Uno de los frutos del Concilio Vaticano II fue la creación del sínodo de los obispos como una institución permanente. La idea no era mala en sí y retomaba la larguísima tradición de los sínodos, tanto de la Iglesia Oriental como de la Occidental. El problema fue que, en la práctica, muchas veces fueron problemáticos y fácilmente manipulables. Basta recordar el sínodo de 1974 que dio como fruto la Evangelii nuntiandi de Pablo VI, y en el que se estuvo a un tris de meterse a discutir en serio sobre el sacerdocio femenino y en el que se alentó la teología de la liberación aunque ese aliento podría haber sido mucho más dañino aún de lo que fue. Quien frenó esta posibilidad fue uno de los relatores, el cardenal Karol Wojtyla, a quien se debe mucho más de lo que se le reconoce en esta reunión. Pensamos solamente que el otro relator era nada menos que el cardenal Eduardo Pironio y que los presidentes del sínodo eran los cardenales König de Viena y Landázuri Ricketts de Lima. De allí podría haber salido cualquier cosa.
Esta breve introducción histórica viene a cuento porque en octubre de 2019 se reunirá el Sínodo Especial sobre la Amazonía. Y ya podemos comenzar a prepararnos para días de zozobra similares a los que tuvimos hace unos años cuando el último sínodo dio pie al famoso documento referido a los Amores de Leticia.
Los sínodos, como cualquier otra reunión democrática de este tipo, son fácilmente manipulables. Quienes hayan participado de alguna asamblea estudiantil en los claustros universitarios seguramente se habrá asombrado de la capacidad de tiene la izquierda de manejar esta clase de reuniones y salirse con la suya. Para nuestro caso, basta leer el capítulo IV de The Dictator Pope para conocer en detalle el modo en el cual el Santo Padre se valió de todos los instrumentos lícitos, y de los otros también, para que el sínodo dijera más o menos lo que él quería que dijera, y no dijera lo que no quería que se dijera. Y, según me comenta mi amigo el Barrendero del Sacro Palacio, se están ya preparando maniobras similares para ese encuentro episcopal.
Así como en el sínodo de la familia el objetivo fue permitir que se acercaran a la comunión eucarística los separados que viven en concubinato, uno de los objetivos del próximo sínodo tendría como fin reposicionar a la mujer dentro de la Iglesia habilitando una suerte de diaconado femenino. Se trata de un tema carísimo al progresismo y por el que estuvo luchando desde los ’70. Vale recordar lo que seguramente comenzará a recordarnos el bergoglismo dentro de poco y es que en 1972, cuando las aguas se habían embravecido, el deletéreo Pablo VI, en vez de definirse como lo haría más adelante Juan Pablo II, promulgó una carta apostólica llamada Ministeria quaedam en la que, además de abolir las órdenes menores, determinaba que los ahora “ministerios” del lectorado y acolitado, eran ministerios propios de los laicos -no órdenes- y, además, alentaba a las conferencias episcopales a la “creatividad” para la invención de otros nuevos ministerios: “Nada impide que las conferencias episcopales soliciten a la Santa Sede la creación de otros cargos, más allá y por encima de los que son comunes a toda la Iglesia, si llegan a la conclusión de que eso es necesario o útil por razones que son peculiares a sus propios territorios. Son ejemplos de este tipo de cargos los de exorcista, portero y catequista”.
Esta olvidada puerta abierta por el Papa Montini parece que será aprovechada para hacer ingresar un nuevo caballo de Troya. Se pretende la creación de un nuevo ministerio destinado a las mujeres que las convertiría prácticamente en diaconisas. No utilizan ese término, que despertaría demasiados rechazos, sino que, merced a la acostumbrada astucia jesuita y aguzando la creatividad de los curiales, proponen uno nuevo: el ministerio del ginacolitado (No es broma; les aseguro que es en serio).
El tema será discutido abiertamente el próximo mes de julio en el V Congreso Americano Misionero, que tendrá lugar en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y para el cual se ha elaborado un instrumentum laboris que, en sus números 271 - 273 trata específicamente del tema. Concretamente, se dice:
272. De estas notas sale el perfil y la misión específica de las mujeres, con el rango de ministerio eclesial, como “ginacolitado”, que podría tener las siguientes funciones y atribuciones ministeriales: Sus funciones específicas serían: a. La del proclamación y predicación Evangelio en la Iglesia y en el mundo, como los diáconos; b. El ministerio de la consolación ante el vasto mundo del dolor en cualquiera de sus múltiples manifestaciones (atención a los enfermos, pobres, encarcelados, refugiados, marginados, descartados de todo tipo, es decir, ante “los crucificados” del tiempo presente); c. La corresponsabilidad con el párroco, en el marco de la comunidad parroquial, si bien, como ocurre con los diáconos, se trata de una corresponsabilidad subordinada a la del párroco, cuyas atribuciones se pueden estipular bien en el funcionamiento del Consejo Parroquial. d. Y podrían celebrar los sacramentos del Bautismo y del Matrimonio, al igual que los diáconos actuales.
