Los abundantes comentarios del último post y varias lecturas
recientes me han llevado a pensar en las dulces
tentaciones que debieron soportar el clero y los laicos del post-peronismo,
y en las que cayeron. Debo decir que yo, en sus circunstancias, hubiese caído
también. Porque se trata de tomar el camino más corto y más fácil para
solucionar el problema, sobre todo cuando el problema es grande e inminente. Es
difícil no caer en la dulce tentación.
Los obispos, gran parte del clero y de los laicos más
esclarecidos de esa época (1955-1966), veían con terror que se les acercaba el
gran monstruo del comunismo. Esa había sido una de las razones por las que se
habían recostado sobre el peronismo una década atrás porque que les garantizaba
un claro anti-comunismo. Pero con el General en el exilio, se las veían venir.
La lectura de las cartas pastorales, homilías y demás alocuciones públicas de
Caggiano y de otros muchos obispos de los ’50 y ’60 muestra la casi obsesión
que tenían por el tema, aunque en Argentina la presencia propiamente comunista
era ínfima. Y en esto, hay que decir, eran clarividentes. El marxismo era un
peligro real para el país; tan real que terminó triunfando, aunque ellos no
podían saber que su triunfo iba a venir en la cultura y en la sociedad, y no en
la política como ellos, razonablemente, creían.
Pobres, a pesar de que lo intentaron, no pudieron frenar la
penetración cultural y social del marxismo, ni el marxismo violento de los ’70 aunque,
convengamos, ¿quién podría haberlo hecho? Muchos fueron los factores que les
jugaron en contra. Aquí van algunos:
1. Falta de idoneidad
para el cargo. Sobre esto ya nos aleccionó Castellani en sus famosas cartas
en las que, por ejemplo, en 1953 afirmaba que en la Iglesia argentina “los
ciegos guían a los videntes y los asnos enseñan a los doctores”. Es que en
“esta tierra ganadera los teólogos no abundan”, y mucho menos abundaban en el
colegio episcopal de esa época, y de ésta.
La relectura de la carta del P. Castellani al nuncio Mario
Zanin es apropiada para recordar la situación, pero veamos el testimonio de
otros eclesiástico. Mons. Bonamín recordaba que durante una Semana Santa tuvo
que reemplazar al obispo de Mercedes Anunciado Serafín, y descubrió su
biblioteca cubierta de telarañas. “Esto repercutió en la tarea del Concilio,
que obligaba a leer, comprender y apreciar temas de alta teología y de historia
de la Iglesia”, explica. José Pablo Martín, exsacerdote y actual patrólogo,
escribe refiriéndose a Mons. Audino Rodriguez y Olmos: “En sus libros, de orden
apologético, no hacen mella ninguna las preocupaciones intelectuales,
exegéticas, teológicas de Europa. Es como si estuviera detenido en la España
del siglo XIX. Todas las tormentas intelectuales que agitaron el pensamiento
europeo entre las dos guerras mundiales… eran totalmente ajenas a las
preocupaciones de uno de nuestros principales obispos intelectuales”.
Esta falta de teología necesaria para cualquier obispo o, lo
que es lo mismo, la repetida manía de nombrar mediocres para la tarea
episcopal, provocó que el mundo y las circunstancias le pasaran por arriba a
los pastores argentinos.
2. El Vaticano II: un
salvavidas de plomo. El Concilio
vino a complicarle en serio las cosas a los obispos argentinos. Desde la caída
del peronismo habían comenzado a aparecer curas contestarios que seguían el
ejemplo de los curas obreros franceses, y que muy rápidamente comenzaron a
virar hacia el marxismo. Interesante para conocer esta historia es leer Cristo revolucionario. La Iglesia militante,
de Lucas Lanusse. El problema es que lo que podrían haber sido un caso de
indisciplina, relativamente sencillo manejar, recibió dos espaldarazos
impensados. En primer lugar, la celebración del desgraciado Concilio Vaticano
II que, interpretado como fue en ese momento (¿había, acaso, otra
interpretación?) justificaba ampliamente la actividad de los curas amotinados y
le restaba autoridad a los obispos en nombre de la colegialidad, del diálogo y
de todas las otras palabras bonitas que conocemos. Y, en segundo lugar, el
apoyo que comenzaron a tener los curas rebeldes por un grupo de obispos
jóvenes: Angelelli, Devoto, Podestá y Quarracino. Los cuatro, y otros que se le
sumaban circunstancialmente, hacían parte con los curas y complicaban las
reuniones del episcopado propugnando a veces, y de modo abierto, la
interpretación marxista del cristianismo. [Es interesante ver cómo terminaron
estos prelados: Angelelli, muerto en lo que pareció un accidente en 1976;
Devoto, muerto en un accidente automovilístico real en 1984; Podestá,
amancebado con Clelia, su secretaria; y el gordo Quarracino, como cardenal
arzobispo menemista de Buenos Aires].
