¿Cuál fue el resultado de la beatificación de Mons. Angelelli y sus compinches, mártires? Daño. Un poco más de daño que aumenta las dimensiones de la poliedrica acción dañina del pontificado de Bergoglio.
Es ocioso discutir aquí la no-santidad y el no-martirio de Angelelli. Lo hicimos en su momento a través de una serie posts en junio de 2018, y en las últimas semanas aparecieron muchos medios señalando la cuestión (recomiendo de modo particular el video del P. Javier Olivera). Sí conviene en cambio, poner la lupa en algunos hechos concretos. Y comencemos con la ceremonia misma de beatificación que fue realizada en un descampado de la ciudad de La Rioja. Los organizadores episcopales, en un exceso de optimismo ideologizado, esperaban la asistencia de cien mil personas. Asistió poco más del 10%: doce mil, la mayoría de las cuales eran de fuera de la provincia. Y no puede argüirse que se deba a la frialdad de los riojanos en materia de fe y devoción. Basta pensar en las multitudes populares que congrega anualmente la festividad del Niño Alcalde en esa misma ciudad.
Más allá de que lo numérico sería en principio irrelevante, en este caso sí es un dato significativo. Y lo afirmo en relación con lo que establece el documento pontificio Sanctorum Mater que regula los procesos de canonización. Allí, en el segundo título, queda claro que las causas de beatificación y canonización deben estar estrechamente relacionadas con la fama de santidad o de la fama de martirio de la que goza el candidato:
Art. 4 - § 1. La causa de beatificación y canonización se refiere a un fiel católico que en vida, en su muerte y después de su muerte tuvo fama de santidad, viviendo heroicamente todas las virtudes cristianas; o bien goza de fama de martirio porque, siguiendo al Señor Jesucristo más de cerca, sacrificó su vida en el acto del martirio.
¿Y a qué se refiere la Iglesia con fama de santidad o de martirio?
Art. 5 - § 1. La fama de santidad es la opinión extendida entre los fieles acerca de la pureza e integridad de vida del Siervo de Dios y acerca de que éste practicó las virtudes en grado heroico.
§ 2. La fama de martirio es la opinión extendida entre los fieles acerca de la muerte sufrida por el Siervo de Dios por la fe o por una virtud relacionada con la fe.
Creo que Angelelli tenía fama de santidad solamente entre los militantes de partidos de izquierda. La fama de martirio la estableció un juez civil pagado por el gobierno de Kirchner hace pocos años. Y cuanto a las misma famas de los tres compinches que lo secundan (los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longueville y el laico Wenceslao Pedernera), lo cierto es que no podían tenerla porque nadie los conocía ni se acordaba de ellos. Y me remito a los hechos: el señor Pedernera era oriundo de la localidad puntana de La Calera y luego de un largo periplo de migraciones internas, terminó en la provincia de La Rioja como activista del Movimiento Rural Diocesano que, como se sabe, era una de las diversas formas de infiltración del marxismo en los ambientes eclesiales. Pues bien, Mons. Pedro Martínez Perea, el principesco obispo de San Luis, decidió convocar a todo el pueblo de su diócesis a reunirse en La Calera a fin de participar de la ceremonia de beatificación a través de una pantalla gigante (y tener él una buena excusa para no asistir personalmente al esperpento riojano). Como apreciamos en la foto publicada por AICA, hubiese sido suficiente un televisor de 32”: se congregaron apenas veinte personas, lo cual es indicativo de la devoción popular que tiene el nuevo beato y su extendida su fama de santidad y martirio.
La reticencia a participar de la ceremonia no fue solamente de los fieles. Fue también de los obispos. La agencia de noticia oficiosa de la CEA, dice que hubo cuarenta obispos, de los cuales varios eran extranjeros. En las fotos publicadas apenas pueden distinguirse veinte. El episcopado argentino cuenta en la actualidad con ciento cuarenta obispos por lo que, en el mejor de los casos, asistió sólo el 25% de los obispos argentinos. El dato es muy significativo, toda vez que se trata de la beatificación de cuatro argentinos, uno de ellos obispo. Estimo que Sauron, desde su torre de Santa Marta, habrá tomado nota de lo que a todas luces fue un desaire hacia su augusta persona.
