Uno de los apócrifo cristianos más antiguos es el llamado La cueva de los tesoros (Ciudad Nueva, Madrid, 2004). Escrito a comienzos del siglo III, narra las genealogías o completa de alguna manera el relato del Génesis. Allí se narra que cuando nuestros padres Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso, vivían con su descendencia en lo alto de una montaña ubicada en las estribaciones del Edén. Caín y los suyos, en cambio, habitaban en la llanura. Todos los patriarcas, de Adán en adelante, antes de morir, reunían a sus hijos y les hacían prometer que nunca descenderían a la llanura ni se mezclarían con los hijos de Caín.
Algunas generaciones más tarde, los cainitas comenzaron a fabricar instrumentos musicales y se volcaron a la fornicación. “No tenían jefe ni guía, sino que únicamente comer, beber, la gula, la embriaguez, la música, los bailes, el juego diabólico y la risa, todo lo que satisfacía a los demonios, como el sonido de la pasión de los hombres deseando a las mujeres era su única ocupación” (p. 109). El ruido de las risotadas y la algarabía de los cainitas llegó a oídos de los hijos de Set, es decir, de los que permanecían en la montaña santa. Y algunos de ellos quisieron bajar a ver qué ocurría. A pesar de las advertencias y súplicas del patriarca Yérad, “Cien hombres gigantes descendieron. Bajaron y contemplaron a las hijas de Caín de hermoso aspecto, que sin pudor les tendían las manos. El fuego del deseo prendió en los hijos de Set, y las hijas de Caín al ver la belleza de los hombres se arrojaron sobre ellos como aves de rapiña. Profanaron sus cuerpos y los hijos de Set destruyeron sus almas a causa de la fornicación con las hijas de Caín. Cuando después de caer quisieron subir a la santa montaña, sucedió que las piedras de la montaña se convirtieron en fuego ardiente. Dios no permitió que subieran a aquella montaña santa…” (p. 110).
Este episodio se conocía en la sabiduría de los Padres como la “segunda caída”; la primera había sido la de Adán y Eva. Y este descenso provocó que todos los hijos de Set —es decir, nuestros antepasados—, tuvieran que abandonar las estribaciones del paraíso. “Salieron descendiendo de aquella santa montaña afligidos con gran dolor. Elevaron sus ojos hacia el Paraíso, se lamentaron y lloraron con pena…” (p. 118). Y es así que nosotros hemos venido a vivir en este “valle de lágrimas”, en esta tierra de dolor y aflicciones.
Según este texto apócrifo, entonces, la causa de la segunda caída fue la fornicación. Y lo que yo me pregunto si no será también la causa de la tercera y definitiva caída de la humanidad, y del clero. (“La tercera es la vencida”).
No quiero extenderme demasiado sobre esta cuestión porque, como dice San Pablo, de estos temas “mejor ni se hable entre vosotros”. Sin embargo, creo que algunas reflexiones pueden hacerse:
1. Juan Manuel de Prada, de un modo insistente y muy claro en los últimos meses ha escrito en diversos medios sobre el peligro subterráneo de la pornografía. Sus artículos pueden encontrarse fácilmente en Internet. En uno de ellos, aparecido en el ABC, dice: “La pornografía es hogaño el «soma» que alivia la vida mostrenca y bajuna de la chusma; y quienes apacientan a la chusma saben cuán importante es el acceso libre a la pornografía para garantizar su alienación. Saben que el instinto sexual, sometido a constantes estímulos, se adueña de la voluntad del hombre y lo induce a comportamientos que destruyen su vida y la de quienes le rodean. Porque el consumo de pornografía provoca, aunque no se quiera reconocer, adicción. Y la adicción acaba traduciéndose en graves problemas de conducta que devastan la vida afectiva y familiar. E, inevitablemente, el adicto a la pornografía necesita ir intensificando sus estímulos, necesita recurrir a materiales pornográficos cada vez más explícitos y perversos, para obtener la misma excitación sexual del principio. A medida que se produce esta escalada, sobreviene su insensibilización: las fantasías sexuales que antes percibía como repulsivas o monstruosas poco a poco se van convirtiendo en algo aceptable, cotidiano, gustoso. Las aberraciones que antes le producían un repeluzno excitan cada vez más su curiosidad, van siendo asimiladas, legitimadas por la conciencia, que para entonces es ya incapaz de guiarse por otro criterio que no sea la satisfacción de los apetitos (conciencia roussoniana, convertida en un puro «instinto del alma»). El adicto a la pornografía siente la creciente necesidad de poner en práctica las aberraciones que ha conocido a través de la pornografía;…”.
En resumen, la pornografía es no solamente una forma de esclavitud demoníaca sino que termina siendo el “soma” —en referencia al mágico remedio de Un mundo feliz de Huxley—, o el modo de alienación del hombre contemporáneo. Es decir, sin la pornografía, el mundo de hoy no resistiría porque es en ella donde encuentran refugio los hombres y mujeres a fin de escapar del inconfesable horror de la existencia actual. Y no creo que sea una exageración lo que digo, siguiendo a de Prada. El hombre contemporáneo no tiene alma; la cambió por la pantalla de su celular o de su ordenador. Su interioridad se trasladó a la pantalla, y esta alienación inhumana, que los convierten en esclavos a merced no solamente de sus vicios y tendencias sino de los demonios, encuentra su mejor y más poderosa expresión en la pornografía.
