Un sacerdote de la diócesis de San Isidro, a quien conozco, me escribe una carta que he decidido publicar.
El cura está indignado porque se enteró, a raíz de uno de los últimos post de este blog, que el obispo emérito de San Isidro, Mons. Jorge Casaretto, será uno de los expositores en el próximo encuentro general del clero castrense. Y el motivo de su indignación es comprensible: si en momentos tan difíciles para la Iglesia, cuando el Santo Padre está clamando por la “tolerancia cero” con respecto a los abusos y encubrimientos de clérigos, se da la palabra a un obispo que, precisamente, se caracterizó por encubrir descaradamente a un sacerdote abusar.
Como un servicio, entonces, al Papa Francisco a raíz de su pedido, publico la misiva.
Estimado Wanderer:
En una anterior entrada de su blog se mencionó la admiración de Mons. Santiago Olivera por el fallecido obispo Justo Oscar Laguna. Esa admiración se prolonga a todo el “club de San Isidro”, y consecuentemente a su último líder, Mons. Jorge Casaretto, hoy obispo emérito de San Isidro.
La agencia informativa AICA anoticia que el Obispado Castrense convocó un encuentro general del clero al que asistirá el arzobispo castrense de España y del que también participará Mons. Jorge Casaretto quien “nos permitirá adquirir de su experiencia pastoral, el trabajo que los capellanes castrenses debemos efectuar en favor del encuentro, la fraternidad y la reconciliación entre todos los argentinos”, señaló Olivera.
Le pido que dejemos de lado los enormes desaciertos así como las pruebas de ineficacia de Casaretto al frente de la diócesis de San Isidro. Bastará decir que recibió un seminario con 70 seminaristas y le dejó a su sucesor uno con 7.
Es de público conocimiento que el actual obispo emérito de San Isidro dejó un tendal de desastres luego de 27 años de gestión. Muchos sacerdotes abandonaron, varios de los cuales ocupaban importantes puestos en la diócesis. Cuando ocurría algo así, Casaretto solía mostrar sorpresa e indignación por la “traición”. Claro que en la mayoría de esos casos había sido advertido de la situaciones que se avecinaba por otros sacerdotes, a quienes él llamaba profetas de catástrofes. Esas catástrofes indefectiblemente se cumplieron.
También hubo desfalcos producto de la bicicleta financiera de los '80 que Casaretto jamás explicó. Además hubo desajustes económicos en la administración de los colegios católicos. Como la diócesis tiene recursos para poder encubrir esos problemas, no pasaron a mayores.
Hubo un caso muy resonante, el del padre Cristian Gramlich, hoy expulsado del estado clerical pero, hasta hace pocos años, sacerdote modelo en la diócesis y en Argentina. Fue secretario ejecutivo de la Comisión de Liturgia de la Conferencia Episcopal Argentina durante varios años y, como tal, director del Secretariado Nacional de Liturgia. La edición y traducción del Misal que usamos actualmente es obra de él.
Gramlich fue condenado por la Iglesia por haber abusado sexualmente de menores tanto en el Colegio Marín como en el Juan XXIII. En al menos un caso hubo acceso carnal.
En este caso, lo más grave es que esos abusos pudieron darse gracias a la pasividad-complicidad de Mons. Casaretto. Aunque comenzaron en 1998 y el Obispo fue puesto en conocimiento, fueron condenados recién en 2014. Durante ese tiempo, el obispo trasladó a Gramlich del Colegio Marín al Juan XXIII. Sí, aunque parezca disparatado, no lo trasladó a un hogar de ancianos en espera de esclarecer los hechos, sino a otro colegio lleno de adolescentes.
Casaretto fue advertido por algunos sacerdotes de los comportamientos escandalosos de Gramlich. Estos sacerdotes recibían quejas de parte de los fieles que manifestaban que sus hijos se sentían incómodos ante las actitudes del sacerdote. Demás está decir que los curas que señalaron los problemas de Gramlich fueron denostados por el Obispo.
Según directivos del Colegio Juan XXIII, cuando finalmente Gramlich fue condenado por las autoridades vaticanas Casaretto habría admitido que el tratamiento que le dio al caso fue uno de sus peores errores como obispo de San Isidro. Pero si escuchamos a los padres de alumnos de colegios sanisidrenses el análisis parece ser otro, y ciertamente no tan benévolo. Casaretto fue un verdadero encubridor.
