No se trata de una referencia al libro de Pieter van der Meer de Walcheren. Es una reflexión de Jack Tollers sobre el ansiado regreso del Señor, a partir de un desafortunado texto pontificio.
En el recientemente publicado segundo tomo de “Jesús de Nazareth”, a propósito del discurso escatológico de Nuestro Señor tal como la trae el capítulo XXIV de San Mateo, Benedicto XVI (o Josef Ratzinger) afirma lo que sigue:
Las palabras apocalípticas de Jesús nada tienen que ver con la adivinación. Quieren precisamente apartarnos de la curiosidad superficial por las cosas visibles y llevarnos a lo esencial: a la vida que tiene su fundamento en la Palabra de Dios que Jesús nos ha dado; al encuentro con Él, la Palabra viva; a la responsabilidad ante el Juez de vivos y muertos.
Jesús de Nazaret. Segunda parte.
Desde la entrada en Jerusalén hasta la Resurrección.
Ediciones Encuentro, pp. 67-68.
Se trata de un texto raro. A mí me asombra, me desconcierta. Porque, en el mejor de los casos, induce a error. En el peor, me parece una blasfemia.
En verdad, el fraseo es desafortunado.
No voy a molestar al lector con referencias al contexto en que se pronuncia Jesús porque no caben dudas: se trata de un discurso eminentemente profético, revelador de lo por venir, apuntando en doble dirección a un futuro inmediato (la destrucción del Templo de Jerusalén) y a uno mediato (el fin de los tiempos).
Tampoco me referiré a las decenas de lugares en los que Pedro, Pablo, Santiago y Juan se extienden sobre la Parusía, los signos que la preceden, y la actitud expectante que corresponde a todo buen cristiano. No traeré a colación lo dicho sobre el particular, unánimemente, por los Padres de la Iglesia, los Concilios, los catecismos, a este respecto… Por pudor, me abstendré de citar a Lacunza, Bossuet, a Pieper y a Newman... y a todos los demás.
A Castellani lo citaré sólo dos veces, al final de esta pequeña nota.
En cuanto a que Nuestro Bendito Salvador quiere “apartarnos de la curiosidad superficial por las cosas visibles”, creo que basta con Mt. XXIV:32:
“De la higuera aprended esta semejanza: cuando ya sus ramas se ponen tiernas y sus hojas brotan, conocéis que está cerca el verano Así también vosotros, cuando véais todo esto, sabed que…”
Por supuesto que siempre habrá un modo romo, torpe, brutal, de considerar a Nuestro Señor como un mago adivinador y de regodearse con la catástrofe final que se describe con tanta precisión en las profecías que nos ocupan. Pero eso no quita que se accede a “lo esencial”, cumpliendo con las instrucciones del Verbo de Dios: “Cuidaos que nadie os engañe”, “Mirad que os lo he predicho”, “Velad, pues, porque no sabéis en qué día vendrá vuestro Señor”, “Estad prontos, porque a la hora que no pensáis…” y sobre todo, lo dicho en el lugar paralelo en el Evangelio de Lucas:
“Cuando estas cosas comiencen a ocurrir, erguíos y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra redención.” (XXI:28)
Porque “lo esencial” es que Cristo vuelve y no sabemos cuándo y Cristo mismo nos indicó cuáles serían las señales de eso, y por tanto nos advirtió que prestásemos mucha y especial atención a los terremotos y a los ruidos del mar, y a las guerras y al color de la luna, a los “prodigios aterradores y a las grandes señales en el cielo” y en fin, a todo lo que pasa. Cosas, en efecto, “visibles”.
Entre otras, que un Papa, en medio de la Gran Apostasía (que es la primera señal de todas) parece dar de mano con la profecía canónica por excelencia que anuncia el fin de este eón, de esta kalpa, del siglo, del mundo tal como lo conocemos. El fin del tiempo.
