viernes, 29 de agosto de 2014

Neocatolicismo francisquista


Uno de los rasgos de este neocatolicismo es su umbandización: la religión prescinde del dogma y la moral y se funda en imágenes y sentimientos.

El neocatolicismo argento debe ser la única religión del mundo que no tiene ningún tipo de exigencias, ni dogmáticas, ni morales, ni litúrgicas. Es, simplemente. Y ahora, consiste exclusivamente en la tifosería papal. Son católicos Macri, Cristina, Lilita, Anibal, Tinelli, Vera, y si me apuran los rabinos Skorka y Bergman. El único (auto) excomulgado, hay que confesar que con cierta dignidad, es el Perro Verbitzky, aislado en su testimonio y en su rencor.
Ludovicus

jueves, 28 de agosto de 2014

Don Gabino y los dos soldados

Bulgarovich estaba melancólico. Como era de temperamento flemático, eso solía sucederle con cierta frecuencia, pero allí estaba siempre su amigo Costa, sanguino casi en estado puro, para sacarlo rápidamente de sus tristezas.
Don Gabino los había hecho pasar a su biblioteca, una habitación más bien pequeña aunque repleta de libros, y como el sol estaba todavía alto, decidió convidarles un Earl Grey: no era momento para alcohol.
- ¿Qué está leyendo don Gabino? – preguntó Costa, manoteando un libro que estaba sobre el escritorio.
- La historia de la Primera Guerra Mundial, la Gran Guerra, de la que se cumplen cien años… creo yo que la guerra más sangrienta de todos los tiempos y, probablemente, la que tuvo efectos más catastróficos.
- ¿Por qué lo dice?
- Porque terminó de destruir el antiguo orden y cambió definitivamente la cultura occidental. Pero lo que más me asombra es otra cosa: ¿cómo pudieron salir los que quedaron vivos de ese drama? ¿Cómo pudieron no solamente mantenerse a flote sino incluso descollar muchos de ellos como descollaron?
- ¿A qué se refiere? – preguntó Costa.
- Les doy un ejemplo. ¿Cómo pudieron Tolkien, Lewis y Knox llegar a ser lo que fueron y a escribir lo que escribieron después de haber vivido personalmente esa terrible catástrofe? ¿Cómo pudieron sobreponerse a la muerte de casi todos sus amigos y familiares? ¿Cómo pudieron sobrellevar la memoria del Somme, de Ypres o Gallipoli? Y nosotros nos deprimimos porque el dólar sube a 15 pesos…
Mientras tomaban el té en las tacitas de porcelana con flores anaranjadas, preguntó el viejo:
- ¿Y a ustedes qué les pasa?
- Me pasa que ando con dos preocupaciones que no puedo sacarme de la cabeza –dijo Bulgarovich- La primera por este mundo y la segunda por el otro.
- Déjeme que adivine. La primera tiene que ver con la viuda ninfómana y el ojizarco del Once que están acelerando cada vez el momento de la catástrofe. ¿Es así?
- Así es. Me consuelo pensando que se van en diciembre de 2015…
- ¿De 2015? No creo que lleguen a diciembre de este año. Habrá que pasar un chubasco fiero pero no creo que dure mucho. Los que saben dicen que la cosa se puede arreglar si hay sentido común y mínima habilidad política. Confiemos.
- Y la otra tiene que ver con el Quetejedi…
- Sí. Con él y con su ayudante que ahora anda viendo a la Virgen montada en cuadrigas y desatando nudos. Muy irresponsable…
- El irresponsable no es él. Irresponsable es el que lo mantiene en el cargo - dijo don Gabino.
- ¿Pero no le parece que puede ser verdad que Mons. Karcher haya visto a la Virgen al momento de ser elegido Bergoglio como papa? ¿Por qué no?
- Mire Costa, yo no soy quién para decir si vio o no vio a la Virgen. Eso lo sabrá él… y la Virgen. Pero sí puedo decir que me resulta muy sospechoso y raro que ande comentando sus visiones y experiencias místicas a cuanto periodista de diario y revista cajetilla se le cruza en el camino. Los que tienen la gracia de recibir ese tipo de fenómenos sobrenaturales son sumamente pudorosos, y apenas si se lo dicen a su confesor. Y lo hacen público siempre que la Virgen, o quien sea que se le aparezca, así se lo ordene.
- Me hace acordar a Medjugorje. Las señoritas que tenían las supuestas visiones, después vestían minifaldas e iban a la discoteca. Karcher ve a la Virgen y después se va con Tinelli al Excelsior de Vía Veneto a brindar con champagne… Pero bueno don Gabino, la cosa es que estoy como prisionero entre dos soldados que no me dejan mover.
- Entre dos soldados –dijo el viejo – como San Pedro en Jerusalén. Páseme la Biblia que está sobre aquel estante.
Y mientras buscaba entre las páginas del libro de los Hechos, les recordó:
- Herodes, que era un gobernante populista, le agarró el gustito a que los judíos estuvieran contentos con él cuando mataba cristianos. Y se le ocurrió apresar a San Pedro para presentárselo al populacho el día de Pascua y hacer con él lo que ya había hecho con Santiago: cortarle la cabeza. La noche anterior, cuenta San Lucas, “… se encontraba Pedro durmiendo entre dos soldados –como usted, Bulgarovich-, atado con dos cadenas… De pronto se presentó el ángel del Señor y la celda se llenó de luz. El ángel golpeó a Pedro en el costado, lo despertó y le dijo: ‘Levántate, date prisa’. Al momento cayeron las cadenas de sus manos” Es muy llamativa esta escena.
- ¿Qué es lo que le llama la atención?
- Que llega un ángel, la celda se inunda de luz y Pedro sigue durmiendo. ¿Tanto sueño tenía? ¿Podía dormir tan profundamente a pesar de la lógica ansiedad de saber lo que le pasaría el día siguiente?
- La verdad que es raro –dijo Costa.
- Lo que a mí me parece es que Pedro no se daba cuenta que tenía un ángel al lado y que todo estaba rodeado de luz. Y es lo que muchas veces nos pasa a nosotros: no nos damos cuenta que estamos junto a ángel y lo que parecen las tinieblas de una celda fría y húmeda es, en realidad, un manantial de luz.
- Todo lo que quiera, pero mientras tanto son tinieblas. ¿Qué hay que hacer para ver la luz?
- Aguantarse el golpe de Dios.
- No entiendo…
- Para que Pedro viera la luz, el ángel le tuvo que dar un puñetazo en el costado. Y los puñetazos duelen. Yo creo que San Lucas cuenta con tanto detalle la escena porque a San Pedro le habrá dolido durante varios años el golpe que recibió, como a Jacob, que quedó rengo de por vida cuando otro ángel le metió un puntapié en la pantorrilla.
- Es decir, que Dios nos hace ver la luz y al ángel que tenemos al lado a los golpes… buena pedagogía la de Dios.
- Así es. Por suerte, a Dios no se le ocurrió estudiar Ciencias de la Educación. Así que don Bulgarovich, olvídese de los dos soldados que apenas si son actores de reparto, y trate de abrir los ojos para ver al ángel y a luz.
- Y si no la ves, prepárate para recibir el golpe de Dios – le dijo riendo su amigo Costa. 

miércoles, 27 de agosto de 2014

Urgente: a Mons. Karcher se le aparece la Virgen

Créanme. No es en broma. Es en serio.
¿Pero no es demasiado?
No. Es lo apropiado para un pontificado como el de Francisco. Los monarcas siempre tuvieron bufones.
A Mons. Karcher, secretario privado y hombre de confianza de Su Santidad, se le apareció la Virgen Desatanudos subida en una cuadriga tres minutos antes de que el Cardenal Bergoglio fuese elegido Papa. El hecho ocurrió en uno de los salones del Palacio Apostólico.
Va de nuevo, y no es broma: a Mons. Karcher se le apareció la Virgen Desatanudos montada en una cuadriga romana.
Me doy por vencido. Es demasiado.