2. No se trata de abominar de este mundo moderno y de idealizar el pasado. La fornicación siempre fue un vicio recurrente de la humanidad e igualmente adictivo y peligroso, pero es un vicio que necesita disparadores que hasta hace algunas décadas, era difíciles de hallar y, en todo caso, eran de “baja intensidad”. Jorge Isaac, en su novela María, narra que el gran disparador de la fornicación de los adolescentes del valle del Cauca en la segunda mitad del siglo XIX, era reunirse cuando llegaba la diligencia que venía de las grandes ciudades para ver descender a las mujeres cuyos vestido se levantaban lo suficiente como para pispear el empeine de sus pies o incluso un poco más arriba. Hoy, un niño de diez años, tiene en sus manos un celular en el que puede ver de continuado, no solo la blanca pantorrilla de alguna señorita sino las perversiones más aberrantes. La intensidad de las imágenes o estímulos, repercute en la intensidad de la adicción.
Según estadísticas que menciona de Prada, el 30% de las visitas a Internet corresponde a sitios de pornografía, lo cual en pocas palabras significa que una gran parte de la humanidad se encuentra esclavizada de este vicio, sin saberlo, y festejando con música y risotadas, como lo hacían los hijos de Caín.
3. Hablando con sacerdotes que ejercen su ministerio en diversas partes del mundo, me han comentado lo extendida que está la adicción entre los católicos, incluso entre los católicos “nuestros”, de aquellos que intentan llevar una vida piadosa. Y frente a esto no puedo más que renovar mi afirmación acerca del enorme daño que la Compañía de Jesús provocó a la Iglesia, pues fueron ellos, los jesuitas, a los que más tarde se unieron los ultramontanos, los que construyeron una etiqueta con el nombre jansenismo que comenzaron a pegar a todos aquellos que cuestionaban sus doctrinas particularmente laxas en cuestiones morales. Es de lectura imprescindible el artículo publicado recientemente por el blog Magnificat sobre el tema y recomiendo también la lectura del libro de Marguerite Tollemache, Los jansenistas franceses (Las Cuarenta, Buenos Aires, 2014). En definitiva, muchos de los que se autoperciben como tradicionalistas o buenos conservadores, con tal de no ser jansenistas, se permiten frecuentes “pecados de caballero”, no tienen reparo alguno en asistir a balnearios públicos a contemplar y ser contemplados en sus desnudeces, ni organizar fiestas de boda que son tan paganas y lascivas como la de cualquier hombre del mundo, o de utilizar continuamente lenguaje soez o frases de doble, o único, sentido. Todo sea para no caer en el jansenismo; y, mientras tanto, se pasean por las cornisas del vicio y de la esclavitud.
En resumen, quiero decir que en muchos ámbitos del catolicismo tradicional, con la excusa de no caer en el jansenismo, y porque es más fácil y populista por cierto, nunca se marcaron con suficiente intensidad las advertencias necesarias para evitar despeñarse en el lodazal de la pornografía. Y aquí debo hacer yo un mea culpa porque creo que los obispos y laicos españoles de hace algunas décadas a los que critiqué en un post publicado en octubre de 2011, tenían razón en decir y exigir lo que decían y mandaban.
Como dice el salmo (42, 7), Abyssus abyssum vocat, “Una sima llama a otra sima”… Y nadie mejor que Leonardo Castellani para explicar con una fábula el peligro y el horror de esta sima. Aquí pueden leer “El fango”, de su libro Camperas.
¡Nos libre Dios de internarnos en la cañada!
¡Nos libre Dios de internarnos en la cañada!
No cabe duda que la perversidad sexual será seguramente causa de la tercera y última caída de la Iglesia y del mundo antes de la aparición del Anticristo que cada día parece más inminente.
ResponderEliminarSi para muestra basta un botón, hoy la nueva Ministra de Seguridad, Sabina Frederic, acaba de anunciar que en todas las fuerzas de seguridad se creará un área de Derechos, Bienestar y Género, para atender de manera preferencial las inquietudes del personal LGBTI+ que quiera casarse con alguien del mismo sexo, cambiar de sexo, o todo lo que se le ocurra hacer con el sexo y que antes no podía, cosa podrá hacer ahora más rápido en la policía o la gendarmería que en el Registro Civil.
Por este camino de la degradación moral y espiritual no hay duda que nos espera lo peor.
¡Y eso que somos el furgón de cola del primer mundo!
Bueno, bueno, a ver, tampoco sé si da para un mea culpa, porque no toda la crítica estaba errada. Creo que tampoco hay que exagerar. No se puede formar una personalidad equilibrada sólo con prohibiciones. Evitar las tentaciones sí, pero no al punto de aniquilar los sanos apetitos, que de lo contrario, no se podría henchir y poblar la tierra, y que para eso hace falta un apetito natural sano que sienta una atracción no solamente intelectual o teórica por el sexo opuesto, que si hoy las jovenes casaderas se dejaran los bigotes y vistieran como hace un siglo...no se casarían. Que las playas son un lugar de puro exhibicionismo no hay duda y que las fiestas de casamiento de cristianos casi no se distinguen de las de paganos, también es señal de que algo no está bien, pero en todo caso habrá que volver a algunas viejas costumbres, pero no necesariamente a todas las viejas costumbres. Me parece.
