La afirmación de Ludovicus -"Ya estamos salvados"- ha dado que hablar en el blog. Era de esperar. El trasfondo voluntarista que habita en el interior de la mayoría de nosotros, debido a nuestra formación espiritual contrareformistam no va a renunciar fácilmente a su protagonismo en la vida espiritual y, en definitiva, en la salvación.
Pero lo cierto es que Ludovicus tiene razón. Solamente ha mirado la cosa sin agregados, de modo más simple y despojado. La sangre de Cristo objetivamente nos salvó de una vez y para siempre. Estamos, entonces, salvados. Tenemos que trabajar para condenarnos porque lo actual es que ya poseemos la salvación. Podremos discutir, claro, que el "trabajo" para condenarnos suele ser una labor que, vista desde afuera, parece agradable. Cuando se está en ella, sin embargo, resulta claro que no es así. Y, por el contrario, cuando vivimos la actualidad de nuestra salvación, aunque a veces no sea fácil, resulta una experiencia de gozo.
Ludovicus despejó a la realidad de agregados. Y es esa una tarea que a todos nos convendría hacer de vez en cuando. Yo diría, por ejemplo, que lo que nos tiene que importar de la religión es la religión. Muchas veces se nos va la vida en los contorni sin llegar nunca al plato principal. Nos entretenemos, y nos quedamos, en el apostolado, en restaurar la patria católica y luchar contra el aborto, pero de religión, poco y nada. Invertimos la cuestión.
El único modo que el apostolado y la restauración de la patria católica sea posible es a partir de un hombre religioso. Y éste es el que vive la vida del Espíritu.
En definitiva, es el que vive la certeza de que ya está salvado.
Malachi Martin dijo:
ResponderEliminarJustísimas sus apreciaciones, Wanderer, al comentar las afirmaciones de Ludovicus.
Pocos, y más bien tarde, caen en la cuenta de que la correcta actitud del alma de una creatura elevada a la condición de "hijo de Dios" debe ser la del justo Abel. Abel (y todos los anawim del A.T., cuya expresión sublime es María Santísima) representa la verdadera condición del hombre : la pobreza espiritual radical que, al ser asumida, llena el alma de gozo porque le permite tomar conciencia del Don de Dios, de la Sangre redentora cuyo valor infinito reduce a la nada al oro y la plata... "Recibe" la acción amorosa de Dios a cada instante y por ello vive en continua acción de gracias.
En fin, toda la Historia Sagrada presenta la lucha entre el refugio en la propia complacencia y el “salto” hacia la Promesa de Dios... Triste lucha, porque no acabamos de darnos cuenta que, en realidad, somos llamados a entrar en el “reposo de Dios” (cfr. Sal 94,8ss.), es decir, en el descanso que nos regala la Fe en la Sangre redentora de Jesús (cfr. Ef 1, 7-8), “porque el que ‘entra en su reposo’, descansa él también de sus obras, como Dios de las suyas” (Hbr 4,10)...
Es necesario ser "hombres religiosos", como dice Ud., "Testigos de lo Absoluto", hombres de Adoración ante el tres veces Santo...
- Malachi Martin -
Al parecer, no interpreté mal a Ludovicus. Estaba detrás de sus afirmaciones una verdad que a veces se olvidada: el hombre caído no podría jamás actuar sobrenaturalmente sin la previa moción de la gracia actual.
ResponderEliminarDe hecho, con sus solas fuerzas naturales, el hombre caído no puede: merecer la gracia, pedirla con una oración puramente natural, disponerse convenientemente a recibir la gracia, producir el movimiento inicial hacia la fe, realizar todo acto relacionado con la salvación del alma. Para todo lo anterior, es necesaria la gracia actual.
Entender la primacía de la gracia, tomar conciencia de que se es causa segunda, y sacarse de encima el voluntarismo semi-pelagiano, implica una auténtica metanoia, una nuevo modo de ver la vida cristiana y el apostolado.
