lunes, 14 de diciembre de 2020

Bajo el tilo de don Gabino

 

Estad alegres, gozad todos; mirad que viene el Señor: Él trae el desquite y os recompensará.

Breviario Romano, antífona del primer nocturno del oficio de Maitines


Ya se ha disipado el antiguo error; tú nos conservarás la paz; la paz, ya que en ti tenemos puesta nuestra esperanza.

Isaías 26, 3.



Bajo un tilo coposo repleto de flores se había reunido don Gabino con algunos pocos amigos luego de un largo tiempo de ausencias. Silícides se había casado y estaba ansioso por arrullar a su niño; Mr. Pale había abierto un boliche; a otros, el confinamiento al que había sido sometido San Etelberto los había arruinado y pasaban sus noches ideando negocios imposibles y ensarzados en angustias y ansiedades, y otros se avergonzaban de pasearse embozados por las calles de su pueblo y preferían permanecer en la estrecha libertad de sus casas.

La tarde estaba cayendo y ya se sentían los primeros resuello del aire fresco que bajaba de las montañas. 

Había preparado para la reunión los ingredientes para su clásico gintonic del verano. Esta vez utilizaría gin “Heredero”, hecho en la mesopotamia argentina que, además del enebro y otras hierbas, tenía mandarinas. Sobre la pequeña mesa estaba, además, una buena provisión de pequeñas botellas de tónica “Britvic”, fáciles de conseguir ahora en el país, una hielera colmada y varias rodajas de limón en un pequeño plato azul.

Sabía don Gabino que sus amigos vendrían agobiados por el tedio de las constantes derrotas que día a día se amontonaban en el mundo que les había tocado en suerte.

—El aborto obtiene la media sanción legislativa en Argentina y se aprobará antes de fin de año y España aprobará la semana próxima la eutanasia— dijo Bulgarav con un tono más cansino aún que el acostumbrado— ¿Dónde quedó la Hispanidad?

—Ilusiones— respondió Pablo Paz mientras agitaba su gintonic con una larga cucharilla metálica—. Hace tiempo que todo eso desapareció. El problema es que nunca nos quisimos anoticiar del hecho y me pregunto sin más no valdría entregarnos al duelo por lo perdido.

—¿Duelo? Jamás; la lucha no se abandona— retrucó Alvear con ímpetu. 

Todos los miraron con una sonrisa apenas disimulada. La memoria, que suele ser terca y malvada, no les permitía olvidar la peregrinación montañesa que habían realizado por las altas lomas de La Carrera. 

—Me pregunto—terció el Poeta— si ambas actitudes no pueden ser compatibles.

—No solo compatibles sino también necesarias— dijo don Gabino—. Es ese el único modo de no caer en la desesperación. 

—No sé si la desesperación, pero pareciera que la desesperanza es la única y última actitud que nos queda. Nuestra causa está perdida— dijo Paz. 

Y aclaró rápidamente:

—Hablo de las esperanzas inmanentes, por cierto. No hace falta aclarar que, entre cristianos, la esperanza está puesta del otro lado de las Montañas Grises.

El sol se estaba ocultando y sus rayos se distinguían con nitidez cuando atravesaban un cinturón de nubes azules y rosadas, festoneadas de blanco, que coronaban las montañas del horizonte.

—¿Es que alguna vez los cristianos lucharon por causas que no fueran perdidas?—. Era el Poeta, dado a formular preguntas inopinadas.

—Yo plantearía la cuestión de otra manera: ¿es qué realmente existen la causas perdidas? No, no existen porque tampoco existen las causas ganadas. En todo caso, existirán triunfos provisorios, breves y que se descascaran en pocas décadas.

—La solución entonces, según usted, es abandonar la lucha—, insistió Hernán Alvear apurando su tercer vaso de gintonic.

—No apresure su conclusión— siguió el viejo mientras agregaba más hielo a su bebida—. Militia est vita hominis super terram, dice el libro de Job. Ciertamente hay que luchar aunque sepamos que las nuestras son siempre causas perdidas. El problema surge si ponemos todos nuestros anhelos en el triunfo; lo más probable es que éste no ocurra y, si ocurre, será efímero.

—¿Quién lucha para no ganar?— intervino Bulgarov—. Hasta mi hijo Volodia lucha con su espada de madera para ganar.

