Un anónimo (no tanto) comentador del blog escribe:
La ira del sector mencionado viene porque la operación sobre la SSPX fue más veloz de lo pensado. Con la solución canónica aparentemente ya acordada entre Ratzinger, Fellay y Schmidberger quienes actúan coordinadamente (v.gr. Carta del Papa a los Obispos e inmediato comunicado de Menzingen).
La entente anti-Benedicto XVI son hombres afines al poder, que desprecian las discusiones teológicas. Sus ideas las imponen, como imponen sus hombres.
En materia doctrinal la última palabra es siempre la de Roma, y Roma la vierte cuándo quiere y cómo quiere. Y todo católico (en la Iglesia o en la SSPX) cree que lo que el Papa define es de fe católica, y ahí acaban las discusiones. E incluso Roma puede acabar las discusiones sin definirlas. Esos temores de la SSPX son sólo perjudiciales para ella.
Entrar canónicamente a la Iglesia Católica sin discutir y -parece- definir las cuestiones doctrinales, es difícil para ciertos sectores de la SSPX que sospechan de una trampa de la modernista Roma y del modernista teólogo del Concilio exaltado al papado.
Y es, en ese exacto mismo punto, donde también están clavando con fuerza sus dientes estos enemigos del Papa. "No hay reintegración canónica sin previa discusión sobre el magisterio conciliar y post-conciliar". Algo que podría no terminar nunca. Cristo va a volver antes de que terminen esas discusiones.
Fellay parece haberse dado cuenta del mensaje papal al respecto: "Para discutir tenemos tiempo hasta el Apocalipsis, y lo que existía en 1962 no ha dejado de existir".
A los enemigos del Papa les interesa un bledo la discusión doctrinal (no hace falta demostrarlo). Siempre ganan en los hechos, que hoy sustituyen y anulan al catecismo, al magisterio y a la Roma eterna, por más documentos e instrucciones que lleguen desde el Vaticano. Y por eso temen profundamente a una SSPX plenamente integrada en la Iglesia Católica, viviendo en los obispados, con sus fieles, sus ritos, sus costumbres y sus modos de ver las cosas.
Las murallas canónicas levantadas desde el Papado pueden ser más fuertes y temibles que las seguridades teológicas.
Fellay parece haberse dado cuenta del mensaje papal al respecto: "Para discutir tenemos tiempo hasta el Apocalipsis, y lo que existía en 1962 no ha dejado de existir"
ResponderEliminarMe resulta difícil expresar por este medio el profundo y vivísimo deseo que tengo de que la opinión del comentador se ajuste a la realidad. Un acuerdo canónico práctico en el corto plazo, y la realización de las controversias teológicas con todo el tiempo necesario, parecería ser algo que la Fraternidad rechazó en el pasado, y sin embargo parece necesario ahora. Sería de lamentar que se perdiera la oportunidad que ofrece Benedicto XVI. Si hay algún sector maximalista en la Fraternidad que espera la "derogación" lisa y llana de todo el Vaticano II entregada a Fellay en bandeja de plata, me parece que tal sector no conecta con la realidad.
Cordiales saludos.
Pablo: estoy de acuerdo con Ud.
ResponderEliminarLudovicus dijo
ResponderEliminarYa lo dijo el paisano del Mago Blanco, "grises son las teorías, verde es el hermoso arbol de la vida". Y aunque esto también sea una teoría, creo que la apelacion a Goethe en estos momentos es adecuada.
En algun párrafo famoso De Lubac habla de esa realidad quasibiologica de la Iglesia, esa placenta en la cual nos desarrollamos, nos nutrimos, vivimos.
No pertenecemos a una idea ni a un sistema coherente ni a un bosque de silogismos, aunque vivimos de la Verdad viva.
Somos, más propiamente, cuerpo místico vivo, con las leyes de un organismo, con las inevitables resistencias propias de la materia, con desarrollos imperfectos, con la necesidad de podas, con la presencia de desconcertantes parásitos.
La verdad de la Iglesia no es una verdad racionalista, es una verdad -sit venia verbo- biologica, con maduración, con tiempos, con esa espontaneidad propia de la vida. Es una verdad con historia, aunque sea metahistórica. Es una verdad de carne, aunque su núcleo sea Dios Encarnado.
Hay que sumarse, para vivir. Hay que injertarse, para desarrollarse en la vida íntima de esa savia, que es el Espíritu Santo.