ResponderEliminarHilbert
Tampoco es un fin en sí mismo el henchir la tierra, sino que el fin era que nacieran seres humanos que sean educados para el cielo para ocupar los puestos que dejaron vacíos los ángeles caídos. Que por eso nos odian tanto los demonios.
ResponderEliminarDisculpe mi ignorancia, pero ¿De qué modo la naturaleza humana puede reemplazar a la angélica? entiendo que son sustancialmente diferentes. Agradecería ampliará el concepto de "ocupar los puestos".
EliminarHilbert
Estimado amigo.
EliminarAcaso olvidó aquello de...
"Seréis como los ángeles"?
Efectivamente, pero no sé si lo olvidé o nunca lo supe, pensaba que era "Seréis como dioses" y que era precisamente la tentación el demonio, padre de la mentira.... Gracias igualmente por su respuesta.
EliminarHilbert
Te cuento una más Hilbert. Los Padres de la Iglesia explican que la humanidad resucitada vendrá a ocupar los troncos perdidos por los angeles que degeneraron en inmundos demonios.
EliminarDe hecho, en Oriente a San Juan Bautista lo retratan con alas angélicas porque es tradición que fue ascendido al trono perdido por el maligno tras su caída.
José María Isidoro
Para la gran mayoría de los "del palo" que tienen problemas con la pornografía y los actos impuros la causa suele ser más de índole afectiva que producto de la relajación moral. De hecho son muchisimos los casos de gente que se esfuerza tenazmente por tratar de salir pero siempre vuelve. No debería ser así.
ResponderEliminarHay que tener mucho cuidado con simplificar esto.
A todo aquel que tenga este calvario le pido encarecidamente que se se animen y vayan a un buen psicólogo. Si se animan a contarle a un cura su problema, también pueden confiar en un profesional serio que va a poder ayudarlos a ir desarmando el problema y de a poco ir desarrollando las herramientas necesarias para superarlo.
Mi visión es que para mucha gente la pornografía es una carcel horrible, un infierno en la tierra.
R.
Para los católicos que padecen vicio de la pornografía y pecado solitario, aconsejo ante todo:
Eliminar1) darle al problema su justa importancia y ninguna más. Hay jóvenes que viven su vida espiritual atada al horror de volver a caer en el pecado mortal (a cuya tentación, sobre todo visual, están constantemente expuestos), lo cual es aprovechado por el demonio de tal manera que jamás puedan avanzar algo más en la vida espiritual que dos, tres o cuatro semanas sin volver a caer.
Entonces, vivir obsesionado con el tema es negativo.
2) confiar el tema absolutamente a Dios. Dejarlo en sus manos implica: a) no intentar medios voluntaristas, que logrado un triunfo lleven a la vanagloria, al descuido y a una nueva caida; b) rezar continuamente reforzando la confianza en la Providencia para ese y los demás problemas; c) contemplar belleza como antídoto para la impureza (música, arte, naturaleza, etc); d) evitar a toda costa exponerse a conversaciones laxas o inmorales, y más aún, evitar ver escenas en series o películas.
3) ejercitar el cariño, amor y caridad hacia el sexo opuesto, cultivando una afectividad que deje en segundo plano lo carnal.
Al Anonimo de las 16:38.
ResponderEliminarLa posición de que los seres humanos fuimos creados con el fin de llenar los lugares que dejaron los ángeles caídos, tal que sin su caída los seres humanos no habríamos sido creados, no se sostiene. La clave la da Sab 2,24 "por envidia del diablo entró la muerte en el mundo" interpretado en un contexto de Encarnación incondicional del Verbo, en el cual aunque los seres humanos no hubiesen pecado el Verbo se habría encarnado lo mismo, aunque en ese caso obviamente no habría padecido. En este contexto, cuando Dios reveló a los ángeles que la naturaleza creada dotada de intelecto que el Verbo iba a asumir para, por un "admirable comercio", hacer participar de su naturaleza divina a ambas especies creadas dotadas de intelecto, esto es ángeles y seres humanos, era una naturaleza humana, algunos ángeles tuvieron envidia porque ellos esperaban que el Verbo asumiese una naturaleza angélica.
Nótese que en esta posición tanto la gracia original de los ángeles como la gracia original de Adán y Eva fue "gratia Christi", concedida no en vista de su Pasión sino solamente de su Encarnación.
Coincido con el análisis. Hay muchos que son tradicionalistas de la cintura para arriba y progresistas de la cintura para abajo.
ResponderEliminarAnónimo 19:03: Es verdad que existe una antigua y venerable tradición que explica la envidia de los demonios del modo que usted muy bien lo hace. Pero hay otra tradición igualmente antigua y venerable, que sostiene que la envidia provino del hecho que el hombre fue creado a imagen y semejanza Dios, cosa que no ocurrió con los ángeles.
ResponderEliminarLa tradición que usted menciona se sostiene en un contexto de Encarnación incondicional del Verbo, lo cual, hasta donde sé, es sólo una opinión teológica.
Satanás arrastró consigo a un entero orden angélico. Ese orden desaparecido que marca un vacío en el coro de los que cantan eternamente las alabanzas de Dios, será ocupado por los hombres, o por el Hombre, la única criatura que porta en sí la imagen y semejanza de su Creador.
Yo creo que la degeneración en cierto grado es lo normal, y que lo especial fue el mundo construido por la Iglesia en el que esos comportamientos no eran ni tolerados ni comunes.
