jueves, 31 de octubre de 2024

Precisiones sobre algunos detalles litúrgicos

 


Missale Sarum
, ed. Dickinson, 1861, p. 595. 

Uno de los problemas que tuvo, y que tiene, el tradicionalismo católico en su sentido más amplio y en el aspecto litúrgico, es que hay escasa gente formada en esa disciplina. Se suele hablar de oídas, o hacer referencias a autoridades que pueden serlo en la teología o en la espiritualidad pero no en la liturgia, o bien se tapan los ojos para no ver las evidencias que no pueden ni saben explicar. Es lo que ocurrió durante los años del posconcilio. Con el Breve examen crítico —que no lo escribió ni el cardenal Ottaviani ni el cardenal Bacci, como dice la leyenda— no se solucionaba el problema; improvisados en cuestiones litúrgicas no podían discutir con académicos que, aunque progresistas, sabían de lo que hablaban. Y esta situación se sigue repitiendo en la actualidad.

Lo hemos visto en algunos comentarios al último post. Nadie duda de la buena intención de los comentaristas; el problema es que hacen afirmaciones que muestran ignorancia sobre cuestiones muy básicas. Veamos algunos ejemplos:

- El tema de la concelebración en el rito romano es un tema complejo. Se acaba de realizar en Roma, por ejemplo, un coloquio sobre ese tema. Si bien en algún momento de la Iglesia hubo concelebración del Papa con los presbíteros de Roma, esa práctica se abandonó en la temprana Edad Media. Se mantuvo en algunas diócesis, como Lyon, pero la opinión mayoritaria de los estudiosos es que se trataba de una concelebración ceremonial; es decir, el único que ofrecía el sacrificio era el obispo, y los sacerdotes sólo acompañaban ceremonialmente. Y lo mismo ocurría con la misa de ordenación sacerdotal, donde los neo-sacerdotes “concelebraban” de rodillas y con las casullas plegadas. Invocar, entonces, de modo descontextualizado, datos tomados superficialmente de aquí y allá, no sirve para una discusión seria. Todo lo contrario. Confunde y hace daño.

- La cuestión de la participación de los laicos en el sacrificio de la misa. Eck, en su artículo, menciona evidencias de que esa participación existe, y una de ellas es el Orate fratres. Un lector dijo, sin mencionar ninguna fuente, que la expresión ut meum ac vestrum sacrificium, se refería a los sacerdotes que concelebraban con el Papa, y por eso se dice en voz baja, y no hacía referencia a los fieles laicos que asistían a la misa. La cuestión es que misales muy antiguos —algunos de fines del siglo VIII— dicen otra cosa. Por ejemplo el misal de Sarum, que es un uso el rito romano del siglo XIII, dice lo que pueden ver en el recorte: Orate fratres et sorores, es decir, Orad hermanos y hermanas. ¿Es que concelebraban con el Papa, o con el obispo, sacerdotisas? Estaríamos en un problema mucho mayor. La expresión indica que los laicos —varones y mujeres— participan de alguna manera en la ofrenda de la víctima, aunque no del modo propio en que lo hace el sacerdote, tal como queda claro en la respuesta que se daba: “Que la gracia del Espíritu Santo ilumine tu corazón, y el Señor se digne aceptar este sacrificio de alabanza de tus manos, por nuestros pecados y ofensas”. Más aún, la rúbrica dice Responsio clerici, es decir, los que respondían eran lo clérigos -diáconos y subdiáconos y, en su defecto, el monaguillo- y no los sacerdotes como debería ser si fuera cierto lo que dice el comentarista. Pero la posición de muchos tradicionalistas poco formados —al menos algunos que enviaron comentarios que no publiqué— es simplemente acusar de modernismo al autor del artículo y, por elevación, a los que usaban el misal de San Dennis o de Sarum.… Se trataría de un modernismo que comenzó, al menos, con Carlomagno. Y después acusan de arqueologismo

Y en cuanto al recurso al tono de voz, no tiene ningún asidero, porque las misas bajas se rezaban siempre en silencio; es decir, el sacerdote hablaba en un tono de voz bajo para que lo escuchara solamente su ayudante, y no el pueblo. Más aún, en muchos casos habría sido inútil hablar en voz alta por los fieles tampoco lo escucharían dadas las dimensiones de las iglesias y la distancia que separaba el presbiterio de las naves. Las “misas dialogadas” como las que tenemos habitualmente, en las que el pueblo responde junto con el acólito a las palabras del sacerdote, comenzaron a utilizarse en la década de 1950, con reticencia de la Santa Sede, y fueron promovidas por los que consideramos modernistas. Es decir, para ser claros, las misas actuales, sean de la FSSPX o de cualquier otro instituto o sacerdote, han adoptado una “práctica modernista”. En el único país donde aún sigue la misa siendo silenciosa es en Inglaterra. Y aclaro que me parece muy bien que la misa sea dialogada; creo que fue una iniciativa positiva, más allá de que haya provenido de quienes más tarde terminaron fabricando el novus ordo.

