Apareció nuevamente Jack Tollers.
Wanderer:
Adjunto un texto de Newman y una foto del Chaitén que me parece apropiada para los tiempos que corren.
Claro, Newman parece dar por sentado que los ángeles que regulan el cosmos son todos buenos. Y no parece, ché.
Total que no tengo resuelto si el Angel del Chaitén es bueno o caído...
Podría ser cualquiera de los dos. Fuera el bueno y nos podría castigar (por aquello de la reversibilidad).
Pero si es el malo sería el caso de quién está preocupado porque sabe que a su Jefe (y a él) le queda poco tiempo...
Y vuelvo a mirar la foto, y vuelvo a dudar.
De lo que no dudo es que es tiempo de oración.
Jack Tollers
El texto de Newman:
¡Cuán numerosos son los bellos y admirables objetos que la Naturaleza nos presenta a nuestro alrededor! ¡Y qué poco sabemos acerca de ellos! Es cierto que en algunos nos parece advertir síntomas de inteligencia y nos llegamos a formar una idea aproximada de lo que son. Por ejemplo, acerca de los brutos animales sabemos poco, pero con todo vemos que tienen sentido, y entendemos que su forma corporal constituye un indicio de cosas que no vemos, el signo exterior de cosas invisibles. Mucho más en el caso de los hombres: los vemos moverse, hablar, actuar, y sabemos que todo lo que ocurre es consecuencia de su voluntad puesto que los habita un espíritu interior, aunque no lo veamos. ¿Pero por qué fluyen los ríos? ¿Por qué nos calienta el sol? Y el viento, ¿por qué sopla? Aquí falla nuestra razón natural; sabemos, digo, que es el espíritu que en el hombre y en el animal hace que se mueva, pero la razón nada nos dice acerca de aquello que se conoce como la naturaleza, el mundo natural, que haga que cumpla con su tarea. Por supuesto, es la voluntad de Dios la que todo lo sostiene; y así esa misma voluntad hace posible que nosotros también nos movamos: pero ¿cómo se mueven el viento y el agua, la tierra y el fuego? Ahora bien, aquí se interpone la Escritura y parece decirnos que semejante admirable armonía es resultado del trabajo de los ángeles. Aquellos acontecimiento que le atribuimos al azar, o a la naturaleza, tales como las estaciones del año, son tareas realizadas como deberes para con el mismo Dios que hace que sus ángeles sean vientos, y sus ministros, llamaradas de fuego. Por ejemplo, fue un ángel el que le otorgó cualidades medicinales a aquella piscina de Betsaida; y no hay razón ninguna para dudar que existen otros manantiales terapéuticos como aquel en este y otros países, hechos por virtud de un ministerio igualmente invisible. Los fuegos en el Monte Sinaí, los truenos y relámpagos, fueron obra de los ángeles; y en el Apocalipsis leemos de ángeles que están restringiendo los cuatro vientos. Por tanto, en lo que se refiere a las comunicaciones de las Escrituras, aprendemos que el curso de la naturaleza, tan admirable, tan bello y tan temible se realiza por medio del ministerio de estos seres invisibles. La naturaleza no está inanimada; su trabajo diario es inteligente; sus obras son deberes. No pretendo decir que la Escritura nos informa qué cosa es la Materia; pero afirmo que, así como nuestras almas mueven nuestros cuerpos, del mismo modo existen Inteligencias Espirituales que mueven aquellas admirables y vastas porciones del mundo natural que parecerían estar inanimadas; y así como los gestos, habla y expresiones en los rostros de nuestros amigos a nuestro alrededor hacen que podamos descifrar lo que quieren decir y nos permiten tratar con ellos, del mismo modo, en las mociones de la naturaleza universal, en el intercambio entre el día y la noche, entre el verano y el invierno, entre el viento y la tormenta, cumpliendo con Su palabra, se nos recuerda a aquellos benditos y fieles obreros que son los ángeles de Dios.
Wanderer:
Adjunto un texto de Newman y una foto del Chaitén que me parece apropiada para los tiempos que corren.
Claro, Newman parece dar por sentado que los ángeles que regulan el cosmos son todos buenos. Y no parece, ché.
Total que no tengo resuelto si el Angel del Chaitén es bueno o caído...