El entonces obispo de San Isidro desestimó las denuncias orales y escritas que le fueron presentadas contra Gramlich, y ante la insistencia de los padres preocupados por sus hijos en manos de un depredador les dijo: “Ustedes pueden confiar plenamente a sus hijos al padre Cristian”, y los amenazó con un juicio penal por calumnias en caso de seguir objetando la inocencia de Gramlich.
Y no se trató de un “error”, como luego afirmó Casaretto. La negación era un método. Como ejemplo, entre otros casos, podemos citar el del obispo Bargalló. Éste fue fotografiado en ropas menores con una mujer en la exclusiva playa mexicana de Puerto Vallarta, lugar al qe arribó desde Miami, donde había asistido a una reunión de Caritas Internacional por ser presidente de esa institución caritativa para la región América Latina y el Caribe. El consejo que le dio Casaretto fue que negara todo. Así lo hizo Bargalló, aunque luego las fotos impidieron negar lo innegable y terminó renunciando y enviado de párroco a Neuquén.
De lo hasta aquí relatado se desprende claramente que lo que van a aprender los capellanes castrenses de Jorge Casaretto es a amenazar a víctimas con juicios, pero no aprenderán nada sobre el encuentro. Escucharán cómo negar hasta lo evidente, pero no la fraternidad. El obispo emérito de San Isidro transmitirá la experiencia de acusar de profetas de calamidades a quienes quieran advertir problemas, pero no la reconciliación.
En estos momentos en los que la Iglesia grita “tolerancia cero” y en estos días en los que el Papa Francisco dice que la Iglesia “no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido" abusos” y que “nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso”, no parece que Jorge Casaretto pueda transmitir ninguna experiencia. Más bien se lo debe sancionar y llamarlo al silencio.
El enlace a la carta de los padres está caído.
ResponderEliminarSe puede ver también en
http://hojasdereyes.blogspot.com/2016/12/encubridor.html?m=1
Podría agregar algo más. Pregúntense porque su Santidad eligió a este impresentable como investigador de los graves sucesos que se sucedieron en Honduras, con el obispo auxiliar correteando a los seminaristas (y me quedo corto) y el Arzobispo, el integrante del ex C-9 (ahora C-6) con graves problemas financieros. Saurón envía a sus Nazguls constantemente a revisar la Tierra media.
ResponderEliminarLo que no acabo de comprender y, creo que nadie lo entiende, cómo es posible que Francisco, respecto al tema de los abusos sexuales, por un lado, hable constantemente de "tolerancia cero", pero por otro lado, la mayor parte de los últimos cargos que ha nombrado, son todos ellos abiertos y declarados prelados homosexuales, como por ejemplo los cardenales Kevin Farrell, Cupich, etc, sin olvidar al inefable padre James Martin, apóstol de todas las perversiones homosexuales y por cierto, muy protegido por Francisco. ¿En qué quedamos?
ResponderEliminarTodo esto es un disparate, en cuanto que la cabeza de la actual Iglesia, por un lado dice, pero jamás cumple lo que dice. Si san Juan en el libro del Apocalipsis habla abiertamente de la gran Prostituta que, no es otra que la iglesia católica de Roma, es evidente, si tomamos literalmente el texto de san Juan que, esa "gran Prostituta", no es otra que la actual iglesia romana encabezada por Francisco. No podemos negar que las evidencias demuestran que la mentira, en grado superlativo, está sentada en la cátedra de Pedro.
Cuando empezó "lo que no acabo de comprender" creo que intentó comprenderlo con la prostituta del Apocalipsis. Puede ser el falso profeta... O quién sabe. Lo cierro es que es parte del misterio. De un misterio divino que da lugar a que la iniquidad promovida por el infierno avance con su permiso, para probar a los santos
EliminarCómo le gusta el micrófono a Gramlich en esa foto! Esto es producto del progresismo buenista de Casaretto. La diocesis tiene muchos fieles, pero parecen todos protestantes.
ResponderEliminarCheto de Shani
Casaretto, una verdadera calamidad para San Isidro, otrara Diósesis floreciente, hoy tierra devastada. Por mí que vaya a dar cuentas a la Justicia porque de la de Dios no se salva.
ResponderEliminarAhora que lo pienso... ¡¿todo el Club de San Isidro estaba integrado por trolos!?
ResponderEliminarPensé que sólo eran obispos a los que les gustaba la rosca política y aparecer en Neustadt... veo que también estaban metidos en otras roscas.
Al final del día, parece que la Mafia Lavanda es mucho más fuerte de lo que creíamos.
