la posibilidad de bendiciones para las parejas en situación irregular y para las parejas del mismo sexo”. Naturalmente, buscas en el texto dónde se explica por qué el documento anterior estaba equivocado. No encuentras nada. Has sido absorbido por el agujero negro, donde la luz de la razón no puede penetrar.
Así que, con espíritu de generosidad, intentas aceptar el documento en sus propios términos. Aparentemente, todo el mundo ha tenido previamente una comprensión inadecuada de las bendiciones. Este nuevo texto ofrece “una contribución específica e innovadora al significado pastoral de las bendiciones” (cursiva en el original.) Siguen 2800 palabras de elucubraciones sobre las bendiciones: bendiciones en la Biblia, por qué las personas que piden bendiciones muestran una “sincera apertura a la trascendencia”, la observación de que a veces los sacerdotes bendicen peregrinaciones, así como “grupos y asociaciones de voluntarios”. Nada de esto es notablemente innovador ni, de hecho, específico. De nuevo, avanzamos en la oscuridad total hacia una conclusión confiada:”Dentro del horizonte aquí esbozado aparece la posibilidad de bendecir a parejas en situación irregular”, etc. ¿Qué horizonte sería ése? Demasiado tarde te das cuenta: Es el horizonte de sucesos. Has vuelto al agujero negro.
Bueno, si el documento parece incoherente con la enseñanza católica e incluso consigo mismo, quizá habría que plantearse si el problema está en los propios supuestos. Al fin y al cabo, el documento corrige severamente lo que al parecer es un error frecuente. “A quienes buscan una bendición”, nos informa, “no se les debe exigir una perfección moral previa”. Entonces, ¿quién ha difundido esta falsedad? ¿Quién ha afirmado que sólo las personas moralmente perfectas pueden ser bendecidas y, ahora que lo pienso, qué tiene eso que ver con el asunto que nos ocupa? Pero ya empiezas a perder pie, y te sientes arrastrado, impotente, hacia el borde...
Dado que ahora hay dos enseñanzas papales contradictorias —el documento de 2021 y el de 2023—, es evidente que es lógicamente imposible negar que los papas, cuando no hablan ex cathedra, a veces pueden equivocarse. Y, por supuesto, esto ya era de dominio público, por los embarazosos casos de los Papas Juan XXII y Liberio, y el más espectacular, el Papa Honorio, condenado por tres concilios ecuménicos — “¡A Honorio, el hereje, anatema!”— y por un pontífice posterior, San León II, que afirmó: “Honorio, que no intentó santificar esta Iglesia Apostólica con la enseñanza de la tradición apostólica, sino que, mediante una traición profana, permitió que se contaminara su pureza”.
San John Henry Newman argumentó que tales incidentes no deberían hacernos abandonar a la Iglesia como indigna de confianza o corrupta. Un mal Papa, decía Newman, es como un choque de trenes: un acontecimiento verdaderamente espectacular, destinado a horrorizar y absorber la mente. Pero es una reacción exagerada que la gente concluya “que viajar en tren es peligroso y suicida, y que nunca viajarán si no es en carruaje”. Estadísticamente, el viaje en ferrocarril sigue siendo más seguro que otras alternativas; y no debería escandalizarnos, señaló Newman, que “en una larga fila de entre doscientos y trescientos papas, entre mártires, confesores, doctores, sabios gobernantes y padres amorosos de su pueblo, se encuentre uno, o dos, o tres que cumplan la descripción del Señor del siervo malvado”.
Mi analogía astronómica podría ampliarse de forma similar. Un agujero negro sigue siendo una estrella —igual que el Papa Francisco sigue siendo el Vicario de Cristo—, aunque parezca haberse derrumbado sobre sí mismo. Un espectáculo así es fascinante, misterioso y aterrador. Pero no significa que debamos renunciar al papado en general, y mucho menos a los santos, los sacramentos y la doctrina tradicional de la Iglesia. Éstas siguen siendo las estrellas por las que debemos guiarnos, las estrellas que nos guiarán hasta el pesebre de Navidad.
Fuente: First Things.
Gran artículo, claro, iluminador, ecuánime y bondadoso... y totalmente católico.
ResponderEliminarMuy buen post! Ingenioso y atinado.
ResponderEliminarOremus ad invicem!
Me parece acertadísima la comparación que hace Dan Hitchens de la Iglesia de Francisco con un agujero negro en el que terminan las estrellas miles de veces más grandes que el Sol cuando se les acaba el combustible y empiezan a reducirse hasta quedar convertidas en una masa compacta de materia tan pequeña y con una fuerza gravitatoria tan grande, que todo lo atrae y donde no puede penetrar ni la luz del Sol.
