Estimado señor,
Como habíamos mencionado en la primera carta, ahora en esta segunda pretendemos, en la medida de nuestras fuerzas, exponer brevemente el origen y manera en que creemos que sucedió esta introducción sutil del modernismo dentro de la Iglesia que es el ultramontanismo.
No pensamos que estos papas, sacerdotes, religiosos y tantos grandes autores fueran el origen o los responsables de la debacle sino que pensamos que el ultramontanismo fue, como la fiebre, una medida que tomó el cuerpo eclesial como reacción para defenderse del patógeno, pero que no es el estado normal, como muchos creen, y tampoco muchas veces ayuda a recuperar la salud, pues agravando el mal al debilitar en exceso el cuerpo, puede convertirse a su vez en enfermedad y acabar con la vida del enfermo. Tampoco creemos que se pudieran haber tomado otras decisiones diferentes, porque el mal era ya muy antiguo, oculto y arraigado. Para ello, esos papas y sus coetáneos hubieran tenido que ser verdaderos genios, haber tenido el conocimiento que tenemos nosotros década tras década de estudios, reflexiones y experiencias, y haber sido profetas mayores que los del Antiguo Testamento. Solamente a unos pocos elegidos la Providencia les mostró algo del porvenir y tras terribles sufrimientos o renuncias, como fue el caso de Leonardo Castellani o el cardenal Newman.
El comienzo relativo lo podemos retrotraer al período revolucionario (1789-1815) aunque, como decimos, creemos que sus fuentes ocultas tienen un origen mucho más antiguo. Dejando de lado el pecado original, podemos tomar como inicio el nominalismo medieval, la resistencia oculta de los poderes seculares a la reforma gregoriana, que, a su vez, nos legó un papado sobredimensionado; y también los posos gnósticos, la gran tentación antigua, desde los cátaros, el joaquinismo, los fraticelli et alii, cuya secularización dio lugar a la ideología revolucionaria. A pesar de que se pudo sortear la Protesta de 1517, sin embargo las nefastas influencias de la revolución enriciana de Inglaterra (1533) se contagió a las monarquías cristianas, sobre todo a la francesa, que ya tenía inclinaciones desde el reinado de Felipe el Hermoso (1285-1314), dando lugar al absolutismo regio, primer escalón del modernismo y del relativismo político. La Iglesia se opuso a estas pretensiones como muestran Vitoria o Suárez aunque ya tenían los gérmenes de la posterior debacle (juridicismo, voluntarismo religioso de la devotio moderna, etc.) a partir del siglo XVIII. Por paradójico que resulte, el mismo absolutismo regio defendió a la Iglesia del absolutismo papal en la teoría y en la práctica. Cuando el trono se hundió, el pontificado, única columna del viejo mundo superviviente, heredó sus poderes mientras que esta forma moderna de gobernar pasó como tradicional sin serlo y como ideal de la restauración eclesiástica y civil.
De aquí nace el ultramontanismo, la concepción del Papa como soberano de la Iglesia, con todos los atributos del Estado moderno en su persona: un Deus in terra voluntarista y, en el fondo, relativista pues lo importante es que lo diga y lo haga el Papa, y no que lo que diga o haga el Papa sea verdad o bueno.
Mientras los pontífices tuvieran convicciones personales tradicionales, la identificación entre ultramontanismo y Tradición continuaría a pesar de que esta última se impondría por mera autoridad papal y no por ser la Tradición de la Iglesia. Sin embargo, cuando por motivos de prudencia política —León XIII, o por convicción personal, Francisco— se abogase por elementos modernistas, sobrevendrá el gran conflicto por contradicción: ¿Qué elemento es el determinante: la autoridad o la Tradición cuando choquen? Con el ultramontanismo el siervo, la autoridad pontificia, se convierte en señor de quien debiera honrar y servir, de la Tradición. ¿Cómo pudo pasar esto con la Santa Doctrina, con todo el Tesoro de la Iglesia? Para algunos es algo inconcebible, impensable, piensan como De Maistre y buscan subterfugios sutiles como De Mattei, o bastos como los sedevacantistas, casicianos y otros, siempre que el peso de la Tradición sea mayor que el de su ultramontanismo o se vuelven clones, sosias en miniatura del Papa reinante, o neocones esquizofénicos si su ultramontanismo es mayor, o modernistas recalcitrantes sinodales si cambian el sujeto de esa soberanía absoluta como Lanmenais a la asamblea de la Iglesia, o new age o sinodales germánicos si adjudican esa spberanía a cada individuo o grupito.
Pero es totalmente lógico. Si se ha copiado las formas estatalistas de gobierno y la concepción voluntarista de la acción humana ¿como no se va a pensar con esos mismos parámetros? Si no vives como piensas, pensarás como vives. Bien explica esto Aristóteles y Santo Tomás con la doctrina del hábito. Si concibes a la Iglesia como un Estado moderno (auctoritas, non veritas, fecit fidem), de forma revolucionaria, todo se te volverá revolucionario por muy tradicional que sea la materia. Además no es cierta la afirmación que el aforismo “Quidquid recipitur ad modum recipientis recipitur” no tenga aplicación en la historia, puesto que tenemos un caso manifiesto: la Ley de Moisés. Ley santa dada por Dios en el Sinaí para que el pueblo viviera y fuera bendito (Dt.XXX, 15-20) se transformó en instrumento de muerte e, incluso, de deicidio. Esto lo dijo San Pablo en la Carta a los Romanos (Rm. VII), insiste San Agustín y lo repite Santo Tomás (I-II, q. 106, a. 1). Y Castellani escribe: “La letra de la Ley más santa puede ser instrumento de tortura o agenciamiento de muerte” (Castellani, L. Cristo y los fariseos, Ed Jauja, Mendoza, nota 14, p. 92), y en otra parte: “Cómo de hombres observantes, celosos y dedicados al estudio de la Ley pudo salir este horror (el fariseísmo) es difícil de precisar pero no imposible de concebir”, (Op. Cit. p. 78). Recuerde que los fariseos se opusieron en su origen a los judíos modernistas helenizadores, lección que debemos aprender muy bien para no caer en esta trampa letal.
