“Los obispos se creen que lo mismo que la justicia no existe entre Dios y sus creaturas, ni entre los hombres y los brutos, de igual manera no la hay entre ellos y sus súbditos. Así que toman decisiones fuertes o poco meditadas y sólo se fijan en cómo el clero o los fieles aceptan esas decisiones […] si el agraviado las acepta como una forma de ganar en virtud, con humildad, alegría, sumisión, resignación, etcétera”.
San John Henry Newman, 22 de septiembre de 1866 (Letters and Diaries XXII, p. 293).
Las cosas, luego de 155 años, no han cambiado nada. Están peor. Y a pesar del festejado Concilio Vaticano II, que se llenó la boca hablando de la actitud humilde, paternal y de servicio que se espera de los obispos y del rol imprescindible y la autonomía propia de los laicos.
Recuerdo sucesos recientes. Los obispos, aparándose en una delicada situación sanitaria, que era real, dispusieron que la comunión debía darse solamente en la mano de los feligreses. Dictada la norma, su preocupación nunca fue buscar buscar evidencia científica que justificara su decisión o acompañar paternalmente a los fieles que se negaban a recibir de ese modo la Sagrada Eucaristía. Se preocuparon simplemente de imponer su voluntad, sin considerar las relaciones de justicia a las que están obligados, y empeñándose solamente en ser obedecidos por sacerdotes y laicos.
Y así, tuvimos el escandaloso caso del obispo de San Rafael, que decidió cerró su floreciente seminario diocesano debido a que sus seminaristas se negaban a comulgar en la mano.
La situación de peligro sanitario ya pasó. Ya no hay excusas. Sin embargo, los obispos siguen empeñados en ser obedecidos, más allá del daño que causan. Y pongo dos ejemplos recientes:
Mendoza es una provincia argentina que tiene 1.800.000 habitantes. El viernes pasado, 24 de septiembre, se registraron 34 casos positivos de coronavirus. Sin embargo, y a pesar de esa cifra insignificante, el arzobispo de Mendoza mantiene a rajatabla la prohibición de comulgar en la boca y ha castigado a los pocos sacerdotes que en algún momento se animaron a acceder al pedido de sus fieles.
Asturias es una provincia española que cuenta con poco más de un millón de habitantes. En la última semana ha tenido un promedio de 10 casos diarios de covid. Sin embargo, allí también sigue prohibida la comunión en la boca. Claro que los asturianos reaccionan de un modo distinto y más recio a como lo hacen los mansos fieles mendocinos: reaccionan a paraguazos contra curas y sacristanes, como nos anoticia este sitio.
Terminemos tal como empezamos, con las clarividentes palabras de Newman:
Every thing must proceed from the laity — it is spoilt if priests interfere.
Todo debe salir de los laicos; en cuanto se meten los curas, se estropea todo.
Carta a William Monsell, 12 de enero de 1865. (Letters and Diaries 21, p. 384).
No se, Wanderer, es normalizar que el clero atente contra la Iglesia, algo que indica un profundo problema que sale a flote en estas situaciones particulares. Es necesaria una purificación de la Iglesia en la tierra: o se van los profanadores o se van los fieles.
ResponderEliminarTincho
Arquidiócesis de Cartagena de Indias, Colombia, sigue prohibido dar la comunión en la boca.
ResponderEliminarDiócesis de Mompós, Colombia, sigue prohibido dar la comunión en la boca.
Diócesis de Barrancabermeja (Puerto Berrío, Antioquia), sigue la prohibición de comulgar en la boca.
ResponderEliminarTodos están muy de acuerdo en acabar la tradición, imponiendo la medida transitoria.
Luego de la publicación del Motu Proprio "Traditionis Custodes", varios prelados salieron presurosos a comunicar la decisión acerca de lo que harían en sus diócesis.
ResponderEliminarUd elogió hace un tiempo a Mons Aupetit, obispo de Paris que sucedió a Mons. Ving-Trois, opinión con la que estuve de acuerdo por conocer la situación de la misa tradicional en esa diócesis. Sin embargo, hace unos días se supo qué va a pasar en la capital francesa luego de la decisión del Papa respecto a las misas tradicionales. Aupetit, en una carta pastoral, comunicó que sólo permitirá que estas misas se celebren en cinco iglesias (Sainte-Odile; Sainte-Jeanne de Chantal; Saint-Eugène-Sainte Cécile; Saint-Roch; Notre-Dame du Lys), prohibiendo la continuidad de muchas otras (unos 14 lugares de culto en los que se celebraban misas dominicales o en días de semana).