—No es nuestro caso. Nosotros más bien peleamos para que algunas cosas continúen vivas y no con la expectativa de que alguna cosa vaya a triunfar. Nuestro reino no es de este mundo.

En los vasos quedaba ya apenas el agua de los últimos hielos derretidos. La noche había caído y la luz de la luna era incapaz de atravesar la fronda del tilo. Sólo se veían algunas luces mortecinas del salón de don Gabino que su doméstica había encendido. 

—En un mundo que corre inevitablemente hacia el suicidio, lo único que nos resta es esperar su colapso. ¿Es así?—, preguntó Paz.

—“Cuanto peor, mejor”, decía Chernyshevski a Lenin—, recordó Alvear.

—Y mientras tanto, redimamos el tiempo—, dijo el Poeta.

—Sí, creo que es lo único que está en nuestras manos hacer: redimir el tiempo, preservar viva la fe frente a los tiempos oscuros que nos rodean—, respondió don Gabino.

—¿Y después?

—No nos corresponde a nosotros hacer esa pregunta. Después quizás se acabe el tiempo para siempre, o bien nuestra derrota y desaliento sea no más que el prolegómeno de la victoria de nuestros sucesores, aun cuando aquel futuro triunfo sea también algo transitorio.

Fumando sus pipas, los cinco amigos quedaron un buen rato en silencio. El aroma del Latakia del Poeta se imponía y las volutas de humo blanco atenuaban aún más las luces del salón.

—Mire a su alrededor don Gabino. Apenas somos cinco, y afuera habrá un puñado más. Demasiado pocos para tal tarea.

—Por eso no se inquiete, don Paz. Mientras más importante es una cosa, el número de sus defensores importa menos. Se necesita un ejército para defender a una nación; pero basta un solo hombre par defender una idea. Las arquitrabes seculares pesan sobre espaldas solitarias.

Y así, solitarios, cada uno rumbeó para su casa, mientras don Gabino, fumando su última pipa, intentaba adivinar las estrellas por entre las hojas del tilo. 


(Algunas ideas y textos de esta historia han sido tomados de Thoughts After Lambeth de T.S. Elliot y de los Escolios de Nicolás Gómez Dávila).


22 comentarios:

  1. ¡Qué gratas reuniones!Son de esas pocas cosas reconfortantes que nos quedan, en este aciago escenario.
    Me quedo rumeando esta frase:"Las arquitraves seculares pesan sobre espaldas solitarias"
    Lamento no haber podido asistir. La próxima (si existe una próxima), ahí estaré. Me alegro haberlo cruzado don Gabino, aunque sea, en su paseo matinal por el bosque.
    Dios lo guarde.
    Suyo
    Dr. Silícides

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  2. Muy bello texto. Cómo interpretar fenómeno de frailes tiktokeros?
    https://mobile.twitter.com/xiskya/status/1338318357343383552

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  3. En Finlandia ex ministra denunciada por compartir Romanos 1: 24-27 en sus redes, acusada de crimen de odio. En Australia es delito desde ahora la consejería a personas lgtbi que acudan a la Iglesia a pedir ayuda para cambiar de vida.

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  4. Si no me traiciona la memoria, en "Los Papeles de Benjamín Benavides", Castellani realiza también una meditación interesante sobre las derrotas de los católicos acá en este mundo (y ejemplifica con los vandeanos).

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  5. ¡Don Gabino ha vuelto! Laus Deo Virginique Matri.

    Los días en que hay relato de don Gabino son para marcar con una piedra blanca. Nos hacen falta consuelos en estos tiempos de desolación.

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  6. Estimado Don Gabino, ¡cómo alegran mis jornadas sus pequeños relatos!

    Me parecen tan necesarios estos relatos cortos y bellos como sus otros escritos periodísticos.

    Pero más necesario y aún urgente resultan las citas en su huerto con un gintonic bien servido entre buenos amigos.

    A la espera, Del-que-viene.
    ¡Y con impaciencia de Eternidad!

    Mr. Pale+

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  7. Los personajes hablan de una "lucha" que podria definirse como tratar de conservar lo más que se pueda del reinado social de Cristo en la Argentina, pero dejan de lado que el reinado social de Cristo en una sociedad, valga la redundancia, es consecuencia de su reinado espiritual en las almas de las personas de esa sociedad. Dado que ese reinado espiritual comienza por la fe, la lucha sensata es tratar de propagar la fe.