Y así, durante el Concilio, se reunieron en Roma un grupo de
obispos presididos por Helder Cámara, y entre los que se contaban Angelelli y
Devoto, y redactaron un documento -“De los obispos del Tercer Mundo”- en el
que, luego de renunciar a la visión tradicional de la Iglesia, decía
literalmente que el marxismo constituía una evolución de la sociedad. Cuando el
texto llegó a Argentina, fue traducido y publicado. En poco tiempo, -y sin
Internet-, Devoto había recibido la adhesión de más de cuatrocientos sacerdotes
del país. Poco después, hacen la primera reunión en Córdoba. Se congregaron
novecientos sacerdotes. Uno de sus líderes era Lucio Gera, que siguió haciendo
un daño enorme a la iglesia argentina desde los altos puestos como formador que
le concedieron los diferentes arzobispos de Buenos Aires y las autoridades de
la UCA. Felizmente, dejó de dañar hace poco más de dos meses.
Caggiano y la mayoría de los obispos argentinos tenían el
problema en casa y no pudieron ni supieron resolverlo. Literalmente, la
situación los pasó por arriba. Decía el Pocho Aguer al respecto: “Caggiano no
comprendía en qué había cambiado la teología. Como otros obispos viejos estaba
perdido entre la vieja teología, llena de seguridades, y las nuevas teologías,
donde todo podía estar en duda. No se ubicaba. Yo recuerdo que siendo
seminarista estaba todo en suspenso. No se sabía qué cosas valían todavía. Todo
se podía discutir en el mismo nivel, ya sea un ornamento para dar el bautismo
como un artículo del Credo”.
Frente a esta situación, ¿qué hacer? O, dicho a lo Chapulín
Colorado: “Y ahora, ¿quién podrá socorrernos?”. Y es aquí donde aparece la dulce tentación de recurrir a la fuerza
política o militar, es decir, resolver el problema desde afuera. Insisto en que
era muy difícil no caer en esa tentación y probablemente nosotros, en esas
circunstancias, hubiesemos sido los primeros. A los obispos y laicos del
momento el golpe de Onganía del ’66 se les presentó como la (única) solución a
mano para salir adelante. Era la dulce
tentación de los sables y los bastones largos. Era la oportunidad que esperaban
los laicos que afirmaban la necesidad y deber de los católicos de actuar
directamente en política. Y por eso el grupo de “Ciudad Católica”, asesorado
por el P. Grasset, recientemente fallecido, llenó el primer gabinete del Gral.
Onganía. Sus nombres, en muchos casos, nos provocan una justa y merecida admiración
y veneración, ya que fueron hombres entregados a su ideal. Es el caso, por
ejemplo, del coronel Juan Francisco Guevara (más allá de lo que le hicieron
hacia el final de su vida a este santo varón los felones discípulos del Carloncho).
Pero no funcionó.
Es verdad que la UBA y el resto de las universidades
nacionales eran una cueva de marxistas, pero los bastones largos no solucionaron el problema. En realidad, lo
agudizaron.
Es la dulce tentación
de transformar el mundo desde arriba, y por la fuerza si es necesario. No
sirve. Los primeros cristianos lo transformaron transformándose.
La dulce tentación es meterse en política, soñar con el partido
católico o con infiltrarse en partidos tradicionales, para hacer la “patria
católica”.
No sirve. Ya se intentó en el ’66, en condiciones ideales,
sin Congreso y sin sindicatos con los que pelear, sin la basura progre que nos
trajeron Alfonsín y los K y con la fuerza e las armas a favor. Y no funcionó.
Y las dulces
tentaciones continúan. Sería casi como hacerse lanatista porque el Gordo esmerila cada domingo a los K. Así no
funciona el cristianismo.
Ser cristiano es otra cosa.
