He escuchado decir en más de una ocasión que no hay nadie
más cruel que los hombres de Iglesia, “y entre ellos, los jesuitas”, agregaría
yo. Tenemos el caso vernáculo del P. Castellani y aparece ahora el caso del
cardenal Daniélou, reportado por http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1350241?sp=y
Jean Daniélou integraba la constelación de “nuevos teólogos”
de los que era necesario estar precavidos. Los grandes custodios de la
ortodoxia nos decían que él, junto a De Lubac, Congar y Bouyer, eran peligrosas
cizañas sembradas en medio del trigo limpio de los manuales de teología
escolástica de la primera mitad del siglo XX.
Yo estaba convencido de que así era hasta que comencé a leer
a Daniélou, que me pareció excelente. Y su figura se engrandeció mucho más
cuando me enteré que había sido él mismo, junto con Henri De Lubac, quienes
habían iniciado la renovación de los estudios serios de patrística, sobre todo
a través de la magnífica colección Sources
Chrétiennes.
Pero cuando se hablaba, o se pensaba en Daniélou, siempre
aparecía la sombra de su muerte ignominiosa: murió de un ataque cardíaco en
casa de una prostituta. Dolía saber que este gran intelectual de la Iglesia, a
sus años, seguía aún aprisionado de ese modo por la carne.
Sin embargo, su figura ha sido reivindicada en justicia en
una congreso realizado hace pocos días en Roma, en la Universidad de la Santa Cruz
(el Opus Dei, a veces, se juega por las buenas causas). Allí se ha revelado que
la investigación conducida por la Compañía de Jesús dejó perfectamente claro
que el cardenal Daniélou había ido a casa de la prostituta a llevarle dinero
para que pudiera sacar a su esposo de la cárcel. Era esta una de las tantas obras
de caridad que hacía en secreto.
Sin embargo, los superiores de la Compañía decidieron
cajonear, o no publicitar suficientemente, los resultados de la investigación.
Es que les convenía que la memoria del cardenal, que había comenzado a ser
extremadamente duro con sus críticas a la renovación conciliar, quedara
mancillada. De ese modo, sus palabras perdían autoridad. Y así fue. La crueldad
jesuítica se ensañó con él, no solamente echándolo de la casa religiosa donde
había vivido durante décadas, sino aún después de muerto, robándole también su
buena fama.
A continuación copio el reportaje que desató las iras de la
Compañía, y en el link de arriba pueden leer la noticia completa.
Entrevista al
cardenal Jean Daniélou en la Radio Vaticana, 23 de octubre de 1972
P. – Eminencia,
¿existe realmente una crisis de la vida religiosa y puede dimensionarla?
R. – Pienso que hay actualmente una crisis muy grave de la
vida religiosa y que no se debe hablar de renovación, sino más bien de
decadencia. Pienso que esta crisis golpea sobre todo al área atlántica. Europa
del Este y los países de África y de Asia presentan respecto a esto una mejor
salud espiritual. Esta crisis se manifiesta en todos los ámbitos. Los consejos
evangélicos no son considerados ya como consagración a Dios, sino que son
vistos en una perspectiva sociológica y psicológica. Nos preocupamos por no
presentar una fachada burguesa, pero en el plano individual no se practica la
pobreza. La dinámica de grupo sustituye a la obediencia religiosa; con el
pretexto de reaccionar contra el formalismo, se abandona toda reglamentación de
la vida de oración y las consecuencias de este estado de confusión son ante
todo la desaparición de las vocaciones, porque los jóvenes reclaman una
formación seria. Por otra parte, hay numerosos y escandalosos abandonos de
religiosos que reniegan del pacto que los ligaba al pueblo cristiano.
P. – ¿Puede decirnos
cuáles son, a su parecer, las causas de esta crisis?