Todo esto nos lleva a dos conclusiones:
- La beatificación de Angelelli y sus compañeros, no surgió “desde abajo”, como una suerte de clamor popular, sino que fue pergeniada por una élite ilustrada con finalidades de trasnochada corrección política. Se puede trazar una analogía con el famoso “lenguaje inclusivo” que pretende que la gente comience a hablar de “les chiques” o “les alumnes”, lo que jamás sucederá porque se trata de la pretensión de un grupo de ideólogos que, en sus laboratorios, deciden qué es lo mejor para que la mujer no se sienta excluida. En el caso de Angelelli pasó los mismos. Un grupete de ideólogos francisquistas decidieron cuáles son las mejores y más convenientes devociones para el Pueblo de Dios. Y este Pueblo, sabiamente, les dio la espalda. Las devociones se las siguen buscando ellos: el Niño Alcalde o el Señor y la Virgen del Milagro. O peor aún, ¡San Cayetano y Santa Rita, dos europeos de familias oligárquicas!
- No soy canonista, pero se me ocurre que la flagrante infracción a los principios básicos que rigen las causas de beatificación y canonización, serían causa suficiente para que, en un futuro, el acto del domingo pasado sea declarado nulo.
Otra sorpresa que nos trajo la beatificación fueron las palabras del cardenal Ángelo Becciù, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos. No se trata de un obispillo ignorante como los que nombra Bergoglio en Argentina. Se trata de la autoridad más importante en la Iglesia, después del Papa, sobre el tema que nos ocupa. Pues bien, en una entrevista dijo hablando de Angelelli: “Fue víctima de los que no querían ser molestados en sus posiciones de privilegio y de dominio. Él quería hacer oír la voz de los explotados y defender su dignidad de personas”. Este breve comentario, contextualizado en el resto de la entrevista, deja ver la completa inmanentización de los conceptos de santidad y de martirio que maneja la jerarquía eclesiástica. Se es santo y se puede llegar a ser mártir por ser fiel a sí mismo, a los ideales que se abracen y que reciben el genérico título de “evangélicos”. El martirio ha dejado de ser ya la muerte como testimonio de la fe en Jesucristo, Dios y Hombre verdadero. Es, simplemente, morir por lo que se cree, independientemente del contenido objetivo de esa creencia. El único requisito es que la misma sea “evangélica”, lo que en la actualidad equivale a valores humanos como la solidaridad, la fraternidad, el servicio a los desposeídos, etc; cada uno llena este recipiente evangélico con lo que más le gusta. Siguiendo este criterio, el padre Carlos Mugica será beatificado próximamente y no sería extraño que, con él, fuera elevado al honor de los altares Fernando Abal Medina, un muchachito de Acción Católica que asumió un fuerte compromiso evangélico por los pobres, que lo llevó a asesinar a varias personas -entre ellas a un ex-presidente de la Nación- y “fue víctima” diría Becciù, “de los que no querían ser molestados”, es decir, de la maldita policía.
Pero la definición más importante del eminente purpurado se encuentra en su homilía. Dice allí que el compromiso que llevó a Angelelli y compañeros a la santidad fue “realizado a la luz de la novedad del Concilio Ecuménico Vaticano II, en el fuerte deseo de implementar las enseñanzas conciliares. Podríamos definirlos, en cierto sentido, como “mártires de los decretos conciliares”. Y tiene razón. Angelelli había sido un sacerdote más bien conservador, y por ese motivo fue elegido obispo. Y lo mismo ocurrió con tantos argentinos de la época. El mencionado Fernando Abal Mediana era un piadoso joven de Acción Católica, de misa diaria que cuando llegaron al país las buenas nuevas traídas por Vaticano II, fundó el grupo terrorista Montoneros. Y no estoy exagerando. Angelelli y los suyos son, efectivamente, los frutos más maduros del Vaticano II. Ellos son el resultado más prístino de esa cacareada primavera eclesial. Becciù, como Caifás, profetizó sin saberlo y sin quererlo. Agraces de este tipo son los únicos frutos que puede producir esa desdicha asamblea.
Y agraces y bochornos de estas dimensiones son los único que puede producir el fracasado pontificado de Bergoglio. Él y los suyos “son nubes sin agua llevadas por el viento, árboles de otoño sin frutos” (Judas 1,12).
Otro paso más en la anglicanización de la Iglesia, en la que cabe de todo mientras sigan formalmente a su cabeza (ya no la reina de Inglaterra sino el obispo de Roma) y cuyos «santos» lo son por haber seguido sus convicciones: ¿sabían que Sto. Tomás Moro es santo por la iglesia anglicana? Pues eso. Dosis de poliedrización directa a la vena.
ResponderEliminarEntre los integrantes de un movimiento católico argentino, que se proclama fiel seguidor de Santo Tomás, tiene estructura militar, fue fundado por un dominico y siempre estuvo a la derecha de la derecha, circula el siguiente mensaje:
ResponderEliminar"Muchos santos fueron cuestionados en su tiempo. Por citar algunos de los más grandes don Bosco o el P. Pío. La madre Teresa pasó sus últimos años sin el consuelo de la fe. Marcial Maciel engañó a Juan Pablo II y a todo el mundo casi hasta el final de su vida. Aún así excelentes sacerdotes salieron de los LC. Ellos estaban lejos. Hoy nos toca un proceso de beatificación cercano y donde pensamos que sabemos más que tenemos la posta. Es en realidad una hermosa oportunidad para cultivar la obediencia de los santos. Abrazo a todos".
