Desde los inicios mismo de este blog, dedicamos mucho tiempo y espacio a señalar los innumerables problemas que el ultramontanismo había provocado a la Iglesia, aventurando incluso que buena parte de la crisis en la que se encuentra en la actualidad, es causa directa de esa concepción de la Iglesia y de su gobierno que se impuso con el pontificado de Pío IX y el Concilio Vaticano I.
Nunca más que hoy reafirmamos lo dicho. Francisco y sus fechorías habrían sido imposible en la Iglesia previa al utramontanismo. A cualquier católico de ese tiempo le habría resultado increíble en el modo en el cual los obispos han sido reducidos a meros empleados del Papa, que es capaz de hacer y deshacer cuestiones de fe y tradición, sin que nadie levante la voz y sólo se contenten con bajar la cabeza y obedecer. Poco a poco, la Iglesia se está convirtiendo en una secta que se amolda y sigue al líder de turno. El ultramontanismo ha sido al papado lo que la monarquía absoluta a la monarquía tradicional: su desnaturalización, su corrupción y, finalmente, su desaparición.
Hace algunas semanas, el blog Rorate Coeli publicó un extenso pero muy completo estudio de Stuart Chessman sobre el ultramontanismo, su esplendor y su ocaso; su nacimiento y su muerte. Lo dejamos aquí, en su traducción al español, para que pueda ser descargado y leído. El análisis del autor y la fundamentación histórica son impecables. Y transcribo aquí, para muestra, el último párrafo de su conclusión:
"En mi opinión, el tradicionalismo es esta respuesta, la verdadera vía de la reforma, la salida del callejón sin salida ultramontano-progresista. Esto se debe a que no se basa en la autoridad del clero ni en el apoyo del mundo secular, sino en el compromiso individual de los laicos, no con una visión del mundo construida por ellos mismos ni con una imagen de la Iglesia tal y como apareció en una época determinada, sino con la plenitud de la tradición católica tal y como existe en cada época. Los tradicionalistas de los últimos veinte años —laicos, sacerdotes y familias— han llegado a serlo porque han experimentado y luego vivido voluntariamente la misa tradicional. Así, el tradicionalismo católico respeta plenamente la libertad de conciencia del creyente individual e incluso la presupone. No es una secta, un culto, un "grupo" (Papa Francisco) o una ideología, sino que es una forma de vida y de fe que está a disposición de todos. Sin embargo, su práctica suele provocar una transformación total de quienes se comprometen plenamente a vivir según sus preceptos. La fe católica tradicional es, pues, la respuesta espiritual que los creyentes y los no creyentes esperan secretamente en esta época de incredulidad. Corresponde ahora a quienes la han vivido ponerla a disposición del mundo entero."
Uno de los cardenales que forma parte del círculo íntimo del actual Pontífice realizó un breve análisis de las principales etapas de un pontificado que parece cada vez más organizado como un papel pautado. Arturo Toscanini solía decir que hay dos clases de directores de orquesta: los que tienen la partitura en la cabeza y los que tienen la cabeza en la partitura. El cardenal Oscar R. Maradiaga –arzobispo emérito de Tegucigalpa y coordinador del C9, el consejo de cardenales encargado de ayudar al Papa en su reforma de la Curia romana– parece entrar en la primera categoría descrita por el famoso maestro italiano. En todo caso, así lo sugiere la desordenada entrevista concedida por el alto prelado, al canal Rome Reports, el 18 de enero de 2022. El cardenal comienza afirmando que la idea del C9 germinó durante las "reuniones pre-cónclave", con un objetivo claramente expresado: "que la información no pase únicamente por las nunciaturas apostólicas o la secretaría de Estado" y que el Papa "tenga el apoyo de un grupo de cardenales 'de base'". Todavía hace falta saber qué significa, en el pensamiento del porporato, la expresión "cardenales de base", que parece excluir una parte del Sacro Colegio, y cuál es la razón de esto. Pero lo que es claramente visible, es que la idea de eludir a la Curia estaba en la agenda de los preparativos para el cónclave de 2013. Más interesante aún es la descripción de un pontificado que parece programado de antemano, del mismo modo que un cartón perforado en un organillo; solo hace falta girar la manivela para que la partitura cobre vida: la obra del Papa Francisco consistiría en "una reforma a tres niveles", según monseñor Maradiaga. "Un primer nivel espiritual, apoyado en gestos y eventos como el Jubileo de la Misericordia; un segundo nivel eclesiológico donde se le pide a la Iglesia que reflexione sobre la noción de sinodalidad; y finalmente un nivel institucional, con una reorganización de los dicasterios para promover la transparencia económica y la lucha contra los abusos". Para el coordinador del C9, sería ilusorio creer que el reinado del pontífice argentino ha llegado a su fin: "Quien piense que se ha pasado la página para el Papa Francisco se equivoca", explica el cardenal hondureño. Este último también reveló la etapa final prevista para el pontificado actual: "es necesario consolidar la reforma con nuevos nombramientos". Es decir, encerrar bajo llave los logros de los últimos años, para protegerlos de un posible viento de restauración debido al efecto pendular de un futuro cónclave, un efecto lamentable para los reformadores, que conviene anticipar. Es quizás también en este sentido que debemos interpretar las últimas disposiciones restrictivas contra la misa tradicional tomadas a través del motu proprio Traditionis Custodes, así como los últimos consistorios mediante los cuales el soberano pontífice mantiene el número de cardenales electores en su nivel más alto, dando cada vez mayor peso a la línea reformista, y excluyendo –a priori– la elección de un Papa conservador. Sin embargo, una cosa sigue siendo cierta: los designios de la Providencia van mucho más allá de los cálculos humanos, incluso los más sutiles: Stat Crux dum volvitur orbis, y sería una temeridad apostar por el programa del futuro pontificado. fsspx.news
ResponderEliminarEfectivamente todo esto parece una tomadura de pelo de unos vivos muy osados que no temen a Dios ni al diablo, como el porteño, Madariaga y otros secuaces (seguro que todos los s.j. cardenales).