La posta parece estar en la mixtura, pues "todo" está en la Escritura y en el Catecismo y "nada" se debe dejar de lado.
ResponderEliminarAunque a Wanderer no le guste, a mí me parece fenómeno Trento en este asunto, pues se abre a la gracia sin caer en angelismos, ya que el hombre en su naturaleza caída tiene menuda inclinación a tirar pa'bajo y eso es cosa innegable.
O el único turro aquí soy yo?
Y qué dijo Trento?
Esto:
"Aunque todos deben poner la más firme esperanza en el auxilio de Dios, nadie puede contar con ella como algo absolutamente seguro. Porque Dios termina la buena obra así como la ha comenzado, en cuanto es autor del querer y del obrar, siempre que ellos mismos no se sustraigan a su gracia. Y sin embargo, quienes están de pie deben cuidar de no caer y obrar por su salvación con temor y temblor. Deben temer, porque saben que han renacido en la esperanza de la gloria y no todavía en la gloria".
Negar esto es negar el status viatoris que supone un: "todavía no" llegamos al status comprehensoris. El caminante o viator puede disparar tanto para el lado de la nada, como para el del ser, conforme le gustaba repetir a Pepe Pieper.
Por eso, como dijo uno: "a la Escritura la interpreta la Iglesia" y Sanseacabó.
Saludos,
El Carlista.
Ludovicus dijo,
ResponderEliminarAsí es Wanderer. Son verdades olvidadas por sabidas.
¿Habrá que recordar que Cristo nos liberó para siempre de la ley, y que eso no es incompatible con no usar esa libertad para pecar? (San Pablo).
¿Que Cristo dijo "si me aman cumpliran mis mandamientos", no "si cumplen mis mandamientos me aman"?
¿Que la mística es el fin de toda ascética, esfuerzo y sufrimiento y vale en tanto y en cuanto nos acerca al Bien, que es siempre deleitable?
¿Que la misión principal de Cristo no es venir a perdonar los pecados sino hacer que los muertos tengan vida?
¿Que la salvación no es un problema sólo moral, y que la moral concebida al modo antrópico se convierte, como decía Peguy, en la peor enemiga de la gracia?
¿Que el Bien no reside en la dificultad como la perla en la ostra, sino que el Bien es más Bien cuanto más feliz es, y que la Trinidad mora en una dicha inaccesible, "fácil", gratuita?
¿Que las palabras de Cristo son infalibles e ineluctables y que cuando dijo "Consumatum est" nos salvó y destruyó el Infierno?
¿Que, en fin, la libertad del hombre es tan diamantina como lo quiere la Voluntad divina, y la posibilidad de condenación es siempre cosa seria?
Muchachos:
ResponderEliminarA mi una idea que me gusta en este orden es pensar lo potente que puede ser la contemplación, el "mirar".
Que la transformación del "viator" como dice el Carlista se haga más viendo, que haciendo.
Que las imágenes y los signos que Dios puso (las Sagradas Escrituras, los Sacramentos, las Sagradas Imágenes) nos cambien el corazón y las decisiones.
Fácil, sin esfuerzo, sin violencia, como llevados de la mano, "naturalmente" (o mejor dicho sobrenaturalmente").
Debiera ser así, no? Porque lo que deseamos nace de lo que vemos o entendemos.
By the way, me estoy leyendo los posts viejos del blog y la verdad que son una masa.
Ayer me castigué con lo del racionalismo del S IX, y la respuesta a Don Diego.
Bendita sea web, que me conecta con gente que piensa en las cosas que me interesan, para nutrición de mis entendederas.
Si bien el Wanderer es un plato medio fuerte, no para niños. Es verdad que está al filo del "sapiens haeresim" de Dorotea. Pero bueno, igual Castellani, y era un genio.
Sigan, sigan, que a muchos nos ayuda.
