Ilustra, sin duda, el diálogo que hemos abierto en el último post sobre la necesidad de recordar cuál es nuestra verdadera patria y cuál el verdadero consuelo, el ejemplo de la hna. Cecilia Sánchez Sorondo, carmelita descalza de Santa Fe, que murió hace pocos días.
Y en este caso no son necesarias las palabras. La sonrisa de su última agonía es suficiente.
Si, dicen que en el Hospital Austral donde estaba internada, la han visitado médicos, enfermeras y se ha corrido la voz de la paz que irradiaba y su felicidad !!
ResponderEliminarBien,Wanderer. Gracias por esta ultima nota, equilibra y alegra
ResponderEliminar"No se olviden de rezar pero tampoco de celebrar".
ResponderEliminar¡Bendito sea Dios,Cuanta paz emana su rostro!
Hay una gran diferencia en este maravilloso testimonio,con el que a veces damos,yo me incluyo,los católicos en esta época de confusión .En el no hay amargura, ni miedos,ni dolor, a pesar del trance por el que pasa la hermana. Hay dulzura,esperanza y mucha caridad.El consejo que nos da está lleno de visión sobrenatural.
Gracias por traernos esta imagen,que consuela el alma.Está es la meta a la que debemos aspirar:el Cielo, me emociona escribirlo, a pesar de todo lo que encontremos en el camino,obstáculos externos,sea lo que sea, o los que moran en nosotros,los más difíciles de combatir.
FE Y ESPERANZA .Sí Dios nos acompaña nada hay que temer
Esto que voy a escribir espero sea muestra de que Dios no nos deja solos y que saca bien de las situaciones más confusas.
ResponderEliminarMi situación actualmente es la de "volver a casa",al seno de la Iglesia.Han sido meses de mucho leer,de visitar muchas páginas católicas en Internet.Todo ello se lo debo a
Bergolió y sus disparates.
Sonará para muchos absurdo que alguien alejado de la Iglesia y sus sacramentos pueda sentir el despertar de la fe por un pontificado tan absurdo y erróneo. Pero así es.
No he dejado de amar a Nuestro Señor,aún en la distancia. Su presencia permanecía en mi,a pesar de mi mismo. FUE OÍR DOS O TRES MEDIAS VERDADES DE FRANCISCO y todo lo aprendido,vivido y amado se puso en pie.
Había escrito un comentario más largo,más su contenido me ha parecido demasiado personal,he decidido borrarlo.
Sólo decir que si tenemos claros los medios, las dificultades y la meta la batalla esta ganada.
Un saludo a todos
Que casualidad esta misma mañana me enteré que había fallecido hace unos días atrás....!
ResponderEliminar¡Qué ejemplo propicio, Mr. Wanderer! Para mí que aclara mucho.
ResponderEliminarY lo de "Paráklesis": superior.
La verdad que está como Gardel...¿los años no vienen solos, no?
Un abrazo.
El poeta.-
Impresionante. Salta a la vista que estamos ante una virgen dedicada a Dios, retirada a una vida de oración y contemplación desde hace más de veinte años.
ResponderEliminarImagino mi rostro un tanto más tenso, apretando los dientes, mientras imploro misericordia por la carnicería de pecados abominables sembrados tras de mí, intentando mantener encendido un soplo de esperanza mediante el asentimiento libre de la voluntad y en total sequedad de sentimiento.
El Peregrino Ruso
Su nombre de carmelita era, si no he leído mal por ahí "Cecilia de la faz de Dios"...
ResponderEliminarQué le habrá suscitado a cierto pariente de ella que anda por el vaticano...
ResponderEliminarChelo
¿Cecilia Sánchez Sorondo era pariente de Marcelo Sánchez Sorondo?
ResponderEliminarRecuerda la muerte de Santa Teresita del Niño Jesús.
ResponderEliminarEs impresionante,
!Qué sonrisa más bonita la de esta carmelita!
Un consuelo en este momento eclesial tan lamentable.
!Bendito sea Dios en sus santos!
Sobrina, y el tío se vino desde Roma para celebrar la misa de difuntos.
ResponderEliminarEra Cecilia de la Santa Faz
ResponderEliminarSobrina Hermenegildo.
ResponderEliminarCecilia de la Santa Faz.
ResponderEliminarPeregrino a los que más les da más le pide Dios, si a esta monja le dió mucho le pedirá mucho, a nosotros no nos dió tanto.