En este blog no hay para escribir lungo y aquí, por tanto, me detengo. Sólo quiero agregar dos cosas: que toda la liturgia y toda la oración de la Iglesia da cauce al sentimiento de los apóstoles cuando la Ascensión del Señor, cuando tenían las miradas fijas “en el cielo, mientras Él se alejaba” (Hechos, I:10).
Por supuesto que luego del reproche de los ángeles, se volvieron a Jerusalén, dispuestos a evangelizar al mundo entero. Pero, claro, precisamente porque guardaban en su corazón, esa misma recriminación:
“Este mismo Jesús que de en medio de vosotros ha sido recogido en el cielo, vendrá de la misma manera que lo habéis visto ir al cielo”.
Vendrá… No sé ustedes, yo también lo extraño. Yo querría que vuelva, al precio que fuera, yo también añoro aquello que le dijo Castellani a Barletta, no sé si se acuerdan, aquella nostalgia de Dios que le hacía imaginar
“…lo que sería el Cristo retornado más o menos como cuando andaba en la Tierra―predicando―y después de su resurrección―traveseando amablemente con los Doce Palurdos: “¡Jesús en Buenos Aires”―como soñaba nuestro común desdichado amigo Enrique Méndez Calzada.”
Y es esa misma nostalgia de Dios, esa mismísima añoranza del Cristo Volvedor la que se duele con el texto este que comentamos, qué quieren que les diga.
Y recordar con nuestro gran profeta que
“La enfermedad mental específica del mundo moderno es pensar que Cristo no vuelve más; o al menos, no pensar que vuelve”.
Que “responsabilidad” ni qué niño muerto.
Jack Tollers.
A que Gelfand encontrará una justificación al infeliz texto.
ResponderEliminarYa verán.
El párrafo es ambiguo.
ResponderEliminarLo paradojico es que pocos pastores hablan de otro modo pese a sus exortaciones.
"...la perseverancia en el estudio teológico resulta también necesaria para que el sacerdote pueda cumplir con fidelidad el ministerio de la Palabra, anunciándola sin titubeos ni ambigüedades, distinguiéndola de las simples opiniones humanas, aunque sean famosas y difundidas. Así, podrá ponerse de verdad al servicio del Pueblo de Dios, ayudándolo a dar razón de la esperanza cristiana a cuantos se la pidan (cf. 1 Pe 3, 15). Además, «el sacerdote, al aplicarse con conciencia y constancia al estudio teológico, es capaz de asimilar, de forma segura y personal, la genuina riqueza eclesial. Puede, por tanto, cumplir la misión que lo compromete a responder a las dificultades de la auténtica doctrina católica y superar la inclinación, propia y de otros, al disenso y a la actitud negativa hacia el magisterio y hacia la tradición».
EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL
PASTORES DABO VOBIS DE SU SANTIDAD
JUAN PABLO II AL EPISCOPADO AL CLERO Y A LOS FIELES SOBRE LA FORMACIÓN DE LOS SACERDOTES EN LA SITUACIÓN ACTUAL
Malachi Martin dijo:
ResponderEliminar¡Tiene toda la razón, Tollers!
A ver si, de una buena vez, dejamos de estar "disculpando" a diestra y siniestra... porque, claro, se trata de Ratzinger, que ama la Liturgia, que ve mejor que otros (¿ama la Liturgia y ve mejor que otros? Perdón, mi maldad es mucha...), que ha tenido conceptos esperanzadores sobre el ejercicio del rol petrino y la Tradición...