El hecho es el siguiente:
Como una suerte de recuerdo y homenaje a un conocido y joven polista recientemente fallecido, algunos de sus compañeros  fueron al Vaticano a fin de saludar al Santo Padre y recibir consuelo por su pérdida. Uno de ellos cuenta que fueron recibidos por Mons. Guillermo Karcher, quien les mostró los edificios vaticanos, y comenta:

Al llegar a una sala muy grande, nos dijo: “Acá se me apareció la Virgen Desatanudos, de la cual yo no era devoto, tres minutos antes de que Bergoglio fuera elegido Papa. La imagen era la Virgen avanzando en un carro romano, gloriosa y triunfal, con una cinta blanca en la mano”. Luego de escuchar atónitos el relato de aquella hermosa visión, nos hizo pasar directamente a la Capilla Sixtina,...

Que Dios tenga en la gloria al deportista muerto Javier y le conserve la fe y la candidez a a sus amigos. Y que a nosotros nos de todavía más paciencia para seguir soportando a esta manga de embaucadores y arlotes en el poder. 

Y para documentación de los interesados, de aquí pueden bajar las páginas de la revista POLO de este mes donde aparece la noticia.

martes, 26 de agosto de 2014

Tres condiciones de la naturaleza

“Sociológicamente hablando, los hombres se dividen en tres grandes clases: sátwicos, rafásicos y tarnásicos.
Sátwicos o brahmánicos o metafísicos son los hombres que tienen un exceso de intelecto especulativo o bien están conjuntos socialmente con ellos formando un cuerpo. El sátwico es el sabio y todos los que con él participan y comulgan: el sabio no es el hombre de ciencia de hoy, poseedor de la técnica y carente de la sabiduría, sino el poseedor de la ciencia sagrada, de la ciencia de salvación. El sacerdote debería ser el hombre de la sabiduría”.
Rajásicos o señores o guerreros, son los hombres sobresalientes en intelecto práctico. El rajásico no se diferencia del brahmánico por tener una inteligencia menor, no es cuestión propiamente de grado sino de aplicación: su inteligencia no está aplicada a los fines sino a los medios, y además (y por eso mismo) está calzada y como penetrada por la voluntad, el ímpetu, la pasión. La pasión es necesaria para la acción, son los “hombres de acción”, los hombres que se exaltan en la lucha; pero de suyo la pasión circunscribe y estrecha el intelecto. Estos hombres pueden ser genialmente inteligentes, más que muchos brahmánicos (sátwicos); pero en éstos el entendimiento está libre, y en los guerreros está como encauzado y circunscripto. Los otros vuelan, éstos corren.
Los tamásicos son los que no tienen excelencia de entendimiento de ningún género, sino a lo más sentido común; y ése lo tienen solamente de prestado, por la luz que viene de arriba y se difunde en el ambiente cultural, sin negar por eso que tengan intelecto propio con su propia actividad espontánea, por supuesto; porque no hablamos aquí de la facultad, que todo humano posee, sino de su actuación social y su ejercicio de hecho.
Razón tienen pues los hindúes cuando dicen que la división en las tres castas de sabios, guerreros y gente común no es una mera ordenación social basada en la conquista o en la fuerza, sino que son las tres condiciones esenciales de la naturaleza. Esta división no se refiere solamente a realidades psicológicas y morales, sino a la misma estructura fundamental del ser, que se divide en realidades materiales, realidades psíquicas y realidades espirituales; las cuales se interfieren y resumen en el hombre, que es una especie de microcosmos”.”
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 Leonardo Castellani

(En la foto: Mons. Guillermo Karchner, secretario privado, confidente y brazo ejecutor del Papa Francisco, brinda la semana con Marcelo Tinelli, conductor televisivo y pornógrafo argentino, a quien el Sumo Pontífice ha recibido ya más de tres veces luego de su elección.
La foto fue publicado en el Facebook de Mons. Karcher).

lunes, 25 de agosto de 2014

La cola del caso Grassi

Algunos hechos:
1) El P. Juan Carlos Grassi, exsalesiano, fundó en los ’90 una importante organización benéfica dedicada a niños y adolescentes en problemas. La Fundación fue muy conocida en Argentina gracias, entre otras cosas, a las continuas apariciones mediáticas de su fundador.
2) En poco tiempo, la Fundación “Felices los Niños” recibía varios millones de dólares por año en donaciones y el P. Grassi era una estrella en los medios de comunicación, codeándose con personajes de la farándula, políticos y empresarios. Escasamente pasaba un día sin que apareciera en los programas de mayor raiting de la TV, y era el invitado obligado para opinar sobre cualquier tema en nombre de la Iglesia. Su figura se agigantó de tal modo que “tapó”, de hecho, a la de cualquier otro sacerdote e incluso, obispo, incluso a la del también mediático Mons. Justo Laguna.
3) El P. Grassi tuvo desde 1991 causas en la justicia por corrupción de menores y por desmanejos financieros en su Fundación. Ninguna de ellas prosperó. Sin embargo, en octubre de 2002, luego de un informe periodístico, se abre una nueva causa sobre abuso de menores, la que sí avanza y finaliza varios años después con el cura preso.
4) Era sabido –e incluso lo dice en un reportaje- que Mons. Laguna estaba al tanto no solamente de los escándalos financieros sino de las denuncias más grave sobre el comportamiento sexual del sacerdote con los adolescentes que se le habían confiado. ¿Por qué no actuaba, o actuaba a medias, o reticentemente? Era la época del menemismo, cuando la relación entre el poder y la Iglesia eran muy fluidas.
5) Cuando el caso explotó se corrió la siguiente explicación en varios medios de comunicación y en correderos eclesiásticos: Mons. Laguna (RIP) y su protegido, Mons. Casaretto, entonces encargo de Cáritas, se cansaron de que Grassi se quedara con todos los millones que le llegaban en donaciones y subsidios y que le quitara pantalla, y dejaron de protegerlo. En otras palabras, Grassi compraba de su obispo silencio a cambio de dinero pero habría llegado un momento en que se habría creído intocable, por lo que dejó de pagar o pagó menos de lo que los buitres episcopales le exigían. Y éstos, sin más, lo entregaron al juez Griessa de turno.
6) Hace algunas semanas, el caso volvió a menearse. Esta vez, porque el cura, desde su prisión, desviaba fondos y donaciones que se hacían a su organización hacia la cárcel donde se encuentra detenido, lo que le brinda varios beneficios y una vida más tranquila tras las rejas.
Algunas conclusiones:
1) ¿Es el P. Grassi culpable de los cargos de abuso de menores por los que fue condenado? No lo sé. Si tuviera que hacer caso a lo que dice la Justicia, es culpable, pero pocos son los que confían en el sistema judicial argentino, y yo no me encuentro entre ellos. De todos modos, evitaría cuidadosamente poner las manos en el fuego por el cura.
2) ¿Es el cura Grassi culpable del desvío de fondos y donaciones a la cárcel donde se encuentra? Si se hace caso al informe periodístico, es culpable. Pero sabemos que esos informes destacan y opacan aquellos aspectos que más les convienen en el momento. Lo tomaría con pinzas.
3) No cabe duda, sin embargo, que el cura Grassi manejó y maneja aún muchos millones de pesos con escaso control, y que los mismos le habrían valido favores y silencios varios, que de otro modo resultan incomprensibles.
Una pregunta:

¿Qué pasaría si a Jorge Lanata o a algún otro periodista se le ocurriera seguir investigando en los dineros recibidos por subsidios gubernamentales y donaciones que llegan a la Iglesia a través de sus instituciones o directamente a manos de sacerdotes u obispos? ¿No habrá silencios que se siguen comprando? ¿Cuántos proyectos “benéficos”, y algunos de ellos muy costosos, no se financiarán con estos dineros mal habidos y desviados?

viernes, 22 de agosto de 2014

El invitado de don Gabino

- El señor tiene un invitado – les dijo sin saludarlos y casi molesta la mucama de don Gabino al grupo de amigos que había golpeado la puerta.
Los hizo pasar al salón y, efectivamente, allí estaba don Gabino sentado en uno de sus sillones bergère frente al hogar y, en el otro, un personaje corpulento y barbado, vestido con un balandrán negro y que, al igual que su anfitrión, sostenía en la mano una copa de brandy.
-Es el padre Gregorio. Se quedará aquí por algún tiempo – explicó don Gabino mientras invitaba a sentarse a sus convidados en torno al fuego que, más que calentar, amenizaba el ambiente.
Todos estaban silenciosos, entre cohibidos y celosos. Les causaba una cierta reverencia la figura clerical pero, a la vez, les molestaba, porque no serían libres de hablar tan llanamente como siempre lo hacían en esas reuniones y, además, distraería las atenciones de don Gabino.
Afortunadamente, sonó el timbre. Era el Nacionalista que llegaba con retraso porque el cura, como era su costumbre, se había extendido demasiado en el sermón de la misa. Y como el Nacionalista andaba sin cuidado en cuestiones litúrgicas –más o menos latines; más o menos guitarras eran, para él, problemas casi feminoides-, iba a la primera misa que se le cruzaba. La cuestión era salvar a la Patria y dejarse de retorcidas discusiones sobre bellezas y otros melindres.
Y entró tarareando una tonadilla pegajosa que acababa de escuchar en la iglesia:
-“Jesús está pasando por aquí…; Jesús está pasando por aquí…”-. Era un canto ochentoso y juanpablista que la hermana Wanda pretendía poner nuevamente de moda.
- ¿Por dónde es que pasa, que yo no lo veo?- le preguntó risueño don Gabino.
- Por aquí, por allá, por todas partes. ¿O será que usted no cree que Jesús está presente en cada paso de nuestras vidas?
-Lo creo, pero no lo veo, por eso le pregunto.
-Eso es falta de fe –le respondió el Nacionalista, mientras se servía una copa de “Cardenal Mendoza”.
El hombre del balandrán levantó la mirada y dijo lentamente:
- Miré, es imposible discernir la presencia de Dios mientras Él está con nosotros. Pero luego, cuando efectivamente volvemos la vista al pasado, hacia las cosas que nos pasaron, es allí cuando vemos que efectivamente, Él pasó por nuestras vidas.
Pareció que las palabras del cura no convencieron mucho a los amigos de don Gabino. ¿Cómo es que Dios no iba a dejar que sus hijos sintieran su presencia?
Pablo Paz se animó a hablar:
- ¿Y usted cree que siempre es así? ¿No será que eso les pasa solamente a algunos santos o personas más perfectas?
Y esta vez fue don Gabino el que respondió:
-Fíjese don Paz que esa es la ley de Dios en las Escrituras: dispensar sus bendiciones en el silencio y secretamente, de modo tal que no podamos discernirlas en el momento, a no ser por la fe. Tome el caso del mismo Señor, que fue reconocido como el Hijo del Altísimo solamente después de haber pasado por esta tierra. O el mismo Espíritu Santo, cuyas misiones se dan siempre en el mayor secreto y silencio. La carne y la sangre fueron incapaces de conocer al Hijo de Dios aun cuando éste obraba milagros visibles, y mucho menos es capaz el hombre natural de discernir las cosas del Espíritu de Dios. De ahí la terrible maldición de la que nos hablan los Evangelios: en el otro mundo serán condenados todos aquellos que no creyeron aquí abajo lo que no les fue concedido ver.
- ¡Pero es una paradoja! –dijo el Poeta-. ¿Cómo se nos va a condenar por no creer lo que no vemos?
Y al instante de decirlo se dio cuenta de que, efectivamente, en eso consistía la fe: creer sin ver. Y los que no creen, serán condenados. El Poeta se puso serio.
El hombre de negro, mientras saboreaba el oscuro y perfumado brandy español, reflexionó:
-La presencia de Dios es similar a su gloria, tal como se le apareció a Moisés. Le dijo: “No puedes ver mi rostro y seguir viviendo”, pero pasó, y Moisés vio desde atrás esa gloria que no habría podido ver cara a cara o mientras pasaba. La vio cuando se retiraba, y la reconoció y, dice la Escritura, “se apresuró a inclinar la cabeza y a adorar”.
El silencio que se produjo en la sala de la casona de don Gabino fue ahora mucho mayor, casi sobrenatural. A pesar de que los grandes ventanales estaban cerrados, incluso era posible escuchar el sonido del agua que bajaba por el regato que atravesaba los fondos del jardín.
Hernán Alvear era un hombrón garrido, de pocas palabras pero de mucho aplomo. Y dijo después de un rato:
-Me acuerdo de Jacob y de sus quejas: uno de sus hijos corrido por sus hermanos; el otro, esclavo en tierras extranjeras; un tercero que le viene cada día con nuevas exigencias. “Todo está en contra de mí”, decía. Y sí, el pobre no veía nada, como nosotros, que no vemos el por qué las cosas y hacia dónde van. Hay que esperar nomás, y sin saber por cuánto tiempo.
- Pero no es para ponerse melancólicos, che –dijo don Gabino.- Piensen que ni siquiera Satanás es capaz de discernir la mano de Dios mientras transcurren los acontecimientos. Lanza conjeturas, hace suposiciones, comete audacias, pero siempre en la oscuridad. Por ejemplo, no supo de la visita del arcángel Gabriel a la Virgen María, ni tampoco quién era ese Niño que nació de ella. Y si él, siendo quien es el muy maldito, no puede ver la mano de Dios, cuánto menos la podremos ver nosotros, más allá de la pálida luz que no da la fe. El único modo que tenemos de verla es cuando pasó, como recompensa de nuestra fe, contemplando desde lejos la nube de gloria que, en el instante de su presencia, era demasiado impalpable para nuestros sentidos mortales.
El viejo no volvió a ofrecer otra ronda de “Cardenal Mendoza”. Con la última devaluación, cada botella iba a costarle casi $2000, y no era cuestión de pasarse al “Reserva San Juan”.
- Será por eso –dijo el Profesor Worms, que había estado en silencio durante toda la reunión- que siempre recordamos con nostalgia los años de la niñez, porque vemos en ellos la presencia de Dios.
El cura lo miró fijamente, como iluminado.
-Usted cree añorar el pasado cuando en realidad, lo que siente es nostalgia por el futuro. Usted no puede volver a ser un niño, pero sí puede aspirar a ser un ángel y contemplar a Dios. Lo que ansía cuando mira hacia atrás, es ser de una vez por todas el espíritu inmortal, vestido de túnica blanca, coronado de amarantos y con palmas en la mano delante de Su trono. Ser lo que estamos llamados a ser.
La cosa no daba para hacer comentarios. Salieron todos despacio, y en voz baja se despidieron del anfitrión, y casi ni hablaron cuando, en grupos, cada uno se dirigió hacia su casa.