EliminarNosotros somos los convidados de piedra para tragar la rueda de molino y decir amén en vernaculo.
!Qué asco!
Ni los cardenales del renacimiento.
!Cuanto te apuestas que la pretendida enfermedad mortal no es enfermedad ni es mortal!, sino una añagaza s.j. para ganar tiempo e imponer sus reformas protestantes sin quejas...y después desesperar a la oposición cuando se de cuenta que tenemos Bergoglio para rato y para ratas como esta cabal.
Lo tenemos bien merecido por nuestros pecados.
Rorate Caeli también acaba de publicar una excelente réplica a este artículo escrita por el chileno José Antonio Ureta, titulada "Modernism, Not Ultramontanism, Is the “Synthesis of All Heresies”" (que podríamos traducir como "El modernismo, no el ultramontanismo, es la síntesis de todas las herejías"): https://rorate-caeli.blogspot.com/2022/01/modernism-not-ultramontanism-is.html
ResponderEliminarCreo que el chileno es quien lleva razón en varios de los puntos disputados. Es un artículo largo así que no voy a intentar sintetizarlo, pero para quienes dominen la lengua inglesa y les interese el tema, es una lectura que definitivamente vale la pena.
Los ultramontanos no se quedan callados y contestan Los ultramontanos responden: "Es el modernismo, no el ultramontanismo, la síntesis de todas las herejías"
ResponderEliminar¿Porqué el modernismo nace poco tiempo después del ultramontanismo? ¿Porqué es tan difícil combatirlo desde el ultramontanismo, que termina en la rampante hipocresía de reconocer pero no obedecer? Esta última es la postura de satán frente a Dios.
EliminarOdiseo
Odiseo, estaría bien preguntar a los ultramontanos. En cuanto a reconocer pero no obedecer cosas malas, es propio de cristianos.
EliminarRéplica a la serie de Chessman por José Antonio Ureta:
ResponderEliminarhttps://rorate-caeli.blogspot.com/2022/01/modernism-not-ultramontanism-is.html
Y otro artículo reciente del mismo autor sobre el tema:
https://onepeterfive.com/understanding-true-ultramontanism/
Para sumar al interesantísimo debate.
Es notable que la Iglesia Ortodoxa que se está viniendo abajo moral y espiritualmente sea justamente la de Constantinopla (Nueva Roma). ¿Y porqué? Comenzando con el funesto Patriarca Meletios Metaxakis, financiado por UK, los sucesivos arzobispos de la antigua capital imperial fueron dejando la Fe en nombre de un mayor centralismo (¿Les suena a los ultramontanos?). Luego de él, comenzaron a aparecer referencias al "genos" helénico en las homilías patriarcales y referencias en que se lo mencionaba como "ícono de Cristo" (!). El resultado es, desfalcos financieros en USA sin culpables, apoyo a la libre elección del aborto (Met. Elpipiodoros), asimilación de los protestantes progresistas en USA, creación de una iglesia nacional ucraniana con clérigos expulsados por inmorales o viciosos y una próxima integración a la comunión con la sede de Santa Marta (Roma), pospuesta solo por los fieles de Grecia y el Monte Athos.
ResponderEliminarEl deseo de poder absoluto termina en el progresismo, porque la tradición lo condena, y así la organización que lo acepta se hunde en la corrupción y la decadencia. Es triste que las dos capitales imperiales cada día estén más parecidas. Solo falta la gran mezquita de san pedro.
Odiseo
El ultramontanismo es la síntesis de todas las herejías cuando el Papa parece caer (o lo favorece) en el modernismo porque añade unas mas: la papolatría (y asociadas) al caldero.
ResponderEliminarHay que aclarar algunas cosas. El ultramontanismo no es un concepto unívoco ni un movimiento uniforme,bajo este nombre pueden entenderse dos cosas muy distintas: 1. el combate contra el liberalismo religioso; 2) la tendencia a la absolutización del papado. Lo que ocurrió es que estas tendencias centralistas fueron usadas para combatir al liberalismo y defender la ortodoxia (al menos en el siglo XIX, luego de la desilusión de Pío IX tras el asesinato de su ministro), y muchas veces las personas de pensamiento ortodoxo eran fervientes partidarios del papado y tendían a absolutizarlo. Pero un Newman, que definía su carrera como una lucha contra el liberalismo es el principal escéptico respecto de la hipertrofia del Papado. Sucede algo parecido, como ha dicho Wanderer, a la confusión entre los partidarios del absolutismo de Fernando VII y los carlistas, ambos opuestos al liberalismo, pero diametralmente diferentes en su concepción de la monarquía.