R. – La fuente esencial de esta crisis es una falsa
interpretación del Vaticano II. Las directivas del Concilio eran clarísimas:
una más grande fidelidad de los religiosos y de las religiosas a las exigencias
del Evangelio expresadas en las Constituciones de cada instituto y al mismo
tiempo una adaptación de las modalidades de estas Constituciones a las
condiciones de la vida moderna. Los institutos que son fieles a estas
directivas conocen una verdadera renovación y tienen vocaciones. Pero en muchos
casos se sustituyen las directivas del Vaticano II con ideologías erróneas
puestas en circulación por revistas, por congresos y por teólogos. Entre estos
errores se pueden mencionar:
- La secularización. El Vaticano II ha declarado que los
valores humanos deben ser tomados en serio. Jamás ha dicho que nosotros
ingresemos en un mundo secularizado, en el sentido que la dimensión religiosa
ya no ha de estar presente en la civilización, y es en el nombre de una falsa
secularización que religiosos y religiosas renuncian a sus hábitos, abandonan
sus obras para insertarse en las instituciones seculares, sustituyendo la
adoración a Dios por las actividades sociales y políticas. Entre otras cosas,
esto va a contramano en lo que se refiere a la necesidad de espiritualidad que
se manifiesta en el mundo de hoy.
- Una falsa concepción de la libertad que lleva consigo la
desvalorización de las Constituciones y de las Reglas y exalta la espontaneidad
y la improvisación. Esto es tanto más absurdo en cuanto la sociedad occidental
sufre actualmente por la ausencia de una disciplina de la libertad. La
restauración de reglas firmes es una de las necesidades de la vida religiosa.
- Una concepción errónea de la mutación del hombre y de la
Iglesia. Aún cuando los contextos cambian, los elementos constitutivos del
hombre y de la Iglesia son permanentes, por eso es un error tremendo cuestionar
los elementos constitutivos de las Constituciones de las órdenes religiosas.
P. – ¿Pero usted ve
que hay remedios para superar esta crisis?
R. – Pienso que la solución única y urgente es la de detener
las falsas orientaciones que se difunden en un cierto número de institutos.
Para esto es necesario detener todas las experimentaciones y todas las
decisiones contrarias a las directivas del Concilio; poner en guardia contra
los libros, las revistas y los congresos en los cuales son puestas en
circulación estas concepciones erróneas; restaurar íntegramente la práctica de
las Constituciones con las adaptaciones pedidas por el Concilio. Allí donde
esto parece imposible, me parece que no se puede rechazar a los religiosos que
quieren ser fieles a las Constituciones de sus órdenes y a las instrucciones
del Vaticano II de constituir comunidades distintas. Los superiores religiosos
están obligados a respetar este deseo conciliar.
Estas comunidades deben estar autorizadas y deben tener
casas de formación. La experiencia mostrará si las vocaciones son más numerosas
en las casas de estricta observancia o en las casas de observancia mitigada. En
caso que los superiores se opongan a estos pedidos legítimos, está ciertamente
autorizado recurrir al Sumo Pontífice.
La vida religiosa está llamada a un grandioso futuro en la
civilización técnica: cuanto más se desarrolle ésta, más se hará sentir la
necesidad de la manifestación de Dios. Este es precisamente el propósito de la
vida religiosa, pero para cumplir con su misión es necesario que ella
reencuentre su auténtico significado y rompa radicalmente con una
secularización que la destruye en su esencia y le impide atraer vocaciones.
Casualmente estoy leyendo un libro de Daniélou, La Oración, problema político.
ResponderEliminarNo cabe duda que el Cardenal era un hombre muy inteligente y de Fe.
El libro, en sus tesis centrales es magnífico, aunque es de lamentar su constante apología de Teilhard de Chardin y su optimismo en la civilización moderna.
En fin, como todo en la viña del Señor, hay progresista y progresista. Y Daniélou lo era, lo cual no es óbice para alabar sus aciertos.
Saludos
Luis María
Estimado Luis María, totalmente de acuerdo con usted. Resulta muy curioso cómo la gente de los '40 o '50, inteligentes y de fe, tenían en general una visión positiva del mundo. Según un amigo, les faltaba la visión escatológica, lo que no sucede con Bouyer.
ResponderEliminarLo mismo con respecto a la idolatrización por Teilhard. Es el mismo caso del p. Martin D'Arcy, por ejemplo, quien, como Daniélou, apenas terminado el Concilio, se da cuenta de lo que se viene, y comienzan a hablar.
El libro que usted menciona es de 1965, plena efervecencia conciliar. Me animaría a decir que después cambia.
Wanderer: este libro (La oración problema político) acaba de ser reeditado por las Editions du Cerf.