    Dado que la fe cristiana se basa en un evento historico, la resurreccion del Hijo de Dios hecho hombre (del Quien sabemos que es el Hijo de Dios precisamente porque su resurreccion confirmó la veracidad de sus palabras), propagar la fe cristiana comienza por mostrar, hacer evidente, que esa resurreccion fue un evento real y no un mito. Eso requiere que el testigo de la fe sea percibido por sus oyentes como alguien que percibe correctamente la realidad. Pero si el testigo es alguien que sostiene que el COVID-19 es un invento, o que el Tercer Reich no mató a millones de civiles judios, o que el universo fue realmente creado hace seis mil años, durante los primeros dos mil de los cuales los seres humanos vivian varios siglos, su capacidad de percibir correctamente la facticidad de eventos que ocurrieron hace dos mil años va ser seriamente cuestionada por esos oyentes.

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  8. Anónimo de las 12:31
    Hay que hacer las 2 cosas, propagar la fe, y luchar por mantener lo más que se pueda lo que quede del orden social cristiano.

    Por ejemplo, los abortistas dicen que la legalización no debería interesarle tanto a los antiabortistas, porque sin legalización también hay abortos. Que lo único que cambiará es que los abortos ahora son seguros para las madres.
    Eso no es verdad, la clandestinidad del aborto tiene un efecto disuasorio, desalienta los abortos, lo complica. Sin clandestinidad, muchas personas van a dejar de nacer cada año. Es algo terrorífico de pensar, pero quién sabe cuántos no habrían nacido si sus madres hubiera tenido aborto rápido, fácil, accesible, seguro.
    Hay que luchar para propagar la fe, y para mantener los resabios del orden social cristiano que todavía no se han borrado.

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  9. Qué inspirador ese tilo, Wanderer!
    PP

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  10. Causas perdidas son el buen salvaje de Rousseau o la quimera del oro de Jack London, porque no existen, son una utopía.
    Los católicos no luchamos por vencer al mundo, esa batalla está ganada desde el vamos porque Cristo ha vencido al mundo.
    Pero no debemos dormirnos en los laureles, nuestra tarea es luchar para dar testimonio y perseverar hasta el final, porque lo que viene es tan terrible que si Cristo no vuelve hasta los elegidos se perderían.
    Benedicto XVI ha dicho con razón que estamos viviendo la dictadura del relativismo, del pensamiento único, de lo políticamente correcto.
    Hace 100 años a nadie se le hubiera ocurrido hablar de matrimonio homosexual, sin embargo, quien hoy se opone a esa realidad corre peligro de ir preso. Este cambio brutal es una clara señal de la proximidad del Anticristo.
    Así que es muy buena la idea de Don Gabino de invitar a sus cuatro amigos para discutir la forma de arreglar el mundo, porque como muy bien dijo Pablo Paz, "mientras más importante es una cosa, menos importa el número de sus defensores".
    Por eso en estos tiempos donde cada vez arrecia más la furia de la apostasía y el paganismo, igual que Don Gabino, Wanderer es una luz en medio de la oscuridad donde los pocos que vamos quedando podemos venir a recargar las pilas para seguir luchando.
    Que nunca se apague esta pequeña luz...

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  11. Gracias don Gabino por volver. De verdad lo extrañaba. Una alegría!!! Que se repita.

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  12. A riesgo de señalar una "patética miserabilidad", como gustaba decir don Hipólito, es los "arquitrabes". Quizás el texto inglés de base explique el pequeño error en un texto que comparto totalmente

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  13. Estimado anónimo, no se trata de un problema por el inglés de base. De hecho, esa frase es de Gómez Dávila que escribió en castellano.
    En este caso, se trata de un craso error del autor, es decir, yo.