GASTÓN: ¿No es oportuno recordar ahora la burla de Juan XXIII hacia los “profetas de calamidades”? Y estoy seguro que ninguno de ellos anunció nada tan enorme como lo que está sucediendo. Burla que desautorizó a los que -con toda la razón que vemos ahora- pretendían proteger a la Iglesia.
ResponderEliminar"Lo que no acabo de comprender y, creo que nadie lo entiende, (es) cómo es posible que Francisco...", etcétera, escribe el Anónimo perplejo de las 10:08.
ResponderEliminarEl asunto estriba en que no se sacan las conclusiones a que los hechos obligan. El Rey B. afirma de la boca para afuera vestir la camiseta "anti- esto y aquello" pero moralmente está desnudo. No puede proponerse como la solución --ni de esto ni de aquello-- quien es parte del problema.
Jorge de San Isidro, un amigo!!!!
ResponderEliminarComo Alfonso de San Juan... . Cuantos amigos Su Santidad!!!
Son personas con las cuales en la vida cotidiana no querríamos compartir ni una pizza....y los tenemos de Obispos. Es todo muy lamentable.
ResponderEliminarOff topic: ¿alguien ya ha leído el texto de Martel?, aún no he leído reseña crítica del libro.
ResponderEliminarPero me he dado cuenta que en google books ya se puede leer en vista previa.
Siempre fue un caradura Cassaretto. Y además un soberbio.
ResponderEliminarY así terminó
¿Y el Cardenal Bergoglio nunca se enteró que su amigo Casaretto era un encubridor? Raro, no?
ResponderEliminarPero si no se enteró antes, ahora con esta carta del cura sanisidrense Francisco se debería enterar y aplicar tolerancia cero, porque la dupla Casaretto-Gramlich suena con los mismos acordes que la chilena Barros-Karadima, duplas que pasarán a la historia como en otros tiempos lo fueron las de Campana y Busico o Labruna y Lousteau...
Para que no sea quedarnos en esto y que sea mucho más que anoticiarnos de tal o cual caso mas escabroso y brutal cada vez... ¿se cae en la inevitable cuenta, que impone la lógica más elemental, que toda esta podre es consecuencia de una realidad muy anterior y muchisimo mas perversa y dramatica?
ResponderEliminar¿Se asume que todo esto no es sino castigo "por no haber amado a la verdad?
Un castigo socialmente difundido porque esta sociedad, con muy dignas, sí, pero muy poquisimas excepciones, no ha reaccionado evangelica y virilmente frente a la mentira institucionalizada y convertida en "iglesia" y cátedra del error... y del terror.
La apostasía se "premia" con estos hechos y tipos como los que motivan el post. Y también con Casaretto's, Gramlich's, Rica's, Mc Carrick's, Laguna's, Bergoglio's, y un larguisimo etc.
* La "bajada de línea" en San Isidro después de la reunión sobre abusos es esta (la escuché en un templo anoche y en otro templo esta mañana): es la 1ra vez que la Iglesia se reúne a enfrentar el tema de los abusos (mentira, ya se habían hecho reuniones después del escándalo de 2002, reuniones con voceros como McCarrick, quien habló contra el abuso cuando él mismo era abusador). El "papa Francisco" no permitirá que el abuso....bla bla (todos sabemos el favor que le hizo a Zanchetta, Inzoli, Maradiaga, y a Barros mientras pudo).
ResponderEliminar* En la diócesis de San Isidro hay muchos encubridores, y no solo de abusadores sino de todo tipo de inmorales (con una mujer, con varias mujeres, con hombres, con hijos, etc) y no me refiero solo a encubridores del clero. Puedo dar fe de las maniobras de los fieles que se creen tan pero tan fieles que protegen al sacerdote aunque resulte un criminal. Y manipulan las conciencias de otros fieles para que colaboren en las campañas de encubrimiento de estos sacerdotes de doble vida y doble moral.
* "son otros cristos" / "hagan lo que hagan, ellos ponen la eucaristía sobre el altar" / "son débiles" / "nuestro deber es protegerlos" / "lo que él haga en su intimidad es tema suyo" / "él también es un hombre con necesidades"....y muchas otras cosas escuché de fieles que encubren abusadores. Entonces, el problema no es solo el clero, sino los fieles tibios que no saben en qué creer ni dónde debe estar puesta la fe, y en lugar de defender la verdad defienden el error.
Y no olvidemos que Fernando Peña, "celebridad" homosexual, ya decía visitar el Seminario de San Isidro allá por el 2001 o 2002. Es decir, ya había "confundidos" en el seminario en tiempos de Casaretto, y lo decía por TV.
ResponderEliminarPeña podía ser un rayado, pero no se callaba nada.