ResponderEliminarCon ese agujero negro en el que hoy se ha convertido la Iglesia pasa lo mismo, todo lo devora porque no puede penetrar ni la luz de la razón.
Pero me parece que Hitchens se quedó corto. En efecto, ocurre que esos agujeros negros suelen convertirse en una supernova, porque cuando la estrella vieja ya no puede comprimirse más, estalla con la fuerza de mil demonios arrasando todo lo que encuentra a su paso.
Justamente en eso va a terminar esta falsa iglesia de Francisco, en un cisma tan colosal que cuando explote igual que una supernova no dejará nada en pie. La única duda es saber cuándo ocurrirá, porque fatalmente ocurrirá. Desgraciadamente, ya nada ni nadie lo puede detener. Que Dios tenga piedad de nosotros porque el castigo será sin ejemplo.
Fuenteovejuna
¡Pero hombre! ¿Usted nunca se cansa de decir burradas?
EliminarTras que desentona, larguero.
Estimado anónimo de las 0.41
EliminarAgradezco que lea mis comentarios aunque le caigan mal al hígado. No sabía que escribo burradas, gracias, siempre se aprende algo nuevo. Pero más me hubiera gustado que me explique cuál es su punto de vista sobre lo que pasa en la Iglesia, de esa manera hubiéramos podido polemizar. Pero todavía está a tiempo, vamos, anímese y escriba.
Fuenteovejuna
Si me voy de fin de semana con mi secretaria 25 años menor, dejando mi esposa a cuidar los niños en casa, con el cuento de un viaje de trabajo. Estamos en la playa y visitamos la vieja ciudad colonial, vamos a la Catedral y bien abrazaditos le pedimos al cura que nos bendiga en nuestra escapada amorosa. Es un adulterio fragante y pecaminoso. Pero tiene elementos positivos: somos muy afectuosos mutuamente, la pasamos re-bien, le hago obsequios a mi secretaria que le vienen de perlas. Venga la bendición
ResponderEliminar¿Habrá algún pata de bolsa que vaya a pedir una bendición con su acompañante? Los que yo conozco prefieren ocupar el tiempo en otras cosas, ni se les ocurre. Lo que me lleva a pensar que todo esto de las bendiciones es una claudicación de la doctrina puramente para los medios de comunicación, para quedar como progre, y para que el "colectivo" te perdone la vida. Es decir, no hay ninguna realidad pastoral que sea atendida con estos cambios. Si aparece alguna pareja homo bendecida sospecho que será un armado para que un oportuno periodista suba la foto y el obispo pueda poner esto en su curriculum para futuros ascensos en la pirámide (truncada) clerical.
EliminarSe me ocurrió lo mismo. Ayer se lo sugerí como argumento a un sacerdote español. Pero tengo la mente aún más podrida: se me ocurrió, que quien tiene una -o un amante- podría ser un cura. No sería la primera vez. Y que vestido de particular, vaya con su amante a pedirle la bendición a un cura que no lo conoce. O bien, que quienes vayan a pedir la bendición, no sean una pareja, sino una de esas orgías permanentes y estables a las que llaman "poliamor": ¿por qué no? ¿por qué solo parejas? ¿no estarían discriminando a los poliamórfos?
EliminarHabría que preguntarle al párroco de San Ignacio, en el microcentro porteño
EliminarGran artículo. Tengo una pregunta: si el Cardenal Müller dice que el sacerdote que imparta estas bendiciones comete acto sacrílego... ¿es lícito concluir que quien le ha permitido e incluso a animado a hacerlo es ya, formalmente, hereje?
ResponderEliminarDicho de otra forma: todas las conferencias episcopales y obispos y otras autoridades que se están pronunciando... ¿no deberían seguir adelante en su razonamiento y decirle al mundo que lo que escribió Tucho y firmó Francisco es herejía?
Si no aceptas un documento pontificio porque te parece contrario a la fe, ¿no es quedarse a medias el no calificar al responsable?
Seguramente nunca harán tal cosa, pero al menos podrían exigir la dimisión inmediata del Prefecto del,DDF.
Renuncia subita
ResponderEliminarSupo decir don Wander algo asi como que al Tucho, por su verborrea constante y por su baja calidad y capacidad intelectual, a más de su ego, hay que dejarlo escribir y que por esa vía terminaría mostrando su pedigree. Bueno, parece que va ocurriendo. Quizás creyó que tuvo la capacidad para contradecir el texto anterior de Doctrina de la Fe sin que nadie se diera cuenta -lo cual no considero sea el caso- o que salpimentando una contradicción manifiesta con algo de doctrina nada acorde al fin buscado, llegaría suavemente al objetivo, a mi ver, los titulares de los diarios masivos. Lo que pensemos nosotros, o Muller o los "negritos" africanos le tuvo sin cuidado. De allí aquello que asentó en su libelo: "no mas preguntas caballeros".
