Hieronymus Bosch, El jardín de las delicias (detalle). Museo del Prado |
Hace poco tuve oportunidad de hablar un largo rato con un pequeño grupo de monjas (que curiosamente eran monjas en serio: ni solteronas, ni cara de pepinillos en vinagre y mucho menos mujeres de cuarenta o sesenta años con la madurez de una chicuela de quince) como uno se imagina que deben ser las monjas y que, en este caso y por una serie de circunstancias, estaban descubriendo el mundo tradicional. Nunca habían sido progresistas, pero habían vivido toda su vida en la Iglesia de hoy, por lo que les parecía lo más normal del mundo desde la liturgia hasta la expresión de la fe propias del postconcilio. Nos encontramos en una misa cantada en rito tradicional, que estaba rebosante de gente, sobre todo de jóvenes —algo que ellas no podían creer— y, en la conversación posterior, repetían una frase una y otra vez: “Nos engañaron”.
Sí, la Iglesia del postconcilio y sus ministros engañaron cruelmente a millones de católicos; les negaron las aguas frescas del manantial que regó a los cristianos durante dos mil años, para darles a beber aguas salobres que no calman la sed, sino que la acrecientan. Y esto que digo no es un recurso retórico: las pruebas aparecen por doquier a quien tenga ojos y honestidad intelectual para verlas. Acabo de narrar el caso concreto de una comunidad religiosa de monjas, pero pongamos algún otro ejemplo más universal. En el oficio de vísperas de los viernes, los monjes cantan —los pocos que aún lo hacen— desde la primera Edad Media un himno de San Gregorio Magno, el Plasmator hominis, una de cuyas estrofas dice lo siguiente:
Repelle a servis tuis,
quicquid per immunditiam,
aut moribus se suggerit,
aut actibus se interserit.
Aleja de tus siervos,
todo aquello que por la inmundicia,
se adhiera a las costumbres
o se interponga en las obras.
Este enorme santo y doctor, Gregorio el Grande, sabía tal como sabían todos los cristianos, que de lo inmundo o impuro hay que escapar, y que hay que pedirle a Dios que nos aparte de él. Pero hoy vemos sin embargo, que los ministros de la Iglesia no sólo han dejado a los hombres vivir en la inmundicia sino que los animan a seguir revolcándose en ella. Por caso, el sábado pasado el blog Rorate Coeli informaba que en la catedral de San Patricio de Nueva York se ofició el funeral de un tal Sr. "Cecilia" Gentili, argentino, que había sido un conocido travesti de esa ciudad. Su foto presidía la misa junto al féretro, en el que fue recordado como the whore y travestite, es decir, como “la puta” y “el travesti”, porque el Sr. Gentili no murió arrepentido de su vida de pecado. Se hacía llamar públicamente "Cecilia la atea" y "Cecilia la puta", y como tales murió. En esa misa no se rezó a Dios por su alma, sino que se le rezó a él: “Querida puta Cecilia, madre de todas las putas, danos fuerza y coraje para continuar tu legado”, oraban. Es escalofriante ver el video en el que el sacerdote, desde el altar y revistiendo los ornamentos sagrados, ríe a carcajadas acompañado de la algarabía de los presentes -ataviados al modo “puta” y “travesti”-, junto al cuerpo insepulto del desgraciado difunto. Parece una escena tomada de El jardín de las delicias de El Bosco. Sí, a esto nos ha conducido la iglesia francisquista: no a rescatar a nuestros hermanos que se arrastran en la esclavitud del vicio y del pecado, como hicieron los santos, sino a festejarles su inmundicia, la misma que San Gregorio pedía evitar.
Pero no estamos frente a un caso aislado. Fiducia supplicans es la prueba más estupefaciente de lo que estamos viviendo: la pretensión oficialmente proclamada por la Iglesia de bendecir la inmundicia, redactada por un cardenal, autor orgulloso de libros inmundos, y refrendada por la autoridad del Sucesor de Pedro. Este hecho es, por fin, el necesario sinceramiento de lo que se venía ocultado desde hace al menos cinco décadas. Con Fiducia supplicans se sacaron la máscara; ya no necesitan esconderse tras ella. Ellos efectivamente acompañan a los hombres, como les gusta decir, pero no para apartarlos del precipicio sino para conducirlos y arrojarlos a él.
Pero alejemos la lupa y veamos la situación desde una perspectiva filosófica. Desde hace mucho tiempo, quizás ya desde el siglo XIX, el hombre perdió todas sus seguridades, o mejor, se hizo consciente de esa pérdida. La no-seguridad pertenece intrínsecamente a nuestra naturaleza caída. La sujeción a la amenaza de la nada y el malestar por la carencia de seguridad son nuestros modos de existir, inherentes al hombre no como defectos accidentales que una voluntad resuelta pueda vencer, sino como ineluctables consecuencias derivadas de la profundidad del ser humano.
El hombre es un criatura sacada de la nada, y su origen en la nada lo caracteriza constantemente. Tiene también, es verdad, un origen en la voluntad divina, pero Dios lo llamó de la nada, y es por eso que repercuten en él el esplendor de Dios junto al esplendor de la nada.