- Un comentarista dice: "¿La misa "dialogada" recentísima? Está por demás de atestiguado que en la liturgia patristica el pueblo respondía en voz alta. Sólo cuando el pueblo dejó de saber latín empezó a no responder". La primera objeción es de dónde saca tan importante certeza sobre el modo en que se celebraba la misa en la "liturgia patrística" (habría que ver qué quiere decir con esa expresión tan difusa). No tenemos ningún formulario u ordinario de la misa de esos primeros siglos. A lo más, está la anáfora de Estrasburgo y la anáfora de Barcelona, ambas del siglo IV y de origen alejandrino, pero como toda anáfora -o plegaria eucarística diríamos hoy-, la rezaba solamente el sacerdote.

La segunda cuestión es sobre la lengua. En Roma se utilizó el griego para la celebración de la misa hasta el siglo IV. Luego, se introdujo el latín pero no en un afán de que el pueblo entendiera. Estimo que quien comenta ha leído a Christine Mohrmann. Y para abundar, le copio lo que dice Uwe Michael Lang, uno de los liturgistas más respetados de la actualidad, en su recentísimo libro: "La formación de un lenguaje litúrgico latino, que integraba este amplio esfuerzo, no puede describirse simplemente como la adopción de la lengua vernácula en la liturgia, si por “vernácula” se entiende “coloquial”. El latín del Canon, de las oraciones colecta y de los prefacios de la misa era una forma de hablar muy estilizada, diseñada para expresar ideas teológicas complejas, y no habría sido fácil de seguir para el cristiano romano medio de la antigüedad tardía. Además, la adopción de la latinitas hizo que la liturgia fuera más accesible sólo para la mayoría de los habitantes de la península itálica, pero no para los de Europa occidental o del norte de África cuya lengua materna era el gótico, el celta, el ibérico o el púnico". (Breve historia de la misa romana, Buenos Aires, Vórtice, 2024, p. 48).

- Y sigue el comentarista: "Y permanece mi objeción, porque el monaguillo no responde ni oye completamente el orate frates ut..." ¿De dónde saca usted eso? ¿Acolitó alguna vez en una misa tradicional? A no ser que sea sordo, el monaguillo oye esas palabras, y a ellas responde.

- Y sigue: "Lo de sorores es una muestra de reinterpretación de la oración". ¿Qué significa esta re-interpretación? ¿Quién la re-interpretó? ¿Cómo lo prueba? ¿Es factible que la re-interpretación haya ocurrido tan tempranamente como en el siglo VIII? Me suena al típico recurso de recurrir a un término indefinido, aparentando conocimiento, cuando no se tienen respuestas.

- Y concluye: "En otros rituales la oración reza ut meum ac vestrum pariter (!)... Imposible de aplicar al pueblo ese pariter." Fíjese usted que en el misal -y no el ritual- de Sarum se aplica el pariter a los hermanos y a las hermanas. ¿Por qué es imposible aplicarlo al pueblo?

- Finalmente, un lector preguntó cómo era la participación de los fieles en la misa antes del Concilio de Trento. Pues era exactamente igual que después, porque el “misal de Trento” o “misal de San Pío V” no cambió prácticamente nada del rito romano tal como se celebraba desde hacía varios siglos. Sobre este tema publicaré un artículo en los próximos días.

En conclusión, como demuestra el libro de Ives Chiron Histoire des traditionalistes, sobre el que escribí una reseña, muchos de los problemas de hoy se deben no sólo a las malvadas maquinaciones de los modernistas sino a las torpezas de los tradicionalistas.