La semana pasada algunos obispos de Francia realizaron la visita Ad Limina al Papa en Roma. Allí el obispo de Lyon, Mgr Olivier de Germay, consultó al Papa sobre el MP Traditionis Custodes. Bergoglio, esquivo como siempre, dijo que eso iba a estar en manos de los obispos. Es decir, como ud. dice en este artículo, los tiranos ocupantes de las cátedras episcopales decidirán a su antojo cuántas misas tridentinas podrán celebrarse en sus diócesis. Como ninguno querrá granjearse la enemistad del Papa y arriesgarse a ser misericordiado, harán lo que ya hizo Aupetit: disminuir la cantidad de celebraciones según el misal tridentino y, en algunos casos, incluso las prohibirán…
Post Scriptum: Una de las misas prohibidas en Paris es la dominical de las 18hs en la hermosa parroquia Notre Dame du Travail (14ème arrondissement). Los fieles de esa iglesia no se quedaron quietos y organizaron rezos del rosario de rodillas en el atrio de esa iglesia en el horario que correspondía a esa misa. Lo mismo ocurrió en otros de los lugares prohibidos.
Aún más: con la crisis sanitaria remitida, mantienen la suspensión del precepto dominical. Los fieles que se pierden así no se recuperan.
ResponderEliminarNo estoy tan seguro de que sean muchos los obispos que no quieren que los fieles vuelvan a misa.
EliminarConsiderando que muchas diócesis en el mundo ya estaban en quiebra por la multiplicación de juicios entablados por las víctimas del clero homosexual, si a eso le sumamos que el bolsillo es la víscera más sensible de los obispos dado que sin dinero se les hace cada vez más difícil subsistir, cuesta entender que todavía queden algunos que sigan manteniendo tozudamente la suspensión del precepto dominical.
Muchos párrocos se lamentan que de los pocos fieles que antes de la pandemia concurrían a misa, el 80% de ellos había dejado de asistir por temor a los contagios y nunca más volvió a pesar de que en la Argentina se levantaron todas las restricciones sanitarias.
En la parroquia donde yo concurro ayer domingo en misa sólo éramos siete más dos del coro, el cura casi se puso a llorar. Y motivos no le faltan porque cualquier secta de esas que proliferan por ahí reúne mucho más gente. Lo más preocupante es que lo mismo se repite por todo el mundo.
Ni el Papa puede pagar ya los sueldos de sus empleados en el Vaticano. Como están las cosas, todo indica que algo grande está por suceder en la Iglesia, algo que seguramente no será del agrado ni de Bergoglio ni de los obispos que bien merecido lo tienen.
Hace rato que se acabó el tiempo de las vacas gordas, vamos a ver de qué se disfrazan ahora porque esto es sólo el principio...
La utilidad práctica del precepto es nula. Los fieles que aprecian el valor de la Misa y pueden asistir a ella lo hacen sin necesidad del precepto. En realidad la utilidad del precepto es negativa: asegurar que los que no van comentan pecado grave. Es como marcar el camino recto poniendo un alambre electrificado a los costados para asegurarse de que el que se desvía sea electrocutado.
EliminarCuanto peor, mejor...
EliminarVenderán las joyas de la abuela. En la Argentina la Iglesia es uno de los principales agentes inmobiliarios, pueden vivir décadas sin fieles, no les importa.
EliminarHilbert
Anónimo de las 0.54
EliminarUsted afirma que no ir a misa no es pecado grave. Ni siquiera pecado.
Según su consejo, parece que uno debe ir a misa si tiene ganas, pero si el domingo pinta lindo y uno prefiere irse de pic-nic, no estaría mal tampoco.
Y por si no quedó claro la remata diciendo que la obligación de santificar las fiestas que manda el Decálogo "es como marcar el camino recto poniendo un alambre electrificado a los costados para asegurarse de que el que se desvía sea electrocutado".
¿Es usted católico? No parece, tampoco cristiano, ni siquiera judío, porque Moisés recibió de Dios las Tablas de la Ley.
Más bien parece un lector de la famosa revista Rico Tipo de los años '50, aquella que publicaba Divito. ¿No la conoce? Búsquela y se verá retratado.