Nos movemos fatalmente en la cornisa de un abismo, que cuando todo sonríe está oculto, pero en épocas de dolor y sufrimiento se muestra en toda su profundidad. Como escribe Rilke en las Elegías de Duino, “Los sagaces animales advierten —¡qué peligrosamente se nos escurre la vida!— en este mundo de sentidos inventados…”. Somos “los eternamente expuestos al riesgo”. Y sin embargo, aquellos que no nos resignamos a este estado de desesperanza, acudimos a una realidad superior, imposible de abatir y que habita al reparo de la nada. Y a esta realidad que conocemos más allá de la experiencia sensible, la llamamos Dios. Es sólo en Dios que el hombre puede conseguir el albergue definitivo que anhela y que tiene clausurado en el ámbito de este mundo. Pero aún así, su inseguridad terrenal no desaparece, aunque se revela como una sujeción superficial a la amenaza , destinada a ser sumergida en la salvación (Rm. 8, 28-39).
Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, es la garantía inquebrantable de la superación de la no-seguridad que cargamos en nuestra naturaleza. Él es el pontífice, el puente que nos une al Padre, que nos traslada de la intemperie de la inseguridad y de los riesgos del abismo, a la seguridad y a la paz del albergue, que es el amor del Padre. Y es la Iglesia la encargada por el Salvador para transmitir a los hombres esta su gracia y para acompañarlos y ayudarlos a encontrar y atravesar el puente.
De aquí entonces la gravedad “metafísica” de lo que está sucediendo, y que va más allá de lo fenoménico de una “misa de putas” o de que quien custodia el Depósito de la Fe sea un pornógrafo. Se trata de la apostasía (απο - στασις) o el “colocarse fuera” del munus o de la misión recibida del Esposo, trocada en el munus o misión contraria: ya no acercar a los hombres al puente que atraviesa el abismo de la no-seguridad existencial y de la nada y ayudarlos a cruzar, sino de un “acompañamiento” del hombre —palabra tan cara al francisquismo— hasta el borde del precipicio y arrojarlo en él.
Ya nadie puede hacerse el distraído. El cambio de la liturgia fue la teatralización temprana del pasaje a una nueva iglesia y a una nueva fe; el cambio en la doctrina oficializado en los documentos del pontificado de Francisco son ya el fruto verdadero del gran engaño que sufrimos. Se cayeron las máscaras.
En las noticias de Gloria TV titulan el affaire C.Gentili como "Funeral de Sodoma y Gomorra en la catedral de Nueva York":
ResponderEliminarhttps://gloria.tv/post/nDtapCsy2BtD4gQcXCGYcX6Ak
Como curiosidad, el velorio tuvo lugar en una iglesia metodista:
https://www.instagram.com/ceciliagentili72/p/C3TJ6OIO5Xg/?hl=es
Nada sorprendente, lo inaudito es que no se transformara en una sala de fiestas con batería, guitarra, cantantes, confetti, bailes, luces, decorados, como pasó en la Catedral de Tortosa con el ya excura P. Jony y su misa roquera hace 13 años:
Eliminaryoutube.com/watch?v=Q5VFC_TDkYM&pp=ygUhQ2F0ZWRyYWwgdG9ydG9zYSBtdXNpY2Egcm9jayBqb25p
...
Dirán que es un problema puntual, pero aún así, el cura que celebró debía de ser expulsado definitivamente, por escándalo, confusión, engaño y pérdida de almas en mayores y menores.
Según me dijo un sacerdote de la diócesis de Tortosa la vocación del padre Jony en realidad era la vocación que creía tener su madre de tener un hijo sacerdote. En fin otro juguete roto más... Kyrie éleison!
EliminarKusiwakcha
EliminarLamentablemente, esa situación se da con muchísima frecuencia, y a menudo, incluso, es el tipo de candidatos que se busca, al tiempo que se rechaza a los que tienen vocación por amar el ministerio de verdad.
Yo lo sé porque lo he comprobado en carne propia.
Todo un tema el comentario de Andreas. Daría para un artículo del amigo Wanderer, de Eck o de Fuenteovejuna.
Eliminar¿Para qué sirve la Iglesia si no es para llevar a los hombres a Dios y Dios a los hombres? Si la sal pierde su sabor...
ResponderEliminarMuy buen análisis. Ese equilibrio entre riesgo y seguridad, que advirtió tan agudamente Kierkegaard, está absolutamente roto -ya asoma en el barroco- en el mundo moderno, y ahora, en la Iglesia, de allí los inacables sermones contra la "seguridad" y el maníaco ímpetu de arrojarse al vacío, que aparece en casi todas las improvisaciones bergoglianas. Cristo, el arco iris plantado entre Dios y la nada (Gén 9, 12) es el signo de que venceremos a las aguas del olvido.
ResponderEliminarExcelente, es así. Hemos sido estafados; nos han vendido gato por liebre
ResponderEliminarFui estudiante en un colegio jesuita en Colombia. Aún recuerdo la primera misa que se celebró en la iglesia del colegio según el novus ordo posconciliar. Corría el año 1969. Yo tenía 12 años. El altar principal, junto con el sagrario, habían sido ocultados tras una cortina. En su lugar se dispuso una mesa en el centro de la iglesia. Las bancas rodeaban la mesa. No he olvidado el estruendo de las guitarras eléctricas, de la batería, de los gritos. En ese momento me di cuenta de que algo andaba mal.