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  14. la naturaleza nos enseña que cuando un animal o una persona se siente amenazado puede reaccionar de 3 maneras: pelear, huir, inmovilizarse.
    Para cada uno de ellos hay un tiempo, y Jesús nos lo demostró. El peleo en el templo cuando echó a los mercaderes, huyó cuando lo quisieron despeñar y quedó inmóvil cuando se entregó.
    Hay que vivir y saber donde pelear, donde huir y donde ser mártir.
    Pero la enseñanza más importante es Jesús no dialoga, no lo hizo con Herodes ni los Sumos Sacerdotes. Con Pilatos tampoco, apenas cruzó unas palabras para consolarlo.
    El aborto es una batalla más, pero no la más importante, así que oración y conversión,
    buenas noches

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  15. "¿Duelo? ¡Jamás, la lucha no se abandona! Sin duda, la vida del cristiano, será repetir el doloroso paso de Cristo por la tierra. Pero, Cristo, no fracasó. En todo caso, su triunfo sólo parece derrota, por su claro contraste con la frívola perspectiva del mundo -"credo quia absurdum"-, y que no es más que la señal inequívoca del clamoroso triunfo de Cristo sobre el mundo. Con lo cual no quiero señalar que el dato de fe, sea ajeno a la razón, sino, simplemente, que, en razón de su carácter sublime, no hay modo de que pueda coincidir con el chato pensamiento, siempre "políticamente correcto", de los hombres. Es claro que hoy, como siempre lo ha sido, al decir de San Pablo, es tiempo de lucha. Y esa lucha que los cristianos estamos llamados a librar hasta el último instante de nuestras vidas, no admite vergonzosas treguas, ni claudicantes abandonos, -"el cornudo enemigo no duerme" -"El impío anda en acecho del justo y busca cómo quitarle la vida"-, y el daño que hace en cada instante, valiéndose de sus ciegos y perversos esbirros, es, ciertamente, pavoroso. Basta escuchar los noticieros de cada día, para darse cuenta de ello. Y no se trata de un combate que se desarrolla "tejas afuera", y no porque esto no suceda, sino, porque la lucha más encarnizada se libra en el interior de cada alma. Y ésa es la batalla, en la que, sin abandonar la otra, hay que combatir con más empeño y denuedo, porque más mérito tiene la victoria del débil sobre sí mismo, que la del fuerte sobre mil enemigos que lo asedian de fuera. Y aunque parezca que esa batalla se ha de librar siempre en soledad, en rigor, no lo es en absoluto, porque, aunque no se hagan visibles, mil legiones de ambos lados del frente de lucha, están participando, al mismo tiempo, y de la misma batalla. Aunque sólo en uno de ellos, codo a codo entre los suyos, también está combatiendo el Señor. ¡Animo, Dios está con nosotros! ¡Pongamos, entonces toda nuestra esperanza en Él! ¡Alabado sea Jesucristo!

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  16. Don Gabino: me consta de inmejorable fuente, que -movido por las fatigas y las glorias de una ardua cabalgata- El Poeta ha dado a luz un inspirado soneto, cuya lectura mucho bien haría a los vencidos, esto es, a nosotros, según doxa del mundo. Intente usted que lo comparta en este sitio.

    The prophet of Flowers

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  17. Perder batallas a borbotones no me importa, se lo aseguro. Pero me horroriza la cantidad de niños sin bautismo que van a morir culpa del aborto y la cantidad de madres endemoniadas que van a asesinar a sus hijos.
    El "retroceso" cada vez más acelerado no es lo que me preocupa. El mismo pecado es castigo en sí mismo (Rom I, 23); el mismo aborto castiga a las madres asesinas, la infidelidad a los curas incrédulos y así un largo etc.

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    1. Esos niños están en las manos de Dios, que es infinitamente misericordioso. No los va a abandonar. En cuanto a las madres, créame que al menos una buena parte no sabe, realmente, lo que está haciendo. Todo esto es, de todos modos, demoníaco y desalentador. Pero todavía la ley no salió. La Iglesia argentina tiene una deuda con toda esa gente que quizá, con mas cercanía de los cristianos, no pensaría siquiera en abortar.
      Saludos
      G.

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    2. Ojalá le importen las batallas perdidas don Pelayo, Dios parece empecinado en que perdamos toda esperanza natural para que se purifique la sobrenatural y solo de ella pendamos.
      de otra manera: que va a ofrecer a Aquel que viene?
      In Domino!

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  18. El cristiano ya tiene asegurada la victoria gracias a la Cruz de Cristo hace ya muchos siglos, pero solo podremos disfrutar ese triunfo en la Narnia mas real, no en estas sombras pasajeras.

    Cuando más oscura se pone la noche, mas cerca esta el sol...

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  19. ¡Que refrescante lectura !
    Como un gin tónic con pepino

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