Pero aún más ¿Qué diría del uso agudísimo por parte del Diablo de la misma Palabra de Dios para tentar a Cristo? Respecto a la transformación del contenido, muy floja sería la Palabra de Dios si correctamente formulada se inutiliza por razón del continente… y qué continente como podemos ver. Y, ojo, que el Malo la formuló correctamente y no fue mentiroso, pero es que se puede mentir con la verdad. Por supuesto la doctrina queda incólume a pesar de los Papas corruptos pero no sucede lo mismo con la interpretación y el uso de ella y tampoco lo que el clero y los fieles entiendan y comprendan de ella.
Lo ocurrido con Ralliement es ejemplar en este caso por varios motivos.
1) Es el primer caso en que se rompe de manera manifiesta el equívoco entre Tradición y ultramontanismo papal.
Es el propio papa quien ordena jurar lealtad a un régimen revolucionario y anticlerical, usando de manera torticera la doctrina tradicional sobre el régimen político y mandando en un tema en el que no tenía competencia política alguna, es to es, la forma de gobierno que querían los franceses. Y además por motivos circunstanciales, pues el acercamiento diplomático de la Santa Sede a Francia se hizo en contra de la Triple Alianza entre la Austria josefinista, verdadero motivo del veto de Rampolla, la Italia saboyana y la Alemania de la Kulturkampf.
2) El hundimiento del catolicismo galo es el primer triunfo verdadero del ultramontanismo con su sometimiento a la voluntad papal en vez de oponerse resueltamente..
El hundimiento político del catolicismo francés es el primer triunfo del ultramontanismo aunque paradójico, ya que era lo contrario a las pretensiones personales de León XIII. La obediencia indebida conseguida por el pontífice en la iglesia francesa mostraba hasta qué punto era profunda su rendición. No será casualidad que esta país sea uno de los bastiones del postconcilio y del sedevacantismo según la lógica del silogismo de Francisco.
3) Que sucediera en Francia, la iglesia local más debilitada de todas a causa del galicanismo (hermano gemelo y enemigo del ultramontanismo), la Revolución y lo que ella trajo, era lógico. Francia era la campeona del ultramontanismo por motivos históricos y eclesiásticos. Siglos de galicanismo, absolutismo monárquico y el hundimiento del trono en 1789 junto con la asunción romántica del Ancient Regime como modelo tradicional, hizo que el traspaso al pontífice de la concepción estatalista fuera natural y total. Nunca se les ocurrió que el pontífice pudiera ser un instrumento per accidens de la Revolución contra la Francia tradicional, como así fue.
La comparación con el caso español resalta más aún su carácter, pues el ultramontanismo, como su propia etimología indica, fue un asunto italo-francés con derivadas germanas en su origen. La situación de la Iglesia en estos tres países hicieron coincidir y confundir el ultramontanismo y la iglesia tradicional para pasar a se exportados al resto del mundo en las décadas siguientes. Y es que en este caso el Tíber desembocó en el Rin...
A España, como a Inglaterra, le fue ajeno. La mayor parte de las masas católicas españolas eran carlistas y estas habían sido abandonadas por el papado desde los tiempos de Pio IX y su concordato de 1851con Isabel II, a la cual premió con una Rosa de Oro. Desde entonces hubo un intento por parte de la alta clerecía, nombrada por los gobiernos liberales conservadores, bendecida por Roma y procedente de la burguesía conservadora enriquecida con las desamortizaciones, para encarrilar al bajo clero y a las masas tradicionalistas dentro del régimen, cosa que nunca consiguieron hasta 1936. Esta política continuó con León XIII, firme partidario de la Restauración alfonsina, con su encíclica Cum multa (1882), antecedente inmediato del Ralliement, y de la jerarquía pro-alfonsina para frenar al catolicismo tradicionalista mediante los Congresos Católicos Nacionales de España, los proyectos del cardenal Cascajares y otros en pos de la Unión Católica. Fracasaron y hasta se llegó a rezar por la conversión del Papa en aquellos años dentro del tradicionalismo español, aunque dejó una herencia envenenada que bien vio Castellani en su reflexiones sobre el caso de Verdaguer. Por esto, la política española de León XIII no produjo la ruptura moral que sucedió en Francia sino que pasó sin pena ni gloria.
