miércoles, 31 de mayo de 2023

Devotio moderna y liturgia

 




En los primeros años de existencia de este blog, dedicamos varias discusiones al tema de la devotio moderna y de la espiritualidad barroca. No es el caso de reeditarlas pero vale la pena retornar a algunos de los aspectos más sorprendentemente nocivos que han tenido sus desviaciones. No digo que la devotio moderna sea nociva: fue un movimiento más dentro de la historia de la espiritualidad cristiana hacia cuyos maestros no tengo más que palabras de elogio. El problema fue la desvirtuación de ese movimiento cuyos efectos aún hoy se sufren.

La característica que quiero señalar de la devotio moderna es su acentuación de la afectividad dentro de la vida espiritual y, consecuentemente, del carácter individual y privado de vida interior. Históricamente, y hasta el siglo XII, la espiritualidad cristiana era fundamentalmente comunitaria, es decir, litúrgica. Los hombre se santificaban participando en la comunidad eclesial la que se expresaba sobre todo en la liturgia. Es ese el sentido que tenía la espiritualidad monástica, que era la única que existía, pues era la que naturalmente seguían todos los cristianos, dentro o fuera de un monasterio (al respecto, no dejo de aconsejar el excelente libro de Louis Bouyer El sentido de la vida monástica). No solamente los monjes vivían su espiritualidad desgranando su vida en los oficios litúrgicos —siete veces cada día—, sino que también los laicos participaban en alguna medida de ellos. Basta leer la carta que Dhuoda le escribe a su hijo Guillermo en el siglo IX indicándole qué debía rezar: salmos, salmos y más salmos, para las diversas horas del día o para las diversas circunstancias. Se trataba de una espiritualidad eminentemente litúrgica.

Es posible que la renovación monástica que representó Cluny y que implicó una enorme concentración de riquezas y poder en los monasterios que estaban sanamente sustraídos a la autoridad de los obispos, haya desvirtuado en alguna medida esa espiritualidad. Los oficios litúrgicos se volvieron interminables, con añadidos y suplementos, y la vida espiritual de monjes y laicos se mecanizó, volviéndose en muchos casos no más que un ejercicio repetitivos de salmos e himnos. Es justamente en este ámbito en el que surge San Bernardo y su reforma cisterciense, en la que, además de volver al cumplimiento más estricto de la Regla benedictina, insistió en la devoción de la humanidad de Cristo y, consecuentemente, hacia una piedad y devoción más afectiva y, por tanto, más individual. La orden del Císter fue una verdadera renovación de la espiritualidad cristiana introduciendo elementos novedosos que la cubrieron con otro brillo.

Fueron esos elementos los que algunos siglos más tarde dieron ocasión al surgimiento de una espiritualidad nueva; no de un nuevo brillo en la milenaria piedad y devoción de los cristianos, sino de una nueva devoción, la devotio moderna. Creo que la enseñanza de los maestros de esta nueva forma de piedad, como los flamencos Gerard Groote o Tomás de Kempis, o los españoles García Jimenez de Cisneros o Ignacio de Loyola tuvieron la buena intención de renovar a la Iglesia y a sus fieles proponiendo nuevos caminos. Lamentablemente, estos senderos muy pronto se desviaron, y la “verdadera devoción” cristiana pasó a ser una cuestión fundamentalmente individual y privada. El día se distribuía en ejercicios piadosos: una hora de meditación perfectamente pautada con introducción, cuerpo, propósitos y “afectos”, florecillas espirituales, novenas, escapularios de diversos colores, etc., etc. En las comunidades religiosas, la misa y el oficio pasaron a ser en muchos casos no más que interrupciones a la vida de oración; ceremonias imperadas por la Iglesia que poco tenían que ver con la vida espiritual de los religiosos. Y a punto tal llegó esta concepción que San Ignacio, cuando funda la Compañía de Jesús, por primera vez en la historia de la Iglesia, elimina el rezo del oficio divino comunitaria haciéndolo un deber u oficio individual de cada miembro. No era cuestión de que los buenos padres de la Compañía interrumpieran sus permanentes actividades siempre hechas para mayor gloria de Dios a fin de rezar salmos e himnos; no había que perder el tiempo. 

Pero más allá de lo fenoménico, las consecuencias profundas y escondidas de las desviaciones de esta nueva devoción, fue la primacía del sujeto por sobre el objeto (con perdón de la terminología moderna) y de la voluntad por sobre la razón. La liturgia, y en ella el oficio y la misa, pasaron a ocupar un lugar secundario en la vida de piedad. Lo importante era el afecto y la disposición interior del sujeto, de cada individuo, de cada cristiano. La santidad venía dada por la realización de “ejercitaciones” de piedad, es decir, por ejercicios de la propia voluntad. El culto no era más que la ocasión para conseguir la eucaristía, se comulgara o no durante la misa, y lo importante eran las disposiciones interiores de cada uno mientras se estaba en misa. Y por ese motivo, se alentaba a los fieles a que leyeran sus oraciones en los devocionarios o rezaran el rosario mientras se celebraba el culto al Dios viviente para no aburrirse. El culto era un objeto útil para confeccionar un sacramento; pero lo importante para la santificación era el sujeto que asistía a ese culto.

