El hermano mayor había ensuciado todo y, para que la mamá no lo descubriese, trató de esconder la basura bajo la alfombra.
El hermano menor lo vio y le dijo que eso estaba mal, que no era el modo de limpiar. La única respuesta fue que tenía que callarse y que no se metiera, que eran cosas del hermano mayor.
El hermano menor, no pudiendo hacer otra cosa, gritó, diciéndole a la
mamá: “¡Mamá, Estibe (así llamaba a su hermano mayor, Steve) está escondiendo la basura bajo la alfombra, y se enojó porque lo vi”.
El hermano mayor escuchó el grito y le pegó al hermano menor.
Efectivamente, se había enojado porque lo vieron esconder la basura bajo la alfombra.
Y colorín colorado, este cuento ha terminado.
Autor Anónimo