Los últimos posts y comentarios acerca de la catastrófica situación de Argentina y de su triste y lamentable historia desde el momento mismo de su concepción en las mentes conspirativas de mayo de 1810, me llevaron a pensar en Coteruco, el pequeño pueblo imaginario, en medio de algunas montañas españolas, en las que el genio literario de José María de Pereda desarrolla los acontecimientos de su novela Don Gonzalo González de la Gonzalera, un libro que todo tradicionalista o reaccionario debe leer sin excusas.
Argentina es el Coteruco del que se fue hace muchas décadas don Román Pérez de la Llosía, donde jamás existió un infanzón huraño pero noble como don Lope, y donde el señor cura don Frutos traicionó a ambos y se pasó al bando de los mandrias y fulleros que se hicieron con el gobierno del pueblo.
No expondré aquí el argumento de la novela, porque lo arruinaría. Deben que leerla quienes no lo hayan hecho, para entender qué fue lo que hizo y lo que logró la revolución. Transcribiré dos párrafos, de por sí elocuentes y, por eso mismo, que no precisan de mi parte comentario alguno:
“La dificultad no está en creer, señor Patricio, sino en tener razón. Yo os he explicado una vez el procedimiento que se usa en ciertas industrias bien dirigidas. Uno hace ruedas; otro, tornillos; otro, muelles; otro, agujas; otro, esferas; otro, cajas, y otro, monta el reloj, eligiendo lo mejor de cada pieza. De ese modo se forma una máquina que marca las horas con una precisión asombrosa. Pero si el de los tornillos, en vez de hacerlos bien, se mete a fiscalizar al que hace ruedas, o el de las ruedas usurpa sus atribuciones al de las cajas, o todos aspiran a montar relojes sin construir buenas piezas, la máquina no se moverá o andará como cabeza de loco. No es otra cosa una nación. Mientras el sabio estudio, y el zapatero haga zapatos, y el labrador cultive la tierra, un niño puede encargarse del gobierno de todos los pueblos; pero si el zapatero aspira a general, y el labriego tosco a pronunciar discursos y a desentrañar los misterios de la política, y el sacamuelas a presidir el gobierno, y todos los ciudadanos a ser ministros, el Estado no tendrá pies ni cabeza…, y a las pruebas me atengo. (…) La educación, el talento natural y otras mil causas providenciales, pueden, enhorabuena, hacer de la madera de un rústico labriego un gran legislador, pero esta preeminencia no se adquiere manejando la esteva, y algo la revela que yo no he visto todavía lucir en la frente de ninguno de mis convecinos de Coteruco”.
Y en otra ocasión, el mismo don Román le explica a don Frutos refiriéndose a lo que, en Argentina se llamó los “descamisados”, y en Chile los “rotos”:
“Error también, amigo mío. Estos hombres no piensan, no ven, no sienten como nosotros; viven adheridos a la costra de los sucesos y, a lo sumo, escarban en ella, pero no ahondan; juzgan con los sentidos, y no ven más allá del reducidísimo círculo de sus ideas, por necesidad mezquinas y personales, como sus hábitos y tendencias. Por eso, señor don Frutos, a estos hombres no se les domina por el prestigio del saber ni de la alcurnia, ni aun por el interés de la dádiva;…”.
Efectivamente, toda persona mínimamente instruida debe remitirse a las causas, pues de allí se desprenderán los resultados futuros.
ResponderEliminarSi efectivamente lo hace, deviene reaccionario. No hay otra.
Pero para serlo realmente hay que sea alguito mal tipo, es verdad.
Si sos muy bueno te metés y metido la óptica cambia. Pasa de objetiva a necesaria.
Pero el reaccionario no es tan malo o malo del todo; al exteriorizar su asco hace la única obra pedagógica que hoy puede entender un semi-bruto. Un bruto completo no, porque ya no entiende nada más que lo acotado a su órbita sensible.
El Monasterio del Cristo Orante en el sitio del New Litugical Movement!
ResponderEliminarhttp://www.newliturgicalmovement.org/2014/08/photos-of-monastery-in-argentina.html
He intentado comentar, pero creo que no ha salido, de manera que vuelvo a escribirlo:
ResponderEliminarMe parece una magnífica recomendación, y además es un libro que se lee de un tirón.
Con permiso del Blogger, incluyo otra mínima cata:
<<-Pues si en eso no pensara yo, ¿cree usté que mi concencia...?
-¡Concencia!... ¡Ay, Gildo, qué poco sabes del mundo! La concencia es según que se la trata: mímala mucho, y no te dejará sosegar con quejas, de día ni de noche; olvídate de ella, y no dirá siquiera «esta boca es mía».
-¡Buena está esa cuenta!
-No se echan otra los hombres de bien, en estos casos. Por lo demás, Gildo, todos quisiéramos hacer el agosto sin segar la mies; pero no hay tortilla sin cascar huevos... Así es el mundo, y así ha de ser hasta que fenezca: unos cuerda, y otros pescuezo; y si lo quieres más claro, diréte que hasta falta a la ley de Dios el que, pudiendo ser araña, se contenta con ser mosca.>>
"Esto va a durar dos o tres años; después llegaré a la casa del Padre"
ResponderEliminarAlguien puede explicar que quiso decir?
"Esto va a durar dos o tres años; después llegaré a la casa del Padre"
ResponderEliminarAntiquísima táctica argenta de conservar el poder. Rosas le mandaba todos los años la renuncia a los gobernadores, hasta que Urquiza le aceptó el envido. Perón preguntaba todos los 17 en la Plaza si querían seguir teniéndolo de Presidente.
El que habla se jode y el que quiere ser dice que no quiere ser y el que es dice que no quiere seguir siendo. El único que violó la regla fue Duhalde, que dijo que se iba y se fue: lo mataron.
Somos el pueblo de la máscara de Fernando VII, la verdad no paga en política argenta, el político anda embozado más de lo que Maquiavelo recomienda.
El jacobinismo desnucó el orden definitivamente, pero hay lugares donde mucho más y esto se ve en las diferencias a pesar de imperar la misma doctrina política.
ResponderEliminarPorque una cosa es que se implante la revolución cuando está naciendo una nación y otra luego de milenios de civilización previa en ese mismo territorio.
Se puede ver en muchísimos casos, pero pongamos uno, "el federaismo":
El federalismo está entre las primeras cosas que el revolucionario ataca y a lo sumo deja como simulacro declamatorio; así en la Argentina como en España.
Pero en Argentina es un mentira grosera, solo vigente para votar y elegir cargos provinciales, con un inmenso territorio y donde se apiña la mitad del país en dos ciudades que son una (Capital Federal y Pcia de Bs As), y el resto en dos o tres ciudades más importantes aunque menos.
De hecho, es escandalosa la imagen aérea. Solo llegando al DF, a Sao Paulo o a Buenos Aires en avión y de noche se ve un mar de luces semejante; pero México y Brasil, si bien errados en esto como la Argentina, al menos son inmensamente más grandes poblados.