Wanderer,
ResponderEliminarme parece un tanto osado decir que ha triunfado el marxismo. El marxismo proponía la dictadura del proletariado, y sometía todo al bienestar del Estado, que encarnaba esa dictadura. Si ese bienestar implicaba, como en la Rumania de Ceacescu, prohibir el aborto, se prohibía.
Lo que hay ahora es el triunfo de una idea totalmente demencial del individuo y de su realización personal. Somos un agregado de átomos individuales que en todo momento buscan maximizar su placer, por medio de estímulos visuales, auditivos, sexuales, químicos, los que sean. Pero el tema es maximizar el placer, minimizar el dolor, y no hacerse preguntas. Algo así como "Brave New World" de Huxley.
Pero ni rastros de "Das Kapital".
Javier, tiene razón. No triunfó el marxismo de "Das Kapital". Triunfó el marxismo de Gramsci. No sé cuál de los dos es peor.
ResponderEliminarWanderer, no he leído a Gramsci. ¿Predicaba un individualismo desmadrado y el imperio del placer?.
ResponderEliminar"¿Cómo podían seguir adelante los que siempre se volvían hacia atrás en su caminar?"
ResponderEliminarSan Bernardo
(sobre la Consideración.-Apología sobre los desastres de Tierra Santa)
Se me ocurre que la nueva "dulce tentación" podría ser el utilizar las tácticas de Gramsci, pero a favor de la Iglesia. Algo así como adoptar la táctica vencedora.
ResponderEliminarWanderer, en realidad no es algo que sólo nos haya pasado a nosotros. Lo que pasó en España (40 años de nacional catolicismo para transformarse, al cabo de poco tiempo, en uno de los países con más abortos del mundo) o Francia (de la renovación del catolicismo francés en el siglo XIX, pasando por el regimen de Vichy, para llegar a la Francia de Hollande y Sarkozy) es bastante parecido. Usted tiene razón en una cosa, Wanderer: lo que se habían perdido eran los corazones; los regímenes políticos eran en ambos casos una cáscara.
ResponderEliminarCP,
ResponderEliminarSe llama Concilio Vaticano II eso. Así terminamos.
El chafirete
ResponderEliminarAdemás del de Gramsci también ha triunfado el freud-marxismo de Marcuse.
El individualismo desmadrado y el imperio del placer no solo vienen directamente del liberalismo sino de la Escuela de Frankfurt. Ese es el fondo.
Gramci, más bien, proporcionó la estrategia para implantar la filosofía de Frankfurt al plantear la cuestión en términos culturales.
A riesgo de parecer un poco bobo tengo que decir que ha triunfado el liberalismo,el marxismo y el fascismo todo junto. Lo podemos ver en China todo revuelto. Y lo podemos ver en las otras cabezas económicas que se van conformando. Si no fíjense en mi querida Europa.
Europa, persigue un intervencionismo supranacional con la Unión Europea que se superpone a los intervencionismos nacionales. A la par (marxismo), en una Europa cuyas políticas persiguen fines mercantiles (liberalismo), y haciéndose dicha construcción contra el pueblo que se ha opuesto en numerosos referendum en nombe de el pueblo (fascismo).
CP, ¿es una broma, no es cierto?
ResponderEliminarEl Anónimo del 16 de octubre de 2012 08:23 me quitó las palabras de la boca. Han llegado a un acuerdo todos los enemigos de Cristo, hoy Herodes y Pilatos son amigos, condenando con acuerdo del sanhedrin.
ResponderEliminarCrux Australis
O simplemente los católicos dejaron de ser católicos:
ResponderEliminarLa Gran Apostasía.
Néstor
Estimado Wanderer
ResponderEliminarlo felicito por sus inquietudes que comparto. Tal vez la pregunta clave es como los cristianos argentinos pasaron del fervor del Congreso Eucarístico del 34 a este secularismo agobiante en el que somos líderes mundiales de la destrucción de la sociedad.
Con respecto al marxismo le cuento algo que viví. Juan 23 y Pablo 6 estaban convencidos del triunfo del comunismo sobre la sociedad de consumo y el capitalismo. Los jesuitas quisieron adelantarse al tiempo y ser la cabeza de playa del triunfo marxista. Esto explica en parte su apoyo a la insurgencia en toda latino américa.En realidad
el comunismo fracasó pero sus ideas siguen flotando en nuestra cultura.
