Un
comentador del último post afirmaba que los montoneros “estaban con nosotros
pero no eran nuestros”. No estoy de acuerdo. Eran nuestros, y se dieron vuelta.
He hablado con personas que vivieron esas épocas y cuentan como en los grupos
católicos universitarios, por ejemplo, donde todos eran grandes amigos, en un
momento, se separan. Algunos permanecen y otros se van. Pero todos “eran
nuestros”. Algo muy fuerte pasó.
Comparto
la explicación de causas remotas de Disandro. Yo tengo otra que publicaré en un
par de días. Y el Coronel Kurtz envía otra muy interesante también. Creo que
son claves de lectura que se completan, y no se oponen.
Un buen
tema de discusión:
Más allá del estudio meta-histórico (digamos) à la Disandro,
hay causas más próximas.
No es tan raro ver cómo se produce la metamorfosis desde
católico devoto, tradicional, con simpatías nacionalistas o conservadoras,
hasta el militante revolucionario (no sólo montoneros y erpianos, sino también
los famosos "cuadros de apoyo" que, según Firmenich, llegaron a más
de 50.000 personas y que incluían a sacerdotes, obispos y laicos
"comprometidos") si se analiza el contexto, se estudian las
trayectorias personales, las motivaciones, etc.
"Por suerte" los zurdos han escrito mucho sobre
estos temas (en general lo publicado en los '90 tuvo mayor ánimo crítico que lo
publicado antes y ahora donde se recurre al mito del "joven
idealista").
Hace unos años copié los nombres de los que firmaban los
manifiestos del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y, gracias a
Google, "investigué" un poco. Lo mismo hice con los que firmaban los
artículos de Cristianismo y Revolución.
En general las trayectorias son muy parecidas: el Humanismo
(la rama universitaria de la DC), las misiones rurales, los "Diálogos
entre cristianos y marxistas", los grupos de estudio Teilhard de Chardin,
los asesores universitarios de la JOC, algún paso por el nacionalismo más o
menos peronista (Azul y Blanco, Tacuara, etc.), los "curas
sociólogos" graduados en Louvain y los "curas obreros" venidos
de Italia, Francia, Bélgica y España, etc.
Todo bajo la conmoción del Vaticano II, donde se puso
absolutamente todo en estado de duda (según testimonian los que en esos años
estaban en el seminario).
Y en el contexto de Vietnam, las guerras anticoloniales de
Africa, la Cuba castrista, etc.
Del otro lado, una sociedad y una Iglesia argentina
aburguesada, mistonga, que le gusta coquetear con el poder, etc.
No es difícil que muchos se hayan "confundido". El
mismo Castellani reseñaba en Jauja con bastante benevolencia el
piquete que los curas tercermundistas le hicieron a Onganía en la Casa Rosada,
donde amenazaban no festejar la Navidad (¡!) si no se tomaban medidas de
gobierno concretas contra el hambre. [Esto no obsta a que, tiempo después, el
mismo Castellani haya destrozado casi ridiculizándola la "doctrina"
de los "terceromúndicos".]
También obispos de fama más o menos conservadora (como
Aramburu, Di Stéfano, etc.) van a proteger --al menos en un comienzo-- a estos
curas, religiosas y laicos que iban radicalizándose cada vez más en sus
posturas, quizá cuyo extremo más notorio fue el Padre Adur (que terminó sus
días como Capellán con grado de capitán del Ejército Montonero [sic]).
Lo cierto es que, aún los que no terminaron con un
ametralladora en la mano y tarde o temprano se abrieron (a muchos de los
tercermundistas les importó más la bragueta que la revolución), han tenido
vidas bastante miserables en la mayoría de los casos. Otros hicieron suyos los
principios de (Groucho) Marx y no tuvieron mayor empacho en integrarse en la
antes tan denostada "iglesia institucional" por un plato de lentejas
(y hoy, algunos de ellos, cuando los vientos políticos otra vez soplan del
poniente, sacan a relucir sus prontuarios). Unos pocos, en fin, a su modo, se
reconciliaron con Cristo y la Iglesia.
Muy buena reflexión, Coronel.
ResponderEliminarOtro aspecto interesante, es que el mismo esquema se repite en realidades distintsa. Por ejemplo ETA salida del de las juventudes católicas del Partido Nacionalista Vasco o las divisiones dentro de los movimientos católicos italianos a fines de los 60.
ResponderEliminarYo nací en el 84 y no viví eso.
ResponderEliminarAlgunas cosas que me llaman la atención sobre el fenómeno.
Si el concepto de traicionar a tu clase social es válido, los únicos traidores de clase en la Argentina son los chicos de clase media que se hicieron o se hacen peronistas.
Se vivía mal en Argentina en el período de la Libertadora a la noche de los lápices? (libertadora + frondizi + illia + onganía)
Qué necesidad había de hacer una revolución a la cubana en un país en el que se vivía muy bien, con un standard de vida cercano al del primer mundo?
Por qué tengo que molestarme en comprender, en tratar de entender a los que se hicieron montoneros? Estamos hablando de contemporáneos de Travolta y Donna Summer, no de mongoles del Siglo XIII.
Ex Luterano
No, querido Gelfand; ETA salió del más puro carlismo tradicional, profesado ansiosamente por los hermanos Arana, en especial, por Sabino, que hasta se inventó una bandera vasca.
ResponderEliminarNo digo que no fueran católicos, por que los españoles, y en especial los vascos (que son españoles) son católicos aunque odien y maten curas. Contra la natura difícil es alzarse.