Lo mejor es que lo confesó ingenuamente el propio papa en una carta a la regente Maria Cristina:
Que la Reina no olvide lo que yo vengo haciendo por ella, para que todos los católicos españoles, el Episcopado y el clero y las Órdenes religiosas prediquen la adhesión y practiquen la obediencia contra carlistas y republicanos, al Rey y a la Reina, malquistándome por hacerlo con elementos muy poderosos de fuera y dentro de España”
Carlos García Nieto,El cardenal Sancha y la unidad de los católicos españoles,
Tomo I. Madrid-Toledo, 2009, pg. 499.
Los carlistas fueron lo que se opusieron a las desamortizaciones y a las revoluciones con sus personas y haciendas en tres guerras civiles para defender a la Iglesia y a la España tradicional, y así se les pagaba el pontífice sus sinsabores… en un asunto que no era de su competencia.
Que el mal creció paulatinamente lo podemos atestiguar en la revuelta Cristera, que a un paso de la victoria fue deshecha por dos obispos norteamericanos con el apoyo de un Papa engañado. Por obediencia ciega al mandato del pontífice, los cristeros dejaron las armas y el país entero en manos de sus enemigos cuando su obligación era la contraria. O qué decir del Vaticano II cuando toda la Iglesia sacrificó en el altar ultramontano de la obediencia a Juan XXIII y Pablo VI lo que no era suyo sino de todos los siglos, toda la riqueza de la herencia de la Iglesia: litúrgica, sapiencial, artística, etc.
¡Qué contraste, qué diferente clima tenemos cuando hojeamos los libros de antaño¡ Ahí esta la Consulta Teológica de Melchor Cano, lumbrera de la teología del siglo XVI, cuando da su parecer al principe Felipe sobre la guerra contra el papa Pablo IV. O el padre Vitoria, contra las pretensiones del poder civil del pontífice en sus Relaciones. Y estamos hablando de teólogos celosos de los derechos de la Santa Sede contra cualquier sombra, como demuestra la Defensio Fidei de Suarez contra absolutistas y herejes a favor de la Sede de San Pedro.
Y es que la diferencia entre la Tradición y el ultramontanismo respecto al lugar del Papa quizás esté en lo que unas Cortes contestaron al rey Juan I de Castilla: que ellos le prestaban lealtad y no fidelidad, porque lo primero les obligaba a seguirle en el bien y a oponérsele, por su propio bien y del reino, en el mal, mientras que la fidelidad les suponía seguirle en el bien y en el mal y esto era la manera más profunda de traicionarle a él y al reino.
La conclusión es que volvemos al comienzo de estos artículos, al Salón de los Espejos de Versailles donde todo se deforma y se invierte, lo tradicional pasa por moderno y viceversa. Gracias a Dios, se están rompiendo los espejos por medio de ese vándalo llamado Bergoglio con cada acto de su magisterio. Cada encíclica, cada exhortación, cada discurso, cada entrevista de altura es una pedrada contra las lunas que nos enloquecen, imagen desvaída del verdadero sol de la verdad. Y es la Verdad y las verdades lo que necesitamos, su luz en medio de estas tinieblas ¿Y dónde se encuentra? En la Sagrada Escritura, en los Padres y Santos, en las experiencias buenas y malas, acertadas y erradas de nuestros antepasados. Por eso debemos recuperar con ojo crítico pero amoroso lo bueno para seguirlo, el ejemplo para imitarlo y lo malo para evitarlo, de lo que hicieron los papas y autores ultramontanos. Los santos pierden su virtud cuando o son adorados como ídolos, o son despreciados como basura, pero como hermanos y compañeros es poderosa su intercesión y ejemplo. La verdad nos hará libres, nos hará libres de la cadenas del ultramontanismo, hermano gemelo del modernismo.
Muy bueno, es un tema eterno, con miles de distinciones, pero acierta claramente el artículo.
ResponderEliminarMuy buen traído li del “joaquinismo”.
ResponderEliminarEn sus esquemas mentales hay una división “trinitaria” de la Historia:
- La época del Padre se identifica con el Antiguo Testamento.
- Luego viene la época del Hijo.
- Finalmente, a partir de Joaquín de Fiori o en su caso del Concilio Vaticano II, viene la época del Espíritu Santo.
Nunca como ahora se ha tomado tanto e vano el nombre del Espíritu Santo.
La Iglesia católica no tiene peso en Argentina. Hizo compaña abiertamente contra Milei y éste ganó por 11 puntos
ResponderEliminarYo no apoyo a Milei pero menos a Massa, un sujeto deplorable.
EliminarHace tiempo no escucho s Un Presidente CFK decir "Que Dios bendiga al Pueblo Argentino" y asi, tal cual dijo Milei. Ademas no hablo en idioma "inclusivo", y encima esra en contra del aborto, al igual que su Vice Presidente, la Sra Villaruel.
Sin embargo los sacerdotes apoyaban a Massa, un mafiosos descomunal, corrupto y sin moral..
Increible. Por otro lado, este hombre se atrevio a decir las cosas tsl como son al llamar a Bergoglio "Representante del Maligno en la tierra".
Y esta a la vista, Bergolio es usurpador del Trono de San Pedro y que trabaja, sin descanso, para llevarle almas a su jefe, el mismo Demonio.
Por eso odia a Nuestro Señor que nos ha redimido y ha vencido a la muerte y sl pecado, para redimirnos con su preciosa sangre. Por eso Bergoglio no quiere ni nombrar a Nuestro Señor JesuCristo,.
Tiempos dificiles son estos, porque estamos como ovejas sin Pastor.
Hay que orar con fe y sin descanso!
