por Eck
Hace poco, en una entrega de este blog sobre los seminarios, El irresuelto y urgente problema de los seminarios, hubo el ya muy tradicional debate sobre el archimanido tema del celibato sacerdotal. Durante la civilizada discusión un hermano ortodoxo anónimo de España hizo unas aportaciones muy interesantes.
Aquí están:
Disculpad, mas me parece que vosotros confundís el sacerdocio con la vida monástica. Vosotros tenéis una preferencia por el celibato sacerdotal y buscáis dogmatizarla a como dé lugar. Por otro lado, es lógico si lo miráis con ojos curadependientes. Pareciera que necesitáis del sacerdote para todo. Ponéis la causa de la falta de celo y distracción en la familia, pero podéis distraeros con cualquier cosa. Queréis hacer monjes de todos los sacerdotes, en lugar de ello tenéis una banda de castrados, en el mejor de los casos.
Sin entrar en el espinoso asunto de la concepción del sacerdocio entre Oriente y Occidente la frase subrayada me parece esencial para comprender uno de los principales problemas del laicado moderno. Este anónimo, de un hermano ortodoxo, al cual queremos dar las gracias, lo remacha con otro comentario aunque sea un poco anterior:
Sin duda que entre nosotros los ortodoxos habría que establecer ciertas distinciones, dado que no es lo mismo en España o Argentina que en Rusia o Grecia. Pero lo cierto es que gran parte de nuestros sacerdotes serán siempre sólo sacerdotes. Algunos de ellos reciben un salario (...) pero en gran parte tienen sus trabajos con los que alimentan a sus familias y muchas veces sostienen la iglesia también, y es que sólo cumplen la función para la que han sido ordenados: celebrar los santos misterios. Todo lo otro lo hacemos los laicos. Y es un gran servicio, un servicio oneroso y difícil; pero sin duda que quien lo lleva a buen término es de gran ejemplo para todos los demás.
Otro comentador inteligente, Jardinero gris, en el post La vocación según Newman, nos trae el otro lado de la moneda:
Aveces me angustia cómo las señoras de edad — y algunos señores — rezan con angustia por las vocaciones. Ellos mismos no se dan cuenta de que seguidamente van y hacen el apostolado en un día que un sacerdote podría hacer en una semana. No hay Iglesia sin sacramentos ni sacramentos sin sacerdotes, ¿pero realmente es necesario tener tantos como para tratar de forzar al Espíritu Santo?( si ellos se dedican específicamente a la administración de los mismos). Creo que esa idea es prima de que toda acción apostólica debe realizarla un sacerdote, y ambas son amigas de dejarle todo el trabajo a los sacerdotes. Que o no se molestan por hacerlo o se desviven — y desgastan — a veces con un celo admirable a veces con un activismo desesperado.
Dos caras de una misma moneda que se resuelve en una misma afirmación: la Iglesia son principalmente los curas y los laicos sólo son convidados de piedra. Ora los fieles dependen del todo de los clérigos, ora todo el trabajo depende de los sacerdotes. Dependencia y desconexión cuando no indiferencia de la Iglesia como comunidad viva según el talante de cada fiel, consecuencia de la concepción (nula y lacayuna) del laicado que se tiene y del que ya hablamos en otra entrega anterior.
En cambio, si se toma en serio el papel del laicado, es muy probable que se encuentre con acusaciones de sectarismo, cisma y algunas herejías. Es posible que digan que no se tiene derecho a reunirse ni a hacer nada sin la bendición de un sacerdote, que cualquier actividad cristiana que no esté sancionada por la parroquia o diócesis es ilegítima. Podemos descartar con seguridad estas afirmaciones porque no se basan ni en las Escrituras ni en la tradición de la Iglesia. Vivir según el Evangelio no requiere la bendición del clero pues Cristo mismo lo bendijo esto hace dos mil años.
Esta búsqueda ante todo del sello sacerdotal y episcopal, de la venia pontificia para actividades que ni siquiera son de su competencia, es una lacra que lastra gran parte de los esfuerzos de restauración católica aunque se ha ido corrigiendo en la práctica pues a la fuerza ahorcan. En este sentido estamos peor que los que soportaron el yugo comunista, que buscaban cualquier resquicio de libertad mientras que nosotros buscamos un permiso hasta para recitar un Avemaría. Para evangelizar, rezar, formarse, organizarse no hace falta permiso de nadie. El resultado es la curadependencia de tantos fieles, la tiranía de tanto sacerdote metomentodo y totalitario, la quema de tanto sacerdote fiel y la dejación de tanto fiel epicureo de la vida de la Iglesia.