ResponderEliminarY 54 años después siguen estando muy mal.
Benedicto XV, siendo cardenal, Iproporcionó la respuesta y la solución a ese desastre en su libro El espíritu de la liturgia, pero ningún obispo ha prestado atención.
La reforma de la Iglesia solo será posible mediante una reforma de la liturgia.
Lo he estado esperando desde los 12 años.
Muchos prestaron atención, no a Benedicto necesariamente, sino a todos los que con mayor o menor medida han gritado en contra de la "de-forma" de la misa. La consecuencia? Sembrar en las piedras y bajo el sol, incluso con el dueño del campo (ie clirici et episcopi) prendiendo fuego a los incipientes brotes.
EliminarPor suerte la perseverencia sigue, y en numerosos lugares a lo largo del globo se sigue abogando por la liturgia tradicional....tiempo al tiempo
GASTÓN: Muy bueno el análisis porque ofrece una palabra clave que no será la única a aplicar pero que sí deberá entrar en cualquier intento de estudio y valoración de lo que está siendo esta época de la Iglesia Católica. Ha habido una estafa monumental y sigue habiéndola. De ahí yo le pediría a un amigo de este blog que en su sección titulada "la pasarela Cibeles del adefesio" tenga en cuenta que la inmensa mayoria de esas religiosas son más víctimas de una estafa que cualquier otra cosa. (La Cigüeña de la Torre)
ResponderEliminarTiene Ud. toda la razón. La inmensa mayoría de las monjas y religiosas (y monjes, religiosos y seminaristas) fueron engañados. En especial, los q por entonces estaban formándose y caían en manos de modernistas y de hombres y mujeres que habían perdido la fe. Otros, no tan jóvenes , ni mucho menos, fueron obligados x la obediencia. A muchos, supongo, les faltó coraje, pero no era fácil revelarse en contra de los superiores, apoyados por obispo y papa.
EliminarLas monjas de la Fraternidad de Belén y de la Asunción de María permiten que cualquier sacerdote que pide hacer retiro espiritual sus monasterios, célebre misa pública, pero no les permiten predicar. Yo le pregunté a la prioridad por qué no predicaba los curas y me respondió q ellas no se los permiten, a fin de evitar oír errores doctrinales. También eligen muy cuidadosamente a los confesores.
Pero la mayoría de las comunidades fue adoctrinados x malos predicadores y peores confesores.
Imagínese, entonces, lo difícil que sería rebelarse.
EliminarLe envié la noticia original a varias personas católicas... lo peor que me dijeron fue "no me sorprende".
ResponderEliminarLos vientos primaverales del la iglesia conciliar han podrido tanto al rebaño de Dios, que estos escándalos ya no sorprenden a nadie.
Un cura viejo que conocí hace unos años me dijo que en su juventud en Roma durante los 60, plena orgía de experimentos litúrgicos-doctrinales, encontró a un compañero sacerdote del instituto donde estudiaba, acostado en cama, revestido con una estola, con un cáliz y una patena ¡sobre su barriga! mientras leía el misal que tenía en un mueblecito al lado de la cama.
"¡Fuera de aquí! Estoy rezando la Misa" fue la respuesta que el barrigudo le dijo al cura que me contaba esta anécdota sobre los "excesos del postconcilio". El sacrilegio del barrigudo ya era cosa grave en los 60, pero que una misa de réquiem (si es que fue misa) por un impenitente declaradamente ateo y degenerado en una importante catedral solo produzca en los católicos un "no me sorprende", es señal de algo muy grave: el rebaño se acostumbro mansamente a los malos pastores, y los malos pastores no son otra cosa que apostoles del Anticristo.
Kyrie eleison.
“Sí, a esto nos ha conducido la iglesia francisquista: no a rescatar a nuestros hermanos que se arrastran en la esclavitud del vicio y del pecado, como hicieron los santos, si a festejarles su inmundicia, la misma que San Gregorio pedía evitar”. (Wanderer)
ResponderEliminarNo tengo palabras para reproducir los hechos de lo que ocurrió en la catedral de San Patricio en Nueva York con ocasión del funeral del Sr. Cecilia Gentili, quien que fue honrado no precisamente por sus virtudes cristianas, sino más bien, por el modo vergonzoso de negarlas. Así nos lo relata Wanderer: “En esa misa no se rezó a Dios por su alma, sino que se le rezó a él: “Querida puta Cecilia, madre de todas las putas, danos fuerza y coraje para continuar tu legado”, oraban”. Continúa relatando Wanderer: “Es escalofriante ver el video en el que el sacerdote, desde el altar y revistiendo los ornamentos sagrados, ríe a carcajadas acompañado de la algarabía de los presentes -ataviados al modo “puta” y “travesti”-, junto al cuerpo insepulto del desgraciado difunto”. Tal blasfema escena me recordó que, durante los aciagos tiempos de la revolución francesa hubo la denigrante entronización en la Catedral de Notre Dame de París de la “diosa razón” representada por una infame prostituta. Y, como no podía ser de otra manera, también me trajo a la memoria los perversos ultrajes en los que nuestro Señor fue vejado impunemente durante su pasión, entre los cuales se destaca el momento en que, sin piedad alguna, una horda de la peor canalla que revistaba en el ejército romano, entre burlas, carcajadas, golpes y escupitajos, lo coronó de espinas.