ResponderEliminarHermenegildo, una búsqueda en google le contesta su pregunta afirmativamente.
ResponderEliminarSí, era su sobrina.
ResponderEliminarA no sorprenderse ¿Acaso San Francisco de Borja no era bisnieto del Papa Borja?
Nos cuesta entender los misterios de Dios. Y nos cuesta hacer carne que el verdadero fin es el Cielo.
Gracias Wanderer por estas hermosísimas fotos ! Ellas solas son un libro de sabiduría.
Por supuesto que el padre Jorge la llamó y le dejó un mensaje, está por ahí en youtube.
ResponderEliminarNo dije otra cosa, sino que a ella ya le pidió mucho, y lo dio todo. Y no le pedirá más. Ahora sólo tiene que descansar por un tiempo más, vestida de blanco, hasta que Él ponga a sus enemigos bajo el escabel del Trono.
ResponderEliminarNosotros... nosotros deberíamos hacer penitencia y oración continua. Porque ya está puesta el hacha a la raíz del árbol.
Peregrino Ruso.
Wanderer:
ResponderEliminarLas carmelitas de Santa Fe aclararon inmediatamente que la foto de la derecha no es de la agonía (como se "viralizó") sino de varios días antes de entrar en ella.
No obstante, el testimonio es bellísimo.
http://fernandezluisricardo.blogspot.com.ar/2016/06/testimonio-ejemplar-de-una-carmelita.html
ResponderEliminarLa Hermana Cecilia de la Santa Faz es una carmelita argentina que falleció el pasado miércoles 22 de junio de 2016.
En el siglo se llamó Cecilia María Sánchez Sorondo Bosch.
Ingresó en el convento de San José y Santa Teresa de la ciudad argentina de Santa Fe a los 23 años.
Era una gran violinista, y con su música deleitaba las celebraciones litúrgicas y fraternas del cenobio.
A partir de un cáncer de lengua que se le detectó a los 43 años, sobrellevó un proceso de metástasis con una entereza ejemplar (siempre con una sonrisa) y una admirable confianza en Dios.
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me consta que esas misas son especiales, muy a pesar de ser novus ordoe, gracias a las hermanas que cantan como ángeles.
ya está puesta la segur a la raíz y el que no dé frutos....
ResponderEliminar...no es por bergoglio que usted vuelve a la iglesia anónimo 14:44, eso téngalo por seguro.
ResponderEliminarLa Hna. Cecilia María de la Santa Faz vivió sonriendo, y también murió con una sonrisa. Lo muestra la foto de cuando la están velando, aunque esta no se ha difundido en los medios.
ResponderEliminarPuede verse un video de su vida (una especie de carta de edificación, escrito que se escribe a la muerte de una carmelita), recientemente subido a:
@carmelosantafeargentina
https://www.facebook.com/carmelosantafeargentina/
ResponderEliminarAnónimo 16.12
ResponderEliminarYa lo se
Estimado Hermenegildo,
ResponderEliminarCecilia era hija del Cnl. Santiago Sánchez Sorondo (†), nieta del líder nacionalista Dr. Marcelo Sánchez Sorondo (†), bisnieta del Dr. Matías Sánchez Sorondo (†). Por su padre, era también sobrina de Mons. Marcelo Sánchez Sorondo (de la Pont. Academia de Ciencias). Por su madre, también era nieta del dirigente nacionalista Miguel A. Bosch (†) y sobrina del Dr. Francisco Bosch (†). Su hermana menor, Luli, es monja mataraza.
Parece que soy el único que toma distancia de este caso que tiene tan maravillados a lo "católicos" de cuño conservador como, por lo que veo, a muchos "tradis".
ResponderEliminarLa nota de la monja dice que que su funeral debe ser "una fiesta", llena de alegría. Esta no es la concepción católica de la muerte, independiente de que a lo mejor esta monja pudo haber tenido la mas recta intención y ser una santa.
Esta idea de la muerte como un hecho celebrable es totalmente de cuño protestante modernista y parte de la presunción, absolutamente no católica, de tener absoluta certeza de la salvación. El católico muere con serenidad, confiado en la virtud de la esperanza, pero jamás la muerte es vista como un momento alegre, por mucho que hasta pueda ser un alivio, ni la Iglesia tratarlo como tal, partiendo por ser un castigo a la humanidad por el pecado, que la liturgia tradicional expresaba adecuadamente con el color negro.
ResponderEliminarQue es monja " mataraza " ..??