ResponderEliminarLa ironía del caso es que, buscando combatir "el progreso y la civilización moderna", el papado terminó tragándose, junto con las reformas litúrgicas y los códigos napoleónicos iniciados por San Pío X, al Estado moderno.
Tendemos a olvidar que las ideologías y las decisiones políticas tienen vida propia independiente de los hechos que las originan. Y por eso mismo tienen vida propia.
ResponderEliminarEl "ultramontanismo" no es otra cosa que una reacción natural a los regímenes políticos y a las nuevas ideas que surgen de la Revolucion Francesa y de las invasiones napoleónicas.
Y no existe solo en la Iglesia, sino que se dio en todos los paises (Congreso de Viena y Metternich).
A eso hay que sumar la persecución de la masonería a los católicos, el movimiento obrero, el liberalismo económico, las desamortizaciones, el nacionalismo, la pérdida de los Estados pontificios y una clase social urbana con otros intereses.
Probablemente el darwinismo y la crítica bíblica protestante influyen también en dinamitar lo que gasta entonces había funcionado relativamente bien.
Es decir, que no solo hay ataques a la Iglesia, sino ataques desde dentro de la Iglesia, porque la Iglesia está formada por multitud de hombres de paises diferentes, con vivencias diferentes y con intereses diferentes.
Los regímenes políticos posteriores a la revolución francesa, aunque hayan nacido de ésta, son todos conservadores y autoritarios sin excepción.
La razón es que la sociedad es un grupo formado por multitud de grupos; grupos que están constantemente formándose alrededor de intereses. La ideología es solo una excusa para, como enseñó la Revolucion Francesa, dar un golpe de Estado, hacerse con el gobierno de la nación y gobernar favoreciendo sus intereses.
Pero al final resulta que la vida sigue y para vivir (nacer, vivir, multiplicarse y morir) se necesita estabilidad, no revoluciones.
El cónclave que eligió a Pío Nono no solo estaba intentando conservar los particulares intereses de cada cardenal, sino que intentaba resolver los problemas de la Iglesia en este momento. Tal y como lo veían ellos.
Es normal que intentasen elegir a aquél que considerasen que su experiencia y carácter les sirviese mejor; por lo que si eligieron a un autoritario o a un reaccionario es porque en ese momento ellos creyeron de buena fe que sería el ideal.
Y él y su equipo hicieron lo que tenían que hacer.
Decir ahora que si no sé qué o no sé ca es irrelevante e infantil.
?Cuál es el juicio de Bismarck o Margaret Thacher?
Pues seguramente dependerá de los intereses del juez y de en qué se fija y qué soslaya.
Pío IX declaró el dogma de la Inmaculada Concepción de María, cosa que muchos católicos le estuvieron muy agradecidos. Incluso hay un dulce elaborado en su honor (pionono)
Los problemas que tenemos vienen realmente de Pablo VI, que intentó prever problemas futuros e hizo cosas buenas, malas y regulares. Con mala fe muchas veces para imponer con engaño a los fieles soluciones que creía buenas. Porque él, como nosotros, es hijo del tiempo.
?Por qué nos estamos quejando?
Porque Bergoglio está imponiendo sus ideas políticas y religiosas como si fueran dogmas de fe, ideas que muchos piensan, como yo, que son ajenas al catolicismo y que van a hacer mucho más mal que bien.
Así que no se preocupe:
Si el Vaticano I fue un problema, con el posbergoglismo dejará definitivamente de serlo.
No sabemos cómo acabará esto, pero desaparecen los jesuitas-arrupistas s.j. y esto sólo puede ser una muy buena noticia.
Deo gratias.
Estimado, le señalo un grave error histórico en su argumentación. Usted asume que los cardenales eligieron a Pío IX porque querían elegir "a un autoritario o a un reaccionario" pues le venía bien. La cosa es que el cardenal Mastai-Ferreti al momento de ser elegido al pontificado, no era ni una cosa ni la otra: era liberal, y bien liberal, partidario en general, de la unificación italiana. Cambió a una postura reaccionario a los pocos años de sentarse en la sede petrina. Con esto, me parece, cae buena parte de su argumentación.
EliminarAsí es, y es muy ampliamente conocido, al punto que se dice (no sé si esto es sólo leyenda, pero traduce la impresión que se tenía de él) que la masonería italiana coreó "habemus papam" con su elección.
EliminarNo. Yo no digo que haya sido elegido por reaccionario, sino por los intereses personales de los cardenales y los problemas políticos y eclesiásticos del momento.
EliminarEsto es lo que dice Wikipedia al respecto:
"At the time of his election, he was seen as a champion of liberalism and reform, but the Revolutions of 1848 decisively reversed his policies. Upon the assassination of his Prime Minister Rossi, Pius escaped Rome and excommunicated all participants in the short-lived Roman Republic. After its suppression and his return in 1850, his policies and doctrinal pronouncements became increasingly conservative, seeking to stem the revolutionary tide."
Y es que la realdad es tozuda.
