La semana pasada amplios sectores de la opinión pública española e hispanoamericana expresaron de un modo muy marcado sus críticas a la actitud del Papa Francisco que, en ocasión del segundo centenario de la independencia de México, pidió perdón por los crímenes cometidos por la Iglesia durante el periodo de la conquista y evangelización del Nuevo Mundo.
En numerosas ocasiones hemos hablado de lo absurdo de pedir perdón por supuestos pecados que cometieron otros y, además, por supuestos “pecados sociales”, que no se sabe qué son. Y es justo recordar que quien comenzó con esta moda que trae tantos aplausos fue Juan Pablo II. Lo cierto es que España llevó la fe y la civilización a América, a costa de enormes sacrificios, rescatando del dominio de las Tinieblas a millones de personas que se encontraban sumidas en la esclavitud, en los cultos idolátricos que exigían sacrificios humanos y en la barbarie. Sobre esta realidad, el Pontífice no dijo una sola palabra. Solamente hizo referencia a los abusos y excesos que ciertamente existieron, como existen en toda obra humana.
Una vez más nos encontramos con una repetida actitud de Francisco que en este blog definió con certeza nuestro siempre amigo Ludovicus como “canibalismo institucional”. Bergoglio es un caníbal que cree acrecentar su poder y prestigio fagocitando a su propia institución. Y es verdad que fue esta una de las cosas que más festejó el mundo a través de los medios masivos de comunicación en los primeros meses de su pontificado. Recordemos algunos hechos: afirmó que los párrocos “arrojaban piedras” a los pobres pecadores y que los seminarios formaban “pequeños monstruos”; diagnosticó a los oficiales de la curia romana de Alzheimer espiritual; apostrofó a las monjas de “solteronas”; retó a los cristianos practicantes por tener cara de “pepinillos en vinagre”; consideró que muchos miembros de la Iglesia sufren una “obsesión” con el tema del aborto y de los gays; y se refirió a los fieles que muestran “religiosidad e incluso amor a la Iglesia”, es decir, los que van a misa, se confiesan con frecuencia y rezan muchos rosarios, como gnósticos o neopelagianos autorreferenciales y prometeicos.
Esta política pontificia puede definirse como canibalismo institucional, cuyas notas son las siguientes:
1. El canibalismo institucional consiste en alimentarse de la mala fama de la institución a la que se pertenece, aceptando las versiones peyorativas, los prejuicios y las calumnias, oponiéndose a ellos y en consecuencia salvar la cara en forma personal. Cuando lo ejerce la persona que ostenta la representación suprema de la institución, puede alcanzar el rango de traición. Frecuentemente, ese salvar la cara individual suele justificarse como un medio para, a su vez, salvar lo salvable de la institución denigrada, que es rescatada, en teoría, por el triunfo del caníbal: “esta organización no puede ser tan mala si soporta a un presidente tan bueno”.
2. Se distingue de una sana autocrítica por la óptica de quien la ejerce, que suele ser exógena y próxima al pensamiento políticamente correcto o vigente. La crítica del caníbal institucional, explícita o tácita, no se diferencia, básicamente, de la del enemigo. O va acompañada del silencio respecto de la interpretación del enemigo. O, en todo caso, a la autocrítica no sigue el señalamiento de los errores del enemigo o la exaltación de los principios que molestan al enemigo de la institución.
3. El caníbal institucional luce como alienado respecto de la institución. Es como si hubiera llegado a la misma por casualidad, y se distancia de ella permanentemente. La critica como la podría criticar un recién llegado, un parvenue. Cuando representa a la institución, lo hace como actor, como quien ejerce un papel impostado del que se despoja con alegría al terminar la función, agotado por la representación. La institución, sus bases y su historia están bajo su entero juicio y examen, no la asume como un axioma sino como un problema. Nunca más lejos de este canibalismo Napoleón, cuando profirió, “desde Clodoveo hasta la Convención, me hago cargo de todo”.