Y esto tuvo consecuencias lamentables. Y las vimos expresadas candorosamente hace algunas días en el escrito de un fiel católico en el que se daban razones por las que no habría que asistir a la misa tradicional cuando ésta es celebrada por sacerdotes de la FSSPX. Buena parte de su argumentación está alimentada por esta protuberancia enfermiza de la devotio moderna. Él autor admite que en muchos casos las misas del rito de Pablo VI son celebradas “sin unción, con descuidos litúrgicos graves y hasta con sacrilegios”. Sin embargo, hay que asistir igualmente a ellas -dice- porque “la piedad verdadera tiene que ver con la aceptación lisa y llana de lo que hoy manda la Iglesia, aunque no estemos de acuerdo, aunque nos cueste entenderlo, aunque no veamos los motivos... eso y no otra cosa es lo que nos hará participar con mayores frutos espirituales de la única misa”. Para el autor de ese escrito, lo único importante es la obediencia y los frutos espirituales que el sujeto pueda obtener en la participación del acto de culto, más allá del culto mismo. El objeto, es decir, la misa, no importa cómo sea celebrada, en un rito o en otro, con mayor o menor unción; lo que importa es la disposición interior del individuo que asiste a ella; y si le cuesta asistir porque la encuentra fea o no le gustan las guitarras, tanto mejor, puesto que está ejercitando más heroicamente la propia voluntad. En pocas palabras, una piedad voluntarista e individualista, y muy alejada de la tradición espiritual que nos enseñaron los grandes maestros como San Benito, San Gregorio o los Padres del Desierto.

Se entiende entonces por qué para quienes han sido formados en esta espiritualidad, les importe poco la liturgia. Ven ella no más que un dispositivo que les permite comulgar y obtener de ese modo “frutos espirituales”. Se trata de una instrumentalización utilitarista de la liturgia. El ofrecer al Dios vivo el culto verdadero —que eso quiere decir ortodoxia— ha quedado relegado o, mejor aún, silenciado. Ha desaparecido. Y el culto ha terminado convirtiéndose en una herramienta útil para “santificarme”; soy yo el fin último del culto, y ya no lo es Dios. De aquí al progresismo, es cuestión solo de tiempo. 

52 comentarios:

  1. Es excelente su post Wanderer. Le agradezco mucho y le pido a usted o algún buen escritor del blog si me pueden recomendar algún libro o escrito de por qué la Santa Misa no debería llamarse "La eucaristía" o "la Santa Eucaristía". Creo entender el porqué, pero soy consciente me faltan argumentos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí me resulta paradójico que muchos de quienes celebran con el misal de Pablo VI llamen así a la Santa Misa, cuando precisamente la Eucaristía es a lo que menos importancia tienden a darle. El momento estelar suele ser la homilía, seguido en preponderancia por las preces y el intercambio de signos de paz, y la liturgia eucarística se suele hacer aprisa y corriendo, sin recogimiento en la consagración, ni atención a momentos como la conmixtión, que frecuentemente se ejecuta mientras todos los feligreses se abrazan, besan y entrechocan.

      Eliminar
  2. Estimado, no sé por qué no habría que llamar "eucaristía" a la Santa Misa. Es verdad que es el término que prefiere la progresía post-conciliar, pero allá ellos. Pero si entendemos, como corresponde, el término "eucaristía" exactamente lo que la palabra significaba desde los orígenes: la celebración de Dios revelado y comunicado, del misterio de Cristo, en una oración de tipo especial, en la que la oración misma reúne la proclamación de los mirabilia Dei y su re-presentación en una acción sagrada que es el centro de todo el ritual cristiano, no veo por qué no deba utilizarse para designar a la Santa Misa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Excelente! Le agradezco mucho la explicación don Wanderer.

      Eliminar
    2. No se puede llamar al todo con el nombre de una parte. Ciertamente, la eucaristía está presente y es el centro del culto, pero la Santa Misa es más que el hecho sacramental que se realiza en su interior. Llamar Eucaristía a una celebración donde esta ocupa un lugar relativamente pequeño es querer llamar a La Tierra por el nombre de una de sus cordilleras o al Océano Pacífico por el nombre de uno de los muchos ríos que a él confluyen.

      Eliminar
    3. Misa es una parte también: la despedida. Ite, missa est.

      Eliminar
  3. A propósito de la carta de Dhuoda a su hijo Guillermo de Septimania y el tema de la devoción litúrgica, me permito recomendar el excelente libro "El nacimiento de la cultura cristiana" del Dr. Rubén Peretó Rivas. Hay edición española y argentina.

    ResponderEliminar
  4. Muy buen post, estimado Wanderer. Étienne Gilson analiza las razones filosóficas que posibilitaron la aparición de la Devotio moderna, y una de ellas es la escisión entre fe y razón, sobre todo en el ocaso de la Edad Media (digo sobre todo porque la cosa venía de mucho más lejos). Esta desconexión entre fe y razón habría producido una desconfianza y lasitud generalizada luego del fracaso de tantos filósofos y teólogos para lograr algo parecido a una verdad recibida en común. Dice Gilson: "Duns Escoto había estado en desacuerdo con Tomás de Aquino y Ockham había estado en desacuerdo con Duns Escoto. ¿A quién hay que creerle? Es cierto que los maestros de la vida mística habían encontrado una salida a ese laberinto en lo que llamaban la unión del alma con Dios. La doctrina de Meister Eckhart había sido condenada por el Papa Juan XXII en 1329; Juan Ruysbroeck fue acusado de averroísmo por Juan Gerson, quien a su vez no dejaba de tener un toque de ockhamismo. Muchos cristianos del siglo XIV estaban simplemente hartos de todo este asunto. No les servía de nada la teología especulativa, no querían perderse en los oscuros e inseguros misterios de la unión mística; lo que querían era una vida cristiana directa y práctica, y nada más".
    En definitiva, la devotio moderna fue una reacción frente a la especulación excesiva que había perdido de vista ya la síntesis unitiva de fe y razón caracterizó a la Edad Media.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y no le resulta al menos sospechoso que una síntesis así de simplona no esté un poquito influenciada por el fantasma de Hegel, viendo tesis y antítesis para resolverse en una nueva que dará origen a otra tríada de rivalidad y enfrentamiento de pensamientos para el devenir progresivo de las luces? mmm.. resolver así de manual la cosa, me pareció siempre un poco extraño.