Respecto a la unidad italiana, fue muy popular en la burguesía italiana por lo menos desde el siglo XIV, si no antes; por lo que no es de extrañar que el conde Mastai fuese un patriota. El problema es ?qué pasaría con la sede Petrina y los Estados Pontificios?.
Luego, la unidad la impulsó la masonería, como es natural (funcionaba como un partido político cuando éstos no existían); y como es natural hubo incautacion y robo de los bienes de la Iglesia y violencia física sobre obispos y sacerdotes.
Por muy liberal que haya sido, seguir por el mismo camino era destruirlo todo.
Cualquiera de nosotros hubiera obrado igual.
Creo que el problema del ultramontanismo no es la infalibilidad papal o la soberanía del Papa sobre todo el resto de la Iglesia, sino que le otorgue al Papa la facultad de convocar concilios ecuménicos porque sí, porque lo quiere el Papa, porque se le cantó, cuando históricamente sólo se los convocaba para resolver controversias que causaban cismas en la Iglesia, como el protestantismo, los iconoclastas o los seguidores de Arrio y Nestorio.
ResponderEliminarTanto Vaticano I como Vaticano II parecen antojos del Papa, distintos a los concilios anteriores que eran herramientas de última instancia en crisis gravísimas.
El ultramontanismo fue una reacción defensiva. Cuando el papado fue copado por los modernistas en el siglo XX (después de Pio XII), usaron el poder acumulado por los ultramontanos para hacer su revolución en la Iglesia hasta nuestros días.
ResponderEliminarEl tema es como sigue la película. En mi opinión se incrementará la oposición entre la jerarquía modernista y los tradicionalistas siendo estos últimos expulsados, lo cual puede ser bueno para ellos ya que los protegerá de la onda expansiva que producirá la implosión del viejo edificio de la Iglesia Católica, lo verán con dolor pero de lejos. Por otro lado los ultramontanos que son antitradicionalistas por considerarlos rebeldes, y que esperan una restauración conservadora (justamente para eso necesitan la autoridad papal) cuando se elija un nuevo Papa, se quedaran adentro y compartirán la suerte de la estructura, que no parece ser otra que una implosión por su propio peso, movimiento que se ha acelerado de forma impresionante con Francisco.
El ultramontanismo es consecuencia de una desnaturalización del papado, cuya tarea esencial es ser Obispo de Roma y no jefe de los obispos del mundo.
ResponderEliminarEsto, además de ser una calamidad cuando toca un papa como Bergoglio o Montini, es un gran obstáculo para la cacareada unidad y para la conversión de gente recta a la fe de Jesucristo.
Estimado; Ud. afirma "tarea esencial [del Papa] es ser Obispo de Roma y no jefe de los obispos del mundo"
EliminarMe está pareciendo que ni lúno ni lótro. El Papado existió en Pedro mucho antes de existir el Obispado de Roma o su carácter de Sede Patriarcal Primada. Incluso San Pedro fue obispo de Antioquía un tiempo, ya siendo papa (en el sentido de la posesión del "munus" conferido por Cristo) antes de ir a Roma.
La función del Papa es ser Vicario de Cristo y Sucesor de Pedro; pero no para mandonear obispos aquí y allá, sino para conservar la unidad de la Fe y, como se ha recordado en éstas hojas hace algunos días, para mantener la vigencia de su confesión: "¿Quién decís que soy yo?" (San Mateo 16, 13-19) «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo» y «¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Ahora yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». Un "munus", oficio y deber, único en este mundo, pero de ninguna forma una justificación del absolutismo, analógicamente a como la reyecía no autoriza al rey a convertirse en déspota, porque "Nadie está autorizado a pecar" (Eclesiástico 15, 21) y ser un mandón es un pecado frecuentemente o casi seguramente mortal, como recuerda el P. Castellani.
Puedo conceder. Ser obispo de Roma no es la esencia del papado, pero por lo pronto es accidente necesario o tal vez causa material.
EliminarComo sea, el papa es obispo de Roma. Y para mi es un insulto a la razón llamar obispo de Roma a alguien que no se dedica a ser obispo de Roma.
Excelente el análisis del artículo traducido, pero me parece que yerra en la conclusión idealizando un tanto a los fieles tradis. Pues si algo caracteriza a muchos de este entorno es que esa “imagen de la Iglesia tal y como apareció en una época determinada” es justamente el ideal al que aspiran -una restauración pura y dura del “Espíritu del Vaticano I” y, por otro lado, “libertad de conciencia del creyente individual” no es precisamente algo que se aplique mucho: más bien lo que existe es un ultramontanismo de capilla, donde se delega todo en el sacerdote, quien debe establecer criterios y directrices sobre cada aspecto de la vida.
ResponderEliminarSupongo que depende del país en todo caso, quizás en EEUU o en algunos lugares de Europa los fieles tradis son más independientes de criterio con más iniciativa. Acá en América, el modelo del Seminario de La Reja se convirtió en el patrón. Y no se como se pueda mejorar eso.
El artículo del señor Ureta linkeado por SIM me parece que es un mal descargo. Los lugares comunes de siempre.
Acuerdo en todo con su opinión.
EliminarJustamente el clericalismo a ultranza es una de las taras, quizás de las más importantes, que tiene la FSSPX: el sacerdote es el que decide absolutamente todo en la vida no sólo de la parroquia sino de los mismos fieles, sin empachos en meterse en cuestiones íntimas ligadas a la vida conyugal.