ResponderEliminarBásicamente, este mundo postcristiano se parece mucho al mundo precristiano en el que la pederastia homosexual, distintos tipos de sacrificio humano, adorar a los animales o la naturaleza, tirar a un recién nacido "defectuoso" por un precipicio, y tener sexo con esclavos o prostitutas "sagradas" que vivían en algunos templos, eran cosas que no ofendían la moral pública.
Lo que hay que entender es que las degeneraciones que promueve el "progresismo" no son progreso, son retrocesos antropológicos. Vuelven cosas que habían sido erradicadas por el cristianismo. En ese sentido, no creo que hoy seamos peores que el mundo mediterráneo de la antiguedad.
No estoy muy a favor de rescatar al jansenismo (aunque sólo comulgo 2 o 3 veces por año, como un jansenista, a pesar de ir a misa todos los domingos). Me simpatiza más la posición molinista, el jansenismo siempre me hizo acordar mucho al sola fide de los protestantes, gente para los que San Agustín es el único padre de la Iglesia aceptable.
Estimado Wanderer, me parece muy interesante su comentario: “Y lo que yo me pregunto si [la fornicación] no será también la causa de la tercera y definitiva caída de la humanidad, y del clero.”
ResponderEliminarHace unos meses leí un librito llamado “El silencio es contra el verbo” de Federico Bracht, con prólogo de Julio Meinvielle. Este señor alojó durante un tiempo en su casa al P. Castellani y a otro sacerdote que no recuerdo. Ambos sacerdotes tuvieron charlas en las cuales se basó el autor (entre otras fuentes, como libros y conferencias) para escribir su libro. Allí propone algo diferente a su post dice: “Por supuesto que la mayor inmoralidad sexual traerá el libertinaje, la concentración del poder económico la inestabilidad patrimonial en las familias, la mayor destructividad de las guerras, la inseguridad física y el temor al futuro. Todos estos factores aparejarán a sus excesos las lógicas reacciones contrarias, o sea el desprecio al amor carnal, que se considerará bestialismo, el miedo a la procreación, el desinterés en la constitución de la familia y el desapego a la libertad que no garantiza ya seguridad alguna. (…) Podría parecer exagerado destacar con tanta insistencia una falla que no está tan generalizada, como es el puritanismo, aparentemente no muy fácil de contagiar, por lo duro de su práctica, pero si tenemos en cuenta que la Herejía Final será probablemente la negación absoluta de lo creado, especialmente de la materia creada, nunca debe perderse de vista una raíz que sobrevive a través de los siglos y que puede convertirse bruscamente en el tronco del error”
No sé que pensar con respecto a esta teoría, me parece improbable que se instale el puritanismo, pero quería comentársela.
Es la primera vez que participo en este foro. No creo para nada improbable el desarrollo del puritanismo. De hecho un aspecto del feminismo radical actual es justamente ese. Por otro lado, de signo contrario y como si fuera un movimiento de pinzas, la pornografía absolutamente normalizada, como se dice en este post.
EliminarAlgo similar (dos pinzas de signo contrario) ocurre en Europa con la demolición de las pocas raíces cristianas que aún quedaban en la cultura en aras de una liberación y la permeabilidad y fomento a una cultura como la musulmana que es rigorista, patriarcal, machista, terriblemente represora desde el punto de vista cultural.
Ese movimiento de pinzas de contrarios apunta a destrozar el sentido y una forma de estar en el mundo, la occidental.
Muy interesante el enlace que ha puesto sobre el jansenismo. El asunto de la comunión frecuente es muy importante, creo. Recuerdo un texto del cardenal Ratzinger en el que, con mucha prudencia, introducía el tema planteando el valor que podía tener estar privado alguna vez de la Eucaristía (en plan, por no haber guardado el ayuno o cosas así; no por estar en pecado mortal claro) para entrar mejor en el misterio de Esta. Pero claro, con la disciplina actual de la Iglesia no tiene mucho sentido, si no estoy en pecado mortal y no he entrado a misa comiendo (prácticamente) no hay motivo para no comulgar.
ResponderEliminar¿Conocéis algún estudio serio de las diferentes posturas a lo largo de la historia? Porque, invariablemente, cuando se lo he planteado a algún cura, este lo ha despreciado como escrúpulos o, directamente, ni ha entendido lo que planteaba.
No recuerdo si el año pasado o el anterior, la conferencia episcopal de Estados Unidos contrató una encuesta sobre pornografía -tanto entre laicos como entre seminaristas, religiosos y ordenados- y los resultados eran apabullantes en todos los rangos analizados (estado de vida, edad, estudios, etc.). La conclusión fue que había realmente un muy serio problema. Calculo que ese mismo problema debe darse en todo el mundo occidental.
ResponderEliminarEn su momento hubo interesantes análisis del problema. Como dice R., hay un tema psicológico grave. Y, además, hasta sobrenatural debido a que se produce cierto grado de posesión demoníaca en el ciclo vicioso.
Lamentablemente, luego se silenció todo. Ahora parece haber resurgido la discusión de la prohibición, al menos en EE.UU., gracias a la presión de muy diversos sectores.
En India es un tema que hasta fue referido por el jefe de ministros del estado de Bihar y ex ministro nacional, Nitish Kumar, haciendo que todo el país esté hablando del asunto.
Por supuesto que nuestros obispos nada dirán por temor a ser tildados de retrógrados.
De que nos asombramos ? no estaba todo esto escrito ?? o ya no creemos en las Sagradas Escrituras ???