      U' Seccu

      Eliminar
    2. Estimado, no es una “síntesis así de simplona” cómo usted dice, es el encuentro armonioso entre fe y razón, es el intellectus fidei medieval. Por ende, Utilizó la palabra síntesis no en sentido hegeliano sino siguiendo el hilo de Gilson que no creo que pueda ser acusado de hegeliano.
      De todos modos, no puedo negar, para escándalo de muchos que lean este comentario, la genialidad de Hegel. Pero ese es otro asunto.

      Eliminar
    3. Es posible su conclusión.

      La enseñanza universitaria, que es profesional, exige rigor intelectual.

      Sin embargo a la mayoría de los fieles les importa muy poco Aristóteles, Aquinate y la lógica. Lo que les importa es que la religión sea verdadera y la doctrina también; esto es, necesitan seguridad.

      Seguridad para saber que lo que hacen es correcto (es decir, que no ofenden a un Dios que les puede castigar en la tierra y eternamente en la vida futura ).

      Desde el punto de vista profesional, la razón puede dar seguridad (racional o lógica) a los clérigos, lo que ayudará a su vez a que los laicos a su cargo personal crean y cumplan con lo que la religión impone

      Hay entre esas dos posturas una intermedia, profesional también, pero que no le atrae la especulación intelectual. De hecho muchas de esas personas han entrado en religión por razones religiosas, pero en su training resulta que tienen que aprender filosofía, que no tiene nada que ver con las santas escrituras.

      No es de extrañar que los franciscanos, que desde San Buenaventura no tienen figuras importantes, porque dan importancia a otras cosas, devociones..., lideren este movimiento, que es muy popular.

      Tampoco es de extrañar que esto acabe en los movimientos religiosos que defiende la "sola scriptura" como única fuente de autoridad.

      Hay que recordar que la vida monacal no estudia(ba) realmente teología; sólo la estudian los que por su oficio tienen que predicar o ser sacerdote; y estos son excepciones. Con los frailes es parecido, porque aunque su fin sea la predicación, no todos en un convento predican; un convento es una casa que tiene que funcionar con oficios para cumplir un fin en comunidad que es religioso.

      Eliminar
  5. "Muchos cristianos del siglo XIV estaban simplemente hartos de todo este asunto. No les servía de nada la teología especulativa, no querían perderse en los oscuros e inseguros misterios de la unión mística; lo que querían era una vida cristiana directa y práctica, y nada más"."

    Esto me parece algo bueno a mi. Acaso no es fácil caer en la herejía a partir de la especulación? Hace unos años leí una boutade por internet que decía algo como "mientras más detallada es la descripción de la Trinidad las chances de decir una herejía se acercan al 100%".
    Una persona que se pone a especular, en el estado actual de la Iglesia, tal vez termine dejando la Iglesia o haciéndose sedevacantista o algo así. Para mantenerse con los pies adentro de la Iglesia hoy se necesita una fe simple, como la de un niño.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo que Usted pide no es correcto, ni natural. Lea a San Pablo. Uno debe madurar, crecer y analizar con inteligencia y la realidad por triste o compleja que resulte.
      No puede tener la fe de un niño, una persona de 50 años.

      Eliminar
    2. Bueno estimado de las 13.24, la cosa no es tan simple. Lo de hacerse niño, dicho de nuestro Señor, no es algo baladí. Hay que ver la cantidad de barbaridades que se han derivado del denominado "cristiano adulto". Me atrevo a decir que, en la historia de la Iglesia, es abrumadora la mayoría de católicos que no han leído a Ockam, Tomás de Aquino, Kempis, Escoto, Gilson -por citar sólo los que han sido mencionados aquí- en toda su vida y aún así han sido buenos o buenísimos cristinanos. La "intelectualidad" ha sido muy minoritaria. Porque leyendo a San Pablo, como dice, no es nada fácil establecer el límite con aquellos que creyéndose sabios se hicieron necios, y el Apóstol recalca esto como un serio problema. Porque lo tengo a mano, dice Straubinger en Mateo 18: 1 Ser niño! He aquí uno de los alardes más exquisitos de la bondad de Dios hacia nosotros. He aquí uno de los más grandes misterios del amor, que es uno de los puntos menos comprendidos del Evangelio, porque claro está que si uno no siente que Dios tiene corazón de Padre, no podrá entender que el ideal no esté en ser para Él un héroe, de esfuerzos de gigante, sino como un niñito que apenas empieza a hablar. ¿Qué virtudes tienen esos niños? Ninguna, en el sentido que suelen entender los hombres. Son llorones, miedosos, débiles, inhábiles, impacientes, faltos de generosidad, y de reflexión y de prudencia; desordenados, sucios, ignorantes y apasionados por los dulces y juguetes. ¿Qué méritos
      puede hallarse en semejante personaje? Precisamente el no tener ninguno, ni pretender tenerlo robándole la gloria a Dios como hacían los fariseos (cf. Luc. 16, 15; 18, 9 ss.; etc). Una sola cualidad tiene el niño, y es el no pensar que las tiene, por lo cual todo lo espera de su padre.". La cita de Gilson que se hace arriba, a quién no he leído nunca, tiene relación directa con todo esto. Saludos

      Eliminar
    3. La cita que copia el anónimo es una descripción de lo que ocurría, no una valoración positiva del hecho. La teología especulativa no les servía porque la misma se había vuelto un bodrio, no porque la teología especulativa en sí misma no sirva; todo lo contrario.