No puden ser más pedisecuos de Bergoglio, al que detestaban abiertamente cuando era arzobispo de Buenos Aires.
Sería interesante saber qué leyeron del Concilio Vaticano II, porque lo leo y no veo nada que justifique las acciones marxistas y terroristas.
ResponderEliminarParece que en 1965 ya hubo, en principio, una transmisión "oral, no escrita" de este tipo de "nuevas doctrinas", que luego pasarían a la "pastoral política y terrorista".
hay muchas formas de pedisequus...estimado Fastuoso. Algunos van a La Rioja y otros ponen un gran televisor. Con Dios y con el diablo. O con el diablo..pero que no se note. Wanderer, a mí no me charle.
ResponderEliminar"El mencionado Fernando Abal Mediana era un piadoso joven de Acción Católica, de misa diaria que cuando llegaron al país las buenas nuevas traídas por Vaticano II, fundó el grupo terrorista Montoneros."
ResponderEliminarLa causas eficiente de la conversión de Fernando Abal Medina, Firmenich y otros de jovenes católicos piadosos a guerrilleros no fueron "las buenas nuevas traidas por Vaticano II" en general sino una persona de carne y hueso: Carlos Mujica. Fundamento eso en dos citas que por practicidad pondré en sendos comentarios siguientes.
Del libro de Olga Wornat "Nuestra Santa Madre"
ResponderEliminarCuando en 1964 Mugica volvió a su colegio, el Nacional Buenos Aires, como asesor de la Juventud de Estudiantes Católicos (JEC), una rama de la Acción Católica Argentina (ACA), conoció allí a los futuros integrantes de Montoneros.
Mario Eduardo Firmenich, Carlos Gustavo Ramus y Fernando Abal Medina, eran por entonces militantes de Tacuara, una organización de extrema derecha, clerical y antiperonista.
Mugica podía comprender a algunos de esos muchachos –él también había sido antiperonista– pero tenía profundas diferencias de metodología y también ideológicas. En ningún momento olvidó que era un ministro de Cristo en la tierra y continuó fiel a la prédica del Evangelio. Según las autoridades de la ACA, la JEC –que Firmenich presidía– era la menos importante de las tres agrupaciones que componían la Quinta Rama Especializada. Las reuniones se realizaban semanalmente en Alsina 830. En esas horas de encuentro había un primer espacio para la oración, el siguiente para dialogar sobre la relación del adolescente con la sociedad y finalmente sucedían las conclusiones a las que llamaban "iluminación".
Con su efervescencia y pasión, se convirtió en el consejero espiritual de la rama escolar y fue quien, según Firmenich, "nos enseñó que el cristianismo era imposible sin el amor a los pobres y a los perseguidos por su defensa de la justicia y su lucha contra la injusticia".
El mensaje de Mugica causó profunda impresión en los futuros montoneros porque él mismo se encargó de ponerlo en práctica. Los futuros jefes montoneros lo seguían a todas partes: la villa y los retiros en el campo.
En el verano de 1966, quince integrantes de la ACA participaron en una misión rural organizada por la Acción Misionera Argentina (AMA, dirigida por el obispo Búfano, que tiempo después los expulsaría a todos por "comunistas"), en Tartagal, en el inhóspito chaco santafecino, y la conducción de la misma estuvo a cargo del padre Mugica.
–Yo trabajaba en la zona y tenía una vida religiosa activa, cuando me enteré del campamento me acerqué. Allí conocí al padre Mugica y a muchos con quienes después conformaríamos Montoneros. Había mucha reflexión y guitarreadas– recordó el ex jefe montonero, Roberto Cirilo Perdía.
Entre esos otros, estaba también Graciela Daleo, entonces una bella joven ultracatólica, que soñaba con ser monja misionera. Tiempo más tarde, cambió el sueño del hábito por el fusil y se convirtió en una ferviente militante montonera, que además, estuvo "desaparecida" en la ESMA un año y medio, durante la dictadura. Era tal la relación que Daleo mantenía con Mugica, que no sólo se confesaba con él y asistía todos los domingos a sus misas, sino que un día le pidió su opinión porque Mario Firmenich estaba enamorado de ella. "Salí con Mario... El cura la autorizó a salir con el futuro jefe montonero, que en ese entonces le escribía a su amada almibarados poemas de amor.
