Para continuar con la triste conmemoración de la Semana Internacional de la Vulgaridad, quiero traer aquí a colación un par de recuerdos. El primero de hace pocos años cuando, a instancias de Jorge Mario Bergoglio, cardenal arzobispo de Buenos Aires, se realizó una nueva edición del misal romano para el uso en Argentina, en el cual se eliminaba el “vosotros”, que era reemplazado por el “ustedes”, y se cambiaban las expresiones relacionadas, notablemente la fórmula de la consagración que ya no sería “Tomad y comed...”, sino “Tomen y coman...”. El objetivo era vulgarizar el lenguaje litúrgico y era, por cierto, el primer paso de la avalancha. Luego aparecería una nueva traducción del Evangelio en la que el Señor diría: “Che Zaqueo, bajate del árbol”, o “A ver ustedes demonios, rajen de este hombre ya mismo”.
No le fue fácil al cardenal lograr que Roma aprobara su vulgarización, y los oficiales de la Curia del Papa Benedicto le arrancaron varias rabietas. Eran muy duros en sus reglas, se quejaba el cardenal Bergoglio. Es por eso que, como nos enteramos hace pocas semanas, elevado al solio petrino, ha nombrado una comisión encargada de ablandar estas cuestiones.
Al respecto, un amigo me pasó un texto muy interesante del poeta Francisco Luis Bernárdez, alarmado por lo que veía que estaba sucediendo en la liturgia en 1968. El segundo recuerdo del día de hoy:
El idioma litúrgico
por Francisco Luis Bernárdez
Para La Nación
Buenos Aires, 19 de enero de 1968
En “El idioma espectral” me referí hace poco a la inclinación abstractizante que se observa en nuestra habla corriente y que llega a lo francamente alarmante en el abuso de palabras como problema y ubicar. Lo hice para recoger una amistosa alusión de Arturo Capdevilla en “Consultorio gramatical de urgencia”, libro donde también se puede leer algo concerniente a mi preocupación por las responsabilidades que crea la reciente castellanización de la liturgia católica. “Es injuriar gratuitamente a nuestro inteligentísimo pueblo creerle inepto para las formas nobles del idioma, como está sucediendo ahora mismo por parte de algunas dignidades ecclesiásticas, como lo hacía notar el poeta ya nombrado, con motivo de la castellanización de la misa, en que con muy mal fundado espíritu demagógico se están rebajando en ello, por igual, la teología y el idioma, como verbigracia con la sustitución del pronombre vosotros por el de ustedes. ¡Como si Dios pudiera hablar de usted al hombre!”.
La verdad es que no sólo aquí he comprobado a veces la anomalía de la susodicha sustitución, dicta da quizás no por tal cual afán demagógico sino por el deseo de allanar los textos litúrgicos a la comprensión popular, quienes incurren en ese error (sin duda con la mejor buena fe) deberían tener presente que, aunque en el habla común los pronombres suelen aquí emplearse deliberadamente mal, nuestra escuela ha enseñado siempre a utilizarlos correctamente; y que a nadie por lego que sea puede sonarle extrañamente el vosotros del buen castellano.
Me parece peligroso cualquier desliz demasiado decidido hacia el lenguaje convencional en materia de versiones como la de textos que, por su índole sagrada, conviene mantener en todo instante a la altura de su connatural majestad, por encima del idioma cotidiano y ennoblecidos por el hieratismo más puro.
Proceder de otro modo es exponerse a que mañana se pase no ya del vosotros al ustedes, sino del tú al vos. Con lo cual la palabra de Dios sería rebajada del sermo vulgaris al sermo plebeius, y lo que es drama (drama sustancial) a una especie de sainete casi sacrílego.
El castellano ha entrado en la liturgia.
Y esto, que en sí mismo constituye un hecho trascendental, porque da mayor participación al pueblo en los bienes mejores de la Iglesia no ha logrado ser todo lo que está llamado a ser. Quizás porque la entrada en cuestión no fue guiada por quienes se hallaban en condiciones de guiar. La lógica hubiera sido que la castellanización se efectuase bajo la directa vigilancia de un cuerpo de expertos en el que, junto al escriturista, no faltara el filólogo, ni tampoco (por cierto) el escritor que, en última instancia, es quien posee el sentido más vivo y militante de la palabra.