ResponderEliminarEstimado Chestertoniano español, como usted bien indica, se trata de un tema por demás interesante --el de la comunión frecuente--, y por demás tergiversado.
ResponderEliminarLa única bibliografía documentada que conozco es la que aparece en la segunda parte de la última edición americana del libro sobre la comunión en la mano de Mons. Laise (Holy Communión. Communion in the Hand, Spiritual Communion and the State of Grace, Preserving Christian, New York, 2018). Se trata de más de más de cien páginas en las que, a raíz del estropicio cometido por Amoris Laetitiae, se repasa prolijamente la sucesión histórica de cómo fue la práctica de la comunión en la Iglesia, desde los primeros siglos hasta el siglo XX, con permanente referencias documentales. Allí queda claro que la "comunión frecuente", entendiendo por tal la comunión diaria, es una clarísima innovación en la práctica sacramental cristiana.
Lamentablemente, no está en español, pero podría ser un buen tema para un post.
Estimado Wanderer: ¿Podría abundar en la explicitación del Hombre como único ser creado a imagen y semejanza de Dios? A propósito de su comentario: "Satanás arrastró consigo a un entero orden angélico. Ese orden desaparecido que marca un vacío en el coro de los que cantan eternamente las alabanzas de Dios, será ocupado por los hombres, o por el Hombre, la única criatura que porta en sí la imagen y semejanza de su Creador." Yo, en mi ignorancia crasa, creía que los ángeles también habían sido creados a su imagen y semejanza. Sé que podría hacer una búsqueda, pero mi pereza me mueve a pedírselo a usted, porque seguramente conoce el tema y podrá al menos orientarme. Desde ya muchas gracias.
ResponderEliminarTocaré, si me permiten, dos asuntos.
ResponderEliminarPrimero: La Encarnación incondicional del Verbo de Dios fue sostenida (digamos que sin escándalo en aquellos días) por Santo Tomás de Aquino en por lo menos dos lugares de la Suma (S. Th, II, II, q. 2, art. 7 y S. Th. IIIª, q. 24, a. 1). Cuando sostiene que la fé explícita en la Encarnación del Hijo de Dios es necesaria para salvarse, explica que Adán antes del pecado también la tuvo, aunque "en cuanto que iba ordenada a la consumación de la gloria" y no a la Redención. La segunda cita no me resisto a transcribirla: "la predestinación, tomada en su sentido propio, es una preordenación divina eterna respecto de aquellas cosas que, por la gracia de Dios, han de producirse en el tiempo... por la gracia de unión hizo Dios que, en el tiempo, el hombre fuese Dios y Dios fuese hombre. Y no es posible decir que Dios no haya preordenado desde la eternidad que eso había de realizarse en el tiempo porque se seguiría la aparición de un acontecimiento nuevo para la mente divina. Se impone, pues, afirmar que la misma unión de las naturalezas en la persona de Cristo cae bajo la predestinación eterna de Dios. Y, por este motivo, se dice que Cristo ha sido predestinado."
Segundo: En lo demás, creo que si bien podría haber sido que los Jesuitas exageraran en la disputa con los jansenistas, los jansenitas sostuvieron posiciones equivocadas para, finalmente -algunas- ser condenadas. El asunto raigal nunca se resolvería, como demuestra la polémica "de auxiliis". Sin embargo, el rigorismo como fórmula esencial ha sido siempre considerado como pernicioso para la salvación de las almas, por aquello de que la ley, aún sin querer y pretendiendo apartar al hombre de lo que es malo, no hace sino difundir el mal por medio justamente de la prohibición. He leído hace unos días el artículo de Magníficat (o sea de Richard Yoder) y la tesis que subyace es que la Iglesia, inclusive cuando condena proposiciones que se tachan de falsas podría equivocarse, como en efecto lo afirma Yoder sucedió en este caso. Eso es imposible de aceptar.
Es todo cuanto quería decir.
Anselmo
Anselmo:
ResponderEliminar1. Usted me fundamenta con Santo Tomás que se adscribe y expone una venerable tradición de la teología católica. Lo que yo digo es que Santo Tomás no es el único teólogo; que hay otras tradiciones también antiguas y venerables, y que no puede elevarse al Angélico a único y absoluto maestro.
2. Nadie niega, o el menos yo no lo hago, que los jansenistas hayan sostenido posiciones equivocadas, pero creo que es necesario distinguir entre el primer jansenismo y las derivaciones que surgieron de él con el correr de los siglos. No es lo mismo Jansenio o Arnould que los jansenistas del siglo XIX.
3. Usted adscribe sin ninguna fundamentación el rigorismo a los jansenistas. Los primeros jansenistas no fueron rigoristas; simplemente, siguieron lo que la Iglesia había enseñado durante siglos. Posiblemente hayan existido exageraciones, como sucede en todos los movimientos humanos, pero cuando se leen los textos de estos primeros autores, no se descubre ningún tipo de rigorismo.
4. A mi entender, una de las cuestiones más graves de la cuestión jansenismo fue el punto que usted menciona al final, aparecido por la condena de la bula Cum ocassione. Si bien las proposiciones que allí se condenan son heréticas de hecho, no está claro que fueran sostenidas por Jansenio y los jansenistas. El problema no está en cuestionar las condenas de la Iglesia, sino la adscripción que se hace de esas condenas.