Fuenteovejuna 27 de septiembre:
EliminarEl problema (o la bendición) del clero (sacerdotes y obispos) es que vive como si fueran funcionarios.
Haya muchos o haya pocos clientes, lo hagan bien o lo hagan mal, siempre van a cobrar su salario.
Entonces, ?para qué preocuparse?
Y eso mismo digo yo:
?No había que mundanizarse, modernizarse y protestantizarse con la excusa del "Concilio"?
Pues ahora estarán cubiertos del oro de las ofrendas de los fieles agradecidos, que son legión.
!Como si les hubiera tocado la lotería! Con olor a oveja.
Ahora Bergoglio y sus jesuitas dicen que saben más y mejor...
!Pues que Dios, Allah y la Pachamama les bendiga!, ?no?
Fuenteovejuna, necesitan los mandamientos aparte del tercero un precepto eclesiastico para regir? O al reves, son dispensables por la autoridad eclesiastica? Le recuerdo que la primera codificacion oficial del precepto en cuestion fue en el Código de Derecho Canónico de 1917, y que los Ortodoxos, que supongo Ud sabe que valoran la Divina Liturgia tanto como nosotros, no tienen ese precepto. Y que el famoso concilio de Elvira ca. 300 sancionaba a quien no habia concurrido tres domingos.
EliminarPara ser claro, el tercer mandamiento, que en la Antigua Alianza era descansar el sábado en memorial de la creación y de la liberación de Egipto (segun las versiones de Exodo cap. 20 y Deut. cap. 5 respectivamente), pasó a ser en la Nueva Alianza participar en la Eucaristía el domingo en memorial de la nueva creación y liberación del pecado obradas por Jesucristo en su Pasión y Resurrección. Esto es así desde Pentecostés del año 30 sin necesidad de que un precepto eclesiastico lo promulgue ni posibilidad de que un precepto eclesiastico lo dispense, Hechos 2,42 y Hebreos 10,25. La dispensa es por motivo grave que tiene que evaluar cada uno. Lo que los obispos hicieron desde marzo 2020 fue hacer ellos esa evaluacion por los fieles respecto al motivo del covid.
EliminarWanderer, el paladín del anticlericalismo.
ResponderEliminarPor más que le moleste, y que las circunstancias accidentales estén "de su lado", la Iglesia es fundamentalmente clerical; fue instituida por Un Sacerdote y fundada sobre sacerdotes. Por supuesto que además está integrada por laicos, pero eso no le quita su carácter eminentemente clerical.
El problema se ha dado por lo extremos que se han sucedido a lo largo de la historia. Y usted, para solucionar un extremo, se vuelca hacia el otro.
Pipino S.
Don Pipino, así es, soy sanamente anticlerical desde hace décadas.
EliminarY, como usted dice, la Iglesia fue fundada por un sacerdote, y no por un clérigo. Y fundada sobre sacerdotes, y no sobre clérigos. La diferencia no es tan sutil como para que no entienda.
Wanderer, le pido por favor que me indique cuál es la gran diferencia que Ud. marca ya que sinceramente no la veo.
EliminarPipino S.
Pipino S., no me diga que usted no entiende la diferencia entre lo meramente clerical y el clericalismo como vicio. Vamos, que desde Castellani (y antes también) se ha escrito mucho y bien sobre eso.
EliminarPipino S., como bien acota Andréas, Castellani escribió paladas sobre el tema. Y también Newman. Vaya a los maestros. Con ellos me formé yo, y a ellos estoy haciendo referencia.
EliminarWanderer y Andreas: me parece que no hay que caer en una cuestión nominalista. Cuando dije que la Iglesia tiene un caracter eminentemente clerical, lo hice en un sentido amplio del término. A lo que me refería con eso es a que la Iglesia es eminentemente sacerdotal. Justamente dije que ambos extremos (clericalismo/anticlericalismo) han causado daño a lo largo de los siglos.
EliminarY Wanderer, si usted dice que es "sanamente anticlerical", yo le podría decir que soy "sanamente clerical". Habría que definir los términos para ver de qué estamos hablando. Pero me resulta injusto adjudicarle a Castellani una categoría absoluta, él simplemente criticaba una tendencia de su época.
Para concluir, lo que me parece muy preocupante del término anticlerical, es que fácilmente se puede convertir en "anti sacerdotal".