"Que Dios bendiga al Pueblo Argentino"... sí, ¿qué "Dios"?
EliminarHay que ser más cautos y no emocionarse enseguida por escuchar "Dios", si vamos al caso, Bergoglio también habla de "Dios" y del "Espíritu".
"Que Dios bendiga al pueblo argentino" .... qué Dios?
EliminarFilipenses 3:19-21
"Ellos solo piensan en lo terrenal. Su dios es el vientre, su orgullo es su vergüenza, y su fin será la perdición. Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; él transformará el cuerpo de nuestra humillación, para que sea semejante al cuerpo de su gloria, por el poder con el que puede también sujetar a sí mismo todas las cosas."
Si pero con todo y eso, Milei me parece por lejos, mejor perdona que Bergoglio y mucho menos dañino. Al contrario, Milei, que tiene enormes confusiones, al menos ha logrado frenar que la Argentina se transformara en un lapso de no mas de cinco años en Cuba. En cambio Bergoglio esta destrozando a la Iglesia y ala poca fe que aun queda sobre la tierra.
EliminarMilei profesa la religion Judia.
EliminarMas alla de esto, aunque el tema no tiene que ver con el posteo, la Iglesia Catolica Argentina apoyaba, al menos en su jerarquia a gente corrupta, populista que de haber seguido en el poder, sin lugar a dudas hubiese tenido que instaurar un regimen al estilo cubano, dejando al pais aislado y en un tunel descendiendo violentamente hasta niveles de pobreza y de degradacion moral imposibles de predecir.
Probablemente hubieran instalado un narcoestado.
Por lo tanto, bienvenido sea lo sucedido, alguien tenia que impedir la instauracion de ese regimen.
Lo grave es que Bergoglio, el usurpador del Trono de San Pedro y sus secuaces Argentinos hicieron campaña con toda su fuerza para que siga Cristina Fernandez, Massa y sus secuaces como Grabois que tambien tiene amistad con el falso Papa, o amigos como el degenerado regenteador de prostibulos y sodomita confeso juez Zaffaroni, a quien el usurpador otorgo cargos en el Vaticano.
Eso apoyo nuestra iglesia.
No se puede olvidar eso.
Hay que decirselo en la cara y a los gritos todos los dias, hasta que se arrepientan y no puedan salir a la calle por verguenza de sus herejias y sacrilegios, arrastrando a la gente a la perdicion y dejandolos sin Pastor.
Porque hoy el pueblo Argentino, como la grey Catolica, es un rebaño, sin Pastor.
Ya como expresó el Anónimo anterior, la Iglesia argentina hace rato que perdió influencia en la opinión pública, ya que sus jerarcas viven en una nube flatulenta fomentada por la “teología del Pueblo”, según la cual, entre otras cosas, el “pueblo argentino es católico porque camina a Luján, va a San Cayetano y pide el Bautismo”. Estas elecciones tiraron a la basura esta falsa teología, ya que hicieron una vergonzosa campaña por el candidato Massa y el 55 % de ese pueblo, al que le rinden culto de latría, les votó en contra. No soy libertario, pero me alegra este baño de realidad que reciben estos teólogos populistas que actúan bajo la protección directa del Romano Pontífice.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con Anónimo 16:19. Nuestra jerarquía hoy filokirchnerista, ayer procesista, y en el medio ocultadores de abusos. Solo le corregiría que el culto al pueblo es de dulía, tampoco exageremos.
EliminarFeliz día de la soberanía nacional.
Muy interesante, Eck!
ResponderEliminar¡Qué difícil es discernir entre lo opinable y lo no opinable cuando lo que se presenta es hecho en el marco de acontecimientos históricos de dudosa necesidad! Pero la actual crisis de la Iglesia amerita informarse debidamente sobre lo que hoy está pasando en la misma. No obstante, en medio de tanta información histórica como la que ahora nos proporciona, el autor de esta nota, Eck, arroja una luz a quienes somos neófitos en el campo de la historia de la Iglesia que nos ayuda a entender el fondo de la cuestión: “De aquí nace el ultramontanismo, la concepción del Papa como soberano de la Iglesia, con todos los atributos del Estado moderno en su persona: un Deus in terra voluntarista y, en el fondo, relativista pues lo importante es que lo diga y lo haga el Papa, y no que lo que diga o haga el Papa sea verdad o bueno”. Y aquí nos encontramos con el meollo del problema, pues cómo discernir entre lo bueno y lo malo cuando, como consecuencia de la relativización de la verdad, de que se hace gala en nuestros aciagos tiempos de la post verdad, se trae aparejaba también la despiadada relativización del bien y la verdad de las cosas. De donde se sigue que el problema viene de largo tiempo atrás, esto es, desde, cuando, en tiempos de Guillermo de Ockham, después de Santo Tomças de Aquino, se empezó a tomar distancia respecto del fundamento de la verdad y el bien. Pues, ¿cómo hablar de la verdad y el bien cuando hoy no faltan quienes, como consecuencia de la demencial radicalización del voluntarismo y relativismo que permean a toda la sociedad, niegan hasta la propia verdad que conviene a la realidad de sí mismos? Y, ¿cómo no advertir que la negación de la capacidad cognitiva del hombre respecto del orden real, necesariamente traerá nefastas consecuencias en la fundamentación doctrinal de carácter teológico?