¡Cómo no pensar entonces en las crudas las palabras de Nuestra Señora de la Salette! cuando profetizaba sobre lo que habría de suceder en el seno de la Iglesia Católica!
¡Guarda Señor a tu Iglesia! ¡Alabado sea Jesucristo!
La escena penúltima del último acto de Don Guiovanni. Eso me vino en mente al leer su relato de la misa sacrilega. El travestido, el cura y todos los presentes, emulando a Don Juan, responden "No!" al " Pentite!" de Cristo. Al muerto se le acabó el tiempo. Sólo Dios sabe cuánto le queda a los otros.
ResponderEliminarNo nos escandalizados porque nos han acostumbrado a ser tolerantes con el error, la fealdad y con la maldad. Puede decirse que nos resutará muy difícil volver a ser cristianos, el mundo nos metió en un estercolero infesto.
ResponderEliminarJesús, dulce consuelo y sumo bien
ResponderEliminarde todo angustiado corazón,
mira Roma con perfecto amor.
¡Anda! mira con piedad en qué tormenta
se encuentra tu Esposa,
y cuánta sangre, ¡ay!, se espera,
si tu mano piadosa,
que en perdonar siempre se deleita,
no la retorna a aquella
paz, que tuvo cuando era menesterosa.
Mira la bondad que te movió antaño
a tomar humana carne,
y por nosotros hacerte como un gusano en tierra:
socorre a la Romana
santa Iglesia tuya, que el demonio aterra,
rompiendo los nervios y los huesos,
si no atiendes sus crueles golpes.
¿Dónde está, Señor, tu antigua piedad,
y la Sangre en tierra derramada,
y la memoria eterna de tu Hijo?
Ahora extinguido parece y arrasado
todo buen espíritu y todo buen consejo:
no veo sino espadas.
Jesús, perdona nuestras iniquidades.
Abre ya, Señor, tu costado,
y deja penetrar
de tus devotos siervos la plegaria:
Jesús, no te enojes;
socorre pronto a tanta destrucción:
renueva nuestro estado,
pues el gran Pastor nos ha sido quitado.
Tú nuestro Redentor y nuestro Padre,
Tú eres nuestro refugio,
nuestra fuerza y nuestra reciedumbre,
en este frágil claustro,
donde bien ciego está quien no alza el lamento
ante estas armadas escuadras
contra nuestra sacrosanta Madre.
Si esta vez tu fuerte mano
no toma por Ella las armas,
habiéndose apagado toda luz,
sin duda alguna me parece
que todo culto y hábito bueno
se perderá para nuestro daño,
o quedará Roma en gran congoja.
Convierte, Señor mío, estas terrenas
almas nuestras al reino
donde haya paz para tu santa Esposa:
por aquel piadoso leño
que en tierra y cielo la hizo gloriosa,
a Ti piedad corresponde:
huérfanos somos, y Tú nuestra esperanza.
Jesús, dulce consuelo y sumo bien,
de todo angustiado corazón,
Mira Roma con perfecto amor.
(Girolamo Savonarola, O.P.)
Estimado Wanderer. Gracias por sus artículos tan valiosos.
ResponderEliminarJamás en la Iglesia se llegó a tanto. Es lamentable todo lo que ocurre. Y llena de muchísima rabia que muchos católicos sigan a un papa en lugar de seguir a Cristo.
Seguramente usted como tantos otros habrán leído "Juana Tabor" y "666", y creo que otras dos anteriores cronológicamante que hablan del fin de los tiempos, escritas por la genial pluma de Hugo Wast, que si en la actualidad viviera, se estaría agarrando la cabeza, sin poder creer en lo que se está viendo.
La pregunta que me hago sobre esa época de Pablo VI es ¿porque no hubo casi resistencia al cambio? Es decir, en cualquier ámbito humano la resistencia al cambio es algo natural. No sólo no hubo una resistencia significativa desde la jerarquía, sino que tampoco la hubo desde "lo popular". Ya que los feligreses ni siquiera protestaron diciendo que "siempre se hizo así". Tantos cambios y tan repentinos y una pasividad enorme. Que cuente cualquier sacerdote que se lo haya propuesto, cuánto cuestan algunos cambios organizativos en una parroquia, cuanta resistencia se despierta en los fieles porque tal cosa se hace así hace 5 o 10 años. Y sin embargo, qué fácil que eliminaron en aquellos años lo que estaba hace muchos siglos. Qué alguien cuente la parte de la historia que no se cuenta por que no cierra. Por ejemplo ¿En qué época se pone de moda lo de decir burlonamente que la Misa es "de espaldas al pueblo"? ¿Porqué los que crecieron rezando la misa tradicional repiten eso sin más? Creo que ya mucho antes del CV2, nadie enseñaba el sentido de rezar orientados. Y así con otras cosas que nos dicen que fueron reformadas fácil y repentinamente. Creo que no se podía ni se puede defender tenazmente aquello cuyo gran valor se ignora. Sólo se pudo barrer de un plumazo algo que no estaba sólidamente cimentado.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con UD. Los que armaron esto sabían que había llegado el tiempo de hacer este cambio. La decadencia mayoritaria de la jerarquía (curas que celebraban misa como autómatas; curas que entraron a los seminarios para tener casa y comida después de las guerras, etc) estaba a punto caramelo para recibir el cambio. Y además les transmitían eso a los fieles. Y si el cura lo decía...
