jueves, 18 de abril de 2024

Sacerdotes ad nauseam

 


[Hace ya casi un años, como respuesta a un artículo que yo había escrito, recibí un mail de un lector italiano en el que desarrolla una larga reflexión sobre ese escrito. Me pareció interesante publicarlo para continuar con la discusión, pero el tiempo fue pasando y terminé olvidando ese mail. Al releerlo, me doy cuenta que vale la pena pensarlo en lo que dice. Estoy en desacuerdo con varias de sus afirmaciones, que me parecen un poco extremas. Sin embargo, reconozco que sus argumentos son interesantes, y que merecen ser considerados y discutidos].


Gentilísimo Wanderer,

Soy un ávido lector de su blog. Aprecio enormemente su libertad de criterio que le permite no adoptar nunca posiciones prejuiciosas o partidistas.

Sin embargo, he leído su último artículo “La militancia y los conservadores” y, esta vez, debo discrepar.

Nuestra pobre Iglesia está desgarrada por facciones aparentemente opuestas pero en realidad unidas para negar la legítima libertad de los fieles católicos.

1. Por un lado está el actual Papa Francisco y su catolicismo main stream. Para ellos, el enemigo número uno a derrocar es el clericalismo. Sin embargo, no se trata de clericalismo en el sentido clásico, sino de algo muy distinto y particular. Para el Papa Francisco, el clericalismo es una “cultura de la santidad” desbalanceada hacia las obras, lo que él llama “mundanidad espiritual”. Se trata de una especie de pelagianismo eclesial que sólo existe en su cabeza y en la serie de televisión de Sorrentino. El Papa y sus compinches han aplicado esta etiqueta a todo aquel que en la Iglesia predica la así llamada “lucha ascética”, el “combate espiritual”, o que considera el apostolado como un deber. Todas estas cosas para el Papa Francisco son necesariamente fruto de la ideología, la dureza de corazón, el formalismo y el fanatismo. El Papa no concede a quienes profesan estas principios ni siquiera el beneficio de la duda sobre su humildad y sinceridad

2. En el otro lado están los llamados “progresistas”, convencidos de que la Iglesia debe adaptarse a los nuevos tiempos, sobre todo desde el punto de vista ético. Están ingenuamente convencidos de que bajando el listón muchas ovejas estarían dispuestas a volver al redil. A ninguno de ellos se les ocurre la idea de que la gente hoy no va a la Iglesia no porque ésta sea demasiado rígida, sino simplemente porque no tiene nada que dar. Además, están convencidos de que el “poder de los sacerdotes” debe repartirse de varias maneras: ordenando mujeres sacerdotes, eliminando el celibato sacerdotal, promoviendo la participación de los laicos en las decisiones parroquiales, etc. En definitiva, para ellos la solución es 'clericalizar' a los laicos promoviéndolos a la condición de “medio sacerdotes”.

3. Por último, están los amantes de la tradición. Para ellos, todo el mal viene del Concilio Vaticano II, del Papa Francisco, del nuevo orden mundial y del nuevo rito de la misa. Están convencidos de que reseteando todo y volviendo las manecillas de la historia a 1950 se solucionaría todo. Un verdadero cuento de hadas.

¿Qué tienen en común estas tres corrientes culturales? Sencillo: la idea de que si todo el mundo hiciera lo que ellos quieren, entonces sí todo iría bien. ¡Menuda sarta de tonterías!

Este razonamiento es verdaderamente pelagiano y clerical y esconde una idea verdaderamente anticristiana de la Iglesia, la idea de que a la Iglesia la salvan los sacerdotes o los ‘semisacerdotes', y no a Nuestro Señor.

Sacerdotes 'misericordiosos' a lo Papa Francisco, sacerdotes 'progresistas' con su procesión de mujeres sacerdotisas, sacerdotes casados y laicos promovidos al diaconado, o finalmente sacerdotes que respetan la tradición y aman el decoro litúrgico.

En definitiva, curas, curas y siempre curas. Sacerdotes ad nauseam.

En cualquiera de estas ideas de Iglesia no cabe la posibilidad de que el Espíritu Santo pueda actuar a través de los fieles comunes y de su legítima libertad de conciencia para renovar el mundo. ¡Qué Iglesia más risible!

¿Es tan difícil a estas alturas comprender que los obispos y sacerdotes deben dar un paso atrás respecto a la vida religiosa de la gente común?