ResponderEliminar“La ciencia más acabada /
es que el hombre en gracia acabe. /
Que al final de la jornada, /
aquel que se salva, sabe; /
y el que no, no sabe nada”.
Anónimo de las 15:31:
ResponderEliminarCon su manera de pensar debería entonces discutir también a San Agustín, en su poesía:
¡No llores si me amas!
¡Si conocieras el don de Dios y lo que es el Cielo!
¡Si supieras oir el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos!
¡Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos los campos eternos de los nuevos senderos que atravieso!
¡Si por un instante pudieras contemplar como yo, la Belleza ante la cual las demás bellezas palidecen!
¿Cómo?
Tú que me has visto y me has amado en el mundo, país de las sombras,
¿no te resignarás al verme ahora en el cielo, país de las inmutables realidades?
Créeme,
cuando la muerte venga a romper las ligaduras,
como ha roto las que a mi me encadenaban
y cuando llegue un día,
que Dios ha fijado y conoce,
y tu alma venga a este Cielo en que ha precedido la mía....
Ese día volverás a ver aquella que te amaba y te sigue amando
y encontrarás su corazón con todas sus ternuras purificadas.
Volverás a verme, pero transfigurada,
extática, feliz,
no ya esperando la muerte,
sino en senderos de Luz y de la Vida,
bebiendo con embriaguez a los pies de Dios,
un néctar del cual nadie se saciará jamás.
Por eso, enjuga tu llanto y no llores, si me amas.
SAN AGUSTIN
El mensaje de la Hna. Cecilia María para los suyos, y para todos, fue en el sentido del: "enjuga tu llanto y no llores, si me amas", porque "estaré transfigurada, extática y feliz".
Y también en el sentido de Santa Teresa: "Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero, que muero porque no muero".
De vuelta al anónimo de las 15:31:
ResponderEliminarMe faltó decirle que no sé si ud. sea "tradi" o "católico de cuño conservador", pero pensar como usted, se acerca al celo amargo y eso es un problema (por decirlo de alguna manera).
Ambas cosas, la pena (expresada con el color negro) y la alegría de saber que alguien se ha ido luego de combatir el buen combate, pueden ir juntas. Deben ir juntas.
La nota de la monja dice que sus funerales deben ser una fiesta. ¿Se puede celebrar la muerte? Confunden celo amargo con la recta esperanza que se debe tener que jamás es presunción de la propia salvación. La muerte, aun cuando se deposite la esperanza en la vida eterna, que consuela y produce alegría, es un hecho doloroso, como triste fue también la cruz. Los discípulos no estaban de fiesta durante la muerte del salvador sino una vez producida la resurrección.
ResponderEliminarPero la teología del misterio pascual quiere hacer de la muerte y la resurrección una misma cosa, al punto que incluso hoy se puede ver gente de blanco en los funerales. En la liturgia de sábado santo pasan la cruz por el cirio pascual.
Me parece que el mensaje de la monja desliza los aires de esta nueva teología (oficial desde el concilio), que hoy es el pan de cada día.
Anónimo de las 12:07
ResponderEliminarUd tiene celo amargo, y está prejuzgando a la carmelita descalza.
Ud. no tiene idea del dolor y de la cruz que pasó, y es muy bajo pensar que su alegría no tiene aires de nueva teología, sino de haber combatido el buen combate, aceptando su cruz y uniéndola a la de Jesús.
Me sorprende, siendo yo tradicionalista, que algunos tradicionalistas (defensores de la liturgia tradicional) se erijan en jueces de todo, incluso de las intenciones. Gracias a Dios los mayores referentes del tradicionalismo no son así.
Le repito, también tendría que juzgar ud. a San Agustín, que habla de felicidad en el momento de la muerte, y si hubiera estado al lado de Santa Teresita cuando dijo: voy a pasar mi Cielo haciendo bien en esta tierra, también la habría juzgado negativamente y hubiera hablado de presunción.
Y en esto no me malentienda, no la comparo con Santa Teresita, solo Dios sabrá si es para los altares o no, pero sabemos que la hna. Cecilia María ha muerto con los sacramentos de la Santa Iglesia Católica, cumpliendo con los votos de Carmelita descalza y ofreciendo su sufrimiento por la conversión de las almas hasta último momento (de la mía, y de la suya también, porque debemos convertirnos cada día).
No sé ud. pero yo no me considero digno sino solo de agradecer a Dios que en esta época nos permita ver un testimonio semejante. Y agradezco a Wanderer que haya publicado este post tan esperanzador!