El Ned Flander Católico
Hay un episodio de Los Simpson, valiente ejemplo pongo aquí, que me viene siempre a la memoria cuando reflexiono sobre esta materia. Es el episodio In Marge We Trust, de las primeras temporadas, las únicas dignas de ser vistas. En ella Lovejoy recuerda cuando era un joven reverendo en los 70 lleno de ilusiones e ideales hasta que se encontró con la horma de su zapato, con Ned Flanders... Éste no paró y paró de consultarle, comentarle, preguntarle, pedirle permiso, dictamen, opinión, mandato en cualquier hora, situación o momento, del día y de la noche, y sobre cualquier tema, decisión o movimiento que fue minando la moral y quemando la vocación al buen pastor hasta llegar al punto de no importarle nada sus feligreses y dedicarse a sus trenecitos.
¡Cuantas veces no habremos visto estas escenas de gente consultando al cura hasta la marca de ropa que deben ponerse! ¿Cómo se van a curtir en virtud quienes abdican de su propia voluntad hasta en detalles tan minios creyendo que es el summum de la religión? El ejercicio de la voluntad que enseña la obediencia monástica es para entrenar, para forjar esta potencia del alma para la elección del bien supremo y no una abdicación de la propia responsabilidad en la vida rodeados de gazmoñerías, mieditos y escrupulitos, un dolce far niente propio espiritual. Y en la hora de la prueba no va a estar el director a nuestro lado para luchar contra las tentaciones del Diablo, las seducciones del mundo y el tirón de la carne. Muchas veces esta dependencia se oculta bajo el ropaje de dirección espiritual, disfraz de una relación entre amo y esclavo voluntaria. Jaula de almas muy comodona dorada, a veces, si se cae en manos benévolas pero ¡Ay si se cae en manos locas, iluminadas o psicópatas¡ Tarde o temprano saldrá en la prensa la tragedia o el sainete.
A esta curadependencia la alimenta esa gran tentación del sacerdote moderno que la de convertirse en gurú de almas, demiurgo de vocaciones y caudillo de sus vidas, por la gracia de Dios, off course. ¿De quién si no...?
El sacerdote gurú y mandón
Como ya hablamos en una entrega anterior sobre el papel del laico, la imagen de los sacerdotes como únicos miembros verdaderos de la Iglesia frente a los fieles de la gleba, lacayos que deben obedecer a cualquier deseo y locura de la superioridad. Hipostasiado de todas las gracias por su sacerdocio, con carisma de discernimiento de espíritus de fábrica y formado por cuatro cursos y tres lecturas, nuestro flamante ordenado ya puede caminar firme por donde autores tan avezados como San Juan de la Cruz o los Santos Padres del desierto temblaban de solo pensarlo, y así le vemos recién egresado del seminario formar su corte de dirigidos espirituales, que podrían ser sus padres o abuelos y con más experiencia de vida aunque no de entendereras, a los cuales pastorea y manda en sus vidas como si fuera el oráculo divino, hablando como si fuera la suprema sabiduría y dando razones, a veces, absurdas de sus edictos como una divinidad.
Y ya cuando la vanidad y el orgullo se entrometen, tengan algunas prendas de labia y trato social y quieran compensar ciertas libidines con el mando se juntan con ciertos misticismos y espiritualidades.¡Guay de los dirigidos¡ Ciego que guía a ciegos, ¿cómo no han de ir al agujero? Ya no será hacer el mero Tartufo ensotanado para sacar plata con devociones, sino montar una secta con sus seguidores, idolatrías, Dios a imagen del gurú, supersticiones y, sobre todo, totalitarismo!
¡Qué seguridad da dejar la salvación propias en manos del gurú designado por Dios¡ !Quien obedece no se equivoca¡ !Qué mayor prueba, qué mayor señal de ser designado como elegido por Dios que todas esas almas obedientísimas al jefe, tan buenas ovejitas, tan buenitos borregos¡ Y claro, el lobo se la come hasta que el buen pastor le arrea con el cayado, harto del intruso.
