He aquí, el novio viene a medianoche,
Y bienaventurado el siervo a quien Él encuentre velando,
Mas, indigno es el siervo a quien Él encuentre desatento.
Ten cuidado, por lo tanto, alma mía, que no te sobrevenga el sueño,
Para que no seas entregada a la muerte, y seas excluida del Reino.
Mas bien, levántate y exclama: Santo, Santo, Santo, eres Tú, Dios nuestro,
Por las intercesiones de la Theotocos, ten piedad de nosotros.
Tropario del Lunes Santo
Liturgia bizantina