Pero resulta que, al mismo tiempo, reafirma la línea comenzada por el CVII respecto de la "nueva mirada" hacia "nuestros hermanos mayores" cuya Alianza con Dios sigue en pie (recordar palabras en la visita a la Sinagoga de Roma); propone y lanza el proyecto del "Atrio o Patio de los Gentiles" poniendo al frente al card. Ravasi (ver página web con imagen del Templo de Jerusalén como ilustración de fondo... ¿nos querrán llevar de vuelta ahí? ¿O querrán preparar los ojos para el Tercer Templo?); habla a los jóvenes reunidos en Notre Dame de lograr un mundo de "libertad, igualdad y fraternidad"; propone la creación de un Gobierno Mundial en una de sus encíclicas, con referencias a la fe y a la caridad desprovistas de sentido sobrenatural; vuelve a llamar a un nuevo Asís con lenguaje casi opuesto a su consagrada expresión de "dictadura del relativismo"; publica justo al comenzar la Cuaresma su libro "Jesús de Nazareth II", con conceptos tales como que la Última Cena no era Pascual, el no-deicidio, la re-interpretación del "Caiga su Sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos", el texto que aquí comenta J. Tollers...
En fin, dejaría sin mencionar la no-resolución de fondo del tema de los Legionarios de Cristo, Lumen Dei y algún etc. : me parece que, aún queriendo, no creo que pudiera hacer nada.
Pero lo señalado anteriormente, sí creo que no puede disculparse. Y conste que lo escribo no señalando con ira, sino con dolor, y hasta un poco de temor...
Justamente por tratarse del Vicario de N.S. Jesucristo. Que nos mandó esperarlo atentamente y no dormirnos. Porque "VENGO PRONTO".
- M. Martin, la verdad, angustiado...
Disculpe anónimo de las 11:23 que lo contradiga. Por el blog pasean comentaristas mucho mas acreditados que yo como defensores de Benedicto XVI. Más de una vez marqué que los tradis no trataban de igual manera a JPII y a BXVI. Es verdad que el texto es ambiguo, como la mayor parte de la teología de Ratzinger lo es. Peor que esto es cuando en el mismo libro habla sobre la conciencia que Cristo tenía sobre si mismo. Sin ninguna duda es mejor papa que teólogo.
ResponderEliminarAhora bien, tampoco creo que sea para rasgarse las vestiduras. La Iglesia desde San Pablo en adelante, nunca alentó a aquellos que esperan la Parusía a la vuelta de la esquina.
Claro que es ambiguo, Giovanni..., al punto que la frase pareciera quedar incursa en esto que marca Bruckberger -ver pag. jack tollers, los nuevos teologastros (y no digo que BXVI lo sea)-
ResponderEliminar"son sin duda incapaces de tener un lenguaje claro. Es más difícil obtener de ellos el hablar claro que hacer rodar derecho un huevo duro. Están estructurados así. Hay algo en su anatomía, como en la de los cangrejos, que los vuelve oblicuos, alérgicos a la línea recta."
Un texto de Castellani que puede servir para serenar un poco los ánimos si se cambia lo que hay que cambiar:
ResponderEliminar13-IX-69 - El “Osservatore Romano”, edic. Bs. As., publica una “Notificación” de la Congregación pontificia de la Fe que condena al Abate Jorge de Nantes después de haberlo oído y pedídole tres veces una retractación de sus errores; los cuales consisten en haber acusado de herejía al Concilio y al Papa actual; y pedido al Clero Romano que lo depusiera.
Como este valiente francés tiene buena pasta, tenemos esperanza recapacite, acepte y firme la retractación que le piden -con el tiempo. La verdad es que esta retractación parece demasiado dura... Mas el Papa actual no es herético, si no me engaña la teología de Billot que me queda, poco o mucha. Tendrá sus defectos o resbaladas como cualquier nacido -o más; pero de ahí a hereje... A algunos les parece irresoluto, a otros demasiado popularidad-buscón, otros llevan a mal haya visitado la UN, organismo masónico o al menos laicista... Pero San Pablo fue a hablar al Areópago de Atenas, que era idólatra.
El abate de Nantes es condenado sólo por desacato y desobediencia, no por error en la fe.
Leonardo Castellani. UN PAÍS DE JAUJA. Ed. Jauja. Página 394.