Nota aclaratoria: Las ideas no son mías. Son de Newman en su sermón “Christ manifested in remembrance” que puede leer aquí.

martes, 19 de agosto de 2014

Coteruco

Los últimos posts y comentarios acerca de la catastrófica situación de Argentina y de su triste y lamentable historia desde el momento mismo de su concepción en las mentes conspirativas de mayo de 1810, me llevaron a pensar en Coteruco, el pequeño pueblo imaginario, en medio de algunas montañas españolas, en las que el genio  literario de José María de Pereda desarrolla los acontecimientos de su novela Don Gonzalo González de la Gonzalera, un libro que todo tradicionalista o reaccionario debe leer sin excusas.
Argentina es el Coteruco del que se fue hace muchas décadas don Román Pérez de la Llosía, donde jamás existió un infanzón huraño pero noble como don Lope, y donde el señor cura don Frutos traicionó a ambos y se pasó al bando de los mandrias y fulleros que se hicieron con el gobierno del pueblo.
No expondré aquí el argumento de la novela, porque lo arruinaría. Deben que leerla quienes no lo hayan hecho, para entender qué fue lo que hizo y lo que logró la revolución. Transcribiré dos párrafos, de por sí elocuentes y, por eso mismo, que no precisan de mi parte comentario alguno:
“La dificultad no está en creer, señor Patricio, sino en tener razón. Yo os he explicado una vez el procedimiento que se usa en ciertas industrias bien dirigidas. Uno hace ruedas; otro, tornillos; otro, muelles; otro, agujas; otro, esferas; otro, cajas, y otro, monta el reloj, eligiendo lo mejor de cada pieza. De ese modo se forma una máquina que marca las horas con una precisión asombrosa. Pero si el de los tornillos, en vez de hacerlos bien, se mete a fiscalizar al que hace ruedas, o el de las ruedas usurpa sus atribuciones al de las cajas, o todos aspiran a montar relojes sin construir buenas piezas, la máquina no se moverá o andará como cabeza de loco. No es otra cosa una nación. Mientras el sabio estudio, y el zapatero haga zapatos, y el labrador cultive la tierra, un niño puede encargarse del gobierno de todos los pueblos; pero si el zapatero aspira a general, y el labriego tosco a pronunciar discursos y a desentrañar los misterios de la política, y el sacamuelas a presidir el gobierno, y todos los ciudadanos a ser ministros, el Estado no tendrá pies ni cabeza…, y a las pruebas me atengo. (…) La educación, el talento natural y otras mil causas providenciales, pueden, enhorabuena, hacer de la madera de un rústico labriego un gran legislador, pero esta preeminencia no se adquiere manejando la esteva, y algo la revela que yo no he visto todavía lucir en la frente de ninguno de mis convecinos de Coteruco”.
Y en otra ocasión, el mismo don Román le explica a don Frutos refiriéndose a lo que, en Argentina se llamó los “descamisados”, y en Chile los “rotos”:
“Error también, amigo mío. Estos hombres no piensan, no ven, no sienten como nosotros; viven adheridos a la costra de los sucesos y, a lo sumo, escarban en ella, pero no ahondan; juzgan con los sentidos, y no ven más allá del reducidísimo círculo de sus ideas, por necesidad mezquinas y personales, como sus hábitos y tendencias. Por eso, señor don Frutos, a estos hombres no se les domina por el prestigio del saber ni de la alcurnia, ni aun por el interés de la dádiva;…”.


viernes, 15 de agosto de 2014

Las razones de Benigno

Benigno tiene razón. Aunque a muchos les duela. Argentina es un país sin destino, gobernado desde hace décadas por trúhanes, fulleros, mandrias y bigardos. Y no vale decir que ellos son los políticos pero no los argentinos. Fueron precisamente los argentinos los que eligieron por tercera vez y por un 54% a la piara que nos gobierna desde la Rosada. No fueron marcianos. Ni estaban borrachos. Ni fue una equivocación circunstancial. Es el carácter permanente del inexistente ser argentino, concebido por contrabandistas, jacobinos y advenedizos en el siglo XIX.

Estimados Ludovicus:
Coincido en absolutamente todo lo que usted dice (no sabía que era usted del palo), y humildemente me permito agregar un par de cosas más,
1) Argentina en estos últimos 30 años no tuvo la más mínima idea de adonde ir. No hay políticas de Estado claras, y eso se ve hoy cuando paisachos de segunda como Bolivia, Uruguay, Paraguay y Perú pagan un Premium rate por endeudarse 10 puntos menor al de la Argentina.
2) No hay luz al final de túnel; se viene otra crisis e indefectiblemente, como dice Vizcacha/Fierro, luego va a venir un ciclo de relativa calma, pero la tendencia es desde hace décadas negativa: hoy estamos mejor que Brasil (todavía) pero estamos peor que Argentina hace 20 años, mientras que Brasil esta mejor que Brasil hace 20. La tendencia es opuesta; en algún lugar las curvas se van a tocar.
3) Este gobierno es lo que somos, altaneros, fanfarrones, ignorantes, incompetentes, cobardes. Ellos van a pasar, otro va a venir y va a ser más de lo mismo porque el Argento es ante todo cómodo, y la comodidad lleva inevitablemente a la cobardía. Este país no cree en la cultura del esfuerzo y el trabajo, cada vez más -gracias a este gobierno-, la gente se acostumbra a vivir de los subsidios para no trabajar. Lo peor de todo, es que existe el mito urbano de que esta crisis, al igual que todas las penurias del pasado, fueron generadas por potencias extranjeras que no quieren que la Argentina Potencia les dispute un lugar en el concierto de las naciones, triste manera de no reconocer la propia incompetencia. (Y agrego yo, el Wanderer, que parece increíble que todavía haya gente que se crea este cuento nacionalista).
4) En lo económico, se están alineando las variables para una crisis que va a entrar en todos los libros de historia económica, un gobierno en decadencia, pato rengo, inmerso en una crisis económica autogenerada, inflación del 40%, inestabilidad laboral, devaluación, tasas de interés negativas, déficit fiscal astronómico, impresión de divisas sin respaldo, etc, etc.

5) En lo personal, yo preparo desde hace años a mis hijos para que estudien y llegado el momento se tomen el buque o en su defecto el auto. Después de todo, luego de algunos años, solamente habrá que cruzar el rio o Los Andes para ir a un país serio.

Este Papa significa negocios


"This Pope means bussiness". Es eso lo que dice la tapa y un largo artículo de la revista internacional Fortune, portavoz de los adoradores de Mamón, en su edición de ayer.
Y, por supuesto, las réplicas locales no se hicieron esperar: Francisco, el CEO ejemplar.
Dime quien te alaba....

jueves, 14 de agosto de 2014

Fasten your seat belt

Es bastante desagradable, cuando uno está tratando de conciliar el sueño en incómodas butacas, comenzar a sentir pequeños movimientos del avión que, poco a poco se van intensificando y, después de un sacudón, se escucha una campanilla, se enciende una luz, y la voz de la azafata que dice: “Señores pasajeros, el capitán ha encendido el cartel de cinturones debido a que estamos cruzando una zona de turbulencias. Les rogamos que permanezcan sentados, con los cinturones de seguridad ajustados, etc…).
Y en Argentina, esa Arcadia bendecida por Dios y elegida por su Madre Santísima, una vez más se comienzan a sentir fuertes turbulencias. Si hay alguien que sabe del tema, ese es Ludovicus, que aquí escribe una breve admonición. Como finalizaba el buitre Aurelius su declaración de ayer: “Lo peor está por venir”, o como me decía hace dos semanas una amiga española, de las más respetadas analistas económicas de su país: “No saben lo que les espera”.
¡A ajustarse los cinturones!