ResponderEliminarEs un libro actualísimo y viejo al mismo tiempo, siendo lo perimido, con olor naftalina casualmente sus aspectos mas progresistas.
El principal tópico: Comment un grand peuple chrétien est-il possible dans la civilisation de demain ? Le problème religieux n'est pas le problème d'une élite mais celui des masses. Et au niveau des masses, religion et civilisation sont étroitement dépendantes l'une de l'autre. Il n'y a pas de civilisation qui ne soit religieuse. Inversement, une religion de masse n'est possible que soutenue par la civilisation. Or, il nous semble qu'aujourd'hui trop de chrétiens acceptent la juxtaposition d'une religion personnelle et d'une société laïque. Une telle conception est ruineuse tant pour la société que pour la religion. Comment trouver alors une union de l'une et de l'autre, qui n'assujettisse pas la religion aux pouvoirs temporels et qui n'associe pas les pouvoirs temporels à la religion ? C'est une invitation à cette recherche, essentielle pour l'avenir, que voudrait être ce livre (tomado del resumé de las Ediciones Du Cerf).
La disyuntiva para Daniélou es clara: o los cristianos nos volcamos a lo político para buscar que los hombres comunes (no los santos) tengamos aunque sea mínimos espacios para la adoración al verdadero Dios o el cristianismo se transformará en una religión de élites, cosa absolutamente anti evangélica (el recurso al pusillus grex suele ser tapadera de muchas veleidades elitistas).
Saludos
Luis María
Wanderer dijo ...
ResponderEliminarResulta muy curioso cómo la gente de los '40 o '50, inteligentes y de fe, tenían en general una visión positiva del mundo... Lo mismo con respecto a la idolatrización por Teilhard.
...
Hay que ver qué se entiende por nteligentes y de fe. Evidente son conceptos que admiten muchísimos maticies.
Diría más bien alguos eruditos que durante y pasado el desastre conciliar matuvieron la esencia del Credo tenían una visón positiva del mundo e idolatraban a Teilhard.
Estimado W:
ResponderEliminarLei, apenas convertido, el maravilloso libro de Danielou "Los Santos Paganos del Antiguo Testamento". Libro que me ayudo mucho en mi conversion y formacion cristiana. El libro me lo regalo un cura "zurdo", y de los buenos, es decir: barba, sin sotana ni nada que lo identificara, etc.
Por otro lado, leyendo una obra de Garaudy sobre la filosofia en Francia en la decada del 50 y principios de los 60, descubri que el mismo Danielou ,y de Lubac tambien, participaban activamente en la coyunda con los marxistas.
Creo que toda persona, y mas un intelectual, tiene vaivenes o aproximaciones peligrosas. Yo me quedo con el Danielou del libro citado arriba, y con el maestro de la tipologia biblica y la revalorizacion de los estudios patristicos.
En cuanto a la entrevista. ¿Puede usted explicarme como un instituto supuestamente conservador como el IVE, defiende la postura sobre la libertad del Padre Fabro?. Voluntarista por donde se la mire. amen de plantear una libertad tan radical del propio yo, que no se si se aproxima a lo que describe Danielou.
¿Como se mezcla esto con el culto idolatrico a CB y el obediencismo irracional campeante en el mismo lugar?.
Si puede me responde.
Gracias.
EL NACIONALISTA
Muy dañinos los jesuitas y todos los policias y testigos (incluyendo obispos) por ocultar la verdad o muy ingenuos los de la Obra ¿no? Creo que en general se tiende a mostrar que todos los males son posconciliares y la Iglesia pre era casta y pura.
ResponderEliminarOtro "maestro"que hay que reivindicar:Gustave Thibon
ResponderEliminar"- ¿Su definición del hombre casado?
- Quien, en la resaca, mantiene las promesas de la borrachera. Mi experiencia me ha enseñado que uno no se casa sólo porque ama, sino para amar."