      Eliminar
    4. "...no una valoración positiva del hecho...". Como no he leído a Gilson no puedo discutir esa interpretación. Entiendo que Ud. lo ha leído y puede entonces realizar esa aseveración tajante. Sds

      Eliminar
    5. Pampeano,
      Tampoco caigamos en el error opuesto del fideísmo o el irracionalismo. Santo Tomás lo dejó ya claro en la I pars, no pretendamos reinventar la rueda.

      Eliminar
    6. Mientras "hacerse como niños" no se confunda con "tener la fe del carbonero"...
      Distinciones.
      Porque la "fe del carbonero" o sea una fe no ilustrada, o ingenua, o como quieran, puede ser meritoria para el carbonero, pero no para los demás.
      "Hacerse como niños" es otra cosa.

      Eliminar
    7. Estimado pampeano, efectivamente, no es una valoración positiva del hecho la que hace Gilson. He leído todo el libro en donde la dice y es otra cosa la que quiere mostrar el francés. Incluso dice que esa Devotio Moderna fue la que en parte posibilitó la aparición de Lutero.
      Saludos,

      Eliminar
    8. Decía Don Miguel de Unamuno:

      "Agranda la puerta, Padre,
      porque no puedo pasar,
      la hiciste para los niños,
      yo he crecido a mi pesar.
      Si no me agrandas la puerta,
      achícame, por piedad,
      vuélveme a la edad aquella
      en que vivir es soñar".

      Crecer es inevitable y perder la inocencia también, pero la Iglesia necesita de sus mejores hijos para dar batalla a los enemigos de Dios, porque como bien enseña el Evangelio, "los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la Luz".
      Tal vez en eso radica el secreto de la salvación, saber multiplicar los talentos que el Señor nos dio para que cuando vuelva nos diga: "Bien, buen siervo, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu Señor".
      Como no puede ser de otra manera, eso se lo dice a un adulto, no a un niño. Así que para lidiar con eso hay que leer, formarse espiritualmente y salir a batallar en un mundo que no perdona, mucho menos si uno es católico.
      Pero eso no es todo, también hay otra batalla difícil, vencerse a sí mismo y dominar sus pasiones, única forma de volver a ser niño y poder pasar por la puerta que Unamuno suplicaba achicar.

      Fuenteovejuna

      Eliminar
    9. Estimado,
      ¿Me podría decir qué es una vida cristiana directa y práctica? ¿Son los misterios que se nos han revelado meras guías prácticas para vivir como “hombres buenos”?
      Y respecto a tener la fe de un niño, no sé a qué se refiere con eso. Nuestro Señor nos mandó a ser como niños, imitando su humildad e inocencia como dice San Jerónimo. No creo que se refiera a una llaneza intelectual y por qué no espiritual, lo que contradiría numerosos pasajes de las Sagradas Escrituras. "Amarás al Señor, tu Dios, de todo tu corazón y de toda tu alma y de todo tu entendimiento”; “estad siempre prontos para dar razón de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere”; “Cuando yo era niño hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser hombre dejé como inútiles las cosas de niño”; ¿cómo compatibilizar estas citas con lo dicho?

      Eliminar
    10. Hay otro problema. Sin la fe robusta y arraigada en la razón más pronto que tarde entran los errores. Y con los errores se acaban los hombres buenos. Es cierto que es mejor ser humilde que disputar sobre la Trinidad, pero si no sabes qué es la Trinidad olvidate a la larga de ser humilde, al menos cristianamente.

      Eliminar
    11. Bueno, de los esbozos que se obtienen de los comentarios sólo se puede advertir que es un tema que puede dar para un libro entero que relacione todos los tópicos. Frente a esto soy un piojo. Andreas, Ludovicus, la misma cita de Unamuno y otros retazos de los demás comentaristas nos advierten que la cuestión es ardua. Sólo para cerrar es aquí donde entra la importancia de los pastores para el carbonero, el sencillo, los que no leen a todos los grandes, aunque se cansen de decir ya desde tiempo atrás que es la hora de los laicos o de cristianos adultos, corriéndose ellos a la sacristía (si al menos hicieran esto). Los pastores, en gran cantidad, han dispersado el rebaño y dejado a merced de los lobos y sobre eso se les pedirá cuentas ya que el rebaño no es de ellos, es de Cristo, quien lo puso a su cuidado. A nadie se le puede decir lea a Santo Tomás, Gilson, las encíclicas de tal o cual Papa cuando su argumento es lo dijo el obispo tal, el cura tal, el cardenal tal, el mismísmo Papa actual. La situación es grave, muy grave. Saludos y gracias.

      Eliminar
    12. Pampeano.
      En eso tiene razón.
      La defección de los que tienen cura de almas condena a muchos "simples" (llamémoslos así, aunque es ambiguo). Los clérigos deberían estar temblando y temiendo mucho.
      Creo que es de San Agustín la frase, dirigida a sus feligreses: "Para ustedes soy Obispo, con ustedes soy cristiano; éste es un nombre de salvación, el primero de condenación".
      Los que tengan ignorancia invencible se salvarán, los que sean culpables de su ignorancia, pues bueno, el juicio se lo dejo a Dios.