En cuanto al artículo de Ureta, no más que la reacción previsible de los ultramontanos desorientados.
soy fiel de la FSSPX y me consta que hay cierto "ultramontanismo de capilla" pero se debe matizar que esto es consecuencia y al mismo tiempo querido por buena parte de los fieles, debido a su mala formación en materias de Fé, siendo la mayoría conversos que proceden, como cualquier mortal hoy en día, de ambientes profundamente secularizados. Esa gente requiere de guía incluso en materias elementales.
EliminarPor otro lado, cuando los curas de la Fraternidad tienen claro que el fiel es bien formado y "católico de toda la vida" ya este "ultramontanismo" no es tal o es bastante menor, sobre todo si, a su vez, el cura procede de un ambiente social mejor y no tiene ese ímpetu sargenteril de los que no.
Mal descargo, lugares comunes de siempre... a mi me parece un artículo lógica e históricamente fundamentado. Algun argumento que tenga por ahí Palamita, sin usar la táctica ¿"no es este el hijo del carpintero"?
EliminarHay algunos hechos que se pasan por alto:
ResponderEliminar+ Lamennais, padre del modernismo, empezó como ultramontanista al igual que el escritor Victor Hugo empezó como reaccionario a favor de Carlos X.
+Muchos se olvidan de que fue la Monarquía absoluta el padre del liberalismo. El sucesor de Luis XIV fue Robespierre, no Luis XVI.
+Pio IX empezó como papa liberal y siempre tuvo como forma mentis el liberalismo en su concepción de la Iglesia (cambiese soberanía nacional/popular por soberanía papal y tendrán el ultramontanismo puro)
+Misma concepción tuvieron León XIII, Pio X (revolucionario en liturgia y derecho), Pio XI y Pio XII. No tocaron el tema dogmático pero en otros ámbitos vitales fueron tan revolucionarios como los más encopetados modernistas del XX.
+ La oposición entre ultramontanismo y modernismo es falsa porque si fuera real donde se metería a personajes como Döllinger, tradicionalista y antiinfabilista (y hereje por no aceptar el Vat I) y otros.
+El problema del ultramontanismo es que no impide el modernismo porque no tiene contenido real que oponerle. Fueron antimodernistas mientras el papa lo fue, nada más pero eso puede cambiar. De hecho se dividieron en dos: sedevacantistas (si no dice lo perfecto no es papa) y oficialistas (todo lo que dice el papa es perfecto).
+Por esto último, se confunde muchas veces ultramontanismo y tradicionalismo pero ya hubo fisuras con Leon XIII y posteriores que se han ido agrandando.
Estamos pagando muy caro las confusiones en todos los ámbitos del sg. XIX, el siglo confuso según una atinada expresión de Ortega y Gasset.
Ayer el Papa cruzó la raya de lo prohibido. Hablando de San José en la audiencia general dijo que los padres que tienen hijos "con otras orientaciones sexuales deben acompañarlos, nunca condenarlos".
ResponderEliminarLa prensa mundial se hace eco de esas declaraciones y concluye que Francisco apoya la homosexualidad.
Poco importa si Bergoglio lo dijo para agradar a los obispos alemanes. En todo caso, lejos del efecto buscado la crisis terminal de la Iglesia se agiganta cada día más porque lo único que logra con eso es echar más leña al fuego y tensar al máximo las posiciones opuestas.
No hay duda que estamos ante una prueba más de la vigencia del ultramontanismo porque ningún obispo se animará a contradecir al Papa.
Fuenteovejuna
Fuenteovejuna, leo siempre con interés sus comentarios, pero en este caso me sorprende su afirmación. Es verdad que el Bergoglio sabía que sus palabras podía, e iban a ser malinterpretadas, pero eso no impide que dijera lo que se debe. Me parece que se nos va la mano a veces con la crítica.
EliminarLo que dijo es cierto. Todos no paramos de repetir que la homosexualidad es una enfermedad y no una opción libre. Pues bien, a un hijo enfermo no se lo condena, ni se lo acusa, ni se lo echa de la casa. Se lo recibe y se le ayuda a soportar y a superar, si puede su enfermedad. Los mismo deben hacer los padres con sus hijos homosexuales. Y esto no significa que consientan en que lleven una vida desordenada o de pecado. Los homosexuales como cualquier otro hijo de Dios está obligado a la castidad, y la misma obligación al respecto que imponen los padres a sus hijos heterosexuales, se la impondrán al homosexual.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
EliminarEstimado anónimo de las 16:39
EliminarComparto totalmente lo que usted dice, no se imagina hasta qué punto. Especialmente cuando afirma que si hay padres que tienen hijos homosexuales "no significa que consientan en que lleven una vida desordenada o de pecado (al contrario) los homosexuales, como cualquier otro hijo de Dios, están obligados a la castidad..."
Justamente por eso creo que la sutil discrepancia radica en que usted supone que el Papa comparte lo que usted dice, pero si se fija bien, Bergoglio nunca dijo esas palabras tan sensatas y tan católicas que usted me dedica.