EliminarPara mi también es un misterio. El hombre es naturalmente reacio al cambio. Pero evidentemente no estaban satisfechos con la situación, o la misa les era muy ajena a sus vidas y a su cultura. Mi suegra siempre contaba como le impresionó que con el Concilio de golpe las monjas de su Colegio dijeron todo lo contrario a lo que venían diciendo; y las adolescentes, rebeldes ellas, les encantó que las monjas y la Iglesia de golpe les daban la razón. Con la misa no sé... Pero la relajación en las costumbres les encantó al 99% de los católicos.
EliminarPapá dice que lo de la misa empezó de a poco, cada vez más castellano, y un día dieron vuelta el altar.
Usted plantea un tema muy interesante. En este blog, hace mucho tiempo, los discutimos varias veces. Una buena respuesta me parece que es la de Louis Bouyer en "La descomposición del catolicismos". Él vio lo mismo que usted y nosotros, y ensayó una explicación.
EliminarNo hay que subestimar también el hiperpoder del papado en esa época, que condujo el proceso revolucionario.
EliminarEl P. Castellani es testimonio de algunas de las razones de por qué no hubo tanta resistencia al "cambio".
EliminarSe resume en que la vida católica ya estaba contaminada, en la mayoría se había vuelto una cáscara vacía, a causa de siglos de creciente voluntarismo. El modernismo también había hecho ya su trabajo, el CVII fue la "tercera ola", y las dos primeras no habían sido rechazadas con la necesaria fuerza.
Yo puedo contar mi experiencia, era adolescente cuando terminó el concilio. Recuerdo a mi madre y a mi abuela, muy católicas ellas, aprobando que quitaran imágenes de las iglesias "para acercarnos a los hermanos separados", recuerdo a los curas colgando la sotana y a las monjas marchándose a sus casas. Recuerdo al cura, por fin, mirando al pueblo..todo el mundo encantado con la modernización de la iglesia. Menos yo, que siempre he sido muy rara.
EliminarNo hubo oposición, al menos no generalizada.
Agreguemos a todos los argumentos que uno de los argumentos fue que el Concilio de Trento pidió un Misal y San Pío V lo creó y en ese momento el Vaticano II pidió un Misal y Pablo VI creó una Misa yendo a las fuentes y recreando la Misa de la Iglesia primitiva.
EliminarEse falso argumento se difundió con la complicidad e ignorancia de la jerarquía.
El comunismo parecía un Leviatán imposible de derrotar y sin embargo la URSS cayó sin disparar un solo tiro. Tal vez Dios lo dispuso así.
EliminarA lo mejor lo mismo pasa con la Iglesia, enemigos hubo siempre, no sé si lo peor empezó con Lutero o antes con el nominalismo, pero la rebelión contra el Cielo se acentuó en 1789 y con el modernismo y la Revolución Rusa que vino después.
Lo del Vaticano II pareció entonces la fruta madura que estaba al caer y nos trajo esta apostasía que hoy vemos sin entender.
Pero los evangelios dicen clarito que así tenía que suceder.
¿Serán estos los días que Cristo anunció que habrían de venir? Yo creo que sí, tal vez algunos de los que aquí escriben los verán, no creo que falte mucho.
Pero esta Semana Santa que hoy vive la Iglesia camino del Calvario también terminará con el Domingo de Resurrección. Esa es la promesa y así se habrá de cumplir.
La Revolución Rusa también es inexplicable. Cómo pudo haber sucedido, cómo pudo una minoría con una ideología radical imponerse en un país gigante con una población gigante.
EliminarMis reflexiones son 2: las minorías organizadas (que además cuentas con gente muy inteligente, para bien o para mal) pueden más que las mayorías desorganizadas, especialmente si éstas no cuentan con defensas desde lo intelectual. El cristianismo sufría el ataque de una multiplicidad de ideologías distintas, el racionalismo de la ilustración, el darwinismo, el nietzcheanismo, el racismo científico y eugenésico, el cristianismo liberal que eliminaba todo elemento supernatural dejando a Jesucristo sólo como un rabbi, el materialismo histórico; y no nos supimos defender.
La otra reflexión es que en una sociedad cristiana es muy fácil ser cristiano por inercia social, porque no queda otra opción, porque la sociedad está diseñada para facilitar la conducta acorde al cristianismo y dificultar cualquier otra cosa, pero a la vez, ese cristianismo por inercia social no es algo muy profundo, y las masas lo abandonan con gran facilidad.
El mejor ejemplo es lo rápido que los españoles pasaron de ser los de la España de Franco a los de las películas de Almodovar que votaban al PSOE.