Ludovicus dijo,
ResponderEliminarTodos estos muchachos (Congar, Danielou, De Lubac, et alii) cometieron un error estratégico mayúsculo, espejo de la resistencia francesa durante el nazismo: por combatir el ultramontanismo barroco y esclerosado se aliaron con todos los sectores del modernismo y el izquierdismo. Las diferencias doctrinales fueron dejadas de lado en aras de "acabar con la teología barroca", como decía en Le Saulchoir Chenu. Hicieron política de izquierda para contrapesar la política de derechas. Se subieron al ring contra Ottaviani y Parente con el Cardenal Frings y con Bugnini y con ... el inefable Parente, que chaqueteó ultramontanamente.
Cuando se dieron cuenta, ya era tarde, la renovación anhelada por el retorno a las fuentes se trocó en uniforme de maquis, y los idiotas útiles y camaradas de ruta fueron sobrepasados por la subversión litúrgica y doctrinaria. Ante esto, los sobrepasados, en vez de reconocer el error táctico y estratégico cometido, se pusieron a deplorar las "falsas interpretaciones del Concilio" y "los errores y excesos" de la renovación posconciliar. Tarde. Y así estamos.
Nada hay para reivindicar de Thibon.
ResponderEliminarSiempre fue tradicionalista. Nunca progre.
Nunca se ensució.
Algunos obraron de buena fe... ¿No es un poco inflado esto de analizar en tres renglones los Mundiales del 66 y del 70? Suena a "si hubiera estado yo en la cancha, ¡qué paliza les dábamos!" Velocidad para volver por la línea y evitar quebrar al otro me parece mejor táctica. ¿No cometemos también nosotros un error mayúsculo, haciendo de árbitros, sin pelota y con el pito en la boca.
ResponderEliminarMadurga
El cardenal Parente tiene además en su foja de servicios la innoble mácula de haber sido un perseguidor de San Pío de Pietrelcina.
ResponderEliminarAnónimo de las 13:46
ResponderEliminaro el chiste fue demasiado sutil o no tiene sentido del humor.
Progre o no, su definición de matrimonio es genial y merece ser "reivindicada".
Demasiada dósis de "tradi-tonina" definitivamente amarga a la gente.
En los juicios históricos, hay que andar con pie de plomo.
ResponderEliminarMe parece que la postura de Ludovicus podrìa terminar por caer en el tipico error que denuncia Belloc respecto a leer la historia hacia atrás: los juicios catégoricos sobre decisiones prudenciales que tomaron personas en circunstancias concretas del pasado, siempre serán un terreno demasiado fangoso para abusar de los pretéritos simples. Habría que que ser omnisciente para responder con certeza si "sabìan", "querìan" o "podìan" otra cosa. Y esto, solo Dios lo sabe.
En resumen: con el diario del Lunes todos ganan el Prode
Anónimo de las 18.48, yo nunca dije que los fellow travellers del progresismo "sabían", "querian" o "podian". No hago juicio de intenciones. De hecho, pudieron actuar diferente, Bouyer se desligó rápidamente de la movida bugniniana.
ResponderEliminarLo que constato es que objetivamente, fueron idiotas útiles, como Erasmo, Colette o Moro, reaccionando contra la Escolastica tardía y la religiosidad posmedieval, lo fueron del humanismo antropocéntrico y del protestantismo.
Tiraron el
agua de la bañera con el bebé. Compraron una dialéctica falsa.
El problema es que pretendieron ganar el Derby con el diario del viernes. Y comprándoselo a un canillita kirchnerista.
Cordialmente,
Ludovicus.
El Anónimo de 1:36, tal vez (parecería) llegó a ver un progre en G. Thibon.
ResponderEliminarEs comprensible. El tradicionalismo, particularmente vívido como el de G.T., es tan diferente a la derecha como a la izquierada, las que no están, ninguna de las dos, en la tradición (ni política, ni social, ni religiosa).
Son mucho más parecidas entre sí la izquierada y la derecha, que cualquiera de estas dos con el tradicionalismo, particularmente cuando es del bueno.
Nada que ver con el tema, pero hace no mucho subieron a la pagina de la Santa Sede esta carta del entonces Cardenal Ratzinger al hereje Curran, que parece muy relevante y de actualidad.
ResponderEliminarComo siempre, data de 1986: Continuidad entre el Cardenal Ratzinger y Benedicto XVI.
Saludos,
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19860725_carlo-curran_sp.html
Ludovicus:
ResponderEliminarsimplifique, el error fue pretender volver a las fuentes negando la tradición.