Saludos
Pipino S.
Creo que aca nadie esta en contra de lo clerical. El error es el clericalismo.
EliminarAnticlerical sólo puede llegar a ser "antisacerdotal" para alguien mental y/o espiritualmente inestable. Su discurso parece propio de alguien que realmente no ha leído, o ha leído mal, lo que dijo Castellani sobre el clericalismo, y ahora que lo han puesto en evidencia, se va por la tangente.
EliminarDon Pipino, no estoy de acuerdo. Si algún católico es antisacerdotal es porque perdió la fe. Como usted bien dijo a comienzo, nuestra religión es eminentemente sacerdotal. El clericalismo es algo completamente distinto. Castellani y Newman fueron anticlericales, pero de ningún modo antisacerdotales.
EliminarY conozco muy bien a varios curas que son mucho más anticlericales que yo y, sin embargo, son excelentes sacerdotes.
La Iglesia no solo es sacerdotal, sino que —también por constitución divina— además es jerárquica. O sea que es hierocrática: debe ser regida por el sacerdocio ordenado, por el clero. Los abusos clericalistas de una jerarquía impía, decadente y pervertida han hecho necesaria una reacción anticlerical que, por supuesto, es muy sana y justa por parte de laicos y clérigos fieles, pero que por desgracia tiene también el efecto social de destruir la autoridad en la Iglesia. Cuando Dios decida apiadarse y darnos buenos pastores —cosa que ha de ocurrir ciertamente si no se acaba el mundo pronto— se encontrarán que las ovejas hemos perdido la confianza en ellos y la costumbre de seguirles.
EliminarAndreas, no sé dónde habré quedado en evidencia pero jamás me fui por la tangente. Simplemente seguí afirmando lo mismo que al principio. Le agradezco sus prejuicios sobre a quién he leído y cómo lo he leído, tomaré nota inmediatamente.
EliminarPor otro lado, comprendo lo que dice Wanderer en su último comentario, pero le aseguro que también hay quienes por tanto anticlericalismo (del exacerbado, podríamos decir) terminan reduciendo las funciones sacerdotales (de magisterio y gobierno por ejemplo). Sé que afirmando esto me convierto en alguien mental y/o espiritualmente inestable, espero que usted pueda disculparme.
Pipino S.
Buenos días Don Guander
EliminarDéjelo a Pipino que siga su camino.
No entienden. Es como, en la Milicia, confundir Militar con Soldado.
Otro sí digo
Curiosamente, acompañando la desacralización de Culto, vemos coko ya hace tiempo los purpurados de su nota han situado, en no pocos casos, su cátedra en el centro del templo y desplazado al Sagrario custodio del Centro de Nuestra Fe.
En cuanto a exitosas operaciones inmobiliarias, baste el recuerdo de un obispo ya emigrado al otro potrero, que en beneficio de una mini congregación que él mismo fundara, liquidó prolijamente cientos de hectáreas de propiedad de su diócesis.
Finalmente reitero
*"Sin doctrina, no hay propina"*
Que siga usté bien
Puestero del Oeste
No solo la Iglesia es clerical (como la religión judía al tiempo de Jesus, es que las sociedades católicas son desde la civilización grecorromana, como la republica ideal de Platón, "clericales"; en el sentido de que hay un sector de esa sociedad -los filósofos- (los que viven la filosofía) que esta encargado de dirigirla moralmente.
EliminarEl celibato es su compromiso personal y la garantía de servivio.
Pipino, en lo que ha quedado usted en evidencia es en la poca o nula comprensión de lo que lee.
EliminarParece mentira que haya que repetir tantas veces que "anticlericalismo" no es igual a "anticlerical" y mucho menos "antisacerdotalismo".
El problema con la Universidad de Dublín no fue el dinero; o por lo menos no todo el problema, porque se fundó.
EliminarLos obispos irlandeses querían una Universidad católica con un fuerte control moral, tipo "seminario" y Newman, que fue nombrado su rector, quería una buena Universidad para católicos. Algo mas parecido a lo que él había conocido en Oxford, donde estudio (Colegio de la Trinidad).
De su experiencia de rector de la Universidad de Dublín dio unas conferencias luego publicadas en libro ("Idea de una Universidad") que tiene una influencia importante en la educación universitaria inglesa.