Gracias Wanderer por esta magnífica entrada en un tema tan trascendente. Siempre miré con recelo el anticomunismo en occidente a partir de la segunda post guerra. Porque el problema no es el comunismo sino el liberalismo, ya que ambas ideologías son primas hermanas, las dos abrevan de las aguas servidas y los detritos de la "Ilustración". A partir de 1966 ser anticomunista y aplaudir al Dr. Krieger Vasena fue un absurdo, una contradicción insalvable. El gran conflicto está en que nuestra civilización apostató del Catolicismo y se entregó en brazos del materialismo. Por eso hoy las ideas de Gramsci son totalmente funcionales al imperio internacional del dinero; esa es la causa por la cual China continental es un Jardín del Edén para los grandes capitales financieros internacionales (no ha de ser porque allí hay "seguridad jurídica"). Satanás no se divide contra sí mismo.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en casi todo. Pero creo que no se debe dejar pasar por alto el papel de la Democracia Cristiana, el "Partido de los Obispos" como lo llamó (con razón) Perón, especialmente en ese período donde tuvo un peso que nunca más volvió a tener.
ResponderEliminarEn ese entonces la DC (resucitada a fines de los '40) tenía el control de la Acción Católica (lo que le daba entrada a todas las parroquias del país), tenía su rama universitaria el Movimiento Humanista (que llegó a controlar o compartir el gobierno de algunas facultades de la UBA), daban cauce a los curas sociólogos (un grupito de curas argentinos graduados en Louvain) y a los curas interesados en Teilhard de Chardin, y en su seno aparecieron los famosos diálogos con marxistas (inspirados en Maritain y en Mounier).
Todo el núcleo fundador del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo recorrió este "cursus honorum", luego condimentado en su caso con la docencia de los curas obreros franceses, italianos y españoles, refugiados en varias diócesis (la "Mission de France" y sus satélites) y las "cartas" llenas de paroxismo optimista, loas al "aggiornamento" y a los viajes interestelares, que los Padres Conciliares escribían desde Roma para sus fieles o para los diarios.
Wanderer,
ResponderEliminar¡No se sulfure!, es un ejercicio especulativo libre. Lo decía en el sentido de que el éxito quizá les de ideas a algunos.
Anónimo del 16 de octubre de 2012 01:22:
En el sentido de Gramsci el CVII quizá haya que interpretarlo como un emergente dentro de un proceso progresivo y continuo (todavía no terminado).
"A riesgo de parecer un poco bobo tengo que decir que ha triunfado el liberalismo,el marxismo y el fascismo todo junto. Lo podemos ver en China todo revuelto"
ResponderEliminar-----------------------
Nada bobo, todo lo contrario. No es casualidad la alabanza del masón Rockefeller al comunismo chino:
“Sea cual sea el precio de la Revolución China, es obvio que ésta ha triunfado no sólo al producir una administración más eficiente y dedicada, sino también al promover una elevada moral y una comunidad de propósitos. El experimento social en China, bajo el liderazgo del presidente Mao, es uno de los más importantes y exitosos en la historia humana” David Rockefeller, “From a China Traveler”, en el The New York Times, el 10 de agosto de 1973.
Gary Allan y Larry Abraham escribieron “Nadie se atreve a llamarle conspiración”. Este libro podrá tener fallas pero creo que aciertan cuando dicen:
“El "comunismo" no es un movimiento de las masas oprimidas, sino un movimiento creado, manipulado y usado por los billonarios buscadores de poder para ganar el control sobre el mundo, primero, estableciendo gobiernos socialistas en diversas naciones, y, luego, consolidándolas a todas en una sola "Gran Combinación", en un Super-Estado del todopoderoso mundo socialista.”
http://www.bibliotecapleyades.net/sociopolitica/conspiracion/conspiracion02.htm
el indolente
ResponderEliminarcuántas puertas abre este artículo...
cuántas batallas nos han ganado solo por la prensa y propaganda Y por "walk over"
Como siempre, Excelente el Coronel Kurtz.
ResponderEliminar"daban cauce a los curas sociólogos (un grupito de curas argentinos graduados en Louvain) y a los curas interesados en Teilhard de Chardin, y en su seno aparecieron los famosos diálogos con marxistas (inspirados en Maritain y en Mounier)."
A los que le echan la culpa de todo al peronismo, creo que se ve claro que el problema empezó en otro lado, no?