ResponderEliminar¡Dios guarde a la Iglesia! ¡Alabado sea Jesucristo!
la culpa de esa absurda y grotesca concepción del papa como un ultra monarca absoluto sin control ni contrapeso alguno, que puede decir y hacer lo que le plazca porque es infalible es del concilio vaticano i.
ResponderEliminarEse fue el punto culminante. Y para colmo con fuerza de dogma. Me vuela la cabeza!!!! Qué hacemos entonces ante un dogma que parece más terrenal que inspirado por el amor!!!!!!
Eliminary lo peor es que dicha concepción con su consecuente dogma de la infabilidad papal no tiene ningún soporte bíblico y patrístico.
EliminarEl problema no es el texto del Concilio Vaticano I, que prácticamente no define nada, pues dice que el papa en unas condiciones muy limitadas tiene la infalibilidad de la Iglesia y en ningún sitio se dice en qué consiste esa infalibilidad y hasta dónde se extiende (eso lo preciso el Vaticano II en Lumen gentium 25, pero sin que esa precisión fuera una definición). El problema es el "espíritu del Vaticano I" que se generó. Las cartas de los obispos alemanes y suizos sobre el concilio, aprobadas por Pío IX explicaron correctamente las cosas y dijeron que el papa estaba sometido a la revelación, al derecho natural, a lo que habían establecido sus predecesores, etc. Lo malo es que la espiritualidad jesuítica de tener que ver blanco lo negro y de la obediencia ciega con la excusa de alta espiritualidad continúa y continuó corroyendo todo, como parte del virus nominalista que muy bien denuncia Eck. En ese sentido muchas cosas del Vaticano II sobre los munera de los obispos que se reciben con la ordenación, supusieron volver a la Tradición pre-nominalista y sobre todo pre-jesuítica. Para que se haga una idea, lo que dice el Vaticano II sobre los obispos es básicamente lo mismo que dijeron los obispos españoles en Trento, que es la enseñanza de Francisco de Vitoria, opuesta a la locura jesuítica de Lainez, para quien los obispos eran poco más que mandados del papa de turno.
EliminarEn síntesis: luego de leer el artículo debo reconocer junto a millones de católicos que hemos sido mal formados en una suerte de idolatría papal. Cuál sería entonces el fiel de la balanza para que el mismísimo Jesucristo le haya dicho todo lo que desatareis en la tierra será desatado en el cielo......
ResponderEliminarEn el lenguaje de la época de Cristo, atar y desatar, lo mismo que abrir y cerrar, querían decir aplicar una ley que ha dado alguien que supera a la persona que la aplica. Una cosa es abrir y cerrar, y otra cosa es cambiar la cerradura. Una cosa es Star y desatar y otra cosa es cambiar una cuerda por otra.
EliminarPerdon por el mensaje que no tiene que ver con este post: Dominque Rey (obispo de Fréjus-Toulon) fue misericordiado pero de una forma novedosa. Nombraron un obispo coadjutor en su diócesis (Mons. François Trouvet) con plenos poderes. Bergoglio no va a parar hasta destituir a todos los obispos con fe que aún quedan en la Iglesia.
ResponderEliminarA todo esto, me estaba planteando un tema relacionado: desde cuando puede el Papa deponer obispos como el ultimo caso? San Pio X lo hizo pero que antecedentes hay en la época moderna y medieval (obviamente antes no hay antecedentes)?
ResponderEliminarHabría que suspender por tiempo indeterminado el articulo del Credo : " Creo ....en la Santa Iglesia Católica ."
ResponderEliminarPor favor, que la Iglesia no es el papa. El papa es un miembro de la Iglesia, pero la cabeza de la Iglesia es Cristo. La obediencia jerárquica (sólo cuando es legítima) es un elemento secundario respecto a la fe, la caridad y los sacramentos.
EliminarCreo la Santa Iglesia Católica es, de hecho, la formulación correcta
EliminarPonga un poco de orden en el gallinero, Don Wander. A mí me da fiaca.
ResponderEliminarBienvenido a la isla Muck 1
ResponderEliminarEl despido del obispo Strickland nos recuerda la triste trama de la novela "Catholics" de Brian Moore.
Mons. Richard C. Antall
Anoche vi la entrevista de EWTN al obispo Strickland y tuve pesadillas mientras dormía.
El obispo, elocuente y, en mi opinión, inocente de toda ironía, contó lo sucedido en su proceso de deposición y profesó su reconocimiento de la autoridad del Papa y su obediencia a su destitución.
La sinceridad de la confusión del hombre acerca de por qué fue seleccionado fue desgarradora. Muchas fuentes han insinuado razones “administrativas” sin ninguna prueba real. El hecho de que no se respetara el protocolo establecido para la destitución de los obispos no le hizo dudar de la autoridad del Papa. Su malestar por la confusión provocada por algunas de las declaraciones que han llegado últimamente desde el Vaticano es lógica y no una reacción extremista.
Dijo, por ejemplo, que hace sólo dos años, el Vaticano había dicho que las bendiciones para parejas del mismo sexo eran imposibles. Sin embargo, el tema fue introducido en el Sínodo sobre la sinodalidad. El presidente de esa asamblea ha dejado constancia de que duda de la enseñanza bíblica y tradicional de la Iglesia sobre las relaciones sexuales fuera del matrimonio entre personas atraídas por personas del mismo sexo.