      Eliminar
  6. ¡Gracias x su post!!!! Me encantó. Y me sirve para reflexionar sobre mi propia espiritualidad. Gracias!!!

    ResponderEliminar
  7. Creo que el la actualidad hay mucho riesgo de caer en ese individualismo debido a la mala forma de celebrar el culto debido a Dios Trino y Uno. Porque cuando la celebración llega al punto de escandalizar, no queda más que ausentarse, en ese sentido, para muchos, y me incluyo, no tenemos opciones de asistir a una Misa que se celebre como Dios manda. ¿Qué opción nos queda? Cuando en misa empiezan a bailar o a hacer excentricidades, yo me retiro. En ese sentido la liturgia comunitaria está ausente, y no por voluntarismo sino porque la única disponible dista mucho de ser una verdadera liturgia.

    ResponderEliminar
  8. Esta es una de las cuestiones más importantes a resolver en la Iglesia. La gracia supone la naturaleza, y si el hombre es social se salva en sociedad (la Iglesia) o no se salva; de ahí el fuera de la Iglesia no hay salvación. Y por lo tanto la mejor y principal manera de rendir culto a Dios es socialmente.
    Lo que pasa es que siendo modernos, no tenemos una buena noción de bien común y oscilamos entre colectivismo e individualismo, socialismo o liberalismo. Y nunca en la verdad, que en este caso como la virtud, está en el medio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La gracia presupone, no supone. La gracia no supone (implica, de poner debajo), sino que tiene como condición previa la naturaleza. Recalco esto porque, como bien dices, la salvación es comunitaria. Diría más, la salvación es la introducción en la comunión Trinitaria, es una conversión hacia una comunidad con Dios, como describe tan preciosamente Dante en la Comedia. No es que el hombre sea social (palabra horrible) y entonces la salvación tenga que ser social, sino que la comunión es la elevación sobrenatural de la capacidad natural de amor de amistad («Os he llamado amigos...»).

      Eliminar
  9. Un de las mayores sorpresas para un "católico" moderno es enterarse de que no hay oración personal más perfecta que participar del culto público de la Iglesia, el Santo Sacrificio de la Misa. Claro, si no entiende la noción de bien común no hay mucho que hacer.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay que tener en cuenta que la liturgia es "mas perfecta" porque está creada por profesionales devotos y porque es comunitaria (el hombre es un ser social y nos influye el grupo al que pertenecemos)

      La oración personal puede caer en la ensoñación egoísta y de evasión.

      Eso no significa que no sea necesaria. Naturalmente que lo es, pero dentro de una vida equilibrada entre comunidad, que establece el tono, e individualidad, que da profundidad y significado; pero ambas y en ese orden.

      Eliminar
    2. ..."Es posible que la renovación monástica que representó Cluny...haya desvirtuado en alguna medida esa espiritualidad"

      No; lo que sucede es que aunque "hombre" existe desde nuestros primeros padres, su modo de pensar es muy diferente y por tanto, sus necesidades espirituales también.

      El hombre es un ser social y, para sobrevivir, ha de someterse al grupo, por lo que pensar (en el sentido intelectual que le damos, porque pensamos siempre) no es muy necesario; antes bien, puede ser peligroso. Por ejemplo, desde "siempre" se siembra por San Nosequién. Si piensas y siembras por San Nosecuantos te puedes quedar sin cosecha y morirte tu y tu familia de hambre.

      La actividad económica ha creado unas condiciones sociales (la ciudad y el mercado ) donde ahora se exigen otras cosas para sobrevivir o, por lo menos, para vivir mejor.

      Por ejemplo el comerciante debe pensar todo el tiempo sobre lo que puede vender (y por lo tanto comprar para vender) y administrar el dinero, porque si no piensa o se fía en lo de siempre, puede que no le compren, pierda la inversión y se mueran él y su familia de hambre.

      Las necesidades económicas obligan a pensar y hacer apuestas que tengan posibilidades de ganarse. Este desarrollo intelectual trae la individualización (porque lo de siempre no siempre funciona ). Y la individualización, premios para el que acierta (seguridad en su juicio), y modas, lo que individualiza aun más.

      En las ciudades el intercambio de bienes, ideas y trato social potencia esta tendencia. Y para mucha gente que se debilite el control social, lo ayuda a cierta individualización.

      De aquí saldrá una espiritualidad más personal e intima (devotio moderna) e incluso con el tiempo el protestantismo (opiniones personales que se salen de la doxa común )

      Hoy cualquiera de nosotros tenemos que decidir profesionalmente 8 horas al día, durante 5 días a la semana, más decidir la compra del súper, el video de youtube y la película de Netflix, lo que indica desarrollar todavía más individualidad como cualquier músculo, por lo que el ritual religioso puede parecer ajeno.

      Curiosamente el hombre sigue siendo un ser social, por lo que sigue necesitando del grupo, aunque más personalizado y más pequeño; por lo que necesitará del rito; pero no de cualquier rito. No es de extrañar que estemos en la época de las sectas y los hasrams del Himalaya.

      Por tanto no es un problema de "Cluny". Cluny surgió cuando tenía que surgir y desapareció cuando tenía que desaparecer.

      Y sí, en plena individualidad mística a la carta, ya habrá gente que suspire por vivir una experiencia tipo Cluny.