4. Lo paradójico es que esa alienación con la institución suele coexistir con una actitud de apoderamiento nunca antes vista. El caníbal la considera como propia, y al mismo tiempo la rechaza. Es un amo, no un representante. Como tal dueño, se considera en perfecto derecho para devorarla y rehacerla. Es un heredero con perpetuo beneficio de inventario.
5. El caníbal institucional no es la contracara del triunfalista, sino solo su contrario. Mientras que el triunfalista pretende adueñarse de la fama de la institución, exaltándola y exaltándose en una fusión idolátrica que le hace perder el alma, los principios y la causa final a la propia institución -lo que se justificará, naturalmente, en el intento antrópico de querer darle brillo y gloria-, el caníbal institucional, con la misma actitud e intención, con el mismo ímpetu antrópico y pelagiano, privatiza el triunfalismo, exaltándose. Pedirá perdón por los crímenes y errores de la institución, pero rara vez por los propios.
6. El caníbal institucional pretende sustituir con su fama el prestigio de siglos; con las malezas de la aprobación popular, el humus de la historia; con los libros antiguos, los muebles centenarios, las vestes venerables, levanta una hoguera que brilla con un fulgor nunca antes visto. A la mañana siguiente encontrará cenizas. Como un Cronos invertido, será devorado por su hijo.
Es una descripción escalofriante, pero precisa. El mal está hecho, pero oremos por su conversión.
ResponderEliminar¡Que brillante es ud. W.! Gracias por su excelente blog, desde el que se defiende la Fe, la Verdad y la Iglesia Católica.
Excelente, don Guánder. Una exposición excelente, gracias. Felicitación y gratitud que alcanzan, por supuesto, a Ludovicus. Ambos, siempre, buenos amigos de cuantos nos beneficiamos leyéndoles.
ResponderEliminarEste blog tiene ya una larga trayectoria y ha alcanzado cierta madurez en la consideración de una serie de asuntos. De modo que sería muy buena idea que fuera usted haciendo algunas recapitulaciones como esta, de temas que ya se han tratado aquí. Para ofrecer, como hoy, una versión más pulida, completa y sistemática.
También abona esta idea el aumento vertiginoso del número de lectores que viene experimentado su blog en los últimos años (da quando quel fulmine ha colpito il Cupolone).
El hiperpapalismo hace las dos cosas: triunfalismo y canibalismo.
ResponderEliminarLópez Obrador exigió que el Papa y el rey de España pidieran perdón, el rey por los crímenes de la conquista; el Papa por el atropello a la idolatría. No es un chiste, es cierto.
ResponderEliminarTanto Felipe VI como Pedro Sánchez se hicieron los burros ignorando la curiosa petición, pero Bergoglio la aceptó gustosamente y una vez más aprovechó para seguir humillando a la Iglesia.
López Obrador es un marxista disfrazado que como buen ateo nunca agradecerá ni la obra civilizadora ni la santa religión que la España católica le regaló a México. Pero lo de Bergoglio es peor, por eso dice muy bien don Wander "...la crítica del caníbal institucional, expresa o tácita, no se diferencia, básicamente, de la del enemigo".
Por supuesto, no sólo no se diferencia, Bergoglio se mimetiza con ella buscando siempre el aplauso fácil de los enemigos de la Iglesia para satisfacer su increíble ego narcisista, ese culto a la personalidad que lo domina desde sus lejanos días en Buenos Aires.
Hernán Cortés nunca hubiera podido derrotar a Moctezuma de no contar con el auxilio de las tribus enemigas de los aztecas que vieron en los españoles la oportunidad de liberarse de las cadenas de la esclavitud a la que eran sometidos por sus vencedores que al hacerlos prisioneros incluso los mataban arrancándoles el corazón en horribles sacrificios humanos.
Si Cortés no hubiera contado con ese providencial apoyo y en vez de quemar sus naves hubiera dado media vuelta y regresado a España porque con sus pocos soldados nunca hubiera podido culminar con éxito semejante epopeya, López Obrador nunca hubiera nacido porque sus antepasados inmigrantes jamás hubieran llegado a México.