273. Las mujeres ginacólitas serían mujeres, religiosas o laicas solteras o casadas, que, tras estudiar el mismo curriculum teológico de los sacerdotes, llegan a ser teólogas, como los presbíteros, se forman como tales en comunidades cristianas de vida compartida, con las exigencias convenientes y reciben de parte del Obispo el ministerio del Ginacolitado así como el nombramiento pastoral para la parroquia o comunidad cristiana que les corresponda.
Nadie duda que la propuesta de la ginacólitas será aprobada entre aplausos, vítores al Papa reinante, escupitajos de coca recién mascada, mate y taparrabos. Y pocos meses más tarde, el sínodo de los obispos en Roma recogerá paternalmente el clamor del Pueblo de Dios que solicita a sus pastores este nuevo y creativo ministerio para sus postergadas féminas que, aunque no llevarán el noble título de "diáconos" ni vestirán estola y dalmática (aunque seguramente los liturgistas de turno, asesorados por Dolce y Gabana, les inventarán algún ornamento apropiado), ejercerán sus mismas funciones.
Como vemos, la estrategia que seguirá el Papa Francisco será evitar la discusión acerca de la validez o invalidez del sacramento del orden para las mujeres y “ordenar”, de hecho, mujeres diaconisas que, sin participar propiamente de ese sacramento, ejerzan todas las funciones que la Iglesia siempre reservó a los diáconos.
Como vemos, la estrategia que seguirá el Papa Francisco será evitar la discusión acerca de la validez o invalidez del sacramento del orden para las mujeres y “ordenar”, de hecho, mujeres diaconisas que, sin participar propiamente de ese sacramento, ejerzan todas las funciones que la Iglesia siempre reservó a los diáconos.
Preparémonos porque tendremos un año agitado, y recemos para que el buen Dios se acuerde de nosotros… y le conceda cuanto antes al Santo Padre su merecido descanso.
"y le conceda cuanto antes al Santo Padre su merecido descanso."
ResponderEliminarY a nosotros un sucesor católico.
Ginacolitas. El nombre se presta al chiste grosero (y eso es lo menos malo del tema).
ResponderEliminarHonestamente, a esta altura (en realidad desde hace bastante), el que no ve es porque no quiere ver.
ResponderEliminar"Ginacólitas"... no mintió San Juan de la Cruz cuando dijo que el demonio informa la inteligencia de los herejes.
Estimado Wanderer: para seguir celebrando su regreso le ofrezco un poemilla, especialmente dedicado al Dr. Fascio.
ResponderEliminarLOS HIJASTROS DE SAN JOSÉ MARÍA
Los listillos de la Obra
ahora ejercen de comparsas
y aplauden todas las farsas
mientras el barco zozobra.
Se os nota la maniobra,
tahúres de medio pelo.
¿Dónde queda vuestro celo
que no véis ningún desmán?
Aprendices de truhán,
ya ni le teméis al Cielo.
Excelente.
EliminarNunca mejor expresado.
Pregunta, para ser ginacolita, hay q ser soltera??
ResponderEliminar...laicas solteras o casadas...
EliminarSi me permite la observación, es curioso que por un lado valore la existencia y trayectoria del sínodo como tradicional organismo episcopal de la Iglesia universal... y luego ni siquiera aborde tangencialmente la existencia y trayectoria de lo que ha llegado hasta nuestros días sobre las diaconisas. Fair is fair.
ResponderEliminarEl eje de la cuestión es, me parece, definir que las mujeres no recibieron nunca ningún grado del Orden sagrado.
Después de eso, que hagan (o continúen haciendo) lo que ya están haciendo: acompañar y llevar la comunión a los moribundos (sobre todo mujeres), dar catequesis, aconsejar a los matrimonios, y otras cosas mas. Por ahora, todo en calidad de ministros extraordinarios de la Comunión, para lo cual se forman en el Obispado y son autorizados por períodos de tiempo limitados (en el manual, al menos). Parece una tontera, pero a menudo son las mujeres "activas" de las parroquias las mas rigurosas y conservadoras del zoológico (incluyendo al dueño).