¿Tan difícil es comprender que no se trata de implicar a los laicos en el gobierno de las parroquias o de las diócesis? No se trata de establecer “ministerios” abiertos también a los laicos. Mucho menos se trata de cambiar nada en la doctrina o en los sacramentos o de volver a los viejos tiempos. Se trata sólo de “dejar hacer”, de dejar que los laicos vivan su fe responsabilizándose de ser auténticos testigos de ella ante sus semejantes, declinándola libremente en la concreción de sus vidas.

        La Iglesia, como buena madre, sólo debe desear que sus hijos sean autónomos, que vivan su propia vida, limitándose a proporcionarles valores de referencia, la gracia de los sacramentos y consejos adecuados.

Qué difícil es, sin embargo, para obispos y sacerdotes “darse por vencidos”, qué difícil es para ellos comprender que la evangelización es una vida que escapa a sus bellos pero inútiles planes pastorales. No se puede reducir el mundo a una parroquia.

    Sí; este cambio de perspectiva es realmente difícil, y sinceramente no tengo ninguna esperanza de que se produzca.

Pero, afortunadamente, la Providencia se ocupa de ello. La reforma de la Iglesia está en marcha a pesar del Papa, de los obispos, de los sacerdotes y de los llamados laicos “comprometidos”. La Historia sigue su curso. Amén

Así, por ejemplo, gracias al Papa Francisco el atractivo de la jerarquía se está derrumbando por completo.

Y lo que es aún más interesante, es que ahora hay muchos católicos que ya no pueden “besar el anillo” de un hombre como ellos. Es el fin de la jerarquía como poder. La historia está bajando al clero del pedestal en el que se había subido. Amén

Una última cosa. A los queridos clérigos me gustaría decirles: “Si dejarais de intentar dirigir nuestra vida espiritual, os amaríamos aún más. No tengáis miedo, nadie quiere negar vuestro papel de defensores de la verdad revelada, administradores de los sacramentos y consejeros autorizados, simplemente no queremos delegar nuestra vida espiritual en nadie, ni siquiera en vosotros. Sólo queremos venir a la parroquia para la Misa, la confesión, los demás sacramentos y para buscar consejo. Nada más. Para el resto, cada uno en su casa. Y una última cosa: considerad muy seriamente la posibilidad de suprimir las homilías. Se han convertido en una de las principales razones por las que la gente ya no asiste a misa”.

En conclusión, el Papa Francisco no es la causa de los males de la Iglesia y tampoco lo son los católicos que usted llama “militantes”, o los progresistas, o los que aman el Vetus Ordo. Todos ellos no son más que el resultado de una Iglesia autorreferencial y cerrada sobre sí misma.

Afortunadamente ninguno de estos dirige la historia. Y la barca de Pedro la dirige el Señor. Así que veremos cosas buenas. El Señor siempre nos sorprende y rompe moldes.

Con estima,


Bruno Iadaresta

36 comentarios:

  1. Dear Bruno Iadaresta,
    Thank you for your provocative thoughts. I am a Ugandan Catholic who assists regularly at the Traditional Latin Mass in Kampala, the Ugandan capital city.You certainly recognise the role that ideological factionalism continues to play in sowing confusion and discord in the Church as the Mystical Body of Christ. Much as I agree with you on the detrimental clericalisation of the laity, your proffered solution falls into the same ideological frame of "doing what one wants". The laity "doing their thing and getting on with it as they know best" could be read as a democratised laicisation of eccesiastical pelagianism. Further, your solution would reduce the priest to a functionary, dispensing sacraments, performing rituals and providing limited counselling services. A priest shorn of his transcendental raison d'etre is a charlatan at best. With such a caricature in place, it would be absurd to deny those ideologised groups clamouring to join the Catholic priesthood.
    Last Sunday was Good Shepherd Sunday. We, the laity, are the sheep and the shepherds are our bishops and priests, whose sole role model is Jesus Christ, the God-Man. The responsibility of the shepherds is awesome, but the failure to exercise it carries ominous consequences.

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    1. - I don't agree that "the reform of the Church is underway" is positive.
      - I have nothing to thank Pope Francis, on the contrary.
      - I don't like the so-called “committed lay people.”
      - “The world cannot be reduced to a Parish”, resentful reasoning of parvenu who wants to be à la page at any cost (excuse the Gallicisms).
      - The problems don’t come from CVII. Already in the second half of the 19th century, a little-known but very influential French apostate spoke of a future Council that would renew the Church by defeating that he called, “the red centurions”, a.k.a. the cardinals. Today the Red Centurions come with the apron under their cassock.