Para seguir con la analogía política yo los compararía con von Papen o Kerenski o Necker. Ayudaron a crear un clima intelectual confuso. Su objetivo puede ser que sea la teología manualistica, pero en la práctica arrastraron todo lo que había atrás. No es un simple problema de prudencia, eran bases filosófica y teológicas poco estables.
ResponderEliminarY de alguna manera una exagerada valoración de la propia obra. Volver a las fuentes si. Pero cuanto de lo que dejó la Nouvelle Theologie permanecerá en la tradición católica?
"el Opus Dei, a veces, se juega por las buenas causas"
ResponderEliminarNo seamos ingenuos, sabemos que el Opus saca esto para hacer daño a los jesuitas (sus eternos enemigos en la lucha de poder, una vez más), no para hacer bien a la Iglesia.
Nos puede gustar Daniélou, pero ¿a cuantos no les gustaba lo que decía Maciel? Incluso admitiendo que Maciel pudiera tener afirmaciones acorde al evangelio, ¿quién nos dice (además de ese informe que solo referencia Sandro MAgister), quién nos dice cuál es la verdad?
Me parece que Wanderer hace el caldo gordo al Opus, de la misma manera que, como comenta Ludovicus, hicieron estos teólogos con la progresía.
Salo
Danielou es muy desparejo. Pero lo mejor está en la página de Tollers:
ResponderEliminarhttp://www.cuadernas.com.ar/miscelanea.php/la-colera-de-dios
Nada hay para reivindicar de Thibon.
ResponderEliminarSiempre fue tradicionalista. Nunca progre.
Nunca se ensució.
Me pregunto si el autor de este comentario alguna vez leyó a Thibon, o si conoce su vida y sus amistades.
Creo que sí, que era tradicionalista, pero no como los que se dicen tradicionalistas. No sé si me explico.
El comentario de Wanderer sobre la persecución a Danielou es muy interesante y significativo. Ayudaba a una prostituta y se comió un garrón preparado por los mejores canallas. Para aprender. Y sus reflexiones son para tener en cuenta. El concilio operó también en ese ambito, el de las torcidas interpretaciones, además de las bombas retroactivas, el lenguaje intencionadamente ambiguo, y hubo buena fe en varios, torpeza y sorpresa en muchos, malicia en sectores fácilmente identificables. Pero sacá el concilio y seguís teniendo todo eso. Es querer ver el monstruo allí. Lo matás y todo sigue como estaba. Andá y sacalo, si podés, y veamos.
ResponderEliminarLa cocina rápida del pretérito es un partido entre eruditos, un partido por el descenso que le interesa a muy pocos, ni siquiera a los barrabrava. No hay barrabravas, los jugadores fungen de tales. Se juega a cancha cerrada en infinitos tiempos de cinco minutos, a veces se patean penales, no hay empate ni desempate.
Anonimo de las 18:23, le pifió, me retó a mí y yo no soy anónimo. Además estoy de acuerdo con ud., todo lo de Thibon fue memorable, salvo quizás su defensa de la democracia, pero también hay que ver qué entendía él por tal cosa y qué proponía.
Madurga
Si hablamos de "errores estratégicos", como dice Ludovicus, no podemos pasar por alto otros, que creo han tenido peores consecuencias (por lo encumbrado de quien los cometió). Entre otros:
ResponderEliminar- negarse a castigar a Teilhard de Chardin (el monitum recién saldrá con Juan XXIII);
- pedir a la Revue Thomiste que baje las críticas a la Nouvelle Theologie, mientras que éstos redoblaban la apuesta y bombardeaban contra cualquier cosa que ellos consideraran barroca;
- marginar a los profesores del Laterano que se opusieron a la exégesis moderna e impulsar la Escuela de Jerusalén y "su" Biblia;
- exigir a Garrigou-Lagrange que no critique a Maritain y jubilarlo en todas sus cátedras, excepto la de espiritualidad;
- solicitar al Gral. de Gaulle que nombre a Maritain como embajador ante la Santa Sede;
- mandar el voto a la Democracia Cristiana en Italia y Alemania, incluso exclaustrando a las monjas de clausura para que vayan a votar;
- ordenar a la ya muy disminuida nobiltà nera romana que apoye a la DCI "sin reservas";
- alentar a personajes como "il Microfono di Dio, al mismo tiempo que se silenciaba al P. Pío o, entre nosotros, a Castellani;
- ...