Ahora bien, en España los tradicionalistas también se quejan del falso federalismo, por cuestiones que si bien importantes son menores, como el caso de la reasignación de la recaudación fiscal, etc.
Pero el suelo patrio lo tienen configurado desde antes de las revoluciones post fernandinas. A España la hizo la Monarquía social, federal y representativa. Pueden los jacobinos ibéricos violar "en lo posible" el federalismo, pero las ciudades están allí de antes; son muchas y desparramadas por todo el territorio, con importancias similares. Ese mapa es previo a la revolución y es terreno ganado para siempre y "la base está".
Entonces tenemos a un país apenas más grande que Buenos Aires, con casi la misma población y sin ciudades monstruosas...
Y ni hablemos en la incidencia criminal, ideológica, inmoral, etc, que trae apaejado todo gran apiñamiento de gente (fábrica de burgueses)
¡Nos es lo mismo el mismo mal acá que allá!
En definitiva, lo que quiero decir, es que la revolución vive de los girones de civilización que van sobreviviendo de los siglos pasados, y nosotros, acá, tenemos poquitos siglos pasados.
Eso es muy evidente. Lo ve cualquiera que haya viajado con algún interés mínimo que exceda el de fotografiarse con Mickey.
Sr. Ludovicus, usted está equivocado. Rosas no le mandaba todos los años la renuncia a los gobernadores. Estaba obligado por ley a poner en consideración de los gobernadores,cada año, el manejo de las Relaciones Exteriores que se le habían conferido. Los gobernadores a su vez, estaban obligados a responder por sí o por no esa concesión que le habían otorgado.El año que Urquiza le nego esa facultad se debió,precisamente, al hecho de que ya se había pasado al Ejército Brasilero por la suma de 100 mil patacones. De modo que, en todo caso el "argento" fue Urquiza y no Rosas. En cuanto a Perón, a quien tengo por un gran hijo de puta, y en las antípodas de Rosas,no recuerdo que preguntara todos los 17 en la Plaza si querían seguir teniéndolo de Presidente. Si hay alguien que no responde al fenotipo argento que aquí están denunciando con razones, ese alguien es Rosas. Y perdone Ludovicus, pero debo decírselo.No caiga en la tentación de hablar de todo lo humano y lo divino. Porque eso es lo argéntico. Usted sabe de lo divino, y mucho y bien. Hable de eso. Nos conforta a todos cuando lo hace. El resto déjeselo a los estudiosos de las distintas ciencias particulares.
ResponderEliminarUn abrazo
Anónimo
Estimado anónimo de las 5.40:
ResponderEliminarLamento desilusionarlo, no soy un experto en "lo divino". No soy teólogo, ni siquiera teópata, como muchos otros que escriben bien y mucho en este blog.
En cuanto a Rosas, es conocida su táctica de fingir no querer aceptar el poder. La "puesta en consideración" de su carácter de Encargado de las RREE a los gobernadores equivalía en la práctica a una renuncia. Y regateó lo más posible, frente a la Legislatura, su aceptación del cargo de Gobernador, para lograr que se le otorgaran las facultades extraordinarias. Rosas es el primer gobernante argentino que comprendió profundamente el ethos político de su pueblo, expresado en la "máscara de Fernando VII": reticencia política, hipocresía, terror a las posiciones nítidas sobre todo cuando exigen una actitud individual de rebeldía y a la verdad, además de extrema docilidad ante el poder. Rosas, Perón y Kirchner, en un orden lamentablemente descendente desde el punto de vista axiológico, forman una línea de continuidad formal en cuanto entendieron el ethos del pueblo argentino, por cierto también un un orden de descenso moral progresivo. Pero hay hábitos sociales constantes. En USA es inconcebible un Rosas, un Perón o un Kirchner; aunque hayan tenido dictadores llamados Lincoln o Roosevelt, son muy diferentes. No digo que mejores. Lo que cambia la naturaleza del dictador es la materia en la que inhiere formalmente, id est, el pueblo.
En cuanto a Perón, sí, era su costumbre todos los 17 de octubre, lo presentaba como una suerte de plebiscito por aclamación. Si Ud "no lo recuerda" será por la edad, le sugiero que consulte las transcripciones.
Cordialmente.
Le dejo una breve muestra, discurso de Perón el 17 de octubre de 1946, en que se inaugura la costumbre. No estoy seguro de que la haya mantenido en todos los años subsiguientes, pero la intención de mostrar el desapego al poder está clarísima:
ResponderEliminar"PERON - Y así como he de preguntarles todos los 17 de Octubre, en este mismo lugar, les pregunto hoy por primera vez si he trabajado por el pueblo en estos cuatro meses.
Quiero preguntarles también si he defraudado las esperanzas que ustedes pusieron en mí. Y, finalmente, si en este 17 de Octubre sigo siendo para ustedes el mismo coronel Perón de otros tiempos.
- Los trabajadores responden: ¡¡¡¡ SI !!!!
PERON - Como este gobierno es de los «descamisados», he de hacerles todos los años estas preguntas, porque no deseo ocupar el poder un segundo más después de haber perdido la confianza del pueblo"
En cuanto a Rosas, permítame ofrecerle también una muestra de sus renuncias enviadas a la Legislatura:
ResponderEliminar"La irreparable pérdida de mi amante esposa Encarnación, la prolongada lucha de mis más queridas afecciones para subordinarlas a mis altos deberes y los principios de mi vida pública, aléjanme de una posición en que fuera desacuerdo reproducir sacrificios ya colmados. Con intenso anhelo, muy encarecida y humildemente, os suplico que, sin pérdida de tiempo, elijáis la persona que ha de sucederme en el mando supremo de la provincia"
Me solidarizo con anónimo de las 5:40.
ResponderEliminarHay ciertas cosas que después de los ocho tomos de Julio Irazusta sobre la vida política de Juan Manuel de Rosas están demás.
A leerlo, pues, que "Para los hombres de espíritu se han hecho las grandes empresas", como dijo el Gral. San Martín.
Atentamente
Monsieur Ludovicus:
ResponderEliminar¿La Argentina no existe entonces?
y de paso,
¿Tiene Ud, pasaporte de la Unión Europea?
Ludovicus: definitivamente nos ha desilusionado a todos.
ResponderEliminarClaro, un mismo hecho puede ser interpretado por distintas personas de acuerdo a la buena o mala leche que uno tenga.
Si ud deduce que la tactica de Rosas de no querer aceptar el poder si no es con facultades extraordinarias era por pura ambiciòn, como si Rosas fuera un Boudou o un Anibal Fernandez mas, entonces lamento informarle que a ud el Kirchnerismo lo ha trastornado.
Que le haya trastornado su anàlisis sobre Peron, vaya y pase. Me consta que ha muchos le ha sucedido.
Ahora, poner en el mismo plano a Rosas que a Kirchner ya es mala leche. O, en el mejor de los casos, antipopulismo sonso.