Es lamentable, pero estoy convencido que este Papa nunca dijo ni dirá lo que usted dice sencillamente porque no cree en eso. Es más, él cree que si uno tiene un hijo homosexual debe aceptarlo tal como es, aceptar que también tenga pareja homosexual y haga ejercicio de esa vida homosexual.
Para Bergoglio eso es tener misericordia; pedirle al hijo que viva en castidad como usted sensatamente recomienda, sería muy cruel.
Es cierto que en su alocución Francisco no dijo nada de todo esto, pero lo piensa, no lo dude, por eso calla. Y ya sabemos que el que calla otorga. Bergoglio siempre anda con el cuchillo bajo el poncho.
Fuenteovejuna
El artículo es una buena descripción sociologica de la vida de la Iglesia en los siglos XIX-XX y lo que va del XXI, pero no aporta, desde lo teórico, ninguna demostración de la tesis central. Describe más bien del modo de ejercicio del munus regendi que de las aporías que se seguirían de las doctrinas del Concilio Vaticano I relativas al poder pontifical.
ResponderEliminarAsí es, por eso dice el autor al principio:
Eliminar"...Me centraré en la historia -lo que realmente sucedió-, en contraposición a las consideraciones teológicas."
Casualmente. La descripción sociológica de por sí no prueba la tesis. Post hoc, propter hoc.
EliminarMuy importante el tema que plantea el artículo sobre el ultramontanismo. Me surgen dos observaciones: a) el texto no tiene clara la noción de Iglesia, oscila entre la reducción a la jerarquía y la totalidad de los bautizados en la fe católica. Entonces el sujeto de que habla es oscilante- b) La imagen de los "tradicionalistas" que describe no corresponde con lo que conozco en la Argentina, en Italia y en parte en Francia. Puede ser algo así en USA. El tradicionalismo que conozco (entiendo bien, no el conservadurismo) es ultramontano l máximo, pero de papas muertos como Pio X y algo Pio XII. CORDIALES SALUDOS
ResponderEliminarSe dijo muchas veces que Dios escribe derecho sobre renglones torcidos. Es muy dificil de leer el idioma utilizado y efectuar la traducción correcta del significado de la elección de Bergoglio como jefe de la Iglesia Católica Apostólica Romana.
ResponderEliminarQuizás sea en un idioma que nos resulta desconocido. Y haya que interpretarlo a través de los hechos y deshechos del elegido como tal. O también por la contradicción en los términos que supone que semejante exponente haya sido puesto allí.
Habrá que entender nuevos lenguajes. Aunque parezcan un jeroglífico.
¿Se imagina decir lo mismo de Anacleto II? Raro el humor de esta generación...
EliminarPetrus
Sencillamente, demoledor:
ResponderEliminarhttps://santaiglesiamilitantebis.blogspot.com/2022/01/ultramontanos-y-vaticano-i.html?m=1
No demuele nada. Se limita a demostrar que un ultramontano, el cardenal Pie, era buen tipo. Para ese viaje no se necesitaban alforjas.
EliminarNo. Demuestra que el cardenal Pie, uno de los think tanks del CVI y referente del ultramontanismo no tenía mentalidad absolutista como muchos afirman en este blog. Buen tipo es mi vecino. No hay peor ciego que el que no quiere ver
EliminarNadie mencionó a Pie mi amigo. Pío IX, el archiultramontano, dijo que la Tradición era él. Con eso está todo dicho.
EliminarUd no lo menciona, el articulista si.
EliminarNo tengo su experiencia ni su salud como para haber sido testigo de lo sucedido hace 9 siglos con el segundo Anacleto y ahora con el primer Bergoglio, pero ciertamente son casos muy difíciles de entender en la lectura de los renglones torcidos. Zumbutrulem, el Joven
ResponderEliminarQuizá no confundir sucesor de Pedro con sucesor de Cristo.
EliminarPetrus
¿Recuerdan quién escribió "Oh dulcis Christus in terrae"?
ResponderEliminarThe beheaded minister
Aprenda latín si va a animarse a escribir así.
EliminarSi no queremos ser papólatras, menos querremos ser catalinólatras.
El autocorrector juega malas pasadas. Quedarse en detalles es lo mismo que hacían los fariseos. La próxima puede sacar sus cálculos gemátricos.
EliminarThe beheaded minister
Veo que tampoco sabe leer en castellano.
EliminarQue le vaya bien.
Cuando no se tienen argumentos frente al Que, se apela exclusivamente al como. Triste, porque demuestra un manotazo de ahogado... desacreditar al no saber qué contestar.
EliminarThe beheaded minister
Estimado Wanderer y colaboradores, si me permiten…
ResponderEliminar1) Los orígenes del ultramontanismo están intrínsecamente ligados con sus más notorios resultados, la justificación de la primacía papal y la declaración de la infalibilidad pontificia (y su corolario la “papolatría”). Entre los más insistentes promotores y defensores de esta causa se destaca el conde Joseph de Maistre (1753-1821), famoso autor de ”Las veladas de San Petersburgo”, y entre otras obras del tratado en dos volúmenes “ Du Pape” (manejo la edición de Emmanuel Vitte, Paris 1928).