La sorpresa de Strickland de que lo hayan removido de su diócesis mientras otros obispos contradicen las antiguas enseñanzas y prácticas pastorales de la Iglesia fue honesta y me hizo dudar de las críticas que recibió de algunos sectores inesperados. Leí, por ejemplo, que Strickland no debería haber viajado a otra diócesis y haber expresado su opinión sobre ciertos temas porque eso era monopolio del ordinario local. Una restricción geográfica a la predicación de un obispo nos habría despojado de las cartas de San Ignacio de Antioquía, de la valiente resistencia de San Atanasio a la herejía arriana y del valor heroico de los obispos exiliados desde San Anselmo y Santo Tomás Becket hasta tiempos modernos.
La experiencia de ver su versión televisada de Apología Pro Vita Sua me hizo comparar su difícil situación, y la de aquellos de ideas afines, con la novela corta de Brian Moore, Catholics , escrita en 1972. En esa brillante novela corta, un sacerdote estadounidense, James Kinsella, es enviado a Muck Island, Irlanda, para disciplinar a un monasterio irlandés de su misma orden “albanesa” (ficticia) por desobediencia a las enseñanzas del Vaticano IV .
Bien venido a la isla Muck 2
ResponderEliminar(continuación )
Los monjes continúan diciendo la Misa Tridentina en latín y peregrinos de todo el mundo acuden a su liturgia, celebrada en una antigua “roca de misa”, en alusión a los Días de Penitencia en Irlanda. Un informe de la BBC y luego un especial de la televisión estadounidense amenazado han hecho enojar al Padre General de la Orden con el Abad Tomas O'Malley y sus monjes.
Kinsella tiene poderes plenipotenciarios para obligar a los monjes a cambiar sus costumbres. En Roma existe la preocupación de que el Consejo Ecuménico Mundial, en el que ahora participa la Iglesia Católica, se sienta ofendido por la Misa antigua y también de que el apego del monasterio a la tradición cause problemas con la "apertura", una iniciativa que espera una fusión entre el budismo y el cristianismo.
Los dos personajes principales de la novela son un estudio de contrastes pero también tienen mucho en común. P. Kinsella, a quien se le niega un viaje en barco a la isla del monasterio porque no está vestido como un sacerdote, alquila un helicóptero para llegar allí. Es discípulo de un sacerdote liberacionista, Gustav Hartman, quien decidió que la mejor manera de cambiar el mundo era utilizar la Iglesia institucional.
A Kinsella no se le permitió ir a Sudamérica, como a su mentor, y acabó como burócrata en el Consejo Mundial Ecuménico de Ámsterdam. Cuando el Padre Abad le pregunta sobre su fe, dice que "No creo que el pan y el vino sobre el altar se transformen en el cuerpo y la sangre de Cristo, salvo de manera puramente simbólica. Por lo tanto, no pienso, en el antiguo sentido, que Dios esté realmente presente allí, en el tabernáculo".
El propio abad, sin embargo, ha perdido la fe. No ha orado “en años”. Su razón para permitir la misa antigua y la confesión privada (prohibidas por el Vaticano IV, al igual que hacer la señal de la cruz, el santuario de Lourdes e incluso la tradicional gracia antes de las comidas) es que él “no es un hombre santo, pero, tal vez Como no lo soy, sentí que no tenía derecho a interferir. Pensé que era mi deber no perturbar la fe que tienen. Así que volví a la antigua usanza”. Estoy seguro de que Graham Greene debe haber admirado al abad de Moore, un alma perdida que pastoreaba austeramente las almas de los fieles.
No es la tradicional "gracia" antes de las comidas. Eso es un "falso amigo". Aquí el traductor Google ha metido la pata. "To say grace" significa bendecir la mesa.
EliminarEn Inglaterra es muy común que en los banquetes, incluidos los del Estado, antes de comer un capellán bendiga la mesa. En los banquetes formales de los colegios universitarios de Oxford y Cambridge (hay varios a lo largo del curso) se bendice la mesa en latín antes de comer y después de comer (cada colegio tiene su propia fórmula)
Las sesiones diarias de las cámaras de los comunes y de los lores se abren con una oración del capellán (en la de los lores la recita uno de los obispos con asiento en la cámara ) -en inglés-.
Y esto en una sociedad totalmente secularizada.
Las "rocas de misa" son rocas en medio de un bosque o un páramo en Irlanda. Cuando el gobierno inglés prohibió decir misa (bajo pena de muerte), las misas se celebraban clandestinamente en el bosque o en el campo, oculto de las miradas, sobre una roca donde se improvisaba un altar de campaña. Hace poco se está intentando recuperar y catalogar estas rocas.
EliminarLos tiempos de penitencia -mejor dicho tiempos "penales"("penal times")- es como en los paises anglosajones se denomina al periodo de persecución legal contra los católicos. Van desde Isabel I hasta Jorge III. En Irlanda, la emancipación de los católicos no empezó hasta 1829.
Bien venido a la isla Muck 2
ResponderEliminar(continuación )
Kinsella no ha leído los libros que tiene O'Malley y no quiere hablar de teología.
Representa el poder eclesiástico: “la obediencia: al final era la única carta”. Kinsella lo había aprendido del activista p. Hartman.