Para terminar, le tiro un dato-disparador contemporáneo para hacer eclesiología comparada: investigue sobre la diaconisa armenia.
Es verdadero lo que Ud. afirma Vincent... Sólo que no se nos debe escapar que éstas maniobras papales no responden a la búsqueda del bien de la Iglesia, a una mayor fidelidad a la Tradición o a elevar el sentido de adoración del Culto... Sino a propósitos meramente mundanos, afines al Nuevo Orden Mundial y a la ideología de género...
EliminarMinisterio de la ginecología y obstetricia.
ResponderEliminarBueno, ya me voy preparando... Chiste, no pienso tocar el ministerio, con filosofa me basta. Pero es tan fea la palabra y tan grosera que hubieran dejado Diaconisa que por lo menos me recuerda a las cartas de San Pablo.
ResponderEliminarAhora son tontos o se hacen cuando piensan que una mujer se va a subordinar en temas de administración. Todos sabemos quién maneja la casa y la propensión a mandonear que tenemos. Se acabó la tranquilidad muchachos jajaja. Pobres curitas y pensar que zafaban por ser célibes.
Bueno, me despido con nuevas perspectivas ministeriales jajaja
ResponderEliminarMe parece también que, con una nota en pie de página en la exhortación que será dada después de octubre por Panchito primero, se cambiará la cuestión de la aceptación del uso de anticonceptivos y chau Humanae vitae.
Hubo varios mensajes que dejan entrever ello, empezando por la metáfora de la familia conejín hasta las revelaciones de la “hermanaloca” y los dichos de los participantes al pré-sínodo los cuales resaltan que la Iglesia se halla alejada de las preocupaciones de los jóvenes en el mundo actual y las diferentes movidas y estudios en torno a la encíclica.
De seguro, la fértil imaginación de Pancho and Co estará trabajado y con la ayuda de “Besameenlaboca” alias el Capataz de la UCA, para sorprendernos ya no con la alegría, pero con la liberación de la sexualidad.
De a poco y con infinita paciencia nos están llevando hacia un mayo 68 pero dentro de la Iglesia.
Habrá que aferrarse de lo que quede pero, ¿quedará algo cuando vuelva el Hijo del hombre?
Al andar de Pancho,
Sonrisa y pepinillo,
Te digo una cosa,
Y luego te astillo.
¿Quién soy para juzgar?
Naides me lo dice,
Pero te juzgo igual
Y te das de narices.
Al andar de Pancho,
Misericordia y consciencia,
Caritas en vinagre,
Cuidado que vengo montado,
Y si no cambias el modo,
Te mando pal’ otro lado.
Que venga el abrazo,
De la hermandad de todos
Y todos juntitos,
Cantemos la venida,
No de quien ha de venir,
Que ya es cosa sabida,
Si no de nosotros los Hombres,
El advenimiento... sin venida.
Desde 1969, la Santa Misa se ha deteriorado en la belleza, hermosura, piedad de los fieles y unción de los sacerdotes, con guitarras, griteríos, eliminaciones y reducciones de fórmulas inveteradas, delitos y abusos litúrgicos, homilías mundanas, prohibición de facto de la misa tridentina...
ResponderEliminarLuego se atacó a la Eucaristía: comunión de pie, en la boca, sin respetar la forma de hacerlo en una o dos especies, profanándola en la comunión de personas indignas, ministros de la comunión inidóneos...
Ahora se va directo contra el sacerdocio. En efecto, vamos hacia el dèpeçage o despieze o descomposición del presbítero, que tendrá diversas clases:
1. Sacerdote ordinario: formado en la facultad y seminario, célibe, con libre acceso a cargos y oficios y al episcopado, por razón de su dedicación a tiempo completo y celibato, recibiendo sueldo, pensión y derecho a residencia geriátrica eclesial.
2. Sacerdote extranjero. Si faltan vocaciones. No acceden a cargos y oficios por ser extranjero.
3. Laico sacerdote boni viri, anciano y casado, propuesto para Amazonas. A tiempo parcial, cubren bajas, sin sueldo, pensión ni residencia eclesial, pues cobran un sueldo laboral y serán cuidados por sus esposas. Sin acceso a cargo, oficio y episcopado, por estar casados, por su baja formación y escasa experiencia.