Pero errores estratégicos que éstos no se me ocurren. Y todos anteriores al Vaticano II.
Y no se trata de jugar al Prode con el diario del lunes. Releamos Los papeles de Benjamín Benavides, escritos cuando todo esto pasaba. Algunos lo tenían bastante claro.
La novela sigue.
ResponderEliminarLa Santa Sede mirá con atención y separadamente la conducta de los obispos Galarreta, Tissier y Williamson.
No lo sabíamos, pero ¡la fe católica subisiste en estos tres obispos! y, de un modo erróneo y confuso, en esa organización mundana llamada Iglesia Católica que encabeza el Papa Benedicto XVI.
Saludos,
Está claro por un lado que la gran cantidad de términos clasificatorios en política y religión no revelan sino el estado de decadencia general, político y religioso.
ResponderEliminarEs un desastre lo que se hace en materia de títulos.
Por otro lado esta bueno que alguien que sabe más nos indiquen: este pensador sí, este no. Cuando uno se larga a leer hay que saber gambetearla.
Hay que leer a los grandes y fue. Cuando entandes a un gran pensador conectas con el universo. Los modernos escriben herejías. ¿Para qué complicársela tanto? Si las verdades modernas están en los antiguos. Encima hay que hacer un esfuerzo para entenderlos porque hablan en otras categorías, o como dice Chesterton, con su fraseología.
En las universidades viven citando a un tal Goleman que escribió “La inteligencia emocional”. Pues de tanto escucharlo me leí el libro, pero no entendí un papa, un bodrio total. Al tiempo leo esto en Pascal: pensar bien es ceder al sentimiento. Listo: el libro de Goleman resumido. Jajajajaja O por ejemplo Piaget: en el conocimiento intelectual el objeto termina transformado (¿?) Ni él lo debe entender.
Acá dijeron bien: el planteo o es religioso o no sirve.
Coincido con la idea del desarrollo técnico traerá aparejado aun más la necesidad de Dios. Esto se ve de modo subrepticio, o no se lo ve.
Saludos
Madurga,
ResponderEliminarCuándo Thibon defendió la democracia? En qué obra?
Si me falta alguna de sus obras no lo sé, pero tengo unas 10 y muchos artículos dispersos, y no la defiende en ninguna de ellas. Al contrario.
Gracias.
Yo insisto, señor Kurtz: errores estratégicos, tácticos y a secas hay en todos lados, antes, durante, después del concilio. Muy pocas cosas sobrepasan las miserias. En realidad, sólo las personas. Los santos, los mártires, los héroes, en fin, los grandes. Personas, no instituciones. Pero si bien el concilio tuvo un costado monstruoso (¿y qué no?), no es el monstruo. El monstruo volantea en todos lados.
ResponderEliminarMadurga
El paso lógico siguiente al Estado liberal es el Estado socialista.
ResponderEliminarDebatirse entre una y otra punta, entre conservar o progresar, es un caso perdido. La alternativa a esa falsa dialéctica era el Estado Católico. No se pudo, quizás era imposible. Se libraron batallas, algunas en vano otras no. En esos lodos estaban luchando aquellos que hoy es fácil criticar.
Darwin Passaponti
Ludovicus dijo,
ResponderEliminarMadurga, todo lo que quiera, pero aquí se cometió un error estratégico, una jamartía cósmica que dio vuelta de campana a la Iglesia y a la civilización occidental: en medio de la euforia de la posguerra, se desmontó un paradigma secular afectado de graves vicios y rémoras en el que "subsistía" un paradigma secular, y se lo sustituyó por... un experimento, que falló.
Y... puede fallar. Siempre los exaltados. Espérabamos la Primavera y viene el Invierno. Qué pena, qué lástima, cuanto sufrimos. Y bueh...
Lástima que se llevaron puesta la identidad católica, con daños que subsisten cuarenta años despues.
Lo menos que se podía pedir era reflexión, cálculo y prudencia. No experimentos. Si yo para reformar mi casa que tiene ochenta años me tomo un buen tiempo y contrato un excelente arquitecto, cuanto más para echar las manos sobre un edificio milenario. Es la lógica de los sesenta, fíjese las refacciones de los edificios de la época. Total, abajo de los adoquines hay tierra.