En cambio, a los buenos sacerdotes les quema la vida y siembra de sal su labor esta dependencia insana de los laicos pero, educados en que en la Iglesia y el mundo espiritual el cura lo es todo y el laico nada, ahora recogen la cosecha amarga de semejante siembra alegre ad majorem gloriam pontentiorum. Tienen que ser el factotum puesto que, dado que Dios le ha dado las gracias de estado, son los padres de una prole siempre formada por niños pequeños necesitados de que vaya siempre corriendo detrás de ellos para que no metan el dedo en el enchufe, no pequen o para que hagan algo bueno. Como estos buenos curas sean simpáticos, caritativos o idealistas están fundidos, atraerán a estas gentes como la miel a las moscas, tomarán sus yugos en vez de enseñarles a tomar el de Cristo por sí mismos y acabaran reventados y amargados por ser semejantes jumentos de tamaña mole digna de Sísifo.
El fiel señorito epicureo y burgués
Otra consecuencia de esta curadependencia está en aquellas personas que no caen en las manos del cura gurú o que no son tan dependientes del sacerdote para vivir su vida, se desentienden de la vida de la Iglesia. No hay una finalidad común, no son colaboradores de la verdad, no hay solidaridad ni responsabilidad común. La Iglesia son los consagrados y sólo ellos tienen voz: Tú lo quisiste fraile mostén, tú lo quisiste, tú te lo ten. Pues, bien. Toda tuya, toda vuestra.
Además de que siempre actúa la pereza y esta es amiga de dejarle todo el trabajo a los sacerdotes. Sólo ellos tienen las gracias de estado, pues que arreen. ¿Solo podemos asistir, callar y aportar plata? Pues eso tendrá. Eso sí, que todo se lo den hecho, puesto que no participa en nada, no es responsable de nada y sólo le importa su propia alma y para eso paga con su limosna y asistencia. Está encerrado y solamente dedicado al cultivo de su propio jardín devotito. ¿Comunidad, parroquia? Palabras vanas pues no existen ni se le enseña a que existan. Son demarcaciones administrativas y solo para curas. Es un cliente exigente del servicio, así lo paga y así concibe su relación con la Iglesia. A esto conducen algunas concepciones tradicionales de la Iglesia como sociedad en las que tantos creen y que no son más que tradimodernistas, conceptos y visiones modernas vestidas de tradicionales, en este caso burguesas en el sentido de León Bloy y ¿por qué no decirlo? Fariseas.
Pero por este motivo es estéril, hojas al viento, llevados de modas a espirituales, tradis o modernos, tanto da, al socaire de apariciones, peleas por chupetes rubricistas o de dogmatizaciones de opiniones de almanaque, fanatismos de libros infumables con desconocimientos de la Escritura.Tiquismiquis de boberías y tragones de importancia. Si nada de la Iglesia les concierne menos la trilogía de oír, arrodillarse y llevarse la mano a la faltriquera, no esperéis otra cosa: o Ned Flanders o Fariseos.
Conclusión
Decía mi abuela, recia castellana, que el problema del mundo es que estamos descolocados, donde no debemos estar, y que cuando venga Dios, que ya viene, nos pondrá a cada uno en nuestro sitio. Esto lo decía con cierta retranca pues aludía al Juicio Divino y a que el Señor ya no nos va a aguantar más nuestras insolencias, tonterías y maldades. Un clero infatuado, hipostasiado frente a un laicado reducido a la nada, unos señores eclesiásticos frente a unos fieles siervos de la gleba producen semejante cosecha: Quien siembra vientos, recoge tempestades. Se ha sembrado ideas y concepciones de la Iglesia falsas pero útiles, secundarias pero interesadas, modernas pero disfrazadas de tradicionales, revolucionarias pero mandonas, devotas pero terrenales. El tiempo nos ha puesto a cada uno en su sitio.
Un clero quemado, cansado y hundido; un laicado desmoralizado, arisco y ausente, entre la secta y el abandono total. ¿Qué decir del episcopado y el papado? A la vista de todo el mundo está su degradación y abyección. Todo por soberbia y vanidad, por concebir el sacerdocio sólo como jerarquía y gobierno, como poder y mando y no como San Gregorio Magno, que recogía el gran legado de sus antepasados, tanto cristianos como paganos (el doble sentido de munus) al ponerse como título: Servus servorum Dei a imagen del Maestro que vino a servir y no ser servido.
Freud hablaba de 3 profesiones Imposibles : gobernar, educar y analizar. Lacan le agrega una más: hacer desear .
ResponderEliminarEfectivamente en la Iglesia Católica se concentra en la figura del Sacerdote 3 profesiones: Gobernar, Educar y Consagrar.
Respecto de la primer función sostenemos que formalmente el Gobierno se concentra en el : PODER de VETO.