Saludos.
Gelfand, le ruego que no diga pavadas. La Iglesia siempre estuvo atenta al regreso del Esposo. Siempre estuvo atenta a la admonición del primer Papa: "Poned toda vuestra esperanza en la gracia que se os traerá cuando aparezca Jesucristo" (I Pet. I:13).
ResponderEliminarEsto de olvidar "las cuatro últimas cosas" y la Parusía es cosa relativamente novedosa, estrechamente vinculada al despelote que tenemos ante la vista, y que nos recuerda sospechosamente las proféticas palabras de la Segunda Encíclica: "En los últimos días, vendrán impostores burlones que, mientras viven según sus propias concupiscencias, dirán: "¿Dónde está la promesa de su Parusía?" (II Pet. III:3-4)
Y si no lo cree, relea la homilía de Newman "Esperando a Cristo":
"En todo tiempo desde el origen del cristianismo, los cristianos han estado a la espera de Cristo contemplando atentamente los signos que aparecen en el mundo espiritual y natural. Si por acaso eran gente pobre y sin educación, los raros fenómenos en el cielo, los temblores de tierra, las tormentas o las sequías, las epidemias o cualquier cosa que pareciera monstruosa o antinatural, les ha hecho creer que El estaba cerca. Si en cambio otros cristianos contaban con información sobre el mundo social y político y las revueltas en los Estados——guerras, revoluciones y cosas parecidas——entonces también computaban estas circunstancias adicionales para tener presente en todo tiempo al Cristo y en consecuencia los corazones despiertos en la vela. Pues bien, todas estas no son otra cosa que las mismas señales a las que El mismo nos mandó prestáramos atención y que indicó como anticipos de Su Venida.
Y habrá señales en el sol, la luna y las estrellas y, sobre la tierra ansiedad de las naciones, a causa de la confusión por el ruido del mar y la agitación de sus olas.
Los hombres desfallecerán de espanto a causa de la expectación de lo que ha de suceder en el mundo, porque las potencias de los cielos serán conmovidas [...]
Mas cuando estas cosas comiencen a ocurrir, erguíos y levantad la cabeza, porque vuestra redención se acerca. (Lc. XXI: 25, 26, 28)."
Gelfand, piénselo de nuevo.
J. T.
Eso les pasa a ustedes por leer libros de exegética moderna.
ResponderEliminarEl Papa es un hijo de su tiempo. Y en su "tiempo" se leían esas cosas. Igual que cuando dijo que Cristo seguía un calendario esenio (¿?) para la celebración de la Pascua (http://blogs.periodistadigital.com/infordeus.php/2007/04/06/p86117)
Hay gente para todo (menos para lo que tiene que haber)
Para mí que Gelfand es del Opus Dei. Ellos sí que están cómodos en este mundo, y no les interesa mucho el regreso del Esposo.
ResponderEliminar...Y para MM que está muy angustiado, ahí va un tango para la ocasión, a ver si levanta el ánimo.
ResponderEliminar"Desensillá hasta que aclare"
(Donato&Romero)
"Hermano, la noche nos viene corriendo,
el mundo está loco de necesidad,
el odio y la bronca se van extendiendo,
ya nada es sagrado ni nada es verdad.
Hermano, la vida se pone muy fiera,
Quien quiera vencerla tendrá que sufrir;
no gastés tus fuerzas, arriá tu bandera
y hacé las del gaucho que sabe vivir.
Desensillá hasta que aclare,
para qué vas a luchar
si la vida es una hembra
y hay que saberla esperar.
No te aflijas por la plata
ni por las penas de amor,
y seguí mirando el humo
sin pasiones ni rencor.
Si esto ya no hay quien lo pare
hacé lo del gaucho vos,
desensillá hasta que aclare
y después... ya dirá Dios..."
Tollers de tan caritativo olvida la sentencia del inmortal Nicolás Gómez Dávila: "es inútil explicarle una idea al que no le basta una alusión".