Con una gran erudición e ironía, es uno de aquellos que descuella en los “salones” de su época. Campeón del absolutismo, defensor del Islam frente al protestantismo (por ser mayor garantía del orden social), es valedor del jesuitismo más extremo lo que no le impide pertenecer a la Masonería. En esa conjunción de masonería y jesuitismo impulsa la campaña en favor de la autocracia tanto política como religiosa, valiéndose de una gran cantidad de citas y comentarios para apoyar esa tesitura.
No quisiera ser tachado de malévolo, señalando que ese tratado se utilizó (y se utiliza aun en algunos institutos “tradicionalistas” o sede-vacantistas) para justificar esas pretensiones a la primacía y/o la infalibilidad papolátrica. Lamento informar que de una lista de 36 “citas” de San Juan Crisóstomo supuestamente sosteniendo esa tesis y que tuve la oportunidad de controlar, NINGUNA era legitima. Por razones de caridad y prudencia no nombraré ni la institución ni a su “obispo”.
Por otro lado, las actividades de la Societas Iesu promoviendo el ultramontanismo, no cejan de desarrollarse en torno a los Estados Pontificios, los obispos italianos y al propio Papa, tanto más apresurado cuanto más amenazados tenía sus dominios, ya fuera por las Guerras Napoleónicas o por las “unificaciones” nacionales.
El Episcopado (y el clero) de Francia era en su inmensa mayoría galicano con una gran influencia sobre la Iglesia de España y América, como puede verse en las obras de Alzog (cfr. Historia de la Iglesia, Barcelona 1856), y en las de Gmeiner (cfr. “Instituciones de Derecho Público Eclesiástico” ca. 1835) y férreo defensor de sus libertades sinodales y litúrgicas.
1) Contra esta tentativa de unificación centralizadora se levanta buena parte de la Iglesia francesa. Por otra parte, lo mismo sucede con importantes sectores de las Iglesias germánicas.
En el transcurso del Vaticano I, hubo muchas circunstancias llamativas y que tendrían consecuencias en su momento. Así el oratoriano archivista del Vaticano, Augustin Theiner, que hace llegar a la minoría conciliar del Concilio Vaticano las copias de las actas de las sesiones de Trento (que tenían su divulgación prohibida), y que hace notar en su correspondencia las actividades secretas y los arreglos de los jesuitas en torno al episcopado, especialmente italiano, para influenciar, amenazar e impedir el uso de la palabra, a los opositores a la proclamación del “nuevo” dogma.
Como se ve, ¡no hay nada nuevo bajo el sol!
Entre los muchos opositores a la declaración de la “Infalibilidad papal” hubo algunas figuras “estelares” como el Arzobispo Strossmayer, el Patriarca Caldeo Joseph II, el Patriarca Melquita Gregoire II (Youssef) y algunos otros importantes teólogos, historiadores y catedráticos.
Mientras que una importante minoría, que según algunos historiadores eclesiásticos alcanzaba una quinta parte de los presentes, actuaba para diferir este pronunciamiento que pretendía hacerse por aclamación de acuerdo a lo planeado por los jesuitas que influenciaban a la mayoría de los obispos italianos. SIGUE
Costa
SIGUE
ResponderEliminar2) El Patriarca Melquita Gregoire, votó en contra de la definición de la infalibilidad papal y manifestó que la declaración dogmática era, además, un obstáculo para las buenas relaciones con la población ortodoxa. El papa Pio IX contrariado por este voto de la oposición minoritaria pero firme de la mayoría de los obispos “orientales”, reaccionó ofuscado del modo más insólito, como veremos. Durante la presentación de los testimonios para el proceso de canonización de Pio IX, el 17 de septiembre de 1956, el patriarca melquita Máximos IV dirigió al Vaticano una documentación que relata el incidente como un elemento para de apreciación contraria al “concierto de elogios que por todos lados se dirige a ensalzar su memoria” “en momentos en los que se alaba por doquier las virtudes de este gran Pontifice”.
El texto prosigue relatando que:
“Se sabe que en el Concilio Vaticano, el Patriarca Gregoire formaba parte de la minoría que, sin negar la al Papa la infalibilidad de su enseñanza ex catedra, estimaba que era inoportuno el momento de definirla. Esta actitud de Gregoire, que por lo demás no le impidió aceptar la definición del dogma, había disgustado al Papa pio IX. Y cuando el Patriarca Gregoire tuvo a continuación una audiencia con el Soberano Pontífice, y que -de acuerdo al uso de la época- se inclinó para besarle los chapines, Pio IX había posado su pie sobre la nuca del Patriarca diciéndole: ’Gregoire testa dura’. Este ultraje ofendió profundamente al Patriarca Gregoire quien, desde 1870 no volvió jamas a Roma y redujo la correspondencia a lo estrictamente mínimo”.
No fue más que en 1893 y a instancias de León XIII, quien le hizo múltiples invitaciones, que el patriarca melquita volvió a Roma.
Así fue como los “católicos orientales” bloquearon el proceso de canonización de Pio IX. (*) Este relato y la documentación correspondiente pueden verse en “le Lien” (Revista del Patriarcado Católico Melquita, num. 2, año 1986, Beirut).
En los artículos referidos al Ultramontanismo del autor chileno, se mencionan como parte de la “Primacía” la supremacía temporal y otros disparates.
