Es bastante habitual que los curas amigos, cuando están apurados, rezan en sus misas la plegaria eucarística II. Al principio me llamaba la atención que, aún con las prisas que fueran, dejaran de lado el venerable Canon Romano. Ellos, sin embargo, respondían a mis cuestionamientos diciendo que la plegaria II era una composición de San Hipólito de Roma, uno de los escritores cristianos más antiguos. Claro que no decían que también fue el primer antipapa y, si se lo venera como santo, es porque murió martir en la persecución de Maximino.
El problema de la plegaria II no es sólo el de la desobediencia de su presunto autor, sino que éste no es tal. Es decir, lo que queda de la Traditio apostolica de Hipólito, es apenas un par de expresiones. El texto antiguo ha sido modificado y repensado de tal modo que la plegaria es, en definitiva, una creación nueva.
Sin embargo, falta aún la última perlita para comprender en su totalidad cómo se redactó la plegaria eucarística II y como se hizo, en gran medida, la reforma litúrgica.
El dato aparece en la revista Catholica, de seriedad y trayectoria comprobada y tiene como protagonista, una vez más, al P. Louis Bouyer.
El inefable Bugnini había preparado como plegaria eucarística II un engendro literario que a duras penas podía pasar un examen de ortodoxia católica. Ante la queja de Bouyer y de otros miembros del Consilium, Mons. Bugnini aceptó realizar algunos cambios pero les dio un tiempo perentorio para presentarlos: tenían apenas unas horas.
Cuenta Bouyer que a él le daba cierta aprehensión cuando veía esa plegaria en el Misal y recordaba las circunstancias concretas de su composición. La cosa fue así: salió de la reunión del Consilium dispuesto a renunciar. Fue a almorzar con dom Botte a una trattoria del Trastevere y allí, el benedictino logró convencer al oratoriano de que permaneciera en en la Comisión y que prepararán allí mismo la redacción definitiva de la plegaria eucarística II. Bouyer quedó "petrificado" al caer en la cuenta de que el texto más sagrado de la liturgia eucarística había sido redactado a las apuradas en la mesa de una trattoria del Trastevere.
Es escalofriante ir conociendo los secretos de la reforma montiniana. Cuántos más quedan por revelarse. Habrá que esperar todavía un tiempo.
Ludovicus dijo,
ResponderEliminarDeprimente. ¿Habrán manchado con tuco el canon?
Bouyer en su libro "La Eucaristía" compara el texto de la plegaria de San Hipólito con la plegaria II del misal y muestra que es una composición con poco que ver.
ResponderEliminarSobre San Hipólito, no se sabe mucho, no creo que se pueda decir con ciencia cierta que el presbítero rebelde era el autor, o si fue otro Hipólito, u otro autor luego atribuido a un mártir. Habría que consultar el Quasten o algún otro manual de patrología.
Cordialmente.
Odysseus.
Pd. Creo que Lumen tiene en su colección de patrística la Traditio Apostolica de San Hipólito, si no me falla la memoria.
Sin duda la multiplicación de los cánones fue una de las peores innovaciones, cuya consecuencia fue la práctica desaparición del Canon romano que ya no forma la mente de los fieles. Igual de malo fue el recitar el Canon (Plegaria) en voz alta.
ResponderEliminarLo mismo los tres ciclos de lecturas dominicales, las nuevas lecturas, la eliminación de ciertos pasajes del evangelio en las lecturas de los domingos, profundamente aleccionadores, la eliminación del incieso, de la solemnidad, del tremendum, para convertirlo todo en una reunión de amigos.
Y la mayor desgracia: el abandono del latín, único verdadero crimen de lesa humanidad del siglo, pues eliminó el sentido de los sacro y lo universal en la Iglesia, condenando millones de almas -no cuerpos-.
La "reforma de la reforma" tiene que volver atrás en mucho, o en todo. O derogar la reforma y restablecer el último Misal de Juan XXIII.
De acuerdo con el Anónimo de las 21:49. Sin embargo, si la idea es volver atrás, yo no regresaría al último misal de Juan XXIII. Se trata de un misal que ya presente numerosas reformas con respecto a los misales romanos anteriores, principalmente, la reforma de la Semana Santa producida por Pío XII y que es análoga, en sus criterios, a la reforma de Pablo VI.
ResponderEliminarDurando de Mende.
Es verdad, estimado Durando, ya Pio XII había eliminado elementos verdaderamente tradicionales del Misal. No llego a comprender porqué, pero removió de la Pascua el momento en que el Obispo golpeaba con su Cruz de Metropolita la puerta de la Catedral, algo que se preserva en las liturgias más antiguas de la Cristiandad.