25 comentarios:

  1. El sacrificio de la misa, como todo sacrificio, se compone de inmolación y oblación. La inmolación incruenta la realiza sola y exclusivamente el sacerdote, al consagrar separadamente las especies del pan y el vino. Respecto a esta inmolación la "participación" del pueblo sólo cabe en sentido muy impropio, una mera concurrencia moral en un acto que realiza el sacerdote. Ahora bien, en la oblación pueden y deben participar todos los fieles según su condición. ¿Cómo podría aceptarse nuestra oración si no pudiéramos ofrecer a Cristo ante el Padre? Por esa línea creo, al menos, que va la respuesta tradicional, sin perjuicio de qué pueda formularse mejor.

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  2. Estoy muy de acuerdo: Abunda la ignorancia en esta materia, entre nuestros laicos pero también entre nuestros sacerdotes, incluida la SSPX, FSSP, diocesanos de buena voluntad, etc,.
    Sería ideal que entidades como el CIEL dieran formación litúrgica en serio, con un programa Tradicional, para sacerdotes y laicos interesados en la materia. No solo para profundizar en estos temas por un "requisito" para laborar en determinado puesto en una diócesis o movimiento, sino más bien por la belleza del estudio en si mismo.

    En mi caso, gracias al gran consejo y guía de don Rubén Peretó, a quien conocí personalmente en una visita reciente a Chile, comencé un "viaje litúrgico" leyendo a U.M. Lang en su maravilloso libro "The Roman Mass" (Cambridge). Y debo reconocer que esto ha abierto mi entendimiento respecto a la centralidad de la Liturgia en la Fe. Y he de confesar que es un viaje de Ida.

    Dios dispondrá de los tiempos, pero estoy segurísimo que sería algo de gran provecho para la Iglesia, y sin dudas, para la propia alma.

    Un gran saludo al Wanderer.

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    1. NICO

      No sé por qué afirma que abunda la ignorancia "también entre sacerdotes ....de la FSSPX". Yo ciertamente no conozco a todos, ni a la mayoría, sino a algunos pocos de los 700 que hay en el mundo. Pero estos pocos que conozco celebran muy bien la Santa Misa, lo cual no me cuadra con una supuesta ignorancia. De hecho, también el tema de la ofrenda y sacrificio, tal como expuso Wanderer arriba, fue abordado ya algunas veces durante los sermones de este año. También los retiros espirituales dedicados a profundizar el conocimiento de la Santa Misa que ofrece la Fraternidad en sus programas, dan testimonio del esfuerzo concienzudo de formación litúrgica de los creyentes que se hace. Y el libro del padre Matthias Gaudron "Die Messe aller Zeiten - Ritus und Theologie des hl. Meßopfers", Sarto Verlag, 2012, 275 páginas, trata el tema de forma muy completa. Todo esto no sorprende, dada la centralidad de la Misa, fuente de todas las gracias.

      Con todo, no hay que olvidar que la Santa Misa es una magna obra de arte gestada a lo largo de los siglos bajo guía del Espíritu Santo, un tesoro de tal magnitud, que es inagotable. En sus oraciones y ritos siempre quedará más para conocer, profundizar, comprender, valorar y amar.

      Sepa disculpar la extensión, pero de no haber respondido a su comentario hubiese cometido yo una gran injusticia hacia quienes estoy inmensamente agradecido por haberme posibilitado descubrir, conocer y recibir las gracias de este tesoro.
      NiCO

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    2. Estimado:

      Conociendo a varios de ellos en mi país, y trabajando con ellos de la mano, he podido darme cuenta que tienen una formación litúrgica buena en cuanto al Ars Celebrando de la Misa, lo cual los honra grandemente, pero desconocen muchos aspectos más específicos de la Santa Misa relativos a su historia, su desarrollo, la liturgia Pre-55 e incluso pre-Trento.

      No los culpo en todo caso: Es imposible que se logre más profundidad ya que es un conocimiento escaso y se requiere una profundización mayor a nivel de especialización.

      Mi comentario se refiere, principalmente, a que en general los sacerdotes de hoy (tradicionales claro) no tienen una profundidad en la Liturgia como debería ser, y que es una tarea pendiente para el futuro.

      Saludos.

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  3. Para quienes deseen profundizar el tema recomiendo el libro de Louis Bouyer "Eucaristía: Teología y espiritualidad de la oración eucarística ";
    profundo como todo lo del autor y que el mismo Benedicto cita en su "Espíritu de la liturgia".