      (lo que de alguna manera se puede adquirir en Santa Magdalena del Barroux ¿para qué sirve el internet si no? Ídem los vuelos los cost y las mochilas)

      Por cierto, que los cambios de "pensamiento" se hacen de generación en generación.

      Eliminar

  10. Magnifico el comentario de Pampeano de las 18:24
    "Si no os hacéis como niños no entraréis en el Reino de los Cielos". Para un cristiano se pierde la inocencia respecto al mundo, pero renace y ensancha con Nuestro Padre. No es incompatible con el uso de la razón y la teología. ¿Acaso no tendría la mirada inocente de un niño el propio Santo Tomás de Aquino? Es con esa confianza filial como se consiguen de Dios los grandes milagros.

    ResponderEliminar
  11. Estimado Sr:

    Antes que nada, quiero darle las gracias por este blog delicioso. Sus artículos nos ayudan a conocer la tradición con un estilo refinado, culto. Es un pensamiento elevado que, precisamente por eso, eleva La Fe. Como decía Castellani, La Fe hay que pensarla.

    Yo escribo desde España, desde Navarra. Es difícil encontrar aquí una Iglesia donde no te ofenda lo que se dice o lo que se hace. El pasado domingo, el cura dijo literalmente que la Fe de nuestros mayores ya no sirve en estos tiempos. Comentó que ellos (los curas y monjas de la zona) habían tenido una "asamblea" para cambiar las cosas. Me pareció obscena la palabra "asamblea", como si se tratara de un sindicato.

    Creo que es un pecado grave lo que están haciendo. Cuando salimos de misa, una de las monjas me dijo que debo empezar a plantearme que tal vez los enemigos de la moral católica y de la Iglesia tienen razón. En la homilía, el cura nos instaba también a abrirnos para acoger a los otros, a los que no quieren saber nada de la Iglesia. Para nosotros, para los fieles que estamos ahí, no hay piedad ni consuelo alguno.

    Produce mucha rabia e indignación escuchar a personas consagradas hablar así. La cuestión es, ¿qué hacer?.


    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ..."La Fe de nuestros mayores ya no sirve en estos tiempos"...

      Pues vaya Fe más rara: Depende del tiempo funciona o no funciona.

      ¿Será cuestión de modas?

      ¿y cómo sabemos entonces que la nueva Fe que traen éstos es la buena, la que vale, la que funciona?

      La única Fe es la que existe siempre y en todos los tiempos hasta que veamos a Dios, cuando por definición ya no será necesaria.

      A mi me parece que le están engañando con toda la cara.

      Agarre bien su billetera con las dos manos y no la suelte ni por lo más sagrado, que estos listos de la Fe primavera-verano se tiran de cabeza a pescar del más confiado.

      Eliminar
    2. Los abuelos solían decir que los curas habían acabado con la religión, que por su culpa ya apenas nadie acudía a misa. Ellos, que conocieron la Iglesia preconciliar, tenían una perspectiva de la que nosotros carecemos.

      La Fe siempre es la misma, usted dice bien. Pero aquí la mayoría de la gente, sacerdotes incluidos, ya no la tiene. Es un milagro, una lotería, cuando viene al pueblo un cura católico, que cree de verdad . Además, la formación teológica de la mayoría suele ser muy precaria: desconocen el latín, el griego y la tradición escolástica.

      Son impostores, porque se han servido de las oportunidades que les ofrece una institución milenaria, establecida en casi todo el mundo, para intereses personales (a veces inconfesables). Y se dedican a dinamitarla desde dentro.

      Eliminar
  12. "La liturgia, y en ella el oficio y la misa, pasaron a ocupar un lugar secundario en la vida de piedad. Lo importante era el afecto y la disposición interior del sujeto..."

    Eso me recuerda a las famosas misas temáticas:
    - Misa de niños
    - Misa por los pueblos indígenas
    - Misa de colación
    - Misa de bienvenida
    - Misa LGBT
    - Misa xxx
    -----

    Quizás estoy equivocado (como por ejemplo lo estaba con el hecho de rechazar llamar a la Santa Misa, Santa Eucaristía).

    ¿Pero no es algo muy moderno, incluso progre estas misas temáticas? Para mí es esto de que la liturgia pasa a ocupar un lugar secundario y se necesita de una temática o motivo para hacer misa, motivo cargado de afecto/emoción dicho sea de paso.

    Capaz le estoy pifiando, pero lo veo retorcido, es como querer culturizar el culto, como si se invirtiera el orden.

    ResponderEliminar
  13. Esto lo he leído a don Mauro Lepori, Abad General del Cister relativo a lo que estamos hablando:

    «Cuando hablamos hoy de “dimensión contemplativa”, pensamos inmediatamente en una espiritualidad abstracta, separada de la vida. Pensamos sobre todo en una dimensión esencialmente individual, privada. Creo que lo que Occidente ha perdido en la época moderna es el ancla de la dimensión contemplativa en la comunidad cristiana, la conciencia de que es sobre todo la comunidad la que es “contemplativa”, la que garantiza el acceso al “Templo” de la relación con Dios. De aquí ha surgido la crisis litúrgica de la Iglesia, que no ha comenzado después del Concilio, pues no se trata de una crisis de las formas litúrgicas o rituales, sino de una crisis de la relación entre la piedad personal y la devoción de la Iglesia, entre la oración personal y la oración de la comunidad cristiana. Se podría decir que la crisis está en la ruptura entre la oración en la habitación (cf. Mt 6,6) y la oración del Cenáculo. La puerta cerrada para la oración secreta ya no coincide con la puerta del Cenáculo, donde la presencia del Señor Resucitado llega a atravesar y donde el Espíritu de Pentecostés abre completamente para el testimonio de Cristo en el mundo. Estas dos habitaciones, la habitación secreta, personal, y la habitación superior del Cenáculo, eclesial, comunitaria eucarística, no coinciden más, son dos habitaciones diferentes que se eligen según el gusto y la sensibilidad. Por tanto, una vez más, lo que las unirá será sencillamente el sentido de nuestra pobreza. La única puerta que hará posible la comunicación entre la cámara secreta de nuestro corazón y la habitación alta de la comunión de la Iglesia es nuestra necesidad radical de Dios».