Pero todo parece indicar que hasta ahora no ha sido así. Y digo hasta ahora porque en el reciente Congreso de Academias de la Lengua Española en el que nuestra Academia Argentina de Letra estuvo representada por Manuel Mujica Lainez y Angel J. Battistessa, se consideró una moción que propiciaba la creación de una junta a cuyo cargo estaría el encontrar la solución correcta al problema. Si no estoy mal informado, la junta así proyectada en la asamblea de Quito será integrada por miembros representativos de toda el área hispanohablante, quienes estudiarán el modo de dar en castellano un texto único de la misa y de algunos oficios, un texto que sea válido para España e Hispanoamérica y que, por lo tanto, ponga fin a la confusión existente ahora a este respecto.
El criterio de unidad vigente durante siglos por el uso litúrgico de una lengua que como la latina era y es fija y universal sufre desmedro evidente con la proliferación de versiones distintas en castellano sobre todo en nuestro continente, donde cada país (o poco menos) usa la suya.
Lo razonable es encontrar cuanto antes una coincidencia que, facilitando el indispensable texto unitario, responda al espíritu de ecumenidad que anima al Concilio Vaticano, e interprete adecuadamente todo lo que éste tuvo en cuenta al disponer la traducción de la liturgia latina a las diversas lenguas de los hombres. Por lo que se refiere al mundo hispánico, posiblemente baste con llevar a la práctica la fórmula propuesta en la reunión académica realizada hace unos meses en la capital ecuatoriana.
Leon Bloy se lamentó un día de la progresiva secularización del arte, fenómeno que, iniciado con la Reforma pareció detenerse en el Renacimiento, pero no dejó de crecer y desarrollarse desde el siglo XVIII. Los verdaderos pintores, escultores, arquitectos y músicos se alejaron de de los temas sacros. Los artistas de la palabra también. Y las iglesias empezaron a ser más frías y más feas. Y los elementos del culto perdieron su nobleza artística y artesanal de las grandes épocas.
Apareció el abominable arte Saint Suplice. El seudo arte de las santerías, el piadosismo de las horrendas imágenes industriales. Y entonces sí que resultó clara (según el autor de “La femme pauvre”) la humildad del Redentor al querer nacer en un establo. Porque algo por el estilo eran y son también los lugares donde Dios vuelve a nosotros transustancialmente en las misas de cada día.
Mientras no se produce el ansiado retorno de los hijos artistas, es necesario velar de alguna manera por el decoro y la dignidad de la Casa del Padre. Y, sobre todo, evitar que los intrusos se les adelanten y hagan sus veces.
Impedir que traduzcan en vulgaridad, que pinten y esculpan la inspiración, que construyan sin belleza. Y que en los templos se nos obligue a escuchar canciones anodinas (cuando no decididamente ramplonas) no sólo por su música sino también por sus usos.
Para Dios ha de estar destinado lo mejor del hombre, que es su imagen.
En la vida, en el arte, en todo lo ha la mano, lo más excelente debe ser concedido a la Providencia.
Así fue siempre.
Lo atestiguan las maravillosas catedrales, los grandes poemas, las inmortales pinturas, las nobles estatuas que (como en el verso famoso) han sobrevivido a la Ciudad.
Con los ojos y el corazón atentos a tan aleccionadores dechados, tengamos cautela al poner nuestras fugaces manos en las piedras, en el mármol y en las telas destinadas de algún modo al culto; seamos prudentes con que pretendamos vestirlo; y actuemos con seriedad y delicadeza siempre que nos propongamos trasladar a idiomas en constante evolución o descomposición, como son los nuestros, lo que en el latín oficial y universal de la Iglesia Católica Apostólica Romana pone con una fijeza que refleja la de la inmutable Verdad.
Me parece que una vez que se ha decidido que la Liturgia será en la lengua local, debe ser en la lengua local. No en la de otro país. Usar la lengua corriente del país en la Misa es discutible. Usar la lengua corriente de otro lado es ridículo. En la Argentina no usamos el 'tú' ni el 'vosotros'. Ni para hablar, ni para escribir. Los conocemos, y los entendemos. Pero no es la lengua que se habla acá. Por tanto, no veo por qué deberían tener algún lugar en nuestra liturgia.