Es curioso. Ludovicus cree ofrecer una prueba de la ruindad de Rosas y nos regala una prueba de su humana fragilidad y de su aquilatada prudencia.No se siente en condiciones de seguir gobernando y pide ser reemplazado. Es imposible no aplicarle a Ludovicus aquello de que "el ladrón cree que todos son de su condición". Con este criterio, la renuncia de Benedicto fue todo un ardid para que lo eligieran de nuevo. Como en Roma,por suerte, había un montón de Cardenales Urquiza, no se tragaron el sapo de que era una maniobra para acrecentar el poder y lo eligieron a Bergoglio.Con cuánta razón decía Croce que, en materia de historia, cada cual prefiere lo que lleva adentro.¿Cómo ver la grandeza en la historia y en sus protagonistas, cuando el que tiene que verla es sólo un pequeño? ¿Cómo admitir la sensibilidad y el dolor de un hombre de mando, acorralado por la viudez reciente, si el que tiene que observar ese gesto cree poseer el don de la cardiognosis, y ya sabe que se trata sólo de una burda maniobra para tener más poder?
ResponderEliminarQuerido Ludovicus: ¿De veras cree usted que puede empezar una oración diciendo: "En cuanto a Rosas, es conocida su táctica de fingir no querer aceptar el poder"? ¿Conocida por quien, hermano? ¿Me podría citar sus últimas cinco lecturas CIENTIFICAS Y DOCUMENTADAS que prueben esta peticiòn de principio?
ResponderEliminarDice Ludovicus que "La puesta en consideración(de Rosas) de su carácter de Encargado de las RREE a los gobernadores equivalía en la práctica a una renuncia".
ResponderEliminar¿Podría probar este juicio con algo más que con su doxa? ¿Cuál es el sustento jurídico-político por el cual, usted equipara el manejo de las RR.EE con la Gobernación de Bs.As?
SR. Ludovicus,insisto, usted está equivocado. No hay ninguna equivalencia entre el discurso de Perón a su gentuza y la carta de Rosas a la legislatura? El primero es la retórica barata y pública de un demagogo, propalada en la plaza pública. La segunda es la señorial y privada rogativa de un hombre abatido, en la soledad de su dolor y de su conciencia del desgaste.
ResponderEliminarSegún Ludovicus, en Perón "la intención de mostrar el desapego al poder está clarísima".
ResponderEliminarNo hubo nadie en la Argentina que de modo más explícito, reiterado, sensual y grotesco, haya indisimulado su apego por el poder.Desde el "Braden o Perón" del '45 hasta el Cámpora al gobierno, Perón al poder" del 73. Tal vez Ludovicus no lo sepa por su edad.Paciencia
Ludovicus dice: "Y regateó(Rosas) lo más posible, frente a la Legislatura, su aceptación del cargo de Gobernador, para lograr que se le otorgaran las facultades extraordinarias".
ResponderEliminarNo me parece que ses así. No hubo tal regateo. Al contrario, puso como conditio sine qua non para aceptar el cargo, tres cosas:a)las facultades extraordinarias;b)la suma del poder; c)un plebiscito. ¿De qué regateo hablan? Es al revés.Regatea el tipo que se quiere llevar una pizza por dos mangos menos. No el que no se la lleva sino le ponen aceitunas, morrones y le entregan a la mina que atiende la caja.
La mazorquera de Montserrat
Calma, señores.
ResponderEliminarNi he equiparado a Rosas con Perón ni con Kirchner. Hablé de una paralela decadencia axiológica, que corresponde con la decadencia del pueblo argentino.
Ni he juzgado sus condiciones de gobernante.
Ni me interesa denigrar a Rosas, ni hacer de él un ídolo.
Me limité a decir que recurría a su conocimiento experto de la cultura política del pueblo argentino.
Rosas fue un aceptable gobernante, pero me niego a aceptar su legado sin beneficio de inventario.
Ahora, quizás convenga agregar que sí fue un importante antecedente del populismo y el totalitarismo moderno. No creo que la -por lo menos tolerancia- de grupos parapoliciales, el uso de métodos de propaganda política idiotizadora y su desconcertante falta de operatividad institucionalizadora con su abulia final formen parte de su legado positivo.
Pero es mi opinión, si los defrauda, paciencia. Sólo que no insulten mi inteligencia, no voy a achacarle a Rosas el fusilamiento de Camila O'Gorman.
Al anónimo de las 14,56, que me pide probar que la renuncia a la conducción de las RREE de la Confederación implicaba también la renuncia al cargo de Gobernador: mi amigo, le transcribí una de las renuncias periódicas que mandaba Rosas a la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires junto con la que enviaba a las Provincias. En rigor, envidiaba sendas renuncias.
Por cierto, la renuncia aceptada por el traidor a la Patria Urquiza y por la Provincia de Corrientes fue pintorescamente a su vez no aceptada por la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires. Renunciaron la aceptación de la renuncia.
También disimular el ridículo forma parte del acervo de la política argentina.
A la mazorquera de Montserrat,
ResponderEliminarPuede ser que el término más adecuado sea chantaje. Los lomos negros y el gobierno de Balcarce conocieron cómo se desestabilizaba a un gobierno sin el marido de Encarnación.
ResponderEliminarAl anónimo que me reprocha poner un texto de renuncia en medio de la tristeza por la pérdida de su compañera Encarnación, su noble abatimiento, etcetera: puse el texto que tenía a mano. Pero renunciaba todos los años y que yo sepa Eugenia Castro no se le murió nunca.
Cordiales saludos.
Termino, para completar la semblanza, que Rosas fue un eximio hombre de Estado, un estadista formidable, un conductor experto. Un gran defensor de las Provincias Unidas del Río de la Plata, y un continuador de las mejores líneas de la administración hispánica.
ResponderEliminarPero me rehuso a considerarlo un santo e incluso un héroe. Mil perdones.
Ludovicus, usted dice: "Me limité a decir que(Rosas) recurría a su conocimiento experto de la cultura política del pueblo argentino". No es cierto, amigo. No se limitó a decir eso. Dijo muchas otras cosas que suscitaron interesantes y atendibles réplicas o pedidos de precisiones. ¿Tanto cuesta decir: "retiro lo dicho en el punto tal, la pifié en el punto cual".?Creáme que no se le caerá ningún anillo si lo hace, excepto el tan buscado por Saurón.
ResponderEliminarLudovicus, se lo pido por favor. No repita: "quizás convenga agregar que sí fue(Rosas) un importante antecedente del populismo y el totalitarismo moderno". Ofende la inteligencia de quienes han estudiado profunda y seriamente este tema y que, indudablemente Usted no ha leído. Olvídese de la línea Mayo-Caseros que le enseñaron en el "bachi", como decía Castellani.De veras me da vergüenza corregirlo en público. Retire lo dicho.