Y vino nomás el default, no como un accidente financiero, sino como una raíz tenaz que viene a brotar del viejo tocón de la esencia argenta. La capital del Imperio que nunca fue vuelve a revivir las viejas glorias de la rebeldía, inútil para un país que nunca ha logrado zafar de la restricción externa de los papeles que serán verdes pero que no imprime Boudou.
Todos los vicios argentos, conjugados en un tipo humano que conjuga dos notas intercambiables: el vivo y el garca. Un Estado que considera las sentencias judiciales meramente declarativas, como hace en el derecho interno con sus jubilados, ahora desconoce sentencias en tribunales extranjeros a los que ha prestado su consentimiento, no sólo en general sino a través de dos declaraciones juradas. La palabra del país es un papel mojado, una vez más. La sociedad y la clase dirigente aprueban ese fraude patriótico, como han aprobado, hasta que las papas quemaran, perdón, subieran a las nubes, las manipulaciones del INDEC “para pagarle menos a los bonistas”, como decía el Néstor guiñando un ojo.
Todo acompañado de matonería, malos modales, juego sucio sólo equiparable al nivel de Corea del Norte. Si tan sólo estos incompetentes que nos gobiernan recordaran algún consejo del “vivo” del viejo Vizcacha, respecto del trato al juez... Nada menos que el juez que mandó preso a Sindona y reveló la trama del Ambrosiano y la P2.
El aficionado a la historia prebélica de la Segunda Guerra forzosamente encontrará analogías entre esa época y la situación actual. Hitler era un extorsionador nato, que amenazando permanentemente y sin vacilar, “como un sonámbulo” subía permanentemente la apuesta, victimizándose por un lado y apelando al honor nacional por el otro. Del otro lado, los operadores políticos, que aplicaban la razón práctica, se desesperaban, porque no podían entender un agente político moviéndose con esa irracionalidad. “No va a ser tan loco”, “no va a arriesgar todo”, “en algún momento va a entrar en razón y ceder”, decían en las Cancillerías (incluida la alemana) ante este “jugador compulsivo que siempre quiere hacer saltar la banca” (Goering), mientras pasaba la ocupación de la Renania, Austria, Checoslovaquia y Polonia. Y es que siempre el jugador fullero tiene una ventaja adicional, por un tiempo nomás, y a veces la teoría de juegos es inútil cuando el factor irracionalidad o ignorancia y sobre todo ambas juntas tallan en el análisis.
La semana pasada todos se equivocaron, porque la elección del default es un error tan monumental que, por un extraño fenómeno de análisis queda fuera de las expectativas. Es tan evidente que llegar a un acuerdo es la única salida lógica, tan palpables los perjuicios que se siguen de seguir rompiendo las leyes de juego, tan remanido el fracaso, tan claro y por lo tanto no interpretable que cumplir una sentencia no es “voluntarily offer” que no se puede concebir tanta mala praxis. Igual que en las guerras.

Igual que en las guerras, ingresamos ahora en una “drôle de guerre”. Creo recordar que en la Segunda la bolsa de París no paraba de subir, porque los ilusos y los voluntaristas siguen negándose a ver una realidad tenebrosa. Pero la guerra va a estallar, y de no ser por una solución a lo Munich de quienes nos tengan más miedo que respeto, seguirá hasta que tengamos consecuencias humillantes y desastrosas para un país que no quiere aprender, al menos, a respetar una regla objetiva ajena a la voluntad de los vivos. Esa regla se sentirá finalmente en el bolsillo y la víscera más sensible de los argentos pedirá cuentas al gobierno por su temeridad, olvidando las euforias momentáneas. Las próximas semanas serán durísimas, y, se sabe, el argento no es un berlinés.
Ludovicus

miércoles, 13 de agosto de 2014

Para escuchar otro gregoriano

Odysseus, un lector habitual del blog, me envía la siguiente contribución sobre el tema que estamos tratando:

Dos citas, ya que se mencionó a los monjes de Solesmes:
«Buscar el pensamiento de nuestros padres. Aceptar su interpretación auténtica. Someter humildemente nuestro juicio artístico al suyo. Esto es lo que piden al mismo tiempo el amor que debemos tener a la tradición tanto melódica como rítmica y el respeto a una forma de arte perfecta en su género.»
Dom André Mocquereau (+1930)

«[es en el estudio semiológico de los neumas] donde encontramos la razón –logos– de la diversidad de los signos –semeion–, con el fin de deducir los principios fundamentales para llegar a una interpretación auténtica y objetiva. Esta interpretación, en lugar de inspirarse en conceptos estéticos y rítmicos modernos, y extraños, por tanto, a la época del gregoriano, debe dejarse guiar por las realidades que nos revela el estudio comparativo de los diversos signos: única base real para la ejecución práctica.»
Dom Eugène Cardine (+1988)
(Las dos citas está tomada de un artículo del gregorianista Juan Carlos Asensio Palacios, en el artículo “Interpretación del canto gregoriano tardío a la luz del a semiología”)

La opinión de estos venerables monjes se contrasta con lo que “oficialmente” se continúa haciendo desde los monasterios -gregoriano aburrido le digo yo-, y coincidente con la captación de Javier, y de tantas personas más. Si son conjeturas las investigaciones posteriores, ¿por qué no lo es la teoría de Solesmes del s.XIX? ¿Acaso se funda en una tradición?
La Argentina cuenta con uno de los mayores gregorianistas de latinoamérica, el maestro Claudio Morla, quien da clase de canto gregoriano en algunos conservatorios en Capital Federal. Justamente hoy me llega el mailing de un curso que dará en septiembre, como introducción, y luego habrá otros más avanzados.
Viendo que muchos desconocen lo que es el gregoriano, agrego a continuación algunos ejemplos sobre interpretaciones diferentes al trabajo que hace Marcel Perès:

Ensemble Gilles Binchois - Dominique Vellard - Schola Cantorum Basilensis
(Saint-Gall conserva los registros más antiguos de gregoriano, manuscritos disponibles en la web en alta calidad)
Les Tons de la Musique Uno y Dos
Ensemble Gilles Binchois
Comparación entre canto según Solesmes y la interpretacón semiológica:
Aufer a me - Solesmes v. AISCGre
Dicit Dominus: Implete (Solesmes v. Einsiedeln 121)
Tres ejemplos más:  no es buena la voz, pero sí la interpretación del ritmo
Uno
AISCGre = Asociación Internacional de Estudios de Canto Gregoriano
La semiología de Dom Cardine puede ser consultada acá.

Quienes estén interesados en el curso que dictará el Prof. Morla sobre gregoriano, pueden bajar información desde aquí.