- Pata las misas dominicales sin presbítero, serán celebrantes:
4. Diáconos, preferentemente casados: cobran un sueldo laboral y les cuida su esposa
5. Laicos "agentes pastorales": pueden serlo las monjas para la misa sin presbítero, pues es una liturgia de la Palabra sin consagración.
6. Ginacólitas, como ministerio laical específico para las mujeres para celebrar misas sin presbíteros
De aquí y por allá, he visto esto:
ResponderEliminarAgente de Pastoral se basa en el concepto de “misión” (“envío”), que Cristo confió a los Apóstoles y a través de ellos, a toda la Iglesia.
El concepto de “misión” se completa con determinativos específicos como “apostólica”, “pastoral”, “evangelizadora” que indican su finalidad. Así, agente de misión apostólica, de pastoral...
El concepto genérico “agentes de pastoral” empieza con el Concilio Vaticano II pero sólo dando mayor relevancia a los laicos. Luego se concretó en documentos del Magisterio posterior.
El agente pastoral empezó como aquel laico que participa en la acción pastoral de la Iglesia, es decir en su “misión”, y ha sido usado sobre todo por la Iglesia hispano y latinoamericana
En la Conferencia de Medellín (año 1968) les pone muchos nombres:
agentes de ministerio pastoral,
agentes de acción pastoral,
agentes de pastoral de conjunto, agentes de pastoral eclesial,
agentes de pastoral parroquial.
En Puebla (1979) se dan otros nombres alternativos a los laicos:
agentes de evangelización
agentes de comunión y participación” (que también pueden ser curas o monjes)
Santo Domingo (año 1992) desarrolla el concepto de “nueva evangelización” y los incardina en él.
El documento de Aparecida (año 2007) les da el nombre de “discípulos misioneros”.
No va a ser el único tema. También Humanae Vitae.
ResponderEliminarVeo que el punto VII de la carta apostólica de Pablo VI, "Ministeria quaedam" dice: "La institución de Lector y de Acólito, según la venerable tradición de la Iglesia, se reserva a los varones".
ResponderEliminar¿Cómo fue que se pasó a lo que vemos hoy: que las mujeres leen e incluso ayudan al sacerdote en el altar? ¿o es una irregularidad más?
Jerónimo Vincent
ResponderEliminarCurioso que pretenda recuperar las "diaconisas" del pasado, sin mencionar que esa práctica fue dejada de lado por la Iglesia, ni las razones por la que fue abandonada. De hecho los diáconos tampoco recibían "ningún grado del Orden Sagrado", hay que recordar que la doctrina sobre los grados del Orden fue definida mucho después, lo que implica que en la primitiva Iglesia no se tenía conciencia de ello (aunque sí es cierto que no era lo mismo la bendición e imposición de manos sobre los diáconos que el simple mandato a las diaconisas). Fair is fair.
Ningún problema con que haya mujeres catequistas o que aconsejen, siempre y cuando sean realmente aptas para ello, intelectual y moralmente (cosa que no se plantea hoy, porque todo pasa por el "derecho a hacer")... cosa que no puede suponerse en estos días, ni siquiera de los presbíteros ni obispos (o más bien lo contrario).
En cuanto a administrar la Comunión, es manifiesto que nadie debería tocar las cosas santas si no está consagrado él mismo, es decir, si no ha recibido el Orden Sagrado. Los (y las) "ministros extraordinarios de la Comunión" son una gravísima ofensa a la santidad del Sacramento. En fin...
Su dato sociológico es puro humo, y de hecho es una tontera: como si las mujeres "activas" de las parroquias pudieran solventar en algo la ineptitud eventual del párroco, o debieran tener algún rol jerárquico, o siquiera debieran constituir el círculo íntimo del dueño del zoológico (cuántos ejemplos tenemos de cómo terminan esas situaciones).
Lo que hagan los armenios separados de Roma nos debe tener sin cuidado.
Los díaconos han recibido y reciben un grado del Orden Sagrado desde los primeros siete de Hechos 6,1-6, a quienes los apóstoles "orando les impusieron las manos". Notemos de paso que los Apóstoles dijeron a los discípulos "escoged de entre vosotros a siete hombres (andras) de buena fama".
ResponderEliminarLa entidad y distinción de los tres grados del Orden Sagrado están clarísimos en las cartas de S. Ignacio de Antioquía (35-107) a los tralianos y a los esmirniotas. Paso los enlaces a las cartas en inglés porque no las encuentro en castellano:
http://www.newadvent.org/fathers/0106.htm
http://www.newadvent.org/fathers/0109.htm
Griego, así que no hay problema con que las mujeres aconsejen?