ResponderEliminarDice Ludovicus:"Al anónimo de las 14,56, que me pide probar que la renuncia a la conducción de las RREE de la Confederación implicaba también la renuncia al cargo de Gobernador." No le pido que pruebe eso. Le digo que no lo puede probar porque no son equiparables.Y que una renuncia no implicaba la otra. Y que la renuncia la presentaba porque era legal hacerlo.Es como si yo le dijera a usted que cada dos años renueva el contrato de locación con el dueño de su departamento porque usted se quiere quedar con la propiedad y espera que el propietario renuncie a su casa y se la regale. Usted transforma un requisito legal en un ardid. Una condición legal o trámite legal en una maniobra cínica o en una captatio benevolentiae llena de dobleces.
ResponderEliminarDaño colateral de la erudición. Por mucha biblioteca y mucha data que tengas, si a tu corazón y a tus inclinaciones les repugna la figura del jefe terrible, vas a traer letras para convertirlo en horrible (o por lo menos en punto de partida de la decadencia), y todo lo que exceda de la documenta pasará a ser idolatría. Giles los otros, no nosotros. Más o menos lo mismo que en otros blogs por ahí, que a golpes de citas quieren "deshinchar" a los maestros.
ResponderEliminarChino Benitez
"Renunciaron la aceptación de la renuncia.También disimular el ridículo forma parte del acervo de la política argentina"
ResponderEliminar¿y cuál es la ridiculez de no aceptar una renuncia que se sabía motivada en un acto de traición formal a la patria?
Conozco muy poco de Rosas como para intervenir en el debate, pero por lo poco que conozco, y por el sentido común más elemental, creo que nadie puede negar que Rosas fue un digno representante del populismo y del totalitarismo.
ResponderEliminar¿Cómo llar si no, a la obligación de usar la divisa punzó, o al "Federación o muerte", a la Mazorca, policía política de la época?
Dice Ludovicus: "puse el texto que tenía a mano". Allí está el problema,amigo. La historia no se escribe con textos que uno tiene a mano. Y aún si fuera así, esos textos que se tienen a mano deben ser sometidos a una hermenéutica seria. Eugenia Castro se le murió el 3 de febrero de 1852, aunque haya muerto mucho después. Y no le nació sino después que murió Encarnación, aunque hubiera nacido antes. Ahora si para usted el oficio de historiador es el de inspector de braguetas, le sugiero que se pase al blog de Federico Andahazi
ResponderEliminarEstimados anónimos, no retiro nada de lo dicho. Lamento ofender el culto rosista, al punto de que criticar los aspectos negativos del personaje -que los tuvo y bastantes- implique algo así como una apostasía.
ResponderEliminarNo comulgo con la línea Mayo-Caseros, pero tampoco me trago ningún relato sin masticar. Esto no es un Boca River. Recuerdo un furibundo rosista que criticaba la inmoralidad de Sarmiento y reaccionaba indignado cuando le mentaban a la pupila de Rosas, Eugenia, y el oscuro destino de sus vástagos a los que desconoció incluso en su testamento, afirmando con dignidad que no había que meterse en la vida privada de los próceres.
Así cualquiera.
Me rindo muchachos, en serio. Si el mismísimo Wanderer que es hoy, en la Argentina, una de las testas de mayor calidad y hondura, de mayor penetración y agudeza,y uno de los auténticos maestros que nos quedan, dice que Rosas era populista y totalitario, no quiero saber el final. No quiero leer un comentario de apoyo diciendo que vendía las cabezas de los unitarios como duraznos o le pegaba el moño rojo con brea a las señoritas unitarias.Quedemos en paz. Sí, Ludovicus, Rosas era totalitario como Hitler. Si Wanderer, la mazorca era la Gestapo.
ResponderEliminarHablemos del accidente de la familia Bergoglio. ¿No será mufa,además,el Pancho.
Un abrazo desilusionado y doliente
El Primer Anónimo que empezó este despelote
No creo que Ludovicus diga nada que no dicen Manuel Gálvez o Pepe Rosa. Las "renuncias" no eran sinceras sino una táctica, es harto conocido (y lo dicen los dos que traigo arriba).
ResponderEliminarx Rosista sí, leyenda rosa no
Ludovicus: ¿Quién es el "furibundo rosista que criticaba la inmoralidad de Sarmiento y reaccionaba indignado cuando le mentaban a la pupila de Rosas"? Porque ese tipo, sea quien fuere, no es un furibundo rosista, es un pelotudo. Conozco en cambio a un rosista de tomo y lomo, con varias obras a cuestas sobre el punto, que condena abiertamente el amorio con la Castro. Aristóteles dice que hay que mirar a los seres en sus más altos exponentes no en sus degradaciones. Estudie lo que dicen los rosistas ponderados, no los "furibundos rosistas"
ResponderEliminarAlgún día tenía que pasar: algún día se tenía que escapar la vizcacha.
ResponderEliminarEste sí es el genuino mal argentino: pontificar sobre todo y "disputar" sobre nada.
A fuerza de ejercer de "profesionales del diagnóstico", devenimos en "expertos diseccionadores de calamidades" como si esto nos exorcizara por algún extraño privilegio, del ser parte substancial de esa misma calamidad.
-¿Y qué es la calamidad?..."la calamidad son los otros, los argentinos".
-¿pero Ud. no lo es también? ..." ¡De ninguna manera!¡yo Arg..(perdón, olvide que para un vero católico, cuya "imaginación" vive en el cielo, la patria es una tentación mundana y demoniaca ) entonces..¡yo Parusiamaniaco!".
-¿Pero la vida es "milicia sobre la tierra; la Eternidad se resuelve en el instante presente, que es lo único que realmente Dios nos da en posesión; no se da lo más alto sin lo más bajo, etc...?..."Naaa. Esos son voluntarismos pelagianos, con olor a jesuitismo, propio de la gilada".
- ¿y la santificación de la Autoridad, el Bien Común, la Creación que aguarda expectante...?... "Pamplinas. Todos los que ejercen el poder, por ese solo hecho, ya sirven a Mamón.¡El poder corrompe! ¡Y si el poder es político, peor!...¡Platón, Platón y tus reyes filósofos, cuanta razón!"
-¿y cómo arreglamos esto?..."No se ni me interesa: estamos para cosas más alta.."¡Tan cerca Oh Dios de Ti, tan cerca si, aunque sea en un blog...!"
-¿pero los orcos están a la puerta?..." ¡La culpa es de Pepe Argento! ¡No me peguen, soy Giordano!"
La vieja tentación escapista del progresismo, infiltrada en las filas Tradi.
Los "profetas de calamidades" difícilmente sean tipos simpáticos. Pero los meticulosos "diseccionadores" son, definitivamente,insalubres.
Se llama realismo Wanderer, no populismo ni totalitarismo. Realismo. Un gobernante gobierna sobre un pueblo. O llamelo gente si "pueblo" le resulta hediondo.
ResponderEliminarY el "pueblo" no es Moyano ni Barrionuevo.
Al igual que a Ludovicus, su antipopulismo ideologico, consecuencia directa de su intelectualismo exacerbado le impiden ver la realidad mas elemental.
Primer anónimo. Todo eso le pasa por pensar que yo soy todo lo que usted dice que soy, y que no lo soy en absoluto. Créame que no soy más que un pobre infeliz.