–Mugica era implacable en sus exigencias, durísimo. Estaba convencido de que la miseria de los hacheros podía revertirse y en ese momento, sólo veía la solución en la metralleta– recordó Daleo. "Graciela lloraba mucho en esas charlas, le parecía que el padre Mugica era durísimo, inflexible, y lo peor era que muchas veces le parecía que tenía razón. Se miraba a la luz de la doctrina y se veía llena de egoísmo, de maldad, de falta de compromiso con la miseria de sus hermanos. (...) También era cierto que, muchas veces Mugica les parecía brillante, revelador, les explicaba que había que ligar el compromiso cristiano al compromiso terrenal, y citaba palabras como las de Cristo echando a los mercaderes del templo, o el Buen Pastor que se ocupa más de las ovejas descarnadas del rebaño... ", cuentan Martín Caparros y Eduardo Anguita, en uno de los tomos de La Voluntad. Los futuros guerrilleros Mario Firmenich y Carlos Ramus también integraron esta misión religiosa entre desarrapados hacheros del norte argentino y sus familias.
http://www.elortiba.org/old/sm3.html
Del testimonio de Firmenich en la publicación "El Peronista"
ResponderEliminarDesde mediados de 1967 en adelante, se produjo un distanciamiento entre el que fuera nuestro asesor espiritual, Carlos Mugica, y nosotros, los que habíamos sido sus discípulos: Fernando Abal Medina, Carlos Gustavo Ramus y yo.
Este distanciamiento, que llegó a ser mayor un tiempo más tarde, reconocía sus razones últimas en las diferencias políticas que teníamos acerca de la manera más eficaz de servir a los explotados, a los marginados, a los trabajadores.
Sin embargo, tales diferencias políticas de ningún modo podían borrar los cuatro años de trabajo permanentemente juntos y lo que en esos años Mugica nos había enseñado.
Estas diferencias comenzaron después de aquella misión que habíamos realizado en Tartagal, al norte de la provincia de Santa Fe. En aquella oportunidad, Carlos Mugica fue el primero en proclamar que la única solución estaba en la metralleta (tales fueron sus palabras casi textuales). Luego de aquello, estuvimos casi un año realizando militancia política, a la par que habíamos formado un grupo integrado por varios compañeros, entre los que estábamos Carlos Mugica y nosotros tres, en el cual se debatía el problema de si la violencia política era moralmente lícita o ilícita. Para nosotros, el problema aparecía bastante claro: si la oligarquía y el imperialismo utilizaban la violencia para explotar al pueblo, ¿por qué razón el pueblo no tenía derecho a responder con la violencia para conquistar su liberación? Mugica, sin embargo, entró en la duda. Naturalmente, esto condujo rápidamente a la disolución de aquel grupo y ocasionó el distanciamiento. A medida que nosotros fuimos concretando en la práctica aquella necesidad que tenía el peronismo de profundizar la lucha armada contra la dictadura, el distanciamiento fue aumentando.
La verdadera causa de que Carlos Mugica no siguiera nuestro mismo camino está en dos contradicciones que él vivía y que, a mi juicio, mantuvo sin resolver hasta el final. Una de estas contradicciones era entre su compromiso a fondo con los explotados y los perseguidos y la no aceptación de la violencia; la otra, entre el ser un hombre de iglesia o ser un hombre político.
Así fue como a partir de mediados de 1967, el distanciamiento por diferencias políticas entre Carlos Mugica y nosotros se fue profundizando. No siguió junto a nosotros en el camino que él mismo, nos había indicado, pero eso no fue causa para que nosotros lo consideráramos un traidor o para que dijéramos todo lo que él hace está mal o es inútil”. Simplemente comprendíamos estas contradicciones que él vivía y que frecuentemente lo atormentaban, v por otra parte comprendíamos que su trabajo de prédica constante, fogosa y valiente, era sin ninguna duda positivo: al fin y al cabo, nosotros mismos éramos la confirmación de esto.