Néstor
Don Néstor: Gracias, pero tampoco estoy exculpando al Viejo Vizcacha de lo que le toca. Perón alentó el tercermundismo desde el comienzo y puso a estos curas bajo su protección (no es casual que la DC terminara en el FREJULI). Lo mismo hizo con sus "formaciones especiales" (el terrorismo revolucionario de Montoneros), o con sus loas a Fidel Castro.
ResponderEliminarY, personalmente, no creo que lo haya hecho por convicción sino que, por su forma de concebir la política (en términos bélicos), lo vio como una herramienta más para desestabilizar a los gobiernos post-peronistas. Así armó una bomba que no supo desarmar a su regreso, por olvidar aquel consejo de Talleyrand a Napoleón. Y nos embromó a todos dejándonos el problema de una enorme "guardia pretoriana" descontrolada donde todo cabe.
Creo que toda esta parábola en los "sectores dirigentes" del catolicismo argentino (en la jerarquía, en el clero y en el laicado) se puede ver bien siguiendo el paradigma que fue/es (a mi modo de ver) la revista "Criterio".
ResponderEliminarDe un origen católico-republicano (en la línea de Estrada), pasó de la mano de Franceschi por un período filo-autoritario (admirador de Franco y Oliveira Salazar), una etapa filo-peronista escéptica y, finalmente, un tiempo democristiano. Fallecido Franceschi la revista se hizo "conciliarista" para terminar en el progresismo más extremo de hoy en día, ya olvidado su pasado católico contenta con decirse simplemente "revista cultural".
Néstor, todo es parte de un mismo problema. Es peronismo está plagado de ideas progresistas y en su doctrina se´pueden hasta detectar elementos marxistas. En el post anterior se trató el tema del peronismo.
ResponderEliminarNestor, ¿Ud. no será Néstor K,él, un 17/10, defendiendo al peronismo?
Ustedes teorizan demasiado. Perón era un pragmático que usaba la ideología, secta, religión o inmoralidad necesaria para eternizarse en el poder. Por algo fundó el "peronismo" y la marcha de su partido es una larga lamida de botas a su persona.
ResponderEliminarTiró algunos "huesitos" intelectuales para que la gente se ratonee intelectualmente, pero lo esencial era bastante más simple.
En la bolteada cayeron los gilunes de la DC y los apasionados pelotudos del nacionalismo. Toda una pena, pero era de esperarse.
Robespierre
Wanderer:
ResponderEliminar¿Cómo debe interpretarse lo que Ud. dice Ud. sobre las circunstancias de la muerte de Angelelli?
¿Ud. considera que NO fue un accidente sino un homicidio? ¿O bien le parece dudoso que fuera un accidente? ¿O simplemente refiere lo que podemos leer sobre el tema en la prensa de hoy, sin tomar partido por cualquier hipótesis?
Dulces envenenados su los hay....
ResponderEliminarCristo dijo que las cosas se van a poner tan feas que hasta los elegidos, si fuera posible, perderían la fe si no nos tuviera misericordia.
ResponderEliminarCreo que esto que está pasando es el inicio de las cosas poniéndose muy feas. Aunque nunca se sabe, muchos católicos del pasado pensaron que su generación era la del fin del mundo.
Lo que queda claro es que ser católico ya no es tan fácil socialmente (no me refiero a no pecar, en eso siempre fue difícil), estamos llegando a un punto en el que ser católico te obliga a ser parte de una minoría radical para la mayoría de la sociedad, y a muchos les cuesta serlo, a nadie le gusta ser antipático y perder amigos creo, aunque Cristo dijo que no vino a ttraer la paz sino discordia hasta entre hermanos padres e hijos.
Por los debates del aborto de estos últimos días termine leyendo por google sobre un "doctor" canadiense, militante del aborto fanático, judío que sobrevivó los campos de concentración nazis, un tal Morgentaler, al que le dieron una condecoración.
Los comentarios (de a miles, como los comentarios que dejan en el sitio de La Nación) en los diarios canadienses son mayoritariamente de apoyo a ese monstruo asesino y de burla a los "pro-life". Están en un nivel mucho mucho peor que acá incluso, es posible ver nuestro futuro en otros países.
Es evidente que países que eran cristianos ya no lo son, y la decristianización avanza.
Estoy de acuerdo con que una victoria política es inutil para cambiar los corazones de la sociedad, los 40 años de Franco no sirvieron de nada, aunque nunca hay que dejar de luchar por ej contra el aborto para salvar vidas de inocentes.