      I don't like provocative people in the Church. If Idiaresa likes provocative people, let him go to a cabaret that will be more fun than a modern mosén.
      And I don’t continue because I’m going to start excreting curses.
      Greetings (with respect eh).

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  2. El problema de todo este post está en el punto de partida. En las caracterizaciones de las 3 "facciones" hay problemas:
    (1) [Francisco + mainstream] es de una ingenuidad pasmosa creer que Bergoglio "lucha" contra el clericalismo (entendido como piedad, es decir una especie de jesuitismo originario) cuando lo único que hace desde que llegó es imponer su voluntad aún contra los cánones y la conciencia de sus súbditos, si fuese necesario.
    (2) [progresistas] también es muy ingenuo (a esta altura) creer que los progres quieren llenar las iglesias adaptándose al mundo. Eso es lo que dicen, pero está visto que no. Y hay miles de ejemplos de que las iglesias llenas no les importan y nunca les han importado.
    (3) [tradis] es un muñeco de paja. Ningún tradicionalista (serio; no los tarados que pululan por internet) cree que haya que volver a 1950 porque todo se solucionaría. Los tradicionalistas (serios) saben bien que la manzana estaba podrida antes, décadas sino siglos antes. Pero es indudable (sólo un necio puede negarlo) que el Vaticano II (lo ha dicho el card. Müller ya cuando era prefecto de la CDF) y la Reforma litúrgica (con la desfiguración incluso del Canon romano de tradición apostólica) fueron echar nafta al fuego.
    Como más o menos decía el Aquinate, "un pequeño error en el principio se convierte en uno enorme al final". Así de premisas falsas, se llega a una conclusión errada.

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    1. 1) Bergoglio es un clérigo porque pertenece a una orden clerical.

      2) Su gestión fuertemente personalista y autocrática es por lo tanto clerical.

      No sé qué tonterías dice el jesuita y con qué objetivo, salvo hacernos luteranos a la fuerza; porque es cierto que los calvinistas no tienen clérigos, sino funcionarios y políticos (¡como los peronistas! ¿no es una casualidad ?)

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    2. Estimado, yo conozco tradicionalistas serios (como la entera fraternidad San Pio X, a quienes estimo mucho), que afirman sin pudor que la reforma de la Semana Santa de 1955 es buena aunque la haya hecho Bugnini, simplemente porque fue antes del Concilio Vaticano II. Eso a mi parecer es una forma de pensamiento mágico.
      Por lo demás estoy de acuerdo que las tres caracterizaciones son un poco ingenuas y presentan errores de forma y de fondo, pero no puedo sino estar totalmente de acuerdo con el párrafo conclusivo del texto.

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    3. Anónimo20 de abril de 2024, 6:32

      No es eso.

      Es que la aceptó monseñor Lefebre, su fundador.

      Por lo visto esa reforma tuvo por objeto simplificar el rito. Tal vez incluso la reforma era necesaria; no sé.

      No creo que Lefebre estuviese exactamente contra el Concilio, sino en contra de lo que el Concilio hizo contra la liturgia y la teología de siempre, que es otra cosa muy distinta.

      Seguramente incluso asistió al Concilio encantado, pensando en su ingenuidad que haría un gran bien a la Iglesia.

      Debió de ser cuando se dio cuenta cómo todo era un montaje de los progresistas alemanes y belgas para imponer a todos su agenda cuando denunció partes del Concilio.

      Aún así la excomunión vino mucho después cuando, viéndose cerca del fin de su vida, tuvo que ordenar 4 obispos que pudieran llevar su obra a buen puerto, sabiendo mejor que nadie que sin la autorización expresa del Vaticano incurría automáticamente en excomunión latae sententiae.

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  3. Qué curioso, yo no soy una persona religiosa, pero conozco a una que tengo muy cerca de mí que va a la parroquia a lo que dice Bruno, no lee los documentos vaticanos —el documento es el Evangelio—, es ajena a la división y polarización de la Iglesia actual, no cree que la ortodoxia doctrinal es el único rasgo de identidad católica, la misa es válida siempre que se crea en la presencia real del cuerpo y la sangre de Cristo y colabora con Cáritas.