Si no se comparte o transfiere el Poder de Veto de HECHO y DERECHO no cambia nada agregar los gays y las mujeres al sacerdocio.
Desde luego que toquetear el Poder de Veto requiere reformar las leyes de la Iglesia.
En el Psicoanálisis citado el Final de Análisis es la disolución de la Transferencia mediante la cual el paciente le achaca al terapeuta voluminosa cantidad de atributos.
ResponderEliminarDesde que en una confesión del par de décadas de militancia marxista y el daño consiguiente, el sacerdote me respondió " no se preopupe tanto, todos somos un poco comunistas", hago lo siguiente: entro, me confieso, comulgo y salgo corriendo. No converso con el cura ni con fieles y mucho menos entro en comunidad. Simplemente uno no sabe dónde está pisando. La confusión que reina en esos ambientes es la misma que domina el resto de la sociedad. La iglesia hoy solo sirve al fin de buscar los sacramentos y punto. Eso es la misericordia divina. Porque solo aquellos que pertenecen al linaje de la sucesión apostólica pueden proporcionarlos. Ahora, el resto ... está podrido.
ResponderEliminarEl rookie de la santa Misa
No se tome las cosas tan literal. Quizas el sacerdote quiso aliviarle un poco la conciencia. Es como decir "no se preocupe, todos somo un poco tontos..." o algo parecido.
EliminarSi por una expresión desafortunada de un sacerdote en confesión, se corta toda relacion con curas, fieles, comunidades... parece una enormidad.
Juancho.
Por momentos es un viaje astral a las tierras de San Rafael este post.
ResponderEliminar¿Lo del "sainete" sera aquello de los besos cogoteros?
Igual, es un cuadro algo atrasado. Es una foto de hace 20 años. Hoy existe, si. Pero lo de "hoy", que quizás es peor, es el guru tech, youtuber o twittero. Y es peor que el guru mandon. Ese por lo menos tenia un trato de tu a tu, un sacerdote vs un laico/a. Y como el día tiene 24 hs tenia su sana limitación. Pero... youtube... mamita. De lo aritmético se salta a lo geométrico.
Pues sí, pero respecto a qué debe ser el cura que se entienda a sí mismo como un consagrado (de ahí el celibato), vale lo que escribí en relación a ese comentarista ortodoxo que cita en el artículo: no hay más solución para el sacerdote celibatario que, si desea permanecer fiel, y no como un soltero autocastrado, que viva con corazón de monje, que ponga la primacía de su vida en la comunión con el Absoluto, y sólo como consecuencia de esa vida, tenga solicitud por los cercanos (pastoral), y, en unión de esfuerzos con una comunidad cristiana, que tenga también solicitud por los alejados (evangelización). Pero entendido que la caridad pastoral es la consecuencia de la consagración sacerdotal, no la causa de la misma, para así evitar en el activismo y el voluntarismo estéril.
ResponderEliminarUsted quiere poner el caballo adelante del carro.
EliminarPara hacer caridad y amor al enemigo no hace falta ser cristiano.
En el Psicoanálisis, una de las causas del debilitamiento religioso en Argentina , la Transferencia es una enfermedad artificial superpuesta a la inicial tal que al curar la segunda se modifica la primera.
ResponderEliminarPara la Religión era la Neurosis Obsesiva y para Lacan era el Masoquismo.
En los dos casos el objetivo de la cura era disolver la Transferencia y no perpetuar. Lacan : Dios es Inconciente.
También está la otra cara de la misma realidad: Esa Iglesia que concibe que “dar importancia” al laico o “tener en cuenta” al laico es compartir una parte de las funciones clericales, es decir, que el laico comprometido (aunque la expresión me repele) es un cura sin órdenes. En realidad es la misma concepcion clericalista, pero vuelta del revés. Curiosamente los progres son los reyes del clericalismo “vuelto del revés».
ResponderEliminarRecuerdo un comentario del cardenal Madariaga al principio del actual pontificado en el que defendía que se debía crear una Congregación para los Laicos (que ya existía como Pontificio Consejo) con el argumento de que había una para el clero, otra para los religiosos otra para los obispos y que era una “discriminación” que no hubiera para laicos. No se daba cuenta que en realidad toda la estructura de la Iglesia está orientada al laico…
Siempre interesante el debate al respecto. De todas formas, siempre tiendo a pensar que extremar las posturas es un poco lo que decía Chesterton sobre las verdades “vueltas locas”. Es decir, ni pelado ni con dos pelucas.