ResponderEliminarAdemás de eso, el intento de incorporar la estética maximalista, que si bien era de mejor gusto que la contemporánea... no deja de ser en sus orígenes paganizante.
De hecho, esa tendencia a incorporar elementos contemporáneos en la Liturgia y la Teología Católicas, es lo que hace tan difícil "dialogar" con los diversos cismas orientales. También entre nuestras filas causa gran daño la "inculturación", porque va reduciendo la persona de Nuestro Señor Jesucristo a una mera abstracción ó concepto. Luego este, al igual que su Santísima Madre, son reducidos a elementos folclóricos. Como ahora, con "Nuestra Señora del Mate" y mucho antes con los desagradables angelotes porno-renacentistas.
Debemos recuperar el Verdadero Rostro, y mirar en la Santa Sábana para restaurar la Iconografía Católica, como hicieron los orientales en su momento. Aceptar que Nuestro Señor no era un afectado modelo de pintor / escultor profesional, sino un hombre de origen semita, y de apariencia sabia a la vez que recia. Quizá no la belleza idealizada en cada época, pero la que eligió Dios mismo para encarnarse.
Wanderer, ¿Será posible que esa herejía estuviese presente en la Iglesia Romana desde hace milenios, y fuera uno de los detonantes del cisma oriental? ¿Cómo "cierra" el asunto de la "inculturización" pre-CVII y los innumerables Papas / Mártires de la Iglesia Occidental? ¿La pifié porque no me gustan los angelotes regordetes y obscenos alrededor de Nuestra Señora y Nuestro Señor?
AMDG
Crux Australis
Sí, anónimo de las 5:11, tiene toda la razón: las dos las hizo Bugnini. Y si no vean las fechas del sugestivo título de su libro: La Riforma Liturgica (1948-1975).
ResponderEliminarSuyo.
El Pelado Locke
Aceptando el supuesto de que la Plegaria II pertenece a san Hipólito, me surgen algunos interrogantes:
ResponderEliminar- Si lo que nos ha llegado es el canon completo o sólo una trascripción parcial de la plegaria.
- Dado que el escrito pertenece a una época anterior a la imprenta, de cultura predominantemente oral, si el escrito no era más que un ayuda-memoria, parcial y fragmentario, que se completaba con palabras y gestos que se aprendían por transmisión oral y se memorizaban.
- Antoñana decía que celebrar una Misa del Rito Gregoriano en menos de 20 minutos era un pecado. Dejando de lado la posible inspiración casuista del criterio numérico, con la Plegaria II un cura puede celebrar una Misa, sin apuros, en menos de 20 minutos. ¿No será demasiado breve para el Santo Sacrificio?
Cordiales saludos.
Muy interesante todo esto. ¿Podría informar el número de la revista Catholica que trae el artículo? porque tienen una pág. en internet, pero no encontré el artículo que comenta. Y la última edición impresa que tengo tampoco lo tiene (y es la misma que figura como última en internet).
ResponderEliminarEstoy leyendo The wisdom of Adrian Fortescue, de M. Davies, y que para el no iniciado resulta una formativa introducción sobre el desarrollo de la Misa en lo que él llama el Patriarcado de Roma y sobre la Divina Liturgia en los Patriarcados orientales. Precisamente, estoy aproximándome a la historia del Canon, y parece ser una de las piezas más antiguas de toda la liturgia, tanto en Oriente como en Occidente. Y lo bueno del libro es que no tiene ningún ribete polémico, puesto que data del primer tercio del siglo XX. Por ejemplo, cuando trata sobre el tema del idioma.
¡Pobre si resucitara!
Anónimo: No tengo a mano el número de página de Catholica, pero el relato aparece en el artículo de "L´erreur anthropologique" de Stephan Wailliez. Además, está más detallado en las memorias aún inéditas de Bouyer.
ResponderEliminarGracias por la referencia del articulo, Wanderer.
ResponderEliminarLost in translation
En statveritas.com se consigue el BREVE EXAMEN CRITICO DEL NOVUS ORDO MISSÆ de Alfredo Cardenal Ottaviani y Antonio Cardenal Bacci.
ResponderEliminarDe ahí saco esta cita de Bouyer:
“El Canon Romano, tal cual hoy existe, se remonta a San Gregorio Magno. Tanto en Oriente como en Occidente no se encuentra ninguna oración Eucarística vigente hasta nuestros tiempos, que esté dotada de tanta antigüedad. Si la Iglesia Romana excluyera este Canon, no sólo los ortodoxos sino también los anglicanos y los mismos protestantes que de algún modo aprecian aún la tradición juzgarían que la misma Iglesia Romana ha abdicado el derecho y su propio deber de representar a la verdadera Iglesia Católica (P. LOUIS BOYUER)”
Seba