ResponderEliminarPero no calla, pues "el reaccionario no censura en una opinión sino el olvido de sus
límites. El reaccionario intima la razón que reconduzca a su sitio la
opinión insurrecta".
Entonces jódase Tollers, que "el escritor reaccionario tiene que resignarse a una celebridad
discreta, ya que no puede congraciarse a los imbéciles".
Cuidado Gelfand, que también dijo el genial pensador que: "la idea que logra introducirse en la cabeza del ciudadano común y
corriente le paraliza zonas del cerebro" y que tal vez algunas de sus opiniones tengan que ver con que "una idea no triunfa mientras no la hayan abobado mentes lerdas". No digo que su mente lo sea, pero tal vez la de otros a los que siguió con buena voluntad y matices, hasta terminar aguando lo esencial.
Suyos,
El Carlista.
¡¿Gelfand, quién te enseñó el Catecismo?!
ResponderEliminar¡¿Michel Bublé?!
"Hermanos, en cuanto al tiempo y al momento, no es necesario que les escriba. Ustedes saben perfectamente que el Día del Señor vendrá como un ladrón en plena noche" (1 Tes 5,1-2)
ResponderEliminar"Acerca de la venida del nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, les rogamos, hermanos, que no se dejen alarmar, sea por anuncios proféticos, o por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que hacen creer que el Día del Señor ya ha llegado. Que nadie los engañe de ninguna manera" (2 Tes 2,1-3)
"No les corresponde a uds. conocer el tiempo y el momento que el Padre ha establecido con su propia autoridad" (Hech.1,7)Cfr. también CIC 673 y ss.
Si quieren puedo seguir...
Y muchachos lean un poco lo que escriben los otros porque sino el diálogo se vuelve imposible. Nunca dije que la Iglesia no creyera en el retorno de Cristo. Dije que no alentó a los que creían que la vuelta estaba próxima.
O mejor, corrigiendo el final de mi comentario anterior, no alentó a quienes preocupados por la Parusía, no "cumplían sus obligaciones" (Cfr.1 Tes 4,11).
ResponderEliminarGelfand,
ResponderEliminarApuntamos en un mismo tema a diferentes instancias.
Al estar en desacuerdo con usted nos referimos a la instancia "personal-interior" de este asunto y no al dato "objeto-exterior" de Cristo llegando.
Lo que queremos remarcar es que, vaya a volver o no Cristo mientras viviamos, lo correcto es estar espectantes y creyendo que sí lo hará, pues el mundo siempre entregó, entrega y entregará motivos suficientes para creerlo.
Un craso error común es considerar equivocados a los cristianos ya muertos que estaban convencidos que Cristo estaba al volver.
Estos interpretaron los signos y creyeron que volvía. Es lo que debían hacer.
- ¿Porqué? ¿Porque el cristianismo es una forma de sugestión?
- ¡No! ¡Porque es la fe y sus consecuencias!
- ¿Pero si tantos antes esperaron en vano, no es mejor que nosotros no lo hagamos?
- ¡No!
Aunque El no haya vuelto no se equivocaron, pues en eso mismo es lo que debían creer sin por ello tirarse a chantas y dejar de hacer lo que la hora y los deberes de estado les imponían.
Nadie duda de sus citas. No obstante ello, la vocación esjatolójica es esencial al cristiano. Sin ésta, aunque acepte la Parusía como dogma, renguea.
La Parusía, además de ser asentida como verdadera, al ser interiorizada ya actúa. Nos colma de alegre esperanza, justifica el vino y la guitarreada con amigos y que a pesar de todo podamos seguir riendo. La cristiana eutrapelia es cristiana cuando tiene sustento, únicamente.
El Carlista.