ResponderEliminarComparto plenamente que esa dependencia sacerdotal que se generó en nuestros tiempos (y que probablemente venga de tiempo atrás) no es del todo sana, sobre todo en algunas circunstancias. Nada que discutirle en cuanto a ese aspecto. Si, quizás, en cuanto a la respuesta o reacción. Por esto tampoco creo que el sacerdote sólo esté para celebrar el culto divino y basta. Nuestro Señor, modelo de sacerdote, hizo muchas otras cosas. Visitó y curó enfermos, predicó (no solo en la sinagoga), viajó, consoló a los tristes y desvalidos y un largo etc. Y sobre todo fue guía, no gurú ni director, de sus apóstoles.
La iglesia siempre hizo equilibrio (concepto también del inglés) entre los extremos para mantener esa tensión saludable que es característica del cristianismo.
No es bueno protestar o descargarse en contra de todo un status, tomando una postura reactiva y diametralmente opuesta, que sabemos siempre conduce a la otra cara de la moneda del mismo error.
Saludos cordiales.
Incoherencias :
ResponderEliminar.
El Papa acaba de publicar una carta diciendo que el informe del Sínodo de la Sinodalidad puede comenzar a aplicarse haciendo la salvedad de que hay cosas que requieren reformas legales y que pueden ir haciendo "ministerios".
(Estos servicios sociales ya se hacen.)
Simultáneamente una teóloga Suiza acaba de hacer declaraciones en contra de los obispos diciendo dos inexactitudes : que los obispos tienen la obligación de rendir cuentas y que tienen que obedecer a los comités de Laicos .
(Nota : solo en la Iglesia Ortodoxa los Sínodos son vinculantes)
En síntesis el Papa interpreta una cosa y la teologa todo lo contrario.
Tanto monta monta tanto...
EliminarHilbert
Anécdota real...
ResponderEliminar.
Una vez saliendo de misa una viejita se me acerca y dice compungida "no hay cura y no me puedo confesar".
Yo le pregunte osadamente : " pero qué pasó ? "
Ella me dijo : " jugué 300 pesos a la quiniela "
Yo respondí: " menos de mil no es pecado "
.
Y salió contenta cruzando la calle sin mirar el semáforo.
.
🤣🤣🤣
“Es lógico si lo miráis con ojos curadependientes. Pareciera que necesitáis del sacerdote para todo”. (Wanderer)
ResponderEliminarPor supuesto, al hablar de “curadependeincia” no se está hablando aquí de la sana dependencia que todo laico debe guardar respecto de la delicada labor espiritual de todo buen sacerdote. En este sentido, debe recordarse que, en el preciado marco de la labor de todo buen cristiano, que reside en transmitir fielmente el mensaje del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, se incluye una de las obras espirituales de misericordia que consiste en “dar consejo al que lo necesita”.
Si mal no entiendo, este concepto de “curadependencia”, muy cercano sino equivalente al concepto “clericalismo”, hoy muy recordado por el papa Francisco, cuya radicalización tiene nocivos efectos sobre toda la Iglesia. La tiene sobre los laicos porque importa la virtual anulación o postergación de la madurez y responsabilidad moral y espiritual respecto de la asunción de sus propias responsabilidades en el ejercicio de su vida cristiana. La tiene también sobre los propios sacerdotes, en tanto que, de suponer una excesiva asunción de responsabilidades ajenas, puede traer como consecuencia la de propiciar en él el desarrollo de una desordenada tendencia a ejercer un cierto autoritarismo sobre la voluntad de los fieles laicos de la comunidad que está a su cuidado. En mi humilde opinión, el mayor peligro que esta “curadependencia” puede traer aparejado, radica, en que, por falta de una adecuada formación cristiana de unos y otros, esto es, de sacerdotes y laicos, como consecuencia de una perversa ideologización del mensaje evangélico elaborada por malos teólogos, se termine por conducir al laicado hacia la nefasta consecución de un objetivo que no sólo puede ser enteramente ajeno a la propia voluntad de los laicos, sino también, y de modo principal, a la de la misma voluntad de Dios. Por ejemplo, cuando en el ámbito de la cultura, se niegan expresamente los valores defendidos por la cultura cristiana, esto es, se confunde la caridad con un nefasto permisivismo, al testimonio cristiano, con un determinado activismo político, a la misión de la Iglesia, con la profana función de una ONG, a la libertad cristiana, con la delirante asunción del “todo vale”; a la libertad, con el libertinaje, al amor, con su negación en el crudo egoísmo; a la apertura cristiana, con la asunción de toda costumbre ajena; al escuchar al otro, con la admisión del relativismo de toda verdad, a la negación del orden natural, y, en especial, a la negación de Dios Uno y Trino, y, consecuentemente, de toda verdad de fe. Y entiendo que algo de todo esto es lo que, para desgracia de la salvación de muchos hombres, está ocurriendo hoy.