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  4. Wanderer: veo que no se ha tomado el trabajo de leer a Hunwicke. Le dejo abajo las entradas en que esta indudable autoridad en materia litúrgica afirma, bien documentadamente: 1- que había concelebración en el rito romano (que no se limitaba sólo a un ceremonial, sino que era verdadera confección del sacrificio), 2- que posiblemente en sus raíces el "orate fratres..." era una oración dirigida únicamente a los presbíteros concelebrantes.

    Sobre la concelebración:
    https://liturgicalnotes.blogspot.com/2001/10/concelebration-1.html
    https://liturgicalnotes.blogspot.com/2015/05/pope-innocent-iii-on-concelebration.html
    https://liturgicalnotes.blogspot.com/2015/05/s-thomas-on-concelebration.html
    https://liturgicalnotes.blogspot.com/2015/05/benedict-xiv-on-concelebration.html
    https://liturgicalnotes.blogspot.com/2015/05/money-and-concelebration.html

    Sobre el orate fratres:
    https://liturgicalnotes.blogspot.com/2019/05/orate-fratres.html

    Por último, usted podrá estar o no de acuerdo con esta postura, pero ¿cuál es la necesidad de tratar de ignorante o con ironía a quien no piensa como usted? No creo que sea el amor a la verdad.

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    1. Respecto al Orates no da ninguna fuente, solo afirma que encontró una rúbrica en un sacramentario galo de época carolingia pero no dice el cual.
      En cambio el comentarista Desconocido da fuentes y, sobre todo, la explicación de la oración de los comentadores de la época que afirman que es una oración dirigida al pueblos por lo que es más plausible que su opinión, si es cierta esa rúbrica, sea una reinterpretación de carácter monástico.

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    2. Estimado, su comentario no hace más que confirmar lo que sostengo: se hacen afirmaciones a partir de lecturas sueltas aquí y allá.
      El P. Hunwicke fue un gran divulgador de temas litúrgicos y no solo. Pero fue un divulgar; no fue una autoridad ni fue un scholar en el tema. Y lo pruebo: las entradas a su blog que usted amablemente me copia, no son más que breves líneas. ¿A usted le parece que un estudio serio puede hacerse en tan poco espacio? Y no esto no habla mal de Hunwicke: todo lo contrario.
      Y sé de lo que hablo porque yo mismo soy un divulgador. Lee sobre un tema, sintetizo y escribo y señalo las fuentes. Pero yo no soy ninguna autoridad en liturgia o en teología. No tengo scholarship en esos ámbitos; a lo sumo, repito y divulgo. Y lo mismo el admirado P. Hunwicke
      En cuanto a la ironía, es mi estilo: siempre lo fue; tómelo o déjelo. Y no entiendo porque toma como ofensa o insulto la palabra "ignorante". Yo lo soy en muchísimas áreas, y no me molestaría que un metafísico me dijera que ignoro los entresijos de la filosofía de Leibniz.

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  5. Se está teniendo en cuenta el rito Bizantino? Al menos el que conosco el laico canta una lectura desde una especie de "ambon" ubicado a los pies del presbiterio.

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  6. Mi ignorancia en materia litúrgica es superlativa pero

    En Catequesis San Cirilo de Jerusalén 23 (conocida como Catequesis Mistagogica 5) puntos 3 a 6 explica una liturgia dialogada:

    Μετὰ τοῦτο βοᾷ ὁ ἱερεύς : « Ἄνω τὰς καρδίας. » ... Εἶτα ἀποκρίνεσθε : « Ἔχομεν πρὸς τὸν Κύριον », τούτῳ συγκατατιθέμενοι, δι' ὧν ὁμολογεῖτε.

    Después exclama el sacerdote: «Arriba los corazones». ... Luego respondéis: «Lo tenemos (levantado) hacia el Señor», con lo que asentís a la indicación por la confesión que pronunciáis... Etc


    Misma cuestión en San Cipriano de Cartago, de Oratione Dominica 31:
    "Por eso el sacerdote, habiendo precedido la oración, prepara la mente de los hermanos diciendo: Sursum Corda (arriba los corazones); de modo que, mientras la gente responde: Habemus ad Dominum (Los tenemos hacia el señor), se les debe recordar que no deben pensar en nada más que en el Señor"


    En conclusión: existieron dos instantes entre los siglos III y IV donde había algún diálogo. Con una instancia en Oriente y otra en Occidente. Nada más.