Alguito más. Hoy publica infocatólica que varios altos jerarcas de Francisco se reunieron con los 3 altos jefes de las 3 logias masónicas más grande de Italia, inaugurando un camino "juntos" hacia el gran arquitecto del universo.
ResponderEliminarPor supuesto allí se destaca, por parte de obispos y cardenal presentes, lo valioso de trabajar juntos con la masonería...y por parte de ésta, el error gravisimo de la Iglesia de haberse equivocado durante siglos sobre la concepción que se tiene de aquella.
Vendrá Fiduccia II ?
O Francisco pedirá perdón a los masones?
es verdad todo lo que se dice. Pero convengamos que la estafa había comenzado antes del concilio..
ResponderEliminarCada vez que me asomo a alguno de los últimos artículos del blog y compruebo los estragos y envilecimiento que tales sujetos han causado a conciencia sobre la Iglesia, me sitúo imaginariamente en la plaza del Bernini, frente a la basílica de San Pedro, y me pongo en la piel de Julio César cuando, llegado al viejo emplazamiento de Troya, hizo la siguiente reflexión: también las ruinas perecieron (etiam ruinae periere: Lucano, Farsalia 9, 969). Porque falta ya muy poco para que esta patulea de locos salteadores arrasen los cimientos de la Tradición y del Depósito heredado a lo largo de los siglos, y en su lugar no queden ni siquiera ruinas. La Iglesia y un auténtico Petrus sobrevivirán, pero ya no en Roma.
ResponderEliminarMe acordé de dos fábulas de Castellani (en Camperas): acerca de revolcarse en la inmundicia, de la fábula "Hija del mar inmenso", y acerca de la inseguridad que nos es inherente, de la titulada "Las fuerzas del hombre".
ResponderEliminarBuenas tardes señor Wanderer. Excelente artículo. ¿Podría decir dónde fue la misa tradicional que describe, o cómo obtener esa información, para poder asistir a ella? Muy agradecido. Saludos.
ResponderEliminarAyer le comentaba a un amigo sacerdote acerca del post sobre la misa en NY al travesti argento....
ResponderEliminarMe dijo que no le interesaba ver ese video ni leer el post, porque hacerlo no le reportaba mayor beneficio.
Me quedé charlando un rato sobre la inconveniencia de informarse y ocupar tiempo en esas cosas negativas.
En resumen -y ésa podría ser mi propia experiencia durante muchos años-, prestar demasiada atención a esos hechos lamentables y tan negativos, en muchos casos nos distraen de lo verdaderamente importante y pueden ser una gran tentación que nos aleje de nuestro fin principal, que es el de ser santos.
Obsesionarse con el mal en la Iglesia, o en sus ministros nos impide ver nuestros propios defectos, nuestras debilidades y pecados.., y en el fondo, podemos caer en el error de mirar la paja en el ojo ajeno, sin reparar en nuestras miserias...
Insisto con la tentación de ver la miseria en los demás -sea el papa, sus secuaces, etc.
Lamentablemente, durante muchos años ví esa actitud de crítica permanente en muchos sacerdotes que se consideraban, por decirlo de alguna manera, en el camino de la verdad y la tradición...
Insisto con lo de la tentación demoníaca de la soberbia y de amor propio... Nosotros vemos , nosotros entendemos, y el resto no está a la altura..., no ven, no saben, no perciben...
Todos somos pecadores..., y ponernos en ese lugar es, me parece, una falta de humildad y una puerta abierta a la ceguera del soberbio.
Y si mi prosa es muy floja.., no importa!
Lo que sí importa es que se entienda el mensaje, y que si el mismo es verdadero, que mueva a la reflexión.
Saludos
Estimado, su reflexión es interesante y yo me la he hecho infinidad de veces. Es la reflexión más característica, por ejemplo, del Opus Dei, y es la reflexión más fácil de ejecutar: ojos que no ven, corazón que no siente. Para no meternos en cuestiones de conciencia peliagudas de conciencia sobre lo que queremos hacer, no vemos ni nos enteramos de nada.
EliminarPor otro lado, se está prejuzgando malamente que las personas que nos interesamos en lo que pasa en la Iglesia y el mundo, y nos dolemos por ello, no tenemos vida espiritual ni nos preocupamos por nuestra propia perfección y somos soberbios.
La verdad, me parece una solución escapista.
Esa forma de pensar, que Wanderer con justicia le atribuye a la mentalidad opusina, es precisamente una de las razones de que hayamos llegado al desastre actual.
EliminarSobre todo por parte de los que tienen autoridad y sobre todo la misión divina de estar en la atalaya, es decir, Obispos, sacerdotes, religiosos...
Es sumamente irresponsable y hasta un pecado contra el Espíritu Santo, porque muchas veces implica negar la verdad conocida, o negar a conocerla.
Toda esa cantinela sobre la humildad ya la hemos escuchado hasta el hartazgo de boca de los mismos responsables de la apostasía.
Pienso justo al reves. Lo importante es meterse con lo negativo, abrir los ojos, abrirse a la profundidad de nuestra situacion de pecado. El Señor Jesucristo descendio a los infiernos.
EliminarNosotros no podemos escondernos y meter la cabeza bajo la tierra, al contrario! Tenemos que tener realismo, lucidez, coraje, para eso somos cristianos.
