por Sir Roger Scruton
El conservadorismo arranca con una sensación que cualquier adulto comparte sin dificultad: la sensación de que las cosas buenas pueden ser destruidas con facilidad, pero si se trata de crearlas, no es cosa de soplar y hacer botellas. Esto es especialmente verdadero si lo referimos a las cosas buenas que nos llegan como riquezas colectivas: la paz, la libertad, la civilidad, una sociedad políticamente solidaria, un derecho de propiedad asegurado y una vida familiar, riquezas todas que sólo se alcanzan con la cooperación de otros y que en ningún caso pueden obtenerse individualmente.
Respecto de esas cosas, el trabajo de destrucción se efectúa rápidamente, con toda facilidad, además de resultar muy divertido; el trabajo de su creación es lento, trabajoso y aburrido.
Aquí entonces una de las lecciones del siglo XX. Constituye también una de las razones por las que los conservadores se ven tan en desventaja ante la opinión pública. Tienen razón, pero su convicción es aburrida; en cambio, las de sus adversarios es divertida, pero falsa.
(Extraído de su libro, How to Be a Conservative)
Traducción de Jack Tollers
Recomiendo la lectura de las obras de Sir Roger Scruton, uno de los grandes pensadores de las últimas décadas. No estaremos de acuerdo en todo con él, y no es necesario que así sea, pero sí podremos aprovechar muchas de sus ideas conservadoras. Fue capaz de expresarlas de un modo brillante, lo cual le valió la expulsión de los ámbitos académicos del Reino Unido, progresistas como toda la Academia. Fue un factor importante en el sostenimiento del pensamiento cristiano y occidental en países como Checoslovaquia y Polonia mientras estaban sometidos al régimen comunista, jugándose en muchos casos la libertad y la vida al viajar por ellos dando clases y conferencias clandestinas. En Youtube se encuentran numerosas conferencias y reportajes, que vale la pena ver. Recomiendo en especial, y como introducción a su pensamiento, "¿Por qué la belleza importa?".
En "A Philosopher's Guide to Wine", su frase: "I drink therefore I am"
ResponderEliminarBebo, luego existo
"La forma cabal de vivir es disfrutando de las cualidades de cada uno, esforzándose por caer en gracia y, si se puede, amar a nuestros semejantes, y también aceptar que la muerte es necesaria por sí misma y un bendito alivio para aquellos a quienes, de otro modo, resultaríamos una carga. Los fanáticos de la salud que han envenenado nuestros placeres naturales deberían, me parece, ser cercados y encerrados en un lugar donde puedan aburrirse mutuamente con sus curalotodos inútiles para la vida eterna. El resto de nosotros debería vivir en una cadena de banquetes, en los que el catalizador fuera el vino, el recurso de la conversación y la finalidad una aceptación serena de lo que nos toca y una determinación de no dejar nada fuera de nuestra acogida"
En nuestra lengua recomiendo especialmente "La Imaginación Conservadora" de Gregorio Luri
Si no encuentran el de la belleza en Youtube, también lo pueden encontrar en Vimeo. No pongo el link porque ya me suspendieron la cuenta por eso.
ResponderEliminarAsumo (a riesgo de pifiarla y someterme a unos cachetazos de Wanderer) que las diferencias de Wanderer con Scruton deben ser por el "liberalismo" de este último.
ResponderEliminarReconozco que cada vez me resulta un término más equívoco el de "liberalismo", todo hablan de cosas distintas cuando se refieren a él.
Los tradicionalistas cuando hablan de "liberalismo" siguen hablando de la revolución francesa, los conservadores como Scruton presentan al liberalismo como una defensa ante las doctrinas estatistas.
Como decía el padre Castellani (un genio pero también con una obsesión antiliberal), hay solo dos partidos, el de la tradición y el de la revolución; claramente Scruton estaba en el primero, su obra es genial, me apenó mucho cuando murió este año.
¿Por que la belleza importa? es una charla absolutamente fascinante.
ResponderEliminarComo quien no quiere la cosa, Wanderer suelta una perla: "¿Por qué la belleza importa? es la mejor introdcción a su pensamiento, en efecto. Porque Scruton arranca de la poderosa y frágil emoción estética, que se impone a su espectador, para construir sobre ella todos sus planteamientos culturales, políticos y sociales.
ResponderEliminarMuy bueno, gracias.
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