Juancho.
Muchachos, estos son los temas. Quédense por aquí, adelanten por estos rumbos, o en todo caso apliquen a "lo que está mal en la Iglesia" los criterios que surgen de estas conversaciones.
ResponderEliminarMe parece que es el modo de superar la tentación, sobre todo la tentación botonal de enjuiciamiento de las manadas que a veces los acomete.
El mismo anónimo de la otra vez
A Uds. quien los entiende?
ResponderEliminarParecen la gata flora, recomiendo leer la traducción de Tollers del sermón de Newman "La religión del día" que además de decir que su postura es diabólica dice lo siguiente:
Son los que nunca intentaron actuar de conformidad con su conciencia, que cultivan su intelecto sin disciplinar el corazón y que se permiten especular largamente acerca de cómo debería ser la religión, sin consultar las Escrituras para descubrir cómo en realidad es. Algunos de estos casi consideran a la religión como un obstáculo para el progreso político y el bienestar de nuestra sociedad. Pero no ignoran que la naturaleza humana la requiere, razón por la que eligen la forma más racional posible para su (así llamada) religión. Hay otros que se muestran mejor dispuestos pero se corrompen por razón de malos ejemplos u otras causas. Mas todos ello descartan (lo que ellos llaman) las formas sombrías de la religión: todos ellos confían más en sí mismos que en la palabra de Dios y por tanto deben ser considerados como de la misma clase: están dispuestos a abrazar la placentera y consoladora religión de una edad pulida. Todos ellos enfatizan las obras de lo que dan en llamar Teología Natural, y creen que allí se encuentra toda la religión, siendo que, en rigor de verdad, no hay falacia más grande que suponer que haya algo de religioso en tales obras.
No debemos olvidar que hay ciertas cosas que dependen de nos.
Abrazo
El Anatema
Malachi Martin dijo:
ResponderEliminar"Que la mística es el fin de toda ascética, esfuerzo y sufrimiento y vale en tanto y en cuanto nos acerca al Bien, que es siempre deleitable?" dice Ud., Ludovicus, con toda verdad.
Dígame, ¿cuántos pseudo-fundadores contemporáneos son asesinos de almas, al mantenerlas "activas" y cerrarles el paso a la experiencia del Dios Vivo?
Yo ya me he cansado de comprobar esta locura, y hasta casi tengo la tentación de considerar perversos a estos sujetos, porque, claro está, cuando el Señor se manifiesta al alma (que es Suya), irremediablemente se les escapa de sus garras... Deo gratias.
- M. Martin -
Se te ha dado un tesoro en vacija de barro. Cuidado, que no se rompa la vacija.
ResponderEliminarFuimos salvados. No rechacemos la salvación.
No pecar. Pero, ¿Se puede no pecar sin amar?
Nos santifica la Gracia, pero si la dejamos hacerlo.
Richard
Errata: vasija, no vacija.
ResponderEliminarRichard
Supongo que en esto consiste el "hacerse niños".
ResponderEliminarSi estando a Lunes yo le digo a mi pequeño de cuatro años: "-Hijo, el Sábado te llevaré a la calesita", él vivirá con ingenuo gozo en su corazón, esperando...
Wanderer, aprovechando los desmesurados elogios de Juancho a la web y a su blog, se me ocurrieron algunas preguntas:
ResponderEliminar¿Desde cuándo es, no digo ya necesario pero siquiera conveniente, hablar este tipo de cosas en un medio que permite decir cualquier gansada sin consecuencia alguna? ¿Desde cuándo la Verdad requiere que todos los días haya algo que decir (porque para algunos parece ser un deber de caridad hacer comentarios todos los días) respecto de tan grandes cuestiones? ¿Desde cuándo la Tradición requiere de posts que, por buenos que sean (¡y algunos son muy buenos!) que hoy se leen en la vorágine de información diaria, y mañana se olvidan (para siempre)? ¿Desde cuándo los maestros (¡y acá hay muchos!) arrojan las perlas a los cerdos? ¿Desde cuándo el ejercicio de la inteligencia no es ya la reposada contemplación y meditación de la realidad sino el “reposo incestuoso del espíritu sobre su diferencia específica”, y la irresponsable e irrespetuosa costumbre de “menear cuestiones” para ver quién dice la sutileza más provocativa? ¿Desde cuándo la religión (y aquí agárrese cada quien la que más le guste, que no viene al caso) es asunto a “debatir” en un foro democrático en el que todos intervienen con sus “opiniones” de “clase discutidora”)?