Gelfland, insisto como el viejo Theoden... muy linda la apología de polonio. Pero, PERO ¿Qué pasa con las jornadas de música y joda? ¿En donde queda el beso al korán? ¿Las disculpas a todo el mundo? ¿El payazo en el vaticano? ¿La bruja marcando su frente? y un laaaargo etc!
ResponderEliminarNo nos chamuye amigo. Es sabido que JPII delegaba sus documentos "ortodoxos" en las hábiles e instruidas manos del Card. Ratzinger. Lo que nació de su iniciativa, casi siempre fue bien mundano y muchas veces simple nacionalismo polaco.
Con todo el afecto que puedo tenerle a aquel pueblo mártir, también debo decir que tuvieron un Papa comparable a los peores de los italianos renacentistas. Hay quienes lo defienden, pero siempre es por una cuestión emotiva. ¿Recuerdan el "te quiere todo el mundo"?
Francamente, JPII es la mejor prueba para saber de qué lado se está. Si se ama a la Iglesia de siempre o se ama al engendro posconciliar.
Federico G.
Me parece que Benedicto XVI no es un San Pío X y tampoco un Pablo VI. En algunas cosas se parece a Juan Pablo II y en otras no. A mí me gusta aquello en lo que no se parece a su predecesor, pero creo que no es realista verlo como un Sarto redivivo.
ResponderEliminarSaludos.
A decir verdad, creo que todo el embrollo parte de la dificultad que presenta la Escritura al alentar a escrutar los signos por un lado, y al advertir que no nos corresponde conocer el momento de la segunda venida por el otro. Quizá algún comentario patrístico o de Tomás ayude al respecto.
ResponderEliminarE.A.R
Hay otros dogmas de fe que también operan en los hechos al consentirlos.
ResponderEliminarAsí sucede con la Comunión de los Santos, por lo que rezamos con y por nuestros padre o hijos muertos y la Transubstanciación que nos hace comulgar de rodillas.
Con otros dogmas parecería el límite estar tan solo en creerlos sin que puedan modificar demasiado nuestros actos, aunque sí se los pueda mencionar en las oraciones o lecturas (vgr. la Trinidad).
Justamente hoy y acerca de los motivos para presentir la inminencia parusíca, pero con una buena conversación, entre vinos y cigarros, in exspectatione Christi... ¡eutrapelia de las ultimidades!...; vean este comentario de Eusebio Granada, de lo mejor que leí en Internet últimamente:
ResponderEliminarhttp://argentinidad.org.ar/una-memoria-sin-tragedia
El Carlista.
Carlista: En gran parte estoy de acuerdo con Uds. El problema es que Ratzinger esta haciendo referencia a la venida "objeto-exterior". Sobre la "personal-interior" creo que ya dejó su posición en claro en la "Escatología" y en la discusión con Greshake.
ResponderEliminarTodos los tiempos son, en alguna medida, el final de los tiempos. Pero acá se esta haciendo referencia al final definitivo.
Por supuesto que la Iglesia esta siempre esperando el retorno del Esposo. Lo dicen por ejemplo casi todos los documentos que se refieren a la vida religiosa, la cual es imagen de la espera escatológica del cristiano. Ahora desde ahí a estar todo el tiempo tratando de conseguir que dice el tercer secreto de Fátima, las revelaciones de Garabandal o plantar cruces en los caminos para que mitigar la ira divina, hay un trecho. Ya San Juan de la Cruz advertía contra la gula espiritual.
Federico G.: Así que los documentos "ortodoxos" los hacía Ratzinger? Me parece entonces que los hace solo por encargo. Búsquese un buen vaticanólogo. Le recomiendo a Martin Ellingham que en el comentario de arriva lo deja claro.
Gelfand:
ResponderEliminarUno debe tratar de no confundir la realidad con los propios deseos. Alguna vez Ludovicus mencionó en este blog a Pío XII. Y la verdad, creo yo, es que también el papa Pacelli tiene cosas que no son muy del paladar tradicionalista. Lo que digo es descriptivo no valorativo.