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  4. O sea: por un lado los curas tipo Francisco. Que no son los progresistas??? y 3ro los tradicionales. Me parece que hay un espectro mas amplio si se pone uno a urgar. Podriamos poner a los laicos todologos devenidos en psicologos-teologos-sociales. Por ser dañino nomas. Un gladiador de teclado, jaja!
    Pero, hablando en serio hombre. Vaya ud a la Fraternidad. Ahi nadie lo va a querer dirigir ni le van a inventar una vocacion de laico en el mundo o cosa parecida. Los pocos curas que hay por priorato, con todo lo que se pasan en la ruta viajando de aca para alla, para atender a las almas en lo basico, misa y confesion, no tienen tiempo ni de ir al baño. A veces es literal esto ultimo.
    Y respecto de CVII... No se invento el mal en 1962. El misterio de la iniquidad labura desde temprano. El tema es que con el CVII dejaron sin laburo a mucha gente de escuadra y el compas. Con las novedades del concilio esa pobre gente se quedo sin mision en esta vida. Eso es lo harto novedoso. Y es lo que se llama un "hito".

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  5. Lo más importante y que subscribo 100%: supriman las homilías

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    1. Cuentan que hace muchos años Mons.Jorge Carreras recibio como vicario en su parroquia a un joven sacerdote,a quién gustaba predicar largo y tendido,durante mas de media hora.
      Mons. Carreras le pidio que el siguiente domingo fuera más breve. El joven sacerdote convencido de su capacidad y bondad oratoria hizo caso omiso.
      Al siguiente domingo Mons.Carreras mientras estaba en el confesionario,al llegar los quince minutos de prédica del joven sacerdote,salió del confesionario y en voz alta comenzo a recitar:"Creo en Dios Padre..." seguido por toda la feligresia que puesta de pie,dio por terminada la homilía.
      De más esta decir que fue un santo remedio para el novel predicador.

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  6. Me parece exagerado suprimir las homilías, elemento fundamental a lo largo de la historia de la Iglesia. Los sacerdotes, bajados no sólo del pedestal sino arrastrados a la servidumbre del amigo Bruno, se transformarán en meros funcionarios productores de hostias.

    Pero es necesario alguien en el extremo intransigente, creo, para permitir que triunfe la posición más moderada

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    1. Te recuerdo que hay homilías en las mezquitas, en las sinagogas y en los templos protestantes...

      Por algo será, ¿no?

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    2. Conozco Sacerdotes jóvenes que predican unas homilías muy edificantes,que son Pastores co olor a oveja,siempre dispuestos a cualquier hora a confesar fuera de los horarios,,aconsejar u oír a alguien que lo necesite.Solo se ve lo negativo,pero la Iglesia fundada por Cristo subsiste y subsistirá a pesar delas deficiencias humanas de cada época.Es mi humilde opinión.Saludos.

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  7. Me parece que las ideas (sobre todo las del papel del sacerdote) que expone el Post son verdades a medias y encima mal expresadas, y esto puede llevar a una gran confusión.

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  8. Me uno a la petición de Don Pelayo: Señores párrocos, queridos sacerdotes, por favor, no prediquen. Yo sé que la pulsión a predicar es muy fuerte en ustedes y difícilmente puedan superarla. Pero hagan el esfuerzo. Los fieles podemos soportar con paciencia un sermón el domingo pero, por favor, ¡que no dure más de diez minutos! Y hablen de un solo tema, preferiblemente del evangelio.
    Y por todos los santos y santas del cielo: no prediquen en los días de semana. Media hora de misa es suficiente.

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    1. Totalmente de acuerdo

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    2. Totalmente de acuerdo 👏 👍 👌

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    3. Vieja de Mantilla:

      Los sacerdotes están obligados a predicar en la misa dominical y en las de precepto; no es una opción.

      Por cierto, que desde la alta edad media hasta hoy hay libros con ejemplos de homilías según la ocasión

      Respecto a las misas entre semana, excepto la del sábado vespertina tal vez, no tienen sermón que yo sepa (sí hay lecturas )

      Respecto a media hora de misa (que es lo que suele durar), si la misa ya no es una ceremonia sagrada, mágica...¿qué queda si le quitas lo que para los hermanos herejes es lo principal, esto es, la predicación?

      Creo que el problema ésta en usted no ve valor en la predicación; es decir no ve la utilidad.

      Y si no es útil, ¿para qué sufrirla?

      Ese es el primer paso; porque el segundo son las lecturas:

      ¿A caso no tiene usted una Biblia o por lo menos unos santos Evangelios en casa y sabe usted leer?