ResponderEliminarEsto es lo que dice la página que anuncia ese vomito de Biblia:
ResponderEliminar«La Biblia de Nuestro Pueblo es la versión pastoral de la Biblia del Peregrino.
»Su edición está orientada a facilitar la lectura, la oración, la meditación y el actuar cristiano de cada día.»
O sea, como la tesis de este artículo, tratan a los fieles como unos paletos ignorantes.
Con sólo leer las palabras «versión pastoral» saltan todas las alarmas. Después me fijo en quién lo anuncia («Loyola grupo de comunicación») y en la ilustración indigenista-pauperizante de un Jesús colega del pueblo, y ya se me ponen los pelos como escarpias.
https://bibliadenuestropueblo.com/
Como decía Borges, un escritor modifica a sus precursores. Y nada mejor que el presente para entender la Historia. Después de los Kirchner, vemos los gobierno de Perón con una óptica más profunda.
ResponderEliminarEl Concilio y el posconcilio reciben una nueva comprensión a la luz (sit venia verbo) de Bergoglio.
Javcus, explíquele al Anónimo 19:09 que, me parece, no debe de entender qué es lo que le acontece a usted.
ResponderEliminarHabiendo mudado a la Argentina hace menos de 15 años, me sorprendió la familiaridad con que tratan a Dios y la Virgen en las oraciones acá, tuteándolos: "Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea el tu nombre..." "Dios te salve María, llena eres de gracia..." En portugués, hasta en Brasil, se sigue usando el plural mayestático "Pai nosso que estáis nos céus, santificado seja o vosso nome" "Ave Maria cheia de graça o Senhor é convosco". Eso también fue parte del cambio de lenguaje impusaldo por el entonces cardenal Bergoglio, o es así en otros países hispanohablantes también?
ResponderEliminarY como cambió La Nación en menos de 50 años! Ahora solo son "católicos" en la defensa incondicional de la demolición perpetrada por el papa actual, y no hay día que no están alabando los homosexuales, los travestis, los abortistas, y odiando el presidente de EEUU (alguien podría imaginar algo así en 2015 no más?).
Anónimo de19:09: en la Liturgia nos dirigimos hacia Dios, no hacia los hombres. Si al juez debemos dirigirnos como "Señoría" por su dignidad y no como "chabón" (como se usa entre jóvenes locales), no veo por qué debemos hacerlo en el lenguaje vulgar cuando nos dirigimos a nuestro Creador.
ResponderEliminarAnónimo de las 23:11,
ResponderEliminarmi único punto es que en la Argentina, el tu y el vosotros son formas extranjeras. Uno puede dirigirse a Dios como si se dirigiera al Presidente de la República. Pero no creo necesario fingir ser español para dirigirse a Dios.
Para el anónimo de las 19:09,
ResponderEliminarHay un ensayo del P. Gabriel Díaz Patri explicando lo que Ud. se pregunta. No lo estoy pudiendo encontrar en la web, pero quizá algún comentarista pueda ponerle el link.
Anónimo @22:13
ResponderEliminar¿Y a mí qué me explica, si mi comentario (y el otro previo que envié y no se publicó) son POSTERIORES?
Por cierto, el primero trataba de que las traducciones "populacheras" también encubren cambios ideológicos, y ponía el ejemplo de la aberración de la "Biblia de nuestro pueblo", con imprimatur de Maradiaga, que ya sabemos cómo respira.
En cualquier caso, lo que dice ese anónimo es absurdo. Miren el caso de España: ¿tendría que hacerse un misal para los castellanos, otro para los andaluces ("vosotro ustede, cornúos, se me salgan de ese tío cagando leshes") y otro para los canarios ("eh, patúos, salpíquense ahora mismito del nota"), por ejemplo? Que conste que en Canarias se emplea en misa, y no consistentemente, el uso del "ustedes", a pesar de lo que dice el misal.
De todas maneras, ya estoy harto de tanta "inculturación" del tres al cuarto y tomaduras de pelo por el estilo, más si se considera que la consigna hace una década era la "armonización" entre las versiones. Fruto de ello es que perdimos el padrenuestro con el "perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores", mucho más fiel a la latina. Alguien me dijo que se eliminó en Hispanoamérica por eso de la deuda externa, un argumento teológico de primera, sí señor. ¿Tuvo algo que ver el innombrable?