No le dejemos el árbol a los parásitos. No nos vayamos a vivir entre los minerales, entre los silogismos minerales y las verdades de cristal, que brillan con toda la claridad posible para una piedra sin vida.
Estimados: Disculpen si me voy, pero creo que es importante. Discurso del Santo Padre a los Obispos Argentinos:
ResponderEliminarSeñor Cardenal
Queridos Hermanos en el Episcopado:
1. Es para mí un motivo de profunda alegría daros la bienvenida a este encuentro con el Sucesor de Pedro y Cabeza del Colegio Episcopal.
Agradezco las amables palabras del Cardenal Jorge Mario Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires y Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, con las cuales se ha hecho intérprete de los sentimientos de todos. A través vuestro quiero saludar también a todo el clero, comunidades religiosas y laicos de vuestras Diócesis, manifestándoles mi aprecio y cercanía, así como mi aliento constante en la apasionante tarea de la evangelización, que están llevando a cabo con gran dedicación y generosidad.
2. Habéis venido hasta aquí para venerar los sepulcros de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y compartir con el Obispo de Roma las alegrías y esperanzas, las experiencias y las dificultades de vuestro ministerio episcopal. La visita ad limina es un momento significativo en la vida de todos aquellos a quienes se les ha confiado el cuidado pastoral de una porción del Pueblo de Dios, pues en ella muestran y refuerzan su comunión con el Romano Pontífice.
El Señor fundó la Iglesia para que sea «como un sacramento o signo y instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano» (Lumen gentium, 1). La Iglesia es en sí misma un misterio de comunión, un «pueblo unido por la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo» (ibíd., 4). En efecto, Dios ha querido llevar a todas las gentes a la plenitud de la salvación haciéndolas partícipes de los dones de la redención de Cristo y entrar así en comunión de vida con la Trinidad.
3. El ministerio episcopal está al servicio de la unidad y de la comunión de todo el Cuerpo místico de Cristo. El Obispo, que es el principio y fundamento visible de unidad en su Iglesia particular, está llamado a impulsar y defender la integridad de la fe y la disciplina común de toda la Iglesia, enseñando además a los fieles a amar a todos sus hermanos (cf. ibíd., 23).
Deseo expresar mi reconocimiento por vuestra voluntad decidida de mantener y afianzar la unidad en el seno de vuestra Conferencia Episcopal y de vuestras Comunidades diocesanas. Las palabras de Nuestro Señor –«que todos sean uno» (Jn 17, 21) – han de ser una fuente constante de inspiración en vuestra actividad pastoral, lo que redundará sin duda en una mayor eficacia apostólica. Esta unidad, que debéis promover con intensidad y de manera visible, será además fuente de consuelo en el grave cometido que se os ha confiado. Gracias a esta colegialidad afectiva y efectiva, ningún Obispo está solo, porque está siempre y estrechamente unido a Cristo, Buen Pastor, y también, en virtud de su Ordenación episcopal y de la comunión jerárquica, a sus hermanos en el episcopado y a quien el Señor ha elegido como Sucesor de Pedro (cf. Juan Pablo II, Pastores gregis, 8). Deseo manifestaros ahora de modo especial, que contáis con todo mi apoyo, mi oración diaria y mi cercanía espiritual en vuestras fatigas y desvelos para hacer de la Iglesia «la casa y la escuela de comunión» (Juan Pablo II, Novo millennio ineunte, 43).
4. Este espíritu de comunión tiene un ámbito privilegiado de aplicación en las relaciones del Obispo con sus sacerdotes. Conozco bien vuestra voluntad de prestar una mayor atención a los presbíteros y, con el Concilio Vaticano II, os animo a preocuparos con amor de padre y hermano «de su situación espiritual, intelectual y material para que puedan vivir santa y religiosamente y puedan realizar su ministerio con fidelidad y fruto» (Christus Dominus, 16). Asimismo, os exhorto a extremar la caridad y la prudencia cuando tengáis que corregir enseñanzas, actitudes o comportamientos que desdicen de la condición sacerdotal de vuestros más estrechos colaboradores y que pueden, además, dañar y confundir la fe y la vida cristiana de los fieles.
El papel fundamental que desempeñan los presbíteros os ha de llevar a realizar un gran esfuerzo para promover las vocaciones sacerdotales. A este respecto, sería oportuno proyectar una pastoral matrimonial y familiar más incisiva, que tenga en cuenta la dimensión vocacional del cristiano, así como una pastoral juvenil más audaz, que ayude a los jóvenes a responder con generosidad al llamado que Dios les hace. También es necesario intensificar la formación de los seminaristas en todas sus dimensiones: humana, espiritual, intelectual, afectiva y pastoral, llevando a cabo además una eficaz y exigente labor de discernimiento de los candidatos a las sagradas órdenes.