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    1. Estimado, por supuesto. Nadie niega que no hubo diálogo; la discusión es que no hay evidencia de ellos y, consecuentemente, lo único que tenemos son conjeturas.
      Los dos ejemplos muy interesantes que usted trae, fíjese que corresponde a lo que en la liturgia romana se llama "prefacio" y que es parte de la anáfora en todo los otros ritos. Es decir, tenemos evidencias de anáforas, pero no de "ordinarios" o formularios completos de la misa.

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  7. Cada quien recorta el universo como quiere
    Porqué no hay un Rito en Arameo ?
    La tecnología actúal permite hacer traducciones con facilidad y en tiempo real.

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    1. Estimado, sí hay liturgia en arameo. El rito maronita conserva la fórmula de la consagración en arameo. Y la liturgia siríaca, se reza en siríaco, que es arameo cristiano escrito con caracteres árabes.

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  8. Y el Arameo ?
    .
    https://youtu.be/fWgUQaMKJ9M?si=my17UhjU5qaXZp4I

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  9. Cuando este verano leí la "Breve historia de la misa romana, Buenos Aires", de Uwe Michael Lang, me llamó la atención esta frase: "la latinitas hizo que la liturgia fuera más accesible sólo para la mayoría de los habitantes de la península itálica, pero no para los de Europa occidental o del norte de África cuya lengua materna era el gótico, el celta, el ibérico o el púnico".

    Por lo que a Hispania se refiere, que es el caso que mejor conozco, cuando en el siglo IV se impuso el latín en la liturgia romana, del idioma ibérico no quedaba ni rastro. Hispania fue una de las provincias más romanizadas del Imperio, si no la que más, y ya en el siglo II de nuestra era el latín era su lengua abrumadoramente mayoritaria. Supongo que en el siglo IV la lengua de la mayoría de los galos también era ya el latín.

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    1. Estimado, por lo que entiendo, el latín seguramente habrá sido la lengua mayoritaria de Hispania y Galia hasta comienzos del siglo III, cuando comienzan las invasiones de los pueblos germánicos y se comienzan a mezclar las lenguas.
      De todos modos, tenga el cuenta que el latin hispánico o gálico, era una latín muy vulgarizado y, por eso mismo, un hablante de latín de Hispania probablemente no entendiera la mayor parte del latín litúrgico, que era un latín técnico. Esta es la teoría de Christine Mohrmann, mayoritariamente aceptada en la comunidad científica.

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    2. Los visigodos entraron en Hispan hablando latín. Por lo visto, tanto en español como en francés, el latín que influyó en la formación de esos idiomas fue...El latín de la Vulgata.

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  10. También sorprende que el P. Uwe Michael Lang diga que "el latín del Canon, de las oraciones colecta y de los prefacios de la misa era una forma de hablar muy estilizada".

    No soy latinista, pero siempre he oído que el latín eclesiástico es un latín vulgar, alejado del latín clásico.

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    1. Estimado, yo no diría que era un latín vulgar, es decir, el vulgo, o del populus. No era el latín coloquial; era un latín que son ser el de Cicerón, era "técnico", específico para la liturgia. Una suerte de "lengua sagrada", en el sentido en el que Mohrman le da a la expresión.

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    2. El latín clásico era un idioma literario que no hablaba nadie.

      Era la base de la educación de cualquier ciudadano romano que se lo pudiese pagar y por tanto influiría en su habla, pero no se puede llevar una vida normal hablando así. Se necesita frases sencillas y palabras cortas.

      Además lo que llamamos "latín clásico" era básicamente el de la edad de Augusto, esto es, del siglo 0-1 A.D.

      El latín que se hablaba en el siglo IV había evolucionado con respecto al hablado en siglos anteriores, como es natural.

      Yo pienso que debe de haberse dado una situación muy parecida con el árabe, en que hay una situación de diglosia (una cosa es la lengua que la gente habla (dialecto; cada país tiene el suyo propio) y otra la lengua escrita y la que se emplea en las noticias, que es una versión moderna y simplificada del árabe clásico)

      Por lo visto el árabe coránico no era un idioma hablado, sino que utiliza palabras especiales, algunas de otras lenguas....hay algunas ininteligibles...a veces busca efectos sonoros...Y se escribió en la prosa rimada utilizada por las hechiceras de la Arabia del siglo VII.

      Como la base de la educación de un musulmán (y de un no musulmán) era y es el aprendizaje de memoria de versículos del Corán, es normal que ese árabe influya en la lengua hablada.

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  11. Wanderer, ¿por qué le parece la innovación de la misa dialogada una iniciativa positiva?