Saludos.
Quien dijo que Castellani es el único argentino que puso su mirada en la Parusia con rigor?
ResponderEliminarAhora tenemos una argentina.
¡Basta de dudas para poner blanco sobre negro!
acá les dejo un link
http://www.uca.edu.ar/uca/common/grupo20/files/082_Apocalipsis_2010.pdf
PD:
¿Quien es esta hereje?
¿Alguien le pedirá retractación?
Para los que leen Pieper con un solo ojo:
ResponderEliminar"(Santo Tomás no encasilló ni se encasilló en ningún movimiento "religioso", mostrando adversión profunda por los "cortocicuitos religiosos" de la época). Por ejemplo ignoró completamente la cuestión, entonces común, del carácter escatológico del siglo, aunque los dos Generales de las Ordenes franciscanas y dominica, en 1256, hiciesen pública una encíclica común sobre el sentido apocalíptico de ambas Ordenes mendicantes: ellas eran los dos testigos de Cristo vestidos de saco, las dos estrellas de la Sibila, etc.
Santo Tomás, un año después, estipula con toda objetividad que ¨NO SE PUEDE DETERMINAR UNA EPOCA, NI GRANDE NI PEQUEÑA, TRAS LA QUE SE HAYA DE ESPERAR EL FIN DEL MUNDO¨(Contra Impugn. 531)"
Traducido al criollo, hubiera dicho algo así:
"No macaneen más sobre los signos y el fin de los tiempos. Limítense a vivir cada día como Dios manda"
C.E.G
Federico G,
ResponderEliminarBaje los decibeles y use desodorante "el Tradi" que se le escapa el tufillo sedevacantista por debajo de la sotana.
P. Fernández, ¿qué otra cosa esperaba?
ResponderEliminar"Ahora andan algunos con la "fundación de una universidad católica"; y para comenzar excluyen de ella a algunos hombres competentes -que no hay muchos- y aun quizá a los mejores, y eso no en virtud de sus opiniones políticas, sino por prejuicios, rencores y envidias. Si así nace "la universidad católica", nace tarada y tullida y con la maldición de Dios encima". (Castellani. Dinámica Social)
Gelfand, estoy de acuerdo con Ud., pero no demos nombres propios.
ResponderEliminarC.E.G.
ResponderEliminarEs cierto que Pieper era menos efusivo en relación a lo relativo a la "proximidad".
Y aunque su escatología a Castellani le gustaba, la de este último era mucho más proximista y escrutadora.
Nos quedamos con Castellani, que estudió este tema mucho más que Pieper, quien sobre esto escribió un librito y poco más.
Si algunos no quieren fijarse en el texto porque Mt. XXIV dice que hay que "fijarse" en lo que pasa, amigos, ¿qué quieren que les diga?
ResponderEliminarPongan todas las razones que quieran, fíjense si quieren en otras cosas: que eso induce a la desesperación, al macaneo, a un cierto quietismo, que nos distrae de lo verdaderamente importante (aquí cada cual, enfatizará lo que quiera), lo cierto es que no van a fijarse en lo que Cristo dijo que había que mirar porque saben más y mejor.
Para no tener que mirar todo esto, las excusas son todas buenísimas, cómo no.
"Mirad por vosotros mismos" (Mc. XIII:9).
J. T.
J. T.
CEG dice "No macaneen más sobre los signos y el fin de los tiempos. Limítense a vivir cada día como Dios manda".
ResponderEliminarPor supuesto, tiene razón. Que vendrían macaneadores, también está profetizado en varios lugares (por ejemplo, Mc. 13, 5).
En cuanto a lo de "vivir cada día como Dios manda", sólo diré que en los textos que nos ocupan, precisamente Jesucristo nos manda "mirar" y "velar".
Y denunciar a los macaneadores que nos quieren hacer mirar para otro lado.