Lo que le dijo el Cura es, desde mi punto de vista una actitud evasiva, narcisista. Nosotros no podemos ser asi! El Señor dio su Vida por nosotros en la Cruz!
Cuanto vamos a vivir aqui en la tierra? Son dos minutos!
Hay que madurar y crecer, esta es la condicion humana, no nos va a ayudar en nada desentendernos.
Eso no es de Cristiano. Dejele eso a un Budista que se sumerja en su propio mundo y haga de cuenta que todo esta bien.
Calcule si Juan el Bautista, por ejemplo, hubiera hecho como le dijo el Cura.
No le hubieram cortado la cabeza, podria contestarme.
Si, eso es verdad, pero no hubiera dado testimonio del Salvador. Se hubiera salvado del martirio, pero a que costo?
Nosotros somos cristianos, pecadores, si. Pero tenemos que ser valientes. Jesus murio crucificado, a El seguimos!
Anonimo 1:00 Conviene recordar la certera frase: "Lo unico que hace falta para que el mal triunfe, es que los buenos no hagan nada".
EliminarCuando la apostasia esta alcanzando cotas insospechadas en la Iglesia, lo peor que se puede hacer es mirar hacia otro lado y despreocuparse, ¿hasta que este cura amigo suyo lo misericordien por predicar la Fe? o ¿lo obliguen a bendecir parejas gay? ¿Cuantos curas hace falten que sean cancelados para que la gente reaccione?
Anónimo 12:11
EliminarUsted pone unas preguntas interesantes, que señalan otro problema en los curas "pacifistas" o, como dice el anterior, budistas.
Y es que no se meten porque quieren conservar el status quo, particularmente el suyo propio, o sea, quieren vivir del cuento, no sea que los molesten sus apóstatas obispos y tengan que arremangarse por la Fe.
Entonces, mejor pensar que la primavera y tal, y todo ese discursito.
Soy el anónimo de la 1 am.
EliminarParece que no se entendió, o no dí yo a entender lo que quise expresar.
No puedo aclararlo sin recurrir a mi experiencia personal.
Conocí muchos sacerdotes, de los de buena línea..., de los que ven, entienden, perciben...., y podría seguir agregando "aptitudes"...
Y la verdad, les diría que todos resultaron ser bastante ideológicos, y se equivocaron en muchas cosas...., algunos bastante fiero.
Ah sí, la liturgia, el latín..., cómo no! Y Talkien, Lewis, Newman, Castellani..., etc., claro que si...
Todo eso está muy bien.., peero..., me permito decir que no recogí mucho fruto espiritual ni mucho menos enseñanzas de muchas de esas actitudes -, sin ánimos de ofender- un tanto elitistas, privilegiadas, iluminadas, etc.
Me pasa muchas veces al leer los comentarios de este blog, cuando se comentan cosas como las de esa misa en New York. No aportan nada, no agregan nada, y son, en alguna manera, una forma de obsesionarse con el mal o el pecado de tal o cual.
No se trata de no informarse, de no saber qué pasa en la Iglesia y en qué andan los enemigos de la Fe. Pero sí me parece una obsesión estéril, por ejemplo, el conjeturar sobre el próximo papa... No le veo el sentido, ni el fruto de lo
L
sigo con mi comentario... (se me disparó el envío involuntariamente)
Eliminarno le veo mayor sentido ....
Otro tema: me parece que estos peligros están más presentes en los que son o se consideran "intelectuales".
Llevo muchos años de relación con curas de ese pelaje..., y la verdad, a mi, en lo personal, no me acercan a Cristo. El tema daría para mucho más...
Y con respecto a la actitud de los del Opus, les podría decir que no se puede meter a todos en la misma bolsa. Conozco algunas personas del OD que son muy críticas con el papa, y que desearían que se fuera pronto.
También hay gente buena en el Opus, a pesar de todo...
No soy ni seré del Opus, pero trato de ser objetivo al respecto.
Aprovecho para disculparme con Don Wanderer. Quizás en mi primer mensaje lo prejuzgué, de algún modo. No obstante, creería que a veces es inevitable que se escape algún prejuicio o juicio. Pero me disculpo!
Siempre valoré la tarea del autor del blog, su valentía y el servicio que nos presta a muchos en diversos sentidos, aunque algunas veces no coincida con él.
Seguiré distrayéndome con las malas noticias de la Iglesia que nos trae con frecuencia, pero trataré que eso no me distraiga de lo esencial, que es crecer como cristiano. Primero lo primero, al menos para mi y en mis circunstancias.
Por último, si algo de lo dicho pudiese malinterpretarse, pues tratemos que se interprete en el mejor sentido posible. Es decir, en el contexto de que quien lo dice es un pobre cristiano que trata de amar a Cristo y a la Iglesia, y al prójimo; y en la Tradición.
Gracias!!!
Reitero, son el anónimo de la 1.00 am
Se concede lo que dice: es verdad que hay muchos curas "buena línea" que hacen infumable el Evangelio, por más grandes autores que citen.
EliminarEn la mayoría, sino en todos, esos casos, con un poquito de espigar se ve que en realidad no son muy distintos de los modernistas, es decir, no tienen Fe viva, y a lo mejor no son modernistas por cobardía, o por costumbre, pero no han "abrazado la causa", como se dice.