Permítame, ud., anónimo que juzga tanto, que yo dude de que ud. esté en el camino de la "recta" esperanza.
Y a esta altura, yo que ud. guardaría un respetuoso silencio, más si tiene la concepción de la muerte como un momento doloroso (concepción que yo también tengo; y también las carmelitas que la acompañaron y ahora no tienen con ellas a la Hna. Cecilia, se lo aseguro).
Wanderer,pensé de nuevo que no iba a poner más comenotarios, pero los últimos me han dejado,no se como decirlo,seré suave :triste.
ResponderEliminarLa virtud de la esperanza es la que nos permite afrontar la muerte o los avatares de la vida con alegría y confianza en Dios.Recordemos a Job.
La esperanza sin temor es presunción, pero somos hijos de Dios.
Dios nos ama,su bondad y poder son infinitos y es fiel a sus promesas.
"Han recibido el espíritu de los hijos adoptivos,que nos hace llamar a Dios,ABBA Padre"
(Rom l,15).
Nuestra esperanza es Cristo Crucificado.
Ya creo que la hermana puede estar alegre de alcanzar la meta.Su esperanza está basado en todo lo expuesto.¿Acaso es poco?.
Fe,Esperanza y Caridad. No concibo un cristianismo tan triste y lúgubre. Eso es lo que me despiden algunos comentarios.
anónimo 23:31 si es por sonreir en las fotos todas las hermanas están sonriendo, no exageren por favor.
ResponderEliminarNo llores si me amas... pero el tema es si el difundo no se salvó.
ResponderEliminardel ive anónimo 19:29
ResponderEliminarServidoras del Señor y de la Virgen de Matará
http://www.servidorasdelsenor.org/es/cruz-de-matar%C3%A1
Anónimo de las 22:23:
ResponderEliminarPor supuesto que "el" tema es la salvación. Pero no dudaremos de que San Agustín lo sabía ¿no?
Lo que pasa es que no se trata de cualquier alegría, sino de la alegría de los hijos de Dios, de los que viven habitualmente en gracia.
¿Quién podría pensar, entonces, que no sea ese el significado que tiene la palabra "fiesta" en el caso de que estamos hablando?
Anónimo de 22.18 del 15 de julio
ResponderEliminarSonreir carece de mérito, hacerlo con la cruz personal unida a la de Nuestro Señor:si.
Todos deberíamos comparar nuestras conductas cuando la vida nos marca en el dolor.Tener un cáncer de lengua, es una prueba dura.
No llego a comprender cómo no sacamos conclusiones positivas del ejemplo de la hermana:todos.
Agradezco a Wanderer nos haya traído este maravilloso ejemplo.Me imagino a los primeros cristianos "fortaleciendo su fe" en el ejemplo de sus hermanos en el martirio
"Un día la veré con célica armonía
ResponderEliminarla gloria de María dichoso cantaré.
Un día al Cielo iré y la contemplaré..."
0:17 para la gente superficial todo es alegría y eso es sinónimo de evasión, diversión y vivir desparramado a su real antojo. De eso hablamos no de lo que pudiera pensar San Agustín.
ResponderEliminar"Los discípulos no estaban de fiesta durante la muerte del Salvador sino una vez producida la resurrección."
ResponderEliminarNada que ver. Los discípulos no habían entendido que la cruz era el camino a la resurrección gloriosa, lo cual es patente en su resistencia a creer a María Magdalena y las otras mujeres cuando les dijeron que habían visto a Jesús resucitado.
El texto aplicable a este caso es Filipenses 1,21-24, en particular el v. 23:
"Me siento apremiado por los dos extremos: el deseo que tengo de morir (literalmente 'soltar amarras') para estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor,"
Anónimo de las 18:09:
ResponderEliminar???
Acá Wanderer ha publicado un mensaje titulado VOLVER AL CIELO, sobre los últimos días de una carmelita enferma de un cáncer dolorosísimo -un cáncer de lengua- que pide que su muerte se rece primero y después festejar.
No veo la relación del ejemplo que nos presenta Wanderer con lo que ud. dice: "para la gente superficial todo es alegría y eso es sinónimo de evasión, diversión y vivir desparramado a su real antojo".
No veo la relación del ejemplo que nos presenta Wanderer con lo que ud. dice:
ResponderEliminarque usted sea ciego no invalida
Porque todos anónimos. A qué temen. Les da vergüenza que sepan que es lo que piensan? Federico Sanchez Sorondo.
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