¡Señor, ven en nuestro auxilio! ¡Alabado sea Jesucristo!
Don Chapado, no se confunda. El autor del post no es Wanderer sino Eck.
EliminarEl viejo Wanderer es un poco anticlerical pero no creo que esté totalmente de acuerdo con el autor.
Un elogiable arco de caballerosidad publicar a su habitual y excepcional columnista Eck aun cuando no acuerde del todo.
Estimado Chapado a la antigua, creo que es usted de los pocos que ha entendido lo que yo he pretendido decir con poco acierto por lo que veo. El problema actual, aunque de largo origen, está en que clero y pueblo ya no nos vemos como un todo solidario, un cuerpo tal como lo describe S. Pablo, con diferentes carismas, sino como una organización de naturaleza política y social formada por castas donde se aplica la moral del señor y el esclavo de Hegel. ¿Por qué será que prendió tan fuerte los movimientos revolucionarios y la visión marxista de opresores y oprimidos durante décadas? Fácil, estaban ya las condiciones dadas y esta visión establecida. Y en esto están de acuerdo progresistas, tradicionalistas y neocones por igual.
EliminarLamentable artículo (que quizá esconda una frustración clerical, no realizada, de su autor). En estas desolaciones que sufrimos, las ocurrencias de reformistas diletantes confunden aun más la situación. Contengamos las charlas de sobremesa, habano y copa de brandy, que el ambiente ya está bastante cargado. Sin ánimo de incordiar, créanme.
ResponderEliminarLos curas ya no gobiernan a nadie porque no quedó nadie. Se fueron todos de joda.
ResponderEliminarNo, no, no. No! Hay mucho todavía. Pocos, si, que una juntada de los devotos de S. la muerte o el Gauchito Gil juntan mas gente que una caminata a Lujan. Eso si. Pero hay rotos para descosidos.
EliminarUn comentario un poco largo del Forum Catholique, que reproduce una publicación francesa anticatólica, Golias, pero que se aplica, me parece, a lo que se dice en este post.
ResponderEliminar«Golias (28/11) plantea otra cuestión real, que no sólo concierne a los obispos diocesanos.
«Esto es lo que todos mis años en la Iglesia me han hecho comprender: lo que motiva a un obispo no tiene nada que ver
nada que ver con Dios, la fraternidad o la inteligencia
de la fe. Lo que excita a un obispo es el poder.
Casi en el sentido erótico de la palabra. No me malinterpretes:
no eres muy bueno en nada, vas al seminario, sacas buenas notas.
Te envían a Roma a los 25 años. Sabes entonces que
vas a convertirte en alguien importante en la sociedad.
Y a nadie le importan tus verdaderas habilidades:
eres el hombre de Dios. El hombre que habla
por Dios. Cuando no tienes talento para nada
nada, ¡es algo inesperado! Y todo el mundo está de rodillas
ante ti. Si hablas bien, eres profeta,
tartamudeas, eres Moisés.
La Iglesia Católica es fundamentalmente un mundo de clérigos atrapados.
clérigos pedestalizados que se han vuelto adictos a los homenajes
que se les rinde. Son adictos al poder, y
incluso si ese poder ya no es realmente poder
porque ya a nadie le importan los obispos,
ya ni siquiera sabemos quiénes son,
o cómo se llaman. Pregúntale a tu peluquera, ella lo sabe todo
¿pero sabe el nombre del obispo local? ¿Sabe
¿qué es una diócesis? En los años 80, Lustiger
Decourtray aparecían en programas políticos con alta
programas políticos. Hoy, cualquier obispo que hable
hace caer la audiencia. Por eso
ya no vemos a ninguno en la televisión.
[...] Hoy, como en el pasado, la opacidad
reina. Un obispo hace lo que quiere en su diócesis.
No hay frenos ni contrapesos. Ni siquiera está obligado
a convocar al colegio de consultores si quiere construir un edificio delirante que arruinará las finanzas. Esto es lo que hicieron
Scherrer en Laval y Le Saux en Le Mans
la carísima renovación de sus casas diocesanas: no consultaron a nadie.