ResponderEliminarEl horizonte que ha abierto la Declaración "Ay, Carmela! Pásame la polvera!" es que en la medida en que la práctica se estabilice un par de años, el Dicasterio diga que como es una costumbre afianzada en el Pueblo de Dios, se hace necesario proveer una fórmula clara y común, se incorporen alba y estola, acompañamiento de otros fieles que también imploran la bendición y ellos mismos bendicen a la pareja, por qué no un poco de música para acompañar la fiesta que significa el amor, foto y registro de algo tan importante. Ya tenemos el matrimonio h-s adentro. Despacito por la orilla, ya está en medio del cauce junto con los otros matrimonios.
ResponderEliminarEsto ha llegado a un nivel para el que no hay palabras... Ahora se ha subido a la página del Dicasterio para la Doctrina de la Fe el "Billete de la Prefectura de la Casa Pontificia para la Audiencia del S. Padre con S. Em. el Cardenal Prefecto y Mons. Secretario del Dicasterio para la Doctrina de la fe", en donde se ve escrito a mano "Fiducia supplicans" (immunditiam benedicens). Aquí puede verse: www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_ddf_20231218-biglietto-prefettura.pdf. Es lamentable.
ResponderEliminarEstimado Wanderer. Excelente artículo como otros muchos. Siga adelante iluminando la mente de muchos católicos, pues sin duda el Señor le va a premiar por el esfuerzo.
ResponderEliminarCreo que sobre lo que no se ha hablado lo suficiente aún, es sobre la curiosa y conveniente "casualidad" de la que habló ayer el P. Francisco José Delgado en La Sacristía de la Vendée: la Declaración Fiducia supplicans, salió a la luz el pasado Domingo 17 de diciembre. Justo, casualísimamente, la tarde anterior (Sábado) había salido a la luz el caso Cardenal Becciu -ex asesor financiero del Papa Francisco- quien fue condenado a 5 años de prisión. ¿Uds. escuchar a algún medio referirse al tema? Yo no. De lo único que se habla, es de las bendiciones a parejas irregulares y sodomitas. He aquí la noticia completa, según la BBC: https://www.bbc.com/mundo/articles/cn09wy0dvkeo
ResponderEliminarSiempre que pasa alguna situación con mucha bulla en el Vaticano ,es porque algo mayor está por hacer Francisco ,pero esta vez no tuve en cuenta que ese algo ya había sucedido, era lo del Cardenal Becciu ; al menos espero eso, y que no sea algo peor por venir. Es verdad lo que dice Ud. que nadie habla sobre este tema. Muy astutos para desviar nuestra atención; y como sería de "importante" hacernos mirar hacia otro lado, que no le importó hacer esta Declaración sobre las bendiciones de parejas irregulares y del mismo sexo, algo tan negativo para la iglesia.
EliminarExcelente . Como no puede ser menos de este gran blog
ResponderEliminarOff topic: lean -o relean quienes lo conozcan- el poema de Antonio Murciano sobre la Navidad, en el blog "De Libros, Padres e Hijos". Está en "Poemas sobre la Navidad II". Pocas veces se encuentra tanta profundidad tan bellamente expresada
ResponderEliminarMuy buena la síntesis de las distintas posturas.
ResponderEliminarCuando vi el título "El Papa y el agujero negro" en relación a la sodomía, pensé que el artículo iba por otro rumbo argumental.
Por como viene el paño, esto vino para quedarse, falta el Vaticano 3. Como buen Peroncho Francisco habla de Sinodalidad pero hace lo que se le canta sin consultar a nadie. Arrio un poroto con lo que viene.
ResponderEliminarDisculpe don 12:22 ¿Qué quiere decir " arriar un poroto"?
Eliminar¿Será "arrimo"?
EliminarY si hermano!
Eliminar¿Nunca escuchaste el dicho sobre arriar los porotos?
No, nunca. Vivo en Madrid, a lo mejor es por éso. Aún recuerdo, hace mil años, cuando conocí en este blog las palabras "chanta" y "berreta". Ojalá se hubiera quedado la cosa así.
EliminarEntendí que Arrio es un poroto comparado con lo que se viene. No es tan complicado.