1 de dos, o el fin del mundo está relativamente cerca, o esta nueva civilización post cristiana se autodestruirá y los católicos que queden los sobreviviremos y reemplazaremos. Victoria celestial o terrenal.
Ex-Luterano
Ya que salió el tema del aborto, tengo una duda que me carcome desde hace tiempo.
ResponderEliminarHasta ahora se han utilizado estrategias de negociación y de marchas para parar el aborto (yo a veces he participado de éstas últimas). Pero cada día me persuado más de que son inútiles. Ahora bien, si con el paso del tiempo se instalan clínicas abortistas en Argentina ¿qué deberíamos hacer los católicos? ¿Sería necesario plantarse o hacer piquetes al frente de las mismas e intentar evitarles la tarea como hacen en algunos lugares de EEUU? ¿Sería nuestro deber, por ej. escrachar en sus domicilios a los médicos abortistas? ¿Sería un deber para los católicos hacer algo frente a la matanza manifiesta de inocentes? Más allá que lo que hagamos poco o mucho efecto pueda tener, ¿habría algún tipo de obligación moral de tomar una actitud como las arribas mencionadas?
Yo no lo tengo claro, si alguien me puede iluminar se lo agradecería.
Perdón don W. si me desvié del tema, pero las noticias del aborto en Uruguay y en Irlanda me han llenado de tristeza.
Saludos.
No estoy diciendo que Perón fuese santo. Pero por cada cosa que Perón hizo bien, están los que siempre conocen la razón perversa por la cual lo hizo.
ResponderEliminarNéstor
En la liturgia pasa algo análogo, quieren cambiarla ya sea volviendo a la forma extraordinaria (lo cual me parece correcto) o agregando cosas, inventando. No se dan cuenta que hay que cambiar el corazón. Lo que más se ve en los que son "tradicionales" es la falta de caridad con el prójimo, especialmente con los que no piensan como ellos. Obvio que no se da en todos los casos pero si en muchos.
ResponderEliminarwooster
Voy a coincidir con el post de Nestor del 18-10 10.53 hs. Es que la vida política de nuestro país ha sido tan contradictoria y errática como la vida eclesial. Así, sin perjuicio de los excesos y disparates del peronismo, no es menos cierto que gobernó 9 años; sus enemigos y contrincantes, el doble de tiempo, lapso en el que hubieran podido evidenciar sus virtudes; lejos de ello, no dejaron desatino y crímen por cometer. Tanto que regresado Perón al país y postulado como candidato a presidente, fue elegido por el 62 % de los votos. Creo que en la vida eclesial nos pasó lo mismo: los disparates y pestilencias del concilio y post concilio no salieron de un repollo, estaban larvadas en una Iglesia pre conciliar que ya el padre Castellani denunciaba como farisaica; pasamos de obispos que tomaban el té con las señoras gordas de Recoleta a prelados guerrilleros. En un mismo fango, todos manoseados. Y nos asombramos...
ResponderEliminar"No es que nosotros hayamos sido buenos, sino que los que vinieron después fueron peores" Juan Perón
ResponderEliminarEl peronista por 3 segundos
Al anónimo que pregunta si corresponde hacer piquetes en clínicas abortistas, o escrachar médicos:
ResponderEliminarmi opinión personal es que no. No tenemos que imponer la Verdad por la fuerza, tenemos que predicarla. Y el que no recibe la Verdad, lo hace a su propio riesgo. Está bien claro en Mateo 10:14-15. Tenemos que dar testimonio de la Verdad, ahí acaba nuestra obligación. Como se suele decir: "Dios no pide la victoria, Dios pide la batalla".
Damos testimonio, no nos escuchan, nos escupen, listo. A nuestro ghetto. El día del Juicio, ellos verán.
Evidentemente, lo que ocurrió a raíz del Vaticano II, no puede explicarse sólo por el Vaticano II. Hay que admitir que había enormes corrientes larvadas dentro de la Iglesia, que no se manifestaban abiertamente por miedo al aparato represivo de Pio XII, pero que ahí estaban, y que en ciertos sectores influyentes del clero eran mayoritarias. Dominaban ya muchos seminarios.
ResponderEliminarA la luz de esto, ¿no habrá sido el Vaticano II la mejor jugada estratégica del Espíritu Santo?. La Iglesia estaba totalmente infiltrada y ocupada. Mantenía su cáscara brillante y el asentimiento formal a los dogmas, pero estaba siendo carcomida por dentro. Con los Ottaviani no se podía contar, pues los otros eran más inteligentes.