Liturgia, filosofía,teología, pastoral, relaciones con el mundo, todo rifado y jugado a una apuesta de cara o cruz, aliados con los mass media y un grupo de intelectuales intoxicados.
Aggiornar para que el espíritu del mayo francés se te meta por la ventana. Què vivos. Destruir de pura rabia nomás, para desquitarte desenchufándole el micrófono en una estudiantina conciliar al vejete antipático de Ottaviani y después quedarte como Adán vino al mundo. Cambiaste a Luis XIV por el yerno de Kruschef, a Ottaviani por Kung, a Parente por Parente. Qué vivos. Para que al rato te vengan a pasar factura también a vos, porque la Revolución devora a sus hijos, porque no hay forma de quedarte con la manija cediendo para no perder.
Destridentinizar para aggiornarte y terminar plagando la Iglesia de celebraciones del pésaj como nunca se celebraron hace dos mil años. Desmontar la imaginería barroca para abrir iglesias como hangares. Abandonar el racionalismo escolástico por no ser moderno y terminar escribiendo como Bucay y siguiendo embobados a tipos de cuarta de los "movimientos". Dejar la alianza con los tronos y dar discursos en la ONU como expertos en Humanidad. Y no sigo.
Responsabilidad histórica (en la teológica no me meto) que le cabe a un grupo de irresponsables. No hay otra palabra para calificar a gente que no estuvo a la altura de su herencia y de su destino. En épocas duras, los Papas se ponían la civilización al hombro, aunque no supieran escribir ni tuvieran quién les pintara, y transmitían lo que podían. Ya vendrían tiempos mejores. Aquí se les abrió la puerta a los Destructores del cuento de Graham Greene, se dilapidó un acervo cultural milenario, se experimentó alegremente con cosas que venían siendo salvadas desde las invasiones de los hunos, del siglo de hierro, de la peste negra y de las guerras continentales.
Yo no sé si eso fue un pecado, fue algo peor: un error irreparable.
Thibon jamás dejó el maurrasianismo ni traicionó su amistad con Maurras.
ResponderEliminarLitúrgicamente iba a misa cerca de su campo, a la abadía benedictina de rito tradicional Santa María Magdalena, de cuyo abad era amigo.
(y donde van varios lefes españoles van a pasar Semana Santa, agrego de paso).
Tiene razón, señor, hizo bien en no dejármela pasar. Me equivoqué al decir que Thibon “defiende la democracia”. En el apuro por destacar que, en el caso de Thibon, es preferible pensar muy bien lo que dice y por que lo dice, me agarré a una interrogación mía anotada al margen y no al propio texto suyo. En vez de “democracia” tendría que haber escrito “sociedad liberal”. O en vez de “defiende”, “acepta”.
ResponderEliminarÉl dice así: “No pudiendo existir la ciudad ideal, ¿cuál es, pues, por relación a las necesidades profundas del ser humano, la mejor forma de la sociedad, la menos mala? Me obstino en repetir que es la sociedad pluralista, descentralizada, competitiva, en resumen, la sociedad liberal, pero a condición de que en ella el Estado sea, en el doble sentido de la palabra, el guardián de las libertades, es decir, que prevenga sus abusos sin paralizar su ejercicio”.
Acepta la democracia como una forma más de gobierno, aplicable en algunos lugares y en otros no, pero denosta el democratismo y el uso de la palabra “democracia” como suma de bienes. Tampoco defiende la sociedad “liberal” a secas, sino como aquella sociedad en donde el estado protege las libertades en orden al bien común y personal, pero denosta el liberalismo tanto como el socialismo, etc. En todos los casos, es un hombre que piensa y repiensa la sociedad en la que vive y el hombre de esta época, a partir de una fe vigorosa y amable y utilizando un lenguaje llano, aun en sus giros mas poeticos. Discurre por la realidad señalando matices diversos, por eso a cita que traje puede sonar mal, pero se explica de acuerdo a su visión completa del estado actual.
Lamento el error, ¡justo con Thibon! Le pido perdón a ud. y a todos.
Madurga