      ¿No sería mejor venir leídos de casa o leer tranquilamente más tarde mientras uno hace la digestión posprandial?

      En fin, y yo me acuso en esto, tal vez nos iría mejor a todos escuchar con atención y meditar las lecturas sagradas Y el tostón de sermón.

      Y si no están inspirados, seguro que nos inspiran algo, siempre bueno.

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    4. Estimado, el sermón no es parte de la misa, como tampoco lo es la comunión de los fieles. Si fuera parte de la misa, ésta no se podría celebrar sin sermón, lo cual es falso, y, en el rito tradicional el único que podría predicar sería el celebrante porque, si fuera otro, estaría concelebrando.

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    5. Si el sermón no es parte de la Misa, por qué concelebraria si predica el que no preside?
      Para mí el problema no son los sermones en sí, sino la poca importancia que le dan los sacerdotes a los sermones, reflejado en la vaga forma ion intelectual y espiritual, preparando las homilías unas horas o un día antes. A su vez, reconozco que andan con mucho trabajo pero si les importará de verdad se harían de su tiempo, aunque a leer algo nuevo o auxiliar para la prédica.
      De todas maneras, reconozco que puede haber sacerdotes que les moleste que otros sacerdotes o vicarios prediquen con este interés

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  9. No me parece acertada la mirada de don Bruno Iadaresta, me da la impresión de que pretende que el timón de la Barca quede en manos de los laicos, no de la Jerarquía. Es cierto que no le falta razón cuando rezonga porque la Jerarquía deja mucho que desear, ¿pero acaso las ovejas sin pastor saben dónde ir para encontrar los mejores pastos? No lo creo, el 90% de los católicos o más, tres veces en su vida pisan una iglesia, una vez cuando sus padres lo llevan a bautizar, otra para casarse -si es que alguna vez se casan- y con suerte una tercera para una bendición final de cuerpo presente. En cuanto al 10% restante de regular, buena o muy buena formación, ¿puede quedar en sus manos el destino de la Iglesia? Porque pretender que los curas sólo se ocupen de administrar los sacramentos y que en las misas hasta supriman las homilías porque son aburridas..., bueno, sinceramente no entiendo la Iglesia que imagina este hombre.

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  10. El post tiene un poco de todo, por ejemplo: "gracias al Papa Francisco el atractivo de la jerarquía se está derrumbando por completo.". Sin embargo no es que Francisco sea particular mente malo, la cuestión es que con los medios de comunicación y las redes podemos examinar cada palabra que pronuncia, destilar cada error, hacer análisis gestual para ver si baja las comisuras de los labios al sonreir o si se toca la nariz cuando habla, y ver si miente etc. Estas no son cosas que ocurrieran en la edad media a los Papas bastante mas desagradables que este, pero a los que muy pocos conocían en persona. Es que la tecnología a derrumbado todas las figuras de autoridad, los políticos, los intelectuales, los obispos etc no aguantan un primer plano. Somos una sociedad de haters que ve a las figuras publicas como la basura que son (con perdón). La Iglesia se va a tener que reorganizar, y mirar muy bien a quien pone de cura, de obispo y de Papa.

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  11. Supresión de las homilías y lectura breve y atenta por parte del cura de una exégesis del evangelio de ese día por algún Santo Padre, no más de cinco minutos.

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    1. Jaja, menos mal que esta regla no existía en los tiempos de los Santos Padres. Ni en los de la Carta a los Hebreos, que dicen que era un sermón...

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  12. Lo que sí debe exigírseles a los sacerdotes, es que dejen de predicar naderías disfrazadas de sermón. Los sermones no deben suprimirse porque forman parte de las misas. en ellos se debe hablar de las lecturas correspondientes.