Y lo mismo habría pasado con Bergoglio, que igual que AMLO lo que le hubiera gustado -aunque no se anima a decirlo- es que Colón nunca hubiera llegado a América.
López Obrador es un político inculto, mentiroso y manipulador.
EliminarComo muchos políticos en todas partes.
Cuando no se cumple la Ley de Dios, uno hace lo mismo que este guachupin.
Pero ?por qué los políticos mienten y manipulan a sus representados?
?No es esto una democracia, el gobierno del Pueblo, por el Pueblo y para el Pueblo'
NO.
Cuando ese mal mexicano miente a su pueblo y fomenta la división entre los mexicanos,
porque todos tienen sangre europea y la mayoría son católicos, es para conseguir réditos políticos.
Principalmente, como han hecho todos sus antecesores, tener un chivo expiatorio a quien echar la culpa de sus fracasos y de sus robos.
Porque dicen repitiendo la dogmática masonica:
"Si nos hubieran invadido los protestantes ingleses y no los católicos españoles, ahora seriamos como los norteamericanos y no como los latinoamericanos y no estaríamos obligados a robar"
Si Centroamérica (y no México, porque el pais, con el nombre de la Nueva España, lo crearon los españoles integrando muchas etnias y culturas diferentes y dándole la religión católica) hubiera sido conquistada por los protestantes ingleses, ahora no habría mexicanos, sino WASPs, porque, al contrario de los españoles, asesinaron sistemáticamente a los indios para robarles sus tierras y sustituirlos por europeos rubios, altos y de ojos azules.
Tampoco habría masones mexicanos, no sólo porque no tendrían Iglesia Católica que erradicar, sino porque no serian de influencia francesa, esto es, ilustrados de pacotilla empeñados en forzar a los ciudadanos a hacer lo que la voluntad autocratica del Gran Maestre Absoluto secreto ha ordenado que hagan.
Y, !quien sabe!
Tal vez después de todo tienen razón:
Con protestantes ingleses nunca hubiera habido masones analfabetos e incompetentes como López Obrador arruinando a sus conciudadanos y envenenando el pais.
?Ves cómo hay que cumplir la Ley de Dios?
Eso nos inmuniza contra la basura de políticos, especialmente de los corruptos ilustrados.
Excelente post don W.! El caníbal eclesiástico es un fariseo: cuela el mosquito y se traga el camello.
ResponderEliminarLa actitud de un «amo caníbal» hacia sus súbditos y hacia la institución que canibaliza es, exactamente, opuesta a la de un padre hacia sus hijos. Pero el amo caníbal actúa in loco parentis, investido de la patria potestad. Y en el caso de Bergoglio con el título de «Santo Padre», que tanto obliga. Es como un falso padre, o un padre perverso y desnaturalizado, que procura su propio interés incluso a costa del bien y de la vida de sus pupilos.
ResponderEliminarEs ley primera de la naturaleza que los padres prodiguen a sus hijos un amor vehemente y una lealtad incondicional. Que por el bien de la prole sacrifiquen gustosamente su vida y todo interés personal. Porque en la descendencia vemos la prolongación y perpetuación de nosotros mismos, el destino de cuanto merezca pervivir de nosotros y nuestros mayores. Además, los cristianos sabemos que esta ley y grandeza de la paternidad es, mucho más que la inteligencia y la libertad (que también se nos han dado pero bastante menos que a los ángeles) la principal «imagen y semejanza» de Dios con que hemos sido creados.
Los deberes que impone la paternidad son, por ley de Dios y de la naturaleza, los más sagrados y radicales. Su infracción es también el peor de los crímenes, y da lugar a las más crueles injusticias. A los padres perversos les aplica, y en máximo grado, la maldición que pesa sobre quienes escandalizan a los pequeños: más les valdría no haber nacido.