EliminarTraducción posible: "el hereje Arrio es un poroto comparado con la herejía que viene" (según opinión del estimado anónimo).
EliminarJajaja solo bromeaba no existe un dicho sobre "arriar porotos".
EliminarFeliz Navidad!
El Darlh Vader (padre negro) católico. Star War es profética
ResponderEliminarMagnífico pedido de la Corporación de Abogados Católicos, de Argentina, solicitando al Papa Francisco la abrogación de la Declaración Fiducia Supplicans, con argumentos jurídicos incontrastables de que la misma produce un daño cierto a la Fe, la moral y la vida de la Iglesia, como así que se pretende que resulte obligatoria para obispos y presbíteros, coaccionando sus conciencias.
ResponderEliminarhttps://drive.google.com/file/d/1gQyulzh7UyZg_gJzpIpTMY7XZL-J4Y02/view?usp=drive_link
Chan
ResponderEliminarhttps://www.ncregister.com/news/cardinal-mueller-confirms-vatican-doctrinal-office-had-file-warning-about-archbishop-fernandez
Oremos por nuestra iglesia, el papá y los sacerdotes.
ResponderEliminarMe ha venido a la memoria, con respecto a este tema, una anécdota que leí hace mucho tiempo en un libro de historia medieval. Contaba que en un cierto feudo del reino de Francia llegó una orden del rey que no agradó a nadie. Entonces, con enorme respeto por el escrito regio, lo pusieron sobre sus cabezas y lo depositaron en un lugar de honor diciendo: "acatamos la autoridad del rey pero no obedecemos". Eso exactamente habría que hacer con este panfleto con que nos ha obsequiado el papa "felizmente reinante"
ResponderEliminarCreo que es la postura que tomó el P. Santiago Martín, de la Orden de los Franciscanos de María.
EliminarPapa Francisco ¿a dónde quiere ir? Cuando las imprecisiones pueden conducir al relativismo y a la negación de la misma Palabra de Dios:
ResponderEliminarEscucho decir al Papa Francisco: «Nos hará bien preguntarnos si aún vivimos en la época en que necesitamos la Ley, o si en cambio somos conscientes de haber recibido la gracia de habernos convertido en hijos de Dios para vivir en el amor. ¿Cómo vivo yo? ¿En el miedo de que si no hago esto iré al infierno? ¿O vivo también con esa esperanza, con esa alegría de la gratuidad de la salvación en Jesucristo? Es una bonita pregunta. Y también la segunda: ¿desprecio los Mandamientos? No. Los observo, pero no como absolutos, porque sé que lo que me justifica es Jesucristo.”
[…]
En resumen, la convicción del apóstol es que la Ley posee ciertamente su propia función positiva – por tanto como pedagogo en el llevar adelante -, pero es una función limitada en el tiempo. No se puede extender su duración más allá de toda medida, porque está unida a la maduración de las personas y a su elección de libertad. Una vez que se alcanza la fe, la Ley agota su valor propedéutico y debe ceder el paso a otra autoridad».
(Francisco, audiencia general del miércoles 18 de agosto del 2021)
¡Vaya, vaya! Todo parece indicar que quien, hasta parece no reconocerse como Vicario de Cristo, a fuerza de reconocerse como “maduro” en la fe, tampoco parece buscar otra cosa que tomar distancia de los principios que guían hacia el conocimiento de la voluntad de Dios. “No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas sino a darles su plenitud. En verdad os digo que mientras no pasen el cielo y la tierra, de la Ley no pasará la más pequeña letra o trazo hasta que todo se cumpla” (Mt, 5,17-18).
Por cierto, no parece que ésa haya sido la actitud que hubieran tomado los Apóstoles: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” (Jn, 6, 68).
¡Señor guarda a tu Iglesia! ¡Alabado sea Jesucristo!
Maria Lorena, me pregunto xq no se reúnen todos los exorcistas y le hacen un buen exorcismo a Tucho para q le saquen los miles de demonios q está posesionado. El Señor tenga piedad de él y lo libere de los demonios q se encuentran en el.
ResponderEliminarLo que todavía nadie advierte al menos en los grandes medios católicos es que dentro del concepto "parejas irregulares" se incluyen todas aquellas que tienen impedimento para contraer matrimonio sacramental. Entonces me pregunto y solo a modo de ejemplo: ¿Se incluyen dentro de las parejas aptas para recibir la neobendición a las incestuosas? ¿Van para ellos las bendiciones también? Creo que la cosa aún es más grave y escandalosa.
ResponderEliminar«no significa que debamos renunciar al papado en general»;
ResponderEliminarcual papado? bergoglio ha pulverizado el papado mismo.