Entonces -con la guerra casi perdida- el Espíritu Santo dispara un Concilio Ecuménico, y este Concilio convence a los modernistas de que han ganado. Ya está, están seguros, fuera la cáscara, saquémonos las máscaras, mostrémonos tal cual somos.
Pero no ganaron. Al cabo de 50 años su revolución se agotó, no entusiasman a nadie, no tienen nada más que ofrecer. Los autores que leían a escondidas para escapar al tomismo, como Teilhard, hoy no interesan a nadie. Lograron afear la Liturgia, destruir órdenes, hacer que las otrora dignas monjas parezcan viejas lésbicas. Pero su revolución, como tal, murió.
anónimo de las 14 19 la NOUVELLE THEOLOGIE y el comunismo infiltrado preparó el concilio.
ResponderEliminarMuy buena reflexión de Javier, en cuanto a que "lograron afear la Liturgia.... Pero su revolución, como tal, murió". Creo es gran verdad. Caídas ya las máscaras, al Falso Profeta se le ven los calzones. No hay lugar a dudas para identificar al enemigo, y enfrentarlo.
ResponderEliminarSegún su razonamiento, Javier, nos deberíamos transformar en algo así como los Gandhi del conservadurismo católico, los Claudio María Domínguez de la ortodoxia.Habrá que hacer, entonces, el mea culpa de las Cruzadas, la Cristiada, La Vendee o la Reconquista.
ResponderEliminarW plantea un extremo de la cuestión; la virtud va por el medio
Su propuesta es el otro extremo, lo que le falta a la "dulce tentación" de W para que se convierta en el verdadero postre, con cobertura de chocolate y todo, con el que nos atracamos mas de una vez: la tentación de creerse levadura fuera de la masa, la cual nos causa profunda repugnancia. Y es lógico, la masa suele ser amarga y a quien no le gusta los dulces.
Lo temporal es el campo de lo prudencial, y creer que existe la "gran formula" para salir del hoyo, por mas espiritual y escatológica que sea, es pensar sin discernir, es pensar como musulmán, para quien religión y política es la misma cosa.
Anónimo de las 17:22,
ResponderEliminarno entiendo como de "mi razonamiento" se llega al mea culpa de las Cruzadas.
He visto cosas difíciles, pero esto me superó. A lo mejor, si lo aclara por pasos, lo veo.
Pero no me haga decir lo que no dije, porque va a terminar diciendo que soy cómplice de Maciel.
Parece difícil que el Espíritu Santo inspire la demolición de la Iglesia.
ResponderEliminarJavier en su análisis le falta tener en cuenta la visión que tuvo de León XIII. Asocie lo que pasó en el concilio con lo que vió ese Papa.
ResponderEliminarEn defensa de Javier, Cristo dijo que había que pagarle los impuestos al Caesar y eso que el Caesar gastaba el dinero de los impuestos entre otras cosas en una religión pagana y juegos gladiatoriales.
ResponderEliminarMe gustaría que por ejemplo la rebelión fiscal esté justificada si legalizan el aborto y es "gratis" pagado con impuestos, pero no creo que lo esté.
Ex Luterano
Anónimo 21:21,
ResponderEliminares que mi hipótesis es que el Espíritu Santo justamente no hizo eso. Lo que especulo que hizo fue forzar el estallido modernista antes de que estuviera absolutamente enquistado y hubiera controlado absolutamente todo. Es claro que los controles policiales de Pio XII mantenían una fachada de paz, pero el veneno se infiltraba por todos lados, y carcomía todo.
La situación actual es mala. Pero a lo mejor sin Concilio, hoy seríamos como la iglesia anglicana.
Anónimo 21:24,
puedo hacer la relación con la visión. Pero también recuerdo que las revelaciones privadas son exactamente eso, revelaciones privadas.
Creo entender lo que dice el anónimo que habla del mea culpa sobre las cruzadas o de los cristeros. Si mal no entiendo, con su criterio, por ej., ante la situación que vivieron los cristeros lo que habría que haber hecho es reclamar. Si no nos dan bolilla que vamos a hacerle, el testimonio ya fue dado, ahora a nuestro ghetto a esperar el día del juicio.