Yo también he conocido y conozco a varios así. Intelectualoides, no intelectualistas (aunque eso también es un problema).
Además que todo muy lindo hasta que tienen que tomar cartas en serio y arriesgar algo en serio, por ejemplo para celebrar un Matrimonio en Rito Romano (a.k.a. Misa tridentina), por poner un ejemplo del que sé de dos casos recientes. Son poquísimos los que "se la juegan", y los demás, lindas palabras.
También los hay que encuentran un "nicho" en el "mundo tradi" que les permite rodearse de gente que los zalamea y los hace sentir especiales, con poco esfuerzo porque sólo tienen que repetir los autores dichos y poco más... también hay mucho "conformismo tradi".
PERO
Esos curas por lo general no se meten tanto en el fango, es decir, no bajan al fondo del abismo para ver el meollo de la crisis y encontrar la cura. Se quedan a medio camino, no sacan las últimas conclusiones. ¿Por miedo, por incapacidad, por...?
Dios lo sabe.
Una cosa no quita la otra.
No podemos, los bautizados, crecer como cristianos y crecer en santidad si no incorporamos en lo más hondo de nuestro interior el dolor de Cristo -por Cristo y en Cristo- por la Iglesia, junto al dolor que padece y embarga a la Iglesia de todo tiempo -pasada, presente y venidera- por Cristo mismo.
EliminarY todo ese dolor íntimo -del alma, de su parte más noble, del espíritu-, percibido y vivido junto al dolor de María Santísima por todas las almas alejadas y sordas a sus llamados y peticiones, sordas a sus Dolores de Madre de la Iglesia.
Una fe que no duele, una fe que no se duele con el prójimo y todo prójimo -papa, cardenales y obispos los primeros- por su alejamiento de la vida en santidad, es fe muerta: fe luterana, fe racional, fe estéril, fe vana... Y dolerse es conocer e intelegir, y saber.
Nadie, absolutamente nadie puede conocer el Mensaje Evangélico y ponerlo por obra -crecer en santidad- sin un agudo, específico y continuo dolor interno. Y porque nos dolemos, hacemos comentarios y leemos.
Gracias don Wanderer x su blog q sigo muy de cerca.
P. S. Para anónimo 1:00
ResponderEliminarApocalipsis 17:3-6
Reina Valera Actualizada
3 Me llevó en el Espíritu[a] al desierto. Y vi una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia y que tenía siete cabezas y diez cuernos. 4 La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y estaba adornada con oro y piedras preciosas y perlas. En su mano tenía una copa de oro llena de abominaciones y de las impurezas de su inmoralidad. 5 En su frente estaba escrito un nombre, un misterio: “Babilonia la grande, madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra”. 6 Vi a la mujer embriagada con la sangre de los santos y con la sangre de los mártires de Jesús.
Al verla, quedé asombrado con gran asombro.
Todo esta escrito en La Biblia
Supongo que es usted protestante, ya que usa la (mala) traducción Reina Valera.
Eliminar¿Acaso quiere usted dar a entender que Roma es la Babilonia de ese pasaje?
Si es así, sepa que ni es usted original, ni tiene nada que hacer aquí con esas interpretaciones.
Ex procrastinator dijo:
EliminarCréeme. La versión de Valera es mejor que muchas católicas.
Según a qué Roma se refiera; la bestia es el Imperio, la ciudad de las siete colinas (siete cabezas, el Septimountium) Roma. Así la interpretación tradicional (Bossuet, Gelin, en el campo católico; Swete o Charles fuera de él). Vea la nota en "Biblia de Jerusalén, que no trdujeron Casiodoro ni Cipriano. Otra cosa es la pertinencia de la aplicación al Vaticano del anónimo de 1:07, que tiene prestigiosos precedentes en el campo protestante. O, en fin, quejarse con Borges de que la revelación contiene "prodigios feroces y júbilos atroces". Pero no es el caso, seguramente
EliminarUnknown
EliminarSeguramente es mejor que muchas versiones sedicentemente católicas, pero en realidad modernistas.
Anónimo 19:07
La Biblia de Jerusalén está contaminada de modernismo en sus recientes ediciones, y aún en las anteriores, peca de alegorismo al interpretar.
Bossuet tampoco es tan tradicional como se cree.
Borges.. bueno, fue un pobre tipo, en estas cosas.
Pero bueno, en fin, que la Roma actual apóstata haya sido significada en el pasaje de marras, no es imposible.
Al fin y al cabo, el Vaticano de Francisco (y el de los anteriores) se ha revelado abiertamente como cabeza de una religión falsa que parasita la Religión Verdadera, lo cual está indicado en la mujer ebria "de la sangre de los mártires".
El problema con los protestantes es que exageran eso para decir que el Papado en sí es la ramera Babilonia, lo cual es inadmisible.
No fue misa, gracias a Dios.
ResponderEliminarEl espectáculo tan horrendo y blasfemo me hizo pensar… no será una imagen del funeral de la gran ramera de estos días? Los días tiene contados… y no ha querido arrepentirse ni de sus fornicaciones ni de sus homicidios… como el octavo de los siete corre a su destruccion
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