Entrevista de Jack Tollers al Anónimo Normando (I)
Personaje
esquivo, resultó difícil, pero finalmente El Anónimo Normando accedió a esta
entrevista, después de haber establecido claramente las condiciones: mate, parque
y silencio. Así fue que concertamos la cosa en un espléndido jardín donde la
charla se desarrolló con natural fluidez. Y sí, lo regamos todo con unos
cuantos amargos.
Tollers: ¿De dónde el
pseudónimo?
El Anónimo: Se
trata más bien de un libro que de un personaje. Se conoce como “el Anónimo
normando” (alrededor del 1100), escrito por un partidario del Imperio. El
origen del seudónimo fue una especie de broma amable para el ignoto Wanderer,
cuando vi que su nombre de correo era “Gibelino”. Se me ocurrió pensar que un
gibelino iba a reconocer inmediatamente el título de uno de los textos
fundacionales de esa corriente. Sacralidad del rey, etc., y tiene hoy, para
algún avisado, una cierta carga de anticlericalismo. Un poco rebuscado, dirá
Ud. Pero si uno no puede hacer esos chistes en Wanderer…
Tollers: Usted siempre fue firme defensor del
buen humor, pero viendo lo que ocurre
a nuestro alrededor… ¿es tan importante?
El Anónimo: Precisamente
por lo que ocurre a nuestro alrededor es decisivo mantener vivo el buen humor.
El pecado reinante en nuestro tiempo es la acedia, la mala tristeza. Es bueno
que nos entristezca el mal presente, pero en su justa medida y en cuanto no nos
impida obrar el bien, dice Santo Tomás. La acedia no nos deja percibir el bien divino
como bien, y nos quita el gozo de la caridad. El Enemigo se goza en nuestra
pena. Y nos quiere amargos, fríos, quejumbrosos, embolantes, en fin. Claro que
la constante risita estúpida, la mueca grotesca del gracioso profesional, el
bomológico, es insoportable. Pero eso también sale de una raíz acédica. Es la
otra cara de la moneda.
Buen humor,
entonces. Reírse en primer lugar de uno mismo, como recomienda Chesterton, lo
que requiere una cuota de humildad. No tomarnos demasiado en serio, no
infatuarnos. Eso nos ubica y nos da paz (la tranquilidad en el orden). El humor
es síntoma de sensatez y equilibrio. Los figurones, los del “ceño vanamente
severo” que dice Fray Luis, los patéticos inquisidores frustrados, los
chupacirios… ¡Fuera, bicho!
Tollers: ¿Chupacirios? Dicen que un santo
triste es un triste santo… Pero están los otros, también, ¿no?, los boludos
alegres.
El Anónimo: Siempre
Escilla y Caribdis, los virgilianos escollos más o menos simétricos. En
cualquiera de los dos naufragamos. Ese es el drama de fondo. Y la única salida
es mantener el rumbo, no elegir en cuál estrellarnos. Debemos, en el más
íntimo hondón del alma, negarnos a elegir, porque esa es la trampa del Diablo.
¿Macri o
Kirchner? ¿Longobardi ó 678? ¿Ricardo Fort o Carta Abierta? Y así ad nauseam. Elija. Defínase.
¿Los boludos
alegres o los boludos tristes? Ningún boludo, que abundan como los hongos
después de la lluvia. Ni Bergoglio ni… hay demasiados ejemplos. Pero pongamos
un santurronazo agobiado de escapularios, flagelos, cilicios, estampitas,
escrúpulos, devociones que se superponen y colisionan en el tiempo, manuales de
moral decimonónicos, el limbo, los tocamientos, las miradillas, Harry Potter es
diabólico, los sesenta granaderos, etc. etc.
Parodias. Hay
que releer una vez por año “Lo paródico” de Castellani.
Los boludos
alegres: “Más allá…de mis miedos más allá… de mi in-se-guri-dá … quiero
abrazarme a tu proyecto…” ¿Se puede concebir algo tan tonto, adocenado y feo?
En el otro lado lo encontraremos sin mucho esfuerzo. Debemos escapar del
boludario.
Tollers: Contra malicia, milicia. ¿Y contra
la estulticia? Risas seguramente, aunque la estulticia católica parece dominar los espíritus. En particular, pienso en
nuestros obispos… en general tan poco inteligentes.
Y ahora con un Papa que lo es, parecen más burros que nunca.
El Anónimo: Hay
varias cosas en esta pregunta. Bien elegida la palabra “estulticia”, que no es
mera cortedad, sino una actitud del hombre todo, que en la Escritura aparece como
propia del “necio” o el “loco” en mal sentido. Es un persistir en no querer
ver, porque si veo pongo en peligro mi autocomplacencia y toda clase de
ventajas mundanas.