ResponderEliminarYo no dije, y tampoco Ludovicus, que Rosas fuera Hitler y que la Mazorca fuera la Gestapo. Simplemente digo que en se encuentran en Rosas rasgos propios de lo populismos modernos y que su forma de gobernar tuvo rasgos también de gobiernos totalitarios. Sólo eso.
Al anónimo de las 17.42, el problema no es que Eugenia Castro se le haya muerto un día de 1852.
ResponderEliminarEl problema es que se le murieron también los cinco hijos. Y eso me parece que trasciende a la mera inspección de braguetas. Digo. Los hijos murieron en realidad mucho después, en oficios serviles, sin apellido.
Lo único que falta es que en un blog donde cuestionamos la infalibilidad de las canonizaciones o la lealtad de San Martín canonicemos a Rosas.
Brillante la erudita precisión del anónimo de las 17,56: "y lo dicen los dos que traigo arriba". Además, ¡justo Pepe Rosa como argumento de autoridad!
ResponderEliminarNo fueron cinco, Ludovicus. Fueron 7. A todos y a ella ayudó materialmente cuanto pudo desde el destierro. Si hubiera leído la correspondencia entre ambos lo sabría. No murieron sin apellido, sino con el apellido materno que era ilustre, pues Eugenia era hija de un Oficial de la Confederación. Y sí, murieron algunos (no todos) haciendo trabajos serviles. Como Rosas, que murió, laburando de peón de campo.Paradojas de la vida,vio. El ayudante de un carpintero de bario murió junto a dos chorros. No se sulfure,amigo. Nadie quiere aquí canonizar a Rosas.
ResponderEliminarNo fueron cinco, Ludovicus. Fueron 7. A todos y a ella ayudó materialmente cuanto pudo desde el destierro. Si hubiera leído la correspondencia entre ambos lo sabría. No murieron sin apellido, sino con el apellido materno que era ilustre, pues Eugenia era hija de un Oficial de la Confederación. Y sí, murieron algunos (no todos) haciendo trabajos serviles. Como Rosas, que murió, laburando de peón de campo.Paradojas de la vida,vio. El ayudante de un carpintero de bario murió junto a dos chorros. No se sulfure,amigo. Nadie quiere aquí canonizar a Rosas.
ResponderEliminarEs que a veces nos olvidamos que Marta y María no sólo eran católicas. También eran hermanas.
ResponderEliminarSeparar el trigo de la cizaña al entrar en historia, Wanderer, es lo que conviene al estudioso del pasado, en especial el pasado de la patria. Cristo conoció la suya enteramente. Y es algo que habitualmente se hace en esta página, con personajes de otros oficios, digamos.
ResponderEliminarSeñalar los defectos de una persona admirable no es suficiente como para degradarlo a ser "uno más" o simplemente un "populista". Eso es ignorancia. Pero la ignorancia no es veneno si uno la reconoce y la enmienda. Ud. mismo dice que no conoce de este tema: pues entonces vaya y conozca, como suele decirle ud. a los que no les da el piné.
Sus excesos -los de Rosas- y los excesos de aquella época dura, creo que son tenidos en cuenta por todos acá. Hay un excelente libro de A. Caponnetto que lo hace descarnadamente, y alguien citó la Correspondencia que nos legó Irazusta, obra monumental. Ahí tiene para empezar.
Además, no veo que nadie le haya levantado un altar a Rosas. ¿Quién necesita eso?
Chino Benitez
Y llegó nomás el final que no quería ver. Apareció un tipo que para ayudarnos a entender esto nos deriva a un artículo de La Nación diario,¡de María Saénz Quesada! ¿Quién da más? ¡Un Grosso chico por aquí! Un Levene por allá
ResponderEliminarWanderer, por si sirve de algo:
ResponderEliminarIrazusta fue el conservador más inteligente, más brillante que tuvo el país.
Aunque no lo dice, lo prueba un mendocino -creo que se llama Segovia.
JI fue el primer argentino que estudió en Oxford, o uno de los primeros.
Eso es todo, por ahora.
Atentamente
En sus tiempos de Secretario de Comercio, Guillermo Moreno tenía un poster, en su despacho, donde se veían los rostros de San Martín, Rosas, Peron y Kirchner.
ResponderEliminarNo digo que G. Moreno sea una autoridad, pero es curioso notar que para ellos sí existe cierta filiación.
PS. El resto de las paredes formaba, para ser sinceo, un conjunto bastante ecléctico.
¿la adulación, el servilismo, el culto a la personalidad, el espíritu faccioso, no son una constante en Rosas, Perón y Kichner? Rosas tuvo la mazorca, Perón la UES y la Alianza, Kichner la Cámpora.
ResponderEliminarLa verdad que si hay coincidencias. Todos fueron antirrepublicanos, todos violaron derechos naturales, todos se sustentaron en el populacho.
Nacionalista Republicano
Rupertus dijo,
ResponderEliminarPor lo que he leído, Ludovicus dijo que Rosas compartía con Perón, con Roca, con Néstor y con Cristinanosehaganlosrulos la triquiñuela de hacerse rogar para agarrar el poder, y una vez instalados simular que te querés ir para que te sigan rogando. La verdad, no me parece tan extraño, como dijo un comentarista Irazusta y Gálvez lo admiten en Rosas como un artificio para retener poder.
Si te querés ir te vas. O vana a creer que el rito de mandar tu renuncia todos los años a la legislatura es algo serio.
Después viene Wanderer y afirma que hay elementos totalitarios y populistas en Rosas. Ahora bien, es lo que dijo toda una generación de escritores revisionistas nacionalistas: que Rosas era precursor del fascismo. Lo decía Ibarguren y no pasa nada, ahora lo dice Wanderer y se arma un quilombo.
Muchachos maduren, los Reyes son los padres y los políticos son bribones. Mucho o poco. Todos o casi todos.
En cualquier momento se arma aquí una sucursal de ISIS bajo el lema Rosas es Alá y Manuelita su Profeta.
ResponderEliminarPucha que son fanáticos los rosistas, Rosas fue un paisano inteligentísimo, gran político pero con defectos gruesos. Fomentó el culto a la personalidad y permitió el fanatismo y la propaganda política para lograr fines muy nobles. Tuvo unos enemigos repulsivos. Lo difamaron y mancharon su memoria, que no es impoluta.
No pasa nada por decirlo.
Viamonte
CP:Si usted lo sigue a Bergoglio verá que a él le da lo mismo citar a León Bloy, a Marechal,a Angelelli,Mugica o Mandinga. Para él existe una misma filiación,claro. ¿Y qué prueba esto? ¿La existencia real de esa filiación o la confusión más extrema, el sincretismo más horroroso, el irenismo más salvaje?
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ResponderEliminarEs a esta altura una premisa de común aceptación en la ciencia social que el peronismo se inspira en la doctrina social de la Iglesia.
Trató de concretar realizaciones prácticas más allá de lo teórico.
De allí la pertenencia de católicos de fuste en lugares clave, como p. ej. Tomás Casares (presidente de la CSJN).