Así que en la cuestión de los abusos, hay ciertamente alguna mejora,
ahora el episcopado local está obligado a hacer un informe
al fiscal. Pero si crees que la omerta, el encubrimiento, la exfiltración
ya no existen, te equivoca. Los tirubnales eclesiásticos
son un chiste. Las víctimas juran sobre la Biblia, pero el sacerdote que las violó
está exento. Una vez terminado el juicio, las víctimas se quedan
solas, y si esperan algún apoyo, consuelo,
no obtendrán nada.
Nada. Es eficaz, a su manera, muchas personas que
que podrían denunciar las cosas de las que han sido objeto no lo hacen.
Simplemente porque saben que no cuentan y que serán objeto de más
humillación. Hace falta mucha determinación y
haber perdido toda confianza en la Iglesia
para llevar una queja canónica hasta el final. Pero
aparte de eso, todo es gracia».
Y no son sólo los obispos. Cuántos dirigentes de «nuevas comunidades», e incluso de apostolados tradicionales, llegan a los mayores extremos de exceso clerical «porque en el siglo XIX funcionaba». No, no funcionó, y unido a la incompetencia e incluso a cierto clericalismo, creó tragedias entonces y ahora...»
Sería bueno releer sacerdotalis coelibatus y aún, a pesar de la alergia.... Lo que dice Lumen gentium de los laicos
ResponderEliminarOtra vez aclarando la aclaración:
ResponderEliminar.
El Sínodo de la Sinodalidad no es vinculante.
Aunque lo fuera no cambió NADA en el gobierno.
Los sacerdotes siguen por encima de los laicos.
Hasta este amague de reforma se puede caracterizar como un refuerzo del clericalismo.
.
Salió el tiro por la culata o era el verdadero objetivo ?
.
El asunto es que seguimos sin el Padre Nuestro en ARAMEO.
Excelente articulo, posiblemente sea uno de esos "artículos seminales", es decir, aquellos que inician ríos de tinta sobre esta cuestión.
ResponderEliminarSi bien la Iglesia es una jerarquía con sus estados y niveles, no es una tiranía de cadáveres dirigido por uno que otro titiritero con sotana.
Y por lo que se ve, es el futuro de la Iglesia, mas allá de la necesidad de los sacramentos y el orden sagrado, serán los laicos que, haciendo buen uso de la libertad cristiana que nos da él hecho de ser laicos, sin romper con la jerarquía pero no esclavizados por ella.
Será la edad de la Petite Église, parecidos a esos católicos que para no contaminarse de la Revolución Francesa, hasta se separaron de los curas una vez que la Jerarquía llego a buenas relaciones con Napoleón.
Estimado.
ResponderEliminarPuede explicar el concepto de :
Tradimodernistas=Fariseos
?
Usted en el artículo refiere que la Iglesia es una ONG modo INDIA con sus castas ?
Esto lo afirma el Papa subjetivamente en cada intervención, jaja
Usted es UN PaPa idolatra 🤣 🤣 🤣 🤣 🤣 🤣, modo chiste.
Que artículo tan difícil y mucho para pensar, ya que todos o la mayoría conocimos curas Guru, pero no conocimos la Rectitud de intención, en todo caso al.articulo le faltó el comentario que es falta de prudencia del Cura, para matizar las bombas de racimo que le caen al clero Amigo.
Esto no tiene mucho que ver con los fieles curadependientes del post de Eck, pero sí con "el clero y el pueblo (que) ya no nos vemos... como un cuerpo tal como lo describe San Pablo con diferentes carismas, sino como una organización de naturaleza política y social..." como el mismo Eck le responde a Chapado a la antigua.
ResponderEliminarDigo esto porque ayer se acaba de proyectar en la iglesia San Ignacio de Loyola del centro de Buenos Aires la película de terror "Si muero antes de despertar", como preestreno del XXV Festival Buenos Aires Rojo y Sangre que se extenderá entre el 28 de noviembre y el 8 de diciembre y que fue seguido por una charla de distintos oradores en la mismísima nave central de la iglesia, repleta de fans del cine de terror que luego de la película escucharon con entusiasmo la charla de los expositores. Eso es al menos lo que se puede ver en el video que hoy publicó TN, el canal de cable de Clarín.