ResponderEliminarQué bicho te picó? El feminista?
Y catequistas mujeres?
Usted diaculpe, pero la única catequista mujer posible, es la madre del catecúmeno.
No vayamos poco a poco bajando el listón, que esto se va al diablo.
No alcanza con bajarlo menos que Francisco. Ir a la retranca es lo mismo pero más lento.
El Vaticano presta vestimentas sagradas para un show de moda donde desfilarán con ropa para sacerdotisas: https://www.lifesitenews.com/news/vatican-lends-sacred-vestments-to-blasphemous-fashion-show?utm_content=buffer8fa78&utm_medium=LSN&utm_source=lifesitenews%2Btwitter&utm_campaign=LSN
ResponderEliminarY todo se concinará en mi país... lugar que se olvidó de Dios y hasta culto al diablo le rinde. Que desastre.
ResponderEliminarAndreas: los diáconos permanentes fueron "recuperados" después de siglos de ser dejados de lado por la Iglesia, y son un tesoro que vuelve a brillar (a veces). Justamente el argumento de lo viejo, dejado de lado y abandonado no solamente es absurdo sino contrario a la cosmovisión del Cristianismo y la Iglesia.
ResponderEliminarLo que dice del Orden Sagrado (póngale el nombre y categoría que quiera a los ministros) es inútil e incomprobable (lo de la conciencia). Si fuera por ud., entonces sólo habría obispos-presbíteros (en las Epístolas son indistinguibles).
Lo que hagan lo armenios separados, a usted le tendra sin cuidado. Porque fuera de su quintita romana no hay salvación.
el flaco videla..
ResponderEliminar¿Qué te pasa? ¿Nunca te dio un consejo tu madre? No es necesario ser feminista, amigo, parece que a usted se le pasó la mano de "anti-" ¿Y con la catequesis? ¿Qué decir de la encomiable labor de las monjas en este ámbito, durante siglos y siglos? Nada de retranca, no hace falta exagerar la cosa para contrarrestar el error. Así les pasó a muchos en la Contrarreforma, se pasaron de mambo contra Lutero y cía. y terminaron en el voluntarismo o semipelagianismo de la "devotio moderna".
Jerónimo Vincent
Los diáconos permanentes no fueron recuperados de ningún lado, no empiece con esos tópicos. Son un invento novusordeico del "espíritu del Concilio". Si no me equivoco, ese tema ya fue tratado en artículos de este blog.
Parece no conocer mucho (o nada) sobre el Sacramento del Orden, por cómo se refiere a él.
Ni tampoco parece entender el dogma «extra Ecclesia nulla salus», además de que confunde la Iglesia Católica con la "quintita romana". ¿Es usted católico? Yo apostaría que no.
Lo que usted propone no es más que arqueologismo, no tiene nada que ver con la tradición genuina.
Johannes
Interesante aporte, pero me permito hacerle notar que en mi comentario anterior hice uso de una ironía, señalada por las comillas, en "ningún grado del Orden Sagrado", porque efectivamente no se les imponía las manos con intención de otorgar "un grado del Orden" (sino simplemente el diaconado, o presbiterado, o episcopado), aunque es evidente que de hecho recibían uno, simplemente por la razón de que entonces no estaba definida la doctrina sobre los grados del Orden Sagrado. No es muy difícil de entender. Aunque S. Ignacio de Antioquía ya mencionara esos grados, la Iglesia no definió dogmáticamente el asunto hasta siglos después.
Una vez que estuvo definida la doctrina sobre la naturaleza y los grados del Orden Sagrado, se hizo evidente que las mujeres no podían tener parte alguna en él. Y punto.
¿Se dice algo si la selección de las diaconisas tendrá algún requisito estético?. Porque, por lo general, las señoras mayores o señoritas idem que comandan en las parroquias no destacan. Para peor, salió un estudio, así llamado científico, según el cual la vida piadosa prolonga la edad. Por eso las iglesias están llenas de viejas !!!!
ResponderEliminarAmpliando lo dicho anteriormente, se observa un dépeçage del presbítero y la Misa:
ResponderEliminarA./ Misa normal, con sacerdote y consagración:
1. Sacerdote ordinario: con formación en la facultad y seminario, célibe, con derecho a los cargos, oficios y episcopado, porque pueden dedicarse a tiempo completo, teniendo sueldo, pensión y derecho a residencia geriátrica eclesial.