El amo caníbal es un antipadre.
EliminarLeyendo la expresión "in loco parentis" me ha recordado que en el anterior texto de los votos de la Compañía, se especificaba que el general de la Compañía ocupaba el lugar de Dios "locum Dei tenenti". Es una expresión llamativa que no aparece en los votos antiguos de las otras grandes órdenes como benedictinos, dominicos, franciscanos y carmelitas.
EliminarAnonimo 12:22, lo que dice en su segundo parrafo es un disparate. Los animales de unas cuantas especies sacrifican su vida por el bien de la prole. Si esta ley de la paternidad es "la principal imagen y semejanza de Dios con que hemos sido creados", entonces el ser humano no es el unico animal creado a esa imagen y semejanza.
EliminarLe cito a cierto Tomás de Aquino: ...a Dios ...corresponde plasmar perfectísimamente su semejanza en las cosas creadas cuanto conviene a la naturaleza creada. Ahora bien, las cosas creadas no pueden alcanzar una perfecta semejanza de Dios dentro de una sola especie de criaturas, porque, al exceder la causa al efecto, lo que está en la causa en modo simple y unificado se encuentra en el efecto de modo compuesto y multiplicado; a no ser que el efecto tenga igual especie que su causa, cosa que no tiene lugar al presente, pues la criatura no puede ser igual a Dios. Luego fue oportuno que hubiese multiplicidad y variedad en las cosas creadas, para encontrar en ellas una semejanza perfecta de Dios, a su modo. (S. contra Gentiles, Libro II, cap. XLV)
EliminarAsí pues es que sí, que en efecto, todas las creaturas participan de la semejanza de Dios de algún modo. Unos más, otros menos. Así que pídale disculpas al anónimo de las 12:22.
21:12, lo que Ud cita, que comparto, no afecta lo que yo dije y confirmo. Primero lea Gen cap. 1, donde la expresion "imagen y semejanza" se aplica a una sola especie de criaturas: la humana. Luego lea lo que yo escribi: Si esta ley de la paternidad es "la principal imagen y semejanza de Dios con que hemos sido creados", entonces el ser humano no es el unico animal creado a esa imagen y semejanza. Entiende ahora que "a esa imagen y semejanza" en mi comentario se refiere a la "imagen y semejanza" que Gen cap. 1 predica solamente del ser humano?
EliminarMe parece bastante evidente que el Anónimo de las 12:22 (no cuesta nada poner un nombre, che), cuando habla de "paternidad" no se refiere a la mera generación biológica, en lo cual somos semejantes a los animales, ni siquiera al mero sacrificio material de la vida en bien de la prole, como dice el Anónimo 14:34 que también hacen algunos animales. Lo que pasa es que se ha expresado no del todo bien. Pues esa paternidad de la que habla no puede ser más que la inteligencia y la voluntad (que se le olvidó) y el libre albedrío (que viene de esas inteligencia y voluntad).
EliminarPor cierto, los animales no sacrifican su vida en bien de la prole sino por instinto, pues no saben qué es sacrificio, ni qué es el bien, ni en general ni en particular para su prole, ni saben siquiera qué es "prole". De modo que hay que dejar las meras apariencias física e ir a las causas y principios para darse cuenta de que la paternidad humana es más semejante a la divina que a la animal... y por eso su corrupción es tan nefasta, y es de hecho una de las causas principales de la crisis actual.
Don Wander:
ResponderEliminarA propósito del post “El canibalismo del Papa Francisco”.
“La crítica del caníbal institucional, explícita o tácita, no se diferencia, básicamente, de la del enemigo”.
Con qué dolor advierto que muchas de las críticas que hacen los enemigos de la Iglesia a la misma, son repetidas o permitidas implícitamente, por quienes, por su condición de cristianos, lejos de sumarse a las filas de sus enemigos, deberían defenderla a capa y espada.