Respecto al Oratorio de Oxford, la oposición vino porque no se quiso que los catolicos fueran a la Universidad de Oxford, sino a las nuevas Universidades católicas; y una casa católica en Oxford animaría a los católicos a ir a Oxford.
(hasta hacia poco las universidades de Oxford y Cambridge eran anglicanas, porque para poder licenciarse había que jurar los 39 artículos de Religión)
Newman acabo fundando el Oratorio de Birmingham.
En 1990 el obispo les confía a los filipenses la iglesia de San Luis Gonzaga, que unos años antes había sido abandonada por los jesuitas. Esta iglesia es la parroquia católica de la ciudad de Oxford.
Así es, Anónimo 11:48. Y algo algunas precisiones: la idea de fundar el Oratorio en Oxford surgió varios años después que Newman lo hubiera fundado en Birmingham.
EliminarLa oposición esa fundación no vino porque los obispos quisieran que los católicos fueran a las universidades católicas, porque no existían universidad católicas en Inglaterra. Se intentó fundar una en Londres que duró muy poco. El problema era que no quería que se "contaminaran" con los anglicanos y sobre todo, algo que a nosotros nos costaría entender: ir a Oxford o Cambridge implica acceder a una clase y estatus social determinado. Y al cardenal Manning, hombre de Oxford, se le había metido la idea de que los católicos debían hacer el renunciamiento a pertenecer a esa clase alta y educada, clase social, por otro lado, a la que él pertenecía. Y el que mandaba en Inglaterra era él. Y Talbot, su chupamedias, en Roma.
Buenas don guander y comentadores! Solo quería darle las gracias. Me hicieron el día tratando, con mucho tacto, de hacerlo entender a Pepinillo.
EliminarpA propósito del post “La tiranía episcopal”
ResponderEliminar“Dictada la norma, su preocupación nunca fue buscar evidencia científica que justificara su decisión o acompañar paternalmente a los fieles que se negaban a recibir de ese modo la Sagrada Eucaristía. Se preocuparon simplemente de imponer su voluntad, sin considerar las relaciones de justicia a las que están obligados, y empeñándose solamente en ser obedecidos por sacerdotes y laicos”.
Naturalmente, una decisión de orden moral, se justifica en razón de su principio rector. Y aquí el representante de la autoridad autor no parece presentar otro principio último que la necesidad de obedecer al superior por el solo hecho de ser superior. Lo cual me recuerda un conocido principio de mi época de estudiante, con el que se pretendía poner en evidencia la arbitrariedad de algunos superiores del instituto educacional: “El superior siempre tiene razón y más cuando no la tiene”.
Pero, ¡qué difícil es arrojar alguna luz sobre este punto en una época en la que se ponen en evidencia tanto los conocidos excesos de una libertad irrestricta, como los de una opresión inapelable! Tal es, por ejemplo, el caso de la ideología de género, diabólicamente promovida tanto por individuos como por estados.
Desde luego, debe entenderse que nunca deja de ser válido el principio de que en toda comunidad debe haber una autoridad que ordene de alguna manera las actividades de sus miembros atendiendo al bien común, y, con mayor razón lo debe ser en una comunidad de carácter religioso como lo es la comunidad católica.
Lo preocupante es que, en el caso de la Iglesia, el superior, agrega a su autoridad efectiva, la pátina de honor que le da su condición de autoridad sagrada. Lo cual, en vez de constituir un privilegio que podría eximir al superior del deber de dar cuenta de la razonabilidad de sus determinaciones, por razones de la más elemental prudencia, hoy los obliga todavía de un modo mucho más alto a ello. ¿Acaso en estos días, no se está cercenando de modo realmente peligroso el principio de autoridad, como para darse el lujo de agregar todavía más razones a quienes sólo en nombre de una libertad inmoderada buscan prescindir de toda regla moral? ¡Pero, como reza el proverbio latino, corruptio optimi pessima, cuánto mayor daño le puede acarrear a la Iglesia la actitud de aquel superior que, en su proceder habitual, sin atender ni brindar a quienes reciben su eventual disposición u ordenanza las razones que podrían justificarla, parece no buscar otra cosa que la de imponer su voluntad!
Dios no lo quiera en adelante, pero, siguiendo el principio de acción y reacción, de hecho, ya ocurrió que, en la antigua Roma, durante el período de la República, a algunos funcionarios, en represalia a sus lamentables excesos en materia de gobierno, sin piedad alguna hacia aquéllos, “se les llegó a cercenar la nariz, se los metió en un saco y se los terminó por arrojar al mar”.