Recuerdo una conferencia a la que asistí en la que el ex-cura que llevó adelante la nueva edición del misal daba sus razones: la palabra siervo, hacía referencia, según él, a la cornamenta de los ciervos y distraía a la feligresía de la oración haciéndola pensar en la infidelidad matrimonial. Así dio varios ejemplos más de su trabajo al frente de la comisión... y me dicen que, en los encuentros con los curas, repetía los mismos disparates.
ResponderEliminar¿O sea que la totalidad absoluta de la literatura argentina es vulgar y populachera porque no escribe 'vosotros sois'?.
ResponderEliminarJavcus,
ResponderEliminarme parece que su ejemplo de misales regionales en el habla popular de cada región de España, no es similar al caso de la Argentina. Los misales deberían estar en lengua culta, no en un argot de bajo fondo. La lengua argentina -en sus formas más cultas y refinadas- no incluye el uso del 'tú' ni del 'vosotros'. Si uno habla de 'tú' con acento argentino, parece un uruguayo. Un Misal en castellano culto de la Argentina, no debería incluir el 'tu' ni el 'vosotros'. Yo no uso nunca el 'tu' ni el 'vosotros', y eso no significa que ando por la vida tratando a la gente de 'chabón'.
Creo que lo que hace notar el anónimo de las 19:09 es algo a pensar. Lo mismo que lo que señalan del "estás en el Cielo" del Padrenuestro.
ResponderEliminarLo de las deudas y las ofensas del Padrenuestro es bastante viejo, al menos en Argentina. Yo paso los 30 años y no recuerdo escuchar en Misa la traducción por "ofensas". Ciertamente Bergoglio no tuvo nada que ver con eso.
Lo que sí, en la traducción actual se nota gran ignorancia por parte de los traductores. Se han animado a adaptar algunas cosas, pero no otras. Pusieron "tomen" en lugar del "tomad" de la consagración. En Argentina el verbo "tomar" no se usa en casi ningún caso, quizá sólo en alguna forma del imperativo. Lo mismo con el "beban" y el "bebed". Nadie en Argentina lo usa. Pero les habrá parecido demasiado poner "Agarren y tomen", que sería la traducción más cercana al uso común del castellano aquí. Se dice, todavía, "Tú, que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros", cuando nadie habla así tampoco. Pero un "Vos, que está sentado a la derecha del Padre, tené piedad de nosotros" también les habrá parecido chabacano.
En fin, la traducción actual es un menjunje berreta sin sentido. La sensación que siempre tengo es que no hubo mucho criterio, y se dejó a la pura arbitrariedad del traductor del turno.
Las lenguas sofisticadas tienen formas cotidianas de uso, y formas más solemnes. Si se decide por el uso de la lengua vernácula, es obvio que lo correcto es optar por la segunda. Para poder hacerlo, hace falta tener gente que sepa mucho latín, pero también mucho castellano. Expertos en Argentina sobran. Sospecho que ninguno tuvo mucho que ver en las traducciones.
El traidor.
9:44 el vosotros es de nuestro idioma, que no lo usemos es harina de otro costal.
ResponderEliminarAnónimo de las 14:03,
ResponderEliminares del mismo costal de que no usemos 'gafas' o 'faldas', o 'vidrieras' por 'vitrales', o 'tienda' por 'negocio'. No, no los usamos. Y cualquier argentino que hable o escriba con esa terminología, parecerá que está queriendo imitar a un español.
Hay un excelente artículo sobre el tema del Fraile
ResponderEliminarhttps://arscelebrandi.wordpress.com/2014/03/13/el-ustedes-y-el-vosotros-en-la-liturgia/
Hay muchas razones por las cuales el "vosotros" es preferible al "ustedes", pero se me ocurre una de orden práctico. El "ustedes" se conjuga como la tercera persona del plural, el "ellos". En el lenguaje hablado rara vez se usan los pronombres personales y ciertamente no se repiten. Pero en el escrito eso es un problema, entonces los traductores de la Biblia y de la liturgia han tenido que recurrir a repetir "ustedes" tantas veces cuantas sea necesario para que quede claro que se refiere a la 2ª persona del plural y no a la 3ª. Así hay textos donde en un mismo párrafo se repite la palabra "ustedes" cinco o más veces, lo cual es un mamarracho. Si se usara la conjugación del "vosotros", que toda persona que hizo primaria entiende, nos ahorraríamos el bochorno.
