Lutetiae parisiorum, die XXI mensis aprilis, dominica III post Pascha.
Ser católico en 2024 no es fácil. La descristianización masiva continúa en Occidente hasta tal punto que el catolicismo parece estar desapareciendo de la escena pública. En otros lugares, el número de cristianos perseguidos por su fe sigue creciendo. Además, la Iglesia parece sumida en una crisis interna, que se refleja en una disminución de la práctica religiosa, un descenso de las vocaciones sacerdotales y religiosas, una menor práctica sacramental e incluso disensiones entre sacerdotes, obispos y cardenales impensables en el pasado. Sin embargo, entre los elementos que pueden contribuir al renacimiento interno de la Iglesia y a la reanudación de su desarrollo misionero, está en primer lugar la celebración digna y santa de su liturgia, para lo que el ejemplo y la presencia de la liturgia romana tradicional pueden ser una poderosa ayuda.
A pesar de todos los intentos que se han hecho para acabar con ella, especialmente durante el actual pontificado, sigue viviendo, difundiéndose, santificando al pueblo cristiano que tiene acceso a ella. Produce frutos evidentes de piedad, vocaciones y conversiones. Atrae a los jóvenes, es la fuente del florecimiento de muchas obras, sobre todo en las escuelas, y va acompañada de una sólida enseñanza catequética. Nadie puede negar que es un vehículo para preservar y transmitir la doctrina católica y la práctica religiosa en medio de un debilitamiento de la fe y una hemorragia de creyentes. Entre las demás fuerzas vivas que siguen actuando en la Iglesia, la que representa el culto es particularmente relevante por la estructuración que le confiere una lex orandi continua.
Ciertamente, se le han concedido, o más bien tolerado, algunos ámbitos de la vida eclesial, pero con demasiada frecuencia se le ha retirado con una mano lo que se le había concedido con la otra. Sin conseguir nunca hacerla desaparecer.
Desde la gran crisis inmediatamente posterior al Concilio, se ha intentado de todo en numerosas ocasiones para reavivar la práctica religiosa, aumentar el número de vocaciones sacerdotales y consagradas e intentar preservar la fe del pueblo cristiano. Se ha intentado todo, excepto permitir la "experiencia de la tradición", dar una oportunidad a la llamada liturgia tridentina. Sin embargo, el sentido común exige hoy con urgencia que se permita vivir y prosperar a todas las fuerzas vivas de la Iglesia, especialmente a aquella que goza de un derecho que se remonta a más de mil años.
Que no haya malentendidos: este llamamiento no es una petición de nueva tolerancia, como en 1984 o 1988, ni siquiera de que se restablezca el estatuto concedido en 2007 por el motu proprio Summorum Pontificum, que en principio reconocía un derecho, pero de hecho lo reducía a un sistema de permisos concedidos con reticencia.
Como laicos, no nos corresponde juzgar el Concilio Vaticano II, su continuidad o discontinuidad con la doctrina anterior de la Iglesia, la validez o no de las reformas que de él se derivaron, etcétera. En cambio, nos corresponde defender y transmitir los medios que la Providencia ha utilizado para que un número creciente de católicos conserve la fe, crezca en ella o la descubra. La liturgia tradicional ocupa un lugar esencial en este proceso, por su trascendencia, su belleza, su intemporalidad y su certeza doctrinal.
Por eso simplemente pedimos, en nombre de la verdadera libertad de los hijos de Dios en la Iglesia, que se reconozca la plena y total libertad de la liturgia tradicional, con el libre uso de todos sus libros, para que, sin trabas, en el rito latino, todos los fieles puedan beneficiarse de ella y todos los clérigos puedan celebrarla.
Jean-Pierre Maugendre, Presidente de Renaissance Catholique, París
El presente llamamiento no es una petición para ser firmada, sino un mensaje para ser difundido y retomado bajo cualquier forma que parezca oportuna, y para ser presentado y explicado a los cardenales, obispos y prelados de la Iglesia universal.
Si Renaissance catholique ha tomado la iniciativa de esta campaña, es únicamente para hablar en nombre del amplio deseo que se expresa en todo el mundo católico. Esta campaña no es suya, sino de todos aquellos que participarán en ella, la retransmitirán y la amplificarán, cada uno a su manera.