    ResponderEliminar
  14. Está bien el quid de la cuestión: 1) las desviaciones y exageraciones de la devotio moderna han subjetivizado la fe y la vida espiritual; y 2) una espiritualidad litúrgica, que es genuinamente tradicional en la Iglesia la objetiviza adecuadamente.
    Pero luego no seamos exagerados: ni la vida litúrgica fue siempre tan intensa, ni la liturgia fue siempre tan significativa para todos, ni la gente piadosa acudía a la liturgia sin preocuparse de las disposiciones interiores, etc.
    Los mismos Padres del desierto o S. Benito se preocupaban de esas cosas y presentaban formas de oración que no eran sólo la liturgia.

    ResponderEliminar
  15. El Hombre se tiene que hacer como un niño, en otro lado dice que el hombre tiene que nacer de nuevo, ser perfecto, hacerse eunuco o si no, unirse para toda la vida con una mujer, dejarlo todo (incluso a la mujer?), amar al enemigo, no resistir al mal, dar la vida por los amigos, etc. Después de 2000 años tratando de domar esta doctrina seguimos sin saber que hacer.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿por qué enorgullecerse de una certeza cuando la pena de la incerteza es lo propio de la condición humana? dice Job

      Eliminar
    2. Algo que siempre me confundió del evangelio es la aparente semicontradicción entre ser la luz del mundo, que los hombres vean nuestras buenas acciones, y también la recomendación de hacer nuestras buenas obras, sea ayuno o donaciones, en secreto, para que los hombres no nos gloríen y no obtengamos recompensa en la tierra (para que Dios nos recompense en el cielo).
      Me deja a veces un poco en situación de no saber qué sería lo correcto.

      Eliminar
    3. Se trata de vivir públicamente como buenos cristianos, donde la caridad debe brillar para que seamos luz del mundo, pero en el fuero más interno, en nuestra relación personal con Dios, obrar en privado, para que solamente él vea nuestros sacrificios y penitencias

      Eliminar
    4. Anónimo 21:15
      La solución está en 1) que las buenas obras hay que hacerlas para que los hombres den gloria a Dios y no a nosotros, 2) que las obras hay que hacerlas sin importar si son "ocultas" o "manifiestas" a los hombres, si es una obra buena se hace y ya, Nuestro Señor es quien hace brillar las buenas obras para que Su Nombre sea loado, 3) hay obras que conviene hacerlas en lo oculto por una cantidad de razones, que cada uno tiene que discernir (de veras, no la pantomima de Francisco y cía.), por ejemplo para evitar la tentación de la vanagloria, o porque hay obras que se arruinan si se hacen con bombo y platillo.

      O sea, obrar el bien sin esperar recompensa de ninguna clase para nosotros (lo cual no implica que no necesitemos, psicológicamente, alguna recompensa cada tanto, al menos la gratitud o el afecto de nuestros cercanos), porque toda obra buena nos es dado hacerla por Cristo, con Él y en Él, y para Él.

      Eliminar
    5. Muy interesante tema, en los hechos me sucedio algo, no tan lejano en el tiempo. Mi madre fallecio y se acercaron a mi hermana unas mujeres, de condicion social muy humilde. Abuela, madre y nieta( de unos 12 años) a acercarle el pesame a mi hermana y traerle unas flores para su tumba y la abuela le pidio con mucha mi hermana podian hablar en privado ya que tenia algo que hablar con ella algo que decirle y era importante.
      Mi hermana acepto y esta señora le dijo, que mi madre se habia enterado que su hija iba a abortar( era madre soltera, el novio escapo)
      Y segun ella, mi madre le dijo: " no hagas eso, ni se te ocurra. Yo te pago de mi sueldo leche y pañales hasta que la criatura cumpla 3 años y despues vemos, si es preciso te seguire ayudando,
      Pero no abortes por el amor de Dios no lo hagas ni siquiera lo vuelvas a pensar"
      Y asi la convencio y cumplio su palabra
      Nosotros nunca supimos que nuestra madre habia hecho eso. Nos enteramos bastante tiempo despues de muerta. La niña ya tenia 12 años y la abuela queria mucho a su nieta y cuando mi madre murio estaba conmovida y vino a agradecer ya contar eata historia.
      Si la abuela no se hubiera acercado, no lo hubieramos sabido jamas. Mi mama siempre repetia: "que no sepa tu mano derecha, lo que da tu mano izquierda".
      Nosotros nunca supimos y me impacto.
      Bien harian los politicos populistas de hoy dia en aprender esto.

      Eliminar
  16. Interesante artículo Don Wanderer,

    Una consulta desde la ignorancia y para salir de ella.