ResponderEliminarEn algunas situaciones me parece que esto es aplicable (como en la participación política), sobre todo cuando uno predica la verdad, ya que ésta no se impone por la fuerza o con medios espurios, porque al final se me vuelve en contra o termino arriesgando la salvación de mi alma.
Pero cuando nos están quitando algo como nuestro derecho al culto, tengo mis dudas que se pueda accionar del mismo modo. Por ello creo que los cristeros obraron bien. Algo parecido podría suceder con el aborto: si yo sé que dentro de tal edificio están matando niños, ¿sólo alcanza con decirles a los médicos que eso está mal o que va contra Dios? ¿no habría que tomar la iniciativa para evitar eso? ¿Aunque eso implique fracasar en el intento? ¿No sería algo así como una guerra justa contra los que matan inocentes?
Como verá Javier me sigo preguntando el tema porque no lo tengo del todo claro. Aunque la observación sobre las cruzadas y de los cristeros del anónimo de las 17:22 me resultó razonable por ello me animé a seguir pensando el tema.
Saludos.
Cristo dijo eso para diferenciar el dios romano del mismo Dios.
ResponderEliminarsaludos
No, Javier. No deseche esa revelación con la excusa de que a las revelaciones privadas no estamos obligados a darle asentimiento. Ate cabos y va a ver.
ResponderEliminarLeón XIII vió que Dios le permitía tentar por cien años a la iglesia, por eso le digo que no fué el ES quien forzó ningún estallido. El ES no hace esas cosas; Dios permitió que el diablo tentara a la iglesia pero a la vez ofreció una solución para contrarrestar esta situación y era la consagración de Rusia al ICdeM.
Con el diario del lunes parece fácil juzgar qué se debió haber hecho. No creo que se deba renunciar a hacer el bien posible. En el caso de Franco, con todos sus defectos, hizo bastantes cosas bien, lo que pasa es que se le cayó encima el Concilio y lo reventó.
ResponderEliminarWanderer, tómese un reliverán, y vea este aviso que le copio abajo.
ResponderEliminar______________________________
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¡No tiene vergüenza este infame!
Es dificil decir quien ha triunfado. Un poco de cada uno. Yo diria mas el marxismo de From o Marcuse. Pero en rigor no es ya marxismo esto. El marxismo es ortopraxis, esto que hay hoy es joda y superficialidad hedonista. Triunfo el paganismo mas bien. En cuanto al peronismo, no creo que la sola oposición al comunismo explique la adhesión o complacencia del episcopado. También lo que tuvo de positivo en cuanto adhesión a las ideas social cristianas, en particular luego del laicismo del liberalimos argentino previo
ResponderEliminarwooster:
ResponderEliminarO sea que no todos los matematicos del mundo deben de estar de acuerdo en que 2+2=4?
Deberian ser 'OPEN MIND' y confraternizar con la corriente que dice que 2+2=3.5-4.5?
No es EVIDENTEMENTE NECESARIO que en las verdades (Dogmaticas! o matematicas) haya una NECESARIA e INMUTABLE unidad de creencias?
“Yo no soy lo que se cree. Muchos hablan de mí y muy pocos me conocen. No soy ni el carbonarismo, ni la rebelión, ni el cambio de la monarquía en república, ni la sustitución de una dinastía por otra, ni la perturbación momentánea del orden público. No soy ni los gritos de los jacobinos, ni los furores de la Montaña, ni el combate de las barricadas, ni el pillaje, ni el incendio, ni la ley agraria, ni la guillotina. No soy ni Marat, ni Robespierre, ni Babeuf, ni Mazzini, ni Kossuth. Esos hombres son mis hijos, pero no son yo. Lo que hicieron son mis obras, pero no yo. Esos hombres y esas cosas son hechos pasajeros en tanto que yo soy un estado permanente… Soy el odio a todo orden que no haya sido establecido por el hombre y en el que el hombre no sea rey y dios a la vez.” (Mons. Jean-Joseph Gaume)
ResponderEliminarLa Revolución es el arma con que el Demonio ha conseguido sus mayores avances en los últimos siglos. (Christopher Fleming).
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Comunismo, socialismo, capitalismo, llamenle como sea: son los "errores de rusia" que se esparcieron por el mundo... Cuando sus fabricantes necessitan justificar el uno o la otra, o las descartan, puesto que todas esas corrientes (y el subyacente corazon corrompido) son solo medios para un fin: Derrotar al Cristianismo.