Cuando apareció la bula, el arzobispo de Utrecht solicitó que le subrayaran en el Augustinus los pasajes donde aparecían afirmadas las proposiciones condenadas. Fue imposible encontrarlos. Se dice que la bula fue escrita por los jesuitas que le atribuyeron a Jansenio lo que nunca había dicho y sostenido.
Como católicos debemos aceptar la declaración del Papa de que alguna idea debe ser creída como doctrina o, por el contrario, debe ser rechazada como herética, pero si, bajo la autoridad del Papa, debemos afirmar que la idea en cuestión fue sostenida por un autor en particular estaríamos cometiendo perjurio si supiéramos que no es así. Pero para los jesuitas la situación es mucho más simple: en sus Ejercicios Espirituales, San Ignacio sostiene que "siempre debemos sostener que el blanco que veo es negro, si la Iglesia jerárquica así lo decide ..." ¡El concepto jesuita, entonces, es que las palabras pueden alterar la realidad si provienen de la autoridad!
A tal punto llegó el disparate jesuita y ultramontano que en 1827, el arzobispo de Utrecht, John van Santen, fue informado por el nuncio papal que debe condenar a Jansen por obediencia. El nuncio sostenía la absurda idea de que un padre de una familia podía obligar a sus hijos, bajo obediencia, a creer que cierto mantel verde era rojo. Si los padres de familia pueden ordenar tal falsedad, ¡ciertamente el Papa también podría hacerlo!
Si San Pedro Damián se molesto a escribir " El Libro Gomorriano " en los años 1050
ResponderEliminarera por la gravedad de la situación en este tiempo .
Honestamente , ¿ creen que hoy es peor ..?
L.C.
Al anónimo R.: interesante análisis, sobre todo para quien nos toca trabajar con jóvenes.
ResponderEliminarSe ve que sos profesional, y te quiero preguntar como distinguir (si es que hay que hacerlo) entre una adicción pornofráfica que deba ser tratada por un psicólogo y las tentaciones y caídas por miradas deshonestas...no sé si entiende. O sea, si hay determinada obsenidad, frecuencia, etc., que me indique que ya no es solo un asunto de moral y de lucha contra la tentación, sino que puede haber algo afectivo o algo más de fondo. gracias.
Don Wanderer:
ResponderEliminarGracias por tratar un tema tan espinoso con veracidad y pudicia a la vez. Tenía el recuerdo de ese pasaje de Jorge Isaacs que oportunamente menta. Entiendo que hoy puede resultar un anacronismo, y dar rienda suelta a cierta chacotería procaz. Los practicantes de “pecados de caballeros”, no querrán perderse la ocasión de la befa fácil a tales costumbres, jactándose de estar superados y de vuelta de tales ñoñerías.
Sin embargo, otra mirada es posible del episodio mentado, y algo dije al respecto en un reciente librito sobre la maldita ESI.
“En el espíritu de esa sociedad púdica cuanto pundonorosa –y conste que lo estamos elogiando- las mujeres no se calzaban ni descalzaban en público. Contemplar unos pies desnudos era contemplar cierta desnudez, al fin de cuentas; y podía ser causa de súbito arrobamiento, como le sucede al protagonista de aquella obra de Lope de Vega, , que entusiasmado con las peanas de su acompañante, le dice: . El mismo Lope que le hará exclamar a otro de sus personajes que mucho se cuidará de regalarle zapatos a su amada, . Recuérdese,al fin, el embeleso –y algo más- que aparece en el Quijote ante esos pies de Dorotea lavados en un agua cristalina”.
Todavía hoy, algunos viejos teatros de ciudad o de pueblo, conservan el ancho listón colocado sobre el borde del escenario, para evitar que el público pudiera pispear los pies de las damas subidos sobre él.
En fin y en síntesis, que viejo ya como estoy, cuando me entero de que los jóvenes actuales, entre otras lindezas de la subcultura porno en la que están inmersos,se fotografían los genitales y se envían las fotos recíprocamente por las redes sociales, me place traer a la memoria estos remilgos antañones y arcaicos, esta pudibundez declarada obsoleta. De la conciencia escrupulosa puede volverse al equilibrio con unas cuantas visitas al confesor y al psicólogo(supuesto se los encuentre buenos a ambos). Del chiquero ya es más difícil volver. Se necesita la gracia especial del hijo pródigo y la vocación misericordiosa de un padre dispuesto perdonar.
Gracias de nuevo.
Antonio Caponnetto
Anónimo de las 11:16
ResponderEliminar"la tesis que subyace es que la Iglesia, inclusive cuando condena proposiciones que se tachan de falsas podría equivocarse, como en efecto lo afirma Yoder sucedió en este caso. Eso es imposible de aceptar."
Hay dos distinciones a hacer, una entre magisterio definitivo y no definitivo y otra entre verdad dogmática (la proposicion X es erronea) y verdad histórica (Fulano sostuvo la proposicion X).
El magisterio no definitivo puede equivocarse, tanto en la verdad dogmatica como en la verdad histórica.
El magisterio definitivo no puede equivocarse en la verdad dogmatica pero puede equivocarse en la verdad histórica. Un ejemplo de lo segundo es la condena del Concilio Ecumenico Letran IV a la posicion sobre la Santísima Trinidad supuestamente sostenida por Joaquín de Fiore. La condena a la posicion enunciada es infalible y debemos asentir a ella, pero la afirmación de que Joaquín de Fiore habia sostenido esa posición es falible y podemos discutirla.