ResponderEliminarNuestro Padre está en " los cielos " y lo que pedimos que perdone son nuestras deudas. Y todo este pandemónium se debe a la pérdida del latín como lengua sacra.
ResponderEliminarHasta las mismísimas narices de todo.
Kurtz,
ResponderEliminarusted tiene razón al mostrar las limitaciones gramaticales en las que nos hemos metido los argentinos al perder el 'vosotros'. Pero recuperarlo sólo para la Biblia y para la Liturgia, equivaldría a la creación de formas gramaticales de uso exclusivamente sacro. Y no creo que haya antecedentes de eso en el cristianismo.
Algunos lectores opinan sobre la traducción del Misal y aprueban el "ustedes", pues es lengua vulgar. La Instrucción que Bergoglio quiere voltear (Liturgiam Authenticam, de Culto divino) sugería optar por las formas arcaicas de las lenguas vivas al efectuar la traducción, pues precisamente la Liturgia nos acerca al mundo intemporal de Dios, pues es nada menos que la relación de Cristo con el Padre, eterna, intemporal, de la cual participamos gracias a la Segunda Persona de la Trinidad.
ResponderEliminarEntenderla o no, que haya o no más "activa participación" de los fieles en ella en el sentido moderno de participación, es decir, toqueteo y manoseo, no garantiza ninguna mejoría en ningún sentido. Pues como digo, la Liturgia es la participación en la Vida Divina a través de Cristo.
Si hemos perdido definitivamente el sentido divino y mistérico de la Liturgia, se comprenden entonces todas estas discusiones "desde el llano", propias de la más fenomenal incomprensión del misterio eterno que encierra la Liturgia católica, que es nada menos que nuestro ingreso en la vida Trinitaria gracias a la Segunda Persona.
En cuanto a la traducción del Padrenuestro, debo aclarar, como hombre en las puertas de la ancianidad y buena memoria, que esta oración enseñada por Nuestro Señor en persona, y tal como enseña Santo Tomás de Aquino en "El Padrenuestro comentado", que la traducción correcta es "deudas" y no "ofensas", la cual restringe indebidamente y traiciona buena parte del sentido de la oración dominical. Por eso, mucha gente de mi generación que aún concurre a Misa Novus Ordo, lo reza en latín. En la Argentina, esta traducción "ecuménica" (la de "las ofensas") se copió de las sectas protestantes y comenzó a regir aquí a mediados de los años '90, cuando nuestro conocido Giorgio Mario ya era Obispo auxiliar (vicario general) de Buenos Aires, y de hecho estaba a cargo de la arquidiócesis por enfermedad del cardenal Quarracino. Más o menos por la misma época de la Comunión en la mano.
Por lo demás, en castellano esta oración siempre trató a Dios respetuosamente, pero de "tú", como se trata a un Padre cercano y cariñoso. Y esto no es nuevo y basta leer los antiguos Catecismos, como el de San Pío X, para comprobarlo.
Desde luego, la Conferencia Episcopal Argentina arruinó el bellísimo texto tradicional del Padrenuestro en castellano convirtiéndolo en una oración "ecuménica" con los protestantes, pues la versión antigua en castellano, coincidía muy bien con la Padrenuestro que rezan la mayoría de las Iglesias Orientales.
Nada más.
Bartolo el flautista.
Anónimo de las 17:40,
ResponderEliminarel latín devino lengua sacra accidentalmente, y sin que nadie se lo propusiera. Cuando se comenzó a oficiar la Misa en latín, y cuando San Jerónimo tradujo la Biblia al latín, el latín era la lengua hablada cotidianamente por la población del Imperio Romano de Occidente. O sea, la Misa y la Biblia estaban en lengua vulgar. Nadie se propuso deliberadamente buscar una lengua muerta para oficiar en ella la Misa, o para volcar a ella las Sagradas Escrituras, de modo que las palabras no cambiaran su significado con el tiempo. Simplemente ocurrió.