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  13. Entiendo que en algunas cosas que dice tiene razón (par example la desacreditación de la jerarquía, de obispos para arriba. Ya nadie los escucha, y los jóvenes comprometidos los ignoran, en cualquier grupo) aunque la clasificación en 3 hoy es reduccionista (cada una se puede subdividir a su vez) sin perjuicio que groso modo puede servir. Hoy la gangrena destruye todos los órganos y "posiciones". Tratándose de asuntos de gravedad doctrinal como lo que está en juego actualmente la petición a los clérigos es ajena a la realidad de las cosas derivadas del caos que la atomización trae como consecuencia. Cuando se produjo el también caos de la "reforma" a la par de Lutero aparecen los Calvino, Zwinglio, Melanchton, la particularidad inglesa y vaya a saber cuantos más con algún librito ecléctico que no tuvieron quizás trascedencia por falta de muchos seguidores. Fue aquellos una crisis de fe, de antagonismos personales y de orgullo desmedido basado en el "síganme a mi que tengo la razón", o la verdad, que es mas grave. La petición a los clérigos, en este marco, no funcionará. Y no funcionará porque se trata en definitiva de un problema grave de fe que ocurre en las tres clasificaciones cuando se pierde de vista quien es el Camino, la Verdad y la Vida y como actuar en consecuencia, sin caer todo el tiempo en la añadidura, olvidando lo primero. El liderazgo de la Iglesia hoy está en grupos que no tienen fe, no pueden tenerla por las contradicciones evidentes con todos los tiempos pasados; son algo así como algo de teístas pero al servicio de causas mas emparentadas con principios masónicos y políticos actuales. Van por ese carril. Muchos "conservadores" guardan la ropa y estarán esperando el porvenir para sentirse más cómodos, si les satisface. Si así no ocurre no se donde se esconderán o qué harán. Y en los distintos estamentos "tradis" hay quienes se encierran en sus guetos, esperando también que les digan "tenían razón". Hay para todo en todos. Esta atomización, dado el grado que ha tomado, sólo la para el Señor en el plazo que estime conveniente y que ya debe estar en marcha. Los tradicionalistas mas "acérrimos", a mi ver, están fuera de juego; los neocons que siguen al "líder" en Roma también, los progresistas en todas sus ramas son estériles. Morirán indefectiblemente. Sólo quedarán, llámese resto fiel o los elegidos que Cristo dice tener que preservar, que saldrán de los tradicionales VO o NO que están desperdigados por todos lados, incluso la FSSPX, que no es homogénea. Y por supuesto también miles de católicos de a pié, VO o NO, que no se suman a estas componendas puramente humanas con sus componentes ideológicos, en algunos más en otros menos, y que se pueden ver en distintos templos de distintas corrientes arrollidados frente al Santísimo y con una fe que envidiaría, aunque no ocurrirá, el mismo Papa. ¿Qué tiene preparado el Señor? No tengo ni idea y como estos procesos humanamente son largos, los que peinamos canas no lo vamos a ver, aunque Fuenteovejuna entienda que ocurre mañana o pasado mañana. La exposición del italiano tiene algo de contradictoria al hablar de cierto pelagianismo y aconsejar al mismo tiempo a los clérigos, para salir del atolladero, que se mantengan únicamente en sus funciones específicas y una especie de laisse faire a los laicos. No ha funcionado, me parece, nunca así, de allí la figura del pastor. En fin, la complejidad de la situación actual me lleva a pensar que es probable, esto es más que posible, que esté nomás verdeando la higuera. Leo este blog desde hace más de diez años, algunas veces de acuerdo, otras no, pero creo que el autor participa también de algunas de estas ideas pero que lanza ideas a la discusión que , en definitiva, pueden ser semillas que permita a algunos ir a lo esencial. Saludos cordiales.

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  14. "Y una última cosa: considerad muy seriamente la posibilidad de suprimir las homilías".

    Una vez en una liturgia bizantina, durante el sermón, el cura X recordó un viaje a Ucrania con un amigo sacerdote de rito moderno (que no es ni romano ni latino jeje) el cual estaba extasiado con los ritos de los orientales. Durante una liturgia en una iglesia al llegar el momento del sermón, el sacerdote no bizantino se enojo bastante ya que según él "la voz del predicador arruino el ambiente de la música y la belleza del templo" (no tenia buena vos el celebrante, pobre) lo cual dejo extrañado al cura bizantino X.

    El sermón del cura bizantino X concluyó de la siguiente manera "Si la homilía del sacerdote no es eco de la belleza de los sagrados Misterios que los ritos celebran, mejor que no diga nada".

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  15. Estoy a favor de mayor regulación sobre la duración y los contenidos de las homilías, y también del registro que tiene que usar el cura. Yo voy a misa todos los domingos porque es un mandato obligatorio, pese a pasarla mal con las homilías de las iglesias de mi barrio, que muchas veces duran más de media hora (la misa en total dura como una hora y cuarto) y no dicen nada edificante o interesante o valiente o tendiente a la salvación. A veces tienen un ambiente de canción de Xuxa, de adulto refiriéndose a un grupo de niños muy muy felices.