http://www.ruinasdigitales.com/peronista/nuestrasdiferenciaspoliticas3nota35/
Sobre la transformación de un grupo de jóvenes piadosos en el núcleo fundador de Montoneros este blog publicó hace años unos interesantes artículos de autor invitado
ResponderEliminarhttp://caminante-wanderer.blogspot.com/2011/11/eran-nuestros-i.html
http://caminante-wanderer.blogspot.com/2011/11/eran-nuestros-ii.html
http://caminante-wanderer.blogspot.com/2011/11/eran-nuestros-iii.html
Sobre Fernando Abal Medina en particular, la entrada en Wikipedia aporta datos muy interesantes como este
También junto con su hermano Juan Manuel participaron desde 1967 de las reuniones del Movimiento de la Revolución Nacional MRN dirigido por Marcelo Sánchez Sorondo quien en 1969 con la voz de Fernando Abal Medina grabó la proclama del general Eduardo Labanca que fue un intento nacionalista de anticiparse al golpe liberal que preparaban los generales Lanusse y Aramburu pero este intento fracasó y el general Labanca fue detenido. Afirma Marcelo Sánchez Sorondo que habría sido la frustración de ese proyecto la que llevó a Fernando Abal Medina a descartar a las Fuerzas Armadas como instrumento para alcanzar la soberanía nacional (Memorias de Marcelo Sánchez Sorondo, editorial Sudamericana, página 194)
https://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_Abal_Medina
GASTÓN: Agradecería aclaración de que "La madre Teresa pasó sus últimos años sin el consuelo de la fe". Que la M. Teresa visitando templos paganos fuera una victima manipulada por el Vaticano II parece evidente pero, ¿llegó hasta el punto que dice el comentarista? ¿En que se basaría esa afirmación?
ResponderEliminar"La obediencia de los santos" seguramente piensa en San Atanasio, Santa Catalina de Siena y tantos otros. Quiere que sus seguidores se quiten no sólo el sombrero al ingresar a la Iglesia sino también la cabeza, parafraseando al genial Chesterton.¿Qué hay de la obediencia a la verdad?
ResponderEliminarFastuoso, recuerdo allá por el 2013 cómo se jactaban de la amistad del Papa con "el Cura". Actitud neFASTA.
ResponderEliminarFernando Abal Medina, como Mario Eduardo Firmenich y Ramus, compañeros del Nacional Buenos Aires, fueron captados por la Teología de la Liberación, especialmente por obra del padre Carbone, asesor de la JEC, y Fernando militó en el grupo "Cristianismo y Revolución", que encabezaba García Elorrio. Detenidos después de un incidente que protagonizaron en la Catedral -intentaron pedir asilo en sagrado al cardenal Caggiano, que los ignoró- Fernando viajó a Cuba para recibir instrucción en insurgencia. Un poco más tarde lo hizo Carlos Mugica. Fernando tenía en el Círculo del Plata, en la calle Bolívar, un puesto de venta de libros. Nunca estuvo directamente en la conspiración con Marcelo. De allí extraía información, en todo caso. Si lo estaba su hermano mayor Juan Manuel.
ResponderEliminarCreo que en sus propios escritos la Madre Teresa confirmo que seguia creyendo aunque no sentia la presencia de Dios a su lado.Fue muy discutido esto en esu momento..pero al final confirmado.
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ResponderEliminarDos libros de lectura indispensable.... y con eso se entiende todo .
SOLDADOS DE PERÓN. LOS MONTONEROS de Richard Gillespie.
TACUARA , historia de la primera guerrilla urbana. , por Daniel Gutman
Existen los dos en PDF
El único testigo de la muerte de Angelelli fue Raúl Nacuzzi, un empleado municipal que estaba subido a un poste de luz. En presencia de Monseñor Witte -sucesor del Pelado- y del juez Aldo Morales, declaró que lo de Angelelli fue un accidente automovilístico y narró los detalles aclarando que durante el infortunado suceso ningún otro vehículo había en la ruta, como falsamente dijo después la Santa Sede buscando fraguar un crimen que nunca existió ¡y encima por odio a la fe! condición indispensable para llevarlo a los altares.
ResponderEliminarEn cuanto al comentario del Anónimo de las 11.07 cuando transcribe el relato de Firmenich sobre el distanciamiento del padre Mugica de la cúpula de Montoneros en 1967 porque el cura no aprobaba la violencia, tiempo después se convirtió en un secreto a voces, porque Mugica se dio cuenta que los montoneros lo querían usar y él no se prestó al juego.
Cuando a Mugica lo mataron en 1974 se dijo que había sido la Triple A, aunque quedó la duda porque otras voces también señalaron a Montoneros.
Tiempo después -en un homenaje a Mugica- una manifestación marchaba sobre Av. Figueroa Alcorta y al llegar a la altura de la Facultad de Derecho, Firmenich se quiso sumar a la columna pero fue rechazado de mala manera por familiares de Mugica que encabezaban la marcha.
Eso fue captado por los noticieros de TV y sirvió de argumento para alimentar la teoría de que en realidad los verdugos de Mugica no habrían sido de la Triple A sino de Montoneros, porque las diferencias ideológicas que empezaron a manifestarse en 1967 en 1974 habían llegado a un punto sin retorno.
Muchachos: Sean serios. Internet no suele ser buena fuente si no se investiga más en profundidad y se cotejan versiones.