Ello explica la urticaria que causa a la cosmovisión individualista, pseudo tradicional, que olvida nociones básicas como el destino universal de los bienes y la concepción orgánico de cuerpo social (ya presente en los Padres), que le impide interpretar fenómenos comunitarios a los que califica como totalitarios.
TRIBUNUS.
Dice Rupertus: "que hay elementos totalitarios y populistas en Rosas. Ahora bien, es lo que dijo toda una generación de escritores revisionistas nacionalistas: que Rosas era precursor del fascismo. Lo decía Ibarguren y no pasa nada, ahora lo dice Wanderer y se arma un quilombo"
ResponderEliminarRupertus usted es un ignorante completo. Sólo por citarle a uno de los miembros destacados de esa generación revisionista a la que usted alude, que fue Manuel Gálvez, le diré que él dice expresamente que Rosas no fue un precursor del fascismo. Le será fácil hallar la cita, pues en su famosa VIda de Don Juan Manuel de Rosas, en el Indice analítico, hay un subtítulo bajo ese nombre. También se opusieron a toda consideración de un Rosas fascista, revisionistas destacados como los Irazusta o Ernesto Palacio.
Fanáticos de verdad son los antirrosistas, y cualquiera que se defina por oposición. Antes que el populismo está la razón ancestral del caudillismo, o sea la jefatura; que el republicanismo nunca pudo sustituir, sólo postergar o maquillar. La democracia moderna, al fin cuentas -que es la vieja demagogia pero en registro grasa-, es camino derecho a peores tiranías.
ResponderEliminarPrimero veamos la razón de orden natural (el orden, la jerarquía, la autoridad) y luego todos los avatares de la historicidad, la sociología, el recurso de biblioteca, etc. Salteás esta razón primera, sonaste. Siempre y cada vez que aparece uno que manda, chau los fundamentos.
Rosas se explica por esta razón primera: su jefatura, su propósito, su resolución. A diferencia de Perón, no quiso dejarle a la Argentina el "rosismo", quiso otra cosa.
Chino B.
Nacionalista republicano: si gobernás y no tenés en cuenta la realidad humana es porque sólo contás con la inversión o la invasión extranjera. Por eso a los republicanos se los llevan puestos los "populismos", y lo único que les queda es salir a festejar a la avenida, al final. Y vuelta a empezar, pero cada vez desde más abajo. Si no entendés un Liniers, un Rosas, un Yrigoyen, un Perón, es porque seguís creyendo que un país se arma solito adentro de los bancos y las legislaturas. Y por eso tampoco entendés porque simples chorros como los KK hicieron la vuelta carnero arriba de nuestros lomos. A la fecha, el tipo argento es vivo y garca, sí, pero también amnésico, un mamerto individualista inmensamente pelotudo y distraído.
ResponderEliminarChino B.
Es el primer comentario de Ludovicus que me cae mal.
ResponderEliminarY eso que no soy "nacionalista", que es un derivado de la Revolución y una ruptura.
Tardé muchos años en comprender más o menos a Rosas, porque su sola mención (igual que la del Otro) estaba prohibida por mi abuelo. Dicho sin hipérboles. Estaba literalmente prohibida.
Rosas era un Señor de la Tierra, tal como el Cid, con su mesnada y sus rarezas medievales.
Urquiza era un señorón burgués masón y clerical, tal como lo demuestran la escuadra y el compás puesto en el altar de su espantosa capilla privada en el Palacio San José.
"Rosas se explica por esta razón primera: su jefatura, su propósito, su resolución. A diferencia de Perón, no quiso dejarle a la Argentina el "rosismo", quiso otra cosa"
ResponderEliminarDiscrepo. Rosas fue el clásico dictador sin plan B y sin sucesión. Conservador hasta la médula, y egocéntrico a ultranza. Nunca intentó fundar un régimen, se limitó a gobernar bien y durar lo que se pudiera. Y, pecado político grave en un dictador de estas características, fue derrocado. No tuvo la habilidad política suficiente para desentrañar las intrigas rioplatenses y lusitanas, trabar las alianzas necesarias, distraer al Brasil y confundir al traidor Urquiza, el hombre que rindió a Francia e Inglaterra.
Da la impresión de que algunos cargan a Rosas de contenidos simbólicos imaginarios o ideológicos. Ese no es el Rosas real, el que meaba al embajador inglés, literalmente, pero que se jactaba en el ostracismo de que tenía nietos ingleses que harían valer sus derechos patrimoniales. O decía que era católico "sin otra razón que porque era la religión de sus padres".
Nacionalista Republicano
"Si no entendés un Liniers, un Rosas, un Yrigoyen, un Perón,... intensamente pelotudo y distraído"
ResponderEliminarChino Benítez, los entiendo perfectamente. Permítame decir que no comparto su populismo y su manipulación adulatoria y servil de las masas. Hay otro mundo: Oliveira Salazar, un dictador con muchos defectos, jamás llenó una plaza o le puso su nombre a un callejón. Tampoco le puso cinta con brea a nadie en la cabeza, ni obligaba a encabezar los documentos públicos y privados con denuestos tratando de locos y salvajes a sus enemigos. Y esto no es leyenda liberal marmólea, es la verdad.
Hasta para ud. puede ser un ejercicio republicano de respeto por el otro, bastante más saludable que llamar pelotudos o distraídos a los que no tienen sus mismas ideas. Eso no es liberalismo ni creer que un país se arma con bancos o legislaturas. Es civismo.
Nacionalista republicano
"Es el primer comentario de Ludovicus que me cae mal".
ResponderEliminarJ, me preocuparía mucho si nunca le hubiera pasado. Congratulaciones,y tenemos algo en común, a mí casi todos mis comentarios me caen mal.
Toto corde,
Republicano, sólo considero pelotudos a los mamertos amnésicos y distraídos, a ud. no lo conozco. Por supuesto que hay tipos de jefes y gobernantes mejores, incluso algunos que no llegaron a serlo y habrían sido (en la imaginación) mejores aún. Entre los que fueron, póngale García Moreno, y por supuesto Oliveira. Pero mire ud. qué zonzo G. Moreno no haber previsto que lo iban a asesinar y qué gil Oliveira al no lograr que se estabilizara y perdurara su estado novo. Pero está la realidad, estúpido (no va para ud.), y está el mal y el malvado, contra lo cual hace mucho que no surte efecto la teoría impoluta, cuatro o cinco milenios más o menos. Ahora, si ud. me habla de ideales, de mundos posibles y universos alternativos, la vamo a pasar bien. Su civismo es, en el mejor de los casos, un purismo impracticable, salvo a solas o en la intimidad familiar.
ResponderEliminarChino B.
Me llama un poco la atención que las críticas parciales a Rosas, después de todo fue un hombre, susciten tanta reactividad emocional y tanta desilusión. Parece que la figura de Rosas está como cristalizada, congelada en virilidad, en forma parecida a como lo hicieron los gobiernos liberales con sus próceres y ahora lo hacen los populistas con Perón o con Kirchner. Este síntoma muestra algo más.