Esa es la mejor demostración de que el ultramontanismo está muerto y enterrado, y paradójicamente es el responsable del desarrollo de la mayoría de las corrientes del sede-vacantismo, que basan sus conclusiones en sus premisas.
En efecto, si el papa es infalible (bajo ciertas condiciones) no puede equivocarse, y si lo hace es porque no es papa.
Este razonamiento circular da lugar a las más variadas -y a veces disparatadas- contorsiones intelectuales, que conducen a una situación que termina siendo aporética.
La inteligencia libre no tiene freno y no debe ni puede detenerse ante nada.
Costa
La verdad don Costa que hay que estar de acuerdo casi en todo con Ud. Mi única discrepancia es la supuesta influencia del antiultramontanismo francés, o si prefiere del galicanismo, en los reinos de España. Nación que fue siempre fiel y devota del Papa y del Papado hasta límites, inclusive, poco recomendables. En todo el resto, ¡bene!
EliminarCiertamente, estimado Anonimo del 30 de enero de 2022, 12:23 (¿porque no usar un nombre?), me apoyo en libros de la epoca que tengo en mi poder,Alzog y Gmeiner que son citados y que abundan en ese sentido y en el uso de los "ritos particulares", regionales y de los monaterios.
EliminarCosta
un pequeño dato:
ResponderEliminarUreta (el chileno), si bien respetable por otras razones, pertenece a la secta de adoradores de Plinio Correa. Bajo tales premisas, es imposible que entienda siquiera el problema del ultramontanismo.
Ha dado en la tecla. La gente de la TFP, excelentes personas en muchos casos como en el del Prof. Ureta, lamentablemente es imposible que no lean la historia y la realidad sub specie Plinii.
EliminarEn efecto, es tal como Ud. dice. Buenas personas, muchas veces con loables iniciativas, pero con los problemas y limitaciones que todos ya conocen.
EliminarSolo argumentos "ad hominem". Tan despreciables como: " ¿no es este el hijo del carpintero?"
EliminarEn cuanto al cruzado del Siglo XX, don Plinio Correa de Oliveira, el mayor de mis respetos. Que uds lo critiquen, es señal indefectible de que fueron buenas sus obras. Tanto, que mientras uds estaban mirando la realidad cómodamente desde su sillones, el enfrentó como muy pocos el progresismo naciente desde la muerte de San Pio X, el Infalible. Y eso hasta el final de su vida. Terminemos con una frase de el mismo: " los escépticos, podrán sonreír, pero la sonrisa de los escépticos jamás detuvo la marcha victoriosa de los hombres de fe"
A propósito del post “Nacimiento y muerte del ultramontanismo”
ResponderEliminarDon Wander:
“La fe católica tradicional es, pues, la respuesta espiritual que los creyentes y los no creyentes esperan secretamente en esta época de incredulidad” (Stuart Chessman)
En estos tiempos de abandono de la fe, todavía queda vigente el delicado mandato de la corrección fraterna, la cual, en opinión del Doctor Angélico se entiende como una labor de caridad cuyo valor espiritual está por encima de las obras de misericordia de carácter corporal.
“Por lo mismo, la corrección fraterna es también acto de caridad, ya que con ella rechazamos el mal del hermano, es decir, el pecado. La remoción del pecado —tenemos que añadir-incumbe a la caridad más que la de un daño exterior, e incluso más que la del mismo mal corporal, por cuanto su contrario, el bien de la virtud, es más afín a la caridad que el bien corporal o el de las cosas exteriores. De ahí que la corrección fraterna sea un acto más esencial de la caridad que el cuidado de la enfermedad del cuerpo o la atención que remedie la necesidad externa”.
(Santo Tomás de Aquino, S. Th. II-II, q. 33, a. 1, co.)
Entiendo que la corrección fraterna que se ejerce, de modo especial, en el seno de la comunidad eclesial, tiene más valor de caridad que el mismo cuidado que se puede proporcionar a un enfermo, porque apunta derechamente a la fidelidad a la verdad y el bien que convienen a la salvación.
¡Dios protege a la Iglesia! ¡Alabado sea Jesucristo!
¡Noticia importante: Poli se va la semana que viene de Bs As a Roma!
ResponderEliminarLa noticia del traslado de Poli a Roma hace juego con la noticia de que mons. Colombo pasa de Mendoza a Bs As.
ResponderEliminarDe la sartén al fuego...
EliminarEstimados miembros del Blog:
ResponderEliminarHay en este hilo muchas colaboraciones muy interesantes, entre ellas destaco un par de mensajes que modestamente pienso que no recibieron la atención que merecían, dejando de lado algunos otros que estaban aparentemente dirigidos a “saldar” cuestiones personales.
Me refiero al de Odiseo del 26 de enero de 2022, 15,00 hs. quien hace comentarios muy atinados acerca de las Iglesias Ortodoxas.
Apreciado, ¿porque no nos ilustra un poco sobre el tema y sus vínculos con “Santa Marta”? - - -
Y, por otro lado, al del corresponsal que firma “Petrus”, quien expresa la importancia de “no confundir sucesor de Pedro con sucesor de Cristo”, creo que con un eco que se refiere a San Cipriano de Cartago.
Me parece interesante que lo desarrolle.
Gracias.
Costa
La Iglesia soy yo, dice Pancho
ResponderEliminar