Ref: http://dadun.unav.edu/handle/10171/9118
Caro amigo: perdone usted, pero(por alguna torpeza técnica mía)hay unos renglones que no han salido en el texto, y sin ellos el mismo no se entiende. Debe decir: "...como le sucede al protagonista de aquella obra de Lope de Vega, , que entusiasmado con las peanas de su acompañante, le dice: . El mismo Lope que le hará exclamar a otro de sus personajes que mucho se cuidará de regalarle zapatos a su amada, . El resto queda igual.
ResponderEliminarGracias.
Un abrazo
Antonio Caponnetto
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ResponderEliminarWanderer: celebro que usted reconozca que su antigua entrada sobre el catolicismo español fue un error.
ResponderEliminarEn cuanto al pudor, creo que es necesario guardar un sano equilibrio. Ir a la playa y ponerse el traje de baño no es en sí mismo pecaminoso si no se hace exhibicionismo ni se mira con lascivia.
Además, hoy día no tiene sentido renunciar a la playa en aras de preservar la santa pureza porque el erotismo está en el ambiente. Tendríamos que recluirnos en un monasterio que, además, no tuviese televisión ni acceso a internet, pues a través de estos medios también se cuela el erotismo imperante.
Convencido de que Dios había muerto, hace 50 años Erich Fromm escribió "Y seréis como dioses", un libro donde proponía una alternativa humanista sin Dios como receta salvadora para alcanzar la felicidad en este mundo.
ResponderEliminarFromm reflexionaba así con preocupación al ver que la sociedad de consumo a la que los norteamericanos se habían volcado después de la II Guerra Mundial sólo podía llevarlos a la depresión y el hastío.
No sé qué hubiera pensado hoy Fromm de la ideología de género y toda la locura LGTBI+, pero es evidente que tanto él como los cultores del género coinciden en que Dios ha muerto, y llenos de optimismo, en este mundo antropocéntrico salen a proclamar que el hombre es el artífice de su propio destino.
Si después de la segunda caída del hombre -culpa de la fornicación- la pregunta es si esa será también la causa de la tercera y última caída, yo no tengo ninguna duda, porque al atacar a los sexos masculino y femenino como una construcción cultural, la ideología de género revela que el sexo -que en realidad ahora vendría a ser el género- es la piedra angular sobre la que descansa toda su dialéctica argumental.
Y visto que la degradación moral y espiritual en la Iglesia y el mundo ya no tiene vuelta atrás, no hay duda que esa tercera y definitiva caída será otra vez culpa de la fornicación, sólo que ahora el personaje central será el colectivo LGTBI+, donde el + quiere decir que los géneros no son taxativos sino que se van agregando según la imaginación del degenerado de turno que se mira en el espejo y descubre que "su" género no se corresponde con la imagen que le devuelve el espejo, sino con la que él tiene en la cabeza, algo sin duda demoníaco en extremo que deja a Sodoma llorando de vergüenza en un rincón.
Alguien sabe si está en formato digital el libro mencionado, "La cueva de los tesoros"?
ResponderEliminarTodos tenemos una tendencia autodestructiva que, en cada persona, se manifiesta de forma diferente, puede ser en el sexo, la comida, la ira, una droga, el trabajo, el ocio, el celular, el juego etc. Lo que para uno puede ser una actividad ocasional, mas por curiosidad que por placer, para otro es una adicción insuperable. Son enfermedades mentales contra las cuales no sirven los métodos voluntaristas, tampoco sirve irse a una isla, ya que uno siempre esta acompañado por uno mismo. Lo que hay que hacer es buscar las causas psicológicas, aumentar el autoconocimiento, educarse en el conocimiento y manejo de las propias emociones, por supuesto rezar y cargar la cruz (porque no te la van a quitar), lo sabio sería resignarse en lo que que no se pueda cambiar y tratar de cambiar en lo que se pueda, cierta capacidad de negociación con uno mismo para mantener las cosas acotadas, evitar juzgarse y juzgar a los demás (la hipocresía sí es evitable)
ResponderEliminarMe encantó Fuenteovejuna. Es así, nomás. A lo que agregaría que muchos hablan de la sexualidad polimorfa, donde la identidad se pierda totalmente. Porque, dicen, donde hay identidad, hay opresión, siguiendo al maestro Foucoult.
ResponderEliminarNos previene Horacio en una sátira (I,II): "Dum vitant stulti vitia, in contraria currunt", o sea que los necios al tratar de evitar un vicio se precipitan al extremo vicioso opuesto. Ojo con el jansenismo. Hizo mucho daño. No es la solución al casuismo jesuítico, sino la otra cara de la misma moneda. Es elegir entre Macri y Cristina.
ResponderEliminarLo ha expuesto el lamentado Abelardo Pithod en un luminoso trabajo: "Jansenismo y progresismo en la conciencia actual". También está muy bien explicado en "Entusiasmo" de Ronnie Knox. Aquella monja que era "pura como un ángel y soberbia como un demonio" no es un modelo. Y hoy puede ser una deriva fácil para algún tradi de pocas luces.
Para cualquiera de pocas luces, no sólo un tradi, hay conservadores más rigoristas que los tradis.
EliminarUno de tantos
En la pagina de la BBC/Mundo. Hay un interesante artículo sobre los efectos, nefastos, de la pornografía en el cerebro humano. No puedo copiar el link pero es fácil de ubicar.