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  16. Cari amici del blog,
    mi scuso se non scrivo in spagnolo, ma conosco solo l’italiano.
    Non era mia intenzione dare una precisa idea di Chiesa, né tantomeno caratterizzare in maniera accurata le varie posizioni.
    Desideravo solo richiamare l’attenzione su di un punto:
    Semplificando molto, si può dire che ci sono due modi di percepire la chiesa:
    Il primo la vede come un esercito i cui comandanti sono il Papa, i vescovi e i preti e i cui soldati sono i laici che obbediscono. Un modello basato sul potere.
    Il secondo la vede come la famiglia dei figli di Dio in cui il Papa, i vescovi e i preti sono semplicemente incaricati di fornire a tutti il cibo spirituale necessario. Un modello basato sulla libertà
    Nel primo caso l’apostolato nasce dall’iniziativa della gerarchia che si serve dei laici per operare, nel secondo caso l’evangelizzazione è frutto della libera e spontanea iniziativa dei laici continuamente spronati e aiutati dalla gerarchia.
    Nel primo caso i preti comandano praticamente tutto, nel secondo gioiscono del bene che i laici liberamente compiono senza considerarlo come cosa propria.

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  17. Si me lee algún sacerdote seguramente le haré fruncir el ceño, soy de esas personas con ganas de crecer espiritualmente, desde mi adolescencia pasé por todos los ámbitos religiosos que hay en Buenos Aires y luego de otros paices, en mi camino conocí personas extraordinarias con verdaderos dones sobrenaturales y las he visto desesperar y abandonar la iglesia al no encontrar ningún sacerdote capaz de cumplir la misión de dirigir su alma, generalmente les dicen que estan ocupados y las deriban a un psicologo.
    Cuando fui creciendo me fui enterando que muchas personas en mi alrededor eran miembros de la masoneria, al principio me enojada por esto, pero estudiando el nosticismo puedo comprender lo que encuentra la gente en estas sectas: primero la figura de un guía fuerte en el despertar psíquico del alma, segundo información organizada sobre el crecimiento gradual del alma, finalmente generosidad por compartir el conocimiento, por escuchar las experiencias espirituales de la otra persona y una comunidad donde todos se ayudan como familiares. Al dia de hoy solo voy a misa tridentina y me siento feliz y pleno interiormente, pero esto que ofrecen las sectas es lo que le falta a la iglesia en todos sus ambientes progres, conservadores o tradicionales, lamentablemente la mayoría de los sacerdotes han convertido la religión en un club social barato donde sólo hay que obedecer, poner dinero y sobretodo no molestarlos, tal vez en otra sociedad con gran poder coercitivo esto funcionó por siglos pero ahora ya no más.

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  18. Homilías cortas (máximo 10 minutos) y centradas en un concepto. Si no, nadie entiende, o por largas o por omniabarcantes.

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    1. Hágale caso a Francisco: 7 minutos, una idea, una imagen, un sentimiento.

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  19. Caro Bruno ladaresca, forse c'è una terza, e questa sarebbe la mia che, non mi identifico con la prima in quanto respingo assolutamente il potere in mano di questo pontificato che ha solo scandalizzato la mia vita come piccola del buon Dio.
    Allo stesso modo nella seconda ipotesi dove gran parte del clero (e dico gran parte, perché ce ne sono seppur pochi onde la voce del pastore riconosco) la maggioranza presi più dal timore che dal servire Dio, distribuiscono un alimento di dottrina avvelenato.
    Questa situazione ha fatto si che ognuno prendesse le proprie difese per non perdere la fede, aggrappata alle Parole del buon Dio che sono impresse come sigillo nel proprio cuore, dissubbidire l'uomo per obbedrire a Dio, preghiera fra le proprie mura e far circolare la linfa che emana dalla Sua Sapienza fra le varie situazioni e persone che ci mette sulla strada, affidanndosi alle Sue Forze e mai nelle proprie, offrendo le sofferenze per il bene e la conversione delle anime perse e per la Chiesa,una Chiesa interiore, molto sofferta.
    Sara

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  20. «La reforma de la Iglesia está en marcha»;
    cual reforma de la iglesia? lo único que se ve es un hundimiento sin precedentes del catolicismo a escala mundial.

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    1. Que ¿qué reforma?

      Pues la reforma protestante, naturalmente...

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