¡Dios proteja a la Iglesia! ¡Alabado sea Jesucristo!
Que hay tiranía en muchos casos, o quizás muchísimos, me parece evidente. El tema es la causa de tal proceder. Los hay ideológicamente encantados de serlo con la aquiescencia tácita del líder, otros por interés personal egoísta para mantener la burocracia en la cual medran, otros son marcadamente obsecuentes con el líder sin convicción de ningún tipo y porque los criaron afeminados en sus seminarios, y habrá alguna otra causa como la homosexualidad. Habría que empezar quizás por dinamitar las conferencias episcopales...
ResponderEliminarEn la región en que vivo hace dos años atrás había 5 misas tridentinas por sacerdotes birritualistas los domingos, de apoco el obispo fue restringiendolas más y más hasta dejar una sola, el resultado no fue que los fieles de misa tridentina empezarán a ir resignados a la misa nueva sino que se quedarán en casa rezando el santo rosario, no por odio a la misa nueva a la que antes asistían con el mismo sacerdote que rezaba la misa tridentina, sino por resentimiento al obispo por ser injusto, muchos me dirán que no está bien esa actitud pero es que no es solo dejar la misa tridentina por el capricho del obispo, esto es solo el principio de un chantaje de que hay que ser humildes, mansos, obedientes y si no vas por nuestro camino que te mando ciegamente y calladito, no hay comunión ni sacramentos porque eres un rígido, un pelagiano, un enfermo mental... y ya vemos en qué termina esta obediencia ciega: en el calentamiento global, la acogida de inmigrantes musulmanes en casa, y el sincretismo, la total apostasía. Creo que lo que hay que hacer es dejar solos estos pésimos obispos, no sólo cortar las limosnas, que se queden ellos con su sombra y que los sacerdotes reflexionen que están haciendo, los santos daban los sacramentos en las catacumbas si era necesario no le decían a los fieles que hay que obedecer a lutero porque tiene los templos o al rey porque nos mete preso o nos mata. Si no quieren tener problemas busquen otra profesión.
ResponderEliminarThe Maronite Liturgy’s Corruption under Modern Western Influence http://disq.us/t/41hj05z
ResponderEliminarParece que el cardenal Sarah piensa más o menos lo mismo que Don Guander: Aquí explica por qué...
ResponderEliminarLo que yo no me explico es porqué reacciona recién ahora. ¿Bergoglio le habrá impuesto silencio o habrá tenido entonces unos motivos que ahora han desaparecido...? No sé.
En todo caso, más vale tarde que nunca.
Alcides
Pues Sarah reacciona ahora porque ha recuperado su parresía al convertirse en «prefecto emérito»: se siente a salvo de las iras del tirano. Yo, ingenuo de mí, en algún momento del pasado reciente miré a este cardenal como «la gran esperanza negra de la Iglesia» para el anhelado momento en que Bergoglio pase de este mundo a las calderas de Pedro Botero. Pero durante el confinamiento quedé completamente decepcionado por su actuación. Rectius: por su defección, o falta de actuación. Y en relación precisamente con los asuntos de que trata don Guánder en este post, señalando con acierto su estrecha vinculación: clericalismo, despotismo episcopal e imposición de la Comunión en la mano. Sarita no dijo ni pío, pese a que era la autoridad competente como prefecto de Ritos. Ante un atropello clarísimo de los derechos reconocidos a los fieles por las leyes vigentes de la Iglesia. ¡Él solo tenía que recordarlas! Pero por miedo a Bergoglio, calló como una p***. ¿Por miedo de qué? ¿De ser «emeritado» unos meses antes de lo que lo ha sido? Anda, ten, Sarita, pa' que te compres cotufas: te lo dejo en la mesilla.
EliminarHay que aclarar que la frase de Newman que allega don Wanderer está sacada de su correspondencia con un político y noble irlandés, católico converso, y que trata sobre su proyecto de fundar una universidad católica en Dublín, y las dificultades que encontraba. Newman pensaba que fundar una universidad era empresa para los laicos, en la que el clero más bien estorbaba. No está hablando del gobierno y reforma de la iglesia.