ResponderEliminarSin comprar la tesis de Martínez Estrada, hay un problema de identidad parental innegable en el argentino, del que da cuenta la proliferación de la bastardía y los lamentos por la vieja y hasta el tema de los desaparecidos.
Con un padre inexistente, en la búsqueda, típico de la etapa de indeterminación adolescente. La estructura parental argentina, decía Martínez Estrada, adolece de padre y genera una sexualidad de contornos poco definidos. No es casualidad que el matrimonio gay tuviera tan poca oposición. Del mismo modo que la equiparación de los hijos legítimos con los ilegítimos en época de Perón. El populismo argentino se metió con la familia, para desordenarla más.
Como reacción, aparece una necesidad atávica de rescatar la figura del padre, cristalizado en un Padre de los Argentinos, San Martín,Irigoyen, Rosas, Perón (todos además fueron malos padres o no fueron) al que no se le puede encontrar ningún defecto, inmaculado, grandioso. Paternísimo,dentro de una visión idílica infantil prepuberal. El pueblo argentino busca al viejo, perdido irremisiblemente, y lo lamenta en el tango y en la política.
Dr. Freud
"Por supuesto que hay tipos de jefes y gobernantes mejores"
ResponderEliminarBueno, eso es lo único que estoy diciendo, no hablo de ideales, hablo de errores de hombres de carne y hueso. No hacía falta Ciríaco Cuitiño.
Chino Benítez, se embaló solo.
Nacionalista republicano.
Y basta ya de hacer la exploración moral de la vida de los grandes hombres para convertirlos en hombres de nuestro tamaño. La magnanimidad no se asocia automáticamente a la pureza, si es que se asocia. Está clara la debilidad moral de Rosas en algunos asuntos, sin olvidar que Urquiza lo superó ampliamente en el afecto del lecho. Arquetipo es el Cid, pero acá no estamos hablando de arquetipos, más bien de los mestureros que buchoneaban: cortesanos prolijos y cuidadosos. Todos los grandes tienen miserias pero evitan ser miserables. Nuestro problema es el número de los miserables que se sienten grandes y la tropa de mamertos que lo cree.
ResponderEliminarChino B.
¿Lo qué, republicano? ¿Es que lo único que quería era demostrar que hubo gobernantes mejores y no hacía falta la mazorca? Entonces le doy la razón. Gracias al Supremo Arquitecto, hubo algo como un cambio de mundo entre mitad del s. XIX y mitad del XX. Las logias empezaron a blanquearse, el liberalismo y el socialismo hallaron su raíz cristiana y la vida de las naciones se derrite al calor de la democracia. Cuitiños y populismos, ¡nunca más! A nuestra república sólo le falta evolucionar.
ResponderEliminarChino B.
Muy bueno lo de Dr. Freud.
ResponderEliminarAventuro que quizás sea uno o el más más inteligente de los comentarios.
Para destilarlo bien habría que leer un poco más y -lo que es más difícil- pensar con grandeza.
Triste, no?
Cordialmente
Además, no veo que nadie le haya levantado un altar a Rosas.
ResponderEliminarNo, para eso lo tenemos a Rosas, que obligó a poner su retrato en todas las iglesias.
x Rosista sí, leyendo rosa no
Wanderer, una sugerencia:
ResponderEliminar¿Por qué no avisa que todo comentario que incluya malas palabras, groserías y personalizaciones argumentales no se publicará?
Esto está perdiendo categoría y estas cosas tiran por la borda los mejores artículos.
Así es inútil pensar.
Atentamente
¡Dejese de divagues psicólogistas don Freud!
ResponderEliminar¡Mire que mezclar de esta forma libido y Política, para explicar el problema argentino!
Esa añoranza (que puede cristalizarse), por el héroe, el jefe, el prócer es un rasgo general de la humanidad caída y no una tara exclusiva del argentino.
El Emperador chino, el Califa o el Rey son figuras que evocan, de algún modo, a la autoridad paterna. Y no por eso todo súbdito que admiré a un "duce" es un trolo en potencia!
En una cosa tiene razón: somos todos guachos. Y el mal no está en la condición de tal, sino en considerar "padre" a quién no lo es.
Porque uno sólo es Padre: y Ese, está en el Cielo.
Rosas era obsesivo con su estampa. Vanidoso. Urquiza cenaba antes que sus invitados, para después acercar la banqueta a cada uno y quemarle los oídos mientras el otro lastraba. A algunos ni siquiera les gustaban las minas, a otros las minas de otros. Y no olvidemos que Belgrano tenía voz de pito, como nos recordó el maestro García Hamilton. En fin, sí, está buena la historia con gustito ético-psicoanalítico y cerrar apelando al alma tanguera del criollo, su devoción paternalista, etecé. El barrio norte de la historia, donde no caben ni Rosas ni Rosa, malditos patanes con la mera fe de los ancestros. No importa para qué nos sirve, pero es más o menos católico y confortable.
ResponderEliminarChino B.
La pena es que, con todo esta pelotera a cuenta de Rosas, se ha perdido de vista la gran recomendación de leer la novela de Pereda. Y era una recomendación muy meritoria, tanto por el valor de la novela en sí, como porque nadie se acuerda hoy día de Pereda.
ResponderEliminar¿Qué son las "personalizaciones argumentales"?
ResponderEliminarPara quienes me pidieron un mail a fin de comunicarse con Ludovicus, pueden escribir a: pissavini06@yahoo.com
ResponderEliminarMazorqueros abstenerse!!!
Wanderer: Rosas era más inglés de lo que a usted le gustaría reconocer. Lejos de reducir un asunto tan poliédrico como su gestión a un sólo punto (el populachismo); su concepción de la política tiene mucho más que ver con el pragmatismo del common law, que con los "doctores del cuadernito" de las universidades jesuitas modernosas americanas.
ResponderEliminarÉl estaba más interesado por poner un orden eficaz y duradero; que en "ordenar" cartesianamente este terruño elegido por Dios.
Y éso, mi querido amigo, no lo hace un populista.
Alf "Dummy" Ross.
PD: gente, no seamos tan estúpidos de canonizar a Rosas, es de otra cosa de la que se está hablando aquí.
Vamos, Dummy todavía!
ResponderEliminarMuy bien!!
´
Ése es mi poio!!
ResponderEliminarAndrés Flake tiene razón.
Pero el tema en la Argentina tiene este desemboque,no necesariamente medio ramplón, como se dio.
En fin...
No me imagino TODAVÍA cómo presentar mejor el asunto.
Pero que el artículo merece reflexiones, sin duda.
Muy bueno, Wanderer.