Minutos antes de que el helicóptero se prepare para llevar al P. Kinsella se aleja de la isla Muck ante la amenaza de una tormenta, el abad capitula, pero no permite que el sacerdote-inquisidor hable con los demás monjes. Escribe una carta pidiendo disculpas al Padre General y prometiendo obediencia. Luego convoca a los monjes. Mirando la puerta dorada del tabernáculo, “le llegó el miedo. "La oración es el único milagro", dijo. 'Oramos. Si nuestras palabras se convierten en oración, Dios vendrá'”.
P. Tomas O'Malley se arrodilla rígidamente y dice temblando el “Padre Nuestro”. El final es ambiguo. Es reconocer a Dios presente en el sagrario, algo que el P. Kinsella lo negó. No está claro cómo resultarán las cosas.
Si yo escribiera la novela , el helicóptero de Kinsella se estrellaría en la tormenta y los monjes volverían al punto de partida. Moore es más sutil y permite al lector algo de espacio para la especulación y la meditación. Cuando en los años 70 se estrenó una película para televisión basada en el libro, recuerdo que una mujer laica que enseñaba en el seminario comentó lo impactante y aterradora que era la historia. La insulsa confianza me hizo dar la opinión de que algo así no podía suceder.
El superior de Kinsella, que quiere obligar al monasterio a someterse, le admite al sacerdote más joven: "Ni siquiera el Vaticano IV puede enterrar dos mil años en unas pocas décadas". La ética sexual y el orden de la Iglesia no son lo mismo que la herejía eucarística, pero creo que podría ser útil si algunos en Roma pensaran en la reflexión del superior ficticio, tal vez sustituyendo el “Vaticano IV” por otro tipo de reunión. Mientras tanto, algunos de nosotros estamos atrapados en Muck Island, preguntándonos.
(Monseñor Antall es párroco de la parroquia del Santo Nombre en la Diócesis de Cleveland. Es autor de The X-Mass Files (Atmosphere Press, 2021) y The Wedding (Lambing Press, 2019)).
Crisis Magazine 21 noviembre 2.023
(traducción: Google)
por desgracia, el artículo ha sido ocasión de algunas disparatadas conjeturas donde se duda de la Fe y la Tradición católicas, a pesar de ser bastante veraz (salvo en la sobrevaloración del carlismo, que no siempre fue un movimiento religioso, ni siquiera ahora lo es, pero sí instrumento borbónico de dominación caído ante otro movimiento borbónico)
ResponderEliminarTiene usted algo de razón en su valoración. Me preocupa que sea ocasión de duda sobre la Fe y la Tradición. Respecto al Carlismo, es que no fue un movimiento religioso sino politico aunque con gran peso religioso en el cual militó gran parte de la población española hasta fines del XIX (hasta en mi familia materna de raigambre izquierdista he encontrado guerrilleros carlistas). No fue un mero instrumento borbónico de dominación aunque sus principios así lo fueran (se pasó de la cuestión dinástica a la doctrinal muy rápido hasta tal punto que un pretendiente carlista fue derrocado por sus ideas liberales).
EliminarHoy está desfasado en parte pero mantiene principios y desarrollos muy estimables ya que se fue alejando del modelo de la monarquía absoluta del sg. XVIII gradualmente y que merecen ser salvados.
¿El carlismo "un instrumento borbónico de dominación caído ante otro movimiento borbónico.?
EliminarTras la revolución francesa y la invasión napoleónica, que dejan el pais destrozado y políticamente revuelto, hay dos tendencias políticas:
Liberales (que suelen ser masones y que harán las desamortizaciones ("liberar la economía") de la Iglesia, el Estado, de los hospitales, colegios y universidades y las tierras comunales de los municipios) para enriquecerse y los conservadores.
En una monarquía unos apoyarán a un rey y luego a su hija (los "liberales") y otros a su tío (con la mala excusa de la Ley Sálica ).
No es un conflicto dinástico, sino político y religioso (persecución de la Iglesia e intento de control, como se hace en los paises protestantes) que se hace dinástico.
Esto dará lugar a 3 guerras civiles ("carlistas") más la guerra civil de 1936, porque es siempre el mismo problema:
Unos deciden que hay que "progresar a palos" y otros, que no se quieren dejar.
(sin embargo ni unos ni otros copian lo que hizo a Inglaterra, Alemania, Holanda a "progresar"; esto es la industrialización. Es más: hacen justo lo contrario al fomentar el latifundismo con las desamortizaciones; y el latifundismo es enemigo jurado de la industria (nacional ) porque compite directamente con ella.
El malestar es duradero; no sólo por los ataques directos a la religión y a sus ministros, que se manifiestan en matanzas de "frailes" y por la soberbia de la nueva clase social que sale de estos robos masivos, sino que servicios que antes eran gratis, como la sanidad, la educación, la beneficencia..., con las desamortizaciones pierden los bienes con que financiaban su actividad y que ahora los vecinos tienen que pagar de su bolsillo.
Los ataques a la religión católica (utilizando el nombre engañoso de "anticlericalismo" para no soliviantar con un ataque directo a la religión nacional) con la excusa de que "atrasa", "impide pensar", es "intolerante", "oscurantista", "medieval"... avivará el fuego y que llevará directamente al genocidio católico de 1936, en que se quería hacer progresar a la nación con masonería y marxismo socialista.
Naturalmente no funcionó, como no funcionó allí donde se impuso ("dictadura del proletariado") causando matanzas y miseria por todas partes.