Reflexiones del P. Cecilio

Aquí les dejo las reflexiones de un sacerdote que, como él mismo dice, ha dedicado su vida al estudio de la música sacra, y no haciendo cursitos con el P. Balsa, sino estudiando el tema en los centros más reconocidos del mundo. Aunque me autorizó a usar su nombre, lo llamaremos P. Cecilio, no sea que, si su Ordinario se entera que lee el Wanderer, termine mandándolo, con sus títulos y músicas, de teniente cura de la parroquia de Bardas Blancas.
Nos podrá gustar más o menos lo que dice –a mí no me gusta mucho lo que opina sobre Marcel Perès-, pero es el que sabe y yo, sobre el tema, sólo puedo opinar. A escucharlo entonces:

Me permito hacer un par de observaciones sobre algunos de los temas tratados en el último post.
He dedicado gran parte de mi vida a la Música Sacra y he llegado a la conclusión de que es una causa perdida, lo cual no es en absoluto un obstáculo para que esta dedicación sea cada día más profunda y apasionada. Creo que es parte de nuestra vocación cristiana ocuparnos en causas perdidas pero que son parte de la Causa-ya-ganada.
El tema de la Música Sacra es más vasto, profundo e importante de lo que podría parecer. La crisis actual de la música y del arte en general son un síntoma de la crisis del hombre (Ratzinger) y en el ámbito eclesial se enmarca dentro de la crisis litúrgica. Y la crisis litúrgica no es una crisis más en la Iglesia, es la crisis de la Iglesia, porque de alguna manera engloba todas las otras.
Es prácticamente imposible sustraerse al casuismo cuando se habla de música en la liturgia: la Misa Criolla sí, la Misa Criolla no; este instrumento sí, éste no. ¿Percusión? ¡No! Salvo un timbal en una Misa de Mozart. ¿Guitarra? No. O sí, pero arpegiada, e così via, ad infinitum. Es lícito discutir estos temas, pero sabiendo que es un callejón sin salida, como el casuismo en la moral.
Hoy (en realidad creo que siempre) el argumento meramente autoritativo es peligroso, o al menos de una eficacia endeble. Hoy seguramente más que antes, sobre todo por la ambigüedad de los documentos post reforma litúrgica.
Por poner algunos ejemplos: el motu proprio Inter sollicitudines de San Pío X fue un gran documento, necesario en su momento, con muchos frutos buenos... pero otros no tanto. Más atrás en la historia, la fijación del repertorio gregoriano en época carolingia permitió la preservación de ese tesoro único y casi con seguridad irrepetible, pero acabó con tradiciones centenarias y muy ricas, como el canto romano antiguo, el canto beneventano, etc.. Resumiendo, las intervenciones autoritativas de la Iglesia en este campo, si bien necesarias para purificar la música utilizada en la liturgia, ubicarla y reorientarla a su verdadero fin, han tenido también efectos colaterales negativos no corregidos.
No creo tener la solución para este problema, pero me animo a dar dos sugerencias, una negativa y otra positiva.
La negativa (que se aplica no sólo al ejemplo dado): no me apresuraría a despreciar sin matices la obra de Solesmes. Tampoco comparto su estilo, pero creo que hay una deuda con estos monjes que han seguido custodiando y difundiendo el Canto Gregoriano. Además, no hay que olvidar, que los modernos estudios revisionistas de la semiología gregoriana se basan en los estudios iniciados por un monje de Solesmes, D. Eugène Cardine. Al mismo tiempo, no me atrevería a canonizar subito, a Marcel Pérès o cualquiera de los musicólogos actuales. Conozco y admiro los trabajos de muchos estudiosos del Canto Gregoriano que intentan descifrar el modo como éste se cantaba en la antigüedad. Se trata de estudios muy serios pero es necesario saber que muchas de sus conclusiones no son absolutas, pues no trascienden el ámbito de la conjetura. Además, y esto es una apreciación personal, me parece ver en estos grupos algo muy parecido a lo que ocurre con los modernos biblistas, por ejemplo en la sobrevaloración de los aspectos científico-técnicos por sobre aquellos tradicionales. Esta crítica no intenta desmerecer los méritos de estos estudios que, además de apreciar, estudio.
Por último, la sugerencia positiva. La resumiría con una paráfrasis: Pulchrum diffusivum sui. Como dije antes, no podemos poner nuestra esperanza ni en el casuismo litúrgico-musical ni en el recurso (hoy imposible) a la autoridad magisterial. Tal vez el arma más eficaz para luchar esta causa perdida-ganada es no renunciar a la contemplación de la Belleza y difundirla, mostrarla, proponerla, confiando en que Ella por sí misma es más eficaz que nuestro esfuerzo.
Rechazo, no sin dificultad, la tentación de responder a muchos comentarios que, a mi juicio, requieren varias precisiones, sobre todo algunos con afirmaciones absolutas sobre temas prudenciales y complejos. Pero basta, sobre todo por ser la primera vez.

martes, 12 de agosto de 2014

Entre guitarra, charango y bombo

Nos enteramos hoy de un nuevo desatino pontificio: el día 12 de noviembre, el Santo Padre celebrará la “Santa Misa Criolla” en la basílica de San Pedro, que será interpretada por los cantantes y músicos argentinos Patricia Sosa y Tukuta Gordillo. Los ensayos se harán en la Capilla Sixtina los días anteriores.
El nivel de impiedad y de destrucción de la belleza litúrgica, de milenios de tradición, del buen gusto y de la sensatez más elemental que posee Bergoglio son impredecibles, y sorprenden día a día.
Los mismos muros que escuchaban extasiados los Viernes Santo el Miserere de Allegri; las columnas de bronce del baldaquino que se emocionaban con los motetes de Pergolesi o Victoria, escucharán ahora las guitarras, charango, bombos, quenas, panderetas y otros tipo de instrumentos musicales.
Recuerdo que, siendo niño y cuando la Misa Criolla era famosa, se decía una y otra vez, que no era un pieza musical para ser interpretada en la liturgia sino que era solamente un muy buena y lograda expresión de la cultura musical popular argentina.
Recuerdo también que, durante años, muchos buenos obispos y sacerdotes repetían a porfía que la guitarra o el bombo eran instrumentos aptos para ser utilizados en la liturgia porque no tenían las condiciones para ello y que, si en algunos lugares se los utilizaba, eso era nada más que excesos y no podía ser tomado como norma. Y recuerdo también que, por decir esto, muchos curas tuvieron problemas, fueron perseguidos por sus obispos y abominados por sus fieles.
Y ahora, el técnico químico del arrabal porteño que fue elegido por los cardenales como sucesor de Pedro, celebrará el Santo Sacrificio es la mismísima basílica patriarcal de San Pedro acompañado de esa parafernalia de instrumentos musicales y cantos criollos.

Este hombre no tiene límites.