Esto me recuerda a una agria experiencia que tuve en una conversación con “uno de los nuestros”. En el contexto de la discusión por el aborto, que hubo en la Legislatura Provincial. En ella se había invitado a los miembros de la comunidad a que diesen su opinión respecto de la posibilidad de admitir la legitimidad del aborto voluntario. En ella, por supuesto participaron representantes de todas las tendencias políticas y religiosas. Tanto los representantes de las distintas bancadas políticas como los grupos que los acompañaban, los escuchaban atentamente. Desde luego, entre las distintas exposiciones, entre los que iban en defensa de la vida del niño por nacer, no tardaron en destacarse algunos dignos representantes de la Iglesia católica, “los derechos del niño –bramaban- comienzan desde el primer instante de su concepción”. Pero, junto a ellos, lamentablemente, no dejaron de aparecer quienes, a pesar de confesarse católicos, poniendo en evidencia su evidente falta de formación cristiana, sistemáticamente arguyendo falazmente que era necesario pensar en el “bien de todos”, abogaban por la defensa del aborto. De todos modos, dicha lastimosa intervención no me sorprendió demasiado. Se trataba de la misma argumentación que, hacia fines de los ‘ochenta, muchos legisladores católicos, habían esgrimido para defender la ley del divorcio. ¡Maravilla de muchachos! Eran los razonables frutos del “diálogo” y del ejercicio de “lo políticamente correcto”. Pero, para consuelo mío, lo que más me llamó mi atención fue el encendido alegato que un obispo evangelista de San Luis, efectuó en contra del mismo. Luego de invocar distintas razones por la defensa de la vida, con gran energía, terminaba diciendo -“Se debe pensar en el derecho de Dios”. Me pareció genial.
Pero, las ingratas sorpresas no terminaron aquí. Cuando, días después de la citada multitudinaria reunión en la Legislatura, al encontrarme con otros profesores en la sala de profesores del Seminario donde daba clase, comenté el valor de la argumentación del obispo evangelista, no faltó quien, para mi sorpresa, me dijera: “No es esa la argumentación que, en ese marco de discusión, hay que presentar para defender la vida del niño nonato”. Ésa había sido la respuesta que me dio una mujer que, además de “estar consagrada a Dios”, debía poseer una alta formación teológica. Me dio una inmensa pena.
Hoy me pregunto. ¿Acaso alguien ha dicho que para hablar con los demás, los católicos, prácticamente, tenemos que hacer “tabla rasa” de los contenidos de la fe católica? Lo peor es que, en mi fuero interno, no me atrevo a negarlo.
¡Dios proteja a la Iglesia! ¡Alabado sea Jesucristo!
Jorge Mario Bergoglio SJ es a la Iglesia universal lo que Cristina Fernandez a la Rep. Argentina...
ResponderEliminarConejas. Se le ha olvidado mencionar lo de las conejas. A mí es lo que más me duele.
ResponderEliminar"1. El canibalismo institucional consiste en alimentarse de la mala fama de la institución a la que se pertenece, aceptando las versiones peyorativas, los prejuicios y las calumnias, oponiéndose a ellos y en consecuencia salvar la cara en forma personal. Cuando lo ejerce la persona que ostenta la representación suprema de la institución, puede alcanzar el rango de traición. Frecuentemente, ese salvar la cara individual suele justificarse como un medio para, a su vez, salvar lo salvable de la institución denigrada, que es rescatada, en teoría, por el triunfo del caníbal: “esta organización no puede ser tan mala si soporta a un presidente tan bueno”."
ResponderEliminarEso es lo mismo que le sucede a España, y significa que el caníbal institucional da por buena la leyenda negra o negroleyendismo. Nunca jamás mira los aspectos positivos de lo que ha hecho su propio país o Iglesia, y nunca jamás mira el mal que ha evitado ni tampoco el mal de los otros países o religiones adversarias. Es un verdadero traidor.