No, señores, no. No es lícito usar de este medio como un “espacio de reflexión y discusión” (qué feo suena, ¿no?, pero eso es) para tratar estos temas.
No, señores, no. No es lícito permitir que Wanderer, Ludovicus y tantos otros puedan decir (por las propias necesidades de la dialéctica) una cantidad de verdades junto con una cantidad de herejías, impunemente.
No, señores, no. Esto es paja (no, no sean mal pensados…, aunque, pensándolo bien…), que hoy está y mañana es arrojada al fuego.
No, señores, no. Esto es, diría Chesterton, tocar el violín (que no estudiar ingeniería hidráulica) cuando Roma arde.
No, señores, no. Esto es, diría también Chesterton, tomar el Nombre en vano.
El Emboscado.
p.s. No se molesten en contestarme, porque, si la acedia no me ocupa toda el alma, haré lo imposible para no entrar más (Claro que también esto sería una gracia)
y más: estaba escribiendo esto, cuando me topé con el nuevo post de Tollers (¿ven cómo son los tiempos de la web?); se ve que estábamos pensando más o menos en el mismo tema, aunque con distinta suerte. Porque, mire cómo son las cosas, que pensando estas cosas se me había ocurrido nomás el mismo episodio de los discípulos de Emaús, pero lo interpreté en un sentido contrario al de Tollers.
Sr Emboscado:
ResponderEliminarAunque no te dirijas a mí, quiero contestarte.
Si bien el anonimato de la web permite gansadas, queda en uno separar la paja del trigo.
Lo que la web tiene de fabuloso es crear estas "comunidades" que de otra forma no se podría. No voy a recorrer todas las parroquias y a la salida de Misa preguntar quien quiere juntarse a charlar sobre Trento, sobre Santo Tomás, o sobre el Seminario de San Rafael.
¿O te parece que de estas cosas no conviene conversar, discutir, sino solo "escuchar-callar-obedecer"?
Cuando decís que Wanderer y Ludovico hablan "impunemente": ¿pensás que hay que punirlos? ¿Hacer una inquisición siglo XXI?
Mucho de lo que hay acá me parece "contemplata aliis tradere". Cosas que se rumian desde años, y uno las comparte por internet.
Creo que acá nadie saca bandera de nada, ni del "sitio oficial de la Tradición", ni la verdad revelada, ni nada.
Solamente compartir ideas, o pasearse por la posmodernidad.
Si hacemos mal, Dios nos perdone.
En cualquier caso, si algo de "pecado" hay en esto, se tratará de veniales.
Cosas peores hay, después de todo.
- como la indiferencia -
Juancho.
Ludovicus dijo,
ResponderEliminarEmboscado, será como le pasaba a un amigo mío con Cioran, que cada vez que lo leía le daban unas ganas bárbaras de vivir, pero su post me ha dado un deseo terrible de seguir participando en este bendito blog. Más todavía que el excelente post de Tollers.
Paradojas de la voluntad humana, se afirma con la negación. Y paradojas de la gracia, esplende en las tinieblas. En este caso, de sus confusos pensamientos.
Toto corde
Ludovicus dijo,
ResponderEliminarWimpi, ya es sábado y ya estamos en la calesita. Sólo que hay que advertirlo.
toto corde