lunes, 11 de agosto de 2014

Euntes et extinguentes

El diario La Nación publicó hace pocos días una nota que, como todos los escritos periodísticos, debe ser tomada con cautela. Se titula "Los misioneros de Francisco". Pueden leerla aquí.
Primero, vale la pena detenerse a conocer quién es, concretamente, Emilio Pérsico, el amigo de Bergoglio y fundador de los misioneros. Además de ser uno de los dueños de las exclusivas heladerías del mismo nombre, no viene mal leer aquí una semblanza biográfica.
Pero vamos a la noticia. Estaríamos tentados de decir que no se trata más que de una iniciativa del líder de un movimiento social que aprovecha el sustrato católico de los argentinos para potenciar su prédica e influencia, y que consiguió una vidriosa autorización de Francisco para iniciar la construcción de “capillas del pueblo”, que no de Dios, en las zonas marginales. No podríamos –y así razonaría un neocon-, darle mayor entidad a esa autorización pontificia.
Sin embargo, la nota menciona algunos datos inquietantes: la iniciativa está comandada, además del propio Pérsico, por Enrique Palmeyro, un ex seminarista que trabajaba con Bergoglio y al que el Papa designó al frente de la flamante Red Mundial de Escuelas, y el padre Eduardo Farrell, párroco de Cuartel V, un barrio de Moreno. Es decir, los “Misioneros de Francisco” tienen un reconocimiento eclesial, aunque no explícito, sí muy fuerte: detrás está el mismo Papa. 
Pero lo llamativo es que se trata de un grupo con una pertenencia paralela a la Iglesia: “Somos parte de la Iglesia Católica, pero no como institución, sino como pueblo de Dios”, dicen. Parecería una insinuación a la existencia de una iglesia jerárquica o institucional y una iglesia del pueblo. Claro que esto no constituye novedad alguna; lo novedoso es que en esta ocasión la iglesia del pueblo posee el apoyo pontificio.
Pero lo más alarmante resulta es el siguiente párrafo: “Los pequeños templos no tendrán relación oficial con el obispo del lugar. Estarán a cargo de un "servidor", un referente del barrio que asumirá el papel de agente evangelizador…” Se habla de templos sui juris, semejantes a las abadías nullius, de las que existen solamente once en todo el mundo, pero que, en este caso, no estarían a cargo de un abad, sino de un “referente barrial” que actuará como animador comunitario y creador de las actividades religiosas que se desarrollen en la capilla. No es difícil imaginar las “liturgias” y los “catecismos” que allí se enseñarán.
Sigamos: “La idea es que ahí se hagan actividades religiosas, como velatorios y cadenas de oración, y todo tipo de encuentros comunitarios, como cumpleaños de 15 y festejos por el Día del Niño. La aspiración de máxima es que, a instancias de algún "cura compañero", se puedan celebrar bautismos comunitarios y hasta dar misa”. Es decir, la capilla no será un lugar sagrado y las celebraciones litúrgicas que un “cura compañero” pueda oficiar en ella estarán equiparadas a la fiesta de una quinceañera: la liturgia del pueblo y para pueblo sin la más mínima referencia a lo sobrenatural. Liturgia francisquista, en resumen.
Y es así de tal modo que “El nombre de las capillas lo elegirán los vecinos. Los de una villa de Madariaga llamarán a la suya Iván Sepúlveda, por un joven víctima de gatillo fácil”. Son los nuevos santos, y la consecuencia lógica de las canonizaciones seriales de Juan Pablo II y de las canonizaciones express de Bergoglio: los santos se desvalorizaron tanto que ya nadie cree en ellos, como el peso argentino. Entonces, cualquiera es santo: el que tuvo una muerte trágica, el que era generoso y daba a los pobres como el gaucho Bairoleto, aunque para hacerlo robaba a los ricos, o la chica casquivana violada y asesinada. Los santos surgen de la devoción popular y, si el sentir popular de hoy dice que Iván Sepúlveda es santo, quien es el cura, o el Papa, para negarlo. En definitiva, Dios se expresa a través del pueblo.

Si así siguen las cosas, me permito sugerirle al Papa Francisco el título de su próxima encíclica: Euntes et extinguentes, o en criollo: “Que el último que salga, apague la luz”.

domingo, 10 de agosto de 2014

Escolios sobre los jesuitas

Un lector del blog me acercó estos escolios de Nicolás Gómez Dávila sobre los jesuitas:

“El jesuitismo es postura defensiva. Síntoma de endeblez de la Iglesia.
El jesuitismo es el intento de utilizar técnicamente, en provecho de la Iglesia, el prestigio y la eficacia de actividades profanas.
Simple aprovechamiento externo de objetivos que la llama macilenta de la Iglesia ya no funde en bronce cristiano”.

“La magnificencia de la catedral gótica busca honrar a Dios; la pompa del Barroco jesuita atraer al público”.

“Clasicismo, romanticismo, realismo, pertenecen al mismo bando. Barroquismo, preciosismo, modernismo, pertenecen a otro bando”.

“Barroquismo, preciosismo, modernismo, son enfermedades nobles; pero enfermedades al fin”.


Y este no tiene nada que ver (o tal vez sí, considerando que se nos enojan muchos), pero es buenísimo: “El reaccionario no solamente tiene olfato para husmear lo absurdo, también tiene paladar para saborearlo”.

viernes, 8 de agosto de 2014

Los jesuitas y El Carlista

Parece ser un tema repleto de matices, al punto que dependiendo del autor que se tome, siendo cualquiera de ellos de nuestro gusto, las cosas que se dicen no coinciden exactamente, pero se amontonan del mismo lado.
El primer problema que surge es el de relacionar a la Compañía con su santo fundador, pero el mismo L. Castellani SJ, entre otros, hablan de la rápida torcedura que vivió la congregación y su relación con los superiores.
El otro tema que a los hispanoamericanos nos chirria es el de la evangelización. No podemos hacer futurología, por lo que no sabemos si aquí seríamos católicos o qué, pero la fe católica en gran medida la trajeron y enseñaron en Hispanoamérica los jesuitas.
A esto, Disandro, lo ataca desde su Argentina Bolchevique (escribió también La Compañía de Jesús contra la Iglesia y el Estado), y a Castellani el librito le encantó. La tesis de Disandro radica en que el mal venía de España, en tanto que no se cree, o no pone el énfasis, en su grandeza por aquellos siglos; o al menos la mixtura con la decadencia del barroco. El jesuita nos traería el barroco y nosotros nacemos, pero mal de entrada.
El maestro platense, en un libro posterior –Tres poetas españoles-, se pone más benévolo con la Madre Patria, aunque no se desdice; haciendo hincapié en criticar lo criticable para mejorarlo –siempre hubo intención en Disandro de mejorar el estado actual de cosas haciendo entender sus posturas, erradas o no- y agradeciendo a España lo bueno que se nos transmitió –se le había armado terrible pelotera con La Argentina Bolchevique.
Por supuesto que esto debe tener infinidad de matizaciones más, entre otras: 

Que no fue solo la Compañía de Jesús la que vino al Nuevo Mundo.
Que la Compañía no se entiende sin la Contrarreforma y que ésta sirvió para palear contra la herejía y salió como salió. Al menos yo no estoy seguro que mejor hubiese sido que no llegase nunca a existir Trento y sus mejores o peores aplicaciones. En esto también hay énfasis distintos en los diferentes estudiosos del tema. Castellani se limitaba a decir “la Iglesia no nació en Trento”.
Que ese ariete de la Contrarreforma que fue la Compañía de Jesús fue más activa que contemplativa –“burguesía de la Iglesia”, la llamó Gómez Dávila-, lo que le quitó excelencia. Aunque también es cierto que lo necesario en aquel entonces era mucha mano de obra evangelizante, y la mucha mano de obra, es mucha mano de obra...

Los críticos de la Compañía son en general espíritus más inclinados a la Patrística, lo que además de una preferencia teológica lícita, es una preferencia de modos. El modo de evangelizar desde la nada en la Iglesia Primitiva fue lo contrario al de la Compañía. Fue un proceso que partió del amor a Dios, de la contemplación, la práctica de las virtudes con la ayuda de la Gracia y llegó a la añadidura que poco a poco se daba sin pretensiones grandilocuentes.

El hombre a partir de la decadencia de la Edad Media ya es otra cosa y tiene otros nortes. Aun rociados de agua bendita, son otros hasta la Revolución Francesa y luego también otros. 

El papa Ganganelli tuvo presiones de los Borbones para disolver a la Compañía de Jesús como finalmente lo hizo en 1773 –y luego lo recompensaron-, pero eso no quita que el breve Dominus ac Redemptor sea fruto de su sinceridad y un juicio acertado. Siempre lo creí, siendo que su espíritu no era lo que hoy podemos entender como burgués-triunfalista-activista. ¿No es ese el mismo espíritu de los movimientos primaverales?, ¿no hay allí entusiasmo, en el sentido peyorativo que le dio Knox y luego Molnar al término?

Clemente XIV –tan vilipendiado- fue un fino teólogo, con gustos hacia las artes, etc. No era un triunfalista; dos veces renunció al generalato de su orden. No tenía nada de Bergoglio.