J. T.
Algunas noticias:
ResponderEliminara) San Vicente Ferrer tuvo una visión en la cual se le revelaba que "Santo Domingo y San Francisco", léase dominicanos y franciscanos, habían salvado al mundo de su final a causa de la ira divina. Así que tenían razón los dos Superiores y no santo Tomás -al menos, en la interpretación del anónimo de las 21.06.
b) Que no se determine la época de la Segunda Venida en las Sagradas Escrituras, no quiere decir que no haya que hacerlo. Al contrario: Cristo mismo dió señales para identificar la época y hasta el momento; lo que no hace es dar la fecha, pero sí las circunstancias; de lo contrario, todas las revelaciones parusíacas están demás. Dios no hace nada importante sin anoticiar a su bolantinero de turno. Lo afirma categóricamente el Profeta Amós. Ahora, si el bolantinero oficial "está descansando la vista" desde hace unas décadas y no cumple sus deberes, allá él. Entonces Dios manda otros, o a Su Madre, si los otros son necios o lerdos.
Pero que va a venir es seguro, y en vista de los signos de los tiempos, no está demás pensar que lo veremos; esta generación, digo.
c) Les doy un texto para pensar un cacho: La Iglesia sólo entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección (cf. Ap 19, 1-9). El Reino no se realizará, por tanto, mediante un triunfo histórico de la Iglesia (cf. Ap 13, 8) en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal (cf. Ap 20, 7-10) que hará descender desde el Cielo a su Esposa (cf. Ap 21, 2-4). El triunfo de Dios sobre la rebelión del mal tomará la forma de Juicio final (cf. Ap 20, 12) después de la última sacudida cósmica de este mundo que pasa (cf. 2 P 3, 12-13). ¿Qué tal...?
Y d) Sobre la "licenciada" de la UCA (¿por que no lienciarán a más gente por ahí...?) y su trabajito "crítico-histórico", no se apure el lector alarmado; repite lo que se enseña en el bien rebautizado Semiasnario de Buenos Aires por don Luis Heriberto Rivas, es decir, la UCA de Teología. El famoso vástago ideológico Álvarez Valdéz lo dijo claramente: "sólo repito lo que me enseñaron en el seminario". Y es cierto.
Revise su Denzinger (la edición buena, claro) y verá que casi todas estas proposiciones están condenadas por la Comisión Bíblica de San Pío X; de cuando era infalibe...
Anónimos respetos
Yo siempre tuve la idea de que la última generación terrestre va a ser en general tan maligna como la última generación de Sodoma antes de ser destruído, y la última generación del mundo anterior al diluvio de Noé.
ResponderEliminarLos Cristianos vamos a ser muy muy pocos cuando vuelva Cristo creo yo.
Por eso Cristo se pregunta si encontrará fe en la tierra y dice que vendrá sorpresivamente, sin que su venida sea detectada, como un ladrón en la noche.
Malcolm Muggeridge, más actual que nunca:
ResponderEliminar"The early Christians... enjoyed the inestimable advantage of believing that the millennium was near, which precluded them from seeking to establish a beneficent regime in this world. In the time at their disposal, it was just not worth while. Perhaps the best hope of reviving the Christian religion would be to convince the Pope, the Archbishop of Canterbury, and other dignitaries likewise, that the world will shortly be coming to an end. A difficult undertaking, I fear, notwithstanding much evidence pointing that way."
L. P.
L.P., Traducilo !!!
ResponderEliminarTHE BASIC MAN.
Será que Wanderer tampoco conoce quién es Claudia Mendoza, o será parte de un prejuicio machista?
ResponderEliminarLa verdad que no sé quién es. Pero si me dicen que es teóloga y de la UCA, no hay mucho lugar para las sorpresas.
ResponderEliminarJ.T
ResponderEliminarVale. Pero la acotación no presenta una objeción válida contra lo dicho por Santo Tomás.
CeG