En fin, cómo
se combate: en uno mismo, asintiendo agradecido a la verdad. Y en el clima
anticultural que nos envuelve, con humor, en primer lugar, que descubre el
ridículo. Pero sobre todo, contra estulticia… paciencia, y mostrar lo
verdadero, lo bueno y lo bello, que son lo mismo. Mostrarlo sin mostrarnos a
nosotros mismos, desapareciendo para no obstruir. Como el Bautista: “Conviene
que Él crezca y que yo disminuya”. Como Parsifal, el ‘primo del novio’, ‘el que
se va bonitamente’. Eso es mejor que la crítica, necesaria por cierto, pero que
no basta.
Los mundiales
de fútbol son ocasión para una epifanía de estulticia. Por ejemplo: “Debemos
agradecer a los muchachos, que lo dieron todo”. Uno puede preguntar
inocentemente: “¿Jugaron gratis, para nuestro solaz y esparcimiento?”. Pero las
bubuzelas pueden más.
No se destruye
sino lo que se sustituye, creo que decía Mao. Sólo el esplendor de la verdad
sacia el corazón del hombre. La estulticia lo seca.
Tollers: En un reciente artículo suyo cita un
episodio de las Crónicas de Narnia que se encuentra en “La silla de plata”. Me
ha hecho particular impresión contemplar a Jill muerta de miedo ante un León
que sólo la mira. Tanto miedo que casi, casi prefiere morir de sed, antes que
acercarse a él. ¿Usted le tiene miedo a Dios?
El Anónimo: Debería
tenerle un poco más, pues es el principio de la sabiduría. Temor reverencial
y no servil, dicen los maestros, es el que hay que tener, por conciencia de la
propia miseria.
Creo que Jill
tiene nuestros miedos con un agregado: puesto que lo ve, experimenta lo que en
inglés se significa por "awe";
y como nosotros, que no lo vemos, miedo de lo que nos puede pedir, más intuido
que razonado; vergüenza, también. Y tenemos miedo del juicio, con toda razón.
Pero uno trata
de considerar que Dios es "clemente y rico en misericordia". El
pasaje del Hijo pródigo, que nos consuela tanto, nos da a veces más miedo de
nuestra dureza de corazón. Uno a veces se ve más en papel del hijo mayor que en
el que vuelve.
Tollers: ¿Siempre fue religioso, siempre le
interesó la religión, incluso de chico? ¿Nunca tuvo una crisis de fe?
El Anónimo: Visto
desde ahora, creo que siempre viví en la Iglesia como naturalmente. De chico en ambiente
católico, pacíficamente, aunque no clerical. Nunca fui monaguillo ni nada de
eso. Pero en la familia, y colegio de curas, en paz. A eso de los once y doce
años, pasé por una experiencia que ahora llamaría chestertoniana: la realidad
se me aparecía como maravillosa, totalmente “encantada”, inagotable y
absolutamente atractiva. Con un amigo de entonces recordábamos esos días como
nuestra “Belle Époque”. Y la fe infantil era un telón de fondo. Y cuando
comenzaron los años adolescentes, llenos de cosas inquietantes, y muchas feas,
encontré un cura que me convenció para siempre de lo que se me representa como
un núcleo diamantino al cual no podía sino asentir, porque estaba cierto de que
era verdad. Y nunca más dudé de eso, una especie de fundamento que no podía
dejar de reconocer. De modo que no tuve estrictamente nunca una “crisis de fe”.
Sí por cierto toda clase de perplejidades, incoherencias, angustias,
oscuridades, etc., pero siempre estaban de mi parte, digamos. Las quiebras eran
personales, pero aquellas certezas fundamentales no se conmovían.
Supongo que es
una gracia inmerecida―como toda gracia, obviamente. Ahora me doy cuenta de lo
que ese cura me regaló: la fe de la
Iglesia , en la cual se insertaban armónicamente todas las
otras certezas.
Esto no
significa que no haya dolores, sufrimiento, pecado, miserias. Pero no puedo dejar
de percibir todo eso como mío: las propias macanas se me aparecen como
traiciones, y me llenan de vergüenza. Solo, en silencio, siempre sé cómo son
las cosas en el fondo. Que obre en consecuencia es otro cantar. Que tenga
“consolaciones” es otra cosa. Pero veo con toda claridad, aun en los momentos
más negros –que son innumerables― que la fe es la verdad. Como ve, es bastante
poco interesante. Pero es así, y si dijera otra cosa, mentiría a sabiendas.
qué feo que te dibujaron, Normando!
ResponderEliminarddJ
Los que corremos picadas en la Gaona vieja, de Haedo a Morón ida y vuelta, lo bancamos al normando.
ResponderEliminarTollers, entrevistó al Procrastinator? No puede faltar esa entrevista!!!!
ResponderEliminarMe uno al clamor popular: Tollers debe entrevistar al Procrastinator.
ResponderEliminarHablando de tristeza, el otro día vi la película “The Sunset Limited” que trata sobre el suicidio. Trabaja Samuel Jackson y Tommy Lee Jones. Estaría bueno que algún sabio del blog le haga un comentario. Podría preguntarse ¿Cual es la diferencia entre un católico de hoy y ese suicida?