[Es importante que todos difundamos, en la medida de los posible, este pedido, sobre todo entre nuestros obispos y sacerdotes. Pueden bajar el archivo PDF para hacerlo desde aquí]
Es una menorá lo que se ve en la foto?? Jamás me lo hubiera imaginado.
ResponderEliminarEstimado, es el candelabro de siete brazos. Póngale usted el nombre que quiera, pero tenga presente que es un objeto litúrgico que se usa en todas las liturgias cristianas orientales -católicas u ortodoxas-, ubicándose siempre, en el caso de la liturgia bizantina, detrás del altar. Es decir, ese candelebro es tan judío como cristiano.
EliminarCuando diseñaron el oratorio de Birmingham, los padres colocaron varias menorás en el límite del presbiterio y la nave. Usando este simbolismo se pretende enseñar que un objeto de la Antigua Alianza es prefigura del sacrificio de Nuestro Señor. No tiene nada que ver con tendencias judaizantes, como el caso de los kikos.
EliminarSí; es un candelabro de siete brazos.
EliminarPero tienen dos; uno a cada lado del portillo de la cancela. Ahí solo se ve uno.
Eso es el presbiterio de la basílica del Inmaculado Corazón de María, Londres, de los Padres del Oratorio.
¿Qué es eso de que no se puede juzgar el Concilio? Benedicto XVI dijo que se podía hacer. ¿Cómo no vamos a poder hacer los laicos y los sacerdotes una crítica razonada del tema, y más en vista del fruto que ha llevado (por sus frutos los conoceréis)? Se pueden decir las cosas con respeto pero sin faltar a la verdad ni negar lo evidente.
ResponderEliminarPor lo demás, bienvenida sea esta iniciativa.
Mira, de entrada hay que comprobar lo que exactamente aprobaron los Padres Conciliares y cómo los interesados los desarrollaron, según su interés.
EliminarPorque aquí está el truco (en los detalles )
Entonces no es exactamente "el Concilio", sino cómo Pablo VI o sus colaboradores dieron gato por liebre.
La misa, precisamente gracias a una propuesta del obispo de Astorga (España), los Padres Conciliares aprobaron expresamente dejarla como estaba.
Sin embargo Pablo VI decide desobedecer el Concilio y, a pesar de varios dictámenes teológicos que le hicieron llegar (el más famoso es el del Cardenal Ottaviani, Secretario del Santo Oficio) decide bajo su sola autoridad (en youtube sale él mismo diciendo esto y lo repite varias veces) cambiar la misa y por tanto la teología que hay detrás.
Luego, como toda obra humana, habrá que comprobar los objetivos declarados del Concilio y sus resultados y obrar en consecuencia.
Ahora se puede ver con una perspectiva que lógicamente no pudieron tener los que participaron en todo esto.
Hay además ya una literatura de estudio crítica que puede orientar sobre la oportunidad, la honradez y la ortodoxia de lo hecho.
En el fondo el problema es que el Concilio no ha funcionado nada.
Eliminar(y encima hubo esas deserciones masivas en conventos y seminarios )
Si hubiera cumplido sus fines, sólo se quejarían los nostálgicos, los estetas, los "lavender mafia" que dicen los useños..
Ese es el verdadero problema.
Por eso es un grave error que, una cosa que es notorio que no funciona, como es la misa de Pablo VI, se prohíba lo que parece que funciona, que es la misa de siempre en latín.
La razón aparente (la oculta será cortar la asimilación forzosa con los protestantes) es no dividir a los católicos y no crear una secta.
¡Y desde ese punto de vista tiene toda la razón!
Pero es que si no funciona algo, es mejor salvar lo que se pueda y evitar que se pierda todo.
Y estamos precisamente en éstas.
(una posición intermedia hubiera sido que la misa obligatoria (privada) de los sacerdotes y de las comunidades religiosas que así lo quisieran fuera la tradicional y en latín, lo que ayudaría a la vida espiritual de esos clérigos y, por extensión, a la de los fieles que asistiesen a su vez a la misa moderna de estos, porque la actitud se transmite inconscientemente e influye naturalmente )
"Como laicos, no nos corresponde juzgar el Concilio Vaticano II, su continuidad o discontinuidad con la doctrina anterior de la Iglesia, la validez o no de las reformas" No es muy acertado este párrafo. Nos corresponde, como laicos, reaccionar y denunciar las contradicciones magisteriales y la ruptura de este Concilio, faltaría más..