A faltado mencionar el Saco de Roma, perfecto ejemplo de que al Papa se le debe obediencia de la fe, no política.
ResponderEliminarOtra cosa. La infalibilidad papal del CVI es buena. Hoy precisamente para darnos cuenta de lo que estos artículos dicen: el Papa no es infalible en casi todo lo que dice. Y particularmente Francisco. Sus excelencias no pensaron nunca que con la declaración de este dogma ayudarían a la Iglesia a separar la Tradición del ultramontanismo
El Saco de Roma, por el que las tropas luteranas de Carlos V, azuzadas por Lutero, asaltan la ciudad eterna y la saquean (por falta de paga ) fue un accidente, no una política. El responsable, el Condestable de Borbón, que les prometió saquear Roma para cobrarse, murió en el asalto.
EliminarEste incidente paró el renacimiento y se dejó de alabar irreflexivamente el pasado pagano. El cambio del ambiente optimista pre al pesimismo post, dará lugar al manierismo
Cuando las noticias del incidente llegan a Valladolid, donde la corte estaba festejando el nacimiento del príncipe, Carlos V -Rey Católico- para las fiestas en señal de luto.
El incidente dará lugar a críticas por parte de Francisco I de Francia.
Sin embargo sí que hubo conflictos entre Carlos y Felipe contra el papado (como también los tuvo Enrique VIII ); conflictos para los que el teólogo Melchor Cano (O.P.) tuvo que emitir sendos peritajes.
Carlos decía que "al Papa había que besarle los pies y atarle las manos"
(también decía que los millones que le costaba comprar a los cardenales de la curia eran los mejor gastados y que le habían ahorrado muchas guerras)
¿La carta de León XIII a la Isabelona de cuándo es? ¿Está confrontado en algún archivo o alguna fuente directa? Suena a cuento chino. Y así escrito, para quienes hemos leído correspondencia de ese Papa, mucho más.
ResponderEliminarLa carta es a la reina regente María Cristina y no a Isabel II, que dejó de reinar en 1868 cuando todavía era papa Pio IX... Y damos la referencia debajo, que es:
Eliminar-Carlos García Nieto, "El cardenal Sancha y la unidad de los católicos españoles", Tomo I. Madrid-Toledo, 2009, pg. 499.
Referente al estilo, traducción y fuentes, remitimos a esta obra pero encaja perfectamente con la política de León XIII en España. También puede leer la serie de los artículos de Barraycoa sobre el fracaso del sindicalismo católico (la Democracia cristiana o el fracaso del obrerismo católico).
Soy carlista y añado a la buena exposición de Eck al respecto, que en la Cruzada de liberación de 1936 fue DECISIVO EL CARLISMO en el Alzamiento- la bandera bicolor se mantuvo gracias a este movimiento - así como en el campo de batalla. No cierra ni de lejos eso de un "instrumento borbónico de Dominación" desafortunada e indocumentada afirmación
EliminarNo tiene por qué.
EliminarLa política de los papas es de reconocimiento del status quo; y el status quo en España en ese momento era la reina Isabel II. Esto no quita que si los carlistas hubieran ganado una de sus guerras y hubiese reinado el pretendiente carlista, el mismo papa hubiera reconocido al nuevo monarca.
Esto es inevitable, porque a parte de las amistades e enemistades personales de uno, lo importante es la iglesia católica en el pais y la situación de los católicos.
Aunque el peligro del carlismo, por su fuerza social, ha estado siempre presente y, por ejemplo, Alfonso XIII protestó ante el papa por las actividades que entendió a favor de los carlistas de, creo recordar, el famoso P. Angel Ayala s.j, (fundador de la Asociación Católica de Propagandista y autor de Formación de selectos)
Estimado, Ángel Ayala fue un acérrimo enemigo del Carlismo y en las órdenes fundacionales de AC de Propagandistas una de las máximas era sustituir el apostolado y la propaganda allí donde hubiera un Círculo carlista, por uno de la ACP. Alfonso XIII encantado con esto. Carlos Ibáñez Quintana, carlista bilbaíno y todavía entre nosotros, tiene muy investigado está cuestión .
EliminarMire don Birlibirloque: yo estoy viajando a Roma y lo voy a ver a Tucho. Le voy a avisar de su preocupación por PONER ORDEN así lo pone a usted en su lugar, empezando por cambiarle ese nombre tan fuera de época. Ya a va a tener noticias. Faltaba más !!!
ResponderEliminarJajaaaaa!!!!
Eliminar¡Qué me ha hecho reír! Y en un momento en que realmente lo necesitaba.
¡Nil gracias!
Besos a Su Eminencia.
JB tiene alergia los ultramontanos conservadores, los que confunden tradición con puntilla con naftalina. Pero es un ultramontano avant la lettre. Con un perfil zigzagueante. No dejemos de anotar la puesta a punto a la masonería y ahora al camino sinodal alemán. Difícil que tenga éxito con estos dos. Ingenuamente él creía que los ponía en su bolsillo, no tenía el pulso real de esos bichos.
ResponderEliminar"La verdad nos hará libres, nos hará libres de la cadenas del ultramontanismo, hermano gemelo del modernismo".
ResponderEliminarSigo sin entender por qué que el ultramontanismo, que parece seguir la autoridad el Papa para bien o para mal, es el hermano gemelo del modernismo, que es la suma de todas las herejías