¿Quién autorizó que la iglesia más antigua de la ciudad sea escenario de semejante escándalo? ¿Acaso fue el párroco LGBT tal como destacó en otro post un comentarista, o primero le pidió autorización al Arzobispo García Cuerva? De una forma o de otra, ese espectáculo blasfemo en la Casa de Dios es una cachetada más de las tantas que ya perdimos la cuenta y que refleja la increíble crisis de la caricatura grotesca en la que se ha convertido esta falsa iglesia de Francisco, una agonía de la que no podemos despertar.
Dejo este film español muy interesante y que puede llevar a reflexionar mucho y quizás hasta entender que la gente común es la que más sentido común tiene. Creo que a más de un cura le paso y le pasa. Saludos https://youtu.be/P_Pp9o8LKu8?si=gzW0F6wZNK8CAOzz
ResponderEliminarCualquier paseo por una parroquia estándar nos hará ver que la clerodependencia es de los problemas menos importantes que actualmente tiene la Iglesia.
ResponderEliminarEn fin.
En el fondo, creo que es el gran problema de la identidad sacerdotal. Dejando de lado los carismas de los fundadores siempre volvemos al clero diocesano que ha tomado formas de familias religiosas haciéndolas propias (por eso me parece que culpar a San Ignacio y sus jesuitas cuando fueron los Papas desde el tío de San Carlos, Pío IV, en adelante donde se comenzó a copiar su modelo para la Iglesia de Occidente es otro cantar). Lo que me lleva a pensar sobre el clero diocesano y ahí sí, estoy de acuerdo con el autor. Menos grupos parroquiales y focalizarse en lo principal de la vida sacerdotal sin descuidar la oración y el estudio personal. Sacerdotes "sabios y santos" no villeros, no de "misa y olla"....
ResponderEliminarYo creo que deformación de la "curadependencia" que habla el post es mas un fenómeno del protestantismo, donde los pastores imponen conductas de forma increíblemente abusiva, empezando por el diezmo p.ej. En el catolicismo nadie le da ya pelota a lo que diga el cura.
ResponderEliminarEstimado Jorge, el único ambiente católico que conocí ( o bien, debería decir que frecuenté, en fin, me entiende?) es precisamente el mundo "tradicional", donde sí que importa. Lo que hicieran los demás "movimientos" no me interesaba. Pero al conocer el ambiente tradicional por "auténticamente católico", me dí de bruces con este fenómeno.
EliminarConfieso que no conozco el ambiente tradicional mas que por oídas, yo me fui del ambiente de Iglesia "normal/CVII", de misa de juntos como hermanos, a mi casa directamente.
EliminarLa realidad es que los laicos no pintamos nada. Se organizan juntas parroquiales y solo se hace lo que quiere el señore párroco. Los fieles piden reclinatorios para comulgar. No. Los fieles quieren misa tradicional. No. Así desde Pablo VI. Los que supuestamente defienden el Concilio se ciscan en él de continuo
ResponderEliminarél de continuo
Estoy de acuerdo con el comentario de Jorge. Recuerdo que hace uno o dos años youtube me recomendó un video de 45 minutos de un monje estadounidense que colabora con el canal "Pints with Aquinas" que era un monólogo sobre cómo confesarse ante un cura correctamente. No lo vi, no le di click, porque me pareció excesiva la duración del video en relación al tema que trataba, y me dije "si veo esto voy a terminar con una docena de escrúpulos que antes no tenía".
ResponderEliminarMuchos fieles quieren/quisieran que el catolicismo tuviera un corpus legal enorme que regule todos los aspectos de la vida, como el que tienen los judíos o los musulmanes, cuyos religiosos son principalmente leguleyos interpretadores de leyes, más que sacerdotes.
Si el monje era el dominico Gregory Pine, una pena que haya tenido ese perjuicio. Porque el tipo siempre tiene un sólido sentido común y lejos está de generar escrúpulos en la gente.
EliminarSupongo que el video era este...
https://youtu.be/NRpa4nBaFhQ?si=UXO9lk2Oq1rxu-yy
Y acá le paso otro para que vea lo que le digo sobre el sentido común de este fraile...
https://youtu.be/eYoD4O_cj3s?si=ARDxF5yEjdskdcUE
The Seafarer
Yo es que parto de la base de que los curas son gente muy rara. Y que están para lo que están. El resto del tiempo hay que ponerse a prudente distancia.
ResponderEliminarBueno....qué mal viven los pobres !
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Notre Dame
El proyecto del icónico monumento francés, que demoró más de cinco años de reconstrucción desde su incendio el 15 de abril de 2019, costó alrededor de unos 840 millones de euros (u$s882 millones) y se financió exlusivamente con donaciones
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