Esto que estamos viviendo es tan absurdo como si las máximas autoridades religiosas del judaísmo dijeran que Jesucristo es el Hijo de Dios, sin dejar de ser de religión judía. O si las musulmanas, dijeran que Mahoma era sólo un hombre equivocado, sin dejar de ser musulmanes.
ResponderEliminarO que los ateos rezaran a Dios por su alma. O que los masones volvieran a dedicarse a edificar catedrales, dejando para el lugar del gran arquitecto a quien fuera el mejor constructor de casas de Dios. O que los satánicos dejaran de adorar a Satanás y a la corte infernal y le rezaran a la Santísima Trinidad y a la Virgen María.
El tema es que el absurdo sólo ocurre en la Iglesia Católica y en las máximas jerarquías.
Algo está funcionando decididamente mal. Como si el fin fuera, sin vueltas, la demolición de la Iglesia, progresivamente y en forma lisa y llana.
Observador Azorado
Del mismo modo que Nuestro Señor todo DIOS padeció, por traición y de forma ignominiosa en juicio injusto, debe suceder con la Iglesia cuerpo místico
EliminarMuy bueno el artículo, solo que "A la mañana siguiente encontrará cenizas" no es así. Bergoglio morirá haciendo de las suyas hasta el último suspiro, las cenizas nos las vamos a encontrar nosotros.
ResponderEliminarMuy interesante el movimiento que suge en Alemania de los laicos que se están organizando contra el Sínodo, ojalá se tome ejemplo por estas tierras, Argentinos a los hechos...
Dejemos las cosas claras. La Iglesia Católica es hoy a nivel institucional visible una secta como la copa de un pino. Con todas las características de una secta. Seguimiento ciego al líder haga lo que haga y diga lo que diga, con apenas oposición. Y aislamiento, persecución e incluso expulsión del disidente.
ResponderEliminarEsto no es discutible. Es un hecho.
Por supuesto, quedan muchos fieles con verdadera fe católica. Es por ellos que las puertas del Hades no prevalecen ni prevalecerán.
Esto quiebra las cabezas de aquellos que pretenden extender la indefectibilidad de la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo, a la organización o institución humana que antes sirvió para defender y apoyar a la Iglesia, y hoy (desde hace ya bastante tiempo) es una rémora, una herida y un cáncer.
EliminarConvertir el ministerio petrino, absolutamente necesario y conformador de la Iglesia, en una monarquía absoluta sin contrapeso alguno efectivo a la autoridad máxima (algo que por sí mismo es contrario a la Tradición), es camino seguro hacia el desastre. Y lo estamos viendo.
EliminarSi San Pablo viviera hoy y le dijera a Francisco lo que hay que decirle, el porteño enviaría un comisario apostólico a las comunidades paulinas para taparles la boca.
Y además, no es un problema de Francisco. Viene de atrás. El día en que cierto Papa dijo "la Tradición soy yo", habría que haberle tirado al Tíber para dar ejemplo al resto de sus sucesores.
Y esto lo digo teniendo muy claro que el Papa debe tener autoridad real y efectiva sobre toda la Iglesia. Pero no tiránica.
La nunca demasiado criticada influencia de la mentalidad renacentista en la Iglesia, particularmente en el clero alto...
EliminarA mí me han empezado a dar tirria los tratos de respeto desmedido: "Su Excelencia Reverendísima", "Excelentísimo Señor", "Su Ilustrísima", "Su Santidad", "Su Beatitud", etc. Exageraciones como una casa.
Promueve a los altares a Fray Mamerto Esquiú sin recordar su sermón "España, nuestra madre, fue en el siglo XVI un verdadero foco de civilización cristiana por su resplandor purísimo y por los rayos de verdad y de gracia que ha irradiado hasta las extremidades de la tierra".
ResponderEliminarYa se está comiendo sus propias manos o, al menos, las uñas de los pies.
La cita la saqué del muy buen artículo sobre el tema en https://www.laprensa.com.ar/507354-El-beato-Esquiu-y-Espana-nuestra-madre.note.aspx
Excelente.