5. En esta óptica de profundizar en la comunión dentro de la Iglesia, es de suma importancia reconocer, valorar y estimular la participación de los religiosos en la actividad evangelizadora diocesana, a la que enriquecen con la aportación de sus respectivos carismas.
También los fieles, en virtud de su bautismo, están llamados a cooperar en la edificación del Cuerpo de Cristo. Para ello hay que llevarlos a tener una experiencia más viva de Jesucristo y del misterio de su amor. El trato permanente con el Señor mediante una intensa vida de oración y una adecuada formación espiritual y doctrinal aumentará en todos los cristianos el gozo de creer y celebrar su fe y la alegría de pertenecer a la Iglesia, impulsándoles así a participar activamente en la misión de proclamar la Buena Noticia a todos los hombres.
6. Queridos hermanos, os aseguro una vez más mi cercanía en la plegaria cotidiana, junto con mi firme esperanza en el progreso y renovación espiritual de vuestras comunidades. Que el Señor os conceda la alegría de servirle, guiando en su nombre a la grey que se os ha confiado. Que la Virgen María, en su advocación de Nuestra Señora de Luján, os acompañe y proteja siempre, así como a vuestros fieles diocesanos, y os imparto con gran afecto una especial Bendición Apostólica.
http://212.77.1.245/news_services/bulletin/news/23527.php?index=23527&lang=en
Qui potest capere, capiat.
Nosotros podemos alegrarnos por las palabras del Papa a los obispos... pero hay que ser muy ingenuo para pensar que ellos entendienden lo que el Papa quiere que entiendan... Minada la autoridad, son solo palabras que entran por un oído y salen por el otro.
ResponderEliminarEzequiel.
No se olviden del Otz Chiim nazis malditos. El copyright del Árbol de la Vida lo tienen los hijos de Sem!
ResponderEliminarShlomo
Hace unos días en una de las entradas, si bien de un tema no referido a ello, plantee mi inquietud sobre el tema del aborto de la niña brasileña de 9 años. Tema que no tuvo eco. Ahora acabo de leer las declaraciones del Presidente de la Academia Pontifica de la Vida (ver http://blogs.periodistadigital.com/elbaronrampante.php/2009/03/15/el-vaticano-reconoce-que-la-excomunion-a) y humildemente insisto en la importancia de la cuestión.
ResponderEliminarEl aborto no le interesa a Wanderer, sólo se aplica a teorías que no aprovechan en nada a la salvación de las almas.
ResponderEliminarUn católico preocupado
Es notable cómo un crimen horrendo se utiliza como excusa para justificar muchos otros.
ResponderEliminarLo de la pobre niña, que vivio una situación para nada extraña a nuestra sociedad, piensa utilizarse para justificar una masacre.
Aún como consecuencia de la abominable aberración que es la pedofilia (pecado ante el cual el suicidio es leve), no se justifica asesinar al niño por nacer, que ya es una entidad independiente de las circunstancias de su concepción.
Es muy parecido al debate sobre la pena de muerte. ¿Tenemos derecho a decidir quien se queda con vida y quien no?
Finalmente, John Ronald Reuel Tolkien decía: "no te apresures a quitar la vida, ya que no puedes retornarla".
Bilbo
Wanderer, hace poco noté la lenta ingerencia de un nuevo "movimiento" a las commanding heights de UCA.
ResponderEliminarTienen otro de esos nombres sosos del progresismo, se denominan "Fundar". Por la página parecen una versión local de los kikos.
Están avanzando muy rápido y mucho. Dicen responder a un tal "Nicolás Lafferriere", ¿Qué tal son?
Trebuchetero
Trebutchetero: En Catapulta tiene bastante información. Son cuatro gatos. Si no fuera porque están en la cúpula de la UCA, no valdría la pena ocuparse de ellos. Ah, y el capo no es Laferrere, sino Guillermo Cartasso.
ResponderEliminarGualterio Sin Haber
conseguite otro Seudónimo, macho...
ResponderEliminarno plagiés
Gualterio "sin dinero"
(el legítimo)
Pablo, por qué se puso la fotito de Serrat? Tan fan es?
ResponderEliminarTito