ResponderEliminarQue Ramus, Firmenich y F. Abal Medina hayan sido de Tacuara ha sido negado por todos los que lo investigaron en profundidad (Orlandini, Gutman, Furlan, etc.). De hecho los tres estaban más vinculados con la Liga Humanista, como el propio Mujica, y su deriva postconciliar que iba entre Teihard y el Diálogo con Marxistas. Para los inicios "reales" de Montoneros, recomiendo el libro de Pablo Lanusse.
Según Marcelo Sánchez Sorondo (p.) en sus memorias, Fernando Abal Medina jamás estuvo vinculado a Azul y Blanco, Segunda República o el Movimiento de la Revolución Nacional. Y no se deduce que mienta cuando en el mismo libro reconoce muchas otras cosas que no lo favorecen; e incluso intenta salvar al hermano mayor de éste, Juan Manuel Abal Medina (quien sí estuvo vinculado un breve tiempo con las empresas de Sánchez Sorondo // en el 73 Juan Manuel va a reivindicar a su hermano e incluso afirmará haber estado al tanto, pero no parece ser cierto). Caparrós ha sido más descarnado con Fernando Abal Medina: Norma Arrostito, su novia, ella sí de orígenes izquierdistas, partidaria del "amor libre", etc., lo tenía completamente dominado. (Y, de Lady Macbeth y Dalila para acá no son pocos los hombres que han hecho estupideces por una mujer).
Perdón pero hay un error. Mujica jamás dijo que no aprobaba la violencia. Lo que él sostuvo --y en YouTube están los videos-- es que las armas sólo están legitimados para empuñarlas los pobres. Quizá sin saberlo era un marxista de cátedra. O, lo que yo creo, Mujica, como la escisión de Montoneros "Soldados de Perón", se negaban a pasar a la clandestinidad con un gobierno peronista, desafiando a la cúpula de la organización.
ResponderEliminarEn cuanto a que Mujica lo mató Montoneros, no es para nada una hipótesis nueva. La familia de Mujica siempre afirmó --ya desde aquella época -- que lo habían matado Montoneros. En su funeral en la villa 31, la gente sacó la corona de Montoneros y echaron a algunos dirigentes montoneros que quisieron ir a presentar sus condolencias.
Todo esto está filmado y reportado en los diarios de la época.
Básicamente la beatificación de Angelelli y sus esbirros fue una simple y llana comedia, ideada por quien sabe que demonio del infierno, cuyo director fue Francisco y quienes fueron sus actores son los obispos argentinos cuya estrella fue Colombo, el publico fue la Izquierda argentina y los casi-moribundos curas tercermundistas, orgullosos de que uno de los suyos lleve la aureola...Mientras los barrenderos de la mugre que deja esta diabólica obra en las butacas somos los pobres católicos argentinos que estamos hartos de esta cruel tiranía.
ResponderEliminarA monseñor Colombo, quien estuvo bonachón y contento por estos acontecimientos, me gustaría decirle que quizás, si bajara varios kilos que tiene de mas: como puede apreciarse en esta foto: https://images.clarin.com/2018/02/03/HySycBmUG_1256x620__1.jpg
Decía, si bajara unos kilos más, tal vez tendría las ideas mas claras... No lo digo yo, lo dicen los antiguos monjes, muchos de los cuales eran santos mártires de verdad.
No lo pudo decir mejor el autor de este articulo: El santoral a sido devaluado...
https://infovaticana.com/2019/04/29/el-santoral-devaluado/
Anónimo de las 21:07. Está en lo cierto, Fernando Abal Medina nunca estuvo vinculado a Tacuara ni a ningún movimiento nacionalista. Era un católico practicante (su madre, excelente señora, desarrollaba una gran actividad en la parroquia de Montserrat y su hermano mayor Antonio fue dirigente de la Acción Católica). Su vínculo maximalizante fue con "Cristianismo y Revolución", como he señalado antes. Descubrió la revolución y el sexo (blend que a dosis repentinas y excesivas suele traer problemas) con Norma Arrostito, formada en el fermentario de la Federación Juvenil Comunista. Para Marcelo Sánchez Sorondo, era un pibe simpático que manejaba la librería, hermano de Juan Manuel, su joven de confianza. Que luego Juan Manuel se autoconvirtiera en heredero del "fusil de la Argentina" es muy otro cantar. O que el Mario Eduardo "Pepe" Firmenich sirviera de doble agente con los militares que eran jóvenes oficiales lonardistas ciuando en noviembre de 1955 Aramburu cerró el capítulo nacionalista del derrocamiento de Perón, ya es otra historia
ResponderEliminarSobre Mujica y su desilusión de la revolución no hay mejor documento que la el pubklicado en la revista que dirigían Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde, donde lo colocaron en "cárcel del pueblo", destinada a futuros "ejecutables". Era excelente persona y buen cura, creyente sincero, pero no podía distinguir el materialismo histórico de una guinda, pese a que pasó por Cuba
ResponderEliminarNubes cargadas de lluvia ácida.