ResponderEliminarBergoglio siempre da una de cal y una de arena, porque así como promueve la beatificación de Esquiú también subió a los altares a Monseñor Angelelli, el obispo rojo montonero "asesinado por odio a la fe".
ResponderEliminarAhora se supo que con el apoyo del Obispado castrense desde hace dos años un grupo de laicos comprometidos está avocado a la tarea de reunir la mayor cantidad de evidencias que puedan servir para iniciar la causa de beatificación del Coronel Argentino del Valle Larrabure, cruelmente asesinado en 1975 por la banda terrorista del ERP después de un largo martirio de más de 370 días enterrado en un pozo para enloquecer.
Enterado del caso, el mismo Bergoglio tendría que ser el interesado en impulsar tan noble causa, porque si a Angelelli lo beatificó con la excusa del odio a la fe, ¿qué mayor odio a la fe que el vil asesinato de Larrabure, un militar católico que con su martirio se convirtió en ejemplo no sólo para sus camaradas sino para todo argentino bien nacido?
Mal veo la empresa en este pontificado, no olvidemos que fue quien freno la causa de Genta y su sucesor en la Cea y ahora bendecido con unos años más en Sa Isidro, quien freno la de Sacheri. Antes de pensar en Larrabure primero viene los palomino y si lo apuran hasta Santucho y Evita.
EliminarPerdón Palotinos
EliminarLo hará? No olvidemos que Bergoglio está siempre con lo políticamente correcto. Y este no sería el caso
EliminarMe compadezco de Larrabure y sus familiares pero de ahí a canonizarlo....
EliminarYo le deseo que lo canonice un verdadero papa.
EliminarLarrabure, mártir. Pero con Angelelli se bastardearon las beatificaciones
EliminarEstaría bueno que recopilaran todas las frases que bergoglio lanzó en contra de la iglesia como las que se comentan en el artículo, asi se dimensionaria el odio que le tiene.
ResponderEliminarAquí tiene usted un pequeño florilegio de denuestos pontificios bergollescos. Está en inglés y cerrado en 2016, por lo que se limita a los tres primeros años de su reinado; muchos de los enlaces ya no funcionan... pero es ilustrativo.
EliminarBergoglio no se da cuenta que no es un particular, sino el jefe máximo de una (muy prestigiosa) institución bimilenaria.
EliminarPor lo tanto, sus opiniones publicas, sus ocurrencias personales y sus chascarrillos tienen una transcendencia enorme.
Transcendencia que no solo afectan al prestigio de su cargo o de la institución, sino que pueden tener y tienen influencias doctrinales.
?Pero qué gran narcisista puede pretender que sus opiniones puedan ser de obligado cumplimiento por los miles de millones de católicos que se reclaman sus súbditos?
Pues evidentemente un narcisista enorme. Seguro que no tiene abuela (ni bisabuela, por la gravedad del caso)
Bien, ya podemos decir con seguridad que la Iglesia de Cristo la fundó...Cristo.
y la Iglesia de Bergoglio la fundó...!oh, sorpresa!, !Bergoglio!
!qué cosas!, ?no?
Me pregunto si la Iglesia de Bergoglio también salva...del cambio climático, claro; porque la evidencia científica no es concluyente (eufemismo por "no existe")
Desgraciadamente parece que las opiniones de este porteño s.j. son las oficiales de la Compañía Arrupista de Jesús s.j.
ResponderEliminarLo que pasa es que mientras obren a través de sus colegios, universidades, parroquias y fundaciones tu no te das cuenta si no lo ves; y aún así tienes que hacer las conexiones y concluir que estas extravagancias, que de católicas no tienen nada, son su doctrina oficial:
Cargas de profundidad contra la Iglesia de Cristo, sus Apóstoles y sus Santos.
Lo bueno es que ya era hora de que se quitasen la careta y obren a la luz y no en las sombras, como las criaturas infernales del Averno.
Así el fiel advertido podrá obrar en conciencia.