Flor de Ceibo dijo,
ResponderEliminarEste blog es una joya. Sólo aquí se puede debatir con esta libertad. Lástima que algunos son poco dados al matiz y no entienden que hay que ser amigos de Rosas, pero más amigos de la verdad. Ludovicus ha hecho comentarios extraordinariamente equilibrados, resalta aspectos positivos y negativos. No creo que sea un parti pris antirrosista. Algunos ponen más pasión que cabeza en los comentarios y quieren canonizarlo a Rosas. Pero un tipo que gobernó 20 años la Argentina es una expresión de lo malo y lo bueno del país. Lo mismo digo de Perón y de Kichner, sin necesidad de igualarlos, porque uno fue un señor, el otro un sinvergüenza, y el tercero un monstruo.
Cuando leo a Chino B me veo a mi hace 25 años atrás, cuando militaba en el nacionalismo y quería tener un referente porque quería una certeza. Hoy tengo más certezas que antes, y por ello me deshice del lastre rosista.
ResponderEliminarSumo a la cita del post si se puede, el inmortal pasaje de Chesterton en Herejes:
ResponderEliminar"Supongamos que en la calle se produce una conmoción general por algo, digamos que por una farola de gas, con la que muchas personas influyentes pretenden acabar. Un monje de hábito gris, que es el espíritu de la Edad Media, es convocado para que dé su opinión, y empieza por decir, a la manera ardua de los escolásticos: «Consideremos en primer lugar, hermanos míos, el valor de la luz; si la luz, en sí misma, es buena...». Llegado a este punto, la gente, no sin excusarse, se aleja de él. Todos se acercan apresuradamente a la farola que, en cuestión de diez minutos, acaba en el suelo. Y se felicitan unos a otros por su practicidad nada medieval. Pero con el tiempo se ve que las cosas no resultan tan fáciles. Hay gente que ha derribado la farola porque quería instalar luz eléctrica; otros porque prefieren las viejas, de hierro; otros porque desean que reine la oscuridad y poder, de ese modo, obrar mal. Algunos creen que no basta con derribar una farola; otros, que ya es demasiado; algunos han actuado porque querían destruir el mobiliario municipal; otros, porque querían destruir algo. Y en medio de las tinieblas estalla la guerra, y nadie sabe contra quién lucha. De modo que, gradual e inevitablemente, hoy, mañana, pasado, regresa la convicción de que el monje tenía razón y de que todo depende de cuál sea la filosofía de la luz. La diferencia es que lo que podríamos haber discutido a la luz de la farola de gas, nos vemos obligados a abordarlo a oscuras."
Los leo siempre que puedo.
un saludo
Muy cierto el comentario anterior, se es rosista-cabeza-dura por el tema de "un referente".
ResponderEliminarLo mismo que "sanmartineano", pero esto es peor.
Si tuvieran como referente a Liniers no cambiarían nada, pero entenderían por qué llegamos hasta acá y que no muy lejos iremos a parar. Nada bueno nos depara. Cuando esto se entiende no se es "angelista", sino inteligente.
El Chino reconoce al populismo como sino inevitable de este país, pero no lo ve malo... y no se puede hacer un país como la gente con material humano degradado. Se gobierna sobre las personas concretas, no sobre abstracciones.
Hoy la única opción política es a muy largo plazo y consiste en dedicar los próximos 30 o 40 años a enseñar ininterrumpidamente el Catecismo, pero eso les entusiasma mucho menos.
Ludovicus, quisiera decirle que su comentario me cayó mal por lo agradable.
ResponderEliminarPegarle a Rosas es barato. Otra cosa son los seguidores de Rosas. Que en el fondo son kirchneristas y no lo saben, y que si se sientan a hablar con Moreno se afilian en 10 minutos.
ResponderEliminarMe gusta mucho el espíritu desmitificador del blog ,..... y de varios comentaristas ..
Desmitificación de Obipos . Papas , Politicos , Proceres verdaderos , y pseudos Proceres etcétera ,..estamos madurando ...
J, yo no "le pegué" a Rosas.
ResponderEliminarRelea todo el hilo.
Mientras sigamos pensando con categorías de barrabrava intelectual, no vamos a avanzar. Se trata de pensar, discernir, matizar. Nadie gana ni nadie pierde, a nadie se le "pega" ni se le deja de pegar.
Y además, nombre dado pero no concedido,"pegarle" a Rosas, en este blog, evidentemente no es barato. Es como criticar a Juan Pablo II en una reunión de focolares.
Saludos
Estimados:
ResponderEliminaren el libro NOTAS SOBRE JUAN MANUEL DE ROSAS ,de Antonio Caponnetto, se tratan muchos de los temas a los cuales se están refiriendo en los comentarios.
Considero que sería de utilidad su lectura.
Ing. Carlos José Díaz
EDITORIAL KATEJON
Llegue tarde a la discusión, mi desacuerdo es con la opinión de que hay un falso federalismo en Argentina por el predominio de Buenos Aires (con Buenos Aires me refiero a la provincia y la ciudad juntas).
ResponderEliminarArgentina no es Federal, pero no se debe a Buenos Aires.
Las 2 Buenos Aires se quedan con muy poco de los impuestos nacionales que recaudan, en el caso de la Ciudad, casi nada, la mayoría se reparte entre otras provincias.
Y la provincia de Buenos Aires está muy subrepresentada en el congreso nacional.
La única razón por lo que Tierra del Fuego o Formosa son provincias en vez de haber sido anexadas a Santa Cruz y Chaco, es que de ese modo pueden licuar más aún la influencia de Buenos Aires en el congreso, además de crear empleos públicos para una nueva administración provincial.
Buenos Aires fue independiente de 1852 a 1961, en esos 10 años prosperó, comenzó a recibir inmigración europea, expandió las líneas férreas. Los que no podían sobrevivir sin Buenos Aires eran los de la Confederación Argentina.
Es una situación parecida a la división entre Bajo y Alto Egipto.
Estuvieron muchas veces divididos en su historia, pero siempre el valle del Nilo terminó reconquistando al Delta, porque no podían sobrevivir sin él, era una cuestión de vida o muerte.
Buenos Aires fue invadida, perdió la guerra, y los que la conquistaron hicieron de Buenos Aires su capital como los turcos a Constantinopla.
En un siglo no hubo un presidente porteño, y en general, los gobernadores de Buenos Aires nunca llegan a la presidencia. (Duhalde no llegó por derechas).
De hecho, nuestros 2 últimos presidentes importantes (Ménem y Kirchner) eran caudillos feudales del interior de provincias con una población menor a la de Bahía Blanca.
Argentina se parece a una coalición de países pobres lationamericanos que conquistaron a un país rico y le hacen pagar tributo para mantener así a las oligarquías provinciales locales. Gobiernan en provincias donde casi todos son empleados públicos, y mientras puedan pagar los sueldos en la fecha correcta tienen un poder casi absoluto en sus provincias.
Rosas fue una pérdida de tiempo, algo que solo duró por la cobardía de los argentinos.
ResponderEliminarEl cambio que se produjo en Argentina después de la caída de Rosas sólo es comparable al que se produjo en Japón, que pasó de ser un país feudal a derrotar a Rusia en una guerra con tecnología moderna en menos de 40 años.
Si Argentina hubiera tenido 20 años más de inmigración europea en el siglo XIX hoy sería un país irreconocible.