    ¿Existe algún estudio o algún artículo sobre la influencia de la devotio moderna en la aparición del Ockamismo, y los herejes John Wycliffe y Juan Huss? Últimamente estuve leyendo sobre las figuras de Wycliffe y los lollards pero me aparecen como algo surgido de la nada, sin explicar las influencias que dieron origen a estos herejes en cuestión. (Además del evidente donatismo y espiritualismo franciscano), hay una película de los 80 sobre Wycliffe pero es más una oda al oficialismo histórico protestante, aquí la dejo por si alguien quiere ver una película de época, aunque no esté de acuerdo con ella.

    https://www.youtube.com/watch?v=tME4e2u5Puk&t=2701s

    Dios lo guarde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo creo que tiene que ver con los efectos de la Peste Negra, que llegó a Inglaterra en 1348.

      Esta epidemia hace que desaparezca el 70% de la población de Inglaterra.

      Esto trajo importantes cambios económicos (falta de mano de obra, subida de salarios y oportunidades), culturales (la falta de clérigos para la predicación se suplió con laicos entrenados o mal escolarizados; de aquí pueden venir los lolards).

      Pero hay una convicción general de que hay que tomarse la religión en serio (por las abundantes muertes) y de que los profesionales (clérigos, monjes y frailes) no lo hacen.

      Hay también un apoyo de la nobleza, que quiere quedarse con las tierras de los monasterios.

      En cierto momento se convierte en un movimiento político contra el poder establecido, con varios levantamientos populares; y es entonces cuando se equipara herejía a sedición y se empieza a castigar como tal.

      Seguramente puede influir también el cisma de 1378 (en las posturas del cisma influyen la teología de los franciscanos Duns Scoto y Guillermo de Ockam) con un papa y un antipapa y posiblemente influyó también la sede del papado en Aviñón desde 1309 (es decir, por la influencia francesa sobre el papado).

      Pero creo que la gran influencia es la peste bubónica.

      Respecto a Hus recuerde que no es sólo un protopotestante, sino en cierto modo es el padre de la nación checa; y por eso y por haber sido quemado vivo por los católicos, una de las figuras que promueve la masonería de Bohemia.

      Eliminar
    2. Tengo entendido que la Devotio Moderna es posterior a estos autores. Y la filosofía de Ockam sería una de causas de este tipo de devoción.

      Eliminar
    3. La devotio moderna tiene que ver con una agrupación llamada "hermanos de vida común", pero la devotio en si es un movimiento laico, muy vinculado con las beguinas.

      Influyó en los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola a través del Ejercitatorio espiritual del benedictino García Jiménez de Cisneros (primo del cardenal ) y en la Introducción a la vida devota de San Francisco de Sales.

      Como la devotio nace en el monasterio de canónigos regulares de San Agustín de Windesheim, su espiritualidad será más bien agustiniana.

      Eliminar
  17. Escribo desde España y yo diría que aquí el Kempis tuvo una importante influencia hasta incluso la generación de mis abuelos. Y supongo que este tipo de piedad tiene sus problemas pero no creo que ni en broma la crisis actual se la podamos achacar al librito. La generación del Kempis era de un catolicismo de celo levítico y ahí están los requetés católicos durante la guerra civil para demostrarlo.. hasta arriesgar la propia vida.

    No fueron ellos los que provocaron el desbarajuste postconciliar. Supongo que los católicos que queden dentro de 50 años, nos culparán a nosotros de la rebelión que se está larvando en toda Europa y que encabeza Alemania. Ojalá estuviera extendida la piedad tipo devotio moderna, puede que no sea la mejor pero es mejor que la desolación actual.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A ver si usted cree que Kempis es una obra devocional hispana.

      Fue muy importante y también lo han usado los anglicanos.

      Cada generación es única y tiene necesidades propias.

      Ese librito lo que plantea es seguir a Cristo si se quiere ser consecuente y responsable.

      Los requetés no tienen nada que ver con este libro, sino con la España rural del siglo XIX que luchaba contra el robo de las propiedades eclesiásticas por la masonería. La guerra civil fue la consecuencia natural a unos conflictos políticos que nacen con la ocupación francesa y la imposición a la gente de ideología que no quiere tragar, como es el anticatolicismo masónico.

      Le recomiendo leer un capítulo cada día (no se asuste, son muy cortos) y pensar sobre lo leído.

      Por cierto, que estas reacciones no son sólo españolas: Los chuans del este de Francia o los zuavos pontificios, que siguen existiendo en Canadá.

      Respecto a si ese tipo de piedad es la mejor, sí lo es, porque promueve una respuesta personal, que es lo que normalmente mueve al hombre moderno.

      (aunque lo que pasa en los estadios de fútbol cada domingo sugiera otra cosa)

      Eliminar
  18. Ciertamente la excesiva "individualización" de la fe, por darle un nombre, puede resultar perjudicial por arbitraria. Pero lo contrario también, cuando el rito, cuando la práctica religiosa se convierte en acto social, en manifestación sobre todo externa, en manifestación de masas, en expresión banal de una fe más exhibida que sentida... Por otra parte, no debe olvidarse que los distintos tipos de devoción son caminos abiertos a distintos temperamentos, carismas y vocaciones humanos, cuya variedad sería erróneo ignorar. Por último, diría que la devotio moderna no es tan moderna. Ya en los Padres de la Iglesia se manifiesta a veces un sentido muy personal, individual, íntimo, subjetivo de la fe muy cercano a ella. Sin esta forma de sentir la fe y de entenderla las Confesiones de San Agustín resultan absolutamente incomprensibles. Precisamente este inmenso y quizá máximo Doctor de la Iglesia pone mucho énfasis en el aspecto emotivo de la fe. Su teología es en gran medida una teología del corazón.

    ResponderEliminar