También se le debe a los Jesuitas el voluntarismo en versión tomista, la Teología como trabalenguas más que como ciencia divina, la moralina; en fin, cierta decadencia general que puede ser causa del estado actual de la Iglesia, al menos para los que no la ven solo en el liberalismo-naturalismo-modernismo. 
Fíjense que no debe haber un solo jesuita moderno que admiremos que haya sido bien jesuita.

Ese es muy resumido, al menos como yo lo entiendo, el cuadro de situación de las posturas más o menos anti jesuitas.


El Carlista


Ps. Me dicen que un sacerdote amigo de este blog anda diciendo que si Bergoglio eligió llamarse Francisco, fue por Suárez.

Escolio de Ludovicus:
Es difícil explicar las cosas en las organizaciones, porque hay mucho y muy buena gente atrapada, santos incluso.
Es la estructura, estúpido: los principios, las normas y los valores implícitos en la trama social. Di Sandro lo resume: una Orden sin coro.
En este caso, la Compañía fue fundada sobre bases voluntaristas y nominalistas, mezcladas con la devotio. Con el mandato de ver una pared blanca cuando la veo negra.
También con mucho tomismo mal arraigado, privado de sus principios metafísicos, ecléctica, racionalista y con un desenfoque raigal de las interacciones entre la gracia y la naturaleza que se desgrana en antropocentrismo por un lado, en hipertrofia de la gracia sin naturaleza por el otro, de que da cuenta la dialéctica frase "Orar como si todo dependiera de Dios, obrar como si todo dependiera del hombre". Entre estos dos polos se desenvuelve el drama de la religiosidad desencarnada y la espiritualidad antropocéntrica, en un matrimonio mal avenido que ningún conciliador pudo reparar.

Y con una triple subversión: lo activo sobre lo contemplativo, lo moral sobre lo místico, la política religiosa sobre la religión. 

jueves, 7 de agosto de 2014

Dies nefastus



Se cumplen hoy doscientos años de una de las decisiones más graves y desafortunadas, con inimaginables consecuencias para la Iglesia y la humanidad entera, que haya tomado un Romano Pontífice: la restauración de la Compañía de Jesús, que había sido convenientemente suprimida por el gran papa franciscano Clemente XIV. 
Entre otras cosas, sin Compañía, no tendríamos hay a quien tenemos en el solio de Pedro.

martes, 5 de agosto de 2014

Buitres sobre el país elegido

Nuevamente un artero golpe al país de la carne y la soja yugula nuestras esencias nacionales. Es lógico: el Pueblo elegido y reprobado quiere el país elegido. Vienen por nuestras carnes y también por nuestra Vaca Muerta; vienen por nuestros viñedos y también por el Agua; vienen por nuestros niños, y por sus órganos objeto de vil comercio de gerontes europeos convertidos en Cronos.
Bastó la protervia de un juez para que nuestro país fuera puesto de rodillas ante la usura. Se pretende cobrar una deuda que los argentinos no queremos pagar, se pretende que la Argentina no tiene derecho a elegir como país soberano cuál de nuestros deudores cobra y cuánto cobra con prescindencia de perimidos contratos. Un juez que no ha sido elegido por un sólo argentino pretende valer más que un pueblo de cuarenta millones. La opinión de un mediador vale más que la de decenas de integrantes de nuestra clase política. Y una Corte Suprema foránea se atreve a desobedecer el pedido de su propio gobierno, violando las normas republicanas.
Lo que está en juego es muy valioso: si hay alguna regla por encima de nuestra voluntad soberana. Si podemos apartarnos, por motivos de interés nacional, de los compromisos que contraímos cuando pedimos el crédito. En esto se juega la existencia de una nación que no reconoce sobre sí a Nada ni a Nadie. Retemplemos el espíritu para luchar, definitivamente, contra todos nuestros enemigos y alcancemos finalmente el destino de grandeza que nos merecemos. Las deudas no significan nada para un pueblo altivo que las contrae sin gratitud ni servilismo y que no está dispuesto a pagarlas.
Ludovicus

lunes, 4 de agosto de 2014

El Papa Francisco: la hipótesis Zelig

Es esta la última hipótesis que proponemos acerca de la misteriosa personalidad del Papa Francisco. Y se trata de una hipótesis complementaria a cualquiera de las que hemos visto anteriormente.
Toma su nombre del título de la película Zelig, de Woody Allen, estrenada en 1983. El protagonista, Leonard Zelig, ha logrado fama mundial gracias a su singular capacidad de adoptar la personalidad de cualquier persona que se encuentre a su lado. Este insólito hecho será estudiado por la doctora Eudora Fletcheer (Mia Farrow).
La película está presentada como un documental rodado en blanco y negro y al estilo de los filmes de la década del ’30, en el que se sigue la vida y evolución terapéutica de Leonard Zelig y su habilidad camaleónica que le permite confrontar su identidad individual y la colectiva y el desapego como medio para entrar a formar parte de manera complaciente en el núcleo de la masa social.
Zelig afirma en la película: “Miento porque quiero caerle bien a todo el mundo”. Y el relator comenta: “Estaba loco por asimilarse”. Más aún, el proceso patológico de Zelig lo lleva a “adquirir gusto plebeyos”, y la película se cierra con el colofón: “Esto demuestra que lo puedes hacer si eres un psicótico total”.
Cotidianamente Bergoglio es Zelig: está de acuerdo con su interlocutor circunstancial, sin importarle que mañana deba decir exactamente lo contrario a otro interlocutor. Pongamos un solo ejemplo de entre los muchos que existen: en su famosa y desafortunada entrevista con el Scalfari prácticamente se mimetizó con la postura del ateísmo humanista representada porel periodista. Afirmó, entre otras cosas: “Y lo repito. Cada uno tiene su propia idea del Bien y del Mal y debe elegir seguir el Bien y combatir el Mal como él lo concibe” o “El Hijo de Dios se encarnó para infundir en el alma de los hombres el sentimiento de hermandad”.
Poco tiempo después, se supo que, siendo arzobispo de Buenos Aires, le comentó en una de las entretenidas y amigables conversaciones que tenía con el P. Christian Bouchacourt, Superior de Distrito de la FSSPX, que “había leído dos veces la biografía de Mons. Lefebvre escrita por Mons. Tissier de Mallerais” ya que guardaba una profunda admiración por el arzobispo francés representante del tradicionalismo en los últimos cuarenta años.
Del mismo modo, es capaz de hablar en una homilía sobre el diablo y sus acechanzas, y al día siguiente de los cristianos semipelagianos, burlarse de quienes le ofrecen 3000 avemarías o mimetizarse con los obispos italianos que se quejan porque tiene sacerdotes conservadores en su diócesis que no quieren dar la comunión en la mano, diciendo que esos presbíteros se despreocupan del “cuerpo social de Cristo”!

Relato aquí una anécdota que me fue referida por el mismo protagonista. Hace algunos años, cuando ocupaba aún la sede porteña, un grupo de laicos con un pensamiento “derechoso”, en términos generales, le pidió que celebrara una misa en la catedral con motivo de un aniversario particular. El organizador del evento se encontró con el cardenal Bergoglio en la sacristía minutos antes del inicio de la celebración. Luego de un más que frío y distante saludo, le preguntó: “Decíme quiénes están en la iglesia”. El joven le comentó quiénes eran, con nombre propio aquellos más conocidos, y con referencias generales los menos. Luego, en la homilía, el cardenal habló como si fuera uno más del grupo conservador y de derechas que lo escuchaba. Nadie podía salir de su asombro de que ese mismo prelado que se negaba a apoyar las marchas pro-vida o que boicoteaba las manifestaciones públicas contra la ley del homomonio, pudiera tener un pensamiento tan claramente conservador. Por supuesto, no lo tenía. Era Leonard Zelig, o Juan Perón…