EliminarEstimado anónimo, por supuesto que Newman no está hablando en este caso del gobierno y de la reforma de la Iglesia. Tampoco yo diría eso: el gobierno de la Iglesia corresponde a los sacerdotes.
EliminarSin embargo, le hago una observación. La ocasión de la carta no fue la fallida universidad católica de Dublín, sino la fundación del Oratorio en Oxford. El obispo Ullathorne le había pedido a Newman que lo fundara, los laicos católicos oxonienses se entusiasmaron, juntaron el dinero --el equivalente a un millón y medio de libras esterlinas actuales-- y compraron el terreno. Cuando todo estaba listo, los cotilleos, envidias y obcecaciones de los clérigos provocó que desde Roma le prohibieran en la práctica la fundación.
Los obispos argentinos son muy autoritarios, pero ahora todos tiemblan por el modo de gobernar de Roma. Se rumorea que viaja por la Argentina un religioso (¿jesuita ?) español de apellido Umpierrez que estaría elaborando un informe sobre el clima eclesiástico local. ¿Habrá más jubilaciones anticipadas ?
ResponderEliminarNuevo obispo bergogliano de Avellaneda-Lanús promovido por Francisco levanta la prohibición de celebrar misa al "padre" Olveira:
ResponderEliminarhttps://www.agenciaelvigia.com.ar/noticias/avellaneda/2021/el-nuevo-obispo-de-avellaneda-lanus-levanto-la-prohibicion-contra-el-padre-paco-olveira-para-celebrar-misa
Para los comunistas y montoneros como este cura de m... todo, para los católicos fieles nada; ésta es la Iglesia que le gusta a Bergoglio y los suyos.
¿No será que a la Iglesia Católica, en la Argentina, le está haciendo falta, a su modo, una "Semana Santa"?
EliminarNo sé si la Iglesia tendrá una Semana Santa en la Argentina, pero considerando el devenir de la situación político-social, no sería nada descabellado suponer que tuviéramos otra Semana Trágica como la de enero de 1919. Y no por razones religiosas, claro, aunque como muy bien decía Donoso Cortés, en el fondo de todo problema político hay un problema religioso...
EliminarComo los dos años de no afano de Luis Barrionuevo. Una semana de verdadera Caridad, y cambia el país.
EliminarBlack Hype
Y que se podía esperar de uno salido de Quilmes, tierra de Novak, Obispos Rojo. No se sorprenda que haga gestiones y lo consiga para que le levanten la excomunion pos mortem a Podesta. Frachia no era un tradicionalista pero superaba con creces a estos Obispitos miserables que están nombrando.
EliminarLos obispos argentinos de la actualidad, en gran número, más que autoritarios o lo que sea son delirantes, según mi humilde opinión y seguramente de esta triste condición dimane su autoritarismo, megalomanía, narcisismo, Etc. Viven en un universo paralelo, insisto varios de ellos no quiero generalizar, sin conocer realmente a los fieles y al clero. Verbi gratia el actual ordinario castrense y sus más estrechos colaboradores que ni siquiera saben los grados y jerarquías militares que llevan sus fieles colgando del pecho...
ResponderEliminarTiene idea de qué hace Taussig en Roma? Se fue muy calladito y sin llevar papeles importantes.
ResponderEliminarUn feligrés Sanrafaelino
Le estarán por dar algún carguero en Roma que lo contente y mandar a algún barrita lozanezco a la diócesis para apuntar todos los cañones finales contra el clero fiel
EliminarUna vez un buen amigo sacerdote me dio una definición de obispo que me gustó mucho, "amigo inútil, enemigo poderoso". Yo, personalmente, me agencié esa expresión y, con el tiempo, la he ido enriqueciendo en conversaciones con buenos amigos. A día de hoy creo que un obispo, por desgracia, en muchos casos es "un amigo inútil, un enemigo poderoso, con puño de hierro (para castigar con extrema dureza), mandíbula de cristal (no sé en otros países de habla hispana, pero en España esta expresión quiere decir que se ofenden con mucha facilidad) y alma de funcionario". Cada una de esas cosas creo que se ve plasmada en el artículo. Reacciones como cerrar un seminario o esquivar a un fiel como si fuera un adorno de la Catedral me parecen hechas por alguien que, como diría el padre Castellani, claramente peca contra la virtud de la obediencia que se le es debida, convirtiéndola en paciencia para el que ha de practicarla.
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