Siempre se presume, sobre todo por razón de nuestras inclinaciones tolstoianas, que cuando el león se acuesta al lado del cordero, el león se transforma en un ser tierno y amable como el propio cordero. Pero eso equivale a una anexión imperialista y brutal de parte del cordero. Eso sencillamente es un caso de un cordero absorbiendo al león en lugar del león comiendo al cordero.
El problema real es el siguiente: ¿puede el león acostarse al lado del cordero y aun así conservar su real ferocidad? Ese es el problema que la Iglesia intentó resolver; eso es lo que milagrosamente logró.
Esto es lo que he dado en llamar “el presentimiento de las ocultas excentricidades de la vida”. Aquí se trata de saber que el corazón de un hombre está a la izquierda y no en el medio del cuerpo. Esto consiste en saber, no sólo que la tierra es redonda, sino saber también exactamente dónde es plana. La doctrina cristiana detectó que en la vida hay cosas raras. No sólo descubrió la ley, sino que también anticipó las excepciones. Los que dicen que el cristianismo descubrió la misericordia lo están menospreciando; cualquiera podría descubrir la misericordia. Y en realidad, todo el mundo hizo ese descubrimiento. Pero desarrollar un plan para ser misericordiosos y a la vez severos—eso sí que preveía una necesidad muy extraña de la naturaleza humana. Porque ocurre que nadie quiere que le perdonen un gran pecado como si fuera uno pequeño.
G.K. Chesterton, Ortodoxia.
Traducción de Jack Tollers
Muy dostoyevskianas esas negritas. Y ciertas.
ResponderEliminarTuvo razón Chesterton cuando cayó en la cuenta de que sólo la Iglesia pudo lograr el milagro de que el león se acostara junto al cordero sin perder su ferocidad. Pero eso fue hace casi cien años. Desde entonces mucha agua corrió bajo el puente.
ResponderEliminarHoy asistimos curiosamente al caso inverso de la "anexión imperialista y brutal de parte del cordero absorbiendo al león".
Son "nuestras inclinaciones tolstoianas", mejor dicho las de Bergoglio, quien tozudamente no cesa de repartir a diestra y siniestra misericordia en abundancia a todos los enemigos de la Iglesia, convencido de que en algún lado existe la quimera del oro de la fraternidad universal, la misma que también imaginó León Tolstoi cuando escribió La Guerra y la Paz.
Isaías también vio al lobo junto al cordero y al león junto al becerro pastoreados por un niño, pero esa era la Jerusalén celestial bajada del cielo.
La falsa misericordia que hoy vemos por doquier es una caricatura brutal de la auténtica misericordia que está condenada a abortar antes de nacer.
Todavía nos falta pasar por la purificación del Viernes Santo, esa hacia la que Bergoglio conduce fatalmente a la Iglesia.
Si hoy viviera, seguramente Chesterton no reconocería que esta Iglesia bergogliana es la misma que aquella de Pío XI que lo llevó a la conversión.
Curiosamente Frank-Duquesne también sitúa el Capítulo 11 de Isaías que describe el mundo nuevo con el descenso de la Nueva Jerusalén bajada del Cielo (y no en el tan discutido "milenio" en el que tantos plantean dicho escenario).
ResponderEliminarAhora, hay algo curioso. Dicho capítulo aunque menciona al león comiendo paja, no lo empareja con el cordero, sino con el lobo. Y si uno busca en representaciones artísticas se encontrará con cientos de corderos con leones y no con lobos. Y aquí lo veo replicado con Chesterton, que repite el mismo "cliché".
¿A qué se deberá dicha confusión? ¿Será porque Cristo es descrito tanto como león y cordero, y en la imaginación cristiana la visión del mundo renovado de Isaías se fusionó con la persona de Cristo en Apocalipsis?
Preciosa metáfora de la misericordia divina la de Chesterton y brillante comentario de Fuenteovejuna.
ResponderEliminarYa sé que no tiene nada que ver ni invalida lo que dijo Fuenteovejuna, pero como ex-tolstoiano que leyó casi toda la obra del gran autor ruso, no puedo dejar de mencionarlo. Cuando Tolstoi escribió "La Guerra y la Paz" fue antes de que se obsesionara con el "Reino de Dios en la tierra" y creara su extraña religión mezclando sectarismo ruso (los viejos creyentes bezpopovtsy, o sea, sin sacerdotes), cuaquerismo y racionalismo iluminista. Era todavía un novelista no más, y fue en ese periodo que escribió sus más obras, como la "La Guerra y la Paz" y "Anna Karenina. Después se obsesionó con la "justicia social", se apartó de la ortodoxia y escribió panfletos absurdos como "¿Qué Debemos Hacer?", arruinando su vida personal y familiar y causando enorme daño intelectual y moral (el tolstoísmo estuvo muy de moda a inicios del siglo 20 y se diseminó por todo el mundo, hasta la Segunda Guerra Mundial).
ResponderEliminarEn estos asuntos yo prefiero a Luís de Granada. En su Guía de pecadores se muestra el camino para ser perdonado más que el canal para navegar en la misericordia. Es una gran pérdida el que los escritos de Luís de Granada no se vendan más, yo creo que a muchos les molesta más la claridad de su exposición que otra cosa. Que Satanás vive un momento dulce se puede constatar al verle dirigir la teología, pero sobre todo en el desprecio que ha conseguido que los obispos muestren por la gramática. Supongo que Roma sirve de ejemplo, pero si no, Bilbao o Westminster pueden. Volvamos a los buenos escritos y su dulce doctrina.
ResponderEliminarNingún católico medio sabe hoy qué es el pecado. La mayoría de católicos pasan de la Iglesia y los pocos que tenemos una mínima Fe ni siquiera sabemos lo básico para algunos. Hace poco supe que lo que estamos hartos de ver en cualquier parroquia de mi país de mujeres impartiendo la comunión y leyendo es pecado para los tradis. Eso solo lo saben quienes saben mucho pero el católico medio no sabe nada de eso. Ahora resulta que el rito caldeo que el Papa está celebrando en Irak tampoco está bien celebrado y tiene influencias latinizadas y es modernista. ¿Hay algo para ustedes que no sea modernista? ¿Todo es pecado y todos son pecadores y modernistas salvo ustedes, que son quienes más saben?
ResponderEliminarNi el león cordero Lambert se animaría a entregar a las ovejas a los lobos como hacen nuestros pastores.
ResponderEliminarhttps://youtu.be/cVQdJ3Ph57U
Severino, haga un esfuerzo por superarse, hombre! Usted mismo reconoce que tiene una mínima fe, que no sabe nada, que nosotros decimos que es pecado cosas que para usted son moneda común...y encima, nosotros tenemos la culpa!!!!!!
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