ResponderEliminarsaludos
Pero ¡alto ahí! ¡momentito, señores!
ResponderEliminarNo sé quién es el Procrastinator, ni mucho menos dónde vive.
J. T.
Tollers, me late que le insinúan que entreviste al ruso.
ResponderEliminarJ.T.
ResponderEliminarTal vez sea E.A., el profe de los profes.
Y si no, entrevístelo lo mismo.
Procrastinator: alguien que pospone laburo. Merda! soy yo! (y otros tantos creo en este blog)
ResponderEliminarEl Septimo Rey Mago
Excelente, Normando, tenía razón el viejo Jack.
ResponderEliminarLupus
El título del post podría muy bien ser una típica frase al estilo Bergoglio, pero aún él se cuidaría de utilizar ese término, a pesar de su conocida afición al vocabulario "de la calle".
ResponderEliminarEn fin, sobre asociacines libres...
Hipercrítica
Excelente lo del humor como antídoto.
ResponderEliminarQue le parecerá a los católicos de Papua , China , Mongolia , Sri Lanka ,Tanzania ..etc ….las cosas que se trata en ese blog católico ??
ResponderEliminarJavier
Para el que no sabe a quien votar.......
ResponderEliminarhttp://www.zenit.org/article-39203?l=spanish
Javier,
ResponderEliminarNo sé.
Pero estamos de acuerdo en inculturizarnos...
Chichipío.
Cuantas boludeces este Javier escribe... a todos lo católicos les debe interesar lo mesmo: la Gloria de Dios y la salvación del alma
ResponderEliminarEl Séptimo Rey Mago, le hablaba a los sabios jaja. Alguno debe haber.
ResponderEliminarLa película para mi esta bastante bien hecha. Tiene doctrina. Una vuelta de rosca a las ideas del suicida, y es cristianismo jaja
Che, coincido también con lo de la alegría. Necesitamos alegría.
saludos
Chichipio...
ResponderEliminar..inculturizarse y tambian culturizarse ...
Javier
No sé por qué, pero se me hace que Javier es un cura Kuku...
ResponderEliminarSorprende el olfato de Kukuhunter.
ResponderEliminarRara vez se equivoca.
Hipercrítica:
ResponderEliminarBergoglio habla con lenguaje de calle desde el púlpito.
El Anónimo, en la calle.
Le pido que no sea bolu... (¡bueh!, acá no sé dónde estoy).
L. P.
Acá , somos todos “ procrastinator “ :…. no resolviendo nunca nada , siempre pateando la pelota por adelante culpando a otros nuestras desgracias ….
ResponderEliminarLes recomiendo leer la discusión acerca del "divorcio imperfecto" en "La Espada de Doble Filo".
ResponderEliminarEntrada:
http://www.infocatolica.com/blog/espadadedoblefilo.php
"para casarse con 400 años de atraso".
Las intervenciones de Luis.
No conocía el pensamiento católico clásico sobre ese tema.
Juancho
L.P., no me extraña que los utilice, todos, sin exceptuar a los nacionalistas católicos, a los católicos del palo, a los católicos a secas, emplean ese latiguillo de forma permanente. A mí las malas palabras me molestan, a pesar de oírlas y leerlas continuamente. Y más aún cuando quien las dice o escribe es un eclesiástico. Además, a fuerza de usarlas, ya no significan nada. Empobrecen el vocabulario, y en muchos casos, reflejan pobreza de pensamiento.
ResponderEliminarPero ya se sabe que acá muchos se caracterizan por la callerosidad, así que no me extraña que que usted me endilgue ese epiteto.
Y además, mi comentario viene a que el titular del post me hizo acordar a los titulares de los diarios cuando citan algún discurso o lo que fuere del cardenal. Nada más. No hice ningún juicio crítico, salvo que, debido a mi firma, usted lo tomara por tal.
Hipercrítica (sin duda, fuera de lugar, en el sentido literal del término)
Anónimo que me nombra,
ResponderEliminarNo se a quien le hablaba, sepa disculparme, pero no le entiendo.
Otra cosa, QUE PELÍCULA?
El Séptimo Rey Mago
PD: si, siempre necesitamos alegría.
qué significa kuku?
ResponderEliminarKukuhunter,
ResponderEliminarTampco es tan dificil, esos paises solo son nombrados en labios de un kukú o en un cuento de Rudyard Kipling.
Kipling escribió The White Man´s Burden, Karlonch piensa en publicar the Kuku´s Burden". Viene con muchas fotos de la madre teresa, un reciente beato y y el cardenal Mc Carrick, único anglófono "kukuable".
El Séptimo Rey Mago
No podemos escaper del boludario ..........
ResponderEliminarNo hay problema septimo rey mago, es costumbre no entendernos (en general). Uno puede decir cualquier cosa. Da lo mismo.
ResponderEliminarsaludos
Anónimo Normando, ora pro nobis
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