Anónimo @13:37
ResponderEliminarAunque le puedan parecer malsonantes, no es argot de bajos fondos sino expresiones populares: lo único que hacía era adaptar el ejemplo “A ver ustedes demonios, rajen de este hombre ya mismo”.
Respecto del tipo de lenguaje que se habría de emplear, opino que debería ser lo más literario posible, sobre todo teniendo el antecedente de que S. Jerónimo tampoco empleó el latín vulgar (que además ya tenía dispersiones dialectales), sino que adaptó el clásico. Una solución podría ser volver a emplear el voseo (a la castellana, no argentina) al dirigirse a la Virgen, Jesucristo y Dios, como se recita (o recitaba) en las oraciones comunes hasta hace poco.
En cualquier caso, esto de las trducciones a las lenguas vernáculas se ha convertido en un cachondeo que, para colmo, ni emana de los documentos del CVII (en particular Sacrosantum Concillium) ni tampoco está en su espíritu: es un abuso posterior aprovechando un resquicio (como todo lo que pasó en el postconcilio y su "espíritu"):
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Lengua vernácula y latín
54. En las Misas celebradas con asistencia del pueblo puede darse el lugar debido a la lengua vernácula, principalmente en las lecturas y en la «oración común» y, según las circunstancias del lugar, también en las partes que corresponden al pueblo, a tenor del artículo 36 de esta Constitución.
Procúrese, sin embargo, que los fieles sean capaces también de recitar o cantar juntos en latín las partes del ordinario de la Misa que les corresponde.
Si en algún sitio parece oportuno el uso más amplio de la lengua vernácula, cúmplase lo prescrito en el artículo 40 de esta Constitución.
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Además, lo que en principio era un intento para que los fieles "entendieran" los textos, se convirtió en no pocos sitios en una carrera y disputa de localismos. Ejemplo: en Cataluña se convirtió en motivo de discordia y de entrada de modernismos (por ejemplo: se eliminó el mea culpa y los golpes de pecho por eso de que son "manifestaciones de espiritualidades ya superadas"). Y esto es un ejemplo del auténtico peligro de las "traducciones": ahí se puede colar cualquier cosa, a ver quién es el guapo en Roma de comprobar que la traducción en lituano, por ejemplo, no contiene fantasías.
En América lo de las lenguas vernáculas puede parecer un tema menor (al fin y al cabo el portugués se entiende, el inglés muchos también, y el francés está muy localizado), pero espérense a que surjan las veleidades indigenistas: se va a convertir en la Torre de Babel, como pasa en Europa, que se tiene que lidiar con un montón de lenguas, muchas ininteligibles (holandés --una lengua tan horrísona que parece diseñada para blasfemar--, húngaro, polaco, finlandés...): que me vuelvan a contar eso de la "participación de los fieles". En Lourdes la "misa internacional" la hacen a cachos en varias lenguas, cuando lo más sencillo seria hacerla en latín, que es la lengua oficial. Y si hablamos del África Negra, hay misas en los diferentes dialectos: en Camerún (en donde todo el mundo habla y entiende o bien el francés o el inglés) atendí a una en ewondo: con decir que "Santo" es "Mfufub" creo que ya lo he dicho todo, aunque al menos el cura negro, que me debió ver más perdido que un pulpo en un garaje, soltaba un "Dominus vobiscum" o algún otro latinajo de vez en cuando para que me enterara de por dónde íbamos. Por fortuna los negritos están demostrando ser un baluarte de la ortodoxia, al menos en las mariconerías.
Para colmo, en España ya vamos por el tercer misal del Novus Ordo, tres en cincuenta años, porque no se acaban de decidir con los experimentos. Comparen esto con lo que duró el tridentino de S. Pío V (a pesar que con Juan XXIII ya empezó su manoseo eliminando el confiteor previo a la comunión por eso de "evitar repeticiones").
Un lector afirma: «equivaldría a la creación de formas gramaticales de uso exclusivamente sacro».
ResponderEliminarPero es que, en efecto, la lengua litúrgica, la lengua sacra, es necesariamente distinta a la lengua franca o vulgar, precisamente por aquello que significa, que es eterno y no pasajero como las cosas de este mundo. Es asombrosa -pido perdón si parezco envarado- la ignorancia sobre la Liturgia que surge en estos comentarios.