2. Sacerdote extranjero: por si faltan vocaciones, no pueden acceder a cargos y oficios por causa de ser extranjero
3. Laico sacerdote boni viri: anciano y casado, propuesto en el Sínodo de las Amazonas. A tiempo y dedicación parcial. Cubrirían bajas o parroquias no deseadas. Sin sueldo, pensión ni residencia eclesial, dado que cobran un sueldo laboral, y porque serán atendidos por sus esposas. Sin acceso a cargo, oficio y al episcopado, porque están casados, por su baja formación y su escasa experiencia.
B./ Para las "Celebraciones dominicales sin presbítero" (misa sin sacerdote), serán celebrantes:
4. Diáconos, mejor casados: cobran un sueldo laboral, les cuida su esposa, y acceden a cargos y oficios cobrando un complemento. No podrán consagrar, absolver ni extremaunciar. Puede hacer la Celebración dominical sin presbítero (misa sin sacerdote)
5. Acólito y Lector: ministerio seglar con Rito, y según "Ministeria quaedam" "La institución de Lector y de Acólito, según la venerable tradición de la Iglesia, se reserva a los varones" (VII).
6. Laicos con un ministerio laical o "agentes pastorales": laicos que no cobrarán ningún sueldo eclesial, ni tendrán acceso a cargos y oficios eclesiales, pues ya ejercen un trabajo y cobran un sueldo o pensión de la Seguridad Social. Disponibilidad absoluta, libre y gratuita.
Reciben muchos nombres, ya desde Medellín (1968), Puebla (1979), Aparecida (2007) y Santa Cruz de la Sierra (2018):
- Medellín:
agentes de ministerio pastoral
agentes de acción pastoral
agentes de pastoral de conjunto
agentes de pastoral eclesial
agentes de pastoral parroquial
- Puebla:
agentes de evangelización
agentes de comunión y participación
- Aparecida:
discípulos misioneros
- Santa Cruz de la Sierra
ginacólitas
7. Ginacólitas: parece que son un nombre específico reservado sólo para las mujeres que ejercen un ministerio laical. Podrán bautizar y casar, ser dirigentes eclesiales y desarrollar ministerios apostólicos laicales: predicar, evangelizar, catequizar...
8. Religiosas: son las mujeres incardinadas en una Orden o Congregación que por este hecho, pueden ejercer también un ministerio laical de forma automática. Por ejemplo, ministerio extraordinario de la comunión, oficiante de la Celebración dominical sin presencia de presbítero (misa sin sacerdote).
9. Monaguillas: mujeres jóvenes acólitas de hecho, sirviendo en el Altar
Cuidado Grecia con repetir ligeramente aquello de Contrarreforma-voluntarismo-pelagianismo-devotiomoderna, que en general son más imitaciones de intuiciones de intelectuales (en sentido peyorativo) que afirmaciones dadas con algún rigor.
ResponderEliminarAndreas, disculpeme por no haber captado su ironía. Habiendola explicitado, el tema se entiende muy fácil.
ResponderEliminarPaño nuevo en vestido viejo
ResponderEliminarPerdón Wanderer que me salga un poco del tema. Pero ¿Qué haría en una situación como la del vídeo que pongo acá abajo?
ResponderEliminarhttps://m.youtube.com/watch?v=QyoWmse1ItQ
¿Qué le diría a este niño?
Yo creo que, en primer lugar, es un error exponer al pequeño a ese montaje.
Si me preguntara a mí, tal vez trataría de consolarlo. Le diría que yo tampoco sé si mis padres van a ir al cielo, ni sé si yo voy a ir. Que rece por su papá, que sólo Dios sabe dónde está. Y alguna cosa más para fortalecer su fe. Pero jamás me atrevería a decirle "tu papá está en el cielo".
Tal vez pocos cristianos piensen "es posible que yo no vaya al cielo".
O Me nombran "ginalollobrígida" o ríen de ríen. Ginacólita su tía Petra.
ResponderEliminarLad mujeres no nos miramos e el espejo de los hombres para ser consideradas en la Iglesia.Y cuanto más lejos y diferentes de los curas mejor. Me interesaría mucho más que se delimitara la actividad de los curas y de los laicos ya sean hombres o mujeres. Pero¡¡demontres!! ¿ees que estos curras sé creen que nos morimos por disfrazarnos de hombres y hacer lo que ellos hacen...? Llevan 2 guerras de retraso.