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ResponderEliminarMuchos saben mucho ....
Les hago una pregunta .
¿ Si Ezcurra estaba al tanto del " Asalto al Policlínico Bancario " ?
El papa(con todos estos personajes), vive en Roma, nosotros, en Jesucristo, el Señor.
ResponderEliminar1:15, ampliando su comentario, el número de la revista "Militancia Peronista" en el que un artículo sin firma y por lo tanto atribuible a sus directores responables, Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde, pide en su p. 48 que "quede Carlos Mugica preso en la Cárcel del Pueblo" es el 38, que fue el último número de esa revista, del 28 de marzo de 1974.
ResponderEliminarEl punto es que la condena ideológica de Mugica por sus antiguos compañeros de ruta fue 44 dias antes de su asesinato, lo que hace plausible que fue ultimado por ellos. Lo cual por otro lado es afirmado por el Tata Yofre, que se documenta cuidadosamente en su trabajo de historiador.
Para quien pueda interesarle hacer arqueología intelectual de ese tiempo:
http://www.ruinasdigitales.com/militancia-peronista/listado-de-numeros/
Anónimo de las 21.07: ¿no será Lucas Lanusse, no Pablo?
ResponderEliminarPara la curiosidad de 10:34, absolutamente no. Ricardo Viera, ya constituido el MNRT (Baxter, Cafatti, etc.) fue el cerebro de la "expropiación revolucionaria". Luego militó en el ERP
ResponderEliminarAnónimo de las 10.34
ResponderEliminarSugerir que el Padre Ezcurra -fundador de Tacuara- pudiera haber estado al tanto del asalto al Policlínico Bancario, me parece un insulto gratuito.
Si hubo algunos que traicionaron el ideal católico fundante de esa organización juvenil, ni de lejos pueden manchar la trayectoria ejemplar del cura gaucho y nacionalista de sotana negra y poncho rojo al hombro.
Jordán Bruno Genta alguna vez también recordó que Rogelio García Lupo era uno más de los que puntualmente asistían a sus clases de filosofía católica hasta que un día desapareció sin previo aviso.
Poco después, García Lupo reapareció en Cuba como cofundador de la Agencia de Noticias Prensa Latina junto a Gabriel García Márquez, Jorge Ricardo Massetti, Rodolfo Walsh y otros "próceres" de la pluma que escribieron las páginas de sangre de Fidel Castro y su loca aventura marxista.
¿Acaso por eso Bruno Genta fue cómplice del castrocomunismo?
No me quedó muy claro que hacía un muchacho católico de sólida ortodoxia noviando y teniendo relaciones con una chica atea de la Federación Comunista partidaria del amor libre. ¿Él no vio ninguna contradicción en eso?. ¿O hacía rato que había dejado de creer?. ¿O nunca creyó nada, y para él el catolicismo fue sólo otra encarnación de la política, un instrumento más?.
ResponderEliminarMe parece que a los lectores españoles del blog los perdimos tres curvas atrás.
ResponderEliminarAnónimo 13:01
ResponderEliminarEfectivamente, Lucas Lanusse. Mea culpa.
Anónimo 20:38
ResponderEliminarJustamente fue su confesor y director espiritual quien lo alentó en ese noviazgo. El Pbro. Carlos Mujica.
Fuenteovejuna:
ResponderEliminarMe parece que la pregunta era honesta. Y la respuesta no es tan fácil. ¿Sabía Ezcurra del asalto al Policlínico? Nadie lo sabe a ciencia cierta. Sabemos sí que fueron los excesos de Tacuara (¿muchos? ¿pocos?) una de las causas del alejamiento del futuro sacerdote. Pero sí sabemos que las relaciones entre el M. N. Tacuara y todas sus escisiones (M.N.R.T., Guardia, grupo Ossorio, M.N.A., los grupos social-nacionalistas, etc.) se mantuvieron y que hubo gente al menos de segunda línea del grupo Ezcurra que sabía lo que planeaba la gente de Baxter. El gran problema de Tacuara (como se dijo el otro día en la presentación de las memorias de Graci Susini) era su descentralización excesiva y la autonomía con la que actuaban los grupos.
anónimo de 20:38
ResponderEliminarO le tocó al muchacho tratar con curas tan progres que les daba lo mismo el amor libre. En mi caso una vez en esos años me quise confesar con un agustino, y me contestó que fuera a comulgar nomás, que él me perdonaba sin confesión. En esa parroquia la gente formaba filas para comulgar al ritmo de pescador de hombres, pero muy poco se veía a la gente confesando...