"Sagrado" es sinónimo de "separado", porque, precisamente, no tiene parentesco con las cosas diarias sino que es signo misterioso de nuestra relación con Dios, con Dios que se acerca a nosotros (no nosotros a Él, ojo) por medio del Cristo, hombre-Dios. Y esto se significa por medio de cosas separadas, singulares y "sagradas", como los ornamentos, los paramentos, toda la Liturgia misma, que predica o debe significar más la grandeza de Dios, en la medida en que nos fuese posible, que nuestra vida cotidiana.
Por esta razón la Iglesia mantuvo (y jurídicamente aún la mantiene) la lengua latina, lengua muerta, exacta, distinta e intangible, para el uso litúrgico, por que la Liturgia nos acerca a Dios y no al hombre. El horror litúrgico del post-concilio es posible que pase completamente desapercibido a las nuevas generaciones, que no son ya capaces de comparar por falta de uno de los términos en la relación, y que por eso no perciban la imperiosa necesidad de un "idioma litúrgico" distinto al cotidiano, por que allí no se tratan cosas cotidianas, como un negocio o una relación política, sino a la Vida Eterna de Dios.
Bartolo de vuelta.
Hago notar que los Evangelios fueron puestos por escrito inicialmente en griego Koiné, o sea en griego helenístico vulgar. No en griego clásico literario.
ResponderEliminarJavcus,
ResponderEliminarrespecto del 'vómito de Biblia' que usted menciona: el texto de esa Biblia es el mismo que el texto de la ‘Biblia del Peregrino’, del Padre Luis Alonso Schökel. El mismo texto. Yo he leído la ‘Biblia del Peregrino’ entera. De tapa a contratapa. Me pareció una muy buena traducción. Creo que es bastante más lograda en lo linguístico que la que usamos para la liturgia en Argentina (y en Chile, Paraguay, y Uruguay), el 'Libro del Pueblo de Dios'.
La Biblia del Peregrino es un texto escrito en un castellano peninsular que me pareció bello, rico, y correcto, y en ningún momento rebajado o simplificado. Además me pareció un castellano natural y legible. Creo que el texto bíblico de la Biblia del Peregrino (que es el mismo texto que usa ‘La Biblia de Nuestro Pueblo’) es, en general, recomendable para su lectura.
Otra cosa muy distinta son las notas e introducciones. En la Biblia del Peregrino son por lo general pésimas. Negando sistemáticamente la posibilidad del milagro o de la profecía. Pero este es un defecto que comparten casi todas las introducciones y notas de las biblias católicas recientes. Probablemente las notas de La Biblia de Nuestro Pueblo, al ser pastorales y no exegéticas, sean menos peligrosas para la Fe que las de la Biblia del Peregrino.
Las ilustraciones de La Biblia de Nuestro Pueblo son muy feas. Pero son sólo eso, feas.
ResponderEliminarDisculpen Uds mi ignorancia (como diría Borges), pero siempre me he preguntado
por qué al Dios omnipotente y eterno creador de las galaxias y el átomo
hay que rendirle un culto de tipo ritual con ornamentos, vasos sagrados,
genuflexiones, inciensos y cánticos ?
Pero entiéndaseme bien: no es que yo rechace estas cosas, sino que las comprendo
como procedentes de la tradición judaicay su sacerdocio ligado al Templo.
No sé hasta dónde le resultan gratas al Ser Infinito estas formas humanas de religión.
O es que Dios ha dicho algo al respecto ?
Si existiesen marcianos, cuál sería su modo de religarse ???
Por favor no me malinterpreten, porque creo es una buena pregunta.
Saludos y gracias don Wander por su blog.
.
Una vez que se abrió la puerta a lo vernáculo el daño ya es irreparable por más disquisiciones que se hagan.
ResponderEliminarEn las liturgias de los ritos que usan la lengua vernácula (armenio, bizantino, por ejemplo), el idioma se ha "fosilizado" y se aleja incluso de la lengua culta contemporánea. Es un proceso que se ha dado naturalmente. Sería bueno que alguien que supiera lo confirmara, pero tengo entendido que los anglicanos utilizan o utilizaban hasta hace poco el inglés de la Biblia del King James en sus oficios, con esa forma mayestática que ciertamente ningún inglés usa hoy, ni para hablar ni para escribir.