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  12. No voy a discutir lo demás, pero lo de Uwe Michael Lang de que la lengua vernácula de los pueblos occidentales fuera "el gótico, el celta, el ibérico o el púnico" es profundamente falso. En el Imperio Romano tardío el proceso de latinización estaba muy avanzado en Occidente también entre el pueblo, tanto así que desapareció el Imperio y eso no llevó a un resurgir de las lenguas pre-romances. Más allá de los sitios donde sí que sabemos con seguridad que se mantuvieron, como sean Bretaña, Vasconia, etc. Pero por lo que respecta al íbero en particular, estaba totalmente muerto para entonces. Creo que Lang en este punto ha exagerado para reforzar su argumento, lo que no era necesario porque se sostiene por sí mismo. Que el cambio del griego al latín estuviera dirigido entre otros fines a presentar los textos litúrgicos en un idioma más accesible (no sólo al pueblo sino quizás especialmente al clero, el que no se pudiera decir misa sin conocer el griego parece que es un listón demasiado alto) no creo que pueda dudarse, otra cosa es que no pueda equipararse con el proceso de vernacularización del siglo CVII que fue en efecto desastroso.

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  13. En la misa de ordenación los neosacerdotes concelebran realmente con el obispo, y hasta pueden cobrar estipendio por la intención aplicada a esa su primera misa.

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  14. En cuanto a la participación de los fieles, que se empezó a imponer con y por desobediencia en 1920 por una acción "catequética" en Bélgica y que luego en 1950 se expandió a todos en general (aunque la Santa Sede nunca lo prohibió, si bien lo desaconsejó) y luego de 1962 se puso como "obligatorio", si bien no niego que actualmente tiene un buen motivo de conocimiento de la Misa Tradicional, para quienes no la conocen, sigue siendo algo que tiene más negativo que positivo: la participación activa-oral de los fieles rompe con la jerarquía eclesiástica, con la unidad de la Iglesia y ordenamiento sacrificial en la Santa Misa; al igual que –y sobre todo hoy, en el s. XXI- resta al cultivo del silencio, recogimiento y profundización silenciosa de las oraciones (al ejemplo de María al pie de la Cruz que «meditaba todas las cosas en su corazón»).
    Todas las personas que he conocido que han aplicado la práctica de la participación silenciosa en la Santa Misa, uniéndose al acólito/ministro como este al Sacerdote, en una oración más contemplativa, no solo no han vuelto ha rezar vocalmente en la Misa, sino que han encontrado un fruto enorme e incomparable, que contrarresta al mundo ruidoso, que se entrega como ofrenda cual Cristo, cordero que sin abrir la boca es llevado al matadero.
    Hay que volver al silencio de los fieles. Cada uno debe asumir su función: ¿acaso el Sacerdote hace lo que el acólito o este lo del Sacerdote? No. Así también los fieles deben participar activamente (recepción de los sacramentos, colaboración y sostenimiento de la iglesia, coro, etc.) en ordenamiento a una participación más perfecta, la "pasiva".
    Por algo, los Papas prohibían esta práctica, y Pio XII, con las presiones del progresismo, la desaconsejó.

    2- Con respecto al "griego" de los primeros 3 siglos es algo probable, pero no certero que ocurrió. Hay muchas teorías, y puede ser que haya sido así; pero se desconoce documento alguno que certifique como verídico, que no ocurre así con el latín. Los Sacramentarios (libros más antiguos de Liturgia, y depósito de Tradición) como los Ceremoniales de Obispos, o los Ordines Romani de los primeros siglos no tienen ningún vestigio del griego en la Liturgia Romana, sino que ya atestiguan el Latín como algo que siempre se dio así. Repito, es probable que el griego haya sido la lengua sagrada de los primeros tres siglos, pero nunca hubo prueba fehaciente de ello.

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  15. (anexo a mi comentario anterior)
    Es más, en el Rito Dominicano/Dominico (mal llamado "rito", más bien MODALIDAD del Rito Romano), que nos transmiten una liturgia menos reformada y más fiel a la antigua romana, en sus rúbricas como manuales litúrgicos siempre habla de la respuesta única del acólito, y ni este responde al "Orate fratres". Algo similar ocurre luego de la Epístola y Evangelio, en que no existe respuesta (Deo gratias | Laus tibi Christe), mas el Ministro se limita a santiguarse [Evangelio].

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