Podría ser cualquiera de los dos. Fuera el bueno y nos podría castigar (por aquello de la reversibilidad).
Pero si es el malo sería el caso de quién está preocupado porque sabe que a su Jefe (y a él) le queda poco tiempo...
Y vuelvo a mirar la foto, y vuelvo a dudar.
De lo que no dudo es que es tiempo de oración.
Jack Tollers
El texto de Newman:
¡Cuán numerosos son los bellos y admirables objetos que la Naturaleza nos presenta a nuestro alrededor! ¡Y qué poco sabemos acerca de ellos! Es cierto que en algunos nos parece advertir síntomas de inteligencia y nos llegamos a formar una idea aproximada de lo que son. Por ejemplo, acerca de los brutos animales sabemos poco, pero con todo vemos que tienen sentido, y entendemos que su forma corporal constituye un indicio de cosas que no vemos, el signo exterior de cosas invisibles. Mucho más en el caso de los hombres: los vemos moverse, hablar, actuar, y sabemos que todo lo que ocurre es consecuencia de su voluntad puesto que los habita un espíritu interior, aunque no lo veamos. ¿Pero por qué fluyen los ríos? ¿Por qué nos calienta el sol? Y el viento, ¿por qué sopla? Aquí falla nuestra razón natural; sabemos, digo, que es el espíritu que en el hombre y en el animal hace que se mueva, pero la razón nada nos dice acerca de aquello que se conoce como la naturaleza, el mundo natural, que haga que cumpla con su tarea. Por supuesto, es la voluntad de Dios la que todo lo sostiene; y así esa misma voluntad hace posible que nosotros también nos movamos: pero ¿cómo se mueven el viento y el agua, la tierra y el fuego? Ahora bien, aquí se interpone la Escritura y parece decirnos que semejante admirable armonía es resultado del trabajo de los ángeles. Aquellos acontecimiento que le atribuimos al azar, o a la naturaleza, tales como las estaciones del año, son tareas realizadas como deberes para con el mismo Dios que hace que sus ángeles sean vientos, y sus ministros, llamaradas de fuego. Por ejemplo, fue un ángel el que le otorgó cualidades medicinales a aquella piscina de Betsaida; y no hay razón ninguna para dudar que existen otros manantiales terapéuticos como aquel en este y otros países, hechos por virtud de un ministerio igualmente invisible. Los fuegos en el Monte Sinaí, los truenos y relámpagos, fueron obra de los ángeles; y en el Apocalipsis leemos de ángeles que están restringiendo los cuatro vientos. Por tanto, en lo que se refiere a las comunicaciones de las Escrituras, aprendemos que el curso de la naturaleza, tan admirable, tan bello y tan temible se realiza por medio del ministerio de estos seres invisibles. La naturaleza no está inanimada; su trabajo diario es inteligente; sus obras son deberes. No pretendo decir que la Escritura nos informa qué cosa es la Materia; pero afirmo que, así como nuestras almas mueven nuestros cuerpos, del mismo modo existen Inteligencias Espirituales que mueven aquellas admirables y vastas porciones del mundo natural que parecerían estar inanimadas; y así como los gestos, habla y expresiones en los rostros de nuestros amigos a nuestro alrededor hacen que podamos descifrar lo que quieren decir y nos permiten tratar con ellos, del mismo modo, en las mociones de la naturaleza universal, en el intercambio entre el día y la noche, entre el verano y el invierno, entre el viento y la tormenta, cumpliendo con Su palabra, se nos recuerda a aquellos benditos y fieles obreros que son los ángeles de Dios.
Yo creo que es el ángel bueno, que es gorila.
O bien puede que sea un ángel que todavía no se decidió.
ResponderEliminarThe Seafarer
Está genial! La mejor entrada en tiempo! sobre esto también está la Triología Cosmica de C.S. Lewis que propone algo parecido. También esta el Silmarillion de J.R.R. Tolkien en la parte de la música de los Anüir. Ademas de que esta el tema de los Cosmocratores que varias veces me lo han dicho aunque nunca me dijeron e que fuente sacarlo si alguien sabe.
ResponderEliminarEl ver el mundo así resalta su belleza y su conección con el misterio Divino, haciéndolo ser algo mas que una mera maquina bien aceitada. Al fin y al cao como dice mi hermano: "la realidad es mágica" sólo que no sabemos verla.