ResponderEliminarBueno, es un poco más complicado.
EliminarNo es exactamente "como laicos". Para poder juzgar hay que saber; y la realidad es que hay que conocer lo que había antes de las reformas de Pablo VI (y no "el Concilio", aunque sería igual ). Para eso hay que estudiar teología y liturgia. No creo que ni siquiera esto se estudie en los seminarios. Por lo menos a este nivel.
Como laicos y clérigos estamos obligados a obedecer a la autoridad, porque es la responsable y está para ello, a no ser que honestamente se aprecie que hay un cambio de teología y, entonces, la salvación del alma tiene primacía.
Sin embargo ya hay muchas voces, unidas a los horribles resultados del Concilio, que insisten en que todo ha sido un engaño.
Parece que para protestantizarnos a la fuerza y, es posible, unirnos a los luteranos, anglicanos y calvinistas...el "ecumenismo", ya se sabe.
Cuando en realidad deberiamos re unirnos con nuestros Hermanos, lls Ortodoxos, que con errores y todo tienen una devocion, una fe y un respeto por las cosas de Dios, digno de sana envidia. Incljso tienen muchos martires porque tienen una fe profunda y han sufrido persecucion. Y tampoco siguen la ideologia de genero, como muchos sacerdotes catolicos de hoy en dia, ni se les cruza por la cabeza bendecir uniones de homosexuales.
EliminarAnónimo 25 de abril de 2024, 8:42
EliminarYo, visto lo visto, también lo creo así.
Si lo único que nos separa es el "filioque", pues se elimina el filioque y aquí paz y después gloria.
Hay muy pocas voces contra la ruptura del Concilio
ResponderEliminarAunque salgo un poco del tema discutido, tomando pie en la idea inicial del artículo (la dificultad de ser cristianos hoy), les comparto una reflexión de Rino Cammilleri.
ResponderEliminarGERMANIA
24/04/2024 COMMENTI DISABILITATI SU GERMANIA BY RINO.CAMMILLERI
«E l’allarme arriva direttamente dalla Germania: sempre più bambini chiedono di convertirsi all’islam per tentare di integrarsi. Gli studenti cristiani infatti si sentono sempre più ai margini, ostracizzati dagli stranieri con tradizioni e costumi radicalmente diversi. E una componente fondamentale la gioca la paura» (F. Lodige, 23.4.24).
No olvide que en Europa hay un proyecto de islamización bastante avanzado.
EliminarPor una parte los políticos, que ya no se consideran católicos, sino agnósticos o indiferentes, están invadiendo con una excusa o con otra millones de musulmanes.
Musulmanes que necesitan para poder sobrevivir de ayudas públicas millonarias, porque no saben hacer nada de valor que les permita mantenerse a ellos y a sus familias. Llevan así varias generaciones ya; así que no hay excusa para saber qué pasa exactamente cuando se permiten estas prácticas.
Al mismo tiempo, como esto cuesta mucha plata, hay quien subir los impuestos, por lo que los europeos nativos no pueden permitirse el lujo de tener hijos. Y si por error los tienen, ahí está el aborto gratuito.
Naturalmente esto se hace porque han declarado que los paises europeos no son cristianos (excepto Hungría ), ni blancos (son "multiculturales" (sic))
Lo que demuestra que las democracias no son realmente el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, sino sociedades abiertas para que el que pueda controlar la carrera de los políticos (con dinero o apoyo de medios de comunicación ) efectivamente gobierna el pais en su beneficio, que no es el del pueblo, sino contra el pueblo.
Naturalmente no falta una censura/inquisición:
Si te quejas, te señalarán como "xenófobo", "antisemita" o "fascista".
Lamentablemente, debo decir que tirar Ud. toda la razón. La islamización de Europa es EL objetivo del Islam desde sus inicios. No lo logró en siglos pasados xq había monarcas católicos, pueblos cristianos y algunos papas que promovieron la defensa e Europa y de los Lugares Sagrados. Lo primero no existe más desde hace por lo menos 1 siglo; lo segundo existe, pero dividido, confundido y debilitado (excepto pequeños reductos). Y de lo tercero, mejor no hablar. El papá Farnese apoyando al Turco para vencer al emperador Carlos V, es un niño de pecho al lado del actual ocupa del Trono de Pedro.
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