ResponderEliminarY si es por el "tú", los chicos de menos de 6 años conjugan a la perfección los verbos de "tú" cuando juegan. Ellos sí que hacen una diferencia entre la lengua que usan de manera "utilitaria" (voceo) y "lúdica" (imitando los dibujitos que ven en la televisión, donde se habla de tú). Y no se hacen el más mínimo problema. Puede ser que al comenzar a ir a la escuela, acabe su educación y pierdan esa elasticidad. Sólo habría que hacerles ver alguna película hablada en español (la vieja "Marcelino Pan y Vino", por ejemplo) para que dominaran con la misma facilidad el "vosotros". En fin, con ese criterio, no podríamos leer obras escritas por españoles o hispanoamericanos porque no entenderíamos. Parece que andamos demasiado cortos de entendederas.
Creo que a los argentinos, el hecho de que en las oraciones conservemos aún el "tú", nos hace intuir que no estamos hablando con cualquiera, sino con Dios. Más allá de la comprensión racional, este sencillo expediente (por cierto, no buscado) nos hace palpar de alguna manera la grandeza y trascendencia de Dios.
Desde luego, pienso que lo que hay que hacer es reintroducir el latín. Por otro lado, en una liturgia cantada, el hecho de que sea una lengua que no entendemos perturbaría mucho menos. ¿Acaso la gente no oye fascinada el canto (sacro o profano, según las circunstancias) en lenguas desconocidas? Pero, mientras tanto, tener muy presente lo que decía Francisco Luis Bernárdez. Y agradezco a quienes hicieron posible recuperar ese texto.
ResponderEliminarAnónimo de las 21.23: Porque el "Dios omnipotente y eterno creador de las galaxias y el átomo", el "Ser Infinito", se hizo hombre. Sencillamente por eso
16:00 para nada es harina del mismo costal, vosotros es de nuestro idioma. Punto.
ResponderEliminaranónimo 21:23, En estos tiempos de internet y la velocidad con que se consigue la información usted ya no tiene la excusa de IGNORANCIA invencible.
ResponderEliminarAnonimo de las 15:23. Indague en la liturgia celeste descripta en el apocalipsis y la participacion en ella de la liturgia de acá.
ResponderEliminarSi no hubiera pasado a mejor vida, Edmundo Rivero entonaría la Milonga del Cuervito en vez del superado canto gregoriano, en todas las ceremonias ecumaníacas.
ResponderEliminarY si no lo detienen de algún modo, el Lunfardo con el Spanglish más el acento gitano serían la lengua oficial de los documentos oficiales de la Neoiglesia.
Aunque no sé si como la Neolengua de Orwell o como el Bajo latín trastocado en mísero Latón (de conservas neocones) Speranto Lakarrosa, una escritura inefable.
Anónimo de las 18:20,
ResponderEliminar¿Cómo que no hay antecedentes? Por el contrario, hasta el siglo XX era la norma.
Los anglicanos recitan su Prayer Book en inglés renacentista. Casi todos los protestantes angloparlantes (bautistas, metodistas, etc.) dicen el Padrenuestro con "Thy" para Tu y "Thine" para tuyo, formas pronominales para la 2ª persona del singular que no se usan en inglés corriente hace siglos. Los ortodoxos de Europa Oriental usan el eslavónico antiguo (que no es ni el ruso, ni el ucraniano, ni el bielorruso, etc.).
Justamente la idea de usar una forma "cristalizada" del idioma (o una lengua "muerta") es evitar la multivocidad semántica típica de las lenguas vivas sujetas a los vaivenes históricos, sociales, educativos, etc. Tomando un ejemplo tonto pero para que se entienda, actualmente en la Argentina la palabra "gato" tiene significados muy distintos y variables geográficamente, por clase social, etc.
¿la palabra gato nomás? ni hablar de otras como tortilla, que ni puede uno pedirla en la rotisería porque te contestan ¿va a llevar souflé de papas?? y otras mas piores tan manoseadas como chorizo, huevo, tcétera tcétera..
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