Anónimo 11:46,
ResponderEliminargracias por la información. Entonces debo concluir que el famoso Padre Carlos Mujica no creía en nada. Era otro ateo más metido a cura, sólo interesado en la política.
Y en definitiva el problema de la Iglesia -el único problema- es ese: hace ya demasiado tiempo que estamos rodeados de ateos vestidos de cura, y vestidos de Obispo, y vestidos de Cardenal, y vestidos de….paro acá.
Aflojen un poco con asociar Arrostito con el amor libre. Esta es la data buena:
ResponderEliminara los 24 años de edad contrajo matrimonio con Rubén Ricardo Roitvan, junto a quien compartió un período de militancia activa en la Federación Juvenil Comunista de la Argentina, de la cual se fueron alejando gradualmente y en 1965 ambos ingresan al grupo orientado por John William Cooke y Alicia Eguren, Acción Revolucionaria Peronista.
En 1966 participa junto a Amanda Peralta en acciones de apoyo a obreros portuarios en huelga y es detenida, oportunidad en que conoce en la cárcel al guerrillero Fernando Abal Medina, de quien se enamora y la acerca al cristianismo revolucionario. En 1967 Norma Arrostito ingresa al Comando Camilo Torres, agrupación política de raíz católica dirigida por el exseminarista Juan García Elorrio, en la que conoce entre otros a Mario Firmenich y Carlos Gustavo Ramus.
En esa época decide separarse de su esposo para convivir de allí en adelante con el combatiente Abal Medina (siete años menor que ella), hasta la muerte de este último.
11:46, ¿puede citar fuente de que fue Mugica quien alentó a Abal Medina en su relación de pareja con la divorciada Arrostito?
ResponderEliminarYo conozco solamente el acompañamiento pastoral con discernimiento que brindó a Julio Bárbaro y su novia. Cito del libro de Olga Wornat "Nuestra Santa Madre":
Bárbaro era uno de los tantos muchachos católicos que visitaban asiduamente a Mugica en el cuarto de la terraza del edificio de Gelly Obes y Copérnico, donde el sacerdote vivía con sus padres. En esa habitación de quince metros cuadrados que originariamente había sido pensada como departamento de servicio, sólo había una cama, una cruz, una kitchenette y muchos libros. Carlos la había elegido para él. Ese era su lugar y las sirvientas debieron emigrar cerca de los patrones, en la planta baja.
–Mugica nos confesaba en la parroquia, en un bar o en su cuarto. Recuerdo que en 1967 nos autorizó, a mí y a mi novia, a tener relaciones prematrimoniales. Para nosotros, su palabra era muy importante y esa autorización, en el catolicismo de esa época, era como descular el mundo. Era toda una transgresión que él nos diera permiso para coger.
18:30 disfrazados literal
ResponderEliminarAnónimo 4:03,
ResponderEliminarsi el Padre Mujica se consideraba con derecho a derogar un Mandamiento de la Ley de Dios, sólo caben dos explicaciones posibles: a) se creía Dios encarnado caminando sobre la Tierra, o b) era un ateo hecho y derecho, para el cual -en el fondo- la religión trascendente significaba nada. Me inclino por lo segundo.
En las casi 40 entrevistas que hice para escribir algún dia la biografía del Padre Alberto y en los seis o siete libros que hay sobre Tacuara, no encontré ninguna evidencia de que Ezcurra estuviera enterado de lo que pasaría con el Policlinico. Sí lo sabían otras personas de Tacuara sin que eso implicará aprobación. Además y como bien se ha dicho aquí, ese delito fue cometida por la Tacuara de izquierda de Baxter, Caffatti y cía. Tampoco sabía Ezcurra que los tacuaristas de su línea asesinarian a Alternan en represalia por los nacionalistas asesinados en Rosario.El ya no dirigía Tacuara y quienes cometieron ese crimen no se lo comunicaron a Ezcurra pues su politica al respecto era "salvaguardar al Jefe", aunque de hecho ya no lo fuera. No obstante esto Ezcurra se presentó en Tribunales para ayudar a sus camaradas,aunque no estuviera de acuerdo con lo que habían hecho.Del crimen se enteró por el diario,que estaba leyendo en casa de sus padres junto a su hermano Juan Antonio.La violencia tradicional de Tacuara como la de otros grupos políticos era la de los puños y las cachiporras. Si tenían entrenamiento en el uso de armas no era para formar una organizacion terrorista sino para sumarse como someten a una Revolución Nacional de naturaleza castrense. Algunas veces hubo balaceras y algún muerto, pero no era lo habitual
ResponderEliminarFernando Romero Moreno