ResponderEliminarDefinamos jansenismo.
ResponderEliminarOjo que la visión que tenemos de él. Es la que nos cuentan los jesuitas.
Y en todo caso, ojo con las derivas del jansenismo: una cosa es Pascal y otra muy distinta el sínodo de Pistoya.
Coincido con el comentarista que ha afirmado que, en la mayoría de los casos, la adicción a la pornografía responde más a problemas de afectividad que a la lujuria.
ResponderEliminarPara PEPITO: podría aclarar cual es la historia real de la que no han contado los Jesuitas?
ResponderEliminarSe explayaría sobre Pascal y lo de Pistoya. Así se entiende mejor el mensaje.
Gracias.
Recuerdo W. aquel post de hace años en que se referían no muy bien de ciertos obispos españoles que cuidaban de la modestia en la ropa femenina. Casi en soledad, o en soledad, yo no le encontraba entonces nada de malo a lo que habían hecho los obispos. Lo que me llamaba la atención era lo solitaria que estaba mi posición.
ResponderEliminarComo se puede ver con el seudónimo ecclesia militans, escribía: Siendo admirador de Castellani y muy poco devoto del franquismo, confieso que quisiera vivir con los obispos que dicen las cosas que se han puesto en este post como prueba de que “los españoles no pueden acusar a Castellani de ignorante y modernista alardeando de su inveterada catolicidad”.
O sea, me parece pastoralmente bueno y oportuno celebrar “el día del libro con una gran quema” (hoy abunda más el material que clama a Dios que lo quemen que del otro), poner cautela en “los bailes” (hoy mejor ubicable en los boliches que son causa de condenaciones por impureza), que “el traje de baños debe tener falda, tirantes anchos y debe cubrir la espalda” (muy oportuno, no somos de hierro, sino de carne caída), o que “las jóvenes no se bañarán en compañía de muchachos ni estarán con ellos en la playa” o lo de “no permitáis escotes”, “no asistáis a las piscinas mixtas”, prohibir “el uso de prendas indecorosas”.
Et reliqua
15 de octubre de 2011, 0:15
No le gané a nadie por esto. Sólo un recuerdo nomas.
En general los jóvenes de buena doctrina, y práctica sacramental frecuente cometen el gran error de tratarse a sí mismos como ángeles. Piensan que sólo tienen inteligencia y voluntad...
ResponderEliminarEl apetito sensible se mueve por objetos sensibles, reales o imaginarios. Mientras no se saque la botella del lado del borracho es imposible que no la tome.
Cambiar los objetos sensibles por buenos ayuda a que la sensibilidad que no hay que destruir sino ordenar se mueva bien.
Un cura confesor
Excelente comentario. Se me ocurre que para eso estaban las buenas costumbres de antaño, que velaban por el bien común, facilitando la virtud. Hoy la educación, incluso la más católica, se limita a tratar de gobernar las pasiones, desde un plano puramente individual. Antaño, se haría lo mismo, pero las buenas costumbres ayudaban o facilitaban. Se perdieron las buenas costumbres, vivimos en tiempos post-cristianos, rodeados de paganos e inundados de medios que no hacen más que promover la lujuria y por lo tanto se hace más difícil el señorío de sí mismo. ¿cómo sacar hoy la "botella del lado del borracho"? habría que huir del mundo. Como no se puede, tenemos que tratar de que, aún estando allí la botella, nuestros jóvenes aspiren a una bebida superior, sublimando el objeto de sus deseos. Eso aplica a la música, las bellas artes, el cine, y a todo lo que entra por los sentidos. Llenarlos de belleza debería hacer que tengan en menos-precio la inmundicia que quiere imponerles el mundo.
EliminarUno que hace lo que puede y confía en que Dios hará el resto.
Para anónimo de 18 de diciembre,1:41¿Y el fenómeno de la indiferencia sexual ,que se está desarrollando en Japón.?De ser una sociedad prolífica ,antes de la 2a.guerra está pasando a tener problemas para sostener la natalidad. Y me quisiera equivocar ,pero algo incipiente y parecido se está empezando a dar entre nosotros,en Argentina.Un sombrío y tenebroso mundo sin niños.
ResponderEliminarLa Pontificia Comisión Bíblica acaba de publicar "¿Qué es el hombre? Un itinerario de antropología bíblica". En temas de sexualidad continúa precipitándose por el despeñadero. Supongo que dará para un futuro "post"
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ResponderEliminarPor favor , antes de opinar sobre ......" La Pontificia Comisión Bíblica acaba de publicar "¿Qué es el hombre? Un itinerario de antropología bíblica". ....
.....Hay que leerlo
"Yo creo que la degeneración en cierto grado es lo normal, y que lo especial fue el mundo construido por la Iglesia en el que esos comportamientos no eran ni tolerados ni comunes."
ResponderEliminarla degeneración no es lo normal en ningún grado, por definición.
Spengler
Don Wanderer:
ResponderEliminarUd pone un enlace a la fábula “El Pantano”. Al respecto me permito entender que quiso poner el cuento “Lujuria” que se encuentra en “Historias del Norte Bravo”, que tiene un escenario de pantano.
https://ia801305.us.archive.org/8/items/CastellaniHistoriasDelNorteBravo/Castellani%20-%20Historias%20